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FACULTAD DE EDUCACION
PREAMBULO
Al surgir el feudalismo se denota una brecha que para ese entonces ya establecía una
discriminación de clases, aunque finalmente la idea primordial era el control político y social
que pudiera satisfacer los intereses eclesiásticos. En este caso la clase pudiente como los
señores y caballeros se preparaban para las armas y la cortesía con la finalidad de remarcar la
distinción de clase de ahí el surgimiento de la nobleza. Durante esta época también surge la
creación de las universidades por parte de las escuelas catedralicias, esto en el siglo XII
logrando una total autonomía. Posteriormente a la llegada de la Revolución Industrial la
actividad científica e intelectual toma fuerza en la sociedad totalmente desligada de la
religión. En la etapa de la escolástica la religión gana terreno retomando y propagando la fe
cristiana con la intención de llevar al hombre a la inteligencia en el entendimiento de los
libros sagrados y definiciones dogmáticas estableciendo un contraste entre la fe y la razón.
Tiempo después durante el auge de la dialéctica se le otorgó un voto de confianza a la razón
con la finalidad de comprender la realidad de la fe, contrario a los antidialécticos que
apelaban a la autoridad de los santos y profetas.
LA EDAD MEDIA
3-1. La Edad Media o Medioevo es el período histórico de la civilización
occidental comprendido entre el V y el XV. Convencionalmente, su inicio se sitúa en el
año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con
el descubrimiento de América o en 1453 con la caída del Imperio bizantino, fecha que tiene
la singularidad de coincidir con la invención de la imprenta -publicación de la Biblia de
Gutenberg- y con el fin de la guerra de los Cien Años.
A día de hoy, los historiadores del período prefieren matizar esta ruptura entre Antigüedad y
Edad Media de manera que entre los siglos III y VIII se suele hablar de Antigüedad Tardía,
que habría sido una gran etapa de transición en todos los ámbitos: en lo económico, para la
sustitución del modo de producción esclavista por el modo de producción feudal; en lo social,
para la desaparición del concepto de ciudadanía romana y la definición de
los estamentos medievales, en lo político para la descomposición de las estructuras
centralizadas del Imperio romano que dio paso a una dispersión del poder; y en lo ideológico
y cultural para la absorción y sustitución de la cultura clásica por la teocéntricas culturas
cristiana o islámica (cada una en su espacio).
Suele dividirse en dos grandes períodos: Temprana o Alta Edad Media (ss. V-X, sin una clara
diferenciación con la Antigüedad Tardía); y Baja Edad Media (ss. XI-XV), que a su vez
puede dividirse en un periodo de plenitud, la Plena Edad Media (ss. XI-XIII), y los dos
últimos siglos que presenciaron la crisis del siglo XIV.
Aunque hay algunos ejemplos de utilización previa, el concepto de Edad Media nació como
la segunda edad de la división tradicional del tiempo histórico debida a Cristóbal
Cellarius, quien la consideraba un tiempo intermedio, sin apenas valor por sí mismo, entre
la Edad Antigua identificada con el arte y la cultura de la civilización grecorromana de
la Antigüedad clásica y la renovación cultural de la Edad Moderna -en la que él se sitúa- que
comienza con el Renacimiento y el Humanismo. La popularización de este esquema ha
perpetuado un preconcepto erróneo: el de considerar a la Edad Media como una época
oscura, sumida en el retroceso intelectual y cultural, y un aletargamiento social y económico
secular (que a su vez se asocia con el feudalismo en sus rasgos más oscurantistas, tal como se
definió por los revolucionarios que combatieron el Antiguo Régimen). Sería un periodo
dominado por el aislamiento, la ignorancia, la teocracia, la superstición y el
miedo milenarista alimentado por la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad de
guerras e invasiones constantes y epidemias apocalípticas.
Sin embargo, en este largo período de mil años hubo todo tipo de hechos y procesos muy
diferentes entre sí, diferenciados temporal y geográficamente, respondiendo tanto a
influencias mutuas con otras civilizaciones y espacios como a dinámicas internas. Muchos de
ellos tuvieron una gran proyección hacia el futuro, entre otros los que sentaron las bases del
desarrollo de la posterior expansión europea, y el desarrollo de los agentes sociales que
desarrollaron una sociedad estamental de base predominantemente rural pero que presenció el
nacimiento de una incipiente vida urbana y una burguesía que con el tiempo desarrollarán
el capitalismo. Lejos de ser una época inmovilista, la Edad Media, que había comenzado
con migraciones de pueblos enteros, y continuado con grandes procesos repobladores
(Repoblación en la península ibérica, Ostsiedlung en Europa Oriental) vio cómo en sus
últimos siglos los antiguos caminos (muchos de ellos vías romanas decaídas) se reparaban y
modernizaban con airosos puentes, y se llenaban de toda clase de viajeros
(guerreros, peregrinos, mercaderes, estudiantes, goliardos, etc.) encarnando la metáfora
espiritual de la vida como un viaje (homo viator).
