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Precolombino
ISSN: 0716-1530
atorres@museoprecolombino.cl
Museo Chileno de Arte Precolombino
Chile
* María Isabel Hernández Llosas, Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina; Directora del
Programa de Arte Rupestre de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Sección Arqueología, 25 de Mayo 217, 3º piso, 1002 Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, Argentina, email: hellosas@mail.retina.ar
como tal por una sociedad particular, en un lapso de las guerras de rebelión aborigen y la sujeción final al
tiempo dado. En las últimas décadas, este concepto régimen colonial español.
ha sido retomado por la antropología y la arqueología, Para referir el proceso ocurrido durante el lapso de
diferenciándolo del de “ambiente” en cuanto “medio tiempo mencionado se propone aquí el uso del término
ambiente natural” y definiendo el “paisaje” como un Contacto, el cual incluye los últimos tiempos de la ocu-
“constructo cultural” (Bender 1994; Ashmore & Knapp pación inka de la Quebrada de Humahuaca, la entrada
1999; Bradley 2001). En esta perspectiva, el paisaje de los conquistadores españoles, las guerras de rebelión
es el lugar donde la cultura se despliega, donde un aborigen hasta la sujeción final y el comienzo del modo
pueblo se reconoce a sí mismo como tal, donde está de vida colonial. Se plantea que el estudio del Contacto
así entendido requiere la aplicación de un enfoque trans-
inscrita su identidad (véase Uluru-Kata Tjuta Board of
disciplinar que permita “cruzar” información proveniente
Management 2001).2
de distintas fuentes para abordar preguntas relativas al
Si se considera que la “apropiación simbólica del
carácter que tuvo el encuentro de estos dos mundos y los
espacio conquistado” es un factor fundamental en la
sucesos acaecidos; a cómo se dio este complejo proceso
conquista de nuevos territorios y que permite, en algún
en un tiempo tan breve; qué parte del bagaje cultural
sentido, transformarlo o al menos hacerlo compatible
local (preinka e inka) se mantuvo y utilizó durante las
con el “paisaje cultural” del conquistador, entonces guerras de rebelión; y, finalmente, cómo se puede dis-
¿cuáles serían los mecanismos que utiliza un imperio cernir todo esto desde el registro material y utilizando
expansivo para apropiarse de esos nuevos territorios datos que provienen de otras fuentes.
y transformarlos en un paisaje cultural dominado? No La investigación de estos temas se ve dificultada tanto
hay una sola respuesta a esta pregunta. Sin embargo, por las características de estos episodios (traumáticos y
desde una perspectiva arqueológica, la pregunta que con cambios vertiginosos) como por el breve lapso en
acota a la anterior sería ¿cuál es la visibilidad arqueo- que ocurrieron (con menor expectativa de correlatos
lógica de las actividades asociadas a la apropiación materiales cuantitativamente significativos). Así, por una
simbólica del espacio y cómo diferenciarlas de otras parte la arqueología se enfrenta con una baja visibilidad
actividades? material y la etnohistoria con escasas fuentes que den
En principio puede decirse que las actividades cuenta de estos episodios.
rituales parecen haber sido mecanismos muy utilizados Hasta el presente, a su vez, la investigación científica
y efectivos en relación a la apropiación simbólica del de este proceso ha sido mayoritariamente encarada
espacio (Renfrew 1994; Bradley 1996). Las activida- en forma divorciada o fragmentaria: la arqueología ha
des rituales, sobre todo aquellas llevadas a cabo por tratado de estudiar los momentos previos a la invasión
imperios en expansión, se manifiestan en eventos española a través de los vestigios materiales (Raffino et
simbólicos repetitivos, bajo determinadas circuns- al. 1993, 2001; Nielsen 1996, 1997); la etnohistoria, por
tancias y dejan correlatos materiales específicos. su parte, ha intentado discernir tanto sucesos previos
como posteriores a la invasión a través de las crónicas
Estos correlatos deberían poder ser reconocibles en
españolas (Sica & Sánchez 1992; Zanolli 1995) y la
el registro arqueológico a partir de la realización de
historia ha estudiado los momentos posteriores a la
un detallado inventario de hallazgos y sus contextos
invasión, centrando su atención en la Colonia.
(Farrington 1998).
Planteado así el problema de la investigación del
Es desde esta perspectiva que se aborda el presente
Contacto, en este trabajo se evalúan líneas de evidencia
trabajo, cuyo objetivo es analizar distintos tipos de in-
(correlatos materiales e información de fuentes de cro-
formación proveniente de sitios y motivos rupestres de
nistas) que podrían estar vinculadas con la demarcación
la Quebrada de Humahuaca (Jujuy, Argentina) que, por simbólica del paisaje en relación con estos episodios.
sus características representativas, técnicas de produc- Para ello se analizan sitios con arte rupestre que presen-
ción y localización, pueden haber estado relacionados tan motivos y temas que podrían corresponder a este
con la demarcación de diferentes paisajes culturales lapso. De estos motivos rupestres, algunos aparecen en
(figs. 1a y 1b). Cada uno de ellos estaría vinculado la iconografía andina desde tiempos muy anteriores, en
con cuatro episodios que ocurrieron en un lapso no distintos lugares, en contextos diferentes y asociados
superior a 150 años (tiempo muy breve en términos a diversos procesos. No obstante, se considera aquí
históricos y arqueológicos) y que se presentaron como que las características con que aparecen (formales,
acontecimientos traumáticos: la dominación inkaica, la técnicas, representativas), su recurrencia en la asocia-
invasión española (suceso inesperado e imprevisible), ción con otro tipo de evidencia y su localización en el
Inkas y españoles a la conquista simbólica de Humahuaca / M. I. Hernández Llosas 11
Figura 1a. Ubicación de la Quebrada de Humahuaca. Figura 1b. Ubicación de los sitios con arte rupestre mencionados
Figure 1a. Location of Quebrada de Humahuaca. en el texto.
Figure 1b. Location of the rock art sites mentioned in the text.
vida colonial. Puede dividirse en los siguientes episo- El ambiente quebradeño comienza en la Puna, en
dios o eventos: las nacientes de la Quebrada de Humahuaca a 3900 m
• Primer episodio (ca. 1480-1535 DC): anexión e snm y termina a unos 1900 m, altitud en la cual, por
instalación inka en la Quebrada de Humahuaca, so- la topografía y la biota, se observa el ecotono con las
metiendo a las poblaciones locales preexistentes. Selvas Occidentales. En total, la Quebrada de Humahuaca
• Segundo episodio (ca. 1535 DC): primera entrada abarca unos 166 km de longitud.
de los conquistadores españoles en la Quebrada Su estructura está dominada por una gran quebrada
de Humahuaca. central, que presenta un rumbo predominante norte-
• Tercer episodio (ca. 1535-1580 DC): guerras de re- sur, y sus quebradas tributarias provenientes por el
sistencia y rebelión aborigen. oeste de la Sierra del Aguilar y por el este del último
• Cuarto episodio (ca. 1580-1650 DC): victoria española contrafuerte de la Cordillera Oriental, representado
final que llevó a la anexión política y económica de en las sierras de Santa Victoria, Zenta y Tilcara. La
la región al Imperio Español y al establecimiento característica topográfica principal de este ambiente es
del modo de vida colonial. la presencia de diferentes escalones altitudinales que
pueden dividirse en dos grandes grupos, teniendo en
2. Escala espacial cuenta las diferencias ambientales y de recursos entre
unos y otros: 1) los “fondos de quebrada”, ya sea de
La escala espacial de este trabajo es la Quebrada la principal, por donde corre el Río Grande, como los
de Humahuaca, considerada aquí como una unidad tramos inferiores de las quebradas tributarias situados
geológica, geográfica y ecológica que presenta parti- entre los 1900 y los 3000 m, y 2) los tramos medios y
cularidades que la distinguen de las zonas con las que superiores de las mismas, situados por encima de los
limita: al norte y oeste, la Puna, y al este y al sur las 3000 m, considerados como “quebradas altas”.
