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La Obra De Arte Como Memoria

Presentado por:
Martha Cecilia Rentería
Viviana Castaño Marciales

Grupo Colaborativo: 15

Presentado a:
Sonia Alexandra Barbosa
Tutora

Universidad Nacional Abierta y a Distancia


Arte, Imagen y Saber ancestral
CEAD_Florencia
14 abril de 2020
Introducción
En este trabajo se da a conocer la importancia de los mitos cosmogónicos y los mitos de
origen como arte de obra y de memoria de nuestra historia, e historia de nuestros
antepasados lo cuales permiten conocer las creencias, el folklor, los modos de percibir el
universo e interactuar con él.

En este trabajo se hizo la búsqueda y análisis con el fin de identificar los elementos de
orden de los dos mitos cosmogónicos, y las situaciones cotidianas relacionadas con los dos
mitos de origen, también establecer los protagonistas de los mitos, sus funciones y
jerarquías.
Mitos Cosmogónicos

Mito Cosmogónico cultura Murui en Putumayo


La creación

Era la

Foto: Martha Rentería

nada, no había cosa alguna. Allí el Padre palpaba lo imaginario, lo misterioso. No había
nada. ¿Qué cosa habría? Naainuema [1], el Padre, en estado de trance, se concentró,
buscaba dentro de sí mismo.
¿Qué cosa habría? No había árboles. Rodeado de la nada, el Padre la controló con ayuda de
un hilo soñado y de su aliento. En todas partes reinaba el vacío. El Padre examinaba el
fondo de ese vacío, pero no había nada. Recitó la oración de la nada, mas todo era vacío.
Ahora el Padre buscaba aquello que es nuestra vida, el comienzo de nuestra historia, pero
sólo había un vacío. Intentaba palpar el fondo de la nada, atarlo con ayuda del hilo soñado,
pero todo era vacío. En su estado de trance obtuvo las substancias mágicas arebaiki [2] e
izeiki [3], con las cuales sujetó el fondo a la nada.
Tomó posesión de la nada, para luego sentarse en aquel plano, que es nuestra tierra, e
intentar extenderlo.
Una vez controlada la nada, creó el agua: transformó en agua la saliva de su boca. Luego se
sentó en esta parte del universo, que es nuestra tierra, para crear el cielo: tomó una parte de
esa tierra y con ella formó el cielo azul y las nubes blancas.
Al pie del cielo, Rafuema [4], el Padre, buscaba y buscaba dentro de sí mismo, y entonces
creó la historia de nuestra existencia y los preceptos para nuestra vida sobre la tierra.
A partir de ese momento surgieron la gran selva, muchos árboles y la inmensa tierra.
Nacieron los árboles y la palma de cananguche [5] para que nosotros tuviéramos qué beber.
Gracias a la saliva del Padre dieron fruto. Todos los árboles y bejucos nacieron en ese
instante.
Él mismo creó al grillo. Creó al mico churuco que se alimentaría de las frutas en los
árboles, al mico maicero que rompe los frutos silvestres y también al tapir que los recoge
del suelo. Creó a los cerdillos y a la guara y al borugo para que comiera las frutas de la
selva. Él mismo creó al tintín y a todos los animales.
Del fondo llegó el armadillo a la superficie de la tierra. También creó al armadillo chaquira.
Él mismo creó a todos los animales, al lobo de agua que come pescado y a la nutria.
Creó al venado colorado y al venado chonta. Creó a todos los animales. Creó al oso
palmero y también envió a la tierra al oso hormiguero amarillo.
Arriba en el aire creó al águila que se come a los micos churucos. Él mismo creó a los
pajaritos. Creó al tucán, al loro coronado y a la guacamaya; creó a todas las aves, a la
gallineta de monte, al paujil negro y al paujil colorado, al tente y a las chilangas, al chulo y
al gavilán pollero.
Él mismo creó al pájaro carpintero y a todos los demás pájaros; al pájaro jokomekai y a la
grulla, al chulo, a la golondrina y al patilico, a todos él los creó; al loro churuquero y al loro
comejenera, al pájaro jiriko y a la guacamaya azul, al pájaro kuikuyo, a la paloma y a la
torcaza, al Zuma y al tuyagi.

