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Grabación Llamada
Grabación Llamada
I
MOTIVACIÓN
Pasa ahora este Tribunal a decidir sobre el fondo del asunto debatido y al
respecto observa que el actor fue objeto de la medida disciplinaria de
Destitución del cargo de Oficial Jefe que desempeñaba en el Instituto
Autónomo de Policía Municipal del Municipio Chacao del estado Miranda, en
virtud “de haber incurrido en las causales referidas a CONDUCTAS DE
DESOBEDIENCIA O INDISPOSICIÓN FRENTE A INSTRUCCIONES DE SERVICIO O
NORMAS Y PAUTAS DE CONDUCTA PARA EL EJERCICIO DE LA FUNCIÓN
POLICIAL, DESOBEDIENCIA DE ÓRDENES E INSTRUCCIONES DEL SUPERVISOR O
SUPERVISORA INMEDIATO, EMITIDAS POR ÉSTE EN EL EJERCICIO DE SUS
COMPETENCIAS, REFERIDAS A TAREAS DEL FUNCIONARIO O FUNCIONARIA
PÚBLICO, FALTA DE PROBIDAD Y ACTO LESIVO AL BUEN NOMBRE O A LOS
INTERESES DEL ÓRGANO O ENTE DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, supuestos
de hecho contemplados, en ese mismo en el artículo 97, numeral 3 de la Ley del
Estatuto de la Función Policial y en el artículo 86, numerales 4 y 6 de la Ley del
Estatuto de la Función Pública.
Contra el aludido acto destitutorio se hacen las impugnaciones y defensas que
de seguidas pasa este Órgano Jurisdiccional a resolver:
Del contenido del artículo trascrito con anterioridad, se observa que la salud fue
consagrada por nuestro constituyente como un derecho social de carácter
fundamental, cuya garantía se encuentra establecida como una obligación
atribuida al Estado Venezolano como parte del derecho a la vida, siendo
además reconocido internacionalmente como un derecho humano; el cual
implica la posibilidad que tiene todo miembro de la sociedad de reclamar del
Estado la satisfacción de dicho derecho, mediante el establecimiento de
aquellas medidas necesarias para asegurar el cumplimiento y desarrollo del
mismo. En este orden de ideas, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, mediante Sentencia N°.487, dictada en fecha 06 de abril de 2.001, ha
desatacado lo siguiente:
Para decidir al respecto, observa este Tribunal que la prescripción de ocho (8)
meses establecida en el artículo 88 de la Ley del Estatuto de la Función Pública,
se cuenta a partir del momento en que el funcionario o funcionaria de mayor
jerarquía dentro de la respectiva unidad tuvo conocimiento del hecho
constitutivo de la falta y no solicitó la apertura de la correspondiente
averiguación administrativa. Dicho artículo 88 de la Ley del Estatuto de la
Función Pública señala que:
Así las cosas, de la revisión exhaustiva de las actas que conforman el expediente
disciplinario del hoy querellante, observa este Órgano Jurisdiccional que en el
presente caso, el Instituto Autónomo de Policía Municipal del Municipio Chacao
tuvo conocimiento de la supuesta falta cometida por el hoy querellante, la cual
en criterio de la Institución era proclive a ser sancionada con la destitución del
cargo que desempeñaba, en fecha 24/10/2011, cuando el actor presuntamente,
frente a la sede principal de la mencionada Institución Policial, ofreció una
entrevista pública al canal de televisión “Venezolana de Televisión”, en relación
a la disconformidad con el pago de las utilidades, sin previamente haber
obtenido la autorización del máximo jerarca de dicho Instituto; observando éste
Juzgado que en fecha 15/11/2011 el Coordinador de la Oficina de Control de
Actuación Policial del Instituto querellado procedió, previa solicitud del
Coordinador del Centro de Coordinación Policial de la referida Institución, quien
a su vez seguía instrucciones del Director General (E) del prenombrado
Instituto, a levantar un acta de apertura del procedimiento disciplinario a
instruir contra el ciudadano Héctor Luís Villarroel Mujica, titular de la cédula de
identidad Nro. 11.407.076 (parte querellante), en virtud de los hechos descritos
ut supra. Ahora bien, observa este Tribunal que entre la fecha para la cual tuvo
conocimiento el Instituto de Policía Municipal del Municipio Chacao de los
hechos o faltas cometidas por el actor, esto es, 24/10/2011, hasta la fecha en la
cual se aperturó el correspondiente procedimiento disciplinario, esto es,
15/11/2011, transcurrieron exactamente 22 días, es decir, menos del lapso de
08 meses contemplado en el artículo 88 de la Ley del Estatuto de la Función
Pública para que el funcionario de mayor jerarquía dentro de la respectiva
unidad, procediera a solicitar la apertura de la correspondiente averiguación
administrativa-disciplinaria, por lo que, mal podría alegarse en el caso que nos
ocupa la prescripción de la acción sancionatoria por parte del organismo
querellado.