Selvas Occidentales. Estos tres ambientes colindantes
pueden ser entendidos como “pisos ecológicos” a la Fondos de quebrada (fig. 2)
manera de Murra (1972), aun teniendo en cuenta las
diferencias internas de cada uno de ellos debido a Se caracterizan por presentar una planicie aluvial ancha
factores tales como la altitud (distintos “escalones al- cuyo cauce produce una “remoción en masa” generando,
titudinales”), la latitud y la orientación de la vertiente según los tramos, erosión y/o transporte de materiales.
de los Andes que se considere. Esta activa dinámica geológica es determinante para la
La Puna Argentina corresponde a una porción de la visibilidad arqueológica actual de los yacimientos ya que
gran meseta de altura andina (sobre los 4000 m snm) genera procesos postdepositacionales intensos que, en
–más húmeda que la Puna de Atacama chilena, pero algunos sectores, pueden “enmascarar” o “borrar” grandes
más seca que la puna peruano-boliviana– caracterizada zonas y sitios, incluso los más recientes, tapándolos bajo
por sus cuencas endorreicas. Las Selvas Occidentales gruesos mantos de detritos. El clima es “subtropical serra-
corresponden a la ladera este de la Cordillera Oriental no” (Buitrago & Larran 1994). La flora está comprendida
en su porción sur y se caracterizan por ser un gran dentro del dominio fitogeográfico Andino-Patagónico
plano inclinado que nace en las altas cumbres (alre-
dedor de los 5000 m) y termina a 500 m de altura en
el Chaco Salteño, presentando distintas formaciones y
comunidades vegetales en el trayecto, desde el “prado
alpino” en altura hasta la Selva Montana, Selva Nubosa,
etc. (Cabrera 1976). La Quebrada de Humahuaca, en
cambio, presenta características muy diferentes que se
describen a continuación.
Ubicada en el Área Andina Centro-Sur, en el tramo
sur de la Cordillera Oriental, la quebrada nace en el
sector norte de la Puna Argentina y desemboca en las
Selvas Occidentales, de manera tal que es un vector de
conexión entre las tierras altas y las bajas (fig. 1a). Este
fue uno de los factores que determinaron su importancia
estratégica en la expansión de los dos imperios (Inka y Figura 2. Fondos de quebrada: vista general de una porción del
Río Grande.
Español) en sus diferentes intereses de conquista. Figure 2. Canyon floor: view of part of Río Grande.
Inkas y españoles a la conquista simbólica de Humahuaca / M. I. Hernández Llosas 13
(Cabrera 1957, 1976) y dentro de éste, en las provincias últimos años, además, se han abierto otras preguntas
de la puna y de la prepuna (Ruthsatz & Movia 1975). La de investigación relacionadas con el registro material
fauna corresponde al dominio Andino. de ceremonialismo inka en general (véase Nielsen &
Walker 1999) y con respecto a los sitios de altura en
Quebradas altas (fig. 3) particular (Ceruti 1997).
Por otra parte, el estudio arqueológico e incluso
Se caracterizan por presentar un paisaje disectado, dispar etnohistórico de este tema ha estado centrado en la
en altitud. Tienen mayor estabilidad geológica que los situación previa a la llegada de los españoles, siendo
fondos de quebrada y han sido afectados con menor escasa o nula la interrogación acerca de cuánto y qué
intensidad por la erosión hidráulica y la remoción en perduró del legado inkaico durante el primer Contacto,
masa. Esta situación permite, en general, una mejor la rebelión y los momentos iniciales de la Colonia (Sica
visibilidad arqueológica, lo cual sumado a la presencia & Sánchez 1992; Zanolli 1995).
de afloramientos rocosos determina que los yacimientos Con respecto al tema específico del arte rupestre,
con componentes más antiguos así como los sitios con hasta ahora, en la mayoría de las investigaciones se ha
arte rupestre se concentren aquí. El clima es “árido señalado la dificultad para identificar manifestaciones
andino puneño” (Buitrago & Larran 1994); la flora está adscribibles certeramente a la presencia inka o bien para
comprendida también dentro del dominio fitogeográfico diferenciar motivos relacionados con estos eventos en el
Andino-Patagónico, pero en este caso corresponde a arte rupestre considerado “tardío” en distintos lugares
las provincias altoandinas y de la puna (Cabrera 1957; del Imperio (Raffino 1981; Hernández Llosas 1991, 1992;
Ruthsatz & Movia 1975). La fauna es la misma descrita Berenguer 2004). En este trabajo, en cambio, se van
para los fondos de quebrada. a considerar dos líneas de evidencia a explorar: 1) el
posible correlato material de la compleja actividad ritual
inka (Farrington 1998) manifestada en eventos simbó-
INKAS EN HUMAHUACA licos repetitivos, en situaciones y lugares establecidos,
con ofrendas específicas (ya sean determinados objetos,
Primer episodio: anexión e instalación inka sacrificios humanos y animales, etc.), así como con la
(ca. 1480-1535 DC) producción de motivos rupestres; y 2) la generación
de hipótesis a partir de datos obtenidos de cronistas y
Como se dijo, las investigaciones arqueológicas sobre la fuentes históricas referidas tanto a la cosmología inka
presencia inka en la Quebrada de Humahuaca, al igual como a actividades específicas relacionadas con ella, y
que en todo el Noroeste Argentino, se han centrado ma- su contrastación con evidencia arqueológica.
yormente en el estudio de la arquitectura, de la presencia
del camino inka, de la cerámica y de otros indicadores Apropiación simbólica del espacio
de la cultura material que denoten su influencia en la productivo
región (Raffino et al. 1993, 2001; Nielsen 1996).4 En los
1. El mito de Amaru y la actividad inka de marcación
y registro
Por su parte, Albornoz (1989 [1584]: 179) menciona los movimientos y la forma de la serpiente. Lo mismo
que, en su condición de ancestro, Amaru era un tipo puede decirse de la similitud formal entre los rayos y
particular de waka, de la cual algunos de los inkas prin- los movimientos y formas de las serpientes.
