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SERVIDUMBRES

1.-Descripcionde los hechos

Caso: N1

Podemos evidenciar un caso específico de los esposos Johny Alberto Illanes Vidal junto a su esposa
Lidia Salazar Orellana, son propietarios de un inmueble ubicado en la zona de Alalay, Valle
Hermoso, manzana 473, lote 6, av. Camilo Torres, registrado en Derechos Reales (DD.RR.) bajo
matrícula computarizada 3.01.1.01.0022371, asiento A-1 de 29 de noviembre de 2004. Quien
adquiere su inmueble con uso de servidumbres, podemos evidenciar que los actuales propietarios
vecinos de estos, del inmueble que les otorgó la servidumbre de paso de la red de alcantarillado,
tenían nuevos propietarios Walter Ibarra Aruquipa y Mary Margarita Requena Mamani, son los
que habían procedido a la obstrucción del tubo de alcantarillado, causando colapso de desechos,
atentando contra la salud de estos mismos, lesionado sus derechos a la salud, a un hábitat y
vivienda adecuada y a los servicios básicos, existiendo un contrato de servidumbre de paso a la red
de alcantarillado firmado con el anterior propietario, cortan el paso de las tuberías de
alcantarillado, , con el fin de obtener la cancelación de $us1 500.- (mil quinientos dólares
estadounidenses),demanda de la cual hace parte a SEMAPA.

Caso: N2

Wilfredo Arnés Montaño, hace más de veinte años,adquiere un lote de terreno donde se
construyó una edificación de cuatro pisos y quince departamentos, ubicado en el pasaje

Innominado, de la Calle Mann Césped, Zona Norte, Edificio “Américas II”, Max Nelson Mérida
Cabrera, de forma arbitraria e ilegal, procedió al corte del servicio de alcantarillado sanitario, sin
previa comunicación a las diecisiete familias que habitan el edificio, provocando que se quedaran
sin este servicio, no obstante que el demandado, cuando adquirió el inmueble, lo hizo con los
usos, costumbres y servidumbres, por lo que en observancia a los derechos, los vecinos afectados
por esta situación realizan denuncias a SEMAPA, esta entidad es la que abre un proceso
administrativo, a cuya conclusión, se conminó al demandado a reponer el servicio de alcantarillado
sanitario, que no fue acatado. Posteriormente, interpusieron interdicto de obra nueva perjudicial y
daño temido que radicó en el Juzgado Séptimo de Instrucción en lo Civil, que ordenó la
paralización de la obra; orden que, sin embargo, no fue cumplida, subsistiendo de este modo el
corte del servicio de alcantarillado sanitario hasta la fecha, vulnerándose de ese modo sus
derechos a los servicios básicos, a la hábitat y vivienda adecuada, a la vida, a la salud y a la
dignidad, solicitando que se ordene la restitución del servicio de alcantarillado sanitario. Asesoría
Legal de SEMAPA, se evidencia que sus personeros realizaron inspección, verificando el
taponamiento o interrupción del servicio de alcantarillado sin autorización de SEMAPA,
recomendando que la servidumbre forzosa de paso de alcantarillado sanitario sea restituida en el
plazo de tres días, lo que dio lugar a que el Gerente General Ejecutivo de la citada entidad
pronunciara la RA 117/2012 de 6 de noviembre, por la que se conminó al actual demandado a la
restitución de la servidumbre de paso de alcantarillado sanitario en el plazo de tres días;
Resolución que fue confirmada por el Directorio de SEMAPA, mediante la RA 01/2013 de 14 de
marzo; empero, el demandado no dio cumplimiento a dichas Resoluciones ni conminatorias. El
demandado, alega que tiene derecho a ejercer su derecho propietario, y que no tiene ninguna
obligación de soportar una servidumbre que no está registrada en la Oficina de DD.RR., sin tomar
en cuenta que la servidumbre también puede constituirse por mera posesión, de conformidad al
art. 281 del CC, que dispone: “a falta de título, las servidumbres se ejercen en los límites de la
posesión.

2.- elementos jurídicos de nuestros dos casos analizados

 El contenido del art. 20 de la CPE, incorpora como derechos fundamentales los servicios
básicos de agua potable, alcantarillado, electricidad, gas domiciliario, postal y
telecomunicaciones, atribuyendo la responsabilidad de su provisión al Estado en todos sus
niveles de gobierno, haciendo principal referencia a los servicios de agua y alcantarillado
como derechos humanos que no se encuentran sujetos a concesión y/o privatización, sino
a régimen de licencias y registros conforme a ley.
 SCP 0016/2013 de 3 de enero, sobre el derecho a los servicios básicos, señaló que: “…el
acceso al agua y alcantarillado constituyen derechos humanos que no son objeto de
concesión ni privatización y están sujetos a régimen de licencias y registros conforme a
Ley. En ese contexto se puede colegir que cualquier acto ilegal o arbitrario que suspenda u
obstaculice la provisión o el uso de dichos servicios, se constituyen en actos vulneratorios
a los derechos fundamentales, que además tomando en cuenta lo desarrollado, en el
acápite anterior, pueden ser protegidos a través de la presente acción” (resaltado
añadido), razonamiento compartido por la SC 1898/2010-R de 25 de octubre, que
estableció: “El derecho de acceso al agua, alcantarillado y electricidad es uno de los
derechos humanos inherentes a toda persona por el solo hecho de existir, reconocido por
el art. 20. I y II de la CPE; por tanto, de rango constitucional, al estar previsto en el
catálogo de derechos fundamentales; y que establece que toda persona tiene acceso
universal y equitativo a los servicios básicos de agua potable, alcantarillado, electricidad,
gas domiciliario, postal y telecomunicaciones, por lo que el corte arbitrario de los servicios
constituye una violación a esos derechos fundamentales”.
 Ley 2066 de 11 de abril de 2000, en su art. 8 inc. f), se establece que la conexión de
alcantarillado sanitario se constituye en el “…Conjunto de tuberías y accesorios que
permiten la descarga de Agua Residual desde las instalaciones internas del usuario hacia la
red de alcantarillado”; por lo que, de conformidad al art. 64 del mismo compilado legal.
 Previsiones normativas que concuerdan con el Reglamento Nacional de Prestación de
Servicios de Agua Potable y Alcantarillado para Centros Urbanos, que en su art. 1 prevé
que dicha normativa. La Empresa que presta los servicios públicos de agua potable y
alcantarillado sanitario y los suscriptores y usuarios de los mismos, quienes deberán acatar
y respetar todas las regulaciones así como las sanciones contenidas en el mismo y otras
normas complementarias”; atribuyéndose la capacidad y competencia, de acuerdo al art.
12 del citado reglamento, estableciendo que: “En caso necesario la Empresa impondrá a
cualquier propietario la servidumbre legal del paso de tuberías del servicio público o
domiciliario dentro de un criterio técnico y de acuerdo a términos de Ley; no pudiendo el
propietario pretender el derecho de propiedad sobre la tubería e instalaciones de la
Empresa. Esta servidumbre comprende el derecho de colocar, modificar, mantener, o
renovar sus instalaciones dentro de la propiedad sirviente, no edificada o por edificar. El
inmueble soportará esta servidumbre, cualquiera sea el propietario”, estableciéndose en
el art. 105 de la referida norma, en cuanto a los derechos de los usuarios que: “A solicitud
del abonado la Empresa realizará la calificación técnica de paso se servidumbre y podrá
imponer a cualquier propietario su aplicación de acuerdo a normas y prescripciones
legales que rigen la materia”.
 art. 8.I de la CPE, que reconoce como principal objetivo del Estado Plurinacional el
principio ético moral de vivir bien y en consonancia con tratados de derechos humanos
que integran el bloque de constitucionalidad, conforme prevé el art. 410.II de la Norma
Suprema, se reconoce y garantiza el derecho a una vida digna, por lo que, los principios y
axiomas constitucionales cumplen el rol de orientar la conducta y comportamiento de
todos los bolivianos, con el propósito fundamental de vivir en armonía, dentro de una
sociedad que no se constituye en un mero enunciado y donde todos los patrones de
comportamiento y todos los actos de la vida cotidiana de todo individuo, se hallen
sometidos a la aplicación y observancia de la ley y la constitución, asegurando que los
valores de armonía, dignidad, solidaridad, reciprocidad y bienestar común se manifiesten
de manera pacífica en todas las relaciones sociales y dentro del marco de nuestra
diversidad cultural.

Servidumbres de paso

La normativa civil boliviana, contempla a partir de sus arts. 255 al 290, todos los aspectos
inherentes a las servidumbres, entendidas éstas como las cargas impuestas sobre una propiedad
para el uso y satisfacción de las necesidades de otra, perteneciente a un propietario diferente; es
decir, es el beneficio que el propietario de un fundo adquiere por utilidad del uso de otro fundo.

Para (Mazeaud) -citado por Carlos Morales Guillen-, las servidumbres constituyen “el derecho real
sobre ciertos usos de un predio (sirviente) establecido a favor de otro predio (dominante)”.

Ahora bien, de conformidad a lo previsto por el art. 255 del Código Civil (CC) “En virtud de la
servidumbre el propietario de un fundo puede, por utilidad o beneficio propios, realizar actos de
uso en un fundo ajeno o impedir al propietario de éste el ejercicio de algunas de sus facultades”,
de donde resulta la imposibilidad del propietario del fundo sirviente (el que soporta la carga) de
desarrollar sus derechos con toda normalidad sin afectar los derechos del fundo dominante
(titular del derecho de servidumbre), derecho y obligación que, de acuerdo al art. 257 del mismo
cuerpo legal, cuando tiene el carácter de forzosa se constituye en perpetua debido al servicio que
presta una propiedad a favor de otra, perpetuidad que se prolonga en tanto subsista la necesidad;
así expresa el profesor (Horacio Jorge Valdés), al señalar que: “normalmente una relación entre
predios tiene un carácter tal, que las necesidades de uno se prolonga en el tiempo
indefinidamente, cuando ellas se basan en la situación de estos, en sus condiciones y necesidades.
En esta disposición, las normas consagran como regla la perpetuidad, expresando que la
servidumbre existe mientras no se dé una causal de extinción de la misma, por motivos legales;
empero, cuando es erigida la servidumbre por la voluntad de las partes interesadas de dos
predios, ellas podrían determinar un plazo o las circunstancias sobrevinientes que la pueden hacer
finalizar”.Dentro de la clasificación de las servidumbres, por su forma de acceso, encontramos
descritas en el art. 262 del sustantivo civil, a las servidumbres de paso, que permiten al propietario
de un predio enclavado, disfrutar y gozar plenamente de su derecho a la propiedad, ejercicio que
no puede entenderse de manera restrictiva en el sentido de poseer la cosa en sí, sino en todas las
actividades que le aseguren el disfrute pleno de su derecho de propiedad y que, como el caso
específico que se analiza, dependen del acceso a los servicios básicos de alcantarillado que
permiten que el propietario del fundo que goza de la servidumbre de paso, alcance una vida digna
y goce plenamente de su derecho propietario.

CASOS

ANTECEDENTES DEL CASO

CASO N: 1

Contenido de la demanda

Johny Alberto Illanes Vidal junto a su esposa Lidia Salazar Orellana, son propietarios de un
inmueble ubicado en la zona de Alalay, Valle Hermoso, manzana 473, lote 6, av. Camilo
Tórrez, registrado en Derechos Reales (DD.RR.) bajo matrícula computarizada
3.01.1.01.0022371, asiento A-1 de 29 de noviembre de 2004.

Relatando los hechos suscitados señalan que el inmueble de su propiedad se encuentra en


declive, razón por la cual previa autorización expresa del anterior propietario Richard
Escobar Chávez, mediante documento privado de 16 de julio de 2005, el desagüe del
alcantarillado pasa por el inmueble colindante hacia la parte de abajo y se conecta a la red
de alcantarillado sanitario que se halla circulando en la av. Miraflores, tal como lo
evidenció la nota de 14 de junio de 2012.

