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Breviloquio (San Buenaventura)

Capítulo IX: Los pecados capitales

Entre los pecados capitales, el más terrible es la soberbia ya que es


el pecado que origina a todos los demás. La soberbia es básicamente
querer lo que no se puede poseer.

Cuando se quiere más de lo que se puede tener, entonces es ahí


donde aparece la avaricia.

Cuando se quiere un deleite alimenticio más allá del que se puede


tener, entonces es ahí donde aparece la gula. 

Cuando se quiere un deleite sexual más allá del que se puede tener,
entonces es ahí donde aparece la lujuria. 

Las voluntades corrompidas anteriormente, son parte de aquellas


voluntades que se quieren, valga la redundancia, pero hay algunas
desviaciones de la voluntad; es decir, una voluntad que quiere huir
de lo que no debe huir. Es ahí cuando aparece la envidia, la ira y
la pereza. Pareciera ser que San Buenaventura distingue los pecados
entre aquellos que se producen por voluntad y aquellos que
voluntariamente no se quieren controlar.

Capítulo X: Pecados penales

Lo penal también surge de la voluntad, en otras palabras, debemos


comprender que todo lo bueno nace de aquello que es ordenado.
Cuando se rompe ese orden, entonces es cuando el mal, en este caso
el pecado, entra en el hombre para corromperlo. 

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