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El tabaco como todas las drogas, causa dependencia física y psicológica y tolerancia a
las sustancias adictivas. La nicotina es una de las sustancias del tabaco causantes de la
dependencia psicológica, que a su vez va desarrollando tolerancia y con ello la demanda
de mayor cantidad de la droga en el cuerpo, para sentir sus efectos. Así un fumador,
puede fácilmente pasar de consumir uno o dos cigarrillos a una cajetilla diaria.
El humo del tabaco es el que perjudica enormemente la salud de las personas no
fumadoras que están expuestas a él. Su composición es muy compleja y sus principales
componentes son: el alquitrán, la nicotina, el monóxido de carbono y los irritantes. De
estos el alquitrán y los irritantes son los responsables del cáncer de pulmón, la bronquitis
crónica y el enfisema.
Una persona que fuma una cajetilla diaria, inhala alrededor de 840 centímetros cúbicos
de alquitrán de tabaco por año, lo que significa que rocía sus vías respiratorias
superiores y los pulmones con algo más de tres cuartos de litro de alquitrán, que además
contiene, benzopireno que es una sustancia que lesiona el material genético de las
células produciendo cáncer en los órganos con los que se pone en contacto como los
pulmones, la boca, garganta y estómago
Ahora bien, el sistema respiratorio tiene su propia forma de limpieza, ésta cuenta en
algunas partes específicas con cilios (vellosidades microscópicas parecidas a pequeñas
escobas) encargadas de remover el polvo. Por cada cigarro que una persona consuma,
también aspira una mezcla tóxica de gases y aire que cuenta con más de 4 mil clases
diferentes de químicos, sustancias irritantes y cancerígenas.
Por esto es que el humo del cigarro detiene total o parcialmente el movimiento de los
cilios, entorpeciendo el proceso natural de limpieza de nuestro sistema respiratorio, y
colocando en él las sustancias tóxicas antes mencionadas.