Está en la página 1de 77

Definición, nomenclatura, clasificación y

propiedades de los triángulos


por bartolome | Jul 25, 2015 | Triángulos | 0 Comentarios
Definición
El triángulo es el polígono de menor número de lados, y a pesar de ello es el más
importante, tanto por la gran cantidad de construcciones que se pueden plantear, como por
tratarse de la figura que servirá de base para la construcción de otras más complejas,
tanto planas como espaciales.
Se define como la porción de plano delimitada por tres rectas que se cortan dos a dos, o
como la porción común de tres semiplanos pertenecientes a un mismo plano.

                  

Nomenclatura
En la figura siguiente se puede apreciar la nomenclatura a utilizar, para designar los
diferentes elementos de un triángulo.
Los vértices se designarán mediante letras mayúsculas, y los ángulos correspondientes,
mediante la misma letra mayúscula, pero con acento circunflejo, o un pequeño ángulo
sobre la letra. Los lados se designarán mediante la misma letra del vértice opuesto, pero
en minúscula.
El orden de las letras será el inverso a las agujas del reloj, y cuando se trate de triángulos
rectángulos, la hipotenusa se designará con la letra “a”.
Clasificación
Los triángulos se clasifican en función de la longitud de sus lados, o del valor de sus tres
ángulos internos.
Teniendo en cuenta la longitud de sus lados, los triángulos se denominan: Equiláteros si
tienen sus tres lados iguales, Isósceles si tienen dos lados iguales y uno desigual,
y Escalenos si tienen los tres lados desiguales.

Teniendo en cuenta el valor de sus tres ángulos internos, los triángulos se


denominan: Acutángulos si tienen sus tres ángulos agudos, Rectángulos si tienen un
ángulo recto, y Obtusángulos si tienen un ángulo obtuso.

Propiedades
1. Los ángulos interiores de un triángulo, siempre suman 180º.
Como consecuencia de esta propiedad, se cumple que:
– Un triángulo no puede tener más de un ángulo obtuso o recto.
– En un triángulo rectángulo los dos ángulos agudos suman 90º.
– Un ángulo exterior de un triángulo, es igual a la suma de los otros dos ángulos interiores
no adyacentes.
2. Cualquier lado de un triángulo, es menor que la suma de los otros dos, y mayor que su
diferencia.
3. En todo triángulo, a lados iguales se oponen ángulos iguales.
4. En un triángulo rectángulo, la hipotenusa es mayor que cualquiera de los catetos.
5. Si los tres lados de un triángulo son iguales, y por consiguiente sus ángulos, el triángulo
es regular, y se denomina equilátero.

Elementos notables de los triángulos


por bartolome | Jul 25, 2015 | Triángulos | 0 Comentarios
Mediatrices y circuncentro
Si trazamos las mediatrices de los tres lados de un triángulo, estas se cortarán en un
mismo punto, que se denomina Circuncentro(Oc), y que resulta ser el centro de la
circunferencia circunscrita al triángulo.

Bisectrices, incentro y exicentro


Si trazamos las bisectrices de los tres ángulos internos de un triángulo, estas se cortarán
en un mismo punto, que se denomina Incentro(Oi), y que resulta ser el centro de la
circunferencia inscrita al triángulo.
Si trazamos las bisectrices de los ángulos formados por un lado y la prolongación de los
otros dos, ambas bisectrices se cortan en un punto, por el que también pasa la bisectriz
del ángulo interno, opuesto al lado elegido, dicho punto se denomina Exicentro(Oe), y que
resulta ser el centro de una circunferencia tangente exterior al triángulo. Según la pareja
de lados del triángulo que se prolonguen, podremos obtener hasta tres Exicentros.

Alturas, ortocentro y triángulo órtico


Las alturas de un triángulo, son las perpendiculares trazadas desde cada vértice al lado
opuesto, o su prolongación.
Las tres alturas de un triángulo se cortan en un mismo punto, que se
denomina Ortocentro(Oo). El triángulo resultante de unir las tres bases de las alturas
(Ha,Hb,Hc), se denomina triángulo órtico, y el Ortocentro resulta ser el incentro de dicho
triángulo órtico.

Si por cada uno de los vértices de un triángulo, trazamos rectas paralelas al lado opuesto,
dichas rectas determinan un triángulo, que se denomina triángulo circunscrito del dado,
siendo ambos triángulos semejantes, y como vemos en la figura, el Ortocentro del
triángulo dado es el centro de la circunferencia circunscrita del triángulo circunscrito.
Medianas y baricentro
Las medianas de un triángulo, son las rectas que unen cada vértice con el centro del lado
opuesto.
Las tres medianas de un triángulo se cortan en un mismo punto, que se
denomina Baricentro(Ob). El segmento de mediana que va desde cada vértice al
Baricentro es 2/3 de la mediana, y en consecuencia, el segmento de mediana restante
será 1/3 de la misma.

Si por los pies de las medianas, trazamos rectas paralelas a las otras dos medianas,
veremos cómo se dibuja un hexágono. Dicho hexágono está compuesto por seis
triángulos, cuyos lados son 1/3 de cada mediana.

Segmento y circunferencia de Euler o Feuerbach


En todo triángulo, el Ortocentro(Oo), el Baricentro(Ob) y el Circuncentro(Oc) están
alineados, y el segmento que definen se denomina Segmento de Euler.
El centro del segmento de Euler, es el centro(Oe) de la Circunferencia de Euler. La
Circunferencia de Euler tiene la propiedad de pasar por nueve puntos:
– Los 3 pies de las alturas
– Los 3 pies de las mediatrices de los lados
– Los 3 puntos medios de los segmentos A-Oo, B-Oo y C-Oo

Recta de Simpson
Las rectas de Simpson son las rectas que unen los pies de las perpendiculares, trazadas
desde un punto de la circunferencia circunscrita a los tres lados del triángulo, o sus
prolongaciones.

Circunferencia de Taylor
La circunferencia de Taylor es la circunferencia que pasa por los pies de las
perpendiculares trazadas desde los pies de las alturas a los lados del triángulo. Y es
una circunferencia de Tucker.
Triángulos de Napoleón
Dado un triángulo cualquiera ABC, si construimos los triángulos equiláteros exteriores,
cuyas bases sean los lados de dicho triángulo, los centros de esos tres triángulos 1-2-3,
serán los vértices del triángulo de Napoleón exterior.
Si sobre ese mismo triángulo construimos los triángulos equiláteros interiores, cuyas bases
sean los lados de dicho triángulo, los centros de esos tres triángulos 1′-2′-3′, serán los
vértices del triángulo de Napoleón interior.
Los dos triángulos de Napoleón son triángulos equiláteros, y se cumple que la diferencia
entre sus áreas, es igual al área del triángulo base ABC.

Consideraciones generales sobre los


polígonos regulares
por bartolome | Jul 25, 2015 | Polígonos regulares | 0 Comentarios
Un polígono se considera regular cuando tiene todos sus lados y ángulos iguales, y por
tanto puede ser inscrito y circunscrito en una circunferencia. El centro de dicha
circunferencia se denomina centro del polígono, y equidista de los vértices y lados del
mismo.
Si unimos todos los vértices del polígono, de forma consecutiva, dando una sola vuelta a la
circunferencia, el polígono obtenido se denomina convexo. Si la unión de los vértices se
realiza, de forma que el polígono cierra después de dar varias vueltas a la circunferencia,
se denomina estrellado. Se denomina falso estrellado aquel que resulta de construir
varios polígonos convexos o estrellados iguales, girados un mismo ángulo, es el caso del
falso estrellado del hexágono, compuesto por dos triángulos girados entre sí 60º.
Para averiguar si un polígono tiene construcción de estrellados, y como unir los vértices,
buscaremos los números enteros, menores que la mitad del número de lados del polígono,
y de ellos los que sean primos respeto a dicho número de lados. Por ejemplo: para el
octógono (8 lados), los números menores que la mitad de sus lados son el 3, 2 y 1, y de
ellos, primos respecto a 8 solo tendremos el 3, por lo tanto podremos afirmar que el
octógono tiene un único estrellado, que se obtendrá uniendo los vértices de 3 en 3 (ver
figura).

En un polígono regular podemos distinguir los siguientes elementos:


Centro: Es el punto que equidista de los vértices del polígono.
Radio: Es la distancia del centro del polígono a los vértices, que corresponde con el radio
de la circunferencia circunscrita al polígono.
Diagonal: Es el segmento que une dos vértices no consecutivos del polígono. El número
de diagonales se calcula mediante la fórmula Nd = n • (n – 3) / 2, siendo n el número de
lados del polígono.
Diagonal principal: Es el segmento que une dos vértices opuestos, en un polígono de
número par de lados, estas diagonales pasan por el centro del polígono.
Altura: Es la distancia desde un vértice al centro del lado opuesto, en los polígonos de
número impar de lados. En los polígonos de lados pares, la altura es la distancia entre dos
lados paralelos paralelos.
Ángulo central: Es el que tiene como vértice el centro del polígono, y sus lados pasan por
dos vértices consecutivos. Su valor en grados resulta de dividir 360º entre el número de
lados del polígono.
Ángulo interior: Es el formado por dos lados consecutivos. Su valor es igual a 180º,
menos el valor del ángulo central correspondiente.
Apotema: Es la distancia del centro del polígono al punto medio de cada lado.
Perímetro: Es la suma de la longitud de todos sus lados.
Área: Es igual al producto del semiperímetro por la apotema.

Construcción de polígonos regulares dado


el lado del convexo, del estrellado, o la
distancia entre caras
por bartolome | Jul 25, 2015 | Polígonos regulares, Sin categoría | 0 Comentarios
Pentágono dado el lado del convexo (construcción exacta)
Dividiendo el lado del pentágono en media y extrema razón, obtendremos la diagonal del pentágono buscado, solo resta
Comenzaremos trazando la perpendicular en el extremo 2 del lado, con centro en 2 trazaremos un arco de radio 1-2
trazaremos la mediatriz del segmento A-2, que nos determinará su punto medio B.
A continuación, con centro en B, trazaremos la circunferencia de radio A-B. Uniremos el punto 1 con el punto B, la pro
punto C, siendo 1-C el lado del estrellado, o diagonal del pentágono buscado.
Por triangulación obtendremos los vértices restantes, que uniremos convenientemente, obteniendo así el pentágono busc

Pentágono dado el lado del estrellado (construcción exacta)


Operaremos como en el caso anterior, obteniendo en la media razón del lado del estrellado, el lado del convexo.
Como en el caso anterior, trazaremos la perpendicular en el extremo A del lado, con centro en A, trazaremos un arco de
trazaremos la mediatriz del segmento A-B, que nos determinará punto medio C.
A continuación, con centro en C trazaremos una circunferencia de radio A-C. Uniendo el punto 1 con el punto C, esta re
segmento 1-5, el lado del convexo del pentágono buscado.
Completaremos el trazado por triangulación, obteniendo así los vértices restantes, y uniéndolos convenientemente.
Heptágono dado el lado del convexo (construcción aproximada
Siendo el segmento 1-2 el lado del heptágono, comenzaremos trazando la mediatriz de dicho lado, y trazaremos la perpe
A continuación, en el extremo 1 construiremos el ángulo de 30º, que interceptará a la perpendicular trazada en el extrem
circunscrita al heptágono buscado, con centro en 1 y radio 1-D, trazamos un arco de circunferencia que interceptará a la
circunscrita.
Solo resta construir dicha circunferencia circunscrita, y obtener los vértices restantes del heptágono, que convenienteme

Octógono dado el lado del convexo (construcción exacta)


Siendo el segmento 1-2 el lado del octógono, comenzaremos trazando un cuadrado de lado igual al lado del octógono da
A continuación, trazaremos la mediatriz del lado 1-2, y una diagonal del cuadrado construido anteriormente, ambas recta
trazaremos la circunferencia circunscrita a dicho cuadrado, dicha circunferencia intercepta a la mediatriz del lado 1-2, en
buscado.
Solo resta construir dicha circunferencia circunscrita, y obtener los vértices restantes del octógono, que convenientemen
Eneágono dado el lado del convexo (construcción aproximada)
Dado el lado 1-2 del eneágono, construiremos un triángulo equilátero con dicho lado, hallando el tercer vértice en A.
A continuación, trazaremos la mediatriz del lado A-2, de dicho triángulo, que pasará por el vértice 1, y la mediatriz del l
un arco, que determinará sobre la mediatriz anterior el punto O, que será el centro de la circunferencia circunscrita al ene
Solo resta trazar dicha circunferencia circunscrita, y determinar sobre ella los vértices restantes del polígono, que conven