cipales tomaron sus nombres. A continuación describe Así, Amaru como ser mítico es concebido como la
cómo se conservaban serpientes vivas en recipientes serpiente que vuela por los aires, causa truenos y rayos
enormes durante muchos años y se las alimentaba en las tormentas, trae agua del cielo bajo la forma de
con sangre de cuyes y hierbas, dedicándoles rituales y lluvia y se transforma en ríos y quebradas. De esta
sacrificios específicos. manera, dadas sus características, este ser une el cielo
Para el tema tratado aquí tiene especial relevancia y la tierra, trayendo fertilidad.
un relato que describe Cobo (1892 [1653]: 10) y que se
refiere a Michosamaro, ser mítico que había emergido Amaru se convierte en piedra
de una cueva en Paucariqtambo con Manco Cápac. El
relato menciona que una mujer que había emergido con Albornoz (1989 [1584]: 202) relata una historia referida
él lo mató por un acto de falta de respeto hacia ella y, al momento de la entrada de los españoles en Perú,
al morir, se transformó en piedra, convirtiéndose así en cuando una serpiente llamada Amaru emergió de un
la primera waka del primer ceque de Chinchaysuyu, lago y voló hacia otro y, a causa de la noticia de la lle-
siendo una waka muy antigua a la que se le ofrecían gada de los invasores, se convirtió en piedra. Este lugar
oro, textiles y conchas marinas. existe realmente en Huarochirí, en el valle de Chillón
A su vez, en la cosmología inka los conceptos de (Farrington, comunicación personal).
ancestro y de waka están estrechamente ligados a La transformación de Amaru en piedra en este relato
los derechos sobre determinados territorios. En este de Huarochirí es relevante en cuanto expresa claramente
sentido Van de Guchte (1990: 160) comenta un relato el vínculo entre la serpiente, el agua y la piedra. A su
de Santacruz Pachacuti Yamqui acerca de un aconteci- vez presenta la aparición de Amaru en momentos de
miento milagroso ocurrido en la época del nacimiento gran transformación hacia un nuevo orden y es muy
del Amaru Topa, hijo de Pachacuti, nacido en Vilkas. probable que esta noción fuera muy anterior a la llegada
Se refiere a la aparición en el cielo de un animal mitad de los españoles (Meddens 2002).
dragón mitad serpiente, que viajó por el aire desde las
montañas de Pachatusan sobre Yungaypampa hacia Serpentiformes, cúpulas y quipus
Senqa, delimitando de esta manera el Cuzco. Así a
Amaru Topa Inka le fue dado no sólo su nombre por Retomando el vínculo señalado más arriba entre el con-
este evento, sino también las tierras que estuvieron cepto de amaru, los ancestros y el territorio, Meddens
asociadas al mismo. (2002) propone una interesante interpretación para
Según Meddens (2002), estas tierras, ubicadas al norte las piedras grabadas con cúpulas que encuentra en el
del Cuzco tienen características importantes relacionadas valle de Chicha-Soras (Departamentos de Ayacucho y
con el concepto de amaru: siempre dan buena cosecha Apurímac, Perú).
porque están permanentemente húmedas y están sobre En efecto, el autor citado encuentra recurrentemente
la frontera entre Chinchaysuyu y Antisuyu. Esta última piedras grabadas con cúpulas a lo largo de los tributa-
región (la más húmeda de los Andes) estaba relacionada rios del río Chicha, con tamaños y formas semejantes,
con el culto a la serpiente. de aproximadamente 1 m x 1 m. Los grabados están
hechos en la superficie plana superior de las rocas y
Truenos, lluvia, agua y fertilidad consisten en depresiones en forma de cúpulas en una
cantidad variable en cada soporte (de 2 a 178). En la
Siguiendo con la argumentación anterior, Meddens zona se han relevado aproximadamente 31 rocas con
(2002) sostiene que el concepto de amaru está estre- estas características, aunque se cuenta con antecedentes
chamente vinculado con los conceptos de humedad y de un número mayor en el área. Meddens observa, a su
agua en todas sus formas: truenos que traen lluvia y vez, que la distribución de estas rocas grabadas parece
su transformación en ríos que finalmente serán utiliza- guardar un patrón en relación con los tributarios, sus
dos a través de canales de irrigación para fertilizar las márgenes y los puntos cardinales, asociados a antiguos
tierras de cultivo. Anders (1986: 914) considera que las canales de riego.
características de los ríos y quebradas, con sus formas Meddens (2002) señala que la forma, tamaño y
lineales y ondulantes, bien pueden estar relacionadas ubicación de las cúpulas sugieren que podrían haber
con el concepto de amaru, como una similitud con servido tanto como recipiente para ofrendas (sólidas
Inkas y españoles a la conquista simbólica de Humahuaca / M. I. Hernández Llosas 15
o líquidas), como para recibir agua de lluvia o de los and land makes perfect sense in a society where symbols
canales rebasados, pudiendo ser usadas en rituales y in the landscape would have been perfectly understood.
Indeed they would have been essential to the management
momentos específicos. Compara estos hallazgos con of the community, its lands and resources. Detailed quipu
los resultados del trabajo realizado por Van de Guchte literacy would have been limited to the elite quipucamayoc
(1990) sobre las piedras talladas inkaicas en general, officers and administrators. Use of a simple form of quipu was
widespread among cultivators and herders for some types of
tanto en lo que se refiere a su localización como a la
record keeping; some of this was still observable relatively
interpretación que les otorga. Respecto a su ubicación, recently. Indeed more complex symbolic modern quipu use
las piedras talladas están generalmente asociadas a was recorded in Tupicocha in 1994 (Salomon 1997: 241-258).
canales, ríos o vertientes. Según Van de Guchte (1990: It seems certain that many of the basic concepts would have
been interpretable by most common people in antiquity [...]
52) éstas parecen haber funcionado como un tipo The land divisions and agricultural cycle is therefore integrated
particular de marcadores en relación con la organi- with the calendar concept and the carved stone system func-
zación del espacio a partir de los cuerpos de agua y tioned for this preliterate society as a memo graphic devise
in using the landscape, the stones and the movements of sun
con la organización del tiempo en base al calendario
and moon, in an integrated dynamic tool for the management
agrícola. Si bien la evidencia analizada por Meddens es of the agricultural cycle (Meddens 2002: 11-12).
muy diferente a las rocas talladas estudiadas por Van
de Guchte, es interesante la comparación en lo que El argumento de Meddens sintetizado aquí, si bien
respecta al posible uso de mecanismos semejantes en es muy especulativo debido a que está basado en
cuanto a la implantación de marcadores en el espacio, observaciones preliminares que no han sido sistema-
sobre rocas, para distintas funciones. tizadas aún, es un planteamiento muy interesante ya
Por otra parte, Meddens, siguiendo a Sherbondy que abre expectativas arqueológicas que pueden ser
(1986), enfatiza que en el Imperio Inka los canales de contrastadas con nueva evidencia empírica en futuras
irrigación no tenían solamente un valor económico, investigaciones. Se trata de un tema muy poco trabaja-
sino que respondían también a funciones cosmológicas do, tanto con referencia a los motivos rupestres en sí,
debido a que las fuentes de los canales eran conside- su localización y recurrencia, como con respecto a la
radas wakas. El sistema de ceques y, por definición, interpretación sobre su posible función, considerando
las wakas que constituían la manifestación concreta no sólo su emplazamiento y contextualización con
de su localización y existencia servían para delimitar otros vestigios arqueológicos, sino también con datos
los distritos de irrigación de áreas específicas que eran provenientes de fuentes de cronistas.