En este sentido, se observa que riela al folio 01 del expediente disciplinario del
actor, copias certificadas del memorando Nro. CCP/2011-11-438 de fecha
15/11/2011, suscrito por el Coordinador del Centro de Coordinación Policial y
dirigido al Coordinador de la Oficina de Control de Actuación Policial, mediante
el cual el primero de los nombrados solicita la apertura de un procedimiento
disciplinario en contra del actor; riela al folio 03 del aludido expediente, copias
certificadas del acta de apertura del procedimiento disciplinario instruido al
querellante, suscrita por el Coordinador de la Oficina de Control de actuación
Policial en fecha 15/11/2011; riela del folio 04 al 05, 12, 21, 23, 28, 30 y 35
copias certificadas de las actas disciplinarias de fechas 18/11/2011, 25/11/2011,
02/12/2011, 06/12/2011, 14/12/2011, 10/01/2012, 25/01/2012 y 02/02/2012,
respectivamente, mediante las cuales se evidencia que el Instituto querellado
ha estado realizando de modo constante las averiguaciones administrativas
correspondientes, consignando a los autos los elementos probatorios que
estimase prudentes a los fines de indagar sobre las presuntas faltas cometidas
por el querellante; riela al folio 36 del expediente disciplinario copia certificada
de la declaración efectuada en fecha 06/02/2012, por el ciudadano Carlos Jesús
Vargas, titular de la cédula de identidad Nro. 4.361.031, en su condición de
Director Suplente de la Institución Policial querellada; riela del folio 126 al 127
del aludido expediente, copia certificada de la declaración efectuada en fecha
22/06/2012 por el hoy querellante; riela del folio 153 al 154, copias certificadas
de la declaración efectuada por el ciudadano Doglas Antonio Marmole Salas,
titular de la cédula de identidad Nro. 10.276.074, en fecha 11/10/2012, en su
condición de Superior inmediato del querellante; riela al folio 155 del
expediente disciplinario del actor, copias certificadas del acta de formulación de
cargos de fecha 20/11/2012; riela al folio 168 del referido expediente, copias
certificadas del acta de apertura del lapso para la recepción del escrito de
descargo la cual fuera levantada en fecha 21/11/2012; riela del folio 170 al 174
del mencionado expediente, copias certificadas del escrito de descargo
consignado por el hoy querellante en sede administrativa; riela al folio 175 del
expediente disciplinario del actor, copia certificada del acta de apertura del
lapso de promoción y evacuación de pruebas, la cual fue suscrita en fecha
29/11/2012; riela al folio 219 del expediente disciplinario del actor, copia
certificada del acta de finalización del lapso de pruebas, la cual fue suscrita en
fecha 07/12/2012; riela al folio 221 del aludido expediente copia certificada del
Memorando de fecha 18/12/2012, suscrito por el Consultor Jurídico del
Instituto querellado y dirigido al Director General (E) de dicha Institución,
mediante el cual dicha Consultoría remite al aludido Director el proyecto de
decisión recomendado en relación al procedimiento de destitución seguido al
hoy querellante; riela al folio 228 del referido expediente copia certificada del
oficio Nro. IAPMCH/DG/Nº 187 de fecha 07/01/2013, suscrito por el Director
General (E) del Instituto Autónomo de Policía Municipal del Municipio Chacao y
dirigido al ciudadano Aquiles Omar Guaimare Farías, en su condición de
Miembro del Consejo Disciplinario de Policía del referido Instituto, mediante el
cual el primero de los nombrados somete a consideración del segundo, el