Decágono dado el lado del convexo (construcción exacta)


Dividiendo el lado del decágono en media y extrema razón, obtendremos el radio de la circunferencia circunscrita al pol
Comenzaremos trazando la perpendicular en el extremo 2 del lado, con centro en 2 trazaremos un arco de radio 1-2, que
trazaremos la mediatriz del segmento A-2, que nos determinará su punto medio B, y con centro en B trazaremos la circu
Uniendo el punto 1 con el B, en su prolongación obtendremos el punto C sobre la circunferencia anterior, siendo 1-C, el
trazaremos la mediatriz del lado 1-2, y con centro en 1 un arco de radio 1-C, que determinará sobre la mediatriz anterior
Solo resta trazar dicha circunferencia circunscrita, y determinar sobre ella los vértices restantes del polígono, que conven

Decágono dado el lado del estrellado (construcción exacta)


Dividiendo el lado del decágono en media y extrema razón, obtendremos el radio de la circunferencia circunscrita al pol
Comenzaremos trazando la perpendicular en el extremo 2 del lado, con centro en 2 trazaremos un arco de radio 2-A, que
trazaremos la mediatriz del segmento B-2, que nos determinará su punto medio C, y con centro en C trazaremos la circu
A continuación, uniremos A con C, determinando el punto D, sobre la circunferencia anterior, siendo A-D el radio de la
radio A-D, determinaremos sobre el lado del estrellado dado el punto 1, resultando en 1-2 el lado del decágono convexo
igual R, que nos determinarán en O, el centro de la circunferencia circunscrita al polígono.
Solo resta trazar dicha circunferencia circunscrita, y determinar sobre ella los vértices restantes del polígono, que conven

Hexágono dada la distancia entre caras (construcción exacta)


Comenzaremos trazando dos rectas paralelas, r y s, y trazaremos una perpendicular a ambas rectas, que nos determinará
Con vértice en 1, construiremos un ángulo de 30º, que nos determinará sobre la recta s el punto 4, por dicho punto trazar
recta r. En los segmentos 3-4 y 1-6, habremos obtenido el lado del hexágono buscado, la obtención de los dos vértices re
Solo nos resta unir todos los vértices, para obtener el hexágono buscado.

Octógono dada la distancia entre caras (construcción exacta)


Dada la distancia entre caras d, con dicha distancia construiremos un cuadrado de vértices A, B, C y D, mediante el traza

Con centro en los cuatro vértices del cuadrado anterior, trazaremos arcos de radio igual a la mitad de la diagonal del cua
lados del cuadrado, los puntos 1, 2, 3, … y 8, vértices del polígono.
Solo nos resta unir todos los vértices, para obtener el octógono buscado.

Construcción por semejanza de un polígono regular dado el lado del convexo


Aunque en este caso, se trata de la construcción de un decágono, el procedimiento es aplicable a cualquier otro polígono
Comenzaremos por la construcción de un decágono inscrito en una circunferencia cualquiera, por el procedimiento ya v
1′-2′.
A partir del vértice 1′, y sobre la prolongación del lado 1′-2′, llevaremos la longitud del lado del decágono buscado, obte
trazaremos una paralela al radio O-1′, que determinará sobre la prolongación del radio O-2′, el punto 2, siendo este uno d
radio de la circunferencia circunscrita a dicho polígono. Trazaremos dicha circunferencia con centro en O, que intercept
polígono buscado, obteniendo en la cuerda 1-2 el lado del polígono buscado.
Solo resta determinar sobre la circunferencia circunscrita, los vértices restantes del polígono, que convenientemente unid
Construcción por semejanza de un polígono regular dado el lado del estrellad
Como en caso anterior, aunque se trata de la construcción de un decágono, el procedimiento es aplicable a cualquier otro
Procederemos, como en el caso anterior, construyendo un decágono inscrito en una circunferencia cualquiera, por el pro
de los lados del estrellado en 1′-4′.
A partir del vértice 1′, y sobre la prolongación del lado 1′-4′, llevaremos la longitud del lado del estrellado dado, obtenie
trazaremos una paralela al radio O-1′, que determinará sobre la prolongación del radio O-4′, el punto 4, siendo este uno d
radio de la circunferencia circunscrita a dicho polígono. Trazaremos dicha circunferencia con centro en O, que intercept
polígono buscado, obteniendo en la cuerda 1-4 el lado del estrellado buscado.
Solo resta determinar sobre la circunferencia circunscrita, los vértices restantes del polígono, que convenientemente unid

Consideraciones generales sobre las


curvas cónicas
por bartolome | Jul 27, 2015 | Curvas cónicas | 0 Comentarios
Definición
Se denomina superficie cónica de revolución, a la superficie generada por una recta
denominada generatriz, al girar entorno a otra recta denominada eje.
El punto donde la generatriz corta al eje se denomina vértice V de la superficie cónica.

Si un plano α, intercepta a una superficie cónica de revolución, la sección producida se


denomina superficie cónica, y su contorno es una curva plana de segundo grado.
Las curvas cónicas propiamente dichas son tres Elipse, Parábola e Hipérbola.
La Elipse se genera cuando el plano α es oblicuo respecto al eje, y corta a todas las
generatrices.
La Parábola se genera cuando el plano a es paralelo a una generatriz.
La Hipérbola se genera cuando el plano a es paralelo a dos generatrices. Por cuestiones
didácticas y de mejor comprensión, se suele representar utilizando un plano a paralelo al
eje de la superficie cónica de revolución.

En la siguiente figuras puedes apreciar mejor en rojo, las curvas cónicas obtenidas.
Al interceptar una superficie cónica de revolución con un plano, podemos contemplar dos
ángulos, el a formado por el eje y la generatriz, y el β formado por el eje y el plano de
corte.
La relación entre estos ángulos determina el tipo cónica generada, como se puede
apreciar en las figuras siguientes.

Cónicas singulares o degeneradas


En función de la posición del plano de corte y las propiedades del cono, se pueden obtener
otras curvas cónicas que se denominan singulares o degeneradas.

Teoría de Dandelín
Según el teorema de Dandelín, si trazamos las esferas tangentes interiores a la superficie
cónica de revolución y al plano el a que la corta, los puntos de intersección fy f’ de dicha
esfera con la recta r, eje de las curvas cónicas, son los denominados focos de las curvas.
Mientras en la elipse y en la hipérbola hay dos focos, en la parábola solo tendremos uno.
Curvas cónicas – La Elipse
por bartolome | Jul 27, 2015 | Curvas cónicas | 0 Comentarios
Definición
La elipse es una curva cerrada y plana, que se define como el lugar geométrico de los
puntos del plano cuya suma de distancias r+r’, a dos puntos fijos F y F’, denominados
focos, es constante e igual a 2a, siendo 2a la longitud del eje mayor A-B de la elipse.
La elipse tiene dos eje, el eje mayor A-B, también llamado real, y el eje menor C-D,
ambos se cruzan perpendicularmente en el centro O de la elipse.
La longitud del eje mayor es 2a, la del eje menor 2b y la distancia focal 2c, y se cumple
que a² = b² + c².
La elipse es simétrica respecto a los dos ejes.
Las rectas que unen un punto cualquiera de la elipse P, con los focos, se
denominan radios vectores r y r’, y por definición se cumple que r + r’ = 2a.

Propiedades y elementos
Se denomina circunferencia principal Cp, a la circunferencia de centro O, y diámetro 2a.
La circunferencia principal, se define como el lugar geométrico de los pies de las
perpendiculares(Q), trazadas desde los focos a las tangentes (t) de la elipse. También se
puede definir como el punto medio de los segmentos que unen un foco, con la
circunferencia focal del otro foco, y las mediatrices de dichos segmentos, son tangentes a
la elipse
Se denomina circunferencia focal Cf, a la circunferencia de centro en uno de los focos de
la elipse, y radio 2a. En una elipse se podrán trazar dos circunferencias focales. La
circunferencia focal, se define como el lugar geométrico de los puntos simétricos del otro
foco (F1), respecto a las tangentes (t) de la elipse.
Observando la figura, también podemos definir la elipse, como el lugar geométrico de los
centros de circunferencia que pasan por un foco, y son tangentes a la circunferencia focal

del otro foco.


Concepto de diámetros conjugados
Si tenemos un diámetro de la elipse A’B’, el diámetro conjugado con él, es el lugar
geométrico de los centros de las cuerdas paralelas a dicho diámetro (1, 2, 3, 4, etc.), estos
centros determinan el diámetro conjugado D’C’ del dado.
Los ejes reales de la elipse, son los únicos diámetros conjugados perpendiculares entre si.
Mediante dos diámetros conjugados, podremos construir la elipse directamente, o bien

obtener los ejes reales de la misma.


Obtención de los ejes reales, a partir de dos ejes
conjugados
Dados los ejes conjugados de una elipse A’B’ y C’D’, podremos obtener a partir de ellos
los ejes reales de la elipse, para ello seguiremos los siguientes pasos:
1.- Por O, centro de la elipse, trazaremos la perpendicular al eje conjugado A’B’, y sobre el
llevaremos la distancia O-A’, determinando el punto 1.
2.- Uniremos el punto 1 con C’, y determinaremos el punto medio 2, de dicho segmento.
3.- Con centro en 2, trazaremos un arco de radio 2-O, que determinará sobre la
prolongación del segmento 1-C’, los puntos 3 y 4. Las rectas O-3 y O-4 determinan las
direcciones perpendiculares de los ejes reales de la elipse.
4.- Con centro en 2 trazaremos la circunferencia de diámetro 1-C’. Uniendo el
centro O con 2, determinaremos sobre dicha circunferencia, los puntos 5 y 6, siendo las
distancias O-5 y O-6, las dimensiones de los semiejes reales de la elipse.
5.- Solo resta llevar, mediante los correspondientes arcos de circunferencias, las
dimensiones anteriores sobre las direcciones de los ejes, obteniendo así los ejes reales de

la elipse AB y CD.
Trazado de la elipse mediante radios vectores
Teniendo en cuenta la definición de la elipse, como el lugar geométrico de los puntos del
plano, cuya suma de distancias a los focos es igual a 2a, longitud del eje mayor de la
elipse, solo necesitaremos coger pares de radios vectores, cuya suma sea 2a, para ello
determinaremos una serie de puntos sobre el eje mayor 1, 2, 3etc., y cogeremos como
parejas de radios vectores, los segmentos A1-B1, A2-B2, A3-B3, y así sucesivamente,
determinando los puntos 1′, 2′, 3′, etc. de la elipse.
Con cada pareja de radios vectores, se determinarán cuatro puntos de la elipse, uno en
cada cuadrante de la misma.
Cuanto mayor sea el número de puntos, mayor será la precisión del trazado de la elipse,
que deberá realizarse, o bien a mano alzada o mediante reglas flexibles, o plantillas de

curvas especiales.
Trazado de la elipse por haces proyectivos
Trazaremos el rectángulo AOCE, y dividiremos los lados AO y AE en un mismo número de
partes iguales.
Seguidamente iremos trazando las rectas C1-D1, C2-D2, etc. y en sus intersecciones
iremos obteniendo puntos de la elipse. Esto se repetirá para los cuatro cuadrantes de la

elipse.
Trazado de la elipse por haces proyectivos, dados dos
ejes conjugados
Trazaremos el romboide A’O’C’E’, y dividiremos los lados A’O’ y A’E’ en un mismo
número de partes iguales.
Seguidamente iremos trazando las rectas C’1-D’1, C’2-D’2, etc. y en sus intersecciones
iremos obteniendo puntos de la elipse. Esto se repetirá para los cuatro cuadrantes de la

elipse.
Trazado de la elipse por envolventes
Esta construcción se basa en el hecho de que la circunferencia principal de una elipse, es
el lugar geométrico de los pies de las perpendiculares trazadas desde los focos a las
tangentes a la elipse.
Para este trazado partiremos de puntos de la circunferencia principal, como el P, indicado
en la figura. Uniremos dicho punto con el foco F, y trazaremos por P la perpendicular al
segmento PF, obteniendo la recta t, tangente a la elipse. Repitiendo esta operación,
obtendremos una serie de tangentes que irán envolviendo a la elipse.

Trazado de la elipse a partir de circunferencias afines


Comenzaremos trazando las circunferencias de centro O, y diámetros AB y CD.
Seguidamente trazaremos radios como el O1, que corta a las circunferencias anteriores en
los puntos 1 y 2. Por dichos puntos trazaremos las paralelas a CD y ABrespectivamente.
Dichas paralelas se cortan en el punto 3, que es de la elipse. El número de radios
trazados, serán los necesarios para definir suficientemente la elipse.

