Tú, santísima madre, eres la sonrisa de Dios; tú, la reina de la Paz,
tú la madre amable; tú, vida y esperanza nuestra.
Bienvenida seas: ¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por
nosotros que recurrimos a ti!
Tu presencia entre nosotros sea una luz que nos ilumine, una fuerza
que nos ayude a vivir cristianamente. Por Cristo, nuestro Señor.
Amén.
ORACION DE DESPEDIDA
Adios, madre misericordiosa, madre comprensiva. Tú eres vida,
dulzura y esperana nuestra. Ha llegado la hora de tener que
despedirmnos de ti, pero antes que salgas de nuestro hogar,
queremos expresarte nuestro agradecimiento por esta visita que nos
has hecho con tanta amabilidad.
Gracias porque con tu presencia nos has permitido vivir más
intimamente contigo.
Perdona nuestra falta de delicadeza, nuestra falta de atención. No te
olvides que somos personas necesitadas y con muchos defectos.
Bendice a los mayores para que acierten a llevar a cabo la misión
que tienen y la obligación propias de su estado y de su trabajo.
Enciende en nuestras almas la luz de un constante arrepentimiento
y de una continua renovación cristiana.
Liberanos de cometer el pecado y ayudanos a trabajar con
entusiasmo en la construcción del reino de Dios.
Danos ser, fermento y sal; para que nuestro hogar y nuestras
personas tengan el sabor a Cristo y atraigan a muchas personas
hasta su corazón y a la práctica de sus mandamientos.
Oh María, aunque te vas, no nos dejes. Haznos sentir y vivir tu
presencia y tu amor. Entretanto, como recuerdo de esta visita tuya,
danos tu bendición, derrama sobre nosotros esos rayos de gracia,
de tu medalla, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de
Jesucristo. Amén
¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que
recurrimos a ti!
COMUNIDAD MEDALLA
MILAGROSA
¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros
que recurrimos a ti!
Por sus frutos los conocerán: ¡Todo árbol bueno da frutos, y qué
fruto el que maría nos dio!
ORACION DE LA MEDALLA MILAGROSA
Oh Santa Medalla, imagen y recuerdo de María Inmaculada,
nuestra protectora y madre; propongo llevarte como sello sobre
nuestro corazón, escudo y defensa en las tentaciones del enemigo
del alma. Haz germinar en nosotros, deseos de piedad, pureza y
fortaleza; sé para nosotros prenda de perseverancia y de fidelidad a
Dios y de nuestra salvación.
Cuando emprandamos el vuelo hacia la patria celestial tú quedarás
medalla querida sobre nuestros corazones que habrán dejado de.
Latir, mientras que en el cielo, nuestra madre amada nos guiará
triunfante y llena de júbilo hasta jesús. Amén.
ORACION DE RECIBIMIENTO
Santa Madre, Madre de Dios, Madre milagrosa, visitadora de los
hogares y de las familias, que al verte aquí, te repite las palabras
que te dijo tu prima Isabel, cuando tú la visitaste. Bendita tú eres
entre las mujeres. Gracias María Santísima, gracias por venir a
estar con nosotros y en nuestra familia.
Sabemos, querida Madre, que te agrada estar entre nosotros porque
nos amas, aunque tenemos muchas deficiencias y pecados.
Sabemos que vienes con todo tu poder para hacernos el bien y para
cobijarnos con tu manto, para presentarnos a Jesús y para pedirte
por nosotros.
Aunque somos pobres a tu lado, queremos tenerte entre nosotros,
para que los tesoros de tus manos, representados por los rayos que
salen abundantemente de ellas, recaigan sobre nuestros corazones y
nos ayuden a ser buenos y a estar unidos.