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CAPÍTULO 3 a Cristo era suficiente para proporcionarle una relación con Dios y la

entrada al cielo. Mi rápida respuesta fue: «Claro que lo fue, mamá».


CREENCIA 3
Sin embargo, más adelante un pensamiento me sobrecogió. No se
SALVACIÓN trataba simplemente de alguien que moría, y tampoco se trataba de la
eternidad de cualquiera. Era mi madre; era su eternidad. Necesitaba
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no
darle una ojeada de nuevo a las Escrituras. Si había algo más que mi
procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para
mamá tenía que hacer, precisaba hacérselo saber… ¡y hacérselo sa-
que nadie se jacte. EFESIOS 2.8–9
ber en aquel preciso momento!
Por lo tanto, sin tener que defender ninguna perspectiva denomi-
En la introducción hablé sobre la inesperada enfermedad y muerte nacional, sin que me importara lo que me habían enseñado en el pa-
de mi madre. Al adentrarnos en la creencia específica de la salvación, sado, sin que me preocupara lo que cualquiera pensaría sobre mis
comienzo hablando acerca de un encuentro que tuve con ella de ca- preguntas, abrí mi Biblia y comencé con ojos nuevos la búsqueda
mino al hospital. Como resultado de esta breve conversación, me lan- más importante de la vida.
cé al estudio de las Escrituras sobre este punto de fe fundamental.
PREGUNTA CLAVE:
Hablaré con más detalle aquí del examen del alma que detallé en la ¿CÓMO OBTENGO UNA RELACIÓN CON DIOS?
introducción. Mi enfoque se centró en cinco pasajes particulares de las Escrituras.
Cada uno de los cuales responde a la pregunta de manera explícita.
Cuando supe que tenía que volar hasta la casa de mis padres en
Ohio para ayudar con mi mamá, moví algunos hilos para que ella pu- Pasaje 1: Haz buenas obras
diera ver enseguida a uno de los mejores oncólogos de la plantilla del
Cleveland Clinic Hospital. En la mañana de la cita, tuve que sacar a Marcos escribe en su Evangelio acerca del encuentro que tuvo Jesús
mi mamá de la casa sobre mi espalda, porque el dolor en la parte ba- con un hombre rico:
ja de su espalda era muy severo. Mientras mi papá conducía, yo iba Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corrien-
sentado en la parte trasera de su camioneta donde mi mamá se halla- do y se postró delante de él.
ba tumbada.
—Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para
Rompiendo el silencio, ella me hizo una pregunta: «Randy, heredar la vida eterna?
¿recuerdas cuando fui a ver a tu pastor de jóvenes a la iglesia para
—¿Por qué me llamas bueno? —respondió Jesús—. Nadie
que me ayudara con algunos problemas difíciles que estaba afrontan-
es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: «No
do? ¿Recuerdas cuando llegaste a casa de la escuela aquel día y te
mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso tes-
dije que él me había guiado en una oración para aceptar a Jesús co-
timonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre».
mo mi Salvador?». Yo respondí: «¿Si lo recuerdo? Mamá, ese fue
uno de los mejores días de mi vida». —Maestro —dijo el hombre—, todo eso lo he cumplido des-
de que era joven.
Entonces ella me hizo la siguiente pregunta. «Hijo, ¿fue aquello
suficiente?». Al ser el ministro de la familia, sabía que mi madre me Jesús lo miró con amor y añadió:
estaba preguntando si la sencilla oración que ella hizo a fin de aceptar
—Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es
a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme. espíritu. No te sorprendas de que te haya dicho: «Tienen que
nacer de nuevo»[…]
Al oír esto, el hombre se desanimó y se fue triste porque tenía
muchas riquezas. (Marcos 10.17–22) Nicodemo replicó:
Aquí encontramos nuestra pregunta original: ¿Qué debo hacer —¿Cómo es posible que esto suceda?[…]
para heredar la vida eterna? También vemos que «Jesús lo miró con Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigéni-
amor». No estaba pretendiendo engañar o menospreciar al hombre, to, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que ten-
sino más bien intentaba guiarlo a la verdad. Aunque con frecuencia ga vida eterna. (Juan 3.1–7, 9, 16)
el enfoque está en el hombre rico que se va triste, no deberíamos
pasar por alto el hecho de que Jesús lo invita a seguirle. Jesús estaba describiendo el renacimiento espiritual que Dios re-
Tomando este pasaje al pie de la letra, concluimos: si queremos quiere y vino a ofrecer, junto con la motivación de Dios para enviarlo:
tener una relación con Dios y obtener la vida eterna, dice Jesús, ne- el amor. Por lo tanto, si queremos tener una relación con Dios y obte-
cesitamos hacer buenas obras. ner la vida eterna, dice Jesús, debemos creer en él.