Trazado de la elipse a partir de dos diámetros conjugados


por triángulos semejantes afines
Partiendo de los ejes conjugados A’B’ y C’D’, comenzaremos trazando la circunferencia
de centro O y diámetro A’B’.
Sobre la circunferencia anterior, trazaremos cuerdas perpendiculares a A’B’, como la 1-2.
Uniendo 2 con C’, y 1 con D’, obtendremos los triángulos O2C‘ y O1D’. Solo restará
construir en el resto de cuerdas triángulos semejantes a estos como el MPN, de lados
paralelos al triángulo O2C’, obteniendo así puntos de la elipse.

Recta tangente y normal en un punto de la elipse


La tangente a la elipse en un punto de ella P, es la bisectriz del ángulo exterior que forman
los radios vectores en dicho punto.
La normal en P, es la perpendicular a la tangente en dicho punto.

Recta tangente a la elipse en un punto, por circunferencia


principal
Siendo P el punto de la elipse, comenzaremos trazando las circunferencias de
centro C1 y C2, puntos medios de los radios vectores del punto P, y diámetro dichos radios
vectores.
Las circunferencias anteriores resultan ser tangentes interiores a la circunferencia
principal, en los puntos T1 y T2, determinados al unir el centro O de la elipse con los
centros C1 y C2.
Se cumple que los puntos T1, P y T2, están alineados, y determinan la recta t tangente a
la elipse buscada.
También se verifica que las rectas F-P y O-T2, y F’-P y O-T1 son respectivamente

paralelas.
Rectas tangentes a la elipse desde un punto exterior, por
circunferencia focal
Esta construcción se basa en la definición de circunferencia focal, como el lugar
geométrico de los puntos simétricos del otro foco, respecto a las tangentes a la elipse.
Dado el punto P exterior a la elipse, comenzaremos trazando la circunferencia focal de
centro en F, y a continuación la circunferencia de centro en P, y radio P-F’, la cual corta a
la focal en los puntos F’1 y F’2. Dichos puntos son los simétricos del F’ respecto a las
tangentes a la elipse desde el punto P.
Solo resta trazar las mediatrices de los segmentos F’-F’1 y F’-F’2, obteniendo así las
rectas t1 y t2 que serán las tangentes a la elipse buscadas.
Para determinar los puntos de tangencia, trazaremos las rectas F-F’1 y F-F’2, que
determinarán sobre las tangentes t1 y t2, los puntos T1 y T2, puntos de tangencia

buscados.
Rectas tangentes a la elipse desde un punto exterior, por
circunferencia principal
Dado el punto P exterior a la elipse, comenzaremos trazando la circunferencia principal, y
a continuación la circunferencia de centro en C, y diámetro P-F. Ambas circunferencias se
interceptan en los puntos 1 y 2.
Las rectas P-1 y P-2, serán las tangentes t1 y t2 buscadas. Para determinar los puntos de
tangencia, trazaremos las rectas O1 y O2, y por F’ las correspondientes paralelas, que
determinarán sobre las tangentes, los puntos T1 y T2, puntos de tangencia buscados.

Rectas tangentes a la elipse, paralelas a una dirección


dada, por circunferencia focal
Esta construcción es similar a la del trazado de tangentes desde un punto exterior, solo
que en este caso el punto es un punto impropio situado en el infinito.
Dada la dirección d, comenzaremos trazando la circunferencia focal de centro en F, y a
continuación la recta perpendicular a la dirección d, y que pase por el foco F’. Dicha recta
determina sobre la circunferencia focal, los puntos F’1 y F’2.
Las mediatrices de los segmentos F’-F’1 y F’-F’2, serán las tangentes a la
elipse t1 y t2 buscadas.
Para determinar los puntos de tangencia, trazaremos las rectas F-F’1 y F-F’2, que
determinarán sobre las tangentes t1 y t2, los puntos T1 y T2, puntos de tangencia

buscados.
Rectas tangentes a la elipse, paralelas a una dirección
dada, por circunferencia principal
Dada la dirección d, comenzaremos trazando la circunferencia principal, y seguidamente la
recta perpendicular a la dirección d, y que pase por el foco F’. Dicha recta intercepta a la
circunferencia principal en los puntos R y S, pertenecientes a las tangentes buscadas.
Solo restará trazar por R y S las rectas t1 y t2, paralelas a la dirección dada, siendo estas
las tangentes buscadas.
Para determinar los puntos de tangencia, trazaremos las rectas OR y OS, y por el foco F,
las correspondientes paralelas. Dichas paralelas determinarán sobre las tangentes los
puntos T1 y T2 de tangencia buscados.

Puntos de intersección de una recta con una elipse


Esta construcción se basa en la definición de la elipse, como el lugar geométrico de los
centros de circunferencias que pasan por un foco, y son tangentes a la circunferencia focal
del otro foco.
Comenzaremos trazando la circunferencia focal de centro en F y radio 2a. seguidamente
trazaremos una circunferencia cualquiera con centro en la recta r, y que pase por el
foco F’. En nuestro caso hemos trazado la circunferencia de centro C1. sobre dicha
circunferencia determinaremos el punto P, simétrico del foco F’, respecto a la recta r.
Los puntos de intersección buscados, serán los centros de las circunferencias situados en
la recta r, que pasando por P y F’, sean tangentes a la circunferencia focal. Por lo tanto el
problema se reduce al trazado de circunferencias que pasando por dos puntos sean
tangentes a otra dada, Lo que resolveremos por potencia.
En la intersección de las rectas 1-2 y P-F’, obtendremos el punto Cr, centro radical de
todas las circunferencias de centro en r y que pasen por P y F’.
Tranzando la circunferencia de diámetro F-Cr y centro en pm, determinaremos en la
circunferencia focal, los puntos T1 y T2, puntos de tangencia de las circunferencias
buscadas. Determinaremos el centro de dichas circunferencias, uniendo los
puntos T1 y T2 con el foco F, rectas que determinarán sobre la recta rdada, los
puntos I1 y I2, centro de las circunferencias solución, y por tanto, puntos de intersección de

la recta r con la elipse.
Construcción de la elipse por arcos de circunferencias.
Radios de curvatura
Para determinar el centro de curvatura en un punto P de la elipse, trazaremos la normal en
dicho punto, bisectriz de los dos radios vectores de dicho punto.
La normal trazada, cortará al eje mayor en el punto 1. Por dicho punto trazaremos la
perpendicular a la normal, que determinará sobre la recta P-O, el punto 2. Por dicho punto
trazaremos la paralela al eje menor de la elipse, que interceptará a la normal en el
punto Cp, centro de curvatura buscado.
Partiendo de la normal, podríamos haber llegado a la misma solución, determinando el
punto 3 sobre el eje menor. Por dicho punto trazaremos la perpendicular a la normal, que
determinará sobre la recta P-O, el punto 4. Por dicho punto trazaremos la paralela al eje
mayor de la elipse, que interceptará a la normal en el punto Cp, centro de curvatura
buscado.
Para determinar los centros de curvatura en los extremos de los ejes de la elipse,
trazaremos el rectángulo OBMC. Seguidamente trazaremos por M, la perpendicular a la
recta C-B, que determinará los puntos CB y Cc, respectivamente sobre el eje mayor y
menor de la elipse, y que serán los centros de curvatura buscados.

Curvas cónicas – La Parábola


por bartolome | Jul 27, 2015 | Curvas cónicas, Sin categoría | 0 Comentarios
Definición
La parábola es una curva abierta y plana, que se define como el lugar geométrico de los
puntos del plano que equidistan de un punto denominado foco, y una recta denominada
directriz, observando la figura, FP = PQ = r.
El eje de la parábola es la recta perpendicular a la directriz, que pasa por el foco F. La
distancia FD, del foco a la directriz, se denomina parámetro de la parábola, el punto medio
del segmento FD, es el punto V, que se denomina vértice de la parábola.

Propiedades y elementos
La parábola se puede considerar como una elipse, uno de cuyos vértices se encuentra en
el infinito, así como el centro de la curva. Partiendo de esta consideración, comprobaremos
que las propiedades enunciadas para la elipse, se cumplen igualmente en la parábola.
La circunferencia principal Cp, pasará por el vértice V de la curva, y dado que el centro
de la curva se encuentra en el infinito, la circunferencia principal resulta ser la recta
perpendicular al eje en el vértice V. La circunferencia principal, se define como el lugar
geométrico de los pies de las perpendiculares(Q), trazadas desde los focos a las tangentes
(t) de la parábola. También se puede definir como el punto medio de los segmentos que
unen el foco, con la circunferencia focal del otro foco, y las mediatrices de dichos
segmentos, son tangentes a la parábola.
La única circunferencia focal Cf de la parábola, tendrá su centro en el infinito, y deberá
pasar por el punto D, simétrico del foco respecto a la tangente el en vértice de la curva,
resultando por tanto, una recta coincidente con la directriz de la parábola. La
circunferencia focal, se define como el lugar geométrico de los puntos simétricos del
foco F, respecto a las tangentes (t) de la parábola.
Observando la figura, también podemos definir la parábola, como el lugar geométrico de
los centros de circunferencia que pasan por el foco F, y son tangentes a la circunferencia

focal.
Trazado de la parábola mediante radios vectores
Teniendo en cuanta la definición de la parábola, buscaremos puntos equidistantes del
foco F, y la directriz d. Para ello determinaremos una serie de puntos sobre el eje, 1, 2, 3,
etc., por los que trazaremos paralelas a la directriz. Trazando arcos de circunferencia de
centro en F, y radio las distancias D1, D2, D3, etc., determinaremos sobre las
correspondientes paralelas anteriores, los puntos 1′, 2′, 3′, etc., puntos de la parábola
buscada.
Con cada pareja de radios vectores, se determinarán dos puntos de la parábola, uno en
cada rama de la misma.
Cuanto mayor sea el número de puntos, mayor será la precisión del trazado de la
parábola, que deberá realizarse, o bien a mano alzada o mediante reglas flexibles, o

plantillas de curvas especiales.


Trazado de la parábola, por haces proyectivos
Comenzaremos obteniendo un punto P de la curva por radios vectores, y trazaremos el
rectángulo APCV, y dividiremos los lados AP y PC en un mismo número de partes iguales.
Por las divisiones de AP, trazaremos paralelas al eje de la curva, y uniremos las divisiones
de CP, con el vértice V de la curva. La intersección de estas rectas con las paralelas
anteriores, determinarán puntos, como el P, pertenecientes a la parábola buscada. Esto se

repetirá para la otra rama de la parábola.


Trazado de la parábola, por envolventes
Esta construcción se basa en el hecho de que la circunferencia principal, en este caso, la
tangente a la curva en el vértice, es el lugar geométrico de los pies de las perpendiculares
trazadas desde el foco a las tangentes a la parábola.
Para este trazado partiremos de puntos 1, 2, 3, etc, de la circunferencia principal.
Uniremos dichos puntos con el foco F, y trazaremos por los puntos anteriores
perpendiculares a los segmentosl F1, F2, F3, etc., obteniendo las rectas tangentes a la
parábola. La curva se determinará mediante tangentes a dichas rectas.

Trazado de la parábola, en base a la definición de la


curva
Esta construcción se basa en la definición de la parábola, como el lugar geométrico de los
centros de circunferencia que pasan por el foco F, y son tangentes a la circunferencia
focal.
Comenzaremos trazando las rectas F1, F2, F3, etc., que unen el foco de la curva F, con
puntos de la directriz d.
Seguidamente trazaremos las perpendiculares a los segmentos anteriores, en su punto de
intersección con la circunferencia principal, en el caso del segmento F1, en el punto s.
Esta perpendicular resulta ser la mediatriz del segmento F1, y tangente a la la curva.
Trazando por el punto 1, una paralela al eje de la curva, dicha paralela interceptará a la
tangente anteriormente trazada en el punto T1, punto de la parábola.
Repitiendo con el resto de puntos, obtendremos los suficientes puntos de la curva para

poder ser trazada.


Recta tangente y normal en un punto de la parábola
La tangente a la parábola en un punto de ella P, es la bisectriz del ángulo que forman los
radios vectores en dicho punto.
La normal en P, es la perpendicular a la tangente en dicho punto.

