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Es imposible elaborar una teoría general de la política exterior que sea válida para todos
los países con independencia de su potencia y de su régimen político. De ahí, el que no
se vaya a hacer un intento de elaborar una teoría general que podamos aplicar en todo
momento histórico y en cualquier lugar geográfico. Sino, que se vaya a realizar un
acercamiento a la misma con relación a un país específico. Lo que se busca es una
explicación conceptual en la cual se tengan en cuentan tanto las variables consideradas
de ámbito doméstico, como las internacionales. Y ello, al entender que la Política que es
objeto de este análisis, tiene una característica que la distingue del resto de las Políticas
Públicas del Estado: su proyección natural hacia el exterior. Y se enfatiza en el rasgo de
natural, por cuanto, hoy día debido a la evolución de la sociedad internacional,
especialmente dentro del ámbito de la globalización, y en relación con aquellas políticas
que son objeto del pilar de integración, es difícil por no decir imposible, encontrar
alguna política pública que no tenga ramificaciones hacia el exterior. A.
DELIMITACIÓN CONCEPTUAL.
Lo primero que hay que precisar, es qué vamos a entender por Política, como una serie
de medidas llevadas a cabo por un individuo o una organización frente a un problema o
situación concreta. Por tanto, entenderíamos que este concepto se refiere al conjunto de
conductas, medidas, acciones, decisiones y posiciones que un ente social tiene con el
propósito de resolver un asunto específico. Nuestro objetivo a lo largo de este análisis,
sería acercarnos a este concepto en cuanto a la actividad realizada por el Presidente de
La República, pero no en general, sino en un ámbito concreto, el exterior. De ahí, que el
siguiente paso, sea aclarar qué se va a entender por política exterior, dato que nos
permitirá establecer una diferenciación con otros conceptos tales, como:
1. Relaciones Exteriores.
2. Acción Exterior.
3. Relaciones Internacionales.
4. Política Internacional.
Es decir, la razón de ser de esta conceptualización, no será tanto exponer quiénes y
cómo han explorado este campo teórico, sino concretar qué es para la Ciencia Política y
no para el Derecho Internacional Público o la Historia, la política exterior de un Estado.
Se entraría aquí en el controvertido y antiguo, pero no por ello superado, debate sobe la
delimitación de las Ciencias Sociales. Es decir ¿Es la política exterior campo de estudio
y análisis de la Ciencia Política? O bien ¿Es éste, objeto propio y concepto único del
Derecho Internacional Público o de la Relaciones Internacionales? Lo cual, a su vez,
nos llevaría a plantearnos varias posibilidades: Una podría ser que la Ciencia Política y
las Relaciones Internacionales fueran una misma disciplina que al tratar objetos
diferentes diera lugar, a su vez, a denominaciones diferentes, o bien, que las Relaciones
Internacionales fueran parte sustancial de la Ciencia Política pero que buscara su
distanciamiento de la misma. O, por último, podríamos estar ante disciplinas diferentes
con elementos afines. Como ya se mencionó este análisis se realiza desde los
presupuestos de la Ciencia Política y, por tanto, entendiendo a la política exterior como
una política pública más dentro del ámbito estatal, aunque rodeada de unas
características que la dotan de cierta peculiaridad, tanto en la manera de encarar su
estudio, como en los elementos para llevarlo a cabo.
De ahí, que este breve análisis nos sirva para indicar que no se van a utilizar las
teorías clásicas de las Relaciones Internacionales para su realización. Siendo consciente
de la riqueza que la multidisciplinariedad da a los análisis de estas características. Sobre
todo, en los últimos años, donde entendemos que la naturaleza de los fenómenos
analizados convierte la posibilidad de recurrir a esta amplitud de campos científicos, en
algo no sólo interesante, sino necesario para el investigador que lo realiza. Lo cual tiene
lugar tanto desde el punto de vista teórico como metodológico. Derivándose de ello el
abogar por la multidisciplinariedad y, no tanto, por cerrar fronteras académicas como si
de una fortaleza se tratara, en aras de la defensa de la pureza de la disciplina. Como dice
Marcel Merle, todo análisis que alza barreras en lugar de tender puentes corre el riesgo
de caer muy rápidamente en la obsolescencia. Aunque siempre, siendo conscientes de
dónde nos encontramos y a dónde se quiere llegar. De ahí, que afirmamos de inicio que
la misma no es un estudio de Relaciones Internacionales, sino de las acciones de un
actor de la política exterior en un país determinado, analizadas desde los presupuestos
de la Ciencia Política. Multidisciplinariedad, sí, confusión, no. Posteriormente
volveremos a incidir en el tema de los enfoques para realizar el análisis propuesto.
Retomando la delimitación conceptual, si se buscara una definición única sobre
dicho concepto, encontraríamos tantas como autores han tratado el tema o incluso nos
encontraríamos con algunos que niegan que tal concepto exista dentro de la Ciencia
Política. Lo cual, se vería complicado en exceso, si consideramos que en muchas
ocasiones los conceptos anteriormente mencionados han sido utilizados indistintamente,
sin diferenciar incluso a qué realidad se estaban aplicando y en qué momento histórico.