Sostienen que, a principios de abril de 2012, la red de alcantarillado de su inmueble


colapsó, sufriendo el rebalse de todos los desechos en la parte posterior de su inmueble,
que provoca un foco de infección que atenta los derechos a la salud e higiene, al acceso
de los servicios básicos de alcantarillado y a una vivienda saludable; averiguadas las causas
pudieron constatar que el inmueble que les otorgó la servidumbre de paso de la red de
alcantarillado, tenía nuevos propietarios -Wálter Ibarra Aruquipa y Mary Margarita
Requena Mamani quienes habían procedido a la obstrucción del tubo de alcantarillado
que sale de su propiedad, en franco desconocimiento de las Normas y Reglamentos
Sanitarios.

Por lo acontecido, mediante memorial de 17 de mayo del mismo año, solicitó al Gerente
del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario (SEMAPA) para que,
conmine a Walter Ibarra Aruquipa que proceda a otorgarle la servidumbre de paso, ante
tal petitorio, mediante nota de 19 de junio de 2012, SEM GOP, CAR-1880/2012, el Jefe de
División de Mantenimiento de SEMAPA de Cochabamba informó que la servidumbre de
paso de su domicilio que, pasa por la casa del hoy demandado fue anulada por su
persona, y para rehabilitarla solicitaron a Johny Alberto Illanes Vidal -hoy demandado- el
pago de $us1 500.- (mil quinientos dólares estadounidenses), situación que considera
indebida por existir un contrato con el anterior dueño del inmueble que, no puede ser
anulado de facto y menos aún hacer justicia por mano propia, obstaculizando los ductos
del alcantarillado; por lo que al ser un servicio básico sólo puede ser suspendido por los
proveedores en los casos previstos por ley, y por ningún motivo utilizarlos como
mecanismos de presión para obtener la ejecución de algún acto.

Los denunciantes señalan también, que en SEMAPA manifestaron que no tienen la forma
coercitiva legal para que, se ordene a los demandados que se restituya lo solicitado, así
también que no se da cumplimiento al Reglamento Nacional de Prestación de Servicios de
Agua Potable y Alcantarillado para Centros Urbanos en sus arts. 12 y 105, pues se les ha
explicado de las Ordenanzas Municipales (OO.MM.) 731/89 en su art. 8 y la 2122/98, que
ratifica el Reglamento aludido, no obstante a ello refieren que recurrieron a la casa
comunal, quien ha llevado los comparendos correspondientes y ha realizado un informe
que señala que es imposible obligar a los demandados a restituir lo solicitado.

Derechos supuestamente vulnerados

Los denunciantes estiman que sean lesionado sus derechos a la salud, a un hábitat y
vivienda adecuada y a los servicios básicos, citando al efecto los arts. 18.I, 19.I y 20.I y III
de la Constitución Política del Estado (CPE). Debido a que a pesar de existir un contrato de
servidumbre de paso a la red de alcantarillado firmado con el anterior propietario del
inmueble colindante, las personas demandadas en su calidad de nuevos propietarios del
fundo sirviente, mediante acciones de hecho, procedieron a cortar el paso de las tuberías
de alcantarillado que salen de su propiedad, desconociendo Normas y Reglamentos
Sanitarios, con el fin de obtener la cancelación de $us1 500.- (mil quinientos dólares
estadounidenses).

Petitorio

Solicitan que: a) Wálter Ibarra Aruquipa y Mary Margarita Requena Mamani, en el día
restablezcan y permitan el paso de la correspondiente servidumbre administrativa de
alcantarillado y desagüe pluvial de su inmueble por los predios vecinos a fin de que se
conecte a la red de alcantarillado de la zona; b) Se proceda a deshacer los trabajos de
obstrucción o tapiado que fue realizado en las cañerías de alcantarillado y desagüe pluvial
de su inmueble que atraviesan por los predios vecinos, en el día bajo conminatoria de ley
y a su costo; y, c) Se instruya en su caso a SEMAPA realizar los trabajos correspondientes a
fin de hacerse efectivo su petitorio.

Intervención de los terceros interesados

El representante del Concejo Municipal de Cercado, en audiencia señaló que se ha emitido


la Ordenanza Municipal (OM) 731/1989, que reglamenta la participación de la
intervención de los predios servidumbrales referentes a las conexiones de agua potable,
alcantarillados y desagües pluviales; misma que se complementa con la OM 2122, en la
que se especifica la participación de predios servidumbrales; por lo tanto refieren que el
Municipio ha cumplido y si bien el derecho a la propiedad privada es primordial, este
derecho tiene limitaciones referentes a los predios, por lo que considera que la actitud de
los demandados vulnera la Constitución, Normas, Reglamentos y Ordenanzas establecidas
al respecto.

Por otra parte, el asesor legal de la Comuna “Alejo Calatayud”, en audiencia refirió que la
Sub-alcaldía intervino notificando a los demandados a efectos de que restituyan los
servicios; asimismo, se tiene un informe del topógrafo de la Comuna que señala que la
calle Camilo Tórrez, que es la más próxima al predio del accionante, frente a la av.
Miraflores, está en una pendiente baja con una diferencia de más de 13 metros, lo que
implica la imposibilidad de sacar el alcantarillado a la calle que se encuentra en la parte
superior del inmueble, y si bien se podría realizar el trabajo, en nuestro país no se cuenta
con los medios necesarios; razón por la cual solicita se conceda la tutela impetrada.

Finalmente, el representante de SEMAPA, en audiencia, manifestó que, conforme a las


solicitudes realizadas, se han emitido los informes correspondientes y dentro de sus
atribuciones, sólo se limita a la emisión de los mismos.
Resolución

La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, constituida


en Tribunal de garantías, por Resolución de 11 de octubre de 2012, cursante de fs. 101 a
104, concedió la tutela solicitada, disponiendo que los demandados Wálter Ibarra
Aruquipa y Mary Margarita Requena Mamani, en el plazo de cinco días hábiles a partir de
su legal notificación, bajo su cargo y responsabilidad, restituyan la tubería de servidumbre
del servicio de alcantarillado desde el inmueble del accionante hasta la red de
alcantarillado de SEMAPA en la av. Miraflores, bajo las condiciones técnicas de esta
institución, cuyos trámites corresponderán realizar a los demandados. Asimismo,
restituyan el paso servidumbral del desagüe pluvial del inmueble del accionante hacia la
av. Miraflores, todo lo señalado en base a los siguientes fundamentos: 1) Conforme al
resultado de la inspección realizada por personal de SEMAPA, contenida en el oficio
SEM.GOP.CAR-1880/2012 de 19 de junio (fs. 5), verificaron que los ahora demandados
habrían asumido una medida de hecho al anular la servidumbre de alcantarillado del
inmueble del accionante que pasa por su inmueble; razón por la cual en el presente caso
concurre la excepción a la subsidiariedad; 2) De la revisión de antecedentes que cursa en
obrados, se infiere que resulta ineludible el paso servidumbral de alcantarillado del
inmueble del accionante por el de los demandados, toda vez que sería imposible,
técnicamente, sacar la acometida del alcantarillado hacia la calle de salida que tiene el
accionante desde su inmueble, al tener éste un desnivel en contrapendiente de
aproximadamente trece metros de altura; 3) La servidumbre del desagüe pluvial y del
alcantarillado, desde el inmueble del accionante, fue determinada voluntariamente con
un anterior propietario y que ahora es de propiedad de los demandados, quienes no
acreditaron ninguna causal de extinción de la servidumbre; por lo que al haber cortado el
paso que conecta la instalación de alcantarillado del inmueble del accionante con la red
de alcantarillado de SEMAPA, restringieron su acceso a un servicio de alcantarillado
público, que se constituye en un servicio básico y su acceso constituye un derecho
humano; con tal actuación sostienen que materializaron una acción de hecho totalmente
arbitraria que genera un cúmulo de desechos orgánicos que ponen en riesgo la salud y la
vida, no sólo del accionante sino del entorno comunitario donde se encuentra su vivienda;
y, 4) De ser evidente que también fue cortado el desagüe pluvial, aquello no sólo genera
perjuicio al accionante, sino también pone en riesgo el inmueble de los propios
demandados, porque imposibilita el desagüe pluvial a esa vía pública y el estancamiento
del agua pluvial generaría acumulo de la misma en el inmueble del accionante y
eventualmente el daño por remojo a la vivienda de los demandados.

II. CONCLUSIONES
De la debida revisión y compulsa de los antecedentes se llega a las conclusiones que se
señalan seguidamente:

II.1. En el formulario de folio real 2222644 de 1 de diciembre de 2004, se acredita la


titularidad del dominio del inmueble ubicado en la zona Alalay, Valle Hermoso, manzana
473, lote 6, registrado en DD.RR. a nombre de Johny Alberto Illanes Vidal y Lidia Salazar
Orellana, bajo matrícula computarizada 3.01.1.01.0022371, Asiento A-1, el 29 de
noviembre del citado año (fs. 2).

II.2. Por nota SEM-GOP.CAR-1880/2012 de 19 de junio, el Jefe de la División


Mantenimiento de SEMAPA, Abel Lizarazu Andrade, informó a Axel Ávila: “que la
servidumbre de paso del domicilio del señor Johny Illanes que pasa por la casa del señor
Walter Ibarra, fue anulado por el indicado señor, para rehabilitar la servidumbre de paso
habría solicitado al señor Illanes el pago de $us 1 500.- (dólares estadounidenses mil
quinientos) …” (fs. 6).

II.3. Mediante nota SEM-GOP.CAR-1807/12 de 14 de junio, el Jefe de la Sección de


Catastro Técnico de SEMAPA, Mauricio López López, ante la Gerente de Operaciones a.i.,
Rita Escobar Claros, concluyó que: “…De acuerdo a la inspección realizada en el terreno es
imposible salir a la calle Camilo Torres, debido a que el desnivel de la calzada con el de la
vivienda se encuentra en contrapendiente. Por lo que recomienda mantener la acometida
existente de alcantarillado sanitario por paso servidumbral…” (fs. 8 y 9 vta.).

II.4. Se demuestra por el documento privado de 16 de julio de 2005, de autorización para


excavación en fundo para desagüe y alcantarillado, firmado por el propietario -en ese
momento- del lote de terreno ubicado en la zona de Alalay, Valle Hermoso, Richard
Escobar Chávez, quien de su libre voluntad autorizó de forma expresa que Lidia Salazar
Orellana y su esposo, realicen en su lote de terreno excavaciones y colocado de tubos para
desagüe de alcantarillado y otros servicios (fs. 44).

II.5. Informe técnico 762/2012 de 22 de agosto, de la Jefe de División de Atención al


Ciudadano del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, Teresinha Saavedra
Verdum ante el Sub-alcalde de la Comuna Alejo Calatayud, Julio Selaez Quispe, señaló que
notificaron a Wálter Ibarra Aruquipa, el 17 de agosto de 2012, quien refirió, juntamente
con su abogado que, con carácter previo acudirá a SEMAPA. En cuanto a la certificación
solicitada por Johny Alberto Illanes Vidal, a cerca de la capacidad de la Sub-alcaldía para
obligar al vecino a permitir la servidumbre de paso, al tratarse de derecho propietario, la
Alcaldía refirió que no cuenta con los instrumentos necesarios para permitir u obligar a la
construcción de dicha servidumbre; por lo que tal situación debe ser resuelta por la vía
legal (fs. 45).
II.6. Nota de 10 de octubre de 2012, emitida por el topógrafo de la Comuna Alejo
Calatayud, Efraín Alcázar Dalenz ante el Sub-alcalde de la misma Comuna, Julio Selaez
Quispe, informó que el desnivel existente entre la calle Camilo Torres y la av. Miraflores,
manzana 473, es de 13 metros (fs. 88).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

III.1. La protección directa e inmediata otorgada en forma excepcional por la acción de


amparo constitucional, ante la presencia de medidas de hecho, estrechamente
vinculado con el derecho a la jurisdicción o acceso a la justicia

La SC 0534/2007-R de 28 de junio, señala que: “…el fundamento constitucional que


sustenta la procedencia excepcional de una tutela ante medidas de hecho, -ante
cualesquier acto- es que en un Estado de Derecho, no es legal ni válido que una
autoridad pública o un particular, invocando supuesto ejercicio "legítimo" de sus
derechos subjetivos, se arrogue facultades y adopte medidas de hecho (justicia directa o
justicia por mano propia) para poner término a sus diferencias o solucionar sus conflictos
con otros desconociendo que existen los mecanismos legales y las autoridades
competentes para el efecto…” (las negrillas son nuestras).