Rectas tangentes a la parábola desde un punto exterior,


por circunferencia focal
Esta construcción se basa en la definición de circunferencia focal (directriz), como el lugar
geométrico de los puntos simétricos del otro foco, respecto a las tangentes a la parábola.
Dado el punto P exterior a la parábola, comenzaremos trazando la circunferencia de centro
en P, y radio P–F, la cual corta a la focal (directriz), en los puntos F1 y F2. Dichos puntos
son los simétricos del F respecto a las tangentes a la parábola desde el punto P.
Solo resta trazar las mediatrices de los segmentos F–F1 y F–F2, obteniendo así las
rectas t1 y t2 que serán las tangentes a la parábola buscadas.
Para determinar los puntos de tangencia, trazaremos las rectas por F1 y F2, rectas
paralelas al eje de la curva, que determinarán sobre las tangentes t1 y t2, los

puntos T1 y T2, puntos de tangencia buscados.


Rectas tangentes a la parábola desde un punto exterior,
por circunferencia principal
Dado el punto P exterior a la parábola, comenzaremos trazando la circunferencia principal
(tangente en el vértice), y a continuación la circunferencia de centro en C, y diámetro P–F.
Ambas circunferencias se interceptan en los puntos 1 y 2.
Las rectas P–1 y P–2, serán las tangentes t1 y t2 buscadas. Para determinar los puntos de
tangencia, haremos 1–F1=1–F y 2–F2=2–F, y por F1 y F2, trazaremos rectas paralelas al
eje de la curva, que determinarán sobre las tangentes t1 y t2, los puntos T1 y T2, puntos

de tangencia buscados.
Rectas tangentes a la parábola, paralelas a una dirección
dada, por circunferencia focal
Esta construcción es similar a la del trazado de tangentes desde un punto exterior, solo
que en este caso el punto es un punto impropio situado en el infinito.
Dada la dirección d, comenzaremos trazando la recta perpendicular a la dirección d, y que
pase por el foco F. Dicha recta determina sobre la circunferencia focal (directriz), el
punto F1.
La mediatriz del segmento F–F1, será la tangente a la parábola t buscada.
Para determinar el punto de tangencia, trazaremos pro F1, la recta paralela al eje de la
curva, que determinarán sobre la tangente t, el punto T1, punto de tangencia buscado.

Rectas tangentes a la parábola, paralelas a una dirección


dada por circunferencia principal
Dada la dirección d, comenzaremos trazando la circunferencia principal (tangente en el
vértice), y seguidamente la recta perpendicular a la dirección d, y que pase por el foco F.
Dicha recta intercepta a la circunferencia principal en el punto 1, perteneciente a la
tangente buscada.
Solo restará trazar por 1 la recta t, paralela a la dirección dada, siendo esta la tangentes
buscada.
Para determinar los puntos de tangencia, haremos 1–F1=1–F, y por F1 trazaremos una
recta paralela al eje de la curva, que terminará sobre la tangente t el punto T1, punto de

tangencia buscado.
Puntos de intersección de una recta con una parábola
Esta construcción se basa en la definición de la parábola, como el lugar geométrico de los
centros de circunferencias que pasan por el foco, y son tangentes a la circunferencia focal
del otro foco (directriz).
Comenzaremos trazando una circunferencia cualquiera con centro en la recta r, y que
pase por el foco F. En nuestro caso hemos trazado la circunferencia de centro O. Sobre
dicha circunferencia determinaremos el punto F1, simétrico del foco F, respecto a la
recta r.
Los puntos de intersección buscados, serán los centros de las circunferencias situados en
la recta r, que pasando por F1 y F, sean tangentes a la circunferencia focal (directriz). Por
lo tanto el problema se reduce al trazado de circunferencias que pasando por dos puntos
sean tangentes a una recta dada (directriz), Lo que resolveremos por potencia.
Prolongando la recta F–F1, determinaremos sobre la directriz el punto Cr, centro radical de
todas las circunferencias de centro en r y que pasen por F y F1.
Con centro en pm, punto medio del segmento F–Cr, trazaremos la circunferencia de
diámetro F–Cr, y por F1 la perpendicular a dicho diámetro, determinando sobre la
circunferencia anterior el punto 1.
Con centro en Cr trazaremos el arco de circunferencia de radio Cr–1, que nos determinará
sobre la directriz, los puntos T1 y T2. Las perpendiculares a la directriz en dichos puntos,
determinarán sobre la recta r los puntos I1 e I2, de intersección de la recta con la parábola.

Construcción de la parábola por arcos de circunferencia.


Radios de curvatura.
Para determinar el centro de curvatura en un punto P de la parábola, trazaremos la
normal en dicho punto, bisectriz de los dos radios vectores de dicho punto.
La normal trazada, cortará al eje en el punto 1. Por dicho punto trazaremos la
perpendicular a la normal, que determinará sobre la recta trazada por P y paralela al eje,
el punto 2. Por dicho punto trazaremos la perpendicular al eje, que interceptará a la normal
en el punto Cp, centro de curvatura buscado.
El centro de curva en el vértice de la curva Cv, lo determinaremos haciendo F–C

Curvas cónicas – La Hipérbola


por bartolome | Jul 27, 2015 | Curvas cónicas | 0 Comentarios
Definición
La hipérbola es una curva abierta y plana, con dos ramas, que se definen como el lugar
geométrico de los puntos del plano cuya diferencia de distancias r’–r, a dos puntos
fijos F y F’, denominados focos, es constante e igual a 2a, siendo 2a la longitud del eje
real A–B de la hipérbola. Al eje CD, se le denomina eje imaginario, siendo su longitud 2b.
Ambos ejes se cruzan perpendicularmente en el centro O, punto medio de los dos ejes.
Por lo tanto, la hipérbola es simétrica, respecto a los dos ejes.
Si, como vemos, la distancia focal F–F’ es igual a 2c, se cumplirá que c² = a² + b².
Las rectas que unen un punto cualquiera de la elipse P, con los focos, se
denominan radios vectores r y r’, y por definición se cumple que r’–r = 2a.
Según las dimensiones de los semiejes, se obtendrán tres tipos de parábolas:
1. Si a > b, se obtendrá una curva de ramas cerradas.
2. Si a = b, se obtendrá una hipérbola equilátera.
3. Si a < b, se obtendrá una curva de ramas abiertas.

Propiedades y elementos
Se denomina circunferencia principal Cp, a la circunferencia de centro O, y diámetro 2a.
La circunferencia principal, se define como el lugar geométrico de los pies de las
perpendiculares(Q), trazadas desde los focos a las tangentes (t) de la hipérbola. También
se puede definir como el punto medio de los segmentos que unen un foco, con la
circunferencia focal del otro foco, y las mediatrices de dichos segmentos, son tangentes a
la hipérbola.
Se denomina circunferencia focal Cf, a la circunferencia de centro en uno de los focos de
la hipérbola, y radio 2a. En una hipérbola se podrán trazar dos circunferencias focales. La
circunferencia focal, se define como el lugar geométrico de los puntos simétricos del otro
foco (F1), respecto a las tangentes (t) de la hipérbola.
Observando la figura, también podemos definir la hipérbola, como el lugar geométrico de
los centros de circunferencia que pasan por un foco, y son tangentes a la circunferencia

focal del otro foco.


Trazado de la hipérbola mediante radios vectores
Teniendo en cuenta la definición de la hipérbola, solo necesitaremos coger pares de radios
vectores, cuya diferencia sea 2a, para ello determinaremos una serie de puntos sobre el
eje real, 1, 2, 3 etc., y cogeremos como parejas de radios vectores, los segmentos A1–
B1, A2–B2, A3–B3, y así sucesivamente, determinando los suficientes puntos de la
parábola, como para ser definida.
Con cada pareja de radios vectores, se determinarán cuatro puntos de la hipérbola, uno en
cada cuadrante de la misma.
Cuanto mayor sea el número de puntos, mayor será la precisión del trazado de la
hipérbola, que deberá realizarse, o bien a mano alzada o mediante reglas flexibles, o

plantillas de curvas especiales.


Trazado de la hipérbola por haces proyectivos
Comenzaremos obteniendo un punto P de la curva por radios vectores, y trazaremos el
rectángulo ARPS, y dividiremos los lados RP y PS en un mismo número de partes iguales.
Sobre la prolongación de PR y PS llevaremos esas misma divisiones.
Seguidamente trazaremos rectas que unan el vértice A, con las divisiones de PR, y el
vértice Br con las divisiones de PS, obteniendo en sus intersecciones, puntos,
pertenecientes a la hipérbola buscada. Esto se repetirá para la otra rama de la hipérbola.

Trazado de la parábola por envolventes


Esta construcción se basa en el hecho de que la circunferencia principal, es el lugar
geométrico de los pies de las perpendiculares trazadas desde el foco a las tangentes a la
hipérbola.
Para este trazado partiremos de puntos, de la circunferencia principal. Uniremos dichos
puntos con el foco F’, y trazaremos por ellos, perpendiculares a las rectas trazadas,
obteniendo las rectas tangentes a la parábola. La curva se determinará mediante
tangentes a dichas rectas.
Las asíntotas serán las tangentes a la hipérbola en el infinito, y que determinaremos
trazando el arco de centro en O y radio O–F. En la intersección de dicho arco con la
perpendicular al eje real, trazada por el vértice A, determinaremos el punto 1,
perteneciente a la asíntota, solo restará unir dicho punto con el centro O de la hipérbola.

Recta tangente y normal en un punto de la hipérbola


La tangente a la hipérbola en un punto de ella P, es la bisectriz del ángulo que forman los
radios vectores en dicho punto.
La normal en P, es la perpendicular a la tangente en dicho punto.

Recta tangente a la hipérbola en un punto, por


circunferencia principal
Siendo P el punto de la hipérbola, comenzaremos trazando las circunferencias de
centro C1 y C2, puntos medios de los radios vectores del punto P, y diámetro dichos radios
vectores.
Las circunferencias anteriores resultan ser tangentes interiores a la circunferencia
principal, en los puntos T1 y T2, determinados al unir el centro O de la elipse con los
centros C1 y C2.
Se cumple que los puntos T1, T2 y P, están alineados, y determinan la recta t tangente a
la hipérbola buscada.
También se verifica que las rectas F–P y O–T2, y F’–P y O–T1 son respectivamente

paralelas.
Rectas tangentes a la hipérbola desde un punto exterior,
por circunferencia focal
Esta construcción se basa en la definición de circunferencia focal, como el lugar
geométrico de los puntos simétricos del otro foco, respecto a las tangentes a la hipérbola.
Dado el punto P exterior a la hipérbola, comenzaremos trazando la circunferencia focal de
centro en F’, y a continuación la circunferencia de centro en P, y radio P–F, la cual corta a
la focal anterior, en los puntos F1 y F2. Dichos puntos son los simétricos del F respecto a
las tangentes a la hipérbola desde el punto P.
Solo resta trazar las mediatrices de los segmentos F–F1 y F–F2, obteniendo así las
rectas t1 y t2 que serán las tangentes a la hipérbola buscadas.
Para determinar los puntos de tangencia, trazaremos las rectas F’–F1 y F’–F2, que
determinarán sobre las tangentes t1 y t2, los puntos T1 y T2, puntos de tangencia

buscados.
Rectas tangentes a la hipérbola desde un punto exterior,
por circunferencia principal
Dado el punto P exterior a la hipérbola, comenzaremos trazando la circunferencia principal,
y a continuación la circunferencia de centro en C1, y diámetro P–F. Ambas circunferencias
se interceptan en los puntos 1 y 2.
Las rectas P–1 y P–2, serán las tangentes t1 y t2 buscadas. Para determinar los puntos de
tangencia, trazaremos las rectas O1 y O2, y por F’ las correspondientes paralelas, que
determinarán sobre las tangentes, los puntos T1 y T2, puntos de tangencia buscados.

Rectas tangentes a la hipérbola, paralelas a una dirección


dada, por circunferencia focal
Esta construcción es similar a la del trazado de tangentes desde un punto exterior, solo
que en este caso el punto es un punto impropio situado en el infinito.
Dada la dirección d, comenzaremos trazando la circunferencia focal de centro en F’, y a
continuación la recta perpendicular a la dirección d, y que pase por el foco F. Dicha recta
determina sobre la circunferencia focal, los puntos F1 y F2.
Las mediatrices de los segmentos F–F1 y F–F2, serán las tangentes a la
elipse t1 y t2 buscadas.
Para determinar los puntos de tangencia, trazaremos las rectas F’–F1 y F’–F2, que
determinarán sobre las tangentes t1 y t2, los puntos T1 y T2, puntos de tangencia

buscados.
Rectas tangentes a la hipérbola, paralelas a una dirección
dada, por circunferencia principal
Dada la dirección d, comenzaremos trazando la circunferencia principal, y seguidamente la
recta perpendicular a la dirección d, y que pase por el foco F. Dicha recta intercepta a la
circunferencia principal en los puntos 1 y 2, pertenecientes a las tangentes buscadas.
Solo restará trazar por 1 y 2 las rectas t1 y t2, paralelas a la dirección dada, siendo estas
las tangentes buscadas.
Para determinar los puntos de tangencia, trazaremos las rectas O1 y O2, y por el foco F’,
las correspondientes paralelas. Dichas paralelas determinarán sobre las tangentes los
puntos T1 y T2 de tangencia buscados.