manejadas por diferentes ayllus/panacas (Sherbondy
1986: 46; Meddens 2002). Agrega que, si bien el sistema 2. Amaru y cúpulas en el paisaje inka de Humahuaca
de ceques es conocido con cierto detalle a través de los
cronistas españoles solamente en el caso del Cuzco, es A partir de las propuestas sintetizadas precedentemente
muy probable que éste se haya reproducido en cada y en busca de evidencia independiente que permita
poblado dentro del Imperio Inka. ampliar la discusión sobre la aparición de grabados
Siguiendo esta línea de pensamiento Meddens rupestres específicos asociados la presencia inka en
recuerda que el sistema de ceques del Cuzco ha sido la Quebrada de Humahuaca, se analiza a continuación
comparado con el concepto de quipu (Zuidema 1962, la evidencia proveniente de cuatro sitios con grabados
1998) y sugiere que la distribución de los grabados aso- rupestres (fig. 1b, véase Cuadro 1). Se pone especial
ciados a las estructuras de riego en el valle de Chicha énfasis en Campo Morado, ya que es un sitio relevado
puede corresponder a una variante del concepto de y analizado por nosotros en el año 2000 (Hernández
ceque y ser un sistema que semeja “quipus en el paisaje”, Llosas et al. 2001), por lo que se cuenta con informa-
correspondiendo las piedras grabadas con cúpulas a los ción mucho más detallada que para los otros tres, a
nudos, y los canales y ríos a los hilos. Esto se apoyaría, los cuales accedimos por información bibliográfica y/o
según el autor, en las referencias existentes en la crónica por breves visitas.
de Guamán Poma (1980 [1615]: 210-234) sobre el uso
de quipus como registro de los especialistas inkas res- El sitio Campo Morado
ponsables de la administración y el manejo de tierras,
el calendario agrícola, etc. Profundizando en esta idea Se ubica al pie del sitio Campo Morado (Departamento
Meddens sugiere que: de Tilcara, Jujuy) y corresponde a un agrupamiento de
rocas sueltas con grabados en el fondo de cuenca de la
The concept of these stones (as knots) and the river and its
tributaries (as string) forming a quipu and being ‘readable’ quebrada troncal de Humahuaca, en su tramo medio,
to the community in the context of defining rights to water casi en la misma línea que el Trópico de Capricornio.
16 Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 11, N° 2, 2006
Alero
Sitios Pintoscayoc Inca Campo Cerro CH Cerro
Coctaca Sapagua Ucumazo de los
Motivos 1 Cueva 1 Morado Negro IV Pircado
Molinos
Serpentiformes X X X X
Cúpulas X
Circunferencias X X X X
Hachuelas
X X X X
ancoriformes
Jinetes X X X X X X
Soldados inkas X X
Escenas de
X X
lucha
Camino inka X X X X
Este agrupamiento de rocas con grabados rupestres La mayoría de las restantes rocas relevadas presentan
(Hernández Llosas et al. 2001) se localiza sobre la serpentiformes o figuraciones que parecen estar relacio-
margen izquierda del Río Grande, en su primera terraza, nadas con este animal. En un solo caso se determinó
donde aparece un afloramiento de areniscas rojas de fehacientemente la representación figurativa de una
las cuales se desprendieron grandes rocas que al rodar serpiente en base al diseño de la cabeza triangular y
por la pendiente formaron un conjunto de bloques, 17 la cola, características anatómicas de estos reptiles que
de los cuales presentan grabados.5 aparecen en otras representaciones del área (rupes-
Este conjunto de bloques está en las proximidades tres y de arte mobiliar, véase infra). Los demás casos
de las construcciones más bajas del poblado conglome- fueron definidos como serpentiformes y se registraron
rado de Campo Morado (publicado a principios de siglo 32 motivos (fig. 5).
por Debenedetti 1918) y se encuentra espacialmente Todos los serpentiformes se presentan con muy alta
vinculado y asociado al camino inka que corre al pie visibilidad, tanto por su tamaño como por su localiza-
del mismo (Raffino 1981; Raffino et al. 1993). ción en el soporte y las formas de representación de
En la realización de los grabados se observa una los serpentiformes son, en su mayoría, semejantes. Esta
utilización más intensa de determinadas rocas, las que similitud permite sostener la existencia de un patrón
se encuentran próximas entre sí y se ubican en luga- representativo común; sin embargo, la presencia de
res más bajos que las construcciones del sitio Campo superposiciones entre algunas de ellas sugiere distintos
Morado y más cercanos al camino inka. A su vez, la momentos de ejecución, incluso dentro de un rango
localización de este conjunto de rocas con grabados temporal acotado.
no sólo está en asociación directa con el camino –que
pasa por entre medio de éste–, sino también con los
actuales canales de riego.
De las 17 rocas relevadas, la roca número 16 es un
caso particular por su ubicación y por los motivos que
presenta. Se encuentra espacialmente separada del resto,
sobre una explanada situada en la margen derecha de
un escurrimiento que divide al conjunto. Los grabados
que presenta son mayormente cúpulas, las que suman
43 y están asociadas a dos serpentiformes. La ubicación
del soporte, su forma aplanada y los elementos graba-
dos que contiene –que parecen haber sido ejecutados
en un evento único formando una gran composición–,
Figura 4. Roca 16 de Campo Morado con cúpulas y serpentiformes.
sugieren que esta roca podría haber cumplido una Figure 4. Rock 16 of Campo Morado, with cupolas and serpent-
función específica (fig. 4). like motifs.
Inkas y españoles a la conquista simbólica de Humahuaca / M. I. Hernández Llosas 17
Hachuela ancoriforme
de un grupo humano, realizadas como parte de una puede decirse que, como elemento de diseño, están
estrategia más general para la apropiación de nuevos presentes en textiles y cerámica inka; en este sentido es
espacios conquistados. Si, además, estas marcas están interesante hacer notar la presencia de circunferencias
vinculadas con actividad ritual, el proceso implícito en en la vestimenta de un antropomorfo hallado en Chile
esos procedimientos es la “sacralización del paisaje”, en (Berenguer 2004: 484, fig. 9.27).
este caso en función de la cosmología del grupo domi- Tanto el contexto de ofrenda de Pintoscayoc 1 como
nante que está intentando “apropiarse culturalmente” la presencia de estos dos tipos de motivos pueden haber
de estos nuevos dominios. En este sentido el resultado sido realizados durante el momento de “apropiación”
buscado por esta estrategia es transformarlo en “paisaje del territorio por parte de los inkas, pero también
conquistado” (véase infra). pueden haber seguido siendo funcionales y utilizados
La evidencia evaluada más arriba es muy sugerente en los momentos siguientes. De esto tratan los acápites
en este sentido y abre la posibilidad de plantear líneas que siguen.
de investigación que intenten buscar nueva evidencia,
tanto en determinados rasgos del paisaje (como en
el caso descrito para Pintoscayoc) como en motivos ESPAÑOLES EN HUMAHUACA
rupestres específicos.
