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En los años más recientes, la sociedad y organismos internacionales

de la salud ha insistido fuertemente en tener una alimentación


saludable. Una forma de obtener alimentos sanos y ricos en
nutrientes es mediante la huerta orgánica. Esta estrategia permite
mejorar al mismo tiempo la alimentación, la salud y el medio
ambiente.

¿QUÉ ES UNA HUERTA ORGÁNICA?


La huerta orgánica es una forma de cultivo que se basa en la fertilidad del
suelo y diversidad de especies.
¿Qué busca? Obtener plantas sanas que se conviertan en alimentos
saludables. Para producir suelo fértil se utilizan técnicas naturales. Por
ejemplo, el mantillo (cubierta de pasto y hojas secas) y la siembra por
asociación (plantas de distintos tamaños). Otra técnica es la rotación, que
significa no cultivar las mismas especies en el mismo lugar. Además, se
produce el propio abono.
Se trata de aprovechar todos los recursos que brinda la naturaleza para
producir vegetales sanos. Por ello se evita el uso de productos químicos
como pesticidas o fertilizantes. Esto es importante, ya que no siempre se
alerta acerca de los riesgos de la utilización de agroquímicos. Según un
informe de la FAO, estos productos son poco sostenibles. Son la principal
causa de contaminación del agua, emisiones de gases a la atmósfera y
pérdida de biodiversidad.
¿DÓNDE PUEDO UBICAR MI HUERTA?
Un huerto debe ubicarse en un espacio donde existan estos factores:

● Luz, lo mejor es tratar de orientar las parcelas de cultivo mirando al


sur, evitar que nuestro huerto este debajo de un árbol (no es nada
recomendable).
● Disponibilidad de agua
● Refugio de los vientos: podemos plantar árboles o arbustos perennes
al norte y oeste de la parcela mejor, nos evitará vientos fríos en invierno.
● Poca pendiente: la pendiente se puede retocar moviendo el suelo para
nivelar, o haciendo terrazas en el caso de que sea muy acentuada
● Suelo rico en nutrientes (que sea de color oscuro): aunque también
podemos mejorarlo con el tiempo.
Esto sería ideal, pero en una huerta no siempre vamos a tener fácil
encontrar estos tres últimos puntos, y, al contrario que la luz y el agua,
siempre podemos subsanarlos.

Una vez visto el lugar y las condiciones de nuestra huerta, tenemos que
empezar a pensar dónde vamos a poner cada bancal y cada hortaliza.
Para ello nos basaremos en el resultado de la observación de
generaciones y generaciones de horticultores, estamos hablando de una
de las bases para crear un huerto ecológico: las rotaciones y asociaciones.

Rotaciones:
Mudanza de hortalizas. Cada año los cultivos deben cambiar de bancal.
¿Por qué? Para prevenir plagas y evitar no agotar nuestro suelo, sino más
bien para aprovecharlo al máximo. Así en nuestra huerta todos los años
tendrá hortalizas diferentes. Es lo que se conocen como “rotaciones de
cultivo”.

¿Cómo funciona este sistema?

Es muy sencillo, se trata simplemente de ir cambiando cada año o


estación, los distintos tipos de hortalizas en el siguiente orden:
1. Primero Leguminosas y/o abonos verdes
2. Segundo Hortalizas de fruto
3. Tercero Hortalizas de hoja
4. Cuarto Hortalizas de raíz
ROTACIÓN DE CULTIVOS:

Al igual que en una comunidad de vecinos, algunas hortalizas conviven


entre ellas y se ayudan mutuamente, otras no realizan ninguna interacción
y, por último, algunas no se toleran en absoluto. Existen multitud de tipos
de asociaciones, que varían según el hortelano con el que hablemos, pero
haciendo un resumen de nuestras experiencias y de la literatura que
hemos encontrado, en la siguiente tabla podremos ver las comunidades
más frecuentes y que más se repiten dentro de la agricultura ecológica:

1. LEGUMINOSAS + MAÍZ + CUCURBITÁCEA:

Esta asociación precolombina, realizada por civilizaciones con los mayas del
Yucatán, consiste en sembrar la leguminosa antes o a la vez que la
gramínea, para que sirva como tutor y entre ambas den sombra a la
cucurbitácea. Ejemplo: judía, maíz y calabaza. Al año siguiente habría que
poner hoja o raíz. Atención: se debe evitar plantar en el maíz cuando está
muy crecido, ya que inhibe la germinación y desarrollo de otras hortalizas.