También surgieron en la Edad Media formas políticas nuevas, que van desde el califato
islámico a los poderes universales de la cristiandad latina (Pontificado e Imperio) o el
Imperio bizantino y los reinos eslavos integrados en la cristiandad oriental (aculturación y
evangelización de Cirilo y Metodio); y en menor escala, todo tipo de ciudades estado, desde
las pequeñas ciudades episcopales alemanas hasta repúblicas que mantuvieron imperios
marítimos como Venecia; dejando en la mitad de la escala a la que tuvo mayor proyección
futura: las monarquías feudales, que transformadas en monarquías autoritarias prefiguraban el
estado moderno.
Esa misma Europa Occidental produjo una impresionante sucesión de estilos artísticos
(prerrománico, románico y gótico), que en las zonas fronterizas se mestizaron también con
el arte islámico (mudéjar, arte andalusí, arte árabe-normando) o con el arte bizantino.
Esa misma Europa Occidental produjo una impresionante sucesión de estilos artísticos
(prerrománico, románico y gótico), que en las zonas fronterizas se mestizaron también con
el arte islámico (mudéjar, arte andalusí, arte árabe-normando) o con el arte bizantino.
3-2. Feudalismo
La morada feudal, el castillo, estaba concebido para las exigencias de defensa y de combate.
Las ocupaciones cotidianas se limitaban a la administración de justicia y a la vigilancia de los
subordinados. Los periodos de ocio eran prolongados, y durante los mismo el señor se
dedicaba a las diversiones, sobre todo a la caza y a los torneos.
Al comienzo los castillos eran de madera. Recién hacia el siglo XII se hicieron de piedra. El
castillo se construía sobre una cima y era un lugar amurallado y rodeado de un profundo foso
salvado por un puente levadizo. En su interior había un patio que comunicaba con las
diferentes estancias del castillo: los pabellones para la tropa y los servidores, el almacén, los
establos y la capilla. La parte más importante era el edificio que servía de vivienda al noble y
a su familia. En ella destacaba la torre del homenaje, la de mayor elevación. La vida en el
castillo resultaba generalmente incómoda e insalubre debido a los rudimentarios medios de
que se disponía, la escasa aireación y la falta de higiene. Asimismo, era una vida monótona,
sobre todo para las mujeres, que apenas salían del castillo.
Para compensar las horas de tedio en el castillo, los señores feudales organizaban con
frecuencia cacerías y torneos. El torneo era la diversión predilecta. Se celebraba en las
proximidades del castillo, donde acudían numerosos nobles de otras comarcas que instalaban
sus tiendas ahí. Entonces, los guerreros más diestros y vigorosos se preparaban para el
combate. El torneo duraba normalmente dos días. El primero se dedicaba a los combates
individuales entre los nobles: cabalgando a gran velocidad dos nobles se enfrentaban,
armados con una lanza de madera. El que derribaba a su contendor, era el triunfador. El
segundo día, en cambio, se celebraban enfrentamientos entre unidades completas de
guerreros. Con cierta frecuencia, algunas personas morían en los torneos. Aun así, a lo largo
de este peligroso juego se realizaban grandes banquetes y bailes.
3-2-5. El Vasallaje
A través del contrato de vasallaje, el señor adquiría poder sobre el vasallo, pues éste le
prometía fidelidad, obediencia y respeto pero este contrato determinaba, también, ciertas
obligaciones y derechos por ambas partes.
Mientras el vasallo se comprometía a apoyar a su señor con consejos y ayuda militar y
económica, el señor, por su parte, se comprometía a proteger al vasallo y a entregarle una
compensación material que dependía de su generosidad: caballos, armas, vestidos lujosos y
sobre todo,, tierras.