En efecto, sitios como Inca Cueva 1 y Sapagua que Segundo episodio: entrada de los
están en vinculación directa con el camino inka (relevado conquistadores españoles (ca. 1535 DC)
como tal); Coctaca y Ucumazo que están vinculados no
sólo con vías de circulación asociadas al camino inka La invasión y conquista española del territorio Humahuaca
principal, sino también con infraestructura agrícola es parte de un proceso histórico mayor que estaba
de gran importancia en la región (véase Raffino et al. ocurriendo por entonces en el Viejo Mundo y que por
1993); y Pintoscayoc 1, que está también asociado a primera vez alcanzaba una escala global. El resultado
una senda que une dos sitios inkaicos puros (Pukara de de ese proceso fue el contacto de dos realidades abso-
Tres Cruces, en las nacientes del Río Grande, y Pukara lutamente diferentes y la dominación política directa
Morado en la quebrada de La Cueva, Hernández Llosas por parte de una sociedad con tecnología mucho más
2002), sugieren que es una línea de investigación que desarrollada sobre otra, indefensa ante la misma.
merece ser profundizada. La entrada de los conquistadores españoles a la
No hace falta recordar aquí la importancia del camino Quebrada de Humahuaca ocurre desde el Perú, faci-
inka y su reconocimiento como tal por numerosos litada por la red vial inkaica (Raffino et al. 2001: 513).
autores, pero sí es interesante mencionar una reciente Esta situación, que puede ser definida como el “primer
propuesta acerca del camino inka a manera de gran Contacto” entre dos mundos, ha sido poco estudiada
geoglifo (Berenguer 2005). Este planteamiento es muy por la arqueología. En general, ha sido tratada de
interesante en cuanto a la consideración del camino como manera separada del tema inkaico, englobando a todo
un “marcador espacial” primordial en la territorialidad el mundo aborigen prehispánico en una sola entidad
simbólica de los inkas, tal como lo sugiere el autor. a la que los españoles se enfrentaron y conquistaron,
Desde esa perspectiva, la presencia de determinados quedando el estudio de estos episodios más bien en el
motivos rupestres y sitios que pueden estar vinculados campo disciplinario de la etnohistoria y de la historia
con actividad ritual y ofrendas reforzaría la idea de que que en el de la arqueología.
se trata de actividades integradas dirigidas a reafirmar ¿Cómo fueron vistos estos españoles de las primeras
la apropiación simbólica del paisaje. entradas por los aborígenes locales? ¿Qué evidencias,
La presencia del contexto de ofrenda en Pintoscayoc además de las crónicas españolas, se poseen de estos
1 y su vinculación con determinados rituales inkaicos eventos?
asociados al culto a las wakas ha sido evaluada en La aparición de motivos rupestres conmemorativos
un trabajo anterior (Hernández Llosas 2002). Para los de esta situación puede ser estudiada aquí con esta pers-
motivos rupestres aquí descritos aún no se cuenta con pectiva (véase Hernández Llosas 2001). Efectivamente,
una evaluación detallada. No obstante, puede decirse siete sitios de la Quebrada de Humahuaca presentan
que el denominado hachuela ancoriforme presenta motivos con jinetes. En Pintoscayoc 1 hay una escena
una gran similitud formal con los tumis y éstos, así pintada en negro con motivos representados de perfil
como los tupus, aparecen en diferentes contextos aso- con jinetes y figuras antropomorfas a pie, atados por
ciados a ofrendas y actividades rituales inkaicas. Las los cuellos, que fueron interpretados como “marcha
circunferencias, por su parte, no tienen un correlato de prisioneros” (fig. 15) (véase Hernández Llosas &
que las vincule con un objeto en particular, pero sí Podestá 1982). En cuatro sitios más de la Quebrada de
24 Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 11, N° 2, 2006
0 2 cm 0 2 cm
Figuras 16a y 16b. Anverso y reverso de punta de hueso, parte del ajuar del entierro de Pintoscayoc 3.
Figures 16a and 16b. Front and back-side of bone arrow point, part of the funerary furnishings at Pintoscayoc 3.
hipótesis con respecto a qué otros motivos podrían estar representaciones de soldados inkas, formando parte,
vinculados, también, con este tercer evento. en el caso de Pintoscayoc 1, de la misma escena de
batalla.12 Estas observaciones llevan a considerar in-
¿Antropomorfos como figuraciones de soldados inkas? terrogantes acerca del papel que jugaron los distintos
actores en las guerras de rebelión: los españoles, que
En Pintoscayoc 1 la escena de lucha entre el aborigen y llegaron por el camino inka, ¿habrían sido enfrentados
el jinete forma un conjunto con otros dos antropomor- también por la infraestructura militar estatal destacada
fos representados de frente, cuyas cabezas tienen un en territorio Humahuaca?
casco o tocado representado por un trazo semicircular La información con que se cuenta hasta el presente
y sus cuerpos están constituidos por cuatro cuadrados sobre estos temas es tan escasa que resulta imposible
distribuidos en forma de damero, usando parte de la contestar ahora estas interrogantes y hasta resulta
roca como fondo-figura. Ambos portan una lanza en dificultoso plantear hipótesis que guíen la búsqueda
una de sus manos. También son de color blanco y por de nueva evidencia en este sentido. Sin embargo, tal
su localización, color y conservación parecen formar limitación no impide plantear este tipo de cuestiones,
parte de la misma escena (fig. 19). ya que ellas pueden ir abriendo una plataforma de
En Inca Cueva 1 hay representaciones idénticas a discusión futura.
éstas, con antropomorfos en damero (fig. 20) que fueron
consideradas muy tardías en la secuencia del sitio, in- 3. Evaluación
cluso post Contacto (véase Aschero 1979).
En un trabajo anterior, a partir de la comparación Además de las escenas de lucha descritas, tanto
de estas figuras con antropomorfos representados en Pintoscayoc 1 como Sapagua tienen representadas
la iconografía cerámica inka –con características muy circunferencias. Sapagua, a su vez, contiene hachue-
semejantes a las descritas (Hernández Llosas 2002)– se las ancoriformes. Por su parte, Inca Cueva 1 presenta
planteó la posibilidad de que pudieran corresponder a antropomorfos en damero, circunferencias y hachuelas
ancoriformes, todos ellos en color blanco, con técnicas papel jugó la organización inka previamente existente en
de realización y estado de conservación semejantes. Humahuaca durante las guerras de rebelión? ¿Quiénes
En Coctaca aparecen circunferencias y hachuelas la encabezaron? ¿Los curacas locales, reconocidos por
ancoriformes representadas en blanco y con técnicas los inkas, los jefes militares inkas o ambos?
de realización muy parecidas a las descritas para los
otros sitios.