Igualmente la SC 0374/2007-R de 10 de mayo, que estableció: "… cuando se denuncian, …


acciones que implican una reivindicación de las prerrogativas de las personas por sí
mismas, vale decir, al margen de las acciones y mecanismos establecidos por la
Constitución Política del Estado y las leyes, de forma parecida a una justicia por mano
propia; este Tribunal Constitucional ha determinado que tales actos son acciones o vías
de hecho, porque no encuentran respaldo legal en norma alguna, vale decir no tienen
apoyo legal; pues el sólo hecho de pertenecer a un colectivo humano organizado en un
Estado, supone la proscripción de toda forma de venganza o justicia por mano propia, ya
que la institucionalidad estatal se basa en la pacífica convivencia de las personas, quienes,
para lograr ese objetivo, desisten de materializar sus derechos por sí mismos, para
encargar la dilucidación de sus controversias a las autoridades instituidas por el Estado"
(las negrillas nos corresponden).

De ahí que la jurisprudencia constitucional entendió que las medidas de hecho se


configuran como aquellos: “...actos ilegales arbitrarios que desconocen y prescinden de
las instancias legales y procedimientos que el ordenamiento jurídico brinda, realizando
justicia directa, con abuso del poder que detentan frente al agraviado, actos que
resultan ilegítimos por no tener respaldo legal alguno y que por el daño ocasionado y la
gravedad de los mismos, merecen la tutela inmediata que brinda el amparo por vulnerar
derechos fundamentales. La idea que inspira la protección no es otra que el control al
abuso del poder y el de velar por la observancia de la prohibición de hacerse justicia por
mano propia, control que se extiende tanto a las autoridades públicas como a los
particulares que lo ejercen de manera arbitraria por diferentes razones y en determinadas
circunstancias…" (las negrillas son nuestras), (SC 0832/2005-R de 25 de julio).

La SCP 1478/2012 de 24 de Septiembre, al referirse a las formas de medidas o vías de


hecho por el supuesto ejercicio legítimo de sus derechos o intereses de particulares o del
Estado, identificó los siguientes supuestos: “i) Avasallamiento u ocupaciones por vías de
hecho de predios urbanos o rurales privados o públicos con limitación arbitraria del
derecho a la propiedad, la pérdida o perturbación de la posesión o la mera tenencia del
bien inmueble, ii) Cortes de servicios públicos (agua, energía eléctrica); y, iii) Desalojos
extrajudiciales de viviendas; entre otros supuestos, desconociendo que existen
mecanismos legales y autoridades competentes en el orden constitucional para la solución
de sus conflictos, excluyen el derecho a la jurisdicción o acceso a la justicia del afectado,
que se constituye en el primer derecho fundamental común vulnerado en acciones
vinculadas a medidas de hecho en cualesquiera de sus formas” (las negrillas son
nuestras).

En ese entendido, la mencionada Sentencia refiere que el derecho fundamental a la


jurisdicción o acceso a la justicia, se constituye en el “derecho protector de los demás
derechos” porque trae consigo la lesión de otros derechos conexos a partir de su
supresión, pues dependerá de la conducta adoptada para incidir en una medida o vía de
hecho que transcurra paralelamente a la vulneración del acceso a la justicia y otros
derechos fundamentales que el afectado pueda señalar, esto dependerá de la evaluación
del caso concreto.

De la misma forma señala que al presentarse cualquier diferencia, interés o derecho en


conflicto, éste será resuelto por una de las jurisdicciones reconocidas por la Norma
Suprema, al respecto refiere: “…que el derecho a la jurisdicción o de acceso a la justicia -
sin pretender agotar todas las perspectivas de este derecho tan ampliamente concebido y
desarrollado- contiene: 1) El acceso propiamente dicho a la jurisdicción, es decir, la
posibilidad de llegar a la pluralidad de jurisdicciones reconocidas por la Constitución, sin
que existan obstáculos, elementos de exclusión, limitación, que dificulten el ejercicio de
este derecho tanto por el Estado como por los particulares; 2) Lograr un pronunciamiento
judicial proveniente de las autoridades judiciales formales o las autoridades naturales de
las naciones y pueblos indígena originario campesinos, que solucione el conflicto o tutele
el derecho, siempre que se hubieran cumplido los requisitos establecidos en la norma; y 3)
Lograr que la Resolución emitida sea cumplida y ejecutada, debido a que si se entiende
que se acude a un proceso para que se restablezca o proteja un derecho, un interés o un
bien, en la medida que el fallo no se ejecute, el derecho a la jurisdicción o de acceso a la
justicia no estará satisfecho” (las negrillas son nuestras).

III.2. El acceso al derecho del servicio básico de alcantarillado

La Constitución Política del Estado, en su art. 20, a través de los parágrafos I. II y III, ha
incorporado como derechos fundamentales los servicios básicos de agua potable,
alcantarillado, electricidad, gas domiciliario, postal y telecomunicaciones, cuya
responsabilidad es atribuida al Estado, en todos sus niveles de gobierno, la provisión de
los servicios básicos a través de entidades públicas, mixtas, cooperativas o comunitarias.
Con relación a los servicios de electricidad, gas domiciliario y telecomunicaciones señala
que se podrá prestar el servicio mediante contratos con la empresa privada; y en cuanto a
la provisión de servicios refiere que debe responder a los criterios de universalidad,
responsabilidad, accesibilidad, continuidad, calidad, eficiencia, eficacia, tarifas
equitativas y cobertura necesaria, con la participación y control social. Asimismo,
manifiesta que el acceso al agua y alcantarillado constituyen derechos humanos que no
son objeto de concesión ni privatización y están sujetos a régimen de licencias y
registros conforme a Ley. En ese contexto se puede colegir que cualquier acto ilegal o
arbitrario que suspenda u obstaculice la provisión o el uso de dichos servicios, se
constituyen en actos vulneratorios a los derechos fundamentales, que además tomando
en cuenta lo desarrollado, en el acápite anterior, pueden ser protegidos a través de la
presente acción.

Asimismo, la SC 1898/2010-R de 25 de octubre, estableció que: “El derecho de acceso al


agua, alcantarillado y electricidad es uno de los derechos humanos inherentes a toda
persona por el solo hecho de existir, reconocido por el art. 20. I y II de la CPE; por tanto,
de rango constitucional, al estar previsto en el catálogo de derechos fundamentales; y que
establece que toda persona tiene acceso universal y equitativo a los servicios básicos de
agua potable, alcantarillado, electricidad, gas domiciliario, postal y telecomunicaciones,
por lo que el corte arbitrario de los servicios constituye una violación a esos derechos
fundamentales”.

En ese sentido y conforme lo determinado por la Ley de Servicios de Agua Potable y


Alcantarillado Sanitario, modificada por la Ley 2066 de 11 de abril de 2000, en su art. 8 inc.
f), define a la conexión de alcantarillado sanitario, como el “Conjunto de tuberías y
accesorios que permiten la descarga de Agua Residual desde las instalaciones internas del
usuario hacia la red de alcantarillado”; estableciendo en su art. 64, que: “El ejercicio de las
actividades relacionadas con la prestación de los Servicios de Agua Potable o Servicios de
Alcantarillado Sanitario confiere a las EPSA el derecho de obtener las servidumbres
necesarias para el cumplimiento de sus objetivos. A solicitud del Titular de la Concesión,
la Superintendencia de Saneamiento Básico podrá imponer servidumbres para el objeto
de la Concesión, sobre bienes de propiedad privada o que sean del dominio patrimonial
de cualquier entidad pública o autónoma. Las servidumbres para titulares de Licencias y
Registros se resolverán según usos y costumbres, el Código Civil y la Ley de
Municipalidades. El ejercicio de las servidumbres se realizará causando el menor
perjuicio a quienes les sean impuestas. La imposición de servidumbres respetará el
patrimonio cultural de la nación y el reglamento de las respectivas jurisdicciones
municipales en materia de urbanismo. Los requisitos para la obtención de servidumbres
serán establecidos mediante reglamento” (las negrillas son nuestras).

En virtud a ello el Reglamento Nacional de Prestación de Servicios de Agua Potable y


Alcantarillado Sanitario para Centros Urbanos, aprobado mediante Resolución 510 del
Ministerio de Asuntos Urbanos de 29 de octubre de 1992,en su capítulo I de disposiciones
generales, establece en su art.1 que “…contiene un conjunto de disposiciones que regulan
las relaciones que se generan entre la Empresa que presta los servicios públicos de agua
potable y alcantarillado sanitario y los suscriptores y usuarios de los mismos, quienes
deberán acatar y respetar todas las regulaciones así como las sanciones contenidas en el
mismo y otras normas complementarias”; asimismo, el art. 12, precisa que: “En caso
necesario la empresa impondrá a cualquier propietario la servidumbre legal del paso de
tuberías del servicio público o domiciliario dentro de un criterio técnico y de acuerdo a
términos de Ley; no pudiendo el propietario pretender el derecho de propiedad sobre la
tubería e instalaciones de la Empresa. Esta servidumbre comprende el derecho de
colocar, modificar, mantener, o renovar sus instalaciones dentro de la propiedad sirviente,
no edificada o por edificar. El inmueble soportará esta servidumbre, cualquiera sea el
propietario” (las negrillas son nuestras) y en cuanto a los derechos de los usuarios, el art.
105 establece señala que: “A solicitud del abonado la Empresa realizará la calificación
técnica de paso se servidumbre y podrá imponer a cualquier propietario su aplicación de
acuerdo a normas y prescripciones legales que rigen la materia” (las negrillas nos
corresponden).

Explicados los términos legales en los que se basa el derecho de toda persona a tener un
acceso al servicio básico de alcantarillado, es preciso realizar una interpretación
sistemática estrechamente vinculada a los principios y valores que de señalan la
Constitución Política del Estado, es por ello que conforme el art. 8.I de la CPE, se
encuentra establecido uno de los principios ético-morales de la sociedad plural que es el
suma qamaña (vivir bien), ya que la vida de las personas se constituye en el bien jurídico
más importante de nuestro ordenamiento jurídico, pues sin ella no se podría establecer la
titularidad de ningún derecho u obligación, por ello, los Tratados de Derechos Humanos
que integran el bloque de constitucionalidad, conforme el art. 410.II de la Constitución,
reconocen el derecho a la vida, determinando que toda persona tiene derecho a que su
vida sea respetada y sea protegida por ley. Asimismo el parágrafo II de la norma citada
anteriormente determina los valores que deben ser aplicados a la realidad social, mismos
que cumplen el rol de orientar la conducta y el comportamiento de todos los habitantes
del territorio nacional, cuyo propósito fundamental es alcanzar el “vivir bien” de todas las
personas, sin distinción alguna y con el fin de que su existencia no resulte un mero
enunciado, corresponde su aplicación a todos los patrones de comportamiento de todos
los actos de la vida cotidiana de todo individuo, por cuanto en aplicación de su ejercicio e
inclinados a dicha interpretación conforme a los valores de armonía, dignidad, solidaridad,
reciprocidad y bienestar común; se puede decir que los bolivianos sin distinción alguna en
el marco de nuestra diversidad cultural, merecemos respeto entre sí a cuyo efecto implica
el apoyo recíproco que se funda en las alternaciones de causa comunes que permitan vivir
con dignidad y en armonía, justamente con el objeto de trazar el beneficio de las
relaciones sociales y guiar los actos jurisdiccionales de los administradores de justicia. El
reconocimiento y aplicación efectiva de los principios y valores enunciados anteriormente,
permiten la directa aplicación de los derechos fundamentales reconocidos por la Norma
Fundamental, reforzada por el art. 9.4 del mismo texto constitucional, al disponer que
será función del Estado, garantizar el cumplimiento de los principios, valores, derechos y
deberes reconocidos en la Constitución Política del Estado.