2. TOMATE + AJO + CEBOLLA:

La cebolla y el ajo evitan enfermedades y facilitan el crecimiento del tomate.


Al año siguiente habrá que sembrar sólo de hoja o abono verde de invierno.
El perejil con el tomate también estimula su crecimiento.
3. ZANAHORIAS + PUERRO + CEBOLLA:
Entre las tres hortalizas, evitan la aparición de la mosca blanca.

4. ESPINACAS + LEGUMINOSAS (habas o guisantes):

Las leguminosas dan nutrientes y sombras a las espinacas. Una hortaliza


que tenemos que tener en cuenta para las asociaciones favorables y las
sucesiones, es LA LECHUGA. Esta hortaliza, debido a su ciclo medio de
crecimiento y a que se asocia bien y sin ningún problema con
prácticamente, casi todas las hortalizas, menos el girasol. Cuando
hagamos los diseños de nuestros bancales es importante incluirla en
varios cultivos de nuestro huerto, para aprovechar espacio.

¿Cómo es el manejo orgánico de la huerta?

Aquí veremos aquellos cuidados con los cuales "ayudamos" a la huerta


orgánica intensiva a mantener su equilibrio, a producir más. Los cuidados
deberán tener un carácter más preventivo que curativo; de esta forma
ahorramos recursos y esfuerzos. El trabajo debe ser pensado para
intervenir en el momento oportuno, usando herramientas apropiadas y
haciendo un uso eficiente de los recursos disponibles..

Los principales cuidados son:

● Abonos
● Riegos
● Labores culturales (protección con mantillo y carpidas, raleos,
tutorados, desbrote)
● Control de plagas
● Producción de semillas
Lo importante es que cada una de estas tareas tiene relación con las
otras. No se trata de tomarlas aisladamente sino como un conjunto de
acciones que favorecen el funcionamiento de los procesos vitales de la
huerta.

Abonos

Forman parte de los trabajos periódicos de la huerta; su preparación es


un trabajo continuo, por esto siempre tendremos una abonera iniciada
para la temporada siguiente. El tema lo acabamos de ver en profundidad
en la sección de Abono Orgánico.
Riegos
En general, las lluvias no satisfacen las necesidades de los cultivos, sobre
todo, en verano. Si el agua no es suficiente, las plantas no se desarrollan
normalmente, la producción es menor, las hojas se ponen duras y puede
ocurrir que las plantas semillan antes de tiempo. Un exceso de humedad,
en cambio, puede favorecer la aparición de enfermedades y los
productos obtenidos son de mala calidad, menos nutritivos y de mal
gusto.
EN VERANO Debemos regar todos los días, a partir del momento de la
siembra o del trasplante. Conviene hacerlo por la tarde pues regar al
mediodía, "quema" las plantas.
EN INVIERNO No hace falta regar tan seguido. Conviene hacerlo al
mediodía porque si no, las heladas pueden dañar las plantas.

¿Cómo regar?
Siempre preferimos una lluvia fina (sobre
todo para los almácigos y las plantas
pequeñas).
Para el resto usamos la regadera o bien
podemos fabricar un sistema de riego
por goteo, que permite una mejor
absorción del agua e impide la formación
de costra.
EN EL CASO DE LOS TOMATES: Evitar
mojar las hojas al regarlos ya que puede
provocar un ataque de hongos.

¿Cuánto regar?

EN VERANO podemos estimar que se


necesitarán de 3 a 5 litros por m2 de
tierra.
EN INVIERNO Las necesidades de agua
son menores, ya que las lluvias son más
abundantes. Si en nuestra huerta
utilizamos mantillo y riego por goteo, las
necesidades de agua se reducen casi a la
mitad.
LABORES CULTURALES (PROTECCIÓN CON MANTILLO Y
CARPIDAS)

Ambas labores están íntimamente ligadas. Como vimos, al mantillo lo


usamos para proteger el suelo del impacto de las gotas de agua (así no
se apelmaza), a la vez que conserva la humedad e impide que crezcan
yuyos. Como mantillo podemos usar pasto cortado, paja o la fracción
mediana del abono compuesto. Este mantillo con el tiempo se
incorpora a la tierra, funcionando como abono natural. El uso del
mantillo reduce la necesidad de carpir para sacar yuyos. Esta tarea sólo
será necesaria de vez en cuando, si vemos que se forma costra en la
superficie o si salen yuyos.