Mito Cosmogónico del cristianismo:


Mito Cristiano De La Creación

En el principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por
encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.
Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de
la oscuridad; y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y atardeció y
amaneció: día primero.
Dijo Dios: «Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras.»
E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento de las aguas de
por encima del firmamento. Y así fue. Y llamó Dios al firmamento «cielo». Y atardeció y
amaneció: día segundo.
Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y
déjese ver lo seco»; y así fue. Y llamó Dios a lo seco «tierra», y al conjunto de las aguas lo
llamó «mar»; y vio Dios que estaba bien.
Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que
den fruto según su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra.» Y así fue. La tierra
produjo vegetación: hierbas que dan semilla según sus especies, y árboles que dan fruto con
la semilla dentro según sus especies; y vio Dios que estaban bien. Y atardeció y amaneció:
día tercero.
Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y sirvan
de señales para solemnidades, días y años; y sirvan de luceros en el firmamento celeste para
alumbrar sobre la tierra.» Y así fue. Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande
para regir el día, y el lucero pequeño para regir la noche, y las estrellas; y los puso Dios en
el firmamento celeste para alumbrar la tierra, y para regir el día y la noche, y para apartar la
luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien. Y atardeció y amaneció: día cuarto.
Dijo Dios: «Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra frente
al firmamento celeste.» Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente
que repta y que hacen bullir las aguas según sus especies, y todas las aves aladas según sus
especies; y vio Dios que estaba bien; y los bendijo Dios diciendo: «sed fecundos y
multiplicaos, y henchid las aguas de los mares, y las aves crezcan en la tierra.» Y atardeció
y amaneció: día quinto.
Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes según su especie: bestias, reptiles y
alimañas terrestres según su especie.» Y así fue. Hizo Dios las alimañas terrestres según
especie, y las bestias según especie, y los reptiles del suelo según su especie: y vio Dios que
estaba bien.
Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y
manden en los peces del mar y en las aves del cielo, y en las bestias y en todas las alimañas
terrestres, y en todos los reptiles que reptan por la tierra.
Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra
los creó.
Y los bendijo Dios con estas palabras: «Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra y
sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves del cielo y en todo animal que repta
sobre la tierra.»
Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la faz de toda la
tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; os servirá de alimento.
"Y a todo animal terrestre, y a toda ave del cielo y a todos los reptiles de la tierra, a todo ser
animado de vida, les doy la hierba verde como alimento." Y así fue. Vio Dios cuanto había
hecho, y todo estaba muy bien. Y atardeció y amaneció: día sexto.
Concluyeron, pues, el cielo y la tierra y todo su aparato, y dio por concluida Dios en el
séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.
Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra
creadora que Dios había hecho.

