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humanística
Revista de Filosofía, Histo r ia, Literatura y Lin gü íst ica

SOBRE KANT Y HEGEL

Te xto s de Sán chez Vázquez, Dussel , Guariglia y Sánc hez MacGrego r

J osé Jim én ez: La doble d istancia de la religión

SobreCo rt ázar: López Aguilar

sObre ÚJS IÚ abaj o: Díaz Arciniega

Homenaj e a Borges: Sergio Lira
Muestra de Te a tro esp añol: José Amezcua
Núm ero 3, O toño de 1987

~ UNNERSIDAD
c........
AUTONOMA METROPOLITANA
 En torno al problema de la
burocracia en Hegel y Marx
Adolfo Sánchez Vázquez

T oda la filosofía política de H egel tien e por eje su

división entre Estado y Sociedad civil así como
su int ento de superar - en el marco de su idea -
lismo-- esa división.
El Esta do para H egel como encarnación de la Id ea
es la esfera de lo universal , de la R azón, del Espíritu;
la Sociedad civil es la esfera de lo pa rticular, de los in-
tereses materiales de los diferentes gru pos sociales. El
Estado que H egel tiene en la m ira es el Estado moderno,
como la forma más evoluciona da del Esta do en el que
se realiza plenamente su organi cida d, pues para Hegel el
Estado es un organismo.
No se trata de un Estado ideal en el sentido pla tónico
sino del Esta do real en el que la Idea se rea liza, aunque
en definitiva - como el joven Marx advie rte cla ramen-
te- se tra ta de un Estado empí rico: el Estad o prusiano-
moná rquico constit uciona l de su tiempo elevado al plano
de la Id ea. Por ello a l investigar lo que el Estado es
J
racionalmente y, por tanto, rea lmente lo qu e presenta
Hegel es lo que el Esta do es de manera emp írica como
Estado burgués, o sea como Estado político o no demo-
crático.
La Sociedad civil es para Hegel la esfera de los in-
tereses par ticulares y, como ya decían los economistas
ingleses, constituye un verda dero campo de ba talla o
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guerra de todos contra todos en el qu e los conflictos,
genera dos por los intereses particular es, son insupera bles.
La relación entre Estado y Sociedad civil es la de dos
opuestos; oposición que sólo se resuelve - fuera de la
Sociedad civil- al convertirse ésta , lo particu lar , en
una determinación del Estado.
T oda la crítica del joven Marx - en su C rítica de la
Filosofía d el Derecho, de H egel- está enca minada a
demostrar q ue la antinomia de Estado y Sociedad civil
es falsa, pu es, en verdad, se trat a de una tautología.
T a uto logía en cuanto que la Sociedad civil es un a tri-
buto de la Idea, o un sistema de lo particu lar qu e es
absorbido por el Estado no como tal particu lar sino en
cua nto a que éste se reduce a determ inación ideal del
Estad o. Se trata, pues, como dice Marx, de una anti-
nomia no resuelta, ya que Estado y Sociedad civil se
identifican sólo idealmente, no real, empíricamente.
Estad o y Socieda d civil apa recen, pues, como dos tér-
minos distintos qu e exigen una mediación qu e consiste
en consider arl os en un mismo plano ideal y, por tanto
-concluye M arx- no hay tal med iación. Por ello, d ice
M ar x, al reducir lo pa rticular, lo real, a un hecho de !a
Id ea, se tr at a de una tautología. Pero ¿ cómo sa lir de
ella? T omando lo particular en su significa do propio y
no como simple a tributo de lo universal ; o sea : consi-
derando la Sociedad civil con sus sujetos reales y no como
simples predicados de la Id ea. De lo que se trata para
el joven M a rx es de esta blecer la verdad era relación