En ese entendido se puede concluir que el acceso al alcantarillado es uno de los servicios
básicos que también se constituye en un derecho humano inherente a toda persona por el
sólo hecho de existir y al ser reconocido por la norma fundamental, se encuentra previsto
en el catálogo de los derechos fundamentales, es por ello que el corte arbitrario o la
amenaza de cortar dicho servicio por parte de los propietarios de inmuebles y/u otras
terceras personas vulnera los derechos fundamentales y más aún si tratan de utilizar tal
actuación como mecanismo de presión para obtener la ejecución de un acto, que
posiblemente no sólo resulta atentatoria contra una persona sino dependiendo del caso
podrían darse situaciones en las que su restricción afecte a todos los miembros de una
familia que habita una vivienda e inclusive a los vecinos del o los sectores que se
encuentren en conflicto y también porque no decir con consecuencias hacia toda la
colectividad, ya que tal como prevé la norma citada anteriormente, de ninguna manera se
puede restringir su acceso, por motivos o causas que se encuentren fuera del alcance de
las normas previstas o procedimientos para tal efecto, ya que resultaría atentatorio a los
principios y valores establecidos en la norma fundamental que implica directamente el
vivir con dignidad y en armonía.

III.3. Análisis del caso


En el presente caso el accionante denunció la actitud ilegal que demostraron las personas
demandadas, puesto que con la obstrucción de las tuberías procedió a cortar el paso de
alcantarillado sanitario que atraviesa por su inmueble, siendo que existe la autorización
expresa del anterior propietario, con tal actitud señala que incurrieron en medidas de
hecho que atentan contra sus derechos fundamentales, razón por la cual solicita la
restitución de la servidumbre de paso por dicho inmueble.

De la revisión de antecedentes se evidencia que efectivamente los demandados habrían


procedido al corte del paso servidumbral del alcantarillado que transita por el inmueble
de los demandados, ya que en función a la inspección realizada por el Jefe de la Sección
de Catastro Técnico de SEMAPA se puede colegir que los nuevos propietarios -ahora
demandados- del fundo sirviente cortaron el servicio que prestaba dicho terreno.

De los informes emitidos por el Jefe de la Sección de Catastro de SEMAPA y por el


topógrafo de la Comuna “Alejo Calatayud”, establecen la imposibilidad de salir con el
desagüe de alcantarillado hacia la calle Camilo Torres, debido a la existencia de un
desnivel de trece metros, razón por la cual en dicho informe se recomienda mantener la
acometida sanitaria del alcantarillado por el inmueble colindante en la parte inferior, pues
resulta una razón lógica la imposibilidad de que el alcantarillado de la vivienda del
accionante pueda salir hacia la calle que tiene acceso su vivienda, ya que el desnivel
existente es un motivo para cumplir con la recomendación del informe señalado; sin
embargo por lo expresado y con el fin hacer valer sus derechos, el accionante debe acudir
a la vía ordinaria correspondiente.

Por otra parte se observa la existencia del documento privado firmado entre el anterior
propietario de dicho predio y la esposa del accionante, también propietaria del inmueble
afectado, donde se suscribió un documento en el que de manera expresa y voluntaria
autoriza la excavación en su inmueble para el colocado de tuberías que permitan el
desagüe del alcantarillado y otros servicios, por lo que conforme a lo expresado en los
Fundamentos Jurídicos III.1 y III.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional y
dadas las circunstancias del caso concreto, es preciso recordar que ninguna persona
particular o pública puede restringir o suprimir el ejercicio de un derecho a voluntad
propia y menos aún si a través de dicha acción pretende cobrar la suma de $us1 500.- (mil
quinientos dólares estadounidenses) tal como lo señala en su informe el Jefe de División
de Mantenimiento de SEMAPA, pues tratándose de restricciones que afectan
directamente el derecho a la salud con la posible contaminación de su vivienda y la
probable afectación de los vecinos colindantes, se puede verificar que la actitud de las
medidas de hecho aplicadas en el presente caso por las personas demandadas se
constituye en actos ilegales que se encuentran fuera de las normas previstas por nuestro
ordenamiento jurídico.
Por lo expuesto se concluye que el corte de la servidumbre del desagüe pluvial y de
alcantarillado que sufrió el inmueble del accionante, en ningún momento fue cuestionada
por la parte demandada y tampoco se hizo homologar la autorización de servidumbre de
paso emitida por el anterior propietario, tal situación debe ser resuelta en su caso a través
de la vía ordinaria; empero, los demandados al actuar de manera directa con el hecho de
privarle al accionante de un servicio básico, que afecta implícitamente a otros derechos
como ser el derecho a la salud y a un hábitat y vivienda adecuada, asimismo vulnera los
principios y valores ético- morales que deben regirse en las relaciones sociales de todas las
personas, puesto que al alejarse del principio del suma qamaña, vulnera la parte esencial
de la vida de todo ser humano, acompañado de los valores de armonía, respeto y
reciprocidad se apartaron de un valor esencial que es el bienestar común y dejando a un
lado dichos valores jurídicos superiores se le ha ocasionado al accionante un perjuicio en
la actividad normal de su vivienda, pues al no contar con el normal funcionamiento de la
circulación de los desechos orgánicos, sin duda se vieron afectados todos los miembros de
su familia y no sólo por la incomodidad ocasionada sino también porque a raíz del rebalse
del contenido de la alcantarilla al interior de su inmueble, podría originar el deterioro no
sólo en la salud de sus habitantes sino también en el inmueble tanto del accionante como
de los propios demandados. Con ese mismo razonamiento se pueden afectar inclusive las
viviendas de los vecinos colindantes hasta ocasionar perjuicio en los inmuebles de la
colectividad, por lo tanto es preciso recordar que los principios y valores reconocidos en la
Constitución Política del Estado deben ser aplicados sin distinción alguna, con el fin de
hacer efectivos los derechos fundamentales y materializar una vida armoniosa que se
constituya un paralelismo del vivir bien.

En ese entendido y si los demandados consideraban que sus actos se encontraban


conforme a derecho, tenían la vía expedita para hacer prevalecer sus derechos; sin
embargo, al no hacerlo se pudo constatar que sus acciones son eminentemente de hecho
y la consecuencia lógica de ello se traduce en una vulneración a los derechos que
denuncia el accionante, motivo por el cual el mismo antes de proceder a la conexión de
alcantarillado a través de una autorización previa ya accedió a la materialización de su
derecho al alcantarillado; por lo que dicha actitud indudablemente se constituye en
arbitraria e ilegal y mientras se dilucide la situación del alcantarillado sanitario del
inmueble del accionante, a través de la jurisdicción ordinaria, amerita la tutela provisional,
directa e inmediata, por ser elemental y vital la morada familiar del accionante y con el fin
de evitar mayores infortunios en ambos inmuebles.

En consecuencia, el Tribunal de garantías al conceder la tutela solicitada, actuó


correctamente.
CASO N:2

ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 2 de octubre de 2013, cursante de fs. 435 a 438, complementado a fs.

442 de 8 del mismo mes y año, el accionante expone los siguientes fundamentos de hecho y de

Derecho:

Hechos que motivan la acción

Independientemente a que cuente con títulos registrados en la oficina de Derechos Reales


(DD.RR.) sobre el inmueble adquirido por su padre, Wilfredo Arnéz Montaño, hace más de veinte
años, se construyó una edificación de cuatro pisos y quince departamentos, ubicado en el pasaje

Innominado, de la Calle Mann Césped, Zona Norte, Edificio “Américas II”. En “abril de 2012”, Max
Nelson Mérida Cabrera, de forma arbitraria e ilegal, procedió al corte del servicio de alcantarillado
sanitario, sin previa comunicación a las diecisiete familias que habitan el edificio, provocando que
se quedaran sin este servicio, no obstante que el demandado, cuando adquirió el inmueble, lo hizo
con los usos, costumbres y servidumbres, por lo que en observancia a los derechos
fundamentales, esos servicios no pueden ser cortados de forma directa por un particular, quien
alega que no tiene porqué soportar una servidumbre en su propiedad. Los vecinos afectados,
acudieron al Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario de Cochabamba
(SEMAPA), quienes mediante un proceso administrativo ordenaron al demandado la restitución
del servicio de alcantarillado sanitario; sin embargo, no dio cumplimiento a esa orden,
consecuentemente, interpusieron interdicto de obra nueva perjudicial y daño temido, radicado en
el Juzgado Séptimo de Instrucción en lo Civil, que ordenó la paralización de la obra; pero, sin
resultado favorable, para la restitución del servicio de alcantarillado. Conformé dispone el art.
1282 del Código Civil (CC), nadie puede hacer justicia por mano propia, y la Ley 2066 de 11 de abril
de 2000, señala que este servicio básico, solo puede ser cortado por una institución llamada por
ley y no así por un particular.

Derechos supuestamente vulnerados

El accionante considera lesionados sus derechos a los servicios básicos, a tener un hábitat y
vivienda adecuada, a la vida, a la salud y a la dignidad, citando al efecto los arts. 8.II, 9.2, 15.I, 18.I,
19.I, 20.I y III, 22 y 108.I de la Constitución Política del Estado (CPE).

Petitorio

Solicita se conceda la tutela, ordenándose la restitución del servicio de alcantarillado sanitario en


el día.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías Celebrada la audiencia pública el 24 de


octubre de 2013, según consta en el acta cursante de fs. 792 a 794, se produjeron los siguientes
actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción El abogado del accionante ratificó in extenso los términos expuestos
en su memorial de Interposición de la acción.

I.2.2. Informe de la persona demandada Max Nelson Mérida Cabrera, mediante informe escrito
cursante de fs. 785 a 791 señaló lo siguiente:

a) Para acreditar legitimación activa, es preciso demostrar que se encontraba ejerciendo


legalmente el derecho de servidumbre de alcantarillado que pretende restituirlo, no es suficiente
referir que se encuentra afectada con el supuesto acto ilegal; el accionante no ha demostrado
haber poseído, la legitimación activa que pretende hacer valer; b) Respecto a la legitimación
pasiva, su persona “no es prestador del servicio de alcantarillado” (sic), por tanto “no puede
cortarlo y mucho menos restituirlo” (sic), su actuar se limita al ejercicio de su derecho propietario
al proyectar la construcción de un edificio multifamiliar, en cumplimiento de la normativa vigente,
proyecto admitido por el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, plano hidrosanitario
aprobado por la Asociación Boliviana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (ABIS) y visado por
SEMAPA; c) El accionante está obligado a demostrar que ha constituido legalmente la servidumbre
de alcantarillado que solicita sea repuesta, no habiendo sido acreditado dicho extremo; d) Debe
documentar cómo y cuándo, señalando la fecha, día y hora en la que supuestamente se cometió el
hecho, no siendo suficiente la expresión genérica “en el mes de abril de 2012” sic); e) Con relación
a que su propiedad sería colindante, es una aseveración falsa, la única colindancia es con la
propiedad de “Yi Chun Chiang”,quien no cuenta con un contrato de alcantarillado; existen otras
aseveraciones falsas, como, haber acudido a SEMAPA, no consta el nombre del accionante y al
mencionar que interpusieron un interdicto de obra perjudicial, confunde la acción de amparo
como un método de aceleración de resolución de la causa; f) El principio de inmediatez, resulta de
aplicación obligatoria, al haber referido que el hecho se hubiera producido en el mes de “abril de
2012” (sic), han transcurrido diecisiete meses y dos días; además, el accionante no inició
reclamación alguna ante SEMAPA; la acción de amparo constitucional solo puede ser activada
dentro de los seis meses siguientes al momento en que se produjo el supuesto acto que genera la
lesión del derecho alegado; y, g) Al haberse presentado una demanda de obra nueva perjudicial,
denota que en el caso de autos, concurre hechos controvertidos que deben ser dilucidados en la
jurisdicción ordinaria, activándose la subsidiariedad.