proyecto de decisión recomendado en el expediente instruido en contra del hoy
actor; riela del folio 231 al 233 de dicho expediente, copias certificadas del acta
levantada en fecha 12/04/2013 por el Consejo Disciplinario de Policía del
Instituto querellado, mediante la cual emitieron su decisión de aprobación del
proyecto de decisión recomendado en el expediente instruido contra la parte
querellante, el cual fue aprobado de manera unánime; y finalmente riela del
folio 235 al 245 del expediente disciplinario del actor, copias certificadas de la
resolución Nº 00613 dictada en fecha 22/04/013, contentiva de la destitución
del cargo que desempeñaba el querellante, la cual fue notificada al mismo en
fecha 05/06/2013, tal como se desprende del oficio de notificación que riela al
folio 08 del expediente judicial; todo lo cual en criterio de quien aquí decide,
demuestra que al computarse el lapso transcurrido entre el inicio de la
averiguación disciplinaria, esto es, 15/11/2011, y la fecha en la cual se practicó
la notificación del acto administrativo impugnado, esto es, 05/06/2013,
transcurrió mas del lapso de 08 meses al cual hace referencia el artículo 88 de la
Ley del Estatuto de la Función Pública, sin embargo, dicho lapso de prescripción
fue continuamente interrumpido por las diversas actuaciones realizadas por la
Administración Pública durante la tramitación del procedimiento disciplinario,
por ende, debe aclarar este Órgano Jurisdiccional que cada vez que la
Administración realizó una actuación tendiente a dar impulso al procedimiento
disciplinario instruido contra el querellante, el lapso de prescripción se vio
interrumpido y por ende los 08 meses a los cuales se hizo referencia con
anterioridad, empezaron a correr nuevamente desde la fecha de la última
actuación realizada por el Instituto policial querellado, y así sucesivamente con
cada actuación administrativa realizada, razón por la cual, debe este Tribunal
declarar improcedente la denuncia formulada por el querellante relativa a que
el acto administrativo impugnado es derivado de un procedimiento prescrito, y
así se decide.
Así las cosas, del texto doctrinario trascrito ut supra se evidencia que a los fines
de otorgarle valor probatorio a las grabaciones contenidas en un disco
compacto, debe necesariamente cumplirse con ciertos requisitos de
identificación del mismo, lo cual no cumplió la Administración Pública al
momento de incorporar al procedimiento disciplinario el CD contentivo de la
grabación de la presunta entrevista ofrecida por el hoy actor a los medios de
comunicación, concretamente, a Venezolana de Televisión, disco compacto éste
que riela al folio 02 del expediente disciplinario, pues tal como se evidencia de
la trascripción del contenido del CD, la cual riela del folio 115 al 116 y sus
vueltos del expediente disciplinario, el funcionario autorizado legalmente para
realizar dicha trascripción omitió cumplir con todos y cada uno de los requisitos
indicados ut supra, como lo es, por ejemplo, la identificación del medio, cosa u
objeto por medio del cual se captó, grabó o almacenó la reproducción de
sonidos o voces y la identificación de la persona que realizó la grabación o
reproducción, siendo que en el presente caso por ser un tercero ajeno al
proceso, debía ser propuesto como testigo en el procedimiento disciplinario
para que ratificase lo conducente, lo cual, a todas luces afecta notoriamente el
valor probatorio de dicho medio de prueba, por ende, debe desecharse el
mismo, y así se decide.
