Está en la página 1de 23

En fecha 25 de julio de 2013 se dio por recibido en este Juzgado Superior, previa

distribución, la querella interpuesta por la abogada Marisela Cisneros Añez,


Inpreabogado Nro. 19.655, actuando en su carácter de apoderada judicial del
ciudadano HÉCTOR LUIS VILLARROEL MUJICA, titular de la cédula de identidad
Nro. 11.407.076, contra la Resolución Nº 006-13 del 22 de abril de 2013 suscrita
por el Director del INSTITUTO AUTÓNOMO DE POLICÍA MUNICIPAL DEL
MUNICIPIO CHACAO DEL ESTADO MIRANDA, mediante la cual se procedió a
destituir al prenombrado ciudadano del cargo de Oficial Jefe.

En fecha 29 de julio de 2013, este Juzgado admitió la querella y ordenó citar al


ciudadano Presidente del Instituto Autónomo de Policía Municipal del
Municipio Chacao del estado Miranda, para que de conformidad con lo
establecido en el artículo 99 de la Ley del Estatuto de la Función Pública, le
diera contestación a la querella. Asimismo, se ordenó a ese Instituto remitir a
este Tribunal el expediente disciplinario del querellante y a tal fin se le
concedieron quince (15) días hábiles a partir de su notificación. Igualmente se
ordenó notificar de la admisión de la querella al Síndico Procurador Municipal
del Municipio Chacao del estado Miranda y al Alcalde del Municipio Chacao del
estado Miranda.

En fecha 20 de enero de 2014 los abogados Pedro Rodríguez París, Alejandro


Obelmejia Latorre, Ingrid Figueroa Moncada, Idania Mora Rojas y Duglavia
Henríquez Camperos, Inpreabogado Nros. 144.827, 93.617, 59.820, 188.589 y
117.228, respectivamente, actuando como apoderados judiciales del Instituto
querellado, dieron contestación a la querella.
En fecha 22 de enero de 2014 se agregó a los autos copias certificadas del
expediente disciplinario relacionado con la presente causa.

En fecha 27 de enero de 2014 se celebró la audiencia preliminar en la presente


causa, dejándose constancia de la incomparecía de la parte querellante y la
comparecencia de la parte querellada, quien no solicitó la apertura del lapso
probatorio.

Cumplidas las fases procesales, en fecha 26 de febrero de 2013 se celebró la


audiencia definitiva, y se dejó constancia de la asistencia de la representación
judicial de la parte querellada y de la inasistencia de la parte querellante a dicho
acto procesal. Seguidamente el Juez anunció que el dispositivo del fallo sería
publicado dentro de los cinco (05) días de despacho siguientes. El día 11 de
marzo de 2013 se publicó el dispositivo del fallo declarando parcialmente con
lugar la querella interpuesta, se informó a las partes que el texto íntegro de la
sentencia se publicaría dentro de los diez (10) días de despacho siguientes. De
conformidad con el artículo 107 de la Ley del Estatuto de la Función Pública,
corresponde a este Juzgado dictar el extenso de la sentencia, lo que hará sin
narrativa y con exposición breve y concisa de los extremos de la litis por exigirlo
así el artículo 108 ejusdem, lo cual se hace en los siguientes términos:

I
MOTIVACIÓN

Pasa ahora este Tribunal a decidir sobre el fondo del asunto debatido y al
respecto observa que el actor fue objeto de la medida disciplinaria de
Destitución del cargo de Oficial Jefe que desempeñaba en el Instituto
Autónomo de Policía Municipal del Municipio Chacao del estado Miranda, en
virtud “de haber incurrido en las causales referidas a CONDUCTAS DE
DESOBEDIENCIA O INDISPOSICIÓN FRENTE A INSTRUCCIONES DE SERVICIO O
NORMAS Y PAUTAS DE CONDUCTA PARA EL EJERCICIO DE LA FUNCIÓN
POLICIAL, DESOBEDIENCIA DE ÓRDENES E INSTRUCCIONES DEL SUPERVISOR O
SUPERVISORA INMEDIATO, EMITIDAS POR ÉSTE EN EL EJERCICIO DE SUS
COMPETENCIAS, REFERIDAS A TAREAS DEL FUNCIONARIO O FUNCIONARIA
PÚBLICO, FALTA DE PROBIDAD Y ACTO LESIVO AL BUEN NOMBRE O A LOS
INTERESES DEL ÓRGANO O ENTE DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, supuestos
de hecho contemplados, en ese mismo en el artículo 97, numeral 3 de la Ley del
Estatuto de la Función Policial y en el artículo 86, numerales 4 y 6 de la Ley del
Estatuto de la Función Pública.
Contra el aludido acto destitutorio se hacen las impugnaciones y defensas que
de seguidas pasa este Órgano Jurisdiccional a resolver:

Señala la representación judicial de la parte querellante que su representado es


un funcionario de carrera, pues ingresó a la Administración Pública,
concretamente a la Fuerza Armada Nacional, en fecha 01 de julio de 1995,
ingresando en fecha 01 de enero de 2001 al Instituto querellado.

En este sentido, señala que en fecha 05 de junio de 2013, a pesar de


encontrarse de reposo debidamente consignado ante la comandancia, le fue
notificada su destitución del cargo que desempeñaba, pues de manera
inexplicable y arbitraria su representado fue destituido del cargo sin respetarse
su condición de salud, la cual se encuentra bastante quebrantada, tanto que
requiere de una intervención quirúrgica inaplazable, a los efectos de tratar de
recuperarse como ser humano de un accidente sufrido en ejercicio de sus
funciones, por lo que el funcionario se dirigió al Instituto Nacional de
Prevención, Salud y Seguridad Laborales, todo lo cual violentó su derecho a la
salud.

Para decidir al respecto, estima necesario este Tribunal traer a colación el


contenido del artículo 83 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, el cual reza lo siguiente:

“Artículo 83. La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado,


que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y
desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar
colectivo y el acceso a los servicios. Todas las personas tienen derecho a la
protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su
promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de
saneamiento que establezca la ley, de conformidad con los tratados y convenios
internacionales suscritos y ratificados por la República.”

Del contenido del artículo trascrito con anterioridad, se observa que la salud fue
consagrada por nuestro constituyente como un derecho social de carácter
fundamental, cuya garantía se encuentra establecida como una obligación
atribuida al Estado Venezolano como parte del derecho a la vida, siendo
además reconocido internacionalmente como un derecho humano; el cual
implica la posibilidad que tiene todo miembro de la sociedad de reclamar del
Estado la satisfacción de dicho derecho, mediante el establecimiento de
aquellas medidas necesarias para asegurar el cumplimiento y desarrollo del
mismo. En este orden de ideas, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, mediante Sentencia N°.487, dictada en fecha 06 de abril de 2.001, ha
desatacado lo siguiente:

“…el derecho a la salud, no se agota en la simple atención física de una


enfermedad a determinada persona, sino que el mismo se extiende a la
atención idónea para salvaguardar la integridad mental, social ambiental, etc,
de las personas incluso de las comunidades como entes colectivos imperfectos,
en tanto que no estén dotadas de un estatuto jurídico especial que les brinde
personería en sentido propia”.