Resolución

La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, constituida en


Tribunal de garantías, mediante Resolución de 24 de octubre de 2013, cursante de fs. 795 a 800,
concedió la acción de amparo constitucional, disponiendo, que el demandado Max Nelson Mérida
Cabrera, restituya la tubería del servicio de alcantarillado desde el inmueble del accionante hasta
la red de alcantarillado de SEMAPA, bajo las condiciones técnicas de la institución citada, cuyos
trámites corresponderán al demandado, bajo su cargo y responsabilidad, para que el accionante
tenga acceso efectivo al servicio básico de alcantarillado sanitario, a dicho efecto otorga un plazo
de quince días. Fallo emitido con el siguiente fundamento:

1) No existe incumplimiento de requisitos de admisibilidad, la legitimación activa, se acredita al


haberse vulnerado sus derechos constitucionales de forma directa; la legitimación pasiva, se
establece al señalarse al demandado como ejecutor del acto ilegal, corroborado por las
resoluciones emitidas por SEMAPA; en cuanto al principio de subsidiariedad e inmediatez, existe
jurisprudencia constitucional, que otorga procedencia en acciones de hecho;

2) En los casos en que una persona ya accedió a los servicios básicos, corresponde ejercer sus
derechos; por tanto, cuando una persona particular, haciendo uso inadecuado del poder, sin
motivo alguno, o apartándose de la norma y procedimientos, priva del uso de ese servicio, dicha
acción se constituye en un acto arbitrario, ilegal o medida de hecho que amerita la tutela directa e
inmediata a fin de evitar el abuso del poder frente al usuario o titular del derecho, que al ser
elemental y vital en los casos de vivienda o morada familiar trasciende otros derechos, también
fundamentales como ser a la vida, la salud, la dignidad, entre otros;

3) Existen antecedentes que acompaña el accionante, sobre la denuncia de tres vecinos a


SEMAPA, solicitando continuación de paso de servidumbre, en cuyo mérito realizaron informes
legales y técnicos relativos al problema;

4) El informe 0366/2012 de 19 de septiembre, señala que se realizó la interrupción del paso de


servidumbre del servicio de alcantarillado sanitario, que fue cortado por el propietario del predio
sirviente, acompañando un proyecto de ampliación y renovación de red alcantarillado sanitario;

5) La indicada servidumbre, se entiende que fue establecida por los anteriores propietarios,
conforme el art. 256 del CC constituye una carga sobre el bien, y se transmite con su transferencia;
6) Por pruebas aportadas por ambas partes, se tiene el carácter perpetuo por disposición del art.
257 del citado Código y solo se extingue por las causas establecidas en los arts. 287 y 288 del
mencionado cuerpo normativo, sin que sea la decisión unilateral del propietario del fundo
sirviente;

7) Si el demandado consideraba que la servidumbre ya no era necesaria o no estaba de acuerdo


con su existencia debió acudir a la vía judicial correspondiente para demandar su inefectividad, al
no haber procedido de esa manera y haber cortado por sí mismo el paso de la tubería que
conduce el sistema de alcantarillado sanitario, ha ejecutado medidas de hecho en contravención a
los arts. 1281 1282.I del CC, generando con ello perjuicio al accionante, previsto en el art. 20.I y II
de la CPE, dado que un servicio básico, constituye un derecho humano; la acción de hecho,
unilateral y arbitraria genera un cúmulo peligroso de desechos orgánicos, pone en peligro la salud,
la vida del accionante y el entorno comunitario, donde se encuentra la vivienda; el corte de la
tubería sanitaria, imposibilita acceder directamente a la red de alcantarillado; y,

8) No es justificativo contar con documentación aprobada para la construcción de un edificio en


su predio, ni el proyecto a futuro elaborado por SEMAPA.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo siguiente:

II.1. De acuerdo al informe 366/2012 de 19 de septiembre, emitido por Carlos Camacho Vega, Jefe
de la Unidad de Asesoría Legal y Darío Jesús Velásquez Cruz, Abogado, dirigido a Marco Antonio
Barriga Aponte, Gerente General Ejecutivo a.i. de SEMAPA, Yi Chun Chiang, María Litzi López,
Víctor Hugo Cortez, y otro vecino, solicitaron la continuación de paso de servidumbre; realizada la
Inspección, se verificó el taponamiento o interrupción de una servidumbre sin autorización de
SEMAPA; recomendando se restituya la servidumbre forzosa de paso de alcantarillado sanitario,
en el plazo de tres días bajo conminatoria de aplicarse sanciones conforme a los arts. 60, 79 y 128
del Reglamenta nacional de prestación de servicios de agua y alcantarillado para centros urbanos
(fs.18 a 25).

II.2. Por Resolución Administrativa (RA) 117/2012 de 6 de noviembre, Marco Antonio Barriga
Aponte, Gerente General Ejecutivo a.i. de SEMAPA, resolvió confirmar en todas sus partes la nota
de “Conminatoria Restitución de Servicio Forzosa de Paso de Alcantarillado” (sic), disponiendo que
Max Nelson Mérida Cabrera restituya la servidumbre de paso de alcantarillado sanitario, en el
plazo de tres días hábiles, bajo apercibimiento de aplicarse sanciones (fs. 112 a 118).

II.3. El 2 de enero de 2013, Dulfredo Máximo Flores Llanos, apoderado de María Litzi López
Ortuño, Henry Diego Arnéz Torrico y otros presentó demanda de interdicto de obra nueva
perjudicial y daño temido contra del ahora demandado, Max Nelson Mérida Cabrera, por haber
interrumpido los servicios básicos de alcantarillado sanitario, al haber iniciado la construcción de
un condominio de propiedad horizontal, solicitando la suspensión definitiva o demolición de obra
nueva perjudicial (fs. 37 a 38 vta.).

II.4. Por Auto de 21 de enero de 2013, el Juez Séptimo de Instrucción en lo Civil del departamento
de Cochabamba, ordenó la citación de Max Nelson Mérida Cabrera y la paralización de los trabajos
de construcción que se estuvieran realizando, señalando audiencia de inspección para el tercer día
hábil siguiente (fs. 42).

II.5. El demandado Max Nelson Mérida Cabrera, el 28 de febrero de 2013, presentó memorial
dentro del interdicto de obra nueva perjudicial y daño temido iniciado en su contra, solicitando se
declare improbada la demanda y se deje sin efecto la orden de suspensión de trabajos dispuesta
por el Juez citado en la Conclusión precedente, mediante Auto de 21 de enero del mencionado
año (fs. 77 a 81 vta.).

II.6. Dentro del proceso administrativo de reclamación iniciado por María Litzi López Ortuño y Yi

Chun Chiang contra Max Nelson Mérida Cabrera, el Directorio de SEMAPA pronunció la Resolución

01/2013 de 14 de marzo, resolviendo el recurso jerárquico formulado por el actual demandado,


confirmando la RA 117/2012, citada en la Conclusión II.2 de esta Sentencia Constitucional

Plurinacional, disponiendo que se proceda con todos los mecanismos legales para el
restablecimiento del servicio de alcantarillado sanitario (fs. 289 a 296).

II.7. De acuerdo al informe de peritaje del inmueble, de “marzo de 2013”, efectuado por Ana

Marcia Vargas Torrico, arquitecta designada como perito de oficio por el Juez quinto de
Instrucción en lo Civil, dentro del proceso de interdicto de obra nueva perjudicial y daño temido,
se evidenció que el muro que divide la propiedad donde se encuentra el edificio América II y la
propiedad de los demandantes está siendo afectado por la humedad provocada por los rebalses
de aguas servidas en las cámaras de alcantarillado, donde se encuentran estancadas, proliferando
mosquitos, el mal olor y el peligro de que surjan enfermedades con las aguas servidas para los
vecinos de la zona (fs. 148 a 158).

II.8. Por documento privado de 3 de enero de 2014, suscrito por el demandado Max Nelson

Mérida Cabrera y los propietarios de los fundos afectados, Omar López Ortuño, Amy María López

Ortuño, María Litzi López Ortuño, Andrés Chiang Cheng, Jhoanna Chian Cheng, Yi Chun Chiang,

Sahara Hercilia Covarrubias Pereira y Wilfredo Arnéz Montaño, interviniendo en la cláusula


séptima el actual accionante, Henry Diego Arnéz Torrico; por el cual el demandado se compromete
a construir una cámara recolectora en un periodo de diez días, contados a partir del 6 de enero de

2014 (fs. 814 a 816 vta.).


II.9. De acuerdo al acta notarial de verificación de inicio de trabajos de restitución de alcantarillado
de 13 de enero de 2014, expedido por Mirael Villarroel Claros, Notario de Fe Pública de Primera
Clase 31, se constató que no existe ningún trabajo iniciado para la restitución del servicio de
alcantarillado y que la cámara séptica sigue intacta en la misma forma que antes (fs. 817).

. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante alega que el particular demandado vulneró sus derechos a los servicios básicos, a la
dignidad, a tener un hábitat y vivienda adecuada, a la vida y a la salud, al haber procedido de
forma arbitraria al corte del servicio de alcantarillado sanitario, sin previa comunicación a las
diecisiete familias que habitan el edificio. En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si
tales extremos son evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional La acción de amparo constitucional,


prevista por el art. 128 de la CPE, se instituye por la Norma Suprema del ordenamiento jurídico
boliviano, como una acción tutelar de defensa contra los actos u omisiones ilegales o indebidas de
los servidores públicos, o de persona individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen
restringir o suprimir los derechos reconocidos por la Constitución Política del Estado y la ley.

El art. 129.I de la CPE, enfatiza que esta acción tutelar puede presentarse por la persona: que se
crea afectada, por otra a su nombre con poder suficiente o por la autoridad correspondiente de
acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista
otro medio o recurso legal para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos,
suprimidos o amenazados”, de donde se establece que esta acción, por su carácter extraordinario,
se rige por dos principios, el de subsidiariedad, entendido como el agotamiento previo de los
medios y recursos ordinarios de defensa, sean en la vía judicial o administrativa, a los efectos de
que las lesiones denunciadas se reparen en la instancia donde se suscitaron los supuestos actos
ilegales, y el de inmediatez, que implica, por una parte, que es la acción idónea para la tutela
inmediata de los derechos y, por otra, que debe ser presentado en el plazo máximo de seis meses,
computable desde la comisión de la vulneración alegada o de notificada la última decisión
administrativa o judicial, como establece el art. 129.II de la CPE. De manera excepcional, puede
prescindirse de la observancia del principio de subsidiariedad o el agotamiento previo de las vías
ordinarias, otorgando una tutela directa, cuando de acuerdo al art. 54.II del Código Procesal
Constitucional (CPCo), la protección por los medios de impugnación existente puede resultar
tardía o cuando exista la inminencia de un daño irremediable e irreparable a producirse de no
otorgarse la tutela, supuestos que se presentan, de acuerdo a la jurisprudencia constitucional,
cuando concurren medidas de hecho que amenazan con lesionar de manera irreparable o lesionan
de manera permanente los derechos alegados como vulnerados en la acción de amparo
constitucional, conforme se explica en el siguiente Fundamento Jurídico.