Puntos de intersección de una recta con una hipérbola


Esta construcción se basa en la definición de la hipérbola, como el lugar geométrico de los
centros de circunferencias que pasan por un foco, y son tangentes a la circunferencia focal
del otro foco.
Comenzaremos trazando la circunferencia focal de centro en F y radio 2a. seguidamente
trazaremos una circunferencia cualquiera con centro en la recta r, y que pase por el
foco F’. En nuestro caso hemos trazado la circunferencia de centro C1. sobre dicha
circunferencia determinaremos el punto P, simétrico del foco F’, respecto a la recta r.
Los puntos de intersección buscados, serán los centros de las circunferencias situados en
la recta r, que pasando por P y F’, sean tangentes a la circunferencia focal. Por lo tanto el
problema se reduce al trazado de circunferencias que pasando por dos puntos sean
tangentes a otra dada, Lo que resolveremos por potencia.
En la intersección de las rectas 1–2 y P–F’, obtendremos el punto Cr, centro radical de
todas las circunferencias de centro en r y que pasen por P y F’.
Tranzando la circunferencia de diámetro F–Cr y centro en pm, determinaremos en la
circunferencia focal, los puntos T1 y T2, puntos de tangencia de las circunferencias
buscadas. Determinaremos el centro de dichas circunferencias, uniendo los
puntos T1 y T2 con el foco F, rectas que determinarán sobre la recta rdada, los
puntos I1 y I2, centro de las circunferencias solución, y por tanto, puntos de intersección de

la recta r con la hipérbola.
Construcción de la hipérbola por arcos de circunferencia.
Radios de curvatura
Para determinar el centro de curvatura en un punto P de la hipérbola, trazaremos la normal
en dicho punto, bisectriz del ángulo exterior que forman los dos radios vectores de dicho
punto.
La normal trazada, cortará a la prolongación del eje real en el punto 1. Por dicho punto
trazaremos la perpendicular a la normal, que determinará sobre la recta O–P, el punto 2.
Por dicho punto trazaremos la paralela al eje imaginario de la hipérbola, que interceptará a
la normal en el punto Cp, centro de curvatura buscado.
Para determinar los centros de curvatura en los extremos del eje real de la hipérbola,
trazaremos la perpendicular a la asíntota en el punto R. Dicha perpendicular interceptará a
la prolongación del eje real en el punto CB, centro de curvatura buscado.
Sistemas de representación en geometría
descriptiva
por bartolome | Jul 27, 2015 | Geometría descriptiva | 0 Comentarios
Generalidades
En geometría descriptiva, todos los sistemas de representación, tienen como objetivo
representar sobre una superficie bidimensional, como es una hoja de papel, los objetos
que son tridimensionales en el espacio.
Con este objetivo, se han ideado a lo largo de la historia diferentes sistemas de
representación. Pero todos ellos cumplen una condición fundamental, la reversibilidad, es
decir, que si bien a partir de un objeto tridimensional, los diferentes sistemas permiten una
representación bidimensional de dicho objeto, de igual forma, dada la representación
bidimensional, el sistema debe permitir obtener la posición en el espacio de cada uno de
los elementos de dicho objeto.
Todos los sistemas, se basan en la proyección de los objetos sobre un plano, que se
denomina plano del cuadro o de proyección, mediante los denominados rayos
proyectantes. El número de planos de proyección utilizados, la situación relativa de estos
respecto al objeto, así como la dirección de los rayos proyectantes, son las características
que diferencian a los distintos sistemas de representación.
Sistemas de proyección
En todos los sistemas de representación, la proyección de los objetos sobre el plano del
cuadro o de proyección, se realiza mediante los rayos proyectantes, estos son líneas
imaginarias, que pasando por los vértices o puntos del objeto, proporcionan en su
intersección con el plano del cuadro, la proyección de dicho vértice o punto.
Si el origen de los rayos proyectantes es un punto del infinito, lo que se denomina punto
impropio, todos los rayos serán paralelos entre sí, dando lugar a la que se
denomina, proyección cilíndrica. Si dichos rayos resultan perpendiculares al plano de
proyección estaremos ante la proyección cilíndrica ortogonal, en el caso de resultar
oblicuos respecto a dicho plano, estaremos ante la proyección cilíndrica oblicua.
Si el origen de los rayos es un punto propio, estaremos ante la proyección
central o cónica.

Tipos y características
Los diferentes sistemas de representación, podemos dividirlos en dos grandes grupos: los
sistemas de medida y los sistemas representativos.
Los sistemas de medida, son el sistema diédrico y el sistema de planos acotados. Se
caracterizan por la posibilidad de poder realizar mediciones directamente sobre el dibujo,
para obtener de forma sencilla y rápida, las dimensiones y posición de los objetos del
dibujo. El inconveniente de estos sistemas es, que no se puede apreciar de un solo golpe
de vista, la forma y proporciones de los objetos representados.
Los sistemas representativos, son el sistema de perspectiva axonométrica, el sistema
de perspectiva caballera, el sistema de perspectiva militar y de rana, variantes de la
perspectiva caballera, y el sistema de perspectiva cónica o central. Se caracterizan por
representar los objetos mediante una única proyección, pudiéndose apreciar en ella, de un
solo golpe de vista, la forma y proporciones de los mismos. Tienen el inconveniente de ser
mas difíciles de realizar que los sistemas de medida, sobre todo si comportan el trazado de
gran cantidad de curvas, y que en ocasiones es imposible tomar medidas directas sobre el
dibujo. Aunque el objetivo de estos sistemas es representar los objetos como los vería un
observador situado en una posición particular respecto al objeto, esto no se consigue
totalmente, dado que la visión humana es binocular, por lo que a lo máximo que se ha
llegado, concretamente, mediante la perspectiva cónica, es a representar los objetos como
los vería un observador con un solo ojo.
En el siguiente cuadro pueden apreciarse la características fundamentales de cada unos
de los sistemas de representación.

Sistema Tipo Planos de proyección

Diédrico De medida Dos

Planos acotados De medida Uno

Perspectiva axonométrica Representativo Uno

Perspectiva caballera Representativo Uno

Perspectiva militar Representativo Uno

Perspectiva de rana Representativo Uno

Perspectiva cónica Representativo Uno

Generalidades sobre la Normalización


por bartolome | Jul 27, 2015 | Normalización | 0 Comentarios
Definición y concepto de normalización
La palabra norma del latín “normun”, significa etimológicamente:
“Regla a seguir para llegar a un fin determinado”
Este concepto fue más concretamente definido por el Comité Alemán de Normalización en
1940, como:
“Las reglas que unifican y ordenan lógicamente una serie de fenómenos”
La Normalización es una actividad colectiva orientada a establecer solución a problemas
repetitivos.
La normalización tiene una influencia determinante, en el desarrollo industrial de un país,
al potenciar las relaciones e intercambios tecnológicos con otros países.
Objetivos y ventajas
Los objetivos de la normalización, pueden concretarse en tres:
 La economía, ya que a través de la simplificación se reducen costos.
 La utilidad, al permitir la intercambiabilidad.
 La calidad, ya que permite garantizar la constitución y características de un determinado
producto.
Estos tres objetivos traen consigo una serie de ventajas, que podríamos concretar en las
siguientes:
 Reducción del número de tipos de un determinado producto. En EE .UU. en un
momento determinado, existían 49 tamaños de botellas de leche. Por acuerdo voluntario
de los fabricantes, se redujeron a 9 tipos con un sólo diámetro de boca, obteniéndose una
economía del 25% en el nuevo precio de los envases y tapas de cierre.
 Simplificación de los diseños, al utilizarse en ellos, elementos ya normalizados.
 Reducción en los transportes, almacenamientos, embalajes, archivos, etc.. con la
correspondiente repercusión en la productividad.
En definitiva con la normalización se consigue:
PRODUCIR MÁS Y MEJOR, A TRAVÉS DE LA REDUCCIÓN DE TIEMPOS Y COSTOS.
Evolución histórica, Normas DIN e ISO
Sus principios son paralelos a la humanidad. Basta recordar que ya en las civilizaciones
caldea y egipcia, se habían tipificado los tamaños de ladrillos y piedras, según unos
módulos de dimensiones previamente establecidos. Pero la normalización con base
sistemática y científica nace a finales del siglo XIX, con la Revolución Industrial en los
países altamente industrializados, ante la necesidad de producir más y mejor. Pero el
impulso definitivo llegó con la primera Guerra Mundial (1914-1918). Ante la necesidad de
abastecer a los ejércitos y reparar los armamentos, fue necesario utilizar la industria
privada, a la que se le exigía unas especificaciones de intercambiabilidad y ajustes
precisos.

NORMAS DIN
Fue en este momento, concretamente el 22 de Diciembre de 1917, cuando los ingenieros
alemanes Naubaus y Hellmich, constituyen el primer organismo dedicado a la
normalización:
NADI – Normen-Ausschuss der Deutschen Industrie – Comité de Normalización de la
Industria Alemana.
Este organismo comenzó a emitir normas bajo las siglas:
DIN que significaban Deustcher Industrie Normen (Normas de la Industria Alemana).
En 1926 el NADI cambio su denominación por:
DNA – Deutsches Normen-Ausschuss – Comité de Normas Alemanas
que si bien siguió emitiendo normas bajos las siglas DIN, estas pasaron a significar
“Das Ist Norm” – Esto es norma
Y más recientemente, en 1975, cambio su denominación por:
DIN – Deutsches Institut für Normung – Instituto Alemán de Normalización
Rápidamente comenzaron a surgir otros comités nacionales en los países industrializados,
así en el año 1918 se constituyó en Francia el AFNOR – Asociación Francesa
de Normalización. En 1919 en Inglaterra se constituyó la organización
privada BSI – British Standards Institution.
NORMAS ISO
Ante la aparición de todos estos organismos nacionales de normalización, surgió la
necesidad de coordinar los trabajos y experiencias de todos ellos, con este objetivo se
fundó en Londres en 1926 la:
Internacional Federación of the National Standardization Associations – ISA
Tras la Segunda Guerra Mundial, este organismo fue sustituido en 1947, por
la International Organization for Standardization – ISO – Organización Internacional para la
Normalización. Con sede en Ginebra, y dependiente de la ONU.
A esta organización se han ido adhiriendo los diferentes organismos nacionales dedicados
a la Normalización y Certificación N+C. En la actualidad son 140 los países adheridos, sin
distinción de situación geográfica, razas, sistemas de gobierno, etc.
.
El trabajo de ISO abarca todos los campos de la normalización, a excepción de la
ingeniería eléctrica y electrónica que es responsabilidad
del CEI (Comité Electrotécnico Internacional).

Formatos normalizados
por bartolome | Jul 27, 2015 | Normalización | 0 Comentarios
Concepto
Se llama formato a la hoja de papel en que se realiza un dibujo, cuya forma y dimensiones
en mm. están normalizados. En la norma UNE 1026-2 83 Parte 2, equivalente a la ISO
5457, se especifican las características de los formatos.
Dimensiones
Las dimensiones de los formatos responden a las reglas de doblado, semejanza y
referencia. Según las cuales:
1. Un formato se obtiene por doblado transversal del inmediato superior.
2. La relación entre los lados de un formato es igual a la relación existente entre el lado de un
cuadrado y su diagonal, es decir 1/√2 .
3. Y finalmente para la obtención de los formatos se parte de un formato base de 1 m².
Aplicando estas tres reglas, se determina las dimensiones del formato base llamado A0
cuyas dimensiones serían 1189 x 841 mm.
El resto de formatos de la serie A, se obtendrán por doblados sucesivos del formato A0.
La norma estable para sobres, carpetas, archivadores, etc. dos series auxiliares B y C.
Las dimensiones de los formatos de la serie B, se obtienen como media geométrica de los
lados homólogos de dos formatos sucesivos de la serie A.

