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Resumen
Se analizan las oportunidades y desafíos que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN) implica para la educación bibliotecológica mexicana. En general, la preocupación sobre
este tratado ha girado sobre temas económicos aunque contiene cláusulas en el aspecto educativo
que afectan directa o indirectamente la educación de los bibliotecólogos y su inserción en el
mercado laboral. A partir de una revisión de los documentos relacionados con la educación
derivados del TLCAN, se analizan las implicaciones que tiene el tratado para la educación superior,
se revisan las oportunidades y desafíos que implica para los estudios en bibliotecología y,
finalmente, se presentan algunas de las acciones desarrolladas por las escuelas y asociaciones de
bibliotecología en respuesta a ello.
Introducción
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), signado por Canadá, México y Estados
Unidos de América ha significado un elemento clave en el desarrollo de México. Al respecto podemos
aludir a diversos hechos, ahora históricos, entre ellos el levantamiento zapatista, el mismo día de la
entrada en vigor del TLCAN, el apoyo de los Estados Unidos al Gobierno mexicano en la crisis de 1994,
los conflictos comerciales entre los socios del TLCAN sobre diversos rubros, etc. En consecuencia, es
posible afirmar que el TLCAN ha impactado en los aspectos sociales, políticos y económicos de la
sociedad mexicana. Estas cuestiones han sido analizadas con detenimiento por especialistas de
diversas áreas del conocimiento, en especial de economía, ciencias políticas, sociología y relaciones
internacionales.
Sin embargo, hay una asignatura que pocas veces ha sido abordada de manera directa y es la situación
de la educación bibliotecológica superior en México ante el TLCAN. Aunque varios de los trabajos
realizados sobre la educación bibliotecológica en los últimos quince años abordan la cuestión, han
estado concentrados en aspectos como la evaluación académica del alumnado, los profesores y los
planes de estudios, la certificación de estudios en bibliotecología, el perfil del profesional en
bibliotecología, etc. Por ello, son trabajos más bien pensados para dar respuesta a las políticas públicas
implementadas por el gobierno mexicano en materia educativa en los años recientes.
Debido a lo anterior, nuestro trabajo busca analizar las oportunidades y amenazas que implica para la
educación bibliotecológica mexicana el TLCAN, partiendo de una exposición comprensible de dicho
acuerdo. Es necesario tomar en cuenta que mucha de la literatura sobre el tema se sitúa en los
extremos de considerar una amenaza para la educación superior el TLCAN (Aboites, 1997) o en creer
que el TLCAN es fuente de oportunidades para la educación superior de México. Este trabajo busca
mantener el equilibrio respecto de ambos extremos con la finalidad de vislumbrar la agenda en la que
deben discurrir los actores de la educación bibliotecológica en México ante este Tratado.
No debe olvidarse que México ha signado acuerdos comerciales con otros bloques comerciales, como
el europeo y el asiático, por lo que en este sentido, a pesar de que en el presente artículo se analiza un
caso, varias de sus implicaciones afectan o pueden servir de guía para enfrentar los desafíos en el
campo de la educación bibliotecológica, a partir de otros acuerdos comerciales o de cooperación que
ha signado México.
El trabajo está dividido en dos partes: en la primera se hace un análisis del TLCAN y de las implicaciones
que tiene para la educación superior mexicana; en la segunda se analizan las acciones de la educación
bibliotecológica en México ante este tratado, es decir, se revisan las oportunidades y desafíos que
implica el TLCAN para la educación superior en bibliotecología y se presentan algunas de las acciones
de las escuelas y asociaciones de bibliotecología desarrolladas en respuesta a todo ello.
1 El TLCAN y la educación superior
1.1 Antecedentes
Los antecedentes del TLCAN se tienen que ir a buscar al 13 de noviembre de 1979, cuando
Ronald Reagan inició su campaña a la presidencia de Estados Unidos de América. En esa
ocasión, propuso un "acuerdo norteamericano" y señalaba que "el mapa del mundo mostraría
un continente norteamericano dentro del cual los bienes y los individuos de los tres países
atravesarían las fronteras actuales más libremente que en nuestros días" (Orme, 1996).
Posteriormente, en 1984, comienzan las negociaciones entre Estados Unidos de América y
Canadá, que finalizarían el 3 de octubre de 1987 y que permiten que el 1 de enero de 1989
entrase en vigor el acuerdo de libre comercio entre ambos países (Smith; Stone, 1987).