Volveremos a hablar de esta afirmación, pero que nadie se preo-


cupe de que estemos haciendo hincapié en la salvación por obras. Pasaje 3: Arrepiéntete y bautízate
Estamos construyendo una progresión de pensamiento espiritual, El día de Pentecostés había llegado y ciento veinte discípulos es-
así que sigue leyendo, por favor. taban reunidos, confundidos después que Jesús hubiera regresado al
cielo. Como Jesús había prometido, el Espíritu Santo vino y los llenó;
Pasaje 2: Cree y así nació la iglesia.
Juan en su Evangelio nos habla del encuentro de Jesús Entonces Pedro, con los once, se puso de pie y dijo a voz
con Nicodemo: en cuello: «Compatriotas judíos y todos ustedes que están en
Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Jerusalén, déjenme explicarles lo que sucede; presten aten-
Nicodemo. Éste fue de noche a visitar a Jesús. ción a lo que les voy a decir […]
—Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo
venido de parte de Dios […] […]».
—De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente
puede ver el reino de Dios —dijo Jesús. conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:
—¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? — —Hermanos, ¿qué debemos hacer?
preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez
—Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el
en el vientre de su madre y volver a nacer?
nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les con-
—Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíri- testó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo. (Hechos
tu, no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—. 2.14, 21, 37–38)
Las personas oyeron este sorprendente mensaje que Pedro dio y, salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero
de modo parecido al joven rico al que Jesús encontró, preguntaron: con la boca se confiesa para ser salvo.
«Muy bien, ¿y ahora qué hacemos?». Sin embargo, este día tres mil
Cree con tu corazón; profesa en voz alta con tu boca. Este tipo de
personas entendieron y aceptaron la verdad de Cristo. Se dieron
confesión tiene que salir del corazón (ver Lucas 6.45). Una decisión
media vuelta luego de estar alejados de Dios y se dirigieron hacia él.
interna del corazón produce una demostración externa de confesión,
Eso es lo que significa arrepentirse, darse media vuelta e ir en direc-
un concepto muy similar a «arrepiéntete y sé bautizado».
ción contraria, un giro de ciento ochenta grados de la mente y el co-
razón, el cual comienza el proceso tanto de transformación como de Por lo tanto, si queremos tener una relación con Dios y obtener la
santificación. vida eterna, dice Pablo, debemos creer y profesar.