Deberes mutuos entre el señor y el vasallo
3-2-5-3. El Feudo
Todos los feudos giraban alrededor de la residencia habitual del señor feudal: el castillo o la
abadía. Los nobles raramente cultivaban todas sus tierras. Por eso concedían una buena parte
de ellas a otras personas. Conceder la tierra equivalía a adquirir un poder: el de participar en
los recursos de las familias a quienes se les entregaba. La tierra cultivable se dividía en tres
partes diferentes:
Hacia el siglo XI, a los vasallos de gran importancia se les entregó con mucha frecuencia en
feudo una iglesia con su abadía. Con este tipo de feudo, los vasallos percibían todas las rentas
que surgían del dominio de éste o del propio ejercicio del ministerio eclesiástico: los
diezmos, que eran la décima parte de la iglesia, y las ofrendas de los fieles, entre otras rentas
más. Estas rentas de naturaleza eclesiástica y especialmente, los diezmos, figuraron entre los
objetos más codiciados para su concesión en feudo, pues con ellos se podían amasar grandes
fortunas.
Uno de los problemas que se plantean los historiadores al estudiar el feudo es el tipo de
derecho que tenían sobre el feudo, el señor que lo otorgaba y el vasallo que lo recibía. Al
principio del periodo feudal, la naturaleza de este derecho no ofrecía dudas: el señor era el
propietario y el vasallo sólo tenía derecho al usufructo del feudo, es decir, a apropiarse de su
producción, pero sin hacer ningún tipo de cambio sobre este territorio. Sin embargo, a lo
largo del feudalismo, el vasallo adquirió cada vez más poder sobre el feudo, pues su servicio
era indispensable para las empresas políticas o militares del señor. Por eso, a la larga, los
vasallos dispusieron de sus feudos a su antojo: lo desmembraron para repartírselo a sus hijos
y modificaron sus cultivos según sus propias necesidades.
3-3-3. La herencia de un feudo
El contrato de vasallaje podía renovarse entre los herederos: por eso el feudo también se
heredaba. Para reglamentar esta herencia, en casi todos los países se estableció una
costumbre: la primogenitura. Sin embargo, como feudo fue cada vez más visto por el vasallo
como un elemento de su fortuna personal, el vasallo intento beneficiar a todos sus hijas con
sus bienes territoriales, y no solo al mayor. Por eso, a la larga, los feudos tendieron a
fragmentarse enormemente, sobre todo en países como Francia y Alemania.
3-4. La Caballería
Como en la época feudal la gente no sabía leer ni escribir, los contratos escritos casi no se
usaban, la gente confirmaba todo a través de ceremonias. Mediante una de ellas se ingresaba
a la caballería después de un largo período de aprendizaje como escudero, sirviendo al lado
de un señor. El acto comenzaba en la noche, cuando el futuro caballero permanecía despierto
al lado de sus armas, velándolas. A la mañana siguiente, después de oír misa y comulgar, se
armaba al caballero. Después de jurar cumplir todas sus obligaciones propias de tal
condición, su padrino le calzaba la espuela derecha y con la espada, le daba un golpe en la
nuca: el espaldarazo. Así, se ingresaba a la caballería.
Educación Medieval
3-5. La cultura en los primeros siglos.
En los siglos VII y VIII se produce una discontinuación en la actividad cultural de Occidente.
Las condiciones de la vida en la Europa bárbara son a tal punto, difíciles que la cultura queda
reducida casi a cero y en todo lo que se puede hacer para salvar del naufragio algunos
elementos que más adelante alimentaran su resurgimiento.
La cultura empezó a florecer bajo la influencia de Carlomagno, cuyo móvil principal era
procurarse un número de funcionarios laicos y eclesiásticos suficientes para administrar el
imperio. Su primera preocupación fue restablecer un cierto nivel cultural entre los clérigos,
de forma que a su vez pudieran fundar escuelas y difundir la cultura.
La palabra "palatina", proviene del latín "palladium", palacio, casa real. La escuela Palatina,
se denomina así a la institución educativa instalada en el ámbito de un palacio real, o
perteneciente al palacio. La escuela Palatina Tiene como misión la educación de los niños de
la aristocracia del imperio. La escuela Palatina dirigida por Alcuino, se convirtió en el centro
de reconstrucción intelectual de Europa. La Academia Palatina; bajo Carlos el Calvo se llamó
a dirigirla al más grande intelectual y filósofo del tiempo, Juan Escoto Erígena. Carlomagno
organizo dos escuelas destinadas a la enseñanza de la música religiosa. Se crearon escuelas
de dos grados: pequeñas y episcopales. En las primeras se enseñaba la lectura, la escritura, la
gramática y la música. En las segundas se enseñaba las siete artes liberales y debían servir de
preparación a la teología.
