El estrés, el miedo y la preocupación son actitudes comunes en situaciones que
ameriten enfrentarse a escenarios de incertidumbre o en situaciones de cambios, crisis o a lo desconocido. Lo cual es regular y comprensible que la gente experimente este sentir en el contexto de la pandemia de COVID-19. Al temor de contraer el virus en una pandemia como la de COVID-19, se suma el impacto de los importantes cambios en nuestra vida diaria causados por los esfuerzos para contener y frenar la transferencia del virus. Debido a las nuevas y desafiantes realidades de distanciamiento físico, el trabajo desde el hogar y la falta de contacto físico con los seres queridos y amigos es importante que cuidemos tanto nuestra salud física como la salud mental. La pandemia de COVID-19 ha agravado la situación de salud mental en la región, aumentando los nuevos casos de problemas de salud mental y afectando en mayor medida los casos preexistentes. También ha producido suspensiones importantes en los servicios de atención de los trastornos mentales, neurológicos y por su uso de sustancias. Las personas que históricamente se han enfrentado a una mayor carga de afecciones de salud mental y un acceso reducido al tratamiento se ven afectadas de manera desproporcionada por los impactos de COVID-19 en la salud mental. En la región de las Américas, los problemas mentales, neurológicos y por uso de sustancias y el suicidio representan más de un tercio (34%) del total de años vividos con discapacidad, siendo los trastornos depresivos la mayor causa de discapacidad. Casi 100.000 personas mueren por suicidio cada año en todo el continente. Datos y estadísticas por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reflejan el trasfondo de la problemática general de la salud mental en situaciones de crisis humanitarias: - En situaciones de emergencias humanitarias y desastres la mayoría de las personas tienen reacciones de estrés esperables que se reducen con el tiempo. - Entre 3 y 4% de la población desarrollará condiciones mentales severas (por ejemplo, psicosis, depresión severa, trastornos de ansiedad gravemente incapacitantes) comparado con el 2-3% de prevalencia anterior a la emergencia. - Entre 15 y 20% de la población desarrollará condiciones mentales ligeras o moderadas (por ejemplo, condiciones de depresión y ansiedad ligeras o moderadas) comparado con el 10% de prevalencia anterior a la emergencia. Hoy en día mientras la pandemia de COVID-19 destaca y profundiza las desigualdades de la larga información en la salud mental en la región, es importante que trabajemos para hacer que la atención de salud mental sea una realidad para todos. Uno de los problemas más comunes que se encuentran en situaciones de desastres y emergencias humanitarias es que los sistemas de salud son débiles y no están preparados para enfrentar los eventos potencialmente traumáticos; los recursos son muy limitados, la atención primaria tiene poca capacidad resolutiva y el componente de salud mental en el marco de la actuación de los servicios de salud. En estas condiciones es imprescindible generar las respuestas desde la propia comunidad, reforzando la primera línea de contacto de los servicios de salud con la población afectada por el desastre o la crisis y descentralizando los recursos especializados. Una intervención apropiada implica fortalecer el componente de salud mental en el marco de la actuación de los servicios integrales de salud, sin medicalizar el sufrimiento de las personas, ni de depender necesariamente de la especialización del personal y recursos de salud. El problema puede convertirse en una oportunidad para fortalecer los sistemas de salud. ------ Conclusiones de la propuesta de mejora. Aprendizajes adquiridos en la asignatura que van a llevarse a la práctica laboral. a) Generar conocimientos de carácter científicos en el campo profesional. b) Resolver problemas con apoyo en la investigación. c) Realización y aplicación de diagnósticos de la realidad. d) Llevar a cabo análisis e interpretación de datos profesionales. Nuevas reflexiones adquiridas a partir de sumar este curso a tu ruta de desarrollo personal. Al finalizar este curso y llevar a cabo lo aprendido durante el mismo, principalmente se pudo reconocer el papel de la investigación científica y sus conocimientos para identificar problemas sociales del entorno, la relevancia del conocimiento científico para la elaboración de diversas investigaciones utilizando diferentes métodos y modelos que permitan una posible solución de la problemática presentada en su contexto social, además de identificar, elegir y aplicar los métodos e instrumentos de investigación para resolver las problemáticas detectadas que le permitan proponer alternativas de solución. De cara al ámbito profesional es destacable que se desarrolló la toma de decisiones de manera responsable, generar actitud propositiva ante los problemas presentados en la comunidad. La generación critica de objetivos a lograr para plantear soluciones anticipadas del problema y la selección de diversas teorías para elegir críticamente la que sustente la propuesta de solución e implementarla en los proyectos de investigación son aptitudes desarrolladas durante los trabajos y los aprendizajes transmitidos por la maestra durante las clases.
Evaluación Del Equipo Multidisciplinario de Atención Primaria en Salud en Una Institución de Primer Nivel de Atención en Valledupar Durante El 2017 y 2018