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LA IGLESIA DEBE PARTICIPAR EN POLITICA

La iglesia tiene una misión integral claramente definida, su vocación y por la naturaleza
del mensaje que anuncia, desarrolla su trabajo en la base de la sociedad a través de una
intervención en las relaciones familiares, la formación de valores y el rehacer el
entramado social; esa labor, por apolítica que quiera presentarse, incide grandemente en
la comunidad. La iglesia solamente podría alcanzar la apoliticidad (si es que tal cosa es
posible) renunciando totalmente a su testimonio. En la medida que la iglesia es más
consecuente con su naturaleza y con su misión, mayor será su intromisión en la vida de
la polis.

La responsabilidad social de la iglesia le obliga a expresar posiciones en temas tales como


el carácter sagrado de la vida, la justicia, el aborto, la eutanasia, la violencia y la
corrupción, esas posturas se reconocen más fácilmente como políticas y con una
presencia en la política se debe aportar a su solución.

En sociedades más desarrolladas y democráticas, la preocupación por tales temas ha


conducido a los cristianos a la formación de partidos políticos, incluso confesionales, que
han colocado a pastores en posiciones de poder. Ejemplo de ello es el del pastor Abraham
Kuyper quien llegó a ser Primer Ministro de Países Bajos después de una exitosa labor
como parlamentario.

Malamud (2018), expone como en América latina y en pleno siglo XXI la presencia de las
iglesias evangélicas en la vida política de los distintos países latinoamericanos se ha
incrementado de forma sensible en los últimos años, como prueban los resultados del
intenso ciclo electoral en el que está inmerso la región; En Brasil, el poder parlamentario
evangélico se estructuró en torno al llamado Grupo de la Biblia. las iglesias evangélicas
tenían 81 diputados (de 513) y tres senadores (de 81), se trataba de tener un grupo
parlamentario cohesionado y fuertemente organizado que les permitiera frenar las
acciones contra la iglesia, en este bloque están incluidas todas las iniciativas para frenar la
legalización del aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo, permitido desde
2014 por la Corte Suprema de Brasil.

Guatemala tiene un presidente evangélico, Jimmy Morales, pese a la escasa o nula


experiencia política con que contaba en el momento de ser elegido. Costa Rica con
Fabricio Alvarado, estuvo a punto de tener otro evangélico como presidente. En Chile
Sebastián Piñera cortejó el voto evangélico en las últimas elecciones, a tal punto que
incorporó a cuatro obispos de esas comunidades a su equipo de campaña. En Venezuela y
Colombia los pastores evangélicos Javier Bertucci y Jorge Antonio Trujillo se presentaron
como candidatos para las elecciones presidenciales de 2018, pese a sus escasas opciones.
Más recientemente, Jair Bolsonaro fue elegido presidente en Brasil con el pleno respaldo
de las iglesias evangélicas.
¿COMO HACERLO?

Es posible distinguir dos métodos o posiciones de participación de la iglesia en política. La


primera pasiva (desde la acción política), como una voz de denuncia, control,
acompañamiento, mentoria y vigilancia. Voth (citado en Padilla, 1998) en la sustentación
bíblica del enfoque de misión integral de la iglesia expone el texto bíblico de Is. 10: 1-2, el
cual evidencia la posición del profeta cuando alza su voz para denunciar al poder
legislativo cuandoy dice: ”Ay de los que emiten decretos inicuos y publican edictos
opresivos, privan de sus derechos a los pobres, y no les hacen justicia a los oprimidos de mi
pueblo; hacen de las viudas su presa y saquean a los huérfanos”. La segunda posición es
activa, que tiene que ver con el ejercicio de la administración del recurso público,
ocupando cargos públicos.

Desde la posición pasiva, en el ejercicio de cargos públicos de control como la contraloría,


procuraduría, defensoría del pueblo; en el congreso de la república en el área legislativa;
desde la academia y los medios de comunicación. Desde la posición activa, ocupando
cargos de gobierno local, regional y nacional: alcaldía, concejo, asamblea, gobernación,
presidencia.

Para ejercer la posición activa debe configurar la estructura política necesaria exigida por
la constitución política y las instituciones electorales para ejercer la administración
pública. Por tanto, si es necesario, debe constituir partidos políticos para ejecutar su
estrategia y acción política.

Dentro de la iglesia quien debe ejercer el rol de acción política es el pastor, como líder de
la comunidad religiosa tiene mayores elementos que un laico común para llevar los
principios éticos, morales y bíblicos y profesionales en el ejercicio del poder.
Bibliografía

Malamud C. (2018). The political expansion of evangelical churches in Latin America.


Madrid, España: real instituto el cano. Recuperado de http:// www.realinstitutoelcano.org

Padilla R. (1998), E. s/f. Bases Bíblicas para una misión integral en un contexto de pobreza.

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