Las escuelas internas, se educaba al monje y se cuidaba más por el aspecto dogmático,
litúrgico y moral. Se organizan en dos niveles: en el primero se imparte una instrucción
instrumental (lectura, escritura y canto); en el segundo se trabaja sobre las artes liberales,
patrimonio y herencia del pueblo clásico.
Las escuelas monacales externas estaban destinadas a la formación de los seglares (que no
tienen órdenes clericales). Tiene un carácter gratuito y la enseñanza se reduce a lo más
instrumental (primeras letras, cálculo y canto). Una vez superado el contenido dado se
permite a algunos alumnos que entren en las escuelas internas.
Las comunidades monacales eran de por si comunidades educativas, porque las reglas a que
debía ajustarse la conducta de sus miembros incluían una disciplina religiosa, moral y a veces
incluso intelectual. Cuando los Conventos empezaron a acoger niños y jovencitos destinados
a la vida monástica, se hizo necesaria una institución escolar (escuelas monásticas o
eventuales). Se daba instrucción media y superior. Estas predominaron hasta el siglo X y
fueron superadas por las escuelas catedralicias.
Las escuelas parroquiales fueron dirigidas a lo largo de la Edad Media por Obispos, se
encargaban de la educación de los jóvenes que querían acceder al sacerdocio, pero que era
recomendada a los párrocos, esta formación. La enseñanza que ofrecen las escuelas
parroquiales se caracteriza por sus altos valores morales. Por esta razón y por una excelente
reputación académica, atraen estudiantes de todas las religiones. Las escuelas Parroquiales
dedican sus esfuerzos a la formación religiosa con rendimientos de las materias
instrumentales. En las parroquias se daba la educación elemental y se empleaba el sistema
monacal.
Las condiciones sociales y políticas hicieron que surja un tipo de hombre que se distinga por
sus condiciones guerreras, el Caballero. De aquí la importancia de la educación física, honor,
fidelidad y cortesías, el primer paso hacia una educación clasista, las constituyeron las
escuelas Caballerescas. Para ser caballeros se requería pertenecer a un cierto estamento
social, beneficiado por la fortuna y que permitió una continuación educativa posterior. La
educación caballeresca nace por la necesidad de trasmitir los feudos de padre a hijo, los
segundones no pueden aspirar a la sucesión, aprender el oficio de las armas es para ellos
todavía más importante que, para los primogénitos, solo entrando al servicio de algún
poderoso pueden esperar a su vez el galardón de una investidura. Además de tener que ser de
sangre noble, primero se debe ser paje el cual se obtenía a los seis años, en los Castillos y
después ser escudero, el cual se obtenía a los catorce años y a los 21 años, era armado
caballero en una ceremonia especial y adquiría una personalidad independiente, aunque a
veces era vasallo o tributario de otro caballero.
La educación del caballero desde el punto de vista intelectual era muy pobre, ya que algunos,
no sabían leer ni escribir. Los caballeros cultivaban las destrezas físicas corporales entre ellos
e incluían: la carrera, la equitación, la esgrima, el manejo del arco y de la lanza, además de la
caza. Terminaban los ejercicios físicos con torneos (juegos olímpicos) en la que se juzgaban
el valor y sus habilidades.
Desde la época carolingia aparecieron asociaciones destinadas a la asistencia mutua y que
tenían a la vez un carácter religioso. En ellas ingresaban personas de todos los oficios que
pagaban una cuota para favorecer las necesidades de todos sus miembros. Cada cofradía
contaba con su patrono, su templo propio y sus festividades. Los primeros en organizarse de
este modo fueron los mercaderes. Los gremios tuvieron su jurisdicción y sus privilegios.
Elegían anualmente a cuatro representantes que debían hacer valer sus privilegios y
monopolios a nombre de todos. En cada gremio existía una división y jerarquización del
trabajo. Por encima de todos estaban los maestros, que tenían talleres propios; a su cargo
estaban los oficiales, que se preparaban para pasar los difíciles exámenes que los convertirán
en maestros si su obra maestra era aceptada por los examinadores; y, por último, trabajaban
los aprendices.