---q ue H egel elude o mistifica- ent re Estado y Sociedad
civil qu e es, en definitiva, la relación quc Ma rx abord ará
posteriorm en te como relación entre política y economía,
o entre superestr uctu ra política y base económ ica.
En la concepción hegelian a de las relaciones entre
Estad o y Sociedad civil ocupa un luga r muy imp orta nte
el pap el qu e se atribuye en ella a la bu rocracia. Dich o
papel es inseparabl e de su concepción de la naturaleza
del Estado como esfera de lo universal y de la ra zón y de
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la exigencia de mediación entre ella y la Sociedad civil,
o sea, entre lo universal y lo particular. Justam ent e por-
que el Esta do como esfera de lo universal y de la razón
no se da en un m undo ideal , platóni co, sino en un
mundo rea l, emp írico en el qu e --como Socieda d civil-
los intereses pa rticulares entra n en conflicto, el Estado
necesita pa ra asegurar el cumplimiento de sus fines uni-
versales de un cuerpo especial de funcionar ios que ga-
ranticen ese cum plimiento. Ese cue rpo es la burocracia.
Aunque la funció n de decisión perte nece al mona rca
como enca rnación conc reta, personal del Estado, la eje-
cución y administración propias del poder guberna tivo
recaen sobre la burocrac ia.
, Si la Sociedad civil es un campo de batalla, o guerra
de todos contra todos en la qu e indi viduos y grupos
socia les sólo se guía n por su interés par ticular, ¿ cómo
podrí a cum plir el Estado sus fines universales si no exis-
tiera un gru po social qu e, por carecer de inter és pa rticu-
lar , iden tifica los suyos propi os con los del Esta do? Ta l
grupo social existe necesariamente para H egel y es el
constituido por los funcionarios qu e se hacen y form an
baj o el control del Es tado y se reclutan en la clase medi a.
Hegel esta blece une neta distinción entre la bu rocr a-
cia y los individuos qu e se organizan y ac túa n guiados
por un interés com ún, de grupo, pero particular, como
los de los a rtesanos, los comerciantes, etc. Este gru po
socia l constituye lo qu e Hegel llam a una corpora ción.
Pero par a Hegel, la burocracia no constituye una cor-
po rac ión ya que no se guía por un int erés particul ar , de
grupo, sino por el interés uni versal del Estado, interés
que hace suyo.
Esta distin ción entre bu rocracia y corporacion es ca-
pita l en H egel y descansa --como seña la Marx- en la
división de Esta do y Socieda d civil, o sea entre las esferas
en las qu e se a lojan una y otra. Lo que diferencia a la
burocracia de la corporación, es pa ra Hegel el no tene r
un interés propio qu e defender ; es " forma vacía" - in-
 18
ter?re ta Marx- respecto a los contenidos reales qu e
estan fuer a de ella . Es un " forma lismo" del cont enido
que corresponde a l " forma lismo abstr acto" del Estado.
Al critica r el joven M arx esta concepción hegelia na de
la burocra cia, sostiene que, no obsta nte esa p retensión la
~urocracia sí tiene un contenid o concreto, un interés par-
ticular, Y en este sentido es una corporación más.
•Recordemos qu e en este texto ju venil, Marx no tiene
a u~ el concepto de clase socia l aunque sí el de g ru po
social guiado por un int erés particu lar en un a sociedad
en la q ue rige el régimen de la propiedad pri vada . Pero
ve mos también qu e si Marx critica qu e la bu rocraci a
esté ~según Hegel- como pura " form a" por encima
de los in ter eses particulares, no la vinc ula con el interés