III.2. La jurisprudencia constitucional referente a las medidas de hecho, definición y presupuestos


de activación Con la finalidad de orientar el entendimiento y la activación de la justicia
constitucional por vías de hecho, debe señalarse que la SCP 0998/2012 de 5 de septiembre, en su
Fundamento Jurídico III.1. señala: “…En principio y en el marco de los postulados del Estado
Constitucional de Derecho, debe definirse a las llamadas 'vías de hecho', a cuyo efecto, es
imperante señalar que la tutela de derechos fundamentales a través de la acción de amparo
constitucional frente a estas vías de hecho, tiene dos finalidades esenciales: a) Evitar abusos
contrarios al orden constitucional vigente; y, b) Evitar el ejercicio de la justicia por mano propia; en
ese orden, a partir de estas dos finalidades y dentro del alcance de los presupuestos de activación
de la acción de amparo constitucional como mecanismo idóneo para la eficacia tanto vertical
como horizontal de derechos fundamentales, las vías de hecho se definen como el acto o los actos
cometidos por particulares o funcionarios públicos, contrarios a los postulados del Estado
Constitucional de Derecho por su realización al margen y en prescindencia absoluta de los
mecanismos institucionales vigentes para una administración de justicia, afectando así derechos
fundamentales reconocidos por el bloque de constitucionalidad, por lo que, al ser actos ilegales
graves que atentan contra los pilares propios del Estado Constitucional de Derecho, de acuerdo al
mandato inserto en el art. 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, la acción de
amparo constitucional, es un medio idóneo para la tutela eficaz, pronta y oportuna de los
derechos fundamentales lesionados como consecuencias de vías de hecho. Ahora bien, en el
marco de la definición de las vías de hecho desarrollada precedentemente, corresponde en este
estado de cosas, delimitar los presupuestos de activación de la acción de amparo constitucional
frente a vías de hecho, razón por la cual, es pertinente señalar que al ser las vías de hecho actos
ilegales graves que necesitan una tutela pronta y oportuna, con la finalidad de brindar una tutela
constitucional efectiva, es necesario precisar tres aspectos esenciales para la activación del control
tutelar de constitucionalidad: 1) La flexibilización del principio de subsidiaridad; 2) La carga
probatoria a ser cumplida por la parte peticionante de tutela; y, 3) Los presupuestos de la
legitimación pasiva, su flexibilización excepcional y la flexibilización del principio de preclusión
para personas que no fueron expresamente demandadas; supuestos que serán desarrollados de
manera específica infra.

En cuanto a la flexibilización del principio de subsidiariedad frente a vías de hecho

En primer lugar, debe precisarse que el Estado Plurinacional de Bolivia, en su diseño y postulados,
responde a la ingeniería propia del Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos,
cuya construcción dogmática e institucional, fue realizada en el marco de los alcances y preceptos
contenidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos; en ese orden, este instrumento
supranacional inserto en el bloque de constitucionalidad boliviano, en su art. 25.1, establece:
'Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante
los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención…

A partir de esta concepción, la Función Constituyente, como un mecanismo eficaz para la tutela de
derechos fundamentales, disciplina la acción de amparo constitucional, diseñándola como un
verdadero mecanismo idóneo, oportuno y eficaz para su tutela, estableciendo además de acuerdo
a la teleología de la última parte del art. 129.I de la CPE, su idoneidad en casos en los cuales, no
exista otros mecanismos de defensa o cuando la lesión pueda ser resguardada por otros
mecanismos idóneos de tutela a los derechos fundamentales, configurándose así el principio de
subsidiariedad aplicable a la acción de amparo constitucional. Sin embargo, el principio de
subsidiariedad aplicable a la acción de amparo constitucional, frente a vías de hecho, dado que
éstas, tal como se indicó en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente Sentencia, constituyen
graves actos ilegales que atentan contra los pilares del Estado Constitucional de Derecho, para
cumplir con el mandato del art. 25 de la Convención Americana sobre Derechos

Humanos, debe inequívocamente flexibilizarse, para consagrar así la vigencia en este nuevo
modelo de Estado, de un mecanismo de tutela pronto y oportuno que asegure un real acceso a la
justicia constitucional y por ende una tutela constitucional efectiva para el resguardo de derechos
fundamentales afectados por vías de hecho. Por los fundamentos antes expuestos, se concluye
inequívocamente que las vías de hecho, constituyen una excepción a la aplicación del principio de
subsidiariedad, por tanto, el control tutelar de constitucionalidad puede ser activado frente a estas
circunstancias sin necesidad de agotar previamente otros mecanismos ordinarios de defensa,
aspecto reconocido de manera uniforme por la jurisprudencia emanada en ejercicio del control de
constitucionalidad y que debe ser ratificado por este Tribunal Constitucional Plurinacional. La
carga probatoria a ser cumplida por la parte peticionante de tutela Por su parte, si bien debe
garantizarse para los afectados con vías de hecho una tutela constitucional efectiva y un real
acceso a la justicia constitucional, por la naturaleza de estos actos ilegales graves, para asegurar
una certeza jurídica y consolidar así la justicia material, debe establecerse deberes o cargas
probatorias para la parte peticionante de tutela; en ese orden, para la determinación de las
mismas, debe considerarse como punto de inicio que las vías de hecho se configuran por la
realización de actos y medidas al margen y en prescindencia absoluta de los mecanismos
institucionales vigentes para una administración de justicia, por tanto, la carga probatoria a ser
realizada por el peticionante de tutela, debe acreditar de manera objetiva la existencia de actos o
medidas, asumidas sin causa jurídica, es decir, en prescindencia absoluta de los mecanismos
institucionales establecidos para la definición de hechos o derechos. En este contexto, debe
establecerse además que la finalidad de la justicia constitucional en su ámbito tutelar, es el
resguardo a derechos fundamentales, por cuanto, a través de esta instancia, no pueden analizarse
hechos controvertidos cuya definición está encomendada al Órgano Judicial, por tal razón, la carga
probatoria atribuible a la parte peticionante de tutela para vías de hecho, debe estar circunscrita a
aspectos que no impliquen la existencia de hechos controvertidos a ser sustanciados por la
jurisdicción ordinaria. Modulación de línea jurisprudencial El control de constitucionalidad
estableció cargas probatorias para el accionante frente a vías de hecho, en particular la SC
0148/2010-R de 17 de mayo, señala que: '…se deja presente que existen requisitos para
considerar la situación como medida de hecho y hacer abstracción de las exigencias procesales,
como ser: 1) Debe existir una debida fundamentación y acreditación objetiva de que
efectivamente se está frente a una medida de hecho o justicia a mano propia, donde el agraviado
o accionante se encuentra ante una situación de desproporción o desventaja frente al
demandado, o agresor, sea autoridad, funcionario o particular o grupo de personas, por la
desproporcionalidad de los medios o acción; la presentación de la acción de amparo constitucional
debe ser de manera oportuna e inmediata, haciendo abstracción de la subsidiaridad. De lo
contrario, no justificaría la premura ni gravedad y deberá agotar las instancias jurisdiccionales o
administrativas pertinentes según sea el caso, y agotadas las mismas, acudir a la jurisdicción
constitucional.

2) Necesariamente se debe estar ante un inminente daño irreversible o irreparable, ya sea


agravando la lesión ya consumada, o que ello provoque la amenaza o restricción o supresión a
otros derechos fundamentales. Situaciones que deben ser fundamentadas y acreditadas.

3) El o los derechos cuya tutela se pide, deben estar acreditados en su titularidad; es decir no se
puede invocar derechos controvertidos o que estén en disputa, atendiendo claro está, a la
naturaleza de los mismos.

4) En los casos en los que a través de medios objetivos se ponga en evidencia que existió
consentimiento de los actos denunciados y acusados como medidas de hecho, no corresponde
ingresar al análisis de la problemática, por cuanto esta acción de defensa no puede estar a merced
del cambio o volatilidad de los intereses del accionante … La línea jurisprudencial
precedentemente señalada es modulada por la presente sentencia, cambio de entendimiento que
responde a un real acceso a la justicia constitucional, a una tutela constitucional efectiva y a una
interpretación extensiva y bajo pautas de hermenéuticas armoniosas al postulado plasmado en el
art. 256.1 de la CPE, que indica que el principio de favorabilidad; por cuanto, en base al
Fundamento Jurídico III.4, se establecen los siguientes presupuestos: i) La carga probatoria a ser
realizada por el peticionante de tutela, debe acreditar de manera objetiva la existencia de actos o
medidas, asumidas sin causa jurídica, es decir en prescindencia absoluta de los mecanismos
institucionales establecidos para la definición de hechos o derechos; y, ii) Para el caso específico
de vías de hecho vinculadas al avasallamiento, al margen de la carga probatoria desarrollada en el
anterior inciso, el peticionante de tutela debe acreditar su titularidad o dominialidad del bien en
relación al cual se ejerció vías de hecho, aspecto demostrado con el registro de propiedad en
mérito del cual se genera el derecho de oponibilidad frente a terceros.La flexibilización de las
reglas de la legitimación pasiva y la flexibilización de la actividad probatoria de las personas no
expresamente demandadas en peticiones de tutela referente a vías de hecho La acción de amparo
constitucional, en su dimensión procesal, es un verdadero proceso de naturaleza constitucional al
cual le son aplicables criterios propios de Teoría Procesal General, siempre en el marco de la
naturaleza jurídica de este mecanismo oportuno y pronto de tutela de derechos fundamentales y
de acuerdo a los postulados propios del Derecho Procesal Constitucional, cuyos presupuestos
procedimentales rigen el ejercicio de la justicia constitucional. En efecto, precisamente a la luz de
la dimensión procesal de la acción de amparo constitucional, en el marco de presupuestos
aportados por la doctrina del Derecho Procesal Constitucional, pero contextualizados a actos
ilegales graves, en este acápite, se desarrollarán los postulados a ser aplicables en cuanto a la
legitimación pasiva frente a vías de hecho. En coherencia con lo señalado, se tiene que la
legitimación pasiva, ha sido definida por el órgano contralor de constitucionalidad como la directa
relación de causalidad entre las personas o autoridades demandadas y los actos u omisiones
denunciadas como lesivas a derechos. En el marco de lo indicado, para la activación de la acción
de amparo constitucional y para dar fiel observancia al presupuesto de la legitimación pasiva, el
accionante deberá cumplir en primera instancia con la identificación de los particulares o
autoridades demandadas, así lo establece el art. 77.2 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC) y
el art. 33.2 del Código Procesal Constitucionales (CPCo)., norma que por su fecha de vigencia no es
aplicable al caso concreto, pero que sin embargo, es citada de manera referencial para su
aplicación a casos futuros en relación a los cuales tenga validez temporal.En consecuencia, la
acción de amparo en su tramitación debe asegurar la equidad procesal de las partes; por tal razón,
para consolidar un equilibrio procesal armónico que respete las reglas de un debido proceso y que
asegure la vigencia de una justicia material, la flexibilización excepcional de la legitimación pasiva
para vías de hecho debe asegurar en la mayor medida posible un amplio derecho a la defensa de
todas las personas que sin haber sido demandadas expresamente o citadas como terceros
interesados, pudieran ser afectadas por los efectos de la concesión de tutela. En efecto, el
entendimiento antes indicado, tiene la finalidad esencial de asegurar un equilibrio procesal, ya que
si bien para asegurar el acceso a la justicia y una tutela judicial efectiva, de manera excepcional y
cuando no sea posible la identificación de personas para supuestos de vías de hecho se flexibiliza
las reglas de la legitimación pasiva disciplinadas para la acción de amparo constitucional, es
imperante a su vez, flexibilizar también de manera excepcional para estos casos los alcances del
principio de preclusión, facultando así a las personas que eventualmente pudieran ser afectadas
con una decisión de tutela emergente de denuncias de vías de hecho, a asumir defensa en
cualquier estado del proceso de amparo constitucional” (las negrillas fueron adicionadas).

El plazo de caducidad, tratándose de vías de hecho permanentes

Cuando las vías o medidas de hecho permanecen en el tiempo, existe una vulneración continua a
los derechos denunciados en la acción de amparo constitucional, sea el derecho a la propiedad
inmueble, por avasallamiento, los servicios básicos de luz, agua, alcantarillado, etc., por indebida e
ilegal privación del servicio u otros de similar naturaleza. En estos casos, quienes cometen las vías
de hecho prolongan la consumación del hecho y la lesión de los derechos y, por ende, no es
posible alegar el transcurso del tiempo para denegar la tutela que brinda la acción de amparo
constitucional. Bajo el mismo razonamiento la SCP 1938/2012 de 12 de octubre, señaló: “…en el
marco de una interpretación extensiva y progresiva a favor de un acceso eficaz a la justicia
constitucional, las denuncias por vías de hecho, en cuanto al plazo de caducidad, implican un
análisis teleológico del último supuesto del art. 129.II de la CPE; en ese orden, se tiene que en vías
de hecho, pueden existir actos lesivos que generen una afectación a derechos mediata en el
tiempo, es decir, cuando a partir del acto inicial lesivo a derechos fundamentales que emerja de
una medida de hecho, de manera conexa y como consecuencia directa del primer acto lesivo, se
realicen actos ulteriores vulneratorios de derechos fundamentales, al tener directa relación los
actos continuos vulneratorios de derechos emergentes de vías de hecho el afectado, podrá pedir
tutela constitucional, desde el último acto lesivo, supuesto en el cual, al estar los actos
denunciados en estricta conexitud y directamente vinculados con el primer acto lesivo que surja
de vías o medidas de hecho, una vez verificadas las lesiones a derechos fundamentales, en el
ejercicio del control tutelar de constitucionalidad, deberá tutelarse los derechos hasta el primer
acto que origine la lesión, interpretación acorde con los principios pro-hómine y pro-actione,
pautas que aseguran la eficacia máxima del derecho al acceso oportuno a la justicia constitucional
frente a vías de hecho y que además consolida una labor hermenéutica según los fines
establecidos en los principios fundamentales y valores plurales supremos en el Estado
Plurinacional de Bolivia como ser la justicia, igualdad y el vivir bien, consolidando en definitiva la
materialización de la Constitución Axiomática” (las negrillas son nuestras).

En el mismo sentido, debe citarse a la SCP 0105/2014 de 10 de enero, que en un caso de


avasallamiento, sostuvo: “…en cuanto al plazo de inmediatez para la interposición de la acción de
amparo constitucional frente a la ocurrencia de medidas de hecho, efectivamente corre el
establecido en el parágrafo II del art. 129 de la CPE; sin embargo, se debe efectuar la siguiente
aclaración respecto a que los actos de avasallamiento por su misma naturaleza son permanentes
en tanto no exista abandono del bien ocupado; es decir que los efectos de éstos actos ilegales
perviven en el tiempo dando lugar a que el plazo de caducidad no transcurra, concluyéndose que
únicamente para las medidas de hecho relacionadas con avasallamientos no corre el plazo de
caducidad de los seis meses para la interposición de la acción de amparo constitucional”.
Entendimiento que también es aplicable para los cortes, obstrucciones y limitaciones al derecho a
los servicios básicos, pues en estos casos existe una permanente lesión al derecho, dado que las
medidas de hecho continúan ejerciéndose, las cuales, conforme quedó expresado en el
Fundamento Jurídico III.1 de esta Sentencia Constitucional Plurinacional son contrarias a los
postulados del Estado Constitucional de Derecho, de ahí que no pueda tolerarse que estos actos
continúen ejerciéndose de manera permanente, con el argumento que caducó el plazo de
presentación de la acción de amparo constitucional, computado desde la primera medida de
hecho; por ello, atendiendo a que los derechos y garantías constitucionales deben ser
interpretados sobre la base del principio pro persona contenido en los arts. 13.IV y 256 de la CPE,
acudiendo a la interpretación más extensiva y favorable, el art. 129.II de la cita Norma Suprema,
en cuanto al cómputo de caducidad para la presentación de la acción de amparo constitucional,
debe ser entendido en sentido que, cuando las vías de hecho permanecen en el tiempo, no
corresponde efectuar el cómputo del plazo de caducidad desde el primer acto ilegal, sino que
deberá considerarse la permanencia de este acto y su vinculación con otros conexos que pudieran
ejercerse por el demandado, ello en procura de garantizar el derecho de acceso a la justicia
constitucional y de tutelar de manera efectiva los derechos de las personas frente a vías de hecho
que no encuentran reconocimiento alguno en nuestro sistema constitucional.

Los derechos a la vida, a la salud y la dignidad

El derecho a la vida, se ha definido como aquel derecho, primario que tiene todo ser humano, para
gozar de su existencia, derecho reconocido en el art. 15.I de la CPE, que señala que toda persona
tiene derecho a la vida, entendido como un derecho fundamental del cual emergen los demás
derechos, en este sentido la SC 0653/2010-R de 19 de julio, citando a la SC 1294/2004-R de 12 de
agosto, señala: “…el derecho de toda persona al ser y a la existencia, siendo su característica
esencial la base para el ejercicio de los demás derechos. Es decir, la vida misma es el presupuesto
indispensable para que haya titularidad de derechos y obligaciones. Es un derecho inalienable de
la persona que obliga al Estado en dos sentidos: su respeto y su protección. La autoridad estatal
está constitucionalmente impedida de hacer cosa alguna que destruya o debilite el contenido
esencial de esos derechos, debiendo crear las condiciones indispensables para que tengan cabal
observancia y pleno cumplimiento”. Por otra parte, el derecho a la salud previsto en el art. 18 de la
CPE, ha sido entendido por la jurisprudencia constitucional contenida en la SCP 0127/2014 de 10
de enero, como: “…el derecho a una existencia con calidad de vida'. Entendimiento que en el
actual orden constitucional encuentra mayor eficacia puesto que la salud es un valor y fin del
Estado Plurinacional, un valor en cuanto el bienestar común, respetando o resguardando la salud,
conlleva al vivir bien, como previene el art. 8,II de la Ley Fundamental…” (el resaltado es nuestro).
Conforme a dicho razonamiento, el derecho a la salud no significa solamente el derecho a estar en
contra de la enfermedad, sino el derecho a una existencia con calidad de vida, estando el Estado
obligado a cuidar del bienestar no sólo se los seres humanos, sino de todos los seres vivos, tan es
así, que incluso actualmente la madre tierra tiene derechos que deben ser protegidos y
respetados, con la finalidad de preservar integralmente el entorno, para vivir bien en un medio
ambiente sano, adecuado y equilibrado.

En cuanto a la dignidad, la SCP 0579/2012 de 20 de julio, señala que: “El art. 21.2 de la CPE,
instituye

Dentro de los derechos civiles y políticos, el derecho a la dignidad; el art. 22 a su vez, menciona
que

La dignidad y la libertad personal son inviolables y que el respetarlas y protegerlas son un deber

Primordial del Estado. Por su parte, el art. 8.II de la Norma Suprema, indica que el Estado se
sustenta entre otros valores en la 'dignidad'. La dignidad humana es inherente a la condición
misma del ser humano, lleva en sí la obligatoriedad del respeto al ser humano como un ser pleno
de derechos. Este es un derecho que ha sido desarrollado por la doctrina y la abundante
jurisprudencia internacional en el orden constitucional”.

III.5.El derecho al acceso universal y equitativo al servicio básico de alcantarillado

La SCP 0016/2013 de 3 de enero, sobre el derecho a los servicios básicos, señaló: “La Constitución

Política del Estado, en su art. 20, a través de los parágrafos I. II y III, ha incorporado como derechos
fundamentales los servicios básicos de agua potable, alcantarillado, electricidad, gas domiciliario,
postal y telecomunicaciones, cuya responsabilidad es atribuida al Estado, en todos sus niveles de
gobierno, la provisión de los servicios básicos a través de entidades públicas, mixtas, cooperativas
o comunitarias. Con relación a los servicios de electricidad, gas domiciliario y telecomunicaciones
señala que se podrá prestar el servicio mediante contratos con la empresa privada; y en cuanto a
la provisión de servicios refiere que debe responder a los criterios de universalidad,
responsabilidad, accesibilidad, continuidad, calidad, eficiencia, eficacia, tarifas equitativas y
cobertura necesaria, con la participación y control social. Asimismo, manifiesta que el acceso al
agua y alcantarillado constituyen derechos humanos que no son objeto de concesión ni
privatización y están sujetos a régimen de licencias y registros conforme a Ley. En ese contexto se
puede colegir que cualquier acto ilegal o arbitrario que suspenda u obstaculice la provisión o el
uso de dichos servicios, se constituyen en actos vulneratorios a los derechos fundamentales, que
además tomando en cuenta lo desarrollado, en el acápite anterior, pueden ser protegidos a través
de la presente acción.

Asimismo, la SC 1898/2010-R de 25 de octubre, estableció que: El derecho de acceso al agua,


alcantarillado y electricidad es uno de los derechos humanos inherentes a toda persona por el solo
hecho de existir, reconocido por el art. 20. I y II de la CPE; por tanto, de rango constitucional, al
estar previsto en el catálogo de derechos fundamentales; y que establece que toda persona tiene
acceso universal y equitativo a los servicios básicos de agua potable, alcantarillado, electricidad,
gas domiciliario, postal y telecomunicaciones, por lo que el corte arbitrario de los servicios
constituye una violación a esos derechos fundamentales.

En ese sentido y conforme lo determinado por la Ley de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado

Sanitario, modificada por la Ley 2066 de 11 de abril de 2000, en su art. 8 inc. f), define a la
conexión de alcantarillado sanitario, como el 'Conjunto de tuberías y accesorios que permiten la
descarga de

Agua Residual desde las instalaciones internas del usuario hacia la red de alcantarillado';
estableciendo en su art. 64, que: 'El ejercicio de las actividades relacionadas con la prestación de
los Servicios de Agua Potable o Servicios de Alcantarillado Sanitario confiere a las EPSA el derecho
de obtener las servidumbres necesarias para el cumplimiento de sus objetivos. A solicitud del
Titular de la Concesión, la Superintendencia de Saneamiento Básico podrá imponer servidumbres
para el objeto de la Concesión, sobre bienes de propiedad privada o que sean del dominio
patrimonial de cualquier entidad pública o autónoma. Las servidumbres para titulares de Licencias
y Registros se resolverán según usos y costumbres, el Código Civil y la Ley de Municipalidades. El
ejercicio de las servidumbres se realizará causando el menor perjuicio a quienes les sean
impuestas. La imposición de servidumbres respetará el patrimonio cultural de la nación y el
reglamento de las respectivas jurisdicciones municipales en materia de urbanismo. Los requisitos
para la obtención de servidumbres serán establecidos mediante reglamento'. En virtud a ello el
Reglamento Nacional de Prestación de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario para
Centros Urbanos, aprobado mediante Resolución 510 del Ministerio de Asuntos

Urbanos de 29 de octubre de 1992, en su capítulo I de disposiciones generales, establece en su


art.1 que contiene un conjunto de disposiciones que regulan las relaciones que se generan entre la

Empresa que presta los servicios públicos de agua potable y alcantarillado sanitario y los
suscriptores y usuarios de los mismos, quienes deberán acatar y respetar todas las regulaciones así
como las sanciones contenidas en el mismo y otras normas complementarias'; asimismo, el art. 12,
precisa que: 'En caso necesario la empresa impondrá a cualquier propietario la servidumbre legal
del paso de tuberías del servicio público o domiciliario dentro de un criterio técnico y de acuerdo a
términos de Ley; no pudiendo el propietario pretender el derecho de propiedad sobre la tubería e
instalaciones de la Empresa. Esta servidumbre comprende el derecho de colocar, modificar,
mantener, o renovar sus instalaciones dentro de la propiedad sirviente, no edificada o por edificar.