Las escuelas municipales, fueron aquellas escuelas independientes que surgieron a medida
que las ciudades se desarrollaron. Los alcaldes nombraban a un rector o director, quien a su
vez se encargaba de seleccionar a los maestros.
3-7. La Escolástica.
La Escolástica fueron escuelas cuya finalidad era entender mejor la fe cristiana, se inició a
mediado del siglo 1X hasta el Renacimiento, en el siglo XV. Escolástica designa la filosofía
cristiana de la Edad Media. En los primeros siglos medievales el nombre Scholasticus
indicaba al que enseñaba las artes liberales o sea las ciencias que formaban el trivio
(gramática, dialéctica y retórica) y el cuadrivio (geometría, aritmética, astronomía y música).
Posteriormente se denominó Scholasticus también al profesor de filosofía o teología, cuyo
título oficial era magíster y quien dictaba sus lecciones primero en la escuela del claustro o la
catedral y luego en la universidad (studium genérale).
Santo Tomas de Aquino baso su filosofía en el principio de la creación. Este principio, que
viene de su teología, sostiene que el universo fue creado por Dios de la nada.
Las universidades persas y árabes, parecen haber iniciado el proceso que ha dado origen a la
universidad moderna. Durante los siglos 1V y finales del siglo V, funcionaban las famosas
escuelas de Edesa y Nisibis, fundadas por sirios cristianos (nestorianos), organizadas como
comunidades de maestros, y dedicadas a las exégesis bíblicas. En 489, los cristianos
nestorianos son expulsados del imperio bizantino, por lo que éstos, liderados por Nestorio,
Patriarca de Jerusalén, deciden trasladarse a Persia, donde son bien recibidos para establecer
la escuela de medicinas de Gondishapur, que se hará famosa en el mundo.
En 529, Justiniano 1, cierra la Academia de Atenas, para lograr la unidad religiosa en los
centros de estudios en el imperio romano. Entre 637 y 651 los musulmanes árabes derrotan al
Imperio Persa de los sasánidas y se apoderan de Gondishapur. A finales del siglo V111 la
escuela de Gondishapur se trasladó a Bagdad, donde se reorganiza como Bayt al Hilkma, "la
Casa de la sabiduría", para traducir las obras científicas de médicos y filósofos griegos como
Aristóteles, Hipócrates, Galeno y Dioscórides.
En la creación de las Universidades, parece estar probado que la primera universidad en nacer
fue la Universidad de Bolonia (1088), a comienzos del siglo XIII, que fue la primera en tener
estudios reconocidos universalmente y estatutos propios; como anécdota es de destacar que el
rector era elegido de entre los estudiantes, al igual que en la de Alcalá de Henares, su
fundación coincidió con la renovación del interés por el derecho romano sobre todo por el
redescubrimiento del Código de Derecho Civil de Justiniano.
La siguiente en nacer fue la de París, bajo el nombre de Colegio de Sorbona, unión de las
escuelas de Notre Dame, de San Víctor y de Santa Genoveva. Precisamente para evitar que
los universitarios ingleses se desplazasen al continente para estudiar en esta última,
recibiendo así la educación parisina, se crea la Universidad de Oxford (1096) (la más antigua
de habla inglesa, creada en primer lugar por Enrique II pero no es hasta finales de siglo
cuando se aprueban sus estatutos (precisamente en el siglo XIV por desavenencias de un
grupo de profesores de la Universidad de Oxford, se crea la de Cambridge). Posteriormente
se crean las Salamanca (1218), de Pádua (1222), Nápoles (1224), Toulouse, Praga, Viena,
Heilderberg y Colonia.
En el siglo XII un gran maestro, como lrnerio (1088-1125) podía atraer a estudiantes de toda
Europa. La mayoría de ellos eran seglares, a menudo individuos de edad que desempeñaban
funciones de administradores de los reyes y príncipes, y estaban deseosos de aprender más
sobre derecho para aplicar sus conocimientos en sus profesiones. Para protegerse, los
estudiantes de Bolonia formaron un gremio, o universitas, que el emperador Federico
Barbarroja reconoció y al cual le dio una cédula en 1158. Aunque el cuerpo docente también
se organizó como grupo, la universitas de estudiantes de Bolonia tuvo mayor influencia.
Obtuvo, por parte de las autoridades locales, una promesa de libertad para los estudiantes,
que regule el precio de los libros y del hospedaje y, además, determine los estudios, las
cuotas y el profesionalismo de los maestros. Se multaba a los profesores si faltaban a una
clase o comenzaban tarde sus lecciones. La Universidad de Bolonia siguió siendo la mejor
escuela de leyes de Europa durante la Edad Media.