pa rt icular de otro grupo - como expresión de él (de una
c1 as.e so~ia l , como admitirá má s ta rde M a rx ) sino con
un int eres propio. En este sent ido, la burocracia de fiende
también - como las corpora cio nes de la Sociedad civil-
un interés part icu lar p ropi o y ent ra corno tal con la
guerra de todos contra todos. Lo que va ría - y aquí está
el meollo de la cuest ión- en el modo de concebir su
int erés particular, de p resen ta rlo y de a ctu ar con forme
a él. Por ello, a la vez que identifica la burocracia y las
corporaciones, M arx dice que "l as corpor aci ones son el
materialismo de la burocracia", o sea, defi enden de U f:
mod o fr an co, dir ecto sus in tereses particu lar es, en tanto
que " la buroc rac ia es el espiritua lismo de las corp ora -
ciones", ya qu e defiend e sus in tereses pa rti cula res espiri-
tualizándolos. Por la misma razón, d icc tamb ién que " la
corporación es la buroc rac ia dc la Sociedad civil" en
cua nto que hacen en la Sociedad civil lo mismo qu e la
burocracia en la esfcra del Estado, o sea : identifica r cn
el grupo los inte reses opuestos (individ ua les) mien tras
qu e " la burocracia es la cor poración del Estado " , porq uc
como corporac ión int rod ucc sus intereses parti cularcs en
la esfera de l Estado.
El espíritu de la burocracia y de la corpor ación es,
19
pue s, el mismo: el in terés particular. Pero la burocr acia
pretende identi ficar este particular con lo universal
(con el Esta do ) , a unq ue se trata de una iden tifi cación
irreal, im agin aria . Por ello el joven Marx habla de "la
imagin a ria particularidad del in terés universal " (O sea :
es im agin aria la pret ensión de hacer suyo el in terés del
Estado" a la vez que " es im agina ria la universa lidad
del int erés particu lar" (v ale decir: es imaginari a la
pretensión de qu e su interés particular sea un iversal ) .
T odo se juega , p ues, en el confl icto entre intereses par-
ticulares en el qu e entre también, com o una corporación
má s, la burocracia, pero con la pretensión de elev a r su
interés propio a in terés un iversal.
. Marx concluye por esto qu e la burocraci a se hace cor-
poración y la corporación, Estado. Hegel trata así de
resolver la oposición entre lo un iversal y lo pa rti cular,
o sea : ent re Esta do y Sociedad civil. Fa lsa solución
-dirá M a rx- porqu e la burocr aci a es el Esta do qu e
se hace particular, o Sociedad civil, o viceversa : la bu-
rocracia es lo parti cu la r - la Socieda d civil- que se
hace lo uni versa l o Estado.
Desde el punto de vista heg eliano la burocr aci a es el
" formalismo de Estado" por carecer de conten ido p ro-
pio, pero según Marx convierte el form a lismo en su
contenido real en cuanto que es un pod er efectivo. Po r
ello, dic e también Marx, es "un tejido de ilusiones" [o
sea, de formalismo, de universalid ad a bst rac ta ] pero [de
ilusion es] prá cticas, reales. La burocrac ia es por ello en
la "guerra d e tod os contra todos" un a potenc ia real.
El joven Marx deslinda clara men te los fines univer-
sales del Esta do (que, a juicio sólo se darán en la "ve r-
dad era dem ocracia" ) de los fines particula res, pr opios,
de la bu rocracia . La burocracia se ide ntifica con los
fines de l Estado, pero sólo form alm ente. Lo forma l ent ra
así en contradicción con lo real. Y los fines un iversales
del Estado entran en con tradiceión con los fines d e la
burocracia, ra zón por la cua l ésta ve aquéllos com o fines

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contra el ~stado (en verdad , con tra sus fines propios) .
Por ello dic e tambi én Marx qu e " la burocracia es el
Estado imaginario" o " el espiritua lismo del Estado" ya
que s610 imagina riamente encarna el Es'tado como esfera
de lo universal, del Espírit u. Hay, pues, una inversi6n
del se ~ real y del ser irreal bu rocrático. y así - en form a
mvertlda- . trat~ H egel la burocracia: no según su ser
real, material, sino según su ser irreal.
Dej ando a un lado a H egel, Marx nos ofrece en su
texto ju venil algunos rasgos esenciales de la burocracia
qu e no han perdido su vigencia, como cuando d ice :
La .burocracia "posee" el ser del Estado ; el ser espiritual de la
socieda d es su propiedad privada.
La burocraci a posee el ser del Estad o en el doble sen tido
de ponerlo a. su servicio y de ser ella -por poseerla--
el Es tad~ ~llsmo. El Estado en su propied ad pri vada.
Ca racte rísticas de la burocrac ia qu e M arx tam bién seña la
son : e! sec reto, el miste.r,io gua rdado por la jerarq uía,
su caracter de corporacion cerrado la exclusión de la
opi ni6n pública como una traición a ' su misterio la a uto-
ndad.como principio de su sabiduría y la ido la;ría de la
au torida d como sentimiento. Y tod o ello, po r supuesto
en. nombre del " espiritualismo" del Estad o, de sus fine~
universales.
La supresión de la burocracia - problema qu e nat u-
ralme~ ;e no se plantea Hegel- está pa ra M arx en la
su p resi ón de su fund amento: consistente en la división
de ~stado y Socieda d civil, de interés genera l e interés
pa~t1cul~r, pro~ia del Estado modern o. Su supresión sólo
s~ra posible alii donde el int erés universal ya no se sa-
tisface abstrac ta, formalmente o en el pensam iento , sino
real, efectivame nte. O sea: se sup rimirá la burocracia
en la " verda dera democraci a" o Estad o democrá tico
no político, en la que el Estad o se integr ar á realm ente
en la SOCiedad . Este Estado no político, en el que coinci-
21
den la forma y el contenido real , lo universal y lo par-
ticular, prefigura - en el pensam iento de Marx- la so-
ciedad comunista qu e bosquej a al final de su vida como
sociedad sin p ropiedad privada, sin produ cción m er-
ca ntil, sin clases, sin Estad o político y, por tanto, sm
buro cracia.
De esta crítica ju venil de M arx a la conce pción he-
geliana del Estado y de su eleme nto mediador necesari o :
la burocraci a, podemos extraer algun as conclusIOnes
acerca de la naturaleza Y función de ella, a saber :
1a. Se t ra ta de un grupo social o corpo ra ción (M arx
no tiene todavía el conc epto de clase social), orga nizado
profesiona l y jerárquicamente, separado y distin to de
otros gr upos sociales, aunque afín a ellos en cuan to q ue
def iende un inter és pa rticular.
2a. Este gr upo socia l ejerce el poder efectivo al asumir
las funciones gubernativas y, con su poder , domma a los
demás grupos sociales.
3a. Este dominio se ejerce Y legiti m a en nomb re de
los inter eses y fines universales del Esta do con los cua les
identifica la burocracia sus fines part iculares.
4a. Pero se tra ta de una identi ficación form al , pues,
realmente la burocr acia defien de sus intereses particu-
lares, d e ~rupo, aunque lo haga ba jo el manto espiritua l
de lo universal.
Sa. La burocracia ejerce un pod er independiente (res-
pecto de todo grupo social ) y autosuficiente; es dec ir,
no rec onoce ningún otro poder o nin gún control exterIor
uta
al q ue estuviera subord inado. Su autonomía es ab s.ol .
Aunque el joven M a rx no haya formulado liter al-
m ent e esta s car acterísticas en tales términos, se d espr en -
den cla ramente d e su critica a la filosofía política de
H egel. L a bu rocra cia, en sum a, no sólo se h ~~la separad a
de la socied ad , de la mayoría de la poblaclOn,
. , .del pue-
blo, sino que como gru po social cer:ado , ]erarqUlcam en te
orga nizado, autón omo y a utosufIclent e es mcompat lble
con el desarrollo de la democracia.

22
Después de su crít ica a la filosofía políti ca de H egel
en la qu e nos ofrece la conce pción de la burocracia qu e
acab ~mos de exponer, Marx no vuelve . a ocuparse de la
cu esti ón hasta sus escritos sobre la revolución y con-
trarrevolución en Francia del 48 al 5 1, pa rticularmente
en El lB Bru mario de L uis Bonaparte y en su análisis
de la experiencia histórica de la Comuna de París (" pri-
mer gobierno de la clase obrera" ) titula do L a guerr a
civil en Francia.
En e1lapso que media entre la crítica ju venil de H egel
y los textos citados, M arx va elaborando una serie de
conceptos fundamenta les con los qu e no podía cont ar
hasta entonces, tales como los de :
1. clase social y lucha de clases;
2. revolución social y revolución proletaria;
3. Estado de clase como organización o violencia organizada
de la clase dominante ;
4. nueva sociedad o asociación libre sin antagonismos de
clase, y, en consecuencia,
5. sin poder polí tico O Estado propiamente dicho , y, por
tanto, sin burocracia gobernante.
A estos conceptos hay que agregar ot ros nue vos qu e
aparecen también en los escritos an tes cita dos, a saber:
1. el concepto de fracción de clase, ap licado a la burguesía
francesa d el period o 1848- 185 1 (fracci6n con ' u inter é
particular respecto al interés comú n, de toda la clase ) ;
2. concepto de Estado como expresión no sólo de la relación
entre las clases dominante y dominadas, sino también co-
mo expresión de la relación entre las fracciones de la clase
dominante, y
3. concepto de Esta do bonapartista que surge d e cierta rela -
ció n. entre las fraccio~es de la clase dominant e y adquiere,
en VIrtud de esa relación, una auto nomía e independencia
con respecto a dicha clase.
A consecuenci a de todo lo ante rior el problema de la
relación qu eda situado en un nuevo plan o: o sea : en una
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nueva y doble relación: a ) con respecto al Estado como
Estad o de clase y, por tanto, como expresión de la rela-
ción entre clase dominante y clase dom inada , y b ) con
el Estad o -como expresión de cien a correlación de
fueras entre las diferentes fracc iones de la clase que
domina, a saber : la burguesía. La situación histórica
concreta en que M arx ana liza el papel de la burguesía- -
la que se extiende desde la revolución de febrero de 1848
al golpe de Estad o de Luis Bonap arte en 1851 -es una
situac ión en la qu e las fracciones de clase, empeñadas en
defender su interés particular, fraccional, pierden de
vista, o sacrifican a él su interés general de clase. Dad a
esta situación se hace necesari o un Estado cap az de
defender ese int erés genera l qu e la bur guesía, a través
de sus represent antes' directos par lamentarios y sus pa r-
tidos, no es ca paz de defend er. Ta l Estad o es el bona -
partista que surge de l golpe de Estado de diciembre de
51.
El Estad o se aut onomiza, así, respecto de la domina-
ción política directa de la clase, pero no de su interés
gcnera l político. Se trata, pues, de una autonomía ab-
soluta respecto de los que representan directa mente a la
burguesía y con los cuales cl Estado bonapart ista llega
incluso a enfrenta rse. Pero, a la vez, esta autonomía es
relativa en cuanto a qu e no rebasa el mar co genera l de
c1 asc. Como dice En gels (en carta a M arx del 13 dc
abril de 1866 ) :
. . .T orna en sus manos los grandes intereses de la burguesía
(co ntra la burguesía en caso necesario ), pno no le deja
ninguna parte en la dominación.
Este Estado bonapart ista act úa así mediante un inmen-
so cuerpo de funcionarios o burocracia, "Espant oso
organismo parasitario - dice Marx- que se ciñe como
una red al cuerpo de la sociedad fran cesa" ( l B Brum a-
rio .. .) . Desde el primer Napo león, Marx registra un
perfecc ionamiento sucesivo dc la má q uina estatal, qu e se
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pone de manifiesto en el desarrollo del centralismo, así
como en el aumen to de los funcionarios y de sus atribu-
ciones. Pero este fortalecimiento -cuantita tivo y cua li-
tativo-- de la burocracia es insepa rable del fortaleci-
miento de la autonomía del Estado. Se produce así un
cambio en el status de la burocracia, ya que de simpl e
medio o instr umento se convierte -a la pa r que el
Estado-- en un pode r autó nomo, propio. Sin embargo,
su poder --como la autonomía del Estado-s- es relativo
en cuanto a que se mue ve en el marco del interés general,
de clase, de la burguesía. Ahora bien, dentro de este
marco su autonomía es absoluta puesto que es ella, y
no la burguesía a través de sus representantes directos
- parlamento y pa rtidos- quien define ese interés y lo
sirve incluso --como dice Engels en la carta antes ci-
tada- contra la burguesía misma.
¿Qué conclusiones sacamos de estos escritos de Marx
sobre el periodo del 48 al 51 en Francia acerca de la
naturaleza de la burocracia , si tenemos presen te, al mis-
mo tiempo, las características que se desprenden de la
concepción de la burocracia del joven Marx? Podemos
responder que se mantienen implícitamente las caracte-
rísticas ya señaladas, aunque con los matices diferencia les
que vemos a contin uación:
Primero : se trat a de un grupo social cerrado, organi-
zado profesional y jerárquicamente, y separado de la
sociedad en conjunto y de otros gru pos sociales, enten-
didos no ya como las corporaciones de la Sociedad civil
en sentido hegeliano, sino como clases socia les con inte -
reses particulares, de clase ; por tanto, se tra ta de un
grupo social, separado y opuesto no sólo con respecto a
la clase dominada, sino con respecto a la clase domin ante
cuyo interés general, a despecho de ella, defiende.
Segundo : este grupo social ejerce el pod er efectivo sin
más límites que los que se fija a sí mismo y, en este
sentido, es un poder dictatorial sobre todas las clases
sociales.
25
T ercero: este dominio se ejerce y legitima en bien de
todas las clases, incluid as las clases dominadas, cuyos in-
tereses - por ejem plo, en el caso de los campesinos
parcelarios- , dice la burocracia por boca de su jefe
máximo, Lui s Bonaparte, representa y defiend e.
Cuarto: Se trata, sin embargo, de una representación
formal, de una ap ar iencia, pues rea lmen te la burocracia
defiende el interés genera l, de clase, de la burguesía, con
cuyo inter és --que es el de Estado bonapartista- se
identifica no forma l sino efectivamente.
y quin to y último: La burocraci a ejerce un poder
autónomo, independiente (respecto de toda clase o frac-
ción de clase ), en cuanto aparato de un Estado autó-
nomo, pero su autonomía es relativa, ya que está enm ar-
cada por el carácter de clase del Estado bonapartista .
No ejerce, pues, en definitiva un poder propio, autosu-
ficiente, en el sentid o de que defienda un int erés par-
ticular de la burocracia en cuanto tal , ya que su interés,
si bien no es el de toda la sociedad sí es el del Estado
como Estado de clase, burgués ; pod er, por tanto, al
servicio de la clase dominante.
•
* *
No obsta nte las coincidencia s señaladas entre las dos
concepciones marxianas, ha y entre ellas una diferencia
esencia l en cuanto que, en la primera, en la del texto
juvenil, la burocracia, lejos de ser instrumento o med io
del Estad o, pon e a éste a su servicio, lo convierte en
propied ad suya. La burocracia no actúa en este caso
como instrumento del interés de un gru po social o clase,
sino como un gr upo o clase que defiende su interés par-
ticular, propio. En el segundo caso --concepción de la
burocracia de los escritos sobre el 48- la burocracia
ejerce el poder efecti vo en nombre de la clase dominante
sin dejar que ella ejerza directamente su domin ación, y
por tanto, ejerce ese poder con autonomía respecto de
ella, sin que esa autonomía sea absoluta.
Ambas concepciones teóricamen t~ no se excluyen, ya
qu e pueden ser válidas en diferentes situaciones históri-
cas. La concepción de la autonomía relat iva de la buro-
cracia puede ap licarse a situaciones históri cas semejantes
--dentro de la sociedad burguesa- a las qu e en Fran cia
dio lugar a un Estad o bonap artista, autónomo con res- 1
pecto a la clase domina nte y sus fracciones, pero, en
definitiva, de clase. La burocracia no pued e considerarse
aquí como una clase pa rticu lar con su interés propio.
La concepción de la burocracia del texto juvenil puede
ser más valiosa que la anterior par a explicar su pap el
autónomo y autosuficiente que la convier te en una ver-
dad era clase socia l en situaciones históricas como las
que, en nuestro tiempo, en las condiciones del "socialis-
mo real " hacen de la burocracia esta ta l y del Par tido
una verda dera clase. C lase que ta nto en las relaciones
económicas como en las políticas, detenta un poder efec-
tivo, autónomo y au tosuficiente.