Los de la serie C, se obtienen como media geométricas de los lados homólogos de los
correspondientes de la serie A y B.
Excepcionalmente y para piezas alargadas, la norma contempla la utilización de formatos
que denomina especiales y excepcionales, que se obtienen multiplicando por 2, 3, 4 … y
hasta 9 veces las dimensiones del lado corto de un formato.

Plegado
La norma UNE – 1027 – 95, establece la forma de plegar los planos. Este se hará en zig-
zag, tanto en sentido vertical como horizontal, hasta dejarlo reducido a las dimensiones de
archivado. También se indica en esta norma que el cuadro de rotulación, siempre debe
quedar en la parte anterior y a la vista.
Indicaciones en los formatos
Márgenes
En los formatos se debe dibujar un recuadro interior, que delimite la zona útil de dibujo.
Este recuadro deja unos márgenes en el formato, que la norma establece que no sea
inferior a 20 mm. para los formatos A0 y A1, y no inferior a 10 mm. para los formatos A2,
A3 y A4. Si se prevé un plegado para archivado con perforaciones en el papel, se debe
definir un margen de archivado de una anchura mínima de 20 mm., en el lado opuesto al
cuadro de rotulación.
Cuadro de rotulación
Conocido también como cajetín, se debe colocar dentro de la zona de dibujo, y en la parte
inferior derecha, siendo su dirección de lectura, las misma que el dibujo. En UNE – 1035 –
95, se establece la disposición que puede adoptar el cuadro con su dos zonas: la de
identificación, de anchura máxima 170 mm. y la de información suplementaria, que se
debe colocar encima o a la izquierda de aquella.
Señales de centrado
Señales de centrado. Son unos trazos colocados en los extremos de los ejes de simetría
del formato, en los dos sentidos. De un grosor mínimo de 0,5 mm. y sobrepasando el
recuadro en 5 mm. Debe observarse una tolerancia en la posición de 0,5 mm. Estas
marcas sirven para facilitar la reproducción y microfilmado.
Señales de orientación
Señales de orientación. Son dos flechas o triángulos equiláteros dibujados sobre las
señales de centrado, para indicar la posición de la hoja sobre el tablero.
Graduación métrica de referencia
Graduación métrica de referencia. Es una reglilla de 100 mm de longitud, dividida en
centímetros, que permitirá comprobar la reducción del origina en casos de reproducción.

Líneas normalizadas
por bartolome | Jul 27, 2015 | Normalización | 0 Comentarios
Clases de líneas
En los dibujos técnicos se utilizan diferentes tipos de líneas, sus tipos y espesores, han
sido normalizados en las diferentes normas. En esta página no atendremos a la norma
UNE 1-032-82, equivalente a la ISO 128-82.
Solo se utilizarán los tipos y espesores de líneas indicados en la tabla adjunta. En caso de
utilizar otros tipos de líneas diferentes a los indicados, o se empleen en otras aplicaciones
distintas a las indicadas en la tabla, los convenios elegidos deben estar indicados en otras
normas internacionales o deben citarse en una leyenda o apéndice en el dibujo de que se
trate.
En las siguientes figuras, puede apreciarse los diferentes tipos de líneas y sus
aplicaciones. En el cuadro adjunto se concretan los diferentes tipos, su designación y
aplicaciones concretas.
Anchuras de las líneas
Además de por su trazado, las líneas se diferencian por su anchura o grosor. En los
trazados a lápiz, esta diferenciación se hace variando la presión del lápiz, o mediante la
utilización de lápices de diferentes durezas. En los trazados a tinta, la anchura de la línea
deberá elegirse, en función de las dimensiones o del tipo de dibujo, entre la gama
siguiente:
0,18 – 0,25 – 0,35 – 0,5 – 0,7 – 1 – 1,4 y 2 mm.
Dada la dificultad encontrada en ciertos procedimientos de reproducción, no se aconseja la
línea de anchura 0,18.
Estos valores de anchuras, que pueden parecer aleatorios, en realidad responden a la
necesidad de ampliación y reducción de los planos, ya que la relación entre un formato A4
y un A3, es aproximadamente de √2. De esta forma al ampliar un formato A4 con líneas de
espesor 0,5 a un formato A3, dichas líneas pasarían a ser de 5 x √2= 0,7 mm.
La relación entre las anchuras de las líneas finas y gruesas en un mismo dibujo, no debe
ser inferior a 2.
Deben conservarse la misma anchura de línea para las diferentes vistas de una pieza,
dibujadas con la misma escala.
Espaciado entre las líneas
El espaciado mínimo entre líneas paralelas (comprendida la representación de los
rayados) no debe nunca ser inferior a dos veces la anchura de la línea más gruesa. Se
recomienda que este espacio no sea nunca inferior a 0,7 mm.
Orden de prioridad de las líneas coincidentes
En la representación de un dibujo, puede suceder que se superpongan diferentes tipos de
líneas, por ello la norma ha establecido un orden de preferencias a la hora de
representarlas, dicho orden es el siguiente:
1. Contornos y aristas vistos.
2. Contornos y aristas ocultos.
3. Trazas de planos de corte.
4. Ejes de revolución y trazas de plano de simetría.
5. Líneas de centros de gravedad.
6. Líneas de proyección
Los contornos contiguos de piezas ensambladas o unidas deben coincidir, excepto en el
caso de secciones delgadas negras.
Terminación de las líneas de referencia
Una línea de referencia sirve para indicar un elemento (línea de cota, objeto, contorno,
etc.).
Las líneas de referencia deben terminar:
1. En un punto, si acaban en el interior del contorno del objeto representado
2. En una flecha, si acaban en el contorno del objeto representado.
3. Sin punto ni flecha, si acaban en una línea de cota.

Orientaciones sobre la utilización de las líneas


1. Las líneas de ejes de simetría, tienen que sobresalir ligeramente del contorno de la pieza y
también las de centro de circunferencias, pero no deben continuar de una vista a otra.
2. En las circunferencias, los ejes se han de cortar, y no cruzarse, si las circunferencias son
muy pequeñas se dibujarán líneas continuas finas.
3. El eje de simetría puede omitirse en piezas cuya simetría se perciba con toda claridad.
4. Los ejes de simetría, cuando representemos media vista o un cuarto, llevarán en sus
extremos, dos pequeños trazos paralelos.
5. Cuando dos líneas de trazos sean paralelas y estén muy próximas, los trazos de dibujarán
alternados.
6. Las líneas de trazos, tanto si acaban en una línea continua o de trazos, acabarán en trazo.
7. Una línea de trazos, no cortará, al cruzarse, a una línea continua ni a otra de trazos.
8. Los arcos de trazos acabarán en los puntos de tangencia.

Escalas normalizadas
por bartolome | Jul 27, 2015 | Normalización | 0 Comentarios
Para el desarrollo de este tema se han tenido en cuenta las recomendaciones de la norma
UNE-EN ISO 5455:1996.

Concepto
La representación de objetos a su tamaño natural no es posible cuando éstos son muy
grandes o cuando son muy pequeños. En el primer caso, porque requerirían formatos de
dimensiones poco manejables y en el segundo, porque faltaría claridad en la definición de
los mismos.
Esta problemática la resuelve la ESCALA, aplicando la ampliación o reducción necesarias
en cada caso para que los objetos queden claramente representados en el plano del
dibujo.
Se define la ESCALA como la relación entre la dimensión dibujada respecto de su
dimensión real, esto es:

Si el numerador de esta fracción es mayor que el denominador, se trata de una escala de


ampliación, y será de reducción en caso contrario. La escala 1:1 corresponde a un objeto
dibujado a su tamaño real (escala natural).
Escalas normalizadas
Aunque, en teoría, sea posible aplicar cualquier valor de escala, en la práctica se
recomienda el uso de ciertos valores normalizados con objeto de facilitar la lectura de
dimensiones mediante el uso de reglas o escalímetros.
Estos valores son:

No obstante, en casos especiales (particularmente en construcción) se emplean ciertas


escalas intermedias tales como:
1:25, 1:30, 1:40, etc…
Ejemplos prácticos
EJEMPLO 1
Se desea representar en un formato A3 la planta de un edificio de 60 x 30 metros.
La escala más conveniente para este caso sería 1:200 que proporcionaría unas
dimensiones de 30 x 15 cm, muy adecuadas al tamaño del formato.
EJEMPLO 2:
Se desea representar en un formato A4 una pieza de reloj de dimensiones 2 x 1 mm.
La escala adecuada sería 10:1
EJEMPLO 3:
Sobre una carta marina a E 1:50000 se mide una distancia de 7,5 cm entre dos islotes,
¿qué distancia real hay entre ambos?
Se resuelve con una sencilla regla de tres:
si 1 cm del dibujo son 50000 cm reales
7,5 cm del dibujo serán X cm reales
X = 7,5 x 50000 / 1 … y esto da como resultado 375.000 cm, que equivalen a 3,75 km.

Escala gráfica
Basado en el Teorema de Thales se utiliza un sencillo método gráfico para aplicar una
escala.
Véase, por ejemplo, el caso para E 3:5
1. Con origen en un punto O arbitrario se trazan dos rectas r y s formando un ángulo
cualquiera.
2. Sobre la recta r se sitúa el denominador de la escala (5 en este caso) y sobre la recta s el
numerador (3 en este caso). Los extremos de dichos segmentos son A y B.
3. Cualquier dimensión real situada sobre r será convertida en la del dibujo mediante una
simple paralela a AB.
Triángulo universal de escalas
Mediante un triángulo, podemos construir las escalas más sencillas, tanto normalizadas
como no. Como vemos en las figuras, lo podremos hacer mediante un triángulo equilátero
de 10 cm de lado, o mediante un triángulo rectángulo isósceles, cuyos catetos midas 10
cm.
Escala decimal de transversal
Con este tipo de escala se puede obtener, con mayor exactitud, las medidas de un
segmento a escala, ya que en la denominada contraescala, de la parte izquierda,
podremos apreciar las décimas y centésimas de unidad.
En la siguiente imagen podemos ver como hemos construido la escala decimal de
transversales 1:20, y en ella hemos indicado dos ejemplos de mediciones sobre la misma,
2,77 m y 1,53 m.

Uso del escalímetro


En la práctica habitual del dibujo, a la hora de trabajar con escalas, se utilizan los
escalímetros.
La forma más habitual del escalímetro es la de una regla de 30 cm de longitud, con
sección estrellada de 6 facetas o caras. Cada una de estas facetas va graduada con
escalas diferentes, que habitualmente son:
1:100, 1:200, 1:250, 1:300, 1:400, 1:500
Estas escalas son válidas igualmente para valores que resulten de multiplicarlas o
dividirlas por 10, así por ejemplo, la escala 1:300 es utilizable en planos a escala 1:30 ó
1:3000, etc.
Otro modelo, menos habitual de escalímetro, es el escalímetro en abanico, compuesto por
una serie de reglas en las que se han dibujado las diferentes escalas gráficas.

Ejemplos de utilización:
1. Para un plano a E 1:250, se aplicará directamente la escala 1:250 del escalímetro y las
indicaciones numéricas que en él se leen son los metros reales que representa el dibujo.
2. En el caso de un plano a E 1:5000; se aplicará la escala 1:500 y habrá que multiplicar por
10 la lectura del escalímetro. Por ejemplo, si una dimensión del plano posee 27 unidades
en el escalímetro, en realidad estamos midiendo 270 m.
Por supuesto, la escala 1:100 es también la escala 1:1, que se emplea normalmente como
regla graduada en cm.

Obtención de las vistas de un objeto


por bartolome | Jul 28, 2015 | Normalización, Sin categoría | 0 Comentarios
Generalidades
Se denominan vistas principales de un objeto, a las proyecciones ortogonales del mismo
sobre 6 planos, dispuestos en forma de cubo. También se podría definir las vistas como,
las proyecciones ortogonales de un objeto, según las distintas direcciones desde donde se
mire.
Las reglas a seguir para la representación de las vistas de un objeto, se recogen en la
norma UNE 1-032-82, “Dibujos técnicos: Principios generales de representación”,
equivalente a la norma ISO 128-82.
Denominación de las vistas
Si situamos un observador según las seis direcciones indicadas por las flechas,
obtendríamos las seis vistas posibles de un objeto.
Estas vistas reciben las siguientes denominaciones:

Vista A: Vista de frente o alzado


Vista B: Vista superior o planta
Vista C: Vista derecha o lateral derecha
Vista D: Vista izquierda o lateral izquierda
Vista E: Vista inferior
Vista F: Vista posterior
Posiciones relativas de las vistas
Para la disposición de las diferentes vistas sobre el papel, se pueden utilizar dos variantes
de proyección ortogonal de la misma importancia:
 El método de proyección del primer diedro, también
denominado Europeo (antiguamente, método E)
 El método de proyección del tercer diedro, también
denominado Americano (antiguamente, método A)
En ambos métodos, el objeto se supone dispuesto dentro de un cubo, sobre cuyas seis
caras, se realizarán las correspondientes proyecciones ortogonales del mismo.
La diferencia estriba en que, mientras en el sistema Europeo, el objeto se encuentra entre
el observador y el plano de proyección, en el sistema Americano, es el plano de
proyección el que se encuentra entre el observador y el objeto.