El 6 de noviembre de 1987 es firmado un acuerdo marco entre Estados Unidos y México
(Weintraub, 1988). Ya con Carlos Salinas de Gortari en la presidencia de México, el 21 de
agosto de 1990, comienzan las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre México
y Estados Unidos de América. A petición de Canadá, el 5 de febrero de 1991, las
negociaciones se vuelven trilaterales. Después de sendas negociaciones, el 17 de diciembre
de 1992 se firma oficialmente el TLCAN por el Primer Ministro de Canadá, Brian Mulroney, el
presidente de los Estados Unidos, George Bush, y el presidente de México, Carlos Salinas de
Gortari, bajo reserva de ser aprobado definitivamente por los parlamentos federales de los tres
países (Velázquez Flores, 2003).
En este contexto, Bill Clinton gana la presidencia de los Estados Unidos. Una vez en el poder
incluye en la agenda de las negociaciones del TLCAN los llamados Acuerdos Paralelos, que
versaban sobre el terreno laboral y del medio ambiente. Después de una ardua negociación,
el 14 de septiembre de 1993 son firmados oficialmente los acuerdos paralelos en los terrenos
laboral y del medio ambiente en las capitales de los tres países. Así, el 1 de enero de 1994
entró en vigor el TLCAN incluyendo los dos acuerdos antes citados (Carbaugh, 2004).
Desde su puesta en vigor hasta la fecha, el TLCAN no ha tenido cambios sustanciales.
Aunque han existido ciertas iniciativas, como la posibilidad de incluir a Chile (Gambrill; Acua,
2006); las propuestas de Vicente Fox para que el TLCAN tuviera un giro de ser un acuerdo
comercial a ser el motor de integración norteamericana al estilo europeo (Pastor, 2002); y,
recientemente, durante la campaña presidencial de Barack Obama en el 2008, de volver a
negociar el TLCAN (Talbott, 2008).
A los quince años de su entrada en vigor se han transformado las relaciones económicas de
México, no tan sólo con EUA y Canadá sino también con el resto del mundo. En los primeros
diez años del TLCAN, el intercambio comercial (exportaciones más importaciones) entre
México y Estados Unidos se triplicó, pasando de 89 mil millones de dólares en 1993 a 256 mil
millones de dólares en 2003 (Comunidad Andina, 2004). Por otro lado, con el objetivo de
diversificar el intercambio comercial, México ha firmado acuerdos comerciales con otros
países o bloques comerciales, como la Unión Europea, Japón, etc. (Cruz Miramontes, 2003).
1.2 El TLCAN
De acuerdo con lo anterior, el TLCAN es un acuerdo que establece una zona de libre
comercio, siendo el primer nivel de los cinco tipos de integración económica existente. Las 1
razones que llevaron a México a firmar el TLCAN fueron diversas, pero la principal fue su alta
dependencia del mercado estadounidense y el proteccionismo del mismo.
Los objetivos del TLCAN no sólo cubren temas que tienen un interés puramente comercial. Al
respecto, resalta el inciso "a", que hace referencia a la circulación transfronteriza de servicios
y el "d", que hace referencia a los derechos de propiedad intelectual. Esto se debe a que el
acuerdo, al formar parte de un modelo de desarrollo, necesariamente tendrá implicaciones de
índole diferente a lo comercial y económico.
El TLCAN está compuesto de 22 capítulos, casi 300 artículos y varios anexos. Los capítulos
están divididos en 8 partes conceptuales, en el siguiente cuadro se presenta la división
conceptual del acuerdo:
Capítulos Partes
Los servicios, un apartado sensible y complejo, tuvieron que incluirse también en el TLCAN
por razones comerciales y de tipo estructural, ya que no es posible separar los servicios de la
producción de bienes. La liberalización de los servicios debería permitir, en especial en
México, que se implementen reformas con la finalidad de modernizar el sector, aunque se
tiene que reconocer que lograr la modernización en la educación superior en México es un
asunto complejo.
Establecer programas de colaboración entre los programas educativos de los tres países, que
permitan la equidad entre los egresados para obtener empleo. Dichos programas de
colaboración deben estar enfocados a que los estudiantes y los profesores compartan
experiencias sobre su quehacer profesional y académico.
En el caso de México es necesario que adquiera ventajas competitivas que vayan más allá de
la mano de obra barata. En consecuencia, se requiere que su fuerza laboral sea competitiva,
con una preparación técnica o profesional integral, que le permita adquirir conocimientos y
destrezas aplicables a su trabajo. Es indiscutible que la educación es una de las asignaturas
pendientes para México, incluso sin el TLCAN, y por tanto es necesario que se desarrollen
políticas que permitan que, a todos los niveles, la educación sea de la máxima calidad.
En el panorama, descrito con antelación, de acuerdo con Ocegueda (1997), México tiene el
doble desafío de formar profesionales competitivos a la altura de las demandas de sus
servicios en cualquier país; y a la vez ofrecer programas de estudio conscientes de las
necesidades de los países y las regiones, para evitar el desempleo y la emigración. Ahora
bien, cada programa educativo debe ser diseñado pensando en los desafíos que implica el
TLCAN. No debe limitarse a ser programado en función de las exigencias del mercado de
trabajo y de la problemática nacional. Este punto será abordado en el siguiente apartado con
el caso de la educación bibliotecológica en México.
2 Las acciones de la educación bibliotecológica en México ante el TLCAN
Los programas de Maestría relacionados con bibliotecología que se imparten en México son
cuatro:
2.2 Certificación
De acuerdo con lo expuesto hasta este momento la certificación es una de las medidas que
permiten garantizar que los egresados de un programa educativo estén los suficientemente
preparados para enfrentar los desafíos del mercado de trabajo. Se trata de una temática que ha
sido estudiada de manera amplia por Escalona (2006). El enfoque de este apartado es analizar la
certificación a la luz del TLCAN, ya que una de las razones que explican su implementación en las
políticas públicas educativas de México fue la entrada en vigor del TLCAN.
La certificación en México es un aspecto sumamente complicado, debido a que entre sus objetivos
está el asegurar la calidad de los programas y sus egresados. Se puede afirmar que implica además
cuestionar el compromiso de las Instituciones de Educación Superior con la formación de
profesionales altamente calificados. Incluso hay autores y sobre todo grupos políticos que ven en
estos procesos una flagrante violación a la autonomía de las universidades. Sin embargo, es
menester tener en cuenta el contexto en el que se ha dado el esfuerzo por la certificación y en
este caso son los compromisos asumidos por México en el TLCAN. Desde esta perspectiva debe
observarse a la certificación como una oportunidad para que los egresados de los programas en
bibliotecología puedan tener mejores oportunidades de desarrollo profesional. De acuerdo con los
datos presentados en la página de los CIEES (2009), los programas en Bibliotecología certificados
son los siguientes:
Es destacable que en 2009 seis de los programas en bibliotecología hayan obtenido la certificación
de la CIEES, porque indica que el trabajo que realizan es el adecuado. Desafortunadamente, la
acreditación de CIEES beneficia de manera directa únicamente a las instituciones con mayor
acceso a recursos materiales y económicos, porque son las que tienen la mejor infraestructura
para satisfacer los requisitos de los evaluadores. Otro problema es que no existen lineamientos
por parte del Gobierno para que la certificación implique un mejor acceso a fuentes de empleo
para los egresados de los programas certificados. Al respecto es necesario que el gobierno tome
conciencia de lo indispensable que resulta que, conforme a la propuesta de Weber (1964) sobre la
burocracia, los profesionales con una mejor educación ocupen los puestos de trabajo y de
dirección en las organizaciones. En este caso, lo ideal es que los bibliotecólogos formados en
escuelas certificadas sean los que puedan ocupar los puestos directivos y profesionales en las
organizaciones bibliotecarias, de documentación y de información.
En el caso de los posgrados en bibliotecología existentes en México el único que está reconocido
por el PNPC del CONACYT es el Posgrado en Bibliotecología y Estudios de la Información de la
UNAM, que dispone de un reconocimiento de posgrado de investigación en sus dos niveles:
maestría y doctorado.
Tal y como ya se ha mencionado, las ventajas que ofrece el estar en el PNPC son diversas y se
traducen en apoyos a alumnos y profesores para la realización de viajes de estudio o en la
participación en eventos académicos y también en recursos económicos que puede captar el
posgrado para su infraestructura.
De acuerdo con lo expuesto con antelación, quienes se dedican a la educación bibliotecológica han
realizado un gran esfuerzo, traducido en la acreditación de la mayor parte de los programas de
estudio en bibliotecología. Sin embargo, a la vista de lo expuesto es importante que este esfuerzo
se vea coronado con mejores opciones de empleo.
Otra cuestión que debe tomarse en cuenta, conforme al tema que interesa a este artículo, es el
asunto de poder hacer válidos los procesos de acreditación mexicanos de los programas de
estudio en bibliotecología con los países socios del TLCAN.
2.3 Internacionalización
La internacionalización de la educación superior está asociada con la calidad de los programas y el
prestigio de las instituciones. Esa asociación se basa en aspectos objetivos y subjetivos. Por una
parte, se persigue que los contenidos y métodos docentes se actualicen e innoven continuamente,
gracias al contacto internacional con instituciones académicas de reconocido prestigio; y por otra
parte, se busca que la institución tenga valoración y reconocimiento internacional (Álvarez
Mendiola, 2004). Tradicionalmente la internacionalización de la educación superior ha cristalizado
en la movilidad estudiantil, aunque para mayor profundización se requiere que se exploren
también otras acciones.
Se pueden distinguir dos tipos de colaboración entre instituciones educativas de países distintos.
1. Colaboración dependiente: una institución con mayor fortaleza académica apoya a otra
institución, mediante las siguientes modalidades:
Formación de alumnos: la institución fuerte recibe a los estudiantes para que con el apoyo
de especialistas profundicen en ciertos aspectos de su investigación o tomen cursos que
fortalecerán su formación.
Intercambio de profesores: los profesores de las instituciones imparten cursos en las instituciones
aliadas, lo que permite que la formación de los alumnos sea enriquecida sin necesidad de viajar a
la otra institución en busca del especialista en determinada temática. Asimismo, los profesores
colaboran en proyectos de investigación conjuntos que permiten desarrollar líneas de
investigación novedosas y que incursionan en la frontera de disciplina.
En el doctorado, hasta este momento, los programas de colaboración para la formación de
doctores han estado ubicados en la modalidad de colaboración dependiente. Esto se debe en
parte a que hasta el año 2000 no inició actividades el Doctorado en Bibliotecología y Estudios de la
Información de la UNAM. A pesar de la existencia de dicho programa de doctorado, continúan
existiendo programas en el que universidades españolas forman como doctores a quienes ya son
profesores de universidades mexicanas.
En el nivel de maestría, los programas mexicanos de bibliotecología han apoyado la formación de
Maestros en Bibliotecología de América Latina. Esto es a causa de la falta de oferta educativa en
América Latina a nivel de maestría. En lo que toca a la licenciatura las relaciones son
prácticamente nulas, en este nivel posiblemente se requiere de una estrategia que aliente a los
estudiantes a tener estancias en universidades del extranjero.
Respecto la internacionalización de la educación superior mexicana en bibliotecología con los
socios del TLCAN, los datos son prácticamente nulos. Esto se debe en buena medida a las
limitaciones que impone el inglés, para que los estudiantes mexicanos puedan tomar cursos en
programas de bibliotecología de Canadá o Estados Unidos. Esto ha provocado que las instituciones
con las que se tiene mayor colaboración sean españolas o de América Latina. A fin de lograr la
colaboración con instituciones de educación superior de Estados Unidos y Canadá, deben
establecerse estrategias que permitan que se solucionen limitaciones como el idioma y establecer
líneas de trabajo académico que contribuyan al desarrollo de los tres países en lo referente a la
bibliotecología. De esta manera se pueden aprovechar oportunidades de intercambio académico,
becas, visas especiales, apoyos de investigación, etc., que se han generado en base al TLCAN.
El aspecto que es necesario explorar es que las relaciones que se han hecho con instituciones
españolas redunden en la generación de investigaciones conjuntas, en las que participen
profesores españoles y mexicanos. Asimismo, debe buscarse que los profesores de ambos países
puedan impartir cursos en los programas relacionados con bibliotecología, lo que permitirá
traspasar al alumnado en ambos países la experiencia de profesionales y académicos de otro país.
3 Conclusiones
De acuerdo con lo expuesto en el presente artículo, el TLCAN implica serios desafíos en el rubro de
la educación para México y en especial en la educación bibliotecológica. A fin de lograr afrontar
esos desafíos es necesario que la estrategia institucional busque responder a las políticas
generadas por los organismos encargados de regular la educación en México, como es la
Secretaría de Educación Pública, y revise los planteamientos de documentos como el TLCAN.
Diversas son las recomendaciones que se dirigen a las escuelas o instituciones donde existan
programas de estudio en bibliotecología:
Programas de estudio: una de las exigencias que deben incluirse es que los estudiantes
tengan dominio del idioma inglés.