Control de plagas
En la huerta orgánica, lo esencial en el control
de plagas y enfermedades es la prevención.
Se trata de darles a las plantas las mejores
condiciones para fortalecer sus defensas y
hacerlas más resistentes. La aparición de una
plaga responde a una situación de
desequilibrio, ya que en la naturaleza
difícilmente ocurra un ataque de parásitos,
pues las poblaciones de animales se
autocontrolan entre sí.

Una forma de prevención es cultivar en nuestra huerta plantas


aromáticas: salvia, romero, orégano, menta, ruda, albahaca, y flores
como caléndulas y copetes, en los bordes de los canteros. Además,
podemos dejar florecer algunas plantas de apio, brócoli, hinojo, perejil,
acelga, que atraen insectos benéficos para la huerta. La ortiga también
es una buena aliada, ya que actúa como otra planta huésped de
insectos, a la vez, con sus hojas se puede preparar una solución que
previene el ataque de insectos.
Existe una gran cantidad de insectos que ayudan a controlar las plagas,
algunos de ellos son microscópicos. Por esto es conveniente crear en
nuestra huerta las condiciones propicias para que éstos vivan y se
reproduzcan.
Producción de semillas
Debemos elegir las mejores plantas, dejarlas
florecer y fructificar. Antes de que caiga la
semilla, se arrancan las plantas y se dejan al
sol por varios días.
Luego se separan las semillas a mano y una
vez limpias, se guardan en frascos bien
identificados, en un lugar seco.

Las especies de las que se pueden producir semillas fácilmente son:


acelga verde anual, arveja, berenjena, coles, escarola, espinaca, haba,
hinojo, melón, pepino, pimiento, perejil, radicheta, sandía, tomate,
zapallito y zapallo.
Las semillas de melón, sandía y zapallo, se sacan al consumir los frutos.
En cambio, para obtener semillas de arvejas, habas, zapallitos y
tomates, se deben dejar madurar los frutos en la planta.

BENEFICIOS DE TENER UNA HUERTA


Compartir tiempo en familia.
Cada vez es más difícil encontrar
tiempo para pasar con las personas
que queremos. El trabajo, tareas de
casa, compromisos varios, disfrutar de
unas horas tranquilas con nuestros
hijos es imprescindible para ellos y
para nosotros. Cuidar el huerto en
casa es un motivo excelente para
pasar más tiempo con nuestros seres
más queridos.

Ayudas al medio ambiente.


Fomentar una cultura ecológica y más sostenible es algo que
agradeceremos y nos agradecerán. Desde el inicio de la revolución
industrial ya hemos destruido más del 50% de la masa forestal de
nuestro planeta. Actuamos como si tuviéramos otro planeta a donde ir,
y esta situación será muy pronto irreversible. Debemos actuar de forma
local para conseguir un cambio global.
Es Ecológico.

Desde el momento que plantas tus semillas o plantel, tú decides si


lo quieres hacer con abono orgánico, con pesticidas, insecticida, es
decir, tú decides si quieres que tus alimentos sean ecológicos o no.

Reduce el estrés.
Consumir tus propios alimentos genera sensación de satisfacción,
de esta manera reducirás el estrés acumulado durante la jornada
de trabajo. Podrás gestionar mejor tus emociones porque estarás
más tranquilo, tendrás más paciencia y podrás saborear mejo cada
momento de tu vida. En definitiva, dispondrás de una excelente
terapia, ¡y gratuita!

Fomenta el contacto con el aire libre.

La mayor parte de la actividad al cuidar de un huerto urbano se


realiza en el exterior. Pasamos muchas horas encerrados en
oficinas, escuelas, gimnasios, etc. Salir a buscar plantas para el
huerto, regarlo y cuidarlo hará que estés más horas en el exterior, al
aire libre.

¡¡ESPERA!!
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paso y de forma práctica a construir mi Huerta Orgánica en Casa
para que tu tambien puedas cultivar tu propia comida.
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