Ahora bien, no deja de observar este Órgano Jurisdiccional que el actor
argumenta que no incurrió en las causales de destitución contempladas en los
artículos 86 numeral 4 de la Ley del Estatuto de la Función Pública y artículo 97
numeral 3 de la Ley del Estatuto de la Función Policial, esto es, “desobediencia a
las órdenes e instrucciones del supervisor o supervisora inmediato, emitidas por
éste en el ejercicio de sus competencias, referidas a tareas del funcionario o
funcionaria público, salvo que constituyan una infracción manifiesta, clara y
terminante de un precepto constitucional o legal” y “Conductas de
desobediencia, insubordinación, obstaculización, sabotaje, daño material o
indisposición frente a instrucciones de servicio o normas y pautas de conducta
para el ejercicio de la Función Policial”, respectivamente, por cuanto a su decir
si bien expresó su inconformidad con la falta de pago de sus aguinaldos, tal
declaración sólo se refería a sus derechos como trabajador, no demostrando el
Instituto querellado de qué forma incurrió el actor en las causales indicadas con
anterioridad, pues muy distante a lo expresado por el organismo querellado en
la página 7 párrafo segundo del acto recurrido, las presuntas instrucciones que
prohíben expresarse a los funcionarios adscritos al organismo querellado no se
conocen de manera expresa, y en el supuesto negado de encontrarse
plasmadas documentalmente, éstas en su criterio son contrarias con los
principios establecidos constitucionalmente, como son el derecho a expresar el
pensamiento a viva voz previsto en el artículo 57 de nuestra Carta Magna, y el
principio que establece como irrenunciables lo derechos de los trabajadores, el
cual se encuentra previsto en el artículo 89 numeral 2 ejusdem.
Para decidir al respecto, observa este Tribunal que de la revisión de las actas
que conforman el expediente disciplinario del actor así como también de la
revisión de las actas procesales que conforman el expediente judicial, no se
evidencia que la Administración Pública haya traído a los autos, tanto en el
procedimiento disciplinario instruido contra el querellante como en el presente
proceso judicial, documental contentiva de algún comunicado o memorando
emanado del Instituto querellado donde se imparta la orden a los funcionarios
que presten servicio a dicha Institución, de solicitar autorización a los fines de
emitir declaraciones públicas concernientes a situaciones presentadas dentro
del organismo, aunado a que, en criterio de este Juzgador, luego de efectuar la
lectura minuciosa de la trascripción de la declaración formulada por el actor
(folio 115 al 116 y sus vueltos del expediente disciplinario), y que fuera
desechado como valor probatorio por este Tribunal, éste únicamente procedió
a emitir opiniones relativas a su situación personal, a su caso en particular, no
profiriendo ningún tipo de declaración en nombre del Instituto para el cual
prestaba servicios, por ende, visto que no cursa en autos elemento probatorio
alguno que demuestre que fue impartido a los funcionarios policiales la orden
de no proferir ningún tipo de declaración tanto en nombre de la institución
como aquellas relativas a la esfera personal del funcionario, ni tampoco existe
norma jurídica expresa alguna de rango legal o sublegal que le contemple como
falta disciplinaria, es por lo que mal puede la Administración imputarle al actor
las causales de destitución previstas en los artículos 86 numeral 4 de la Ley del
Estatuto de la Función Pública y artículo 97 numeral 3 de la Ley del Estatuto de
la Función Policial, esto es, “desobediencia a las órdenes e instrucciones del
supervisor o supervisora inmediato, emitidas por éste en el ejercicio de sus
competencias, referidas a tareas del funcionario o funcionaria público, salvo
que constituyan una infracción manifiesta, clara y terminante de un precepto
constitucional o legal” y “Conductas de desobediencia, insubordinación,
obstaculización, sabotaje, daño material o indisposición frente a instrucciones
de servicio o normas y pautas de conducta para el ejercicio de la Función
Policial”, en consecuencia estima este Tribunal que en el presente caso el
Instituto querellado incurrió en un falso supuesto de hecho, pues no fue
debidamente demostrado en autos el incumplimiento por parte del querellante
de aquellas órdenes o instrucciones emanadas de su supervisor inmediato a las
cuales se hace referencia en el acto recurrido, así como tampoco se demostró la
desobediencia, insubordinación, obstaculización, sabotaje, daño material o
indisposición frente a instrucciones de servicio o normas y pautas de conducta
para el ejercicio de sus funciones, en consecuencia se declara procedente la
denuncia formulada en este punto por la parte actora, y así se decide.
Por otro lado, no deja de observar quien aquí Sentencia que la parte
querellante denuncia que en lo relativo a la causal de destitución prevista en el
artículo 86 numeral 6 de la Ley del Estatuto de la Función Pública,
concretamente en lo referente a la falta de probidad y acto lesivo al buen
nombre, que existe una diferencia muy grande entre actuar con deshonestidad,
mentir, ser incorrecto o inmoral, y el hecho de haber expresado de manera
respetuosa y personal su inconformidad con el incumplimiento de un pago que
como trabajador le correspondía para ese momento, por lo cual, en su criterio
no incurrió en falta de probidad. Aunado a ello, denuncia que nunca realizó un
acto lesivo al buen nombre o a los intereses del Órgano o Ente de la
Administración Pública, toda vez que nunca mintió, ni distorsionó lo que estaba
ocurriendo. De igual manera, estima pertinente traer a colación que en ningún
momento propició, trasladó ni convocó a ningún órgano de prensa o
información, el día de los presuntos hechos, y en su ánimo nunca estuvo dañar
o perjudicar la imagen de la institución para al cual prestaba sus servicios.
Para decidir al respecto, este Juzgador estima pertinente señalar que la falta de
probidad ha sido definida como la bondad, rectitud de ánimo, hombría del bien,
integridad y honradez en el obrar, completando que la probidad consiste en la
rectitud, en la ética en las labores inherentes al cargo que se detenta, lo cual
implica cumplir de manera eficiente con las actividades asignadas y que incluso
la probidad va más allá de un delito ya que toca elementos más profundo como
lo son la ética, la moral, la rectitud, la honestidad y la buena fe. De la misma
manera, la falta de probidad no debe limitarse al ámbito estrictamente
funcionarial sino que trasciende al ámbito interno de la Institución donde el
funcionario se desempeña, actuaciones públicas de quienes revisten la calidad
de agentes del Estado, toda vez que la vida social acorde con la dignidad del
cargo debe ser observada por todos los funcionarios en sus actuaciones
privadas con el objeto de no dañar el prestigio del servicio. Aunado a ello, en el
caso bajo estudio, el ciudadano querellante se desempeñaba como funcionario
policial, debiendo garantizar la seguridad de la ciudadanía e inclusive resguardar
la vida y bienes, tanto públicos como privados, además que el ejercicio de dicha
profesión se conduce ante un régimen de jerarquía y las reglas de
subordinación, siendo indispensable por parte del actor desempeñar una
conducta intachable, recta, decente y honesta, por cuanto su persona y los
demás funcionarios adscritos a la Institución querellada, son de alguna manera
la cara del Instituto, tanto dentro como fuera del mismo, por ende, la conducta
desplegada por estos inciden directamente en la percepción que tenga el
exterior del Instituto para el cual presten sus servicios.
Por ello, visto que el Código de Procedimiento Civil data de fecha pre-
constitucional y teniendo el texto magno como principios fundamentales la
celeridad, la economía procesal, la gratuidad, el no sacrificar la justicia por el
incumplimiento de formalidades no esenciales, entre otros; quien decide en
ejercicio de la tutela judicial efectiva, regulada en el artículo 26, que reza:
II
DECISIÓN
Por las razones antes expuestas este Juzgado Superior Quinto de lo Contencioso
Administrativo de la Región Capital, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, dispone en los
siguientes términos: