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1.

-Periodo neonatal
El periodo neonatal se refiere a los primeros 28 días de vida del recién nacido.
Durante este tiempo, la maduración de los distintos sistemas orgánicos le va a
capacitar para adaptarse a la vida extrauterina, para lo que se necesita numerosos
ajustes fisiológicos. El seguimiento del embarazo en las consultas ginecológicas y la
atención del parto y del recién nacido en el hospital y los avances en las unidades de
cuidados intensivos neonatales han conseguido reducir mucho la mortalidad neonatal,
incluso en niños de alto riesgo. Las muertes perinatales dependen de factores
maternos y del propio feto, así como de circunstancias del parto en sí. Las causas son
prematuridad extrema y/o crecimiento intrauterino retardado, asfixia fetal;
malformaciones congénitas graves e infecciones neonatales precoces. La madurez del
niño está en relación a la edad de gestación, la cual se determina contando el número
de semanas a partir del primer día de la última regla de la madre. Un recién nacido a
término es aquel que tiene entre 37 y 42 semanas de gestación; por debajo de 37
semanas son niños pretérminos (niños prematuros) y por encima de