Mitos de Origen

Mito de Origen cultura Murui Putumayo


Mito de la gran serpiente

Foto: Martha Rentería


Cuenta este mito que el Padre Buineizeni (El Buineima que se arrastra) fue paralizado por
el sol como castigo por haber creado el árbol moreno, de donde se obtiene una substancia
mágica pegajosa.
Cierta vez, su hermano, donde aquél vivía, trajo una raíz de yuca que su mujer pelaba. El
enfermo preguntaba constantemente a su cuñada por el nombre de la raíz, razón por la cual
la mujer lo regañó, haciéndolo llorar. Entonces él le pidió a su hermano que lo llevara a un
lugar solitario y allí permaneció en una choza que su hermano mismo le construyó.
Dicen que cuando el hermano quiso visitarlo de nuevo, la choza estaba vacía y nadie
respondió a su llamado. Entretanto, Buineizeni, que se había embriagado con extracto de
jarabe o jalea que se chupa, se sumergió en el agua y se transformó en una serpiente.
Cuentan que así fue como nadó hasta el bañadero de su hermano, donde las hijas de éste
trataron de atrapar al lindo animal. Pero sólo lo atraparon después que su padre les tejió un
cernidor de malla muy fina. Colocaron la serpiente en una olla pequeña. Rechazaba el
casabe y la piña, pero, en cambio, tragaba almidón de yuca, alimento que había sido
sugerido al padre mediante un sueño.
Por ello, alcanzó primero el grosor de un hilo y luego el de la punta de un dedo, por lo que
debió ser puesto en una olla más grande. Luego en otra olla aún más grande cuando su
tamaño era igual al de un brazo. Después fue colocado en un lago pequeño, donde comía
enormes cantidades de almidón de yuca.
El animal estaba tan hambriento que en su boca cabía primero la mano de la muchacha que
le daba de comer, luego su brazo y después su hombro. En un lago profundo era tan grande
como un muslo y finalmente se asemejaba a un tronco flotando en el agua.
Dicen que cuando salía a la orilla devoraba ciervos y otros animales de caza, pero regresaba
a los llamados de las niñas para devorar su comida. Un tiempo después se fue a vivir en una
cueva, bajo los pueblos de los hombres, y comenzó a devorar a los primeros antepasados
que llegaron a la tierra.
Cuando se lo llamó una vez más, devoró todo el recipiente con la yuca y, además, a la
muchacha que se lo ofrecía. Su padre encontró en un sueño el medio para dar muerte a la
serpiente. La llamó y saltó a su interior, cuando ella abrió la boca para tragar la yuca. A
partir de ese momento, todas las tribus que la serpiente devoraba, se descomponían a su
lado. Pero él, en cambio, se conservaba gracias al extracto que consumía.
Comentan que fueron cortando poco a poco el vientre de la serpiente con una concha que
había traído consigo. Pero sólo rajaba un poco, como se lo habían dicho sus espíritus
protectores. Entretanto, la serpiente devoraba a los habitantes de tribus de todos los ríos,
desde el Amazonas hasta el Putumayo. Eran devorados en forma tal que nadie se arriesgaba
a salir más de las chozas. Todos comenzaron a sufrir la falta de alimento.
Mientras esto ocurría, los espíritus protectores le repetían al padre: "Deeijoma”, es decir, el
que corta, éste aún no es tu bañadero. ¡Sé cuidadoso con el corte!". Pero cuando llegó a su
casa, le ordenaron que cortara con fuerza. Abrió completamente el vientre, saltó hacia
afuera por la abertura y saludó a sus hijas. Su cabeza estaba pelada, no tenía cabello. La
serpiente se revolcaba en el suelo.
Mucho tiempo después, hizo que sus hijas le ataran hojas que le sirvieran de alas, y al
moverlas se convirtió en águila. Se colocó un hacha de piedra a manera de pico y tiznó el
interior de sus ojos. Ahora devoraba micos cuyas cabezas, destinadas a sus hijas, dejaba
rodar desde el techo de la choza. Pero cuando les ofreció de comer cabezas humanas, ellas
no las querían recibir, y al no traerles nada de comida, consumieron los huevos que el padre
había puesto en el nido y en su lugar hicieron huevos de almidón de yuca. Por tal razón él
quería devorar a sus hijas, pero ellas trancaron la puerta y pidieron auxilio a los demás
habitantes del pueblo. Luego armaron una trampa en la que él cayó. Allí su otro Yo se
transformó en gaviota.

El mito sobre el origen del agua:

Karagabí (3) fue el creador del hombre y de todo cuanto existe, menos del agua. Sabiendo
Karagabí la importancia que tenía el agua para su pueblo, le pidió a su padre que le
enseñara a conseguir el agua. Su padre le dio una varita que, al golpearla contra dos
piedras, por la mitad salía un hilito de agua. No obstante, su padre le advirtió que no la
derrochara pues era escasa y debía alcanzar para todos. Entonces Karagabí le transmitió a
los Embera que todos los días fueran a recoger el agua, muy de mañanita, que el estaría allí
repartiéndola. Y así fue. Los Embera iban y hacían cola con una totuma y Kara¬gabí las
llenaba. Y así fue por mucho tiempo. Karagabí no podía darles más de lo que brotaba de las
dos piedras.
Así sucedían las cosas entre los embera de Karagabí, hasta que un día vieron aparecer a un
indio que nadie había visto antes, trayendo agua y pescado en abundancia. La gente embera
estaba sorprendida. Entonces se fueron dónde estaba Karagabí y le dijeron:
“Usted es nuestro padre y creador. Usted debe saber de dónde se saca tanta agua”.
Karagabí ante el alboroto de la gente y temiendo una rebelión les dijo: “Tengan paciencia,
voy a averiguar”.
Y así hizo. Karagabí le siguió el rastro al indio que iba derechito al cerro Kugurú (4). Allí el
indio abrió una puerta grande en una roca. Antes de que se cerrara Karagabí se convirtió en
colibrí y se coló por ella. Una vez adentro Karagabí vio una laguna inmensa, como nunca
antes había visto en su vida. En esa laguna había peces de todos los colores y tamaños.
Como el indio sacó una vara para pescar, Karagabí, que quería seguirle la pista hasta el
final, se convirtió en pez y mordió el anzuelo. El indio sacó el pez y comenzó a golpearlo
con un manduco, pero el pez no moría y el indio seguía dándole garrote. Al fin se quedó
quieto y se lo llevó a la casa para ahumarlo. Cuando el pescado sintió el calor comenzó a
brincar y fue allí cuando el indio se dio cuenta que se trataba de Karagabí que estaba
jugando con el y salió corriendo del susto.
Karagabí entonces se convirtió en tigre y lo alcanzó. Karagabí lo “frentío de una”:
“Te voy a preguntar cuatro veces ¿de dónde sale tanta agua y tanto pescado?”.
El indio dijo cuatro veces que no sabía. Entonces Karagabí le dijo:
“Te voy a preguntar una sola vez ¿me das el agua y el pescado que necesito para mi
gente?”.
Y el indio respondió otra vez que no. Entonces Karagabí le pregunto:
“¿Por qué mezquinas el agua, no te das cuenta que es un bien que hay que compartir?”.
El indio se quedó callado y miró para la montaña haciéndose el bobo, como si la cosa no
fuera con él. Entonces Karagabí, que ya estaba perdiendo la paciencia le dijo:
“Te voy a dar una última oportunidad para que respondas ¿me das el agua?”.
Y otra vez el indio respondió que no. Entonces Karagabí lo agarró por el pecho y le dijo:
“Como eres mezquino te convertirás en Jenzerá” (5).
Es por eso que desde entonces las hormigas no pueden tomar agua y tienen que cargarla en
gotas sobre el pico. El pueblo embera quedó contento con este castigo y se fueron con
Karagabí a la laguna. Pero cuando llegaron al cerro no encontraron nada. Todo se había
transformado en una selva muy espesa. Y en vez de la laguna había un jenené (6) inmenso
que llegaba hasta el cielo y oscurecía todo. Entonces fue cuando Karagabí se dio cuenta que
jenzerá tenía mucho poder y también quería jugar con él, convirtiendo a la laguna en un
Jenené. Karagabí reunió entonces a toda su gente y les preguntó:
“¿Qué podemos hacer para derribar este jenené?”.
A lo cual la gente respondió:
“No sabemos, no podemos decidir”.
Entonces Karagabí ordenó que se llamara a todos y que ninguno faltara. Y que cada uno
trajera hachas de piedra. Así fue que todos madrugaron y empezaron a darle hacha para
tumbar al jenené. Pero el palo era muy fuerte y las hachas rebotaban. Entonces Karagabí
mandó a hacer hachas más finas, que parecían de metal. Y así lograron abrirle un corte al
árbol. Ya entrada la noche Karagabí decidió suspender el trabajo para reanudarlo al día
siguiente. Pero al día siguiente observaron que el corte que habían hecho se había cerrado.
“Esto no puede ser” dijo Karagabí “empecemos de nuevo”. Pero al otro día cuando
volvieron el árbol se había cerrado de nuevo. Y así sucedió durante varios días. Entonces
Karagabí llamó a los mejores guerreros y ordenó montar guardia durante la noche. Así se
dieron cuenta que bocorró (7) le avisaba a jenzerá de lo que estaba haciendo Karagabí y su
gente y venía a sanar al jenené. Karagabí furioso lo aplastó con el pie y le dijo:
“De ahora en adelante tu tendrás que cuidar el agua”.
Esquemas (análisis) de los Mitos elegidos

Mitos cosmogónicos
1. Mito Cosmogónico cultura Murui en Putumayo
Protagonistas: Naainuema – Padre, grillo, mico, tapir, tintín, borugo, armadillo, lobo de
agua, nutria, águila, venado, oso, pájaro carpintero, pájaro jokomekai, al chulo, a la
golondrina, el patilico, loro churuquero y al loro comejenera, al pájaro jiriko, a guacamaya
azul, etc.

Funciones: Padre creador de todo el universo, del agua, del aire, de la tierra, de los
animales y de todo lo que existe.

Relaciones: Relación padre – naturaleza – hombre. Relación padre – hijos.

Jerarquías: Padre - animales

2. Mito Cosmogónico del cristianismo:

Protagonistas: Dios

Funciones: Único creador de todo lo que existe

Relaciones: Creador - Creación (tierra, animales, agua, cielo, etc.).


Jerarquías: Dios – Creación

Mitos de origen
1. Mito de Origen cultura Murui Putumayo
Protagonistas: Padre Buineima, árbol, sol, hermano, cuñada, muchachas.
Funciones: El padre Buineima se convierte en serpiente para llegar a las mujeres y
alimentarse de almidón de yuca. El sol, el hermano y las mujeres actúan de forma
secundaria en la historia y buscando la forma de acabar con el desastre que está
ocasionando la serpiente.

Relaciones: De poder y subordinación. De comunidad, de hermanos y de trabajo en equipo.


Jerarquías: Padre Buinneima, sol, hermanos, y las mujeres de la comunidad.

2. El mito sobre el origen del agua:

Protagonistas: Karagabí fue el creador del hombre y de todo cuanto existe, los Embera
(pueblo).
Funciones: padre y creador
Relaciones: padre – líder –Emberas - naturaleza
Jerarquías: padre y creador Karagabí, Emberas, lluvia, agua, laguna.
Conclusiones
Del anterior análisis se deduce la importancia de los mitos cosmogónicos y su relación
estrecha con los mitos de origen. Los dos, aunque con marcadas similitudes, dan cuenta del
quehacer particular dentro de la configuración cultural de los pueblos.
Se interpreta el papel de los personajes dentro de los mitos cosmogónicos como los de
origen, unos relacionados con otros hasta demostrar la creación de universo y el origen de
otros elementos fundamentales en la tierra.
El desarrollo de este trabajo nos permitió aprender sobre la importancia de los mitos en
nuestra cultura como forma de guardar y contar a la sociedad sobre nuestra cultura, música,
arte, relación social, arquitectura, etc. Esto nos permite conocer más a fondo el papel que
juegan los mitos cosmogónicos y de origen en nuestra realidad.
Referencias Bibliográficas
Eliade, M. (1996). Mito y realidad (3 ed.). Bogotá: Labor, Cap. 1 (La estructura de los
mitos). Recuperado de
http://recursos.salonesvirtuales.com/assets/bloques/Eliade_Mircea.pdf
Rivera Cusicanqui, S. (2010). Sociología de la imagen. Una visión desde la historia
colonial andina. En S. Rivera Cusicanqui, Ch'ixinakax utxiwa. Una reflexión sobre
las prácticas y discursos descolonizadores (págs. 19-51). Buenos Aires: Tinta
Limón. Recuperado de https://chixinakax.files.wordpress.com/2010/07/silvia-rivera-
cusicanqui.pdf
Eliade, M. (1996). Mito y realidad (3 ed.). Bogotá: Labor, Cap. 2 (Prestigio mágico de los
"orígenes"). Recuperado de
http://recursos.salonesvirtuales.com/assets/bloques/Eliade_Mircea.pdf
Konrad Theodor P. Religión y mitología de los Uitotos. Segunda parte. Bogotá.
Universidad Nacional, 1994. Artículo recuperado de:
https://desorbita.wordpress.com/2016/08/30/la-creacion-mito-uitoto/
Mito Uitoto de la Gran Serpiente. Artículo recuperado de:
https://www.culturarecreacionydeporte.gov.co/es/bogotanitos/cuenta-la-leyenda/
mito-huitoto-de-la-gran-serpiente
Mito Cristiano: La creacion. Recuperado de:
http://centros.edu.xunta.es/iesgamallofierros/webantiga/web_filo/mitos_cosmogonic
os.htm
El mito sobre el origen del agua. Kimy Pernía Domicó; Luis Angel Domicó; Efraín
Jaramillo. Publicado (Agosto 10 de 2006). Recuperado de
http://www.semillas.org.co/es/el-mito-sobre-el-origen-del-agua

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