Las universidades al igual que todas las corporaciones sometían a sus miembros a varias
pruebas de grados y se alcanzaba el grado de bachiller, licenciado o de doctor. Entre 1200 y
1400 fueron fundadas, en Europa, 52 universidades, y 29 de ellas fueron erigidas por papas.
A partir de 1254 aparece el título de Universidad, siendo la primera en tenerlo el Estudio
General de Salamanca.
En los siglos X1 y X11, la cultura árabe tuvo una época de extraordinario florecimiento
durante el cual aporto contribuciones originales a la ciencia y a la filosofía. Una de estas
contribuciones es la óptica de Alhacam (965-1039), además de grandes pensadores,
científicos y médicos, entre los que se destacan: Avicena, que es el máximo representante del
neoplatonismo y Averroes, que es el máximo representante del aristotelismo.
Fue llamado por los escolásticos Avicena, era de origen persa, fue un famoso médico y
filósofo. Su obra principal es el Libro de la curación. En Avicena se advierten algunos rasgos
fundamentales de la especulación árabe, ante todo, la afirmación de la necesidad del ser. El
ser que es necesario en relación con él mismo Dios, el ser que es posible en relación con él
mismo, pero es necesario en relación con otro, o sea, Dios, es la naturaleza.
Los escolásticos lo llamaron Averroes. Nació en Córdoba, España, padeció de destierro por
sus ideas filosóficas. Escribió La destrucción de la destrucción de los filosóficos de Al Gazel.
Para Averroes, Aristóteles es "la regla y el ejemplo creado por la naturaleza para demostrar la
suma perfección humana". Por lo tanto, la doctrina de Aristóteles es la verdad misma.
Averroes señala que la enseñanza fundamental de Aristóteles es la necesidad de todo lo que
existe.
Las ideas acerca de la mujer en la Edad Media fueron fomentadas por clérigos y por castas
con poderes económicos que veían a la mujer como un objeto de decoro, siendo
subordinadas al interés de la tierra (Eileen Power, 1975). Estas clases establecerían un
marco legal para la mujer, darían determinado concepto al matrimonio, dado que eran
favorables a la idea de colocar a la mujer junto al hombre. El concepto de matrimonio y la
legalidad dada a la mujer no consideraban a la mujer como un individuo completo, la mujer
era catalogada por su sexo y por lo tanto inferior al varón.
Con respecto a la educación femenina, podríamos comenzar haciendo una división en tres
del sexo femenino, por un lado las mujeres dedicadas a la vida religiosa, por otro lado
mujeres de la aristocracia y por el último la mujer perteneciente al pueblo llano. Cada grupo
recibía un tipo de educación diferenciada, la mujer aristócrata era educada en grandes
señoríos; la mujer religiosa en colegios conventuales y, por último, la mujer llana, cuya
educación era precaria, se llevaba a cabo en escuelas elementales, las cuales se encontraban
en la ciudad, pudiendo darse también algunas de ellas en el campo. Hay que tener presente
que en la Edad Media la alfabetización era escasa en el hombre, con lo cual aún más inferior
sería en la mujer. La educación se refería sobre todo a asimilar bueno modales, religión y
labores de hogar; en el ámbito intelectual poco aprendían. La mujer cortesana debería
prepararse para un buen posicionamiento en la sociedad; estaba mal visto que supieran leer o
escribir, a no ser que fueran monjas.
Sabemos que existían centros en los que niños y niñas aprendían lecciones básicas, podemos
decir que era una enseñanza más práctica que intelectual, además, se puede afirmar que la
mujer no recibía buenos tratos durante su educación. En París estaban los llamados
“pequeños colegios”, que enseñaban a leer y gramática latina; valían tanto para las chicas
como para los chicos.
En el mundo campesino podemos dejar claro que la mujer, a excepción del arado, podía
realizar cualquier trabajo, a la par que el trabajo doméstico. En casi todos los señoríos
podemos encontrar a mujeres trabajando, de tal manera que también se encargaban del
trabajo de la casa, desde el cuidado del hogar y la crianza de los hijos, hasta la elaboración de
tejidos y vestimentas para la familia. También en las residencias de los señores podían
encontrarse a mujeres sirvientas, dedicadas servicio del señor.