Por lo tanto, si queremos tener una relación con Dios y obtener la


vida eterna, dice Pedro, debemos clamar el nombre del Señor. Pasaje 5: Acude a la fe por gracia
¿Cómo se hace eso? Arrepiéntete y después bautízate. Pablo escribió en su carta a los efesios:
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la
Pasaje 4: Cree y profesa fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de
En su carta a los romanos, Pablo escribe: Dios, no por obras, para que nadie se jacte. (Efesios 2.8–9)
Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios En realidad, «fe» no es una categoría separada de «creer». Am-
por los israelitas, es que lleguen a ser salvos. Puedo declarar bos términos provienen de la misma palabra del idioma griego en el
en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no que se escribió el Nuevo Testamento. Sin embargo, aquí Pablo aña-
se basa en el conocimiento. No conociendo la justicia que de claramente perspectivas nuevas a la transacción de la salvación.
proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no
La palabra gracia significa que no merecemos la salvación. No te-
se sometieron a la justicia de Dios. De hecho, Cristo es el fin
nemos derecho a ella, ni Dios está obligado a ofrecérsela a la huma-
de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia.
nidad. Sin embargo, él nos hace esta oferta de su justicia, la cual no
(Romanos 10.1–4)
podemos lograr por nosotros mismos. Para responder, debemos ex-
Los israelitas eran personas religiosas, pero tenían la estrategia presar fe en quién es Jesús y aceptar lo que él ha hecho por noso-
equivocada. Intentaban desarrollar su propia justicia. Intentaban ser tros.
lo bastante buenos, por medio de sus obras, para merecer una rela-
No obstante, notemos la frase «no por obras». ¿No es esto distinto
ción con Dios. En esencia, Pablo dijo: «Las obras no funcionan». El
a donde comenzamos, con las palabras de Jesús al joven rico acerca
único lo bastante bueno es Dios. Jesús es Dios. Jesús cumplió todos
de hacer buenas obras? A primera vista, podría parecer que hay una
los requisitos de la ley perfectamente. Cuando creemos en él, la jus-
discrepancia o conflicto entre las instrucciones de Pablo y las de Je-
ticia de Cristo es transferida a nuestra cuenta. Esta es la única solu-
sús, pero en realidad Jesús sabía que el joven nunca había guardado
ción. Por lo tanto, ¿cómo realizamos esta transacción? Pablo nos
ni nunca podía guardar la ley perfectamente. ¡Jesús sencillamente
dice en Romanos 10.9–10:
intentaba hacer que él viera que no podía lograrlo! El reto de Jesús
Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees para el joven rico de vender toda su riqueza fue su manera de condu-
en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás cir amorosamente al joven a decir: «Pero, Jesús, no puedo. No
he sido capaz de guardar la ley, y no sé cómo puedo hacerlo. Te caminaré hacia ti.
necesito». Jesús esperaba ver que ese hombre expresara fe, lo cual
está en consonancia con las palabras de Pablo: «por gracia […] me- Entonces se produce una declaración externa al mundo, un modo
diante la fe […] no por obras». Si Pablo estuviera sentado con noso- de demostrar nuestra decisión de fe: «Te profeso con mi boca, en voz
tros en una cafetería, intentando aclarar el asunto, quizá diría algo alta para que otros sepan lo que creo. Y públicamente expreso mi
como esto: «Nuestras buenas obras no contribuyen en manera algu- plena devoción a ti mediante el bautismo».
na a llegar a tener una relación con Dios, pero sí expresan y mani-
Aunque muchas cosas en la Biblia son difíciles de entender, la sal-
fiestan que tenemos una relación con Dios por gracia mediante la fe
vación no es una de ellas. Dios lo dijo de una forma muy clara y pro-
en Jesucristo».
fundamente sencilla: «En ningún otro hay salvación, porque no hay
Las denominaciones dentro del cristianismo con frecuencia enfati- bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual poda-
zan uno de estos pasajes por encima de otro cuando los creyentes mos ser salvos» (Hechos 4.12)
intentan llegar al corazón de este importante asunto. Algunos creen
A lo largo de los siglos, los cristianos han estado unidos en cuanto
que Dios nos escoge o nos elige para tomar esta decisión. Otros lo
a lo que la salvación en Cristo no es.
ven como un asunto del libre albedrío por completo. Para algunos, el
orden es diferente; para otros, el bautismo desempeña un papel más •La salvación no es algo que podemos ganar o merecer.
destacado y no negociable en esta transacción espiritual. De lo que Cuando los creyentes judíos intentaron añadir la circuncisión
estoy seguro es de esto: la salvación es solo por medio de Cristo, y a la ecuación, los apóstoles se reunieron en un concilio e hi-
nuestra aceptación de su regalo debe provenir genuinamente de una cieron esta declaración unida: «¡No puede ser! Más bien, co-
expresión de fe desde el corazón. mo ellos, creemos que somos salvos por la gracia de nuestro
Señor Jesús» (Hechos 15.11).
Todos estos pasajes juntos conforman esta verdad central:
•La salvación no es uno de muchos caminos. El apóstol
IDEA CLAVE: CREO QUE UNA PERSONA OBTIENE UNA Juan registra estas palabras de Jesús: «Yo soy el camino, la
BUENA RELACIÓN CON DIOS POR LA GRACIA DIVINA ME- verdad y la vida […] Nadie llega al Padre sino por mí» (Juan
DIANTE LA FE EN JESUCRISTO. 14.6).
He aquí la decisión que la persona debería tomar desde el cora- •La salvación no es una reconciliación incondicional para
zón convertida en una oración de aceptación a Dios. todos los humanos (universalismo). Al final del tiempo en
el juicio final, aunque es un bonito pensamiento, no todos en-
Amado Dios, yo no puedo, pero tú sí puedes. trarán al reino eterno de Dios (ver Apocalipsis 20.11–15).
Creo en Jesús, que es Dios. Creo que él murió y resucitó
de la muerte. Deposito mi fe en Cristo para ponerme a APLICACIÓN CLAVE: ¿QUÉ CAMBIO PRODUCE ESTO EN MI
cuentas contigo y que me des vida eterna. No tengo ningún MODO DE VIVIR?
otro plan, sino tener fe y confiar en ti.
•Buscamos agradar a Dios debido a lo que ha hecho por
Hoy estoy haciendo un giro de ciento ochenta grados nosotros, no para ganarnos una relación con él. El apóstol
y dirigiendo mi vida hacia ti. Ya no huiré de tu lado, sino
Pablo escribe: «He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo
sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo
vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida
por mí» (Gálatas 2.20). A pesar de los problemas que afronte
en esta vida, ellos palidecen en comparación con mi salvación
por toda la eternidad. Pablo nos recuerda que no debemos
perder el ánimo: «Aunque por fuera nos vamos desgastando,
por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufri-
mientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen
una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimien-
to» (2 Corintios 4.16–17).
•Andamos en gracia. En su carta a los gálatas, Pablo escri-
be: «¿Quién los ha hechizado a ustedes, ante quienes Jesu-
cristo crucificado ha sido presentado tan claramente? Solo
quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por
las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el
mensaje? ¿Tan torpes son? Después de haber comenzado
con el Espíritu, ¿pretenden ahora perfeccionarse con esfuer-
zos humanos?» (Gálatas 3.1–3).
•Les ofrecemos gracia a otros. No olvidemos la parábola de
Jesús del siervo ingrato registrada en Mateo 18.21–35. Sería
equivocado e incoherente que nos negáramos a ofrecerle gra-
cia y perdón a otra persona a la luz de la gracia y el perdón
que Dios nos ha concedido a nosotros.

Tenía razón cuando le dije a mi madre que su oración de fe a Je-


sús había sido suficiente para salvarla. ¡Él es sin duda suficiente! ¿Y
qué hay de ti? ¿Crees en esta oferta de Jesús? ¿La has recibido
para ti mismo? Ninguno de los otros capítulos importará mucho a
menos que aceptes las verdades que se encuentran en este.

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