Estos motivos, de algún modo, parecen estar asociados VICTORIA ESPAÑOLA Y APROPIACIÓN
entre sí y su aparición en uno u otro sitio podría estar DEL TERRITORIO HUMAHUACA
relacionada, por una parte, con la pequeña diferencia
cronológica entre el primer y el tercer episodio anali- Cuarto episodio (ca. 1580-1650 DC): victoria
zados aquí, y, por otra, con las funciones específicas española final que llevó a la anexión
de estos sitios. política y económica de la región
En este sentido las hachuelas ancoriformes y las
circunferencias pueden haber sido motivos utilizados Es muy poca la información con que se cuenta sobre
antes de las guerras de rebelión y “reutilizados” durante el proceso histórico ocurrido y los mecanismos utili-
las mismas. Si los antropomorfos en damero correspon- zados por los españoles para conquistar el territorio
den a la figuración de soldados inkas, también pueden Humahuaca y asegurar la victoria final, instaurando el
haber sido plasmados durante su dominio, pero pueden régimen colonial en la zona.
haber sido representados nuevamente en relación con Sin embargo, hay materiales disponibles para mo-
las escenas de la guerra de rebelión.13 mentos posteriores (siglo xviii) acerca de las estrategias
Este tema abre nuevamente una de las interrogantes utilizadas por los españoles para penetrar y conquistar
planteadas al principio: ¿cuáles fueron los mecanismos de sectores que hasta entonces habían permanecido insufi-
resistencia implementados y cómo se manifiestan éstos cientemente controlados dentro de sus vastos dominios
arqueológicamente? A esta pregunta se agregarían: ¿qué americanos, como es el caso del Chaco. La documen-
Inkas y españoles a la conquista simbólica de Humahuaca / M. I. Hernández Llosas 29
tación se refiere a testimonios escritos y visuales de para los futuros viandantes, marca del hombre sobre un espacio
virgen, la inscripción debía ser suficientemente duradera. El
las expediciones comandadas por Gerónimo Matorras,
texto de las inscripciones contenía con variantes algunos de
gobernador del Tucumán en 1774, y por Francisco Gavino estos datos: fecha completa o año, nombre del comandante
Arias en 1780, analizados por Penhos (2004a y 2004b) y de miembros importantes de la expedición, motivo de su
presencia allí. Una o varias cruces grabadas sobre la madera
en un interesante trabajo (véase también Jáuregui &
acompañaban el texto y señalaban la importancia del aspecto
Penhos 2000). religioso, desplegado además por medio de otros recursos
Esta autora parte de la consideración de que la (Penhos 2004a: 4; énfasis nuestros).
estrategia de apropiación militar del territorio estaba
sostenida, en este caso, básicamente por una apropia- Agrega que “[…] los jesuitas parecen haber utilizado
ción simbólica del espacio, como ella lo define, a partir cruces de madera como hitos del camino, tejiendo una
de la “necesidad de aprehender el territorio chaqueño red visual que facilitaba la identificación de sendas entre
en clave cristiana” y, en particular, las expediciones de diferentes reducciones y posibilitaba un control radial
“Matorras y Arias se proponían el retorno a la mecánica sobre el territorio sometido, a partir de cada pueblo”
de incorporación del territorio por medio de la reducción (Penhos 2004a: 4; énfasis nuestros).
de sus habitantes a la fe católica. Para ello contaron con Señala también el uso de prácticas simbólicas con-
misioneros, sobre todo franciscanos, y también con el cretas como estrategias de conquista y dominación
apoyo del clero secular” (Penhos 2004a: 2-3). En este tales como la conversión, cuyo objetivo es “pacificar” a
sentido, la autora plantea la hipótesis de que grupos considerados peligrosos, y que constituye “una
práctica, también de vieja data, [que] instala por otra
[…] las imágenes de culto y los altares improvisados, los vía la dimensión religiosa en la entrada: el bautismo
rosarios y estampas para repartir entre los indios, las cruces
e inscripciones a modo de marcas en el camino contribuye- masivo y, asociado con él, la dación de nombres cristia-
ron decisivamente en la apropiación simbólica de la región nos a indígenas destacados” (Penhos 2004a: 9). Dentro
chaqueña, reconvirtiéndola de un espacio salvaje y peligroso de este marco estratégico se inscribe la realización de
en una porción de la cristiandad (Penhos 2004a: 11).
ceremonias religiosas ligadas a las negociaciones con
los líderes aborígenes locales:
Asimismo, señala la relevancia que tuvieron “los
poderes y las funciones de las imágenes como impor- Para la ceremonia religiosa desarrollada el día siguiente del
tantes instrumentos de transculturación, vehículos de primer encuentro entre Matorras y Paykin, se alzó un altar
transmisión de jerarquías y valores, plasmación visual al pie del árbol de vinal. La relación de proximidad entre el
altar con las imágenes y el árbol y la cruz grabada da a la
de una concepción del mundo que, proveniente de inscripción un carácter sagrado que, superponiéndose a los
Europa, sufrió elaboraciones y resignificaciones en significados antes señalados, los potencia. [A su vez] Matorras,
América” (Penhos 2004a: 11). a pedido de Paykin, le regala ‘la bandera con la imagen del
Santo Apóstol y armas reales’ que el cacique promete tener
En su análisis de las fuentes identifica ciertas prácticas ‘en la mejor veneración y custodia’. Este gesto del goberna-
que apuntan en esta dirección, tales como la denomi- dor, que puede interpretarse en principio como de confianza
nación de lugares con nombres cristianos hacia el jefe nativo, pone en evidencia una capacidad de
las imágenes –en este caso nada menos que la de Santiago
asociada a las armas del Rey– para hacer presente el poder
[…] como ‘Santa Rosa’, ‘Santa Bárbara’, etc., [que] hablan a su ausente y transferir simbólicamente una parte de él. Como
vez de una apropiación del espacio en clave religiosa, poniendo custodio del estandarte, Paykin adquiere cierto poder, acep-
la entrada bajo el designio sagrado de una misión trascendente” tando a cambio su condición de nuevo vasallo de la corona.
[…] El carácter religioso de la expedición se expresa también De alguna manera, este episodio refuerza el significado de
en otras marcas en el espacio –la nominación de parajes con los bastones de mando regalados a los caciques y señala
nombres de santos–, y marcas en el tiempo del recorrido –la especialmente a Paykin como jefe principal (Penhos 2004a:
permanente alusión a las festividades católicas– […] (Penhos 9-10; énfasis nuestros).