El desarrollo del cubo de proyección, nos proporciona sobre un único plano de dibujo, las
seis vistas principales de un objeto, en sus posiciones relativas.
Con el objeto de identificar, en que sistema se ha representado el objeto, se debe añadir el
símbolo que se puede apreciar en las figuras, y que representa el alzado y vista lateral
izquierda, de un cono truncado, en cada uno de los sistemas.
Una vez realizadas las seis proyecciones ortogonales sobre las caras del cubo, y
manteniendo fija, la cara de la proyección del alzado (A), se procede a obtener el
desarrollo del cubo, que como puede apreciarse en las figuras, es diferente según el
sistema utilizado.

El desarrollo del cubo de proyección, nos proporciona sobre un único plano de dibujo, las
seis vistas principales de un objeto, en sus posiciones relativas.
Con el objeto de identificar, en que sistema se ha representado el objeto, se debe añadir el
símbolo que se puede apreciar en las figuras, y que representa el alzado y vista lateral
izquierda, de un cono truncado, en cada uno de los sistemas.

Correspondencia entre las vistas


Como se puede observar en las figuras anteriores, existe una correspondencia obligada
entre las diferentes vistas. Así estarán relacionadas:
1. El alzado, la planta, la vista inferior y la vista posterior, coincidiendo en anchuras.
2. El alzado, la vista lateral derecha, la vista lateral izquierda y la vista posterior, coincidiendo
en alturas.
3. La planta, la vista lateral izquierda, la vista lateral derecha y la vista inferior, coincidiendo
en profundidad.
Habitualmente con tan solo tres vistas, el alzado, la planta y una vista lateral, queda
perfectamente definida una pieza. Teniendo en cuenta las correspondencias anteriores,
implicarían que dadas dos cualquiera de las vistas, se podría obtener la tercera, como

puede apreciarse en la figura:


También, de todo lo anterior, se deduce que las diferentes vistas no pueden situarse de
forma arbitraria. Aunque las vistas aisladamente sean correctas, si no están correctamente
situadas, no definirán la pieza.

Elección de las vistas de un objeto, y vistas


especiales
por bartolome | Jul 28, 2015 | Normalización | 0 Comentarios
Elección del alzado
En la norma UNE 1-032-82 se especifica claramente que “La vista más característica
del objeto debe elegirse como vista de frente o vista principal”. Esta vista
representará al objeto en su posición de trabajo, y en caso de que pueda ser utilizable en
cualquier posición, se representará en la posición de mecanizado o montaje.
En ocasiones, el concepto anterior puede no ser suficiente para elegir el alzado de una
pieza, en estos casos se tendrá en cuenta los principios siguientes:
1. Conseguir el mejor aprovechamiento de la superficie del dibujo.
2. Que el alzado elegido, presente el menor número posible de aristas ocultas.
3. Y que nos permita la obtención del resto de vistas, planta y perfiles, lo más simplificadas
posibles.
Siguiendo las especificaciones anteriores, en la pieza de la figura 1, adoptaremos como
alzado la vista A, ya que nos permitirá apreciar la inclinación del tabique a y la forma
en L del elemento b, que son los elementos más significativos de la pieza.

En ocasiones, una incorrecta elección del alzado, nos conducirá a aumentar el número de
vistas necesarias; es el caso de la pieza de la figura 2, donde el alzado correcto sería la
vista A, ya que sería suficiente con esta vista y la representación de la planta, para que la
pieza quedase correctamente definida; de elegir la vista B, además de la planta
necesitaríamos representar una vista lateral.
Elección de las vistas necesarias
Para la elección de las vistas de un objeto, seguiremos el criterio de que estas deben ser,
las mínimas, suficientes y adecuadas, para que la pieza quede total y correctamente
definida. Seguiremos igualmente criterios de simplicidad y claridad, eligiendo vistas en
las que se eviten la representación de aristas ocultas. En general, y salvo en piezas muy
complejas, bastará con la representación del alzado planta y una vista lateral. En piezas
simples bastará con una o dos vistas. Cuando sea indiferente la elección de la vista de
perfil, se optará por la vista lateral izquierda, que como es sabido se representa a la
derecha del alzado.
Cuando una pieza pueda ser representada por su alzado y la planta o por el alzado y una
vista de perfil, se optará por aquella solución que facilite la interpretación de la pieza, y de
ser indiferente aquella que conlleve el menor número de aristas ocultas.
En los casos de piezas representadas por una sola vista, esta suele estar complementada
con indicaciones especiales que permiten la total y correcta definición de la pieza:
1. En piezas de revolución se incluye el símbolo del diámetro (figura 1).
2. En piezas prismáticas o troncopiramidales, se incluye el símbolo del cuadrado y/o la “cruz
de San Andrés” (figura 2).
3. En piezas de espesor uniforme, basta con hacer dicha especificación en lugar bien visible

(figura 3).
Vistas especiales
Con el objeto de conseguir representaciones más claras y simplificadas, ahorrando a su
vez tiempo de ejecución, pueden realizarse una serie de representaciones especiales de
las vistas de un objeto. A continuación detallamos los casos más significativos:
Vistas de piezas simétricas
En los casos de piezas con uno o varios ejes de simetría, puede representarse dicha pieza
mediante una fracción de su vista (figuras 1 y 2). La traza del plano de simetría que limita
el contorno de la vista, se marca en cada uno de sus extremos con dos pequeños trazos
finos paralelos, perpendiculares al eje. También se pueden prolongar las arista de la pieza,
ligeramente más allá de la traza del plano de simetría, en cuyo caso, no se indicarán los
trazos paralelos en los extremos del eje (figura 3).
Vistas cambiadas de posición
Cuando por motivos excepcionales, una vista no ocupe su posición según el método
adoptado, se indicará la dirección de observación mediante una flecha y una letra
mayúscula; la flecha será de mayor tamaño que las de acotación y la letra mayor que las
cifras de cota. En la vista cambiada de posición se indicará dicha letra, o bien la indicación
de “Visto por ..” (figuras 4 y 5).

Vistas de detalle
Si un detalle de una pieza, no quedara bien definido mediante las vistas normales, podrá
dibujarse un vista parcial de dicho detalle. En la vista de detalle, se indicará la letra
mayúscula identificativa de la dirección desde la que se ve dicha vista, y se limitará
mediante una línea fina a mano alzada. La visual que la originó se identificará mediante
una flecha y una letra mayúscula como en el apartado anterior (figuras 6).
En otras ocasiones, el problema resulta ser las pequeñas dimensiones de un detalle de la
pieza, que impide su correcta interpretación y acotación. En este caso se podrá realizar
una vista de detalle ampliada convenientemente. La zona ampliada, se identificará
mediante un círculo de línea fina y una letra mayúscula; en la vista ampliada se indicará la
letra de identificación y la escala utilizada (figuras 7).

Vistas locales
En elementos simétricos, se permite realizar vistas locales en lugar de una vista completa.
Para la representación de estas vistas se seguirá el método del tercer diedro,
independientemente del método general de representación adoptado. Estas vistas locales
se dibujan con línea gruesa, y unidas a la vista principal por una línea fina de trazo y punto
(figuras 8 y 9).

Vistas giradas
Tienen como objetivo, el evitar la representación de elementos de objetos, que en vista
normal no aparecerían con su verdadera forma. Suele presentarse en piezas con nervios o
brazos que forman ángulos distintos de 90º respecto a las direcciones principales de los
ejes. Se representará una vista en posición real, y la otra eliminando el ángulo de
inclinación del detalle (figuras 10 y 11).

Vistas desarrolladas
En piezas obtenidas por doblado o curvado, se hace necesario representar el contorno
primitivo de dicha pieza, antes de su conformación, para apreciar su forma y dimensiones
antes del proceso de doblado. Dicha representación se realizará con línea fina de trazo y
doble punto (figura 12).

Vistas auxiliares oblicuas
En ocasiones se presentan elementos en piezas, que resultan oblicuos respecto a los
planos de proyección. Con el objeto de evitar la proyección deformada de esos elementos,
se procede a realizar su proyección sobre planos auxiliares oblicuos. Dicha proyección se
limitará a la zona oblicua, de esta forma dicho elemento quedará definido por una vista
normal y completa y otra parcial (figuras 13). En ocasiones determinados elementos de
una pieza resultan oblicuos respecto a todos los planos de proyección, en estos casos
habrá de realizarse dos cambios de planos, para obtener la verdadera magnitud de dicho
elemento, estas vistas se denominan vistas auxiliares dobles.
Si partes interiores de una pieza ocupan posiciones especiales oblicuas, respecto a los
planos de proyección, se podrá realizar un corte auxiliar oblicuo, que se proyectará
paralelo al plano de corte y abatido. En este corte las partes exteriores vistas de la pieza
no se representan, y solo se dibuja el contorno del corte y las aristas que aparecen como
consecuencia del mismo (figura 14).
Representaciones convencionales
Con el objeto de clarificar y simplificar las representaciones, se conviene realizar ciertos
tipos de representaciones que se alejan de las reglas por las que se rige el sistema.
Aunque son muchos los casos posibles, los tres indicados, son suficientemente
representativos de este tipo de convencionalismo (figuras 15, 16 y 17), en ellos se indican
las vista reales y las preferibles.

Intersecciones ficticias
En ocasiones las intersecciones de superficies, no se produce de forma clara, es el caso
de los redondeos, chaflanes, piezas obtenidas por doblado o intersecciones de cilindros de
igual o distinto diámetro. En estos casos las líneas de intersección se representarán
mediante una línea fina que no toque los contornos de la piezas. Los tres ejemplos
siguientes muestran claramente la mecánica de este tipo de intersecciones (figuras
18, 19 y 20).

 
Cortes, secciones y roturas
por bartolome | Jul 28, 2015 | Normalización, Sin categoría | 0 Comentarios
Introducción
En ocasiones, debido a la complejidad de los detalles internos de una pieza, su
representación se hace confusa, con gran número de aristas ocultas, y la limitación de no
poder acotar sobre dichas aristas. La solución a este problema son los cortes y secciones,
que estudiaremos en este tema.
También en ocasiones, la gran longitud de determinadas piezas, dificultan su
representación a escala en un plano, para resolver dicho problema se hará uso de las
roturas, artificio que nos permitirá añadir claridad y ahorrar espacio.
Las reglas a seguir para la representación de los cortes, secciones y roturas, se recogen
en la norma UNE 1-032-82, “Dibujos técnicos: Principios generales de
representación”, equivalente a la norma ISO 128-82.
Generalidades sobre cortes y secciones
Un corte es el artificio mediante el cual, en la representación de una pieza, eliminamos
parte de la misma, con objeto de clarificar y hacer más sencilla su representación y
acotación.
En principio el mecanismo es muy sencillo. Adoptado uno o varios planos de corte,
eliminaremos ficticiamente de la pieza, la parte más cercana al observador, como puede
verse en las figuras.

Como puede verse en las figuras siguientes, las aristas interiores afectadas por el corte, se
representarán con el mismo espesor que las aristas vistas, y la superficie afectada por el
corte, se representa con un rayado. A continuación en este tema, veremos como se
representa la marcha del corte, las normas para el rayado del mismo, etc..

Se denomina sección a la intersección del plano de corte con la pieza (la superficie


indicada de color rojo), como puede apreciarse cuando se representa una sección, a
diferencia de un corte, no se representa el resto de la pieza que queda detrás de la misma.
Siempre que sea posible, se preferirá representar la sección, ya que resulta más clara y
sencilla su representación.