Según Juan Carlos Pereira, la política exterior sería la acción que cada Estado desarrolla
fuera de sus fronteras, mediante una serie de órganos concretos, con unos instrumentos
y técnicas determinadas, con unos objetivos definidos e influida por toda una serie de
elementos que la condicionan en la consecución de sus fines. La misma, se catalogaría
como tal si sus características se adecuaran a una serie de rasgos, a saber:
Serían estos los elementos, por tanto, que deberíamos analizar con relación al
estudio de caso, para comprobar si las acciones que el Presidente de un Gobierno
emprende en los distintos países, responden a una Política de Estado o bien únicamente
son la concreción de unas ideas propias en una materia exterior. Es decir, buscamos
diferenciar entre lo que se considera una acción puntual, en un momento concreto, de un
actor del sistema político, de aquellas otras acciones que forman parte de un programa
coherente y conforme a unas líneas de acción prefijadas de antemano. Ello, en caso de
darse, va a venir definido por la existencia de Soberanía o no del Estado. Soberanía que
a su vez estaría en función de los otros actores que interactúan en la sociedad
internacional. Y cuya influencia -en caso de tenerla- va a venir conformada por la
evolución de la problemática internacional en la cual tome parte dicho Estado.
Juan Carlos Ramírez Brenes y Rafael A. Sánchez Sánchez, afirman que la política
exterior es un programa o conjunto de acciones, realizadas por los encargados del
proceso de toma de decisiones del Estado en materia de relaciones externas, las cuales
son determinadas tanto por la política doméstica como por factores de índole externo.
Dichas acciones son dirigidas hacia los diferentes actores y entidades internacionales,
mediante las cuales se busca la mejor utilización de todos los recursos disponibles tanto
interna como internacionalmente, para la consecución de determinados fines nacionales.
Por otra parte, Remiro Brotons, introduce un nuevo elemento al definirlo como el cuarto
poder, diferenciado de los otros tres poderes clásicos y caracterizado por proyectar la
soberanía del Estado en las relaciones con otros sujetos de derecho y actores de la vida
internacional. Y para Adolfo Tamayo sería aquella parte de la política interna de un
Estado que va dirigida a los demás Estados y Organizaciones Internacionales y que
puede ser caracterizada por períodos de acuerdo a las actuaciones específicas en materia
del Estado ejecutante con respecto a los Estados u Organizaciones Internacionales
receptores de esa política.
2. Cuando sólo se contempla su acción exterior, sin tener en cuenta el proceso de toma
de decisiones y la evaluación o control de los resultados. Llegándose incluso a equiparar
únicamente con la actividad diplomática y/o armada.
Por tanto, las Relaciones Exteriores de un Estado serían todas las transacciones
realizadas a través de las fronteras por funcionarios públicos o personas particulares,
incluidas las políticas pero no sólo éstas.
Del mismo modo, tendríamos que establecer la diferencia con aquello que se ha
denominado Política Internacional. Mientras que la Política Exterior sería aquella
cuyas decisiones se toman en el ámbito estatal y se proyectan hacia el sistema
internacional, la Internacional es aquella cuyas decisiones se toman en el ámbito
internacional y repercuten en éste. La Política Internacional se encontraría
formando parte de las Relaciones Internacionales, incluso en algunas ocasiones se
utilizan ambos como sinónimos, y en ella los actores pertenecen y constituyen
distintos sistemas estatales. En la Política Internacional existe una multiplicidad de
centros de poder y esto hace que no haya un monopolio de la fuerza física como existe
en el interior de los Estados. El elemento diferenciador es que no podemos encontrar un
gobierno en el sistema internacional tal y como existe en el sistema nacional. Aunque
hoy día los conceptos están viéndose alterados, sobre todo, atendiendo a la realidad que
está surgiendo en relación con los procesos de la Unión Europea por ejemplo.
Queremos con ello significar, que de acuerdo con los interrogantes que se
planteaban al comienzo de este apartado, consideramos que nos encontramos, al
analizar la política exterior, ante una materia que estudiaría la Ciencia Política. Pero que
a su vez, por las particularidades que hemos mencionado, sería elemento consustancial
de las Relaciones Internacionales. Entendiendo a esta última como un área que se va
abriendo camino, no como área independiente, sino buscando una particularidad
politológica que la aleje en cierto modo del predominio jurídico-formal que le ha
supuesto el estar adscrita, como un apéndice, al Derecho Internacional Público. Como
afirma el Profesor Jeréz Mir, la política exterior en un país se tiende a enmarcar dentro
de las Relaciones Internacionales, y por ende a asociar con el Derecho Internacional
Público, aunque la vinculación con la Ciencia Política sea del todo evidente, tanto desde
planteamientos tradicionales como desde perspectivas más novedosas. Lo cual es
diferente a la escasa o nula atención que desde el área de la Ciencia Política y de la
Administración se la haya prestado, salvando honrosas excepciones.
Podemos afirmar ahora, que de una manera u otra, en la mente de todos está la idea
al hablar de la política exterior de un Estado, que nos referimos al conjunto de
conductas, posiciones, actitudes, decisiones y acciones mediante las cuales cada Estado,
a través de sus instituciones públicas reconocidas legítimamente como tales, promueve
sus intereses nacionales frente a otros Estados, de manera coherente y conforme a unos
objetivos previstos y a unos fines realistas. Nuestro objetivo será partir de este marco de
análisis para indagar en las acciones de un Presidente de Gobierno, en relación con la
corresponden o no con lo que hemos denominado una política exterior de Estado.
Incluso, si la misma responde o no a lo que se ha considerado una política exterior
democrática.