Bajo estos lineamientos, le corresponde a este Juzgador verificar si en el caso


que nos ocupa la Administración Pública violentó el derecho a la salud del hoy
querellante, al momento de emitir el acto destitutorio que se impugna, en ese
sentido, observa este Tribunal que riela del folio 179 al 182 y del 196 al 213 del
expediente disciplinario, así como también del folio 20 al 26 del expediente
judicial, copias certificadas y copias simples, respectivamente, de los diferentes
informes médicos y reposos que fueran consignados por el actor ante el
Instituto querellado, de donde se desprende que el actor ha tenido acceso a los
distintos servicios de atención médica a los fines de tratar las diferentes
dolencias que ha padecido con el devenir del tiempo, encontrándose inclusive
de reposo en varias oportunidades a los fines de salvaguardar su estado de
salud; todo lo cual denota en criterio de quien aquí Juzga que al querellante en
ningún momento se le violentó su derecho a la salud, pues el mismo siempre
tuvo acceso a las instituciones médicas correspondientes a fin de efectuar el
tratamiento y cuidado que ameritaba su condición médica, siendo recibidos
todos y cada uno de los reposos consignados ante la Institución a fin de lograr la
recuperación de su estado de salud, razón por la cual mal podría denunciar la
parte actora la violación del derecho a la salud en el presente caso, en
consecuencia se declara improcedente dicha denuncia, y así se decide.

De igual manera, denuncia la representación judicial de la parte querellante que


el acto administrativo impugnado es derivado de un procedimiento prescrito,
toda vez que en primer término excedió con creces el lapso para su instrucción,
lo que se evidencia del texto de dicho acto, donde puede constatarse que
efectivamente la averiguación disciplinaria se inició en fecha 15/11/2011 y la
notificación de destitución se hace un año y seis meses después de los
presuntos hechos, lo cual de acuerdo con la reciente jurisprudencia de la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo y de los Juzgados Superiores
Contenciosos, califica como prescrita la averiguación administrativa; en tal
sentido, invoca la sentencia de fecha 01/03/2011 dictada por este Juzgado
Superior y ratificada por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo,
expediente AP42-R-201R326. Asimismo, indica la parte actora que el Instituto
querellado formula los cargos al hoy querellante en fecha 13/11/2012, es decir,
más de un año después de los presuntos hechos.

Por su parte, la representación judicial del Instituto querellado argumenta que


el hecho de que el acto administrativo haya sido dictado en el marco de un
procedimiento administrativo en el que había transcurrido un año y medio
después de haberse iniciado, debemos señalar que tal aseveración en nada
afecta la legalidad, validez y eficacia del acto, pues el mismo derivó de un
procedimiento sustanciado conforme a la ley, en el que se le garantizó en todo
momento el ejercicio del derecho a la defensa al querellante, tal como el mismo
lo reconoce en su escrito libelar y al haber participado activamente en el
mismo, declarando en relación con la investigación que se le seguía y al haber
tenido la oportunidad de presentar los alegatos y pruebas que considerara
convenientes a sus intereses, razón por la cual considera dicha representación
que tal argumento carece de fundamentación y debe desestimarse por
infundado, pues el acto administrativo fue dictado con apego total y absoluto a
la normativa procedimental aplicable y ajustándose a los lapsos previstos en
ella.

Para decidir al respecto, observa este Tribunal que la prescripción de ocho (8)
meses establecida en el artículo 88 de la Ley del Estatuto de la Función Pública,
se cuenta a partir del momento en que el funcionario o funcionaria de mayor
jerarquía dentro de la respectiva unidad tuvo conocimiento del hecho
constitutivo de la falta y no solicitó la apertura de la correspondiente
averiguación administrativa. Dicho artículo 88 de la Ley del Estatuto de la
Función Pública señala que:

“Artículo 88: Las faltas de los funcionarios o funcionarias públicos sancionadas


con la destitución, prescribirán a los ocho meses, a partir del momento en que
el funcionario o funcionaria público de mayor jerarquía dentro de la respectiva
unidad tuvo conocimiento, y no hubiere solicitado la apertura de la
correspondiente averiguación administrativa.”

De la norma antes trascrita ha de concluirse que la prescripción en materia


disciplinaria funcionarial en los casos de destitución, se encuentra consagrada
en una ley especial y que si bien es cierto, ésta regula los lapsos en los cuales
deben cumplirse las diferentes etapas del procedimiento, la ley sólo hace
referencia a la verificación de la prescripción por el transcurso de ocho meses
(en el caso de destituciones), siempre y cuando no se haya solicitado la apertura
de la correspondiente averiguación disciplinaria, acto de apertura éste que
interrumpe en principio la materialización de la prescripción.

En ese orden de ideas en materia disciplinaria-administrativa, la prescripción es


la figura jurídica mediante la cual el transcurso del tiempo produce la extinción
de la posible sanción disciplinaria que pudiera ser objeto el funcionario por
determinados hechos previstos de forma expresa como ilícitos administrativos y
que son susceptibles de ser sancionados; ahora bien, ha sido criterio de este
Tribunal acogiendo lo expuesto por la Sala político Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, que no sólo acontece el lapso de prescripción, tal como se
mencionó anteriormente, de ocho (8) meses contados a partir de la fecha en
que el superior jerarca tiene conocimiento de ello, como lo indica el artículo 88
de la Ley del Estatuto de la Función Pública el cual fue parcialmente trascrito,
sin que éste solicite la correspondiente apertura de la averiguación disciplinaria
dentro del aludido lapso, sino que ésta igualmente puede verificarse en el
transcurso de la sustanciación del procedimiento disciplinario. Si bien es cierto
que en materia administrativa la formalidad no tiene, en cuanto a la
sustanciación, la misma rigurosidad que en la vía judicial, ello no es óbice para
que los procedimientos se perpetúen en el tiempo en cuanto a su sustanciación,
pues es por ello que el legislador ha previsto la institución de la prescripción, la
cual tiene como uno de sus fines la seguridad jurídica, tan es así que en materia
mucho más grave que una responsabilidad disciplinaria, como son los hechos
delictuosos o criminales, ésta también está prevista.

De manera pues que la prescripción puede, como se dijo antes, verificarse


durante el procedimiento si éste no es impulsado por actuaciones por parte del
ente u organismo sustanciador, transcurriendo más de ocho (8) meses de
paralización, pues a diferencia de la caducidad, la prescripción sí admite
interrupción, la cual ocurre cada vez que en el procedimiento administrativo-
disciplinario la Administración Pública realiza un acto de sustanciación, siempre
y cuando entre cada uno de estos actos no haya transcurrido un lapso de ocho
meses.

Así las cosas, de la revisión exhaustiva de las actas que conforman el expediente
disciplinario del hoy querellante, observa este Órgano Jurisdiccional que en el
presente caso, el Instituto Autónomo de Policía Municipal del Municipio Chacao
tuvo conocimiento de la supuesta falta cometida por el hoy querellante, la cual
en criterio de la Institución era proclive a ser sancionada con la destitución del
cargo que desempeñaba, en fecha 24/10/2011, cuando el actor presuntamente,
frente a la sede principal de la mencionada Institución Policial, ofreció una
entrevista pública al canal de televisión “Venezolana de Televisión”, en relación
a la disconformidad con el pago de las utilidades, sin previamente haber
obtenido la autorización del máximo jerarca de dicho Instituto; observando éste
Juzgado que en fecha 15/11/2011 el Coordinador de la Oficina de Control de
Actuación Policial del Instituto querellado procedió, previa solicitud del
Coordinador del Centro de Coordinación Policial de la referida Institución, quien
a su vez seguía instrucciones del Director General (E) del prenombrado
Instituto, a levantar un acta de apertura del procedimiento disciplinario a
instruir contra el ciudadano Héctor Luís Villarroel Mujica, titular de la cédula de
identidad Nro. 11.407.076 (parte querellante), en virtud de los hechos descritos
ut supra. Ahora bien, observa este Tribunal que entre la fecha para la cual tuvo
conocimiento el Instituto de Policía Municipal del Municipio Chacao de los
hechos o faltas cometidas por el actor, esto es, 24/10/2011, hasta la fecha en la
cual se aperturó el correspondiente procedimiento disciplinario, esto es,
15/11/2011, transcurrieron exactamente 22 días, es decir, menos del lapso de
08 meses contemplado en el artículo 88 de la Ley del Estatuto de la Función
Pública para que el funcionario de mayor jerarquía dentro de la respectiva
unidad, procediera a solicitar la apertura de la correspondiente averiguación
administrativa-disciplinaria, por lo que, mal podría alegarse en el caso que nos
ocupa la prescripción de la acción sancionatoria por parte del organismo
querellado.

Sin embargo, no deja de observar quien aquí Juzga que la representación


judicial de la parte querellante denuncia que la averiguación disciplinaria se
inició en fecha 15/11/2011 y la notificación de destitución se realizó un año y
seis meses después de los presuntos hechos, lo cual, en su criterio y conforme a
la reciente jurisprudencia de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo
y de los Juzgados Superiores Contenciosos, califica como prescrita la
averiguación administrativa. En este sentido, estima prudente este Tribunal
acotar que, tal como se indicara con anterioridad, la prescripción puede
verificarse durante el procedimiento si éste no es impulsado por actuaciones
por parte del ente u organismo sustanciador, actuaciones éstas que en todo
caso interrumpirían el lapso de prescripción del procedimiento administrativo-
disciplinario, siempre y cuando entre cada uno de estos actos no haya
transcurrido un lapso de ocho (8) meses, de lo contrario, de transcurrir dicho
lapso de tiempo, si se verificaría la aludida prescripción. Ahora bien, este
Órgano Jurisdiccional procedió a revisar minuciosamente las actas que
conforman el expediente disciplinario a fin de corroborar, si tal como lo indica
la parte actora, entre la fecha en la cual se procedió a levantar el acta de
apertura del procedimiento disciplinario, esto es, 15/11/2011, y la fecha en la
cual se procede a notificar de la resolución impugnada al hoy querellante, esto
es, 05/06/2013, transcurrió de manera ininterrumpida el lapso de 8 meses al
cual hace referencia el artículo 88 de la Ley del Estatuto de la Función Pública, a
fin de considerarse, tal como lo pretende hacer ver la parte querellante,
prescrito el procedimiento administrativo-disciplinario.

En este sentido, se observa que riela al folio 01 del expediente disciplinario del
actor, copias certificadas del memorando Nro. CCP/2011-11-438 de fecha
15/11/2011, suscrito por el Coordinador del Centro de Coordinación Policial y
dirigido al Coordinador de la Oficina de Control de Actuación Policial, mediante
el cual el primero de los nombrados solicita la apertura de un procedimiento
disciplinario en contra del actor; riela al folio 03 del aludido expediente, copias
certificadas del acta de apertura del procedimiento disciplinario instruido al
querellante, suscrita por el Coordinador de la Oficina de Control de actuación
Policial en fecha 15/11/2011; riela del folio 04 al 05, 12, 21, 23, 28, 30 y 35
copias certificadas de las actas disciplinarias de fechas 18/11/2011, 25/11/2011,
02/12/2011, 06/12/2011, 14/12/2011, 10/01/2012, 25/01/2012 y 02/02/2012,
respectivamente, mediante las cuales se evidencia que el Instituto querellado
ha estado realizando de modo constante las averiguaciones administrativas
correspondientes, consignando a los autos los elementos probatorios que
estimase prudentes a los fines de indagar sobre las presuntas faltas cometidas
por el querellante; riela al folio 36 del expediente disciplinario copia certificada
de la declaración efectuada en fecha 06/02/2012, por el ciudadano Carlos Jesús
Vargas, titular de la cédula de identidad Nro. 4.361.031, en su condición de
Director Suplente de la Institución Policial querellada; riela del folio 126 al 127
del aludido expediente, copia certificada de la declaración efectuada en fecha
22/06/2012 por el hoy querellante; riela del folio 153 al 154, copias certificadas
de la declaración efectuada por el ciudadano Doglas Antonio Marmole Salas,
titular de la cédula de identidad Nro. 10.276.074, en fecha 11/10/2012, en su
condición de Superior inmediato del querellante; riela al folio 155 del
expediente disciplinario del actor, copias certificadas del acta de formulación de
cargos de fecha 20/11/2012; riela al folio 168 del referido expediente, copias
certificadas del acta de apertura del lapso para la recepción del escrito de
descargo la cual fuera levantada en fecha 21/11/2012; riela del folio 170 al 174
del mencionado expediente, copias certificadas del escrito de descargo
consignado por el hoy querellante en sede administrativa; riela al folio 175 del
expediente disciplinario del actor, copia certificada del acta de apertura del
lapso de promoción y evacuación de pruebas, la cual fue suscrita en fecha
29/11/2012; riela al folio 219 del expediente disciplinario del actor, copia
certificada del acta de finalización del lapso de pruebas, la cual fue suscrita en
fecha 07/12/2012; riela al folio 221 del aludido expediente copia certificada del
Memorando de fecha 18/12/2012, suscrito por el Consultor Jurídico del
Instituto querellado y dirigido al Director General (E) de dicha Institución,
mediante el cual dicha Consultoría remite al aludido Director el proyecto de
decisión recomendado en relación al procedimiento de destitución seguido al
hoy querellante; riela al folio 228 del referido expediente copia certificada del
oficio Nro. IAPMCH/DG/Nº 187 de fecha 07/01/2013, suscrito por el Director
General (E) del Instituto Autónomo de Policía Municipal del Municipio Chacao y
dirigido al ciudadano Aquiles Omar Guaimare Farías, en su condición de
Miembro del Consejo Disciplinario de Policía del referido Instituto, mediante el
cual el primero de los nombrados somete a consideración del segundo, el
proyecto de decisión recomendado en el expediente instruido en contra del hoy
actor; riela del folio 231 al 233 de dicho expediente, copias certificadas del acta
levantada en fecha 12/04/2013 por el Consejo Disciplinario de Policía del
Instituto querellado, mediante la cual emitieron su decisión de aprobación del
proyecto de decisión recomendado en el expediente instruido contra la parte
querellante, el cual fue aprobado de manera unánime; y finalmente riela del
folio 235 al 245 del expediente disciplinario del actor, copias certificadas de la
resolución Nº 00613 dictada en fecha 22/04/013, contentiva de la destitución
del cargo que desempeñaba el querellante, la cual fue notificada al mismo en
fecha 05/06/2013, tal como se desprende del oficio de notificación que riela al
folio 08 del expediente judicial; todo lo cual en criterio de quien aquí decide,
demuestra que al computarse el lapso transcurrido entre el inicio de la
averiguación disciplinaria, esto es, 15/11/2011, y la fecha en la cual se practicó
la notificación del acto administrativo impugnado, esto es, 05/06/2013,
transcurrió mas del lapso de 08 meses al cual hace referencia el artículo 88 de la
Ley del Estatuto de la Función Pública, sin embargo, dicho lapso de prescripción
fue continuamente interrumpido por las diversas actuaciones realizadas por la
Administración Pública durante la tramitación del procedimiento disciplinario,
por ende, debe aclarar este Órgano Jurisdiccional que cada vez que la
Administración realizó una actuación tendiente a dar impulso al procedimiento
disciplinario instruido contra el querellante, el lapso de prescripción se vio
interrumpido y por ende los 08 meses a los cuales se hizo referencia con
anterioridad, empezaron a correr nuevamente desde la fecha de la última
actuación realizada por el Instituto policial querellado, y así sucesivamente con
cada actuación administrativa realizada, razón por la cual, debe este Tribunal
declarar improcedente la denuncia formulada por el querellante relativa a que
el acto administrativo impugnado es derivado de un procedimiento prescrito, y
así se decide.

Denuncia la representación judicial de la parte querellante que el acto


administrativo impugnado adolece del vicio de falso supuesto, toda vez que
atribuye conductas de desobediencia o indisposición frente a instrucciones de
servicio o normas y pautas de conducta para el ejercicio de la función policial; y
desobediencia de órdenes e instrucciones del supervisor o supervisora
inmediato, emitidas por éste en el ejercicio de sus competencias, referidas a
tareas del funcionario o funcionaria público, falta de probidad y acto lesivo al
buen nombre o a los intereses del órgano o ente de la Administración Pública.
En tal sentido, indica que en lo referente a la comisión por parte del querellante
de conductas de desobediencia o indisposición frente a instrucciones de
servicio o normas y pautas para el ejercicio de la función policial, si bien el
recurrente expresó su inconformidad con la falta de pago de sus derechos,
dicha expresión sólo se refería a sus derechos como trabajador y como persona
que se encuentra de reposo, está enfermo y necesita de su sueldo quizás con
mas urgencia que otro funcionario que esté trabajando normalmente, de
ninguna manera el querellado ha demostrado de qué forma incurrió en
desobediencia o indisposiciones frente a instrucciones del servicio, toda vez que
la autorización para expresarse públicamente se requiere para emitir opiniones
en nombre de la institución, y en este caso el querellante solo se refirió a su
situación personal. De igual manera, en lo concerniente a la desobediencia de
órdenes e instrucciones del supervisor o supervisora inmediato, emitidas por
éste en el ejercicio de sus competencias, referidas a tareas del funcionario o
funcionaria público, el querellado no ha demostrado en qué manera el
recurrente a desobedecido sus tareas o instrucciones, ya que este se
encontraba de reposo, y como se ha señalado ut supra, la autorización para
expresarse se requiere para emitir opiniones en nombre de la institución, y en
el caso que nos ocupa el actor solo se refirió a su situación personal, de ninguna
manera habló en nombre del organismo.

Aunado a lo anterior, narra la representación judicial de la parte actora, que el


querellado expresa y delimita que la presunta falta perpetrada por su
representado fue referirse al hecho de que no le habían cancelado sus
aguinaldos oportunamente, encontrándose de reposo. Así las cosas,
posteriormente a la fecha de los presuntos hechos, esto es, 24/10/2011, el
querellado procedió a corregir su actuación y canceló lo adeudado al
querellante, lo que significa que reconoce que su conducta realmente lesionaba
los derechos de su representado y corrigió su error.
En lo referente a la falta de probidad imputada a su representado, señala que
existe una diferencia muy grande entre actuar con deshonestidad, mentir, ser
incorrecto o inmoral, y el hecho de haber expresado de manera respetuosa y
personal su inconformidad con el incumplimiento de un pago que como
trabajador le correspondía para ese momento.

De igual manera, argumenta la representación judicial de la parte querellante


que su representado nunca realizó un acto lesivo al buen nombre o a los
intereses del órgano o ente de la Administración Pública, toda vez que nunca
mintió, ni distorsionó lo que estaba ocurriendo, solo se ciñó a la estricta verdad
que atravesaba en ese momento, lo cual quedó reconocido como cierto por el
querellado, cuando posteriormente enmendó su conducta y procedió a honrar
su obligación de pagar lo debido. De igual manera, estima pertinente traer a
colación que su representado en ningún momento propició, trasladó ni convocó
a ningún órgano de prensa o información, el día de los presuntos hechos, y en
su ánimo nunca estuvo dañar o perjudicar la imagen de la institución para al
cual prestaba sus servicios.

Señala que, muy distante a lo expresado por el organismo querellado en la


página 7 párrafo segundo del acto recurrido, las presuntas instrucciones que
prohíben expresarse a los funcionarios adscritos al organismo querellado, no se
conocen expresamente, y en el caso de estar plasmadas documentalmente,
éstas si son contrarias de manera evidente con principios constitucionales,
como son el derecho a expresar el pensamiento a viva voz previsto en el
artículo 57 de nuestra Carta Magna, y el principio que establece como
irrenunciables los derechos de los trabajadores, tal como lo contempla el
artículo 89 numeral 2 ejusdem.

Por su parte, la representación judicial del Instituto querellado respecto al vicio


de falso supuesto denunciado señala que el acto administrativo impugnado fue
dictado sobre la base de hechos que ciertamente ocurrieron y por ende
configuraron la causal de destitución que sirvió de base legal al acto
administrativo impugnado, pues se evidencia con claridad del expediente
contentivo de las actuaciones administrativas que el querellante no desconoce
de ninguna manera que en efecto se dirigió a los medios de comunicación sin
autorización previa para ventilar asuntos propios de la institución policial,
desobedeciendo así órdenes superiores emanadas de las autoridades del
Instituto y que obviamente conocen los funcionarios adscritos al mismo, más
aún los que ostentan cargos de Dirección y Jefatura, como es el caso del
querellante, quien se desempeñaba como Oficial Jefe, por lo que estaba al
tanto de las directrices e instrucciones que debían seguirse en caso de que
algún medio de comunicación quisiera obtener información de los asuntos
propios de la institución o de sus funcionarios y más aún de pretender dar
declaraciones públicas sobre asuntos concernientes al Instituto.

Asimismo, argumenta la parte querellada que la desobediencia a las órdenes e


instrucciones giradas por sus superiores jerárquicos en cuanto al requerimiento
de una autorización para emitir declaraciones ante medios de comunicación
escritos, radiales y/o televisivos, se configuró cuando el actor efectivamente dio
declaraciones de manera pública respecto a temas que debían ser tratados de
manera interna en el Instituto y en todo caso revelados por el Director General
de éste o quien él autorizara y no sin que mediara tal autorización; razón por la
cual, el argumento esgrimido por la parte actora confirme al cual la autorización
para declarar públicamente no era necesaria, resulta a todas luces infundado,
pues aún cuando el querellante pretenda hacer creer que lo que se había
ventilado de manera pública era algo personal y desvinculado de lo que podía
constituir una opinión en nombre del ente querellado, lo cierto es que las
declaraciones ofrecidas por éste finalmente constituyeron deposiciones
relativas a asuntos propios del Instituto querellado que debía ser resueltas
internamente y de ninguna manera manifestadas ante los medios de
comunicación por funcionarios que opinando sobre ello ventilaban asuntos
internos, para lo cual no habían sido autorizados, por ser precisamente materia
reservada al Director General del Instituto o a quien éste autorizara, lo cual era
del conocimiento del querellante, tal como se vislumbra de la declaración que
efectuare durante la tramitación del procedimiento respectivo (folios 126 y
siguientes del expediente administrativo). Aunado a lo anterior, señala la parte
querellada que el actor en ningún momento se dirigió ante las autoridades del
Instituto para realizar alguna reclamación de considerar lesionados sus
derechos; además el daño a la imagen del instituto que representó el hecho de
que se haya convocado de manera concertada por parte de varios funcionarios
a los medios de comunicación para realizar las declaraciones respectivas con la
intención de someter al escarnio público la gestión de las autoridades de éste;
resultando perfectamente aplicable lo contemplado en el artículo 97 numeral 3
de la Ley del Estatuto de la Función Policial, en concordancia con lo dispuesto
en el artículo 86 numerales 4 y 6 de la Ley del Estatuto de la Función Pública.

Para decidir al respecto, es necesario hacer referencia sobre lo que ha


entendido la jurisprudencia en cuanto al vicio de falso supuesto imputado al
acto administrativo impugnado, en tal sentido la Sala Político Administrativa del
Tribunal Supremo de Justicia en fecha 24 de octubre de 2007, que en lo
referente al tema de falso supuesto, señaló lo siguiente:

“…(E)n lo que respecta al vicio de falso supuesto, la jurisprudencia de esta Sala


ha sostenido que se configura de dos maneras, a saber, falso supuesto de
hecho, cuando la Administración al dictar un acto fundamenta su decisión en
hechos inexistentes, falsos o no relacionados con el o los asuntos objeto de
decisión, y falso supuesto de derecho, cuando los hechos que dan origen a la
decisión administrativa existen, se corresponden con lo acontecido y son
verdaderos, pero la Administración al dictar un acto los subsume en una norma
errónea o inexistente en el universo normativo para fundamentar su decisión,
lo cual incide en la esfera de los derechos subjetivos de los administrados. (Vid.
entre otras, sentencia de esta Sala Nº 44, del 3 de febrero de 2004, caso
Diómedes Potentini Millán)…”. (Negrita de este Tribunal)

De lo anterior, este Órgano Jurisdiccional observa que, el vicio de falso supuesto


se configura cuando la Administración se fundamenta en hechos inexistentes o
que ocurrieron de manera distinta a como fueron apreciados por ésta al dictar
el acto administrativo, así como cuando se fundamenta en una norma jurídica
que no es aplicable al caso concreto; es decir, el vicio de falso supuesto se
manifiesta en dos modalidades distintas, la primera de ellas denominada falso
supuesto de hecho, producida exclusivamente durante aquella fase de
formación del acto administrativo donde la operación intelectual de la
Administración se encuentra dirigida al estudio de los hechos que se pretenden
subsumir en la norma, pues bien, durante ésta etapa el vicio puede ser el
resultado de la inexistencia, calificación errónea o no comprobación de aquellos
hechos que constituyen la causa del acto, y la segunda de ellas denominada
falso supuesto de derecho, limitada a cualquier irregularidad que pueda
producirse al momento de interpretar o aplicar la norma, es decir, cuando la
base legal del acto administrativo es inexistente, calificada erróneamente o al
negarse aplicar una norma a unas circunstancias que se corresponden con el
supuesto de hecho abstracto que ésta regula por considerar que no tiene
relación.

En el caso que nos ocupa se verifica que la representación judicial de la parte


querellante alega como primer punto que, su representado no incurrió en las
causales de destitución contempladas en los artículos 86 numeral 4 de la Ley del
Estatuto de la Función Pública y artículo 97 numeral 3 de la Ley del Estatuto de
la Función Policial, esto es, “desobediencia a las órdenes e instrucciones del
supervisor o supervisora inmediato, emitidas por éste en el ejercicio de sus
competencias, referidas a tareas del funcionario o funcionaria público, salvo
que constituyan una infracción manifiesta, clara y terminante de un precepto
constitucional o legal” y “Conductas de desobediencia, insubordinación,
obstaculización, sabotaje, daño material o indisposición frente a instrucciones
de servicio o normas y pautas de conducta para el ejercicio de la Función
Policial”, respectivamente, por cuanto a su decir si bien su representado
expresó su inconformidad con la falta de pago de sus aguinaldos, tal declaración
sólo se refería a sus derechos como trabajador, no demostrando el Instituto
querellado de qué forma incurrió el actor en las causales indicadas con
anterioridad, toda vez que la autorización para expresarse públicamente se
requiere para emitir opiniones en nombre de la institución, y en este caso el
querellante solo se refirió a su situación personal.

En este sentido, de la revisión de las actas procesales que conforman el


expediente disciplinario del querellante observa este Órgano Jurisdiccional que
riela al folio 02 del mismo, CD contentivo de las presuntas grabaciones
correspondientes a la supuesta entrevista ofrecida por el actor al canal de
televisión “Venezolana de Televisión”; así como también riela del folio 115 al
116 de dicho expediente, copias certificadas del acta disciplinaria de fecha
18/05/2012 suscrita por el funcionario Jonathan Palacios, en su condición de
Oficial Jefe adscrito a la Oficina de Control de Actuación Policial de la Institución
querellada, quien previa designación, procedió a realizar la revisión del aludido
disco compacto, indicando el contenido del mismo y transcribiendo las
grabaciones de las declaraciones ofrecidas por el actor y otra funcionaria de la
Institución querellada en fecha 24/10/2011, dejando constancia de lo
observado mediante la aludida acta disciplinaria; así las cosas, en cuanto al
valor probatorio del citado CD, si bien es cierto que el supuesto contenido del
mismo fue transcrito por funcionarios adscritos a la Oficina de Control de
Actuación Policial de la Policía de Chacao, no es menos cierto que no se indica,
donde se grabó su contenido, en que equipo y sus características, que
funcionario lo hizo, quién lo editó y con cuáles equipos y mucho menos se
procedió a traer a los autos del expediente disciplinario la declaración como
testigo de aquellas personas que filmaron los hechos y editaron el contenido
del aludido CD. Sobre el tema, observa el Tribunal que el tratadista patrio
Humberto E. T. Bello Tabares, en su obra denominada “Tratado de Derecho
Probatorio Tomo II”, concretamente en las páginas 918 y 919 de dicha obra
doctrinaria, realizó ciertas consideraciones en cuanto a los medios probatorios
de reproducción de imágenes y sonidos, así como también respecto a las
grabaciones visuales, auditivas y audiovisuales, indicando que si bien se tratan
de medios de prueba libre, éstos deben ser aportados en la oportunidad legal
correspondiente precisándose lo siguiente:
 “Identificación del medio, la cosa u objeto contentiva de la reproducción de
sonidos o voz, tales como cassettes.
 Identificación del medio, cosa u objeto por medio del cual se captó, grabó o
almacenó la reproducción de sonidos o voces.
 Identificación de los sonidos o voces que contiene la grabación,
especialmente, la identificación de las personas que intervienen en la misma, y
señalamiento de cada una de ellas, vale decir, su individualidad, atribuyéndose
la voz grabada a cada persona.
 Identificación de la persona que realizó la grabación o reproducción, siendo
que en caso de ser un tercero ajeno al proceso, deberá ser propuesto como
testigo para que ratifique lo conducente.
 Trascripción del contenido de la grabación, bien sea en forma total o parcial,
ésta última de los pasajes que interese a su proponente.
 Identificación del lugar, modo, tiempo en que fue realizada la grabación
 Identificación del objeto de la prueba, vale decir, identificar el contenido de la
grabación o medio de captación o representación de sonidos y voces, los
hechos en él contenido que demuestran los hechos debatidos en el proceso.”

Así las cosas, del texto doctrinario trascrito ut supra se evidencia que a los fines
de otorgarle valor probatorio a las grabaciones contenidas en un disco
compacto, debe necesariamente cumplirse con ciertos requisitos de
identificación del mismo, lo cual no cumplió la Administración Pública al
momento de incorporar al procedimiento disciplinario el CD contentivo de la
grabación de la presunta entrevista ofrecida por el hoy actor a los medios de
comunicación, concretamente, a Venezolana de Televisión, disco compacto éste
que riela al folio 02 del expediente disciplinario, pues tal como se evidencia de
la trascripción del contenido del CD, la cual riela del folio 115 al 116 y sus
vueltos del expediente disciplinario, el funcionario autorizado legalmente para
realizar dicha trascripción omitió cumplir con todos y cada uno de los requisitos
indicados ut supra, como lo es, por ejemplo, la identificación del medio, cosa u
objeto por medio del cual se captó, grabó o almacenó la reproducción de
sonidos o voces y la identificación de la persona que realizó la grabación o
reproducción, siendo que en el presente caso por ser un tercero ajeno al
proceso, debía ser propuesto como testigo en el procedimiento disciplinario
para que ratificase lo conducente, lo cual, a todas luces afecta notoriamente el
valor probatorio de dicho medio de prueba, por ende, debe desecharse el
mismo, y así se decide.
Ahora bien, no deja de observar este Órgano Jurisdiccional que el actor
argumenta que no incurrió en las causales de destitución contempladas en los
artículos 86 numeral 4 de la Ley del Estatuto de la Función Pública y artículo 97
numeral 3 de la Ley del Estatuto de la Función Policial, esto es, “desobediencia a
las órdenes e instrucciones del supervisor o supervisora inmediato, emitidas por
éste en el ejercicio de sus competencias, referidas a tareas del funcionario o
funcionaria público, salvo que constituyan una infracción manifiesta, clara y
terminante de un precepto constitucional o legal” y “Conductas de
desobediencia, insubordinación, obstaculización, sabotaje, daño material o
indisposición frente a instrucciones de servicio o normas y pautas de conducta
para el ejercicio de la Función Policial”, respectivamente, por cuanto a su decir
si bien expresó su inconformidad con la falta de pago de sus aguinaldos, tal
declaración sólo se refería a sus derechos como trabajador, no demostrando el
Instituto querellado de qué forma incurrió el actor en las causales indicadas con
anterioridad, pues muy distante a lo expresado por el organismo querellado en
la página 7 párrafo segundo del acto recurrido, las presuntas instrucciones que
prohíben expresarse a los funcionarios adscritos al organismo querellado no se
conocen de manera expresa, y en el supuesto negado de encontrarse
plasmadas documentalmente, éstas en su criterio son contrarias con los
principios establecidos constitucionalmente, como son el derecho a expresar el
pensamiento a viva voz previsto en el artículo 57 de nuestra Carta Magna, y el
principio que establece como irrenunciables lo derechos de los trabajadores, el
cual se encuentra previsto en el artículo 89 numeral 2 ejusdem.

Para decidir al respecto, observa este Tribunal que de la revisión de las actas
que conforman el expediente disciplinario del actor así como también de la
revisión de las actas procesales que conforman el expediente judicial, no se
evidencia que la Administración Pública haya traído a los autos, tanto en el
procedimiento disciplinario instruido contra el querellante como en el presente
proceso judicial, documental contentiva de algún comunicado o memorando
emanado del Instituto querellado donde se imparta la orden a los funcionarios
que presten servicio a dicha Institución, de solicitar autorización a los fines de
emitir declaraciones públicas concernientes a situaciones presentadas dentro
del organismo, aunado a que, en criterio de este Juzgador, luego de efectuar la
lectura minuciosa de la trascripción de la declaración formulada por el actor
(folio 115 al 116 y sus vueltos del expediente disciplinario), y que fuera
desechado como valor probatorio por este Tribunal, éste únicamente procedió
a emitir opiniones relativas a su situación personal, a su caso en particular, no
profiriendo ningún tipo de declaración en nombre del Instituto para el cual
prestaba servicios, por ende, visto que no cursa en autos elemento probatorio
alguno que demuestre que fue impartido a los funcionarios policiales la orden
de no proferir ningún tipo de declaración tanto en nombre de la institución
como aquellas relativas a la esfera personal del funcionario, ni tampoco existe
norma jurídica expresa alguna de rango legal o sublegal que le contemple como
falta disciplinaria, es por lo que mal puede la Administración imputarle al actor
las causales de destitución previstas en los artículos 86 numeral 4 de la Ley del
Estatuto de la Función Pública y artículo 97 numeral 3 de la Ley del Estatuto de
la Función Policial, esto es, “desobediencia a las órdenes e instrucciones del
supervisor o supervisora inmediato, emitidas por éste en el ejercicio de sus
competencias, referidas a tareas del funcionario o funcionaria público, salvo
que constituyan una infracción manifiesta, clara y terminante de un precepto
constitucional o legal” y “Conductas de desobediencia, insubordinación,
obstaculización, sabotaje, daño material o indisposición frente a instrucciones
de servicio o normas y pautas de conducta para el ejercicio de la Función
Policial”, en consecuencia estima este Tribunal que en el presente caso el
Instituto querellado incurrió en un falso supuesto de hecho, pues no fue
debidamente demostrado en autos el incumplimiento por parte del querellante
de aquellas órdenes o instrucciones emanadas de su supervisor inmediato a las
cuales se hace referencia en el acto recurrido, así como tampoco se demostró la
desobediencia, insubordinación, obstaculización, sabotaje, daño material o
indisposición frente a instrucciones de servicio o normas y pautas de conducta
para el ejercicio de sus funciones, en consecuencia se declara procedente la
denuncia formulada en este punto por la parte actora, y así se decide.

Por otro lado, no deja de observar quien aquí Sentencia que la parte
querellante denuncia que en lo relativo a la causal de destitución prevista en el
artículo 86 numeral 6 de la Ley del Estatuto de la Función Pública,
concretamente en lo referente a la falta de probidad y acto lesivo al buen
nombre, que existe una diferencia muy grande entre actuar con deshonestidad,
mentir, ser incorrecto o inmoral, y el hecho de haber expresado de manera
respetuosa y personal su inconformidad con el incumplimiento de un pago que
como trabajador le correspondía para ese momento, por lo cual, en su criterio
no incurrió en falta de probidad. Aunado a ello, denuncia que nunca realizó un
acto lesivo al buen nombre o a los intereses del Órgano o Ente de la
Administración Pública, toda vez que nunca mintió, ni distorsionó lo que estaba
ocurriendo. De igual manera, estima pertinente traer a colación que en ningún
momento propició, trasladó ni convocó a ningún órgano de prensa o
información, el día de los presuntos hechos, y en su ánimo nunca estuvo dañar
o perjudicar la imagen de la institución para al cual prestaba sus servicios.
Para decidir al respecto, este Juzgador estima pertinente señalar que la falta de
probidad ha sido definida como la bondad, rectitud de ánimo, hombría del bien,
integridad y honradez en el obrar, completando que la probidad consiste en la
rectitud, en la ética en las labores inherentes al cargo que se detenta, lo cual
implica cumplir de manera eficiente con las actividades asignadas y que incluso
la probidad va más allá de un delito ya que toca elementos más profundo como
lo son la ética, la moral, la rectitud, la honestidad y la buena fe. De la misma
manera, la falta de probidad no debe limitarse al ámbito estrictamente
funcionarial sino que trasciende al ámbito interno de la Institución donde el
funcionario se desempeña, actuaciones públicas de quienes revisten la calidad
de agentes del Estado, toda vez que la vida social acorde con la dignidad del
cargo debe ser observada por todos los funcionarios en sus actuaciones
privadas con el objeto de no dañar el prestigio del servicio. Aunado a ello, en el
caso bajo estudio, el ciudadano querellante se desempeñaba como funcionario
policial, debiendo garantizar la seguridad de la ciudadanía e inclusive resguardar
la vida y bienes, tanto públicos como privados, además que el ejercicio de dicha
profesión se conduce ante un régimen de jerarquía y las reglas de
subordinación, siendo indispensable por parte del actor desempeñar una
conducta intachable, recta, decente y honesta, por cuanto su persona y los
demás funcionarios adscritos a la Institución querellada, son de alguna manera
la cara del Instituto, tanto dentro como fuera del mismo, por ende, la conducta
desplegada por estos inciden directamente en la percepción que tenga el
exterior del Instituto para el cual presten sus servicios.

Así pues, de la revisión de las actas que conforman el expediente disciplinario


del actor, concretamente de las declaraciones efectuadas por éste en sede
administrativa, así como también de las actas procesales que conforman el
expediente judicial, no considera quien aquí decide que la parte actora haya
incurrido en la causal de destitución tipificada en el artículo 86 numeral 6 de la
Ley del Estatuto de la Función Pública, concretamente en lo referente a la falta
de probidad y acto lesivo al buen nombre, pues tal como se ha mencionado con
anterioridad, el querellante se limitó a propiciar en su declaración opiniones
relacionadas con su caso personal, opiniones éstas relativas a la falta de pago
de la totalidad del bono de fin de año que le correspondía como funcionario
policial activo del Instituto querellado, no quebrantando en criterio de este
Juzgador con la ética en las labores inherentes al cargo que detentaba, no
demostrando la parte querellada de que manera el actor no cumplió de manera
eficiente con las actividades asignadas en el ejercicio de su cargo, aunado a que,
no se demostró que con las opiniones personales proferidas por el actor, éste
haya atentado con la ética, la moral, integridad, hombría del bien, la rectitud, la
honestidad y la buena fe en el obrar característica de todo funcionario público,
pues en ningún momento el querellante llevó a cabo alguna actuación lesiva al
buen nombre de la Institución Policial para la cual prestaba servicios, no emitió
declaraciones falsas actuando dolosamente para perjudicar al organismo
querellado, no distorsionó los hechos ocurridos en su caso concreto, aunado a
que, no quedó demostrado en autos la intención del querellante de propiciar o
convocar a ningún órgano de prensa o información a fin de perjudicar la imagen
de la Institución Policial querellada. De la misma manera no existen pruebas
fehacientes en el expediente disciplinario que tal hecho haya comprometido a
imagen de la institución querellada ni tampoco de que forma su actuación ha de
tenerse como un acto lesivo al buen nombre de la institución, puesto que el
hecho que se le imputó consideró la Administración que atentaba contra el
honor y la reputación de la imagen del Instituto querellado sin traer a los autos
pruebas de que ello hubiere ocurrido, razón por la cual, en criterio de quien
aquí sentencia, en el caso que nos ocupa la Administración pública incurrió en
el vicio de falso supuesto de hecho, pues considera este Juzgado que no se
configuró la causal de destitución tipificada en el artículo 86 numeral 6 de la Ley
del Estatuto de la Función Pública, concretamente en lo referente a la falta de
probidad y acto lesivo al buen nombre, razón por la cual se declara procedente
la denuncia formulada en este punto por la representación judicial de la parte
actora, y así se decide.

Finalmente solicita la parte querellante con fundamento en lo dispuesto en los


artículos 92, 93 numeral 1 y siguientes de la Ley del Estatuto de la Función
Pública la nulidad del acto administrativo recurrido, por haber violentado el
derecho al trabajo y al debido proceso de su representado.

Para decidir respecto a la denuncia formulada por la parte querellante, relativa


a la violación de su derecho al trabajo y al debido proceso, debe acotar este
Tribunal que la representación judicial de la parte actora se limitó a formular
tales denuncias sin proceder a fundamentar las mismas, sin indicar ante este
Órgano Jurisdiccional de que manera la Administración Pública con su actuar
procedió a violentar el derecho al trabajo y al debido proceso de su
representado, razón por la cual debe este Tribunal desechar tales denuncias por
infundadas y genéricas, y así se decide.
En fuerza de los razonamientos que preceden, vista la procedencia de la
denuncia formulada por la parte actora relativa al vicio de falso supuesto de
hecho en el cual incurrió la Administración Pública, este Tribunal debe declarar
la nulidad absoluta de la Resolución Nº 006-13 dictada en fecha 22 de abril de
2013, por el Director General (E) del Instituto Autónomo de Policía Municipal
del Municipio Chacao, mediante la cual se destituyó del cargo de Oficial Jefe al
hoy querellante, en consecuencia se ordena al Director de dicha Institución
Policial reincorporar al querellante al cargo que desempeñaba o a otro de igual
jerarquía y remuneración, y como indemnización el pago de los sueldos dejados
de percibir desde la fecha en que fue notificado de su destitución del cargo,
esto es, 05 de junio de 2013, tal como se evidencia al folio 08 del expediente
judicial, hasta su efectiva reincorporación, los cuales deberán ser calculados de
manera integral, esto es, con las variaciones que en el tiempo transcurrido haya
experimentado el sueldo asignado a ese cargo.
Asimismo, advierte este Juzgador que dicho monto deberá estimarse por una
experticia complementaria del fallo, la cual se practicará por un solo experto
que designará el Tribunal.

En relación a la experticia complementaria del fallo, es preciso señalar que para


la realización de la misma, la ley especial -Ley del Estatuto de la Función
Pública- no contempla norma alguna que regule dicha situación.
Consecuentemente, su artículo 111 hace mención a que en lo no previsto en la
ley in comento, se debe aplicar de manera supletoria el procedimiento breve
establecido en el Código de Procedimiento Civil, procedimiento por demás que
la norma general adjetiva nada refiere al tema sub-análisis.

Ante ello, y vista la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de la Jurisdicción


Contencioso Administrativa, debemos señalar que su artículo 1, prevé:

“Artículo 1: Esta Ley tiene como objeto regular la organización, funcionamiento


y competencia de los órganos de la Jurisdicción Contencioso Administrativa,
salvo lo previsto en leyes especiales.”

Del análisis de la norma transcrita, concluimos, por interpretación en contrario,


que lo que no está contemplado en leyes especiales será regulado por la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa.

Ahora bien, al analizar la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso


Administrativa tenemos que tampoco el legislador se refirió a la materia bajo
análisis; no obstante, su artículo 2 contempla los principios bajo los cuales
operara la jurisdicción contencioso administrativa, dentro de ellos destacan,
justicia gratuita, idoneidad, brevedad y celeridad.

Por ello, visto que el Código de Procedimiento Civil data de fecha pre-
constitucional y teniendo el texto magno como principios fundamentales la
celeridad, la economía procesal, la gratuidad, el no sacrificar la justicia por el
incumplimiento de formalidades no esenciales, entre otros; quien decide en
ejercicio de la tutela judicial efectiva, regulada en el artículo 26, que reza:

“Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de


justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o
difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión
correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea,
transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin
dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.”

Y visto que la experticia complementaria del fallo a tenor de la jurisprudencia


patria forma parte o componente intrínseco de la sentencia en si y estando
facultado tan sólo el juez para dictarla a tenor de los elementos que conforman
la sana crítica, esto es: lógica, conocimiento científico, la razón y las máximas de
experiencia, a efectos de garantizar a “las partes” celeridad, transparencia y
economía procesal, designa un (1) solo experto para la realización de la
experticia complementaria del fallo.

Yendo mas allá de lo anterior es oportuno mencionar que la Ley Orgánica


Procesal del Trabajo señala en la parte infine del artículo 159, que el juez puede
“…ordenar, si fuere necesario, experticia complementaria del fallo, con un único
perito, el cual será designado por el Tribunal”, lo cual, aún cuando no es
vinculante ni puede aplicarse por analogía, en esta jurisdicción, sin embargo,
permite percibir la orientación y propósito del legislador post-constitucional de
simplificar los actos procesales en aras de garantizar una tutela judicial efectiva,
y así se decide.

En lo que atañe al pedimento relacionado con el pago de todos los beneficios


socio económicos que le corresponden al querellante que de haber estado
activo hubiera disfrutado, hasta su efectiva reincorporación, para decidir al
respecto observa este Tribunal que dicho pedimento resulta genérico, por lo
que debe ser desechado el mismo, y así se decide.

II
DECISIÓN

Por las razones antes expuestas este Juzgado Superior Quinto de lo Contencioso
Administrativo de la Región Capital, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, dispone en los
siguientes términos:

PRIMERO: Se declara PARCIALMENTE CON LUGAR la querella interpuesta por la


abogada Marisela Cisneros Añez, Inpreabogado Nro. 19.655, actuando en su
carácter de apoderada judicial del ciudadano HÉCTOR LUIS VILLARROEL MUJICA,
titular de la cédula de identidad Nro. 11.407.076, contra el INSTITUTO
AUTÓNOMO DE POLICÍA MUNICIPAL DEL MUNICIPIO CHACAO DEL ESTADO
MIRANDA.

SEGUNDO: Se declara la NULIDAD ABSOLUTA del acto administrativo contenido


en la Resolución Nº 006-13 dictada en fecha 22 de abril de 2013, por el Director
General (E) del Instituto Autónomo de Policía Municipal del Municipio Chacao,
mediante la cual se destituyó al hoy querellante del cargo de Oficial Jefe que
venía desempeñando en dicho Instituto.

TERCERO: Se ordena la REINCORPORACIÓN del querellante al cargo de Oficial


Jefe que venía desempeñando en el Instituto querellado o en otro cargo de
igual o similar jerarquía y remuneración.

CUARTO: Se CONDENA a la parte querellada al pago como indemnización de los


sueldos dejados de percibir por el querellante, de forma integral, es decir, con
la variación que en el tiempo haya tenido el sueldo de dicho cargo en la
institución, desde la fecha de notificación de su ilegal destitución (05 de junio
de 2013), hasta que se haga efectiva su reincorporación al cargo.

QUINTO: Se NIEGA el pago pretendido por concepto de beneficios socio


económicos pretendidos por el actor, por la motivación ya expuesta en este
fallo.

SEXTO: A los fines de determinar con toda precisión el monto a pagar al


querellante, se ordena practicar experticia complementaria del fallo, por un
solo experto, que designará el Tribunal, una vez que la sentencia quede
definitivamente firme, en los términos establecidos en la parte motiva de este
fallo.

Publíquese y regístrese. Notifíquese al Presidente del Instituto Autónomo de


Policía Municipal del Municipio Chacao del estado Miranda, al Síndico
Procurador Municipal del Municipio Chacao del estado Miranda y al Alcalde del
Municipio Chacao del estado Miranda

También podría gustarte