2004a: 7; énfasis nuestros).
arte rupestre. En efecto, en Quebrada de Humahuaca el apropiado a partir de la construcción de iglesias exac-
sitio Campo Morado presenta dos motivos cruciformes. tamente sobre sitios sagrados prehispánicos, tanto en
En otros lugares la profusión de cruces es mayor, como grandes centros urbanos como Tenochtitlán o Cuzco,
es el caso del norte de Chile (Berenguer 2004: 493, fig. como en pequeños pueblos y aldeas; la distribución de
9.36). En otros, como el sur de Bolivia, la literatura pueblos y territorios en “reducciones” indígenas bajo
arqueológica señala no sólo la presencia de cruces, la tutela de distintas órdenes religiosas; y la recreación
sino también la representación de iglesias (Querejazu de los rituales cristianos en estos nuevos territorios
Lewis 1992). uniéndolos, a través del ceremonialismo propio de la
Luego, ¿qué similitudes y diferencias se pueden cosmología europea del siglo xvi, a la metrópolis sede
observar entre la estrategia descrita para la entrada es- del dominio imperial español.
pañola en nuevos territorios con algunas de las prácticas La construcción del paisaje sagrado, entonces, alcanza
conocidas del Imperio Inka en sus avances de conquista? dimensiones e importancia pocas veces resaltadas, en
Esta pregunta se analiza en el acápite siguiente. particular para el caso de los imperios en expansión,
cuyas estrategias de conquista se basaron en gran
Apropiación simbólica del territorio y su medida en este mecanismo.
transformación en paisaje sagrado
Una vez producido el primer Contacto, la aparición Para terminar, es importante hacer una breve re-
de complejas escenas con jinetes en el arte rupestre flexión sobre la relación entre los grupos humanos y
parece retratar los acontecimientos, pero, a su vez, su territorio. La apropiación simbólica del espacio y
la localización de los sitios y la presencia de motivos su transformación en “paisaje cultural” es una parte
previos y posteriores también sugieren que la elección importantísima de esta relación. De hecho, el conoci-
estaba determinada por lugares con un significado miento del territorio por parte de un grupo social se
especial. basa no solamente en el conocimiento de la ubicación
Luego, durante las “guerras de rebelión” ciertos sitios de los recursos en el espacio y de sus ciclos (climático,
especiales vuelven a tomar protagonismo. Es allí donde biológico, etc.), sino también en la percepción y en la
se plasman motivos tales como las circunferencias, que aprehensión del mismo en cuanto lugar donde ocurrie-
no obstante la imposibilidad de descifrar su significado, ron los hechos del pasado, donde está el origen (mitos
sí permiten reconocer su importancia como marcadores de origen), donde ocurrieron episodios memorables
simbólicos en el paisaje. Algo semejante ocurre con (tiempo mítico) que dan identidad a ese grupo en rela-
las hachuelas ancoriformes cuya similitud formal con ción específica con ese lugar. Así, cada paisaje cultural
los tupus y con los tumis permite reconocerlos como es parte fundamental de la identidad de un pueblo y
elementos importantes en la ritualidad inka, puesto los pueblos originarios se sienten “parte de la tierra” y
que estos objetos aparecen muy recurrentemente como no “dueños de la tierra”.
ofrendas en distintos episodios rituales a lo largo de Esta concepción está plasmada con mucha claridad
todo el Imperio.15 Los motivos figurativos asociados a en la declaración de los Anangu Pitjantjatjara de Uluru,
estos momentos corresponden, por una parte, a los ubicado en el desierto central australiano, cuando afirman
denominados antropomorfos en damero, interpretados que el paisaje es su patrimonio y lo denominan con la
aquí como soldados de guarniciones inkas que están palabra Tjukurpa de la siguiente manera:
acompañando compositivamente escenas de lucha entre
aborígenes y españoles en Pintoscayoc 1.16 The Uluru Kata Tjuta Landscape was, is and will always be a
significant place of knowledge and learning. All the plants,
Finalmente, cuando los españoles desplegaron sus animals, rocks, waterholes, contain important information about
estrategias de conquista y ganaron la contienda, comenzó life and living here, now, and for all times. Anangu grandparents
la colonización. Otro “paisaje sagrado” reemplazó a los and grandchildren will always gain their knowledge from this
landscape. They will live in the proper way. This is Tjukurpa
anteriores: ahora se pobló de iglesias, capillas, cruces, (Uluru-Kata Tjuta Board of Management 2001).
reducciones de indios bajo la tutela de sacerdotes cris-
tianos, toponimia cristiana, etc.
Con referencia al arte rupestre en particular, en- RECONOCIMIENTOS La realización de este trabajo se debe en
tonces, no se puede hablar de un “arte rupestre inka” gran medida a mi estancia como investigadora en el Humanities
Research Center de la Australian National University, durante la cual
como no se puede hablar de un “arte rupestre español”. tuve la oportunidad de interactuar con colegas de todo el mundo
En cambio, puede decirse que ocurrieron episodios de y abrir nuevas formas de análisis respecto a los resultados de mis
producción de arte rupestre contemporáneos a esos investigaciones en Humahuaca realizadas durante muchos años.
Las jornadas de trabajo con Ian Farrington fueron particularmente
acontecimientos y relacionados con ellos, en función de esclarecedoras y aprecio sobremanera su dedicación y amistad;
los mecanismos de apropiación simbólica del espacio la participación en la conferencia por él organizada denominada
por parte de ambos imperios. La realización de arte Landscape and symbol in the Inka State fue también muy enrique-
cedora. Por otra parte, quiero expresar mi agradecimiento a Pepe
rupestre vinculado con las guerras de rebelión también Berenguer que con sus comentarios y aportes ayudó a mejorar
muestra la importancia de la producción de marcas enormemente la versión inicial de este manuscrito. No obstante,
en el paisaje en relación con esos episodios y con la todos los conceptos vertidos aquí son de mi exclusiva respon-
sabilidad. Finalmente quiero agradecer a la comunidad Anangu
defensa del territorio. Pitjantjatjara de Uluru, con la que tuve el privilegio de trabajar
Como se dijo en un principio, este trabajo intenta y convivir, por sus enseñanzas, por compartir conmigo parte de
señalar algunas nuevas vías de análisis para futuras su sabiduría y fundamentalmente por su amistad.
a crónicas en relación con los inkas presentadas en este trabajo de perfil. La interpretación que dan los investigadores chilenos a
fueron seleccionadas por Ian Farrington, con quien trabajamos en estas representaciones, por sus características y emplazamiento y
la School of Archaeology and Anthropology, Australian National de acuerdo a crónicas españolas es, también, muy diferente a la
University, Canberra, Australia, durante una estadía de investiga- que nosotros damos en este trabajo. En el caso chileno estiman que
ción posdoctoral realizada en el primer semestre de 2002 en el estas figuras están vinculadas con la imagen del Apóstol Santiago
Humanities Research Center, anu. y la apropiación simbólica que de la misma parecen haber hecho
2 “It is ‘the landscape as a whole –that largely man-made
los indígenas locales (véase Gallardo et al. 1990: 238).
tapestry– in which all other artifacts are embedded […] which 11 Hallazgos semejantes y con una estimación cronológica
gives them their sense of place’” (Lowenthal 1981). comparable fueron realizados en el sitio de La Falda de Tilcara.
3 Cúpulas, serpentiformes, circunferencias, hachuelas ancorifor-
Al respecto véase Rivolta y Nielsen 1996-98; Bordach et al. 1998;
mes, motivos en damero que forman vestimentas de antropomorfos, Vázquez 2004.
son los cinco motivos que se presentan aquí como parte de la 12 Es interesante mencionar aquí datos relevantes a esta
discusión en su relación a los episodios estudiados. Todos ellos observación que provienen de escudillas diaguita inka del Norte
aparecen, como se dijo, en el Área Andina y aun en otras regiones, Chico de Chile, en las cuales hay representados personajes con
desde tiempos muy anteriores; sería imposible listar aquí dichas túnica en damero similares a los de Pintoscayoc (Museo Chileno
apariciones y contextos. Su evaluación en este trabajo se centra en de Arte Precolombino 1991: 75, 85). Se ha reportado, también, la
la definición de características particulares de cada uno de ellos y presencia de un antropomorfo grabado en un bloque del Norte
en la búsqueda de recurrencias y asociaciones relevantes para los Chico chileno cuya cronología fue estimada como correspondiente
problemas planteados. El hecho de la larga trayectoria temporal y al momento de ocupación inka de la región (Jackson 2004).
espacial de alguno de ellos también es relevante en cuanto a su 13 Una interpretación alternativa a ésta es considerar que los
perduración en el tiempo y su posible “resignificación” por parte antropomorfos en damero más que representaciones de “soldados
de las sociedades humanas subsecuentes. de guarniciones inkas” hayan sido parte de un discurso mesiánico
4 Ver en esa misma publicación las interesantes críticas reali-
local posterior al contacto con los españoles, que enarbola la
zadas por H. Yacobaccio y J. A. Pérez Gollán al trabajo de Nielsen imagen de esos soldados quizás como estrategia de resistencia
con respecto a este tema. al invasor europeo, teniendo en cuenta que el mesianismo inka
5 El relevamiento y análisis de estos grabados rupestres fue
surge en muchas partes de los Andes en el período considerado
llevado a cabo por el Programa de Arte Rupestre (par) Sección (Berenguer, comunicación personal 2005).
Arqueología, Instituto de Ciencias Antropológicas, Facultad de 14 Si esto es así y la producción de cúpulas y serpentiformes
Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (véase Hernández fueron parte de estos mecanismos, entonces su realización debió
Llosas et al. 2001), en el marco del proyecto “Procesos arqueoló- estar, al menos, supervisada por agentes estatales inkas.
gicos de complejidad sociopolítica en Huacalera, Departamento 15 La similitud formal entre las hachuelas ancoriformes, los
de Tilcara, Provincia de Jujuy, Quebrada de Humahuaca”, dirigido tumis y los tupus se presenta aquí como una observación preli-
por el Dr. Jorge Palma. minar, también a ser investigada en el futuro.
6 La información arqueológica con que se cuenta para el
16 El antropomorfo ilustrado por Berenguer (2004: 484, fig.
poblado conglomerado de Campo Morado es aún muy escasa, ya 9.27) que presenta circunferencias en su vestimenta, resulta muy
que luego del trabajo de Debenedetti (1918) las investigaciones se interesante para esta discusión porque podría corresponder a otra
han retomado recientemente a cargo del Dr. Palma y todavía están “variedad” de soldados inkas, en relación con los antropomorfos
en curso. Sin embargo, en base a las colecciones obtenidas por en damero plasmados antes de la invasión española. Pero también
Debenedetti, pueden asumirse por lo menos dos momentos de
puede estar indicando la relevancia y posible contextualización
ocupación del sitio, uno inmediatamente preinka y otro durante
de las circunferencias en este lenguaje gráfico. Este comentario
la ocupación inka de la región.
7 Como se dijo, solamente para Campo Morado se cuenta con podría ser tomado como una hipótesis a contrastar con nuevos
hallazgos.
un relevamiento y análisis completo. Así las cosas, la “ausencia” de
determinada evidencia en los otros tres sitios debe ser evaluada
teniendo presente esta situación. A su vez deber ser considerado
el accionar de agentes de transformación postdepositacional que
pueden haber actuado en lugares como los que están emplazados
REFERENCIAS
estos sitios, ya que están muy expuestos a la erosión directa del
agua, la que puede haber arrasado éstas y otras evidencias asocia- A lbornoz, C. de, 1989 [1584]. Instrucción para descubrir todas
das. En Sapagua, por ejemplo, se observa claramente la erosión del las guacas del Pirú y sus camayos y haziendas. En Fábulas y
agua sobre los motivos bajos ya que la roca se ubica directamente mitos de los incas, H. Urbano & P. Duviols, Eds., pp. 161-198.
sobre el cauce del río (Observación personal 2003). Madrid: Historia 16.
8 De hecho, luego de presentar estas propuestas en un con- A nders, M. B., 1986. Dual organization and calendars inferred from
greso internacional e intercambiar información e ideas sobre estos the planned site of Azangaro: Wari administrative strategies.
temas, colegas chilenos presentaron una evidencia susceptible de Unpublished Ph.D. dissertation, Department of Anthropology,
discutir bajo esta perspectiva y lo hicieron en un reciente trabajo Cornell University, Ithaca NY.
(Valenzuela et al. 2004). A schero, C., 1979. Aportes al estudio del arte rupestre de Inca
9 En trabajos anteriores (Hernández Llosas 1998, 2000) esta Cueva 1 (Depto. Humahuaca, Jujuy). Antiquitas 2: 419-459,
evidencia fue interpretada de manera diferente a la que se presenta Actas de las Jornadas de Arqueología del Noroeste Argentino,
aquí y en Hernández Llosas 2002, debido a una revisión y reeva- Buenos Aires.
luación de los contextos y materiales. A la luz de los trabajos que —— 1988. Pinturas rupestres, actividades y recursos naturales:
realizamos en el Humanities Research Center de anu en conjunto un encuadre arqueológico. En Arqueología Contemporánea
con Ian Farrington, se presentó una nueva interpretación de la Argentina, H. D. Yacobaccio Ed., pp. 109-145. Buenos Aires:
misma, que se sintetiza en este trabajo. Ediciones Búsqueda.
10 Para Ayquina, Atacama, Chile, ha sido descrita la presencia
—— 1999. El arte rupestre del desierto puneño y el Noroeste
de 28 motivos de jinetes con características representativas dife- Argentino. En Arte rupestre en los Andes de Capricornio,
rentes a las de los motivos evaluados en este trabajo. En efecto, J. Berenguer & F. Gallardo, Eds., pp. 97-135. Santiago: Museo
los jinetes de Ayquina presentan un diseño rígido y esquemático; Chileno de Arte Precolombino / Banco de Santiago.
el antropomorfo que figura al jinete está representado de frente y Ashmore, W. & A. B. Knapp (Eds.), 1999. Archaeologies of landscape:
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