Líneas de rotura en los materiales


Cuando se trata de dibujar objetos largos y uniformes, se suelen representar interrumpidos
por líneas de rotura. Las roturas ahorran espacio de representación, al suprimir partes
constantes y regulares de las piezas, y limitar la representación, a las partes suficientes
para su definición y acotación.
Las roturas, están normalizadas, y su tipos son los siguientes:
1. Las normas UNE definen solo dos tipos de roturas (figuras 1 y 2), la primera se indica
mediante una línea fina, como la de los ejes, a mano alzada y ligeramente curvada, la
segunda suele utilizarse en trabajos por ordenador.
2. En piezas en cuña y piramidales (figuras 3 y 4), se utiliza la misma línea fina y ligeramente
curva. En estas piezas debe mantenerse la inclinación de las aristas de la pieza.
3. En piezas de madera, la línea de rotura se indicará con una línea en zig-zag (figura 5).
4. En piezas cilíndricas macizas, la línea de rotura de indicará mediante las característica
lazada (figura 6).

5. En piezas cónicas, la línea de rotura se indicará como en el caso anterior, mediante


lazadas, si bien estas resultarán de diferente tamaño (figura 7).
6. En piezas cilíndricas huecas (tubos), la línea de rotura se indicará mediante una doble
lazada, que patentizarán los diámetros interior y exterior (figura 8).
7. Cuando las piezas tengan una configuración uniforme, la rotura podrá indicarse con una
línea de trazo y punto fina, como la las líneas de los ejes (figura 9).
Representación de la marcha de un corte
Cuando la trayectoria de un corte sea evidente, no será necesaria ninguna indicación
(figura 1). En el caso de que dicha trayectoria no sea evidente o se realice mediante varios
planos de corte, el recorrido se indicará mediante una línea de trazo y punto fino, que se
representará con trazos gruesos en sus extremos y cambios de dirección (figuras 2, 3 y 4).
En los extremos del plano de corte se situarán dos letras mayusculas, que servirán de
referencia del mismo, estas letras podrán ser repetidas A-A o consecutivas A-B. También
en los extremos se consignan dos flechas, que indican el sentido de observación. Sobre la
vista afectada del corte, se indicarán las letras definidoras del corte.
Un corte puede realizarse por diferentes tipos de planos: un único plano (figura 1), por
planos paralelos (figura 2), por planos sucesivos (figura 3), y por planos concurrentes
(figura 4), en este último caso, uno de ellos se gira antes del abatimiento.

Norma para el rayado de los cortes


Las superficies de una pieza afectadas por un corte, se resaltan mediante un raya de
líneas paralelas, cuyo espesor será el más fino de la serie utilizada. Basándonos en las
normas UNE, podemos establecer las siguientes reglas, para la realización de los rayado:
1. La inclinación del rayado será de 45º respecto a los ejes de simetría o contorno principal
de la pieza (figura 1).
2. La separación entre las líneas de rayado dependerá de tamaño de la pieza, pero nunca
deberá ser inferior a 0,7 mm. ni superior a 3 mm. (figura 2).
3. En piezas de gran tamaño, el rayado puede reducirse a una zona que siga el contorno de
la superficie a rayar (figura 3).
4. En los casos de cortes parciales o mordeduras, la separación entre la parte seccionada y
el resto de la pieza, se indica con una línea fina a mano alzada, y que no debe coincidir
con ninguna arista ni eje de la pieza (figura 4).
5. Las diferentes zonas rayadas de una pieza, pertenecientes a un mismo corte, llevarán la
misma inclinación y separación (figura 5), igualmente se mantendrá el mismo rayado
cuando se trate de cortes diferentes sobre una misma pieza (figura 6).
6. En piezas afectadas por un corte por planos paralelos, se empleará el mismo rayado,
pudiendo desplazarse en la línea de separación, para una mayor comprensión del dibujo
(figura 7).

7. En cortes sobre representaciones de conjuntos, las diferentes piezas se rayarán


modificando la inclinación de 45º, y cuando no pueda evitarse, se variará la separación del
rayado (figura 8).
8. Las superficies delgadas, no se rayan, sino que se ennegrecen. Si hay varias superficies
contiguas, se dejará una pequeña separación entre ellas, que no será inferior a 7 mm.
(figura 9).
9. Debe evitarse la consignación de cotas sobre superficies sobre las superficies rayadas. En
caso de consignarse, se interrumpirá el rayado en la zona de la cifra de cota, pero no en
las flechas ni líneas de cota (figura 10).
10. No se dibujarán aristas ocultas sobre las superficies rayadas de un corte. Y solo se
admitirán excepcionalmente, si es inevitable, o con ello se contribuye decisivamente a la
lectura e interpretación de la pieza (figura 11).

Elementos que no se seccionan


Las normas establecen como piezas no seccionables: los tornillos, tuercas, arandelas
pasadores, remaches, eslabones de cadena, chavetas, tabiques de refuerzo, nervios,
orejeras, bolas de cojinetes, mangos de herramientas, ejes, brazos de ruedas y poleas,
etc.. A modo de ejemplo se incluyen los ejemplos siguientes: tornillo, tuerca y remache
(figura 1), eslabón de cadena (figura 2), mango de herramienta (figura 3), tabiques de
refuerzo (figura 4), unión roscada (figura 5), y brazos de polea (figura 6).

Tipos de corte
Los diferentes tipos de cortes que podemos realizar, pueden ser clasificados en tres
grandes grupos:
1. Corte total, es el producido por uno o varios planos, que atraviesan totalmente la pieza,
dejando solamente en vista exterior las aristas de contorno (figuras 1 y 2).
2. Semicorte o corte al cuarto (figura 3). Se utilizan en piezas que tienen un eje de simetría,
representándose media pieza en sección y la otra mitad en vista exterior. En este tipo de
corte nose representarán aristas ocultas, con objeto de que la representación sea más
clara. En ocasiones coincide una arista con el eje de simetría, en dicho caso prevalecerá la
arista. En este tipo de corte, siempre que sea posible, se acotarán los elementos exteriores
de la pieza a un lado, y los interiores al otro.
3. Corte parcial o mordedura (figura 4). En ocasiones solo necesitamos poder representar
pequeños detalles interiores de una pieza, en estos casos no será necesario un corte total
o al cuarto, y será suficiente con este tipo de corte. El corte parcial se delimitará mediante
una línea fina y ligeramente sinuosa.

Secciones abatidas
Este tipo de secciones se utilizan siempre que no obstaculicen la claridad de la
representación. Están producidas por planos perpendiculares a los de proyección, y se
representan girándolas 90º sobre su eje, hasta colocarlas sobre el mismo plano del dibujo.
Podremos utilizar los siguientes tipos:
1. Secciones abatidas sin desplazamiento. Se representarán delimitadas por una línea fina
(figuras 1 y 2).

2. Secciones abatidas con desplazamiento. Se representarán delimitadas por una línea


gruesa. La sección desplazada puede colocarse en la posición de proyección normal,
cerca de la pieza y unida a esta mediante una línea fina de trazo y punto (figura 3), o bien
desplazada a una posición cualquiera, en este caso se indicará el plano de corte y el
nombre de la sección (figura 4).

3. Secciones abatidas sucesivas. El desplazamiento de la sección se podrá realizar a lo


largo del eje (figura 5); desplazadas a lo largo del plano de corte (figura 6), o desplazadas
a una posición cualquiera (figura 7).
Generalidades, elementos y clasificación
de las cotas
por bartolome | Jul 28, 2015 | Normalización | 0 Comentarios
 Generalidades
La acotación es el proceso de anotar, mediante líneas, cifras, signos y símbolos, las
mediadas de un objeto, sobre un dibujo previo del mismo, siguiendo una serie de reglas y
convencionalismos, establecidos mediante normas.
La acotación es el trabajo más complejo del dibujo técnico, ya que para una correcta
acotación de un dibujo, es necesario conocer, no solo las normas de acotación, sino
también, el proceso de fabricación de la pieza, lo que implica un conocimiento de las
máquinas-herramientas a utilizar para su mecanizado. Para una correcta acotación,
también es necesario conocer la función adjudicada a cada dibujo, es decir si servirá para
fabricar la pieza, para verificar las dimensiones de la misma una vez fabricada, etc..
Por todo ello, aquí daremos una serie de normas y reglas, pero será la práctica y la
experiencia la que nos conduzca al ejercicio de una correcta acotación.
Principios generales de acotación
Con carácter general se puede considerar que el dibujo de una pieza o mecanismo, está
correctamente acotado, cuando las indicaciones de cotas utilizadas sean las mínimas,
suficientes y adecuadas, para permitir la fabricación de la misma. Esto se traduce en los
siguientes principios generales:
1. Una cota solo se indicará una sola vez en un dibujo, salvo que sea indispensable repetirla.
2. No debe omitirse ninguna cota.
3. Las cotas se colocarán sobre las vistas que representen más claramente los elementos
correspondientes.
4. Todas las cotas de un dibujo se expresarán en las mismas unidades, en caso de utilizar
otra unidad, se expresará claramente, a continuación de la cota.
5. No se acotarán las dimensiones de aquellas formas, que resulten del proceso de
fabricación.
6. Las cotas se situarán por el exterior de la pieza. Se admitirá el situarlas en el interior,
siempre que no se pierda claridad en el dibujo.
7. No se acotará sobre aristas ocultas, salvo que con ello se eviten vistas adicionales, o se
aclare sensiblemente el dibujo. Esto siempre puede evitarse utilizando secciones.
8. Las cotas se distribuirán, teniendo en cuenta criterios de orden, claridad y estética.
9. Las cotas relacionadas. como el diámetro y profundidad de un agujero, se indicarán sobre
la misma vista.
10. Debe evitarse, la necesidad de obtener cotas por suma o diferencia de otras, ya que puede
implicar errores en la fabricación.
Elementos que intervienen en la acotación
En el proceso de acotación de un dibujo, además de la cifra de cota, intervienen líneas y
símbolos, que variarán según las características de la pieza y elemento a acotar.
Todas las líneas que intervienen en la acotación, se realizarán con el espesor más fino de
la serie utilizada.

Los elementos básicos que intervienen en la acotación son:


Líneas de cota: Son líneas paralelas a la superficie de la pieza objeto de medición.
Cifras de cota: Es un número que indica la magnitud. Se sitúa centrada en la línea de
cota. Podrá situarse en medio de la línea de cota, interrumpiendo esta, o sobre la misma,
pero en un mismo dibujo se seguirá un solo criterio.
Símbolo de final de cota: Las líneas de cota serán terminadas en sus extremos por un
símbolo, que podrá ser una punta de flecha, un pequeño trazo oblicuo a 45º o un pequeño
círculo.

Líneas auxiliares de cota: Son líneas que parten del dibujo de forma perpendicular a la
superficie a acotar, y limitan la longitud de las líneas de cota. Deben sobresalir ligeramente
de las líneas de cota, aproximadamente en 2 mm. Excepcionalmente, como veremos
posteriormente, pueden dibujarse a 60º respecto a las líneas de cota.

Líneas de referencia de cota: Sirven


para indicar un valor dimensional, o una nota explicativa en los dibujos, mediante una línea
que une el texto a la pieza. Las líneas de referencia, terminarán:
En flecha, las que acaben en un contorno de la pieza.
En un punto, las que acaben en el interior de la pieza.
Sin flecha ni punto, cuando acaben en otra línea.
La parte de la línea de referencia donde se rotula el texto, se dibujará paralela al elemento
a acotar, si este no quedase bien definido, se dibujará horizontal, o sin línea de apoyo para
el texto.
Símbolos: En ocasiones, a la cifra de cota le acompaña un símbolo indicativo de
características formales de la pieza, que simplifican su acotación, y en ocasiones permiten
reducir el número de vistas necesarias, para definir la pieza. Los símbolos más usuales
son:

Clasificación de las cotas


Existen diferentes criterios para clasificar las cotas de un dibujo, aquí veremos dos
clasificaciones que considero básicas, e idóneas para quienes se inician en el dibujo
técnico.
En función de su importancia, las cotas se pueden clasificar en:

Cotas funcionales (F): Son aquellas cotas esenciales, para que la pieza pueda cumplir su
función.
Cotas no funcionales (NF): Son aquellas que sirven para la total definición de la pieza,
pero no son esenciales para que la pieza cumpla su función.
Cotas auxiliares (AUX): También se les suele llamar “de forma”. Son las cotas que dan las
medidas totales, exteriores e interiores, de una pieza. Se indican entre paréntesis. Estas
cotas no son necesarias para la fabricación o verificación de las piezas, y pueden
deducirse de otras cotas.

En función de su cometido
en el plano, las cotas se pueden clasificar en:
Cotas de dimensión (d): Son las que indican el tamaño de los elementos del dibujo
(diámetros de agujeros, ancho de la pieza, etc.).
Cotas de situación (s): Son las que concretan la posición de los elementos de la pieza.

También podría gustarte