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Jamming poético
HERNÁN ZAMORA
Junio 30, 2011
Selección
EL HOMBRE ARAÑA
Es mi hijo
con su voz de cuatro años me rescata de las miserias de nuestra especie
me lleva de la mano a su habitación
ese acotado paraíso suyo de pistas carros fantásticos personajes
olor a creyones de cera globos palos de lluvia
Historias nimias
breves leyendas que ella nunca escuchará
árbol caído mueca de silencio
Algo se ha desordenado
su ajena mirada duele
Por ella
vuelvo al cuaderno azul
Tornan
a la quietud del maderaje
voces
En ellos
me gusta quedarme rezagado
hasta escuchar
el profundo
primigenio compás de su cuerpo
¿Cómo decirlo
según el modo atonal presente directo
con el que se obliga a un hombre
si sufro esta risible deformación en mi rostro
cuando experimento tu cercanía?
¿Cómo decírtelo
y colocar sobre tu mesa el diario pan
sin el gorgojo de la culpa
el moho de mis duelos y renuncias
la dureza de mis contradicciones?
Quiero decir
te amo hijo
como un alegre papagayo un carrito rojo un gurrufío
algún humilde ingenio artefacto piedra o grafía
quizás más efímero que este puño de barro que soy
quizás más incierto inútil tal vez casi nada
pero que resuene salvado y feliz
en tu nombre
Para no parecernos
roca he ido haciéndome
pero no aprendo
madre
tus entrañas me pertenecen
Pero no te merezco
nunca lo he hecho
Mi padre me mira