El inmueble soportará esta servidumbre, cualquiera sea el propietario' y en cuanto a los derechos
de los usuarios, el art. 105 establece señala que: 'A solicitud del abonado la Empresa realizará la
calificación técnica de paso se servidumbre y podrá imponer a cualquier propietario su aplicación
de acuerdo a normas y prescripciones legales que rigen la materia'. Explicados los términos legales
en los que se basa el derecho de toda persona a tener un acceso al servicio básico de
alcantarillado, es preciso realizar una interpretación sistemática estrechamente vinculada a los
principios y valores que señala la Constitución Política del Estado, es por ello que conforme el art.
8.I de la CPE, se encuentra establecido uno de los principios ético-morales de la sociedad plural
que es el suma qamaña (vivir bien), ya que la vida de las personas se constituye en el bien jurídico
más importante de nuestro ordenamiento jurídico, pues sin ella no se podría establecer la
titularidad de ningún derecho u obligación, por ello, los Tratados de Derechos Humanos que
integran el bloque de constitucionalidad, conforme el art. 410.II de la Constitución, reconocen el
derecho a la vida, determinando que toda persona tiene derecho a que su vida sea respetada y sea
protegida por ley. Asimismo el parágrafo II de la norma citada anteriormente determina los
valores que deben ser aplicados a la realidad social, mismos que cumplen el rol de orientar la
conducta y el comportamiento de todos los habitantes del territorio nacional, cuyo propósito
fundamental es alcanzar el vivir bien de todas las personas, sin distinción alguna y con el fin de que
su existencia no resulte un mero enunciado, corresponde su aplicación a todos los patrones de
comportamiento de todos los actos de la vida cotidiana de todo individuo, por cuanto en
aplicación de su ejercicio e inclinados a dicha interpretación conforme a los valores de armonía,
dignidad, solidaridad, reciprocidad y bienestar común; se puede decir que los bolivianos sin
distinción alguna en el marco de nuestra diversidad cultural, merecemos respeto entre sí a cuyo
efecto implica el apoyo recíproco que se funda en las alternaciones de causa comunes que
permitan vivir con dignidad y en armonía, justamente con el objeto de trazar el beneficio de las
relaciones sociales y guiar los actos jurisdiccionales de los administradores de justicia. El
reconocimiento y aplicación efectiva de los principios y valores enunciados anteriormente,
permiten la directa aplicación de los derechos fundamentales reconocidos por la Norma
Fundamental, reforzada por el art. 9.4 del mismo texto constitucional, al disponer que será
función del Estado, garantizar el cumplimiento de los principios, valores, derechos y deberes
reconocidos en la Constitución Política del Estado. En ese entendido se puede concluir que el
acceso al alcantarillado es uno de los servicios básicos que también se constituye en un derecho
humano inherente a toda persona por el sólo hecho de existir y al ser reconocido por la norma
fundamental, se encuentra previsto en el catálogo de los derechos fundamentales, es por ello que
el corte arbitrario o la amenaza de cortar dicho servicio por parte de los propietarios de inmuebles
y/u otras terceras personas vulnera los derechos fundamentales y más aún si tratan de utilizar tal
actuación como mecanismo de presión para obtener la ejecución de un acto, que posiblemente no
sólo resulta atentatoria contra una persona sino dependiendo del caso podrían darse situaciones
en las que su restricción afecte a todos los miembros de una familia que habita una vivienda e
inclusive a los vecinos del o los sectores que se encuentren en conflicto y también porque no decir
con consecuencias hacia toda la colectividad, ya que tal como prevé la norma citada
anteriormente, de ninguna manera se puede restringir su acceso, por motivos o causas que se
encuentren fuera del alcance de las normas previstas o procedimientos para tal efecto, ya que
directamente el vivir con dignidad y en armonía” (las negrillas fueron adicionadas). resultaría
atentatorio a los principios y valores establecidos en la norma fundamental que implica

Análisis del caso concreto

El accionante Henry Diego Arnéz Torrico, afirma que el demandado Max Nelson Mérida Cabrera,
desde abril de 2012, de forma arbitraria e ilegal procedió al corte del servicio de alcantarillado
sanitario que pasaba por su propiedad, al haber iniciado la construcción de una edificación de
siete plantas, provocando que diecisiete familias se queden sin este servicio; por ese motivo
algunos vecinos presentaron reclamo a SEMAPA, entidad en la que se abrió un proceso
administrativo, a cuya conclusión, se conminó al demandado a reponer el servicio de alcantarillado
sanitario, que no fue acatado. Posteriormente, interpusieron interdicto de obra nueva perjudicial y
daño temido que radicó en el Juzgado Séptimo de Instrucción en lo Civil, que ordenó la
paralización de la obra; orden que, sin embargo, no fue cumplida, subsistiendo de este modo el
corte del servicio de alcantarillado sanitario hasta la fecha, vulnerándose de ese modo sus
derechos a los servicios básicos, a la hábitat y vivienda adecuada, a la vida, a la salud y a la
dignidad, solicitando que se ordene la restitución del servicio de alcantarillado sanitario. con
carácter previo al análisis del caso, corresponde aclarar que los principios de subsidiariedad e
inmediatez observados por la parte demandada, no son causales para la denegatoria de la
presente acción; ya que, conforme se ha señalado, la actual jurisprudencia constitucional ha
establecido que al existir medidas de hecho, que no encuentran sustento en el orden
constitucional vigente, la tutela procede directamente con la finalidad de evitar o que continúe el
daño o perjuicio irremediable, siendo suficiente que la parte accionante demuestre la existencia
de los hechos denunciados como vulneratorios, acreditándose objetivamente la lesión a su
derecho. Por otra parte, con relación al principio de inmediatez, se ha señalado que, tratándose de
vías de hecho de carácter permanente, no corresponde aplicar el plazo de caducidad de seis
meses, en el marco de la interpretación efectuada en el Fundamento Jurídico III.3 de esta
Sentencia Constitucional Plurinacional.

En ese entendido, e ingresando al análisis de fondo del problema jurídico planteado en la presente
acción, de la revisión de antecedentes se evidencia que el demandado procedió al corte del
servicio de alcantarillado sanitario, afectando al accionante y a otras familias que se beneficiaban
con ese servicio, y no obstante los reclamos efectuados por los vecinos, el demandado se abstuvo
de reponer dicho servicio. Efectivamente, de acuerdo al informe pericial emitido por Ana Marcia
Vargas Torrico, arquitecta designada como perito dentro del proceso de interdicto de obra nueva
perjudicial y daño temido se evidencia que en el inmueble ubicado en el pasaje innominado de la
calle Man Césped, Zona Norte, Edificio “Américas II”, se cortó el servicio de alcantarillado
sanitario, señalándose en el informe la existencia de agua estancada, en la que proliferan
mosquitos, olor desagradable y el peligro de enfermedades emergentes de las aguas servidas. Del
mismo modo, del informe 366/2012, expedido por la Unidad de Asesoría Legal de SEMAPA, se
evidencia que sus personeros realizaron inspección, verificando el taponamiento o interrupción
del servicio de alcantarillado sin autorización de SEMAPA, recomendando que la servidumbre
forzosa de paso de alcantarillado sanitario sea restituida en el plazo de tres días, lo que dio lugar a
que el Gerente General Ejecutivo de la citada entidad pronunciara la RA 117/2012 de 6 de
noviembre, por la que se conminó al actual demandado a la restitución de la servidumbre de paso
de alcantarillado sanitario en el plazo de tres días; Resolución que fue confirmada por el Directorio
de SEMAPA, mediante la RA 01/2013 de 14 de marzo; empero, el demandado no dio
cumplimiento a dichas Resoluciones ni conminatorias. El demandado, alega que tiene derecho a
ejercer su derecho propietario, y que no tiene ninguna obligación de soportar una servidumbre
que no está registrada en la Oficina de DD.RR., sin tomar en cuenta que la servidumbre también
puede constituirse por mera posesión, de conformidad al art. 281 del CC, que dispone: “a falta de
título, las servidumbres se ejercen en los límites de la posesión.

A este efecto se tiene en cuenta la práctica del año anterior”. Del mismo modo, el art. 255 del
citado Código, señala que, el propietario de un fundo puede, para utilidad o beneficio propio,
realizar actos de uso en fundo ajeno o impedir al propietario de éste el ejercicio de algunas de sus
facultades. La servidumbre es accesoria a la propiedad del fundo dominante y constituye
gravamen sobre el fundo sirviente, subsistiendo en forma activa sobre aquél y pasiva sobre éste,
cualesquiera sean los propietarios (art. 256 del CC). Por otra parte, el carácter de la servidumbre
es a perpetuidad, como lo establece el art. 257 del CC. Asimismo, el art. 285 del citado cuerpo
normativo, determina que “…cuando el ejercicio en lugar originario se hace más gravoso para el
fundo sirviente o impide la realización de obras, reparaciones o mejoras, el dueño del fundo
sirviente puede ofrecer otro lugar tan cómodo para el ejercicio de la servidumbre al dueño del
fundo dominante, quien no podrá rechazarlo”. En mérito a lo expuesto, los argumentos del
demandado de ninguna manera justifican las vías de hecho por él asumidas; pues, en todo caso,
debió llegar a un acuerdo con los vecinos, acudir a SEMAPA, o en su defecto, a los órganos
judiciales a objeto de solicitar el retiro o la suspensión de la servidumbre, pero no actuar de
manera arbitraria, interrumpiendo, a través de vías de hecho, el ejercicio de un derecho
fundamental, como es el derecho de acceso a los servicios básicos, entre ellos, el derecho al
servicio del alcantarillado, previsto en el art. 20.I de la CPE, reiterándose que la justicia por mano
propia -como la ejercida por el demandado- configurada por la realización de actos y medidas al
margen y con prescindencia absoluta de los procedimientos institucionales vigentes para una
administración de justicia en sus diferentes jurisdicciones, lesiona gravemente el orden
constitucional y los derechos y garantías de las personas, como en el presente caso, en el que,
como se ha señalado, no solo se lesionó el derecho de acceso al alcantarillado como servicio
básico, sino también se amenazaron los derechos a la vida y la salud no sólo del accionante, sino
también de los vecinos, a consecuencia del foco infeccioso que originaron las aguas servidas. Debe
considerarse que el derecho a la vida es un derecho primario que merece la tutela y protección
por parte del Estado y de los particulares y, por lo tanto, todas las acciones u omisiones que
menoscaben su contenido o que impidan el desarrollo de una vida digna deben ser condenadas;
pues, todos los seres humanos estamos en la obligación de cuidar el bienestar de todos los seres
vivos, manteniendo un medio ambiente sano y adecuado para preservar la salud, velando por la
calidad de vida y su fin que es de vivir bien; aspectos que bajo ninguna circunstancia fueron
observados por el demandado, que antepuso sus intereses patrimoniales a los derechos a la vida,
a la salud y a la propia dignidad del accionante y los vecinos, lo que desde ninguna perspectiva es
justificable. En conclusión, es evidente que en el caso de autos, se ha demostrado de manera
suficiente el acto ilegal cometido por el demandado, quien además, y pese a las conminatorias
efectuadas, se ha mantenido ejerciendo vías de hecho por más de diecisiete meses, vulnerando
de esta manera el derecho de acceso al servicio básico de alcantarillado, en conexión a los
derechos a la vida, a la salud y a la dignidad, sin dejar de lado el derecho a un hábitat y vivienda
digna, que fue lesionado de forma por demás grosera por el demandado. Cabe aclarar que si bien
el Estado es el encargado de la provisión de los servicios básicos; sin el argumento de su derecho a
la propiedad que no es absoluto, considerando que el derecho de uno termina cuando empieza los
derechos de los otros, como en el caso presente; dado que el demandado, al interrumpir el curso
natural del alcantarillado, no solo lesionó los derechos del accionante, sino también de otros
vecinos, que se beneficiaban con este servicio que no puede ser interrumpido ni supeditado al
capricho de un particular.

Por lo expresado precedentemente, la situación planteada se encuentra dentro de las previsiones


y alcances de la acción de amparo constitucional, por lo que el Tribunal de garantías al haber
concedido la tutela solicitada, efectúo una adecuada compulsa de los antecedentes procesales y
dio correcta aplicación a esta acción tutelar.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada, en virtud de la autoridad


que le confiere la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del
Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión resuelve: CONFIRMAR la Resolución de 24 de
octubre de 2013, cursante de fs. 795 a 800, pronunciada por la Sala Penal Tercera del Tribunal
Departamental de Justicia de Cochabamba; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, en
los términos establecidos por el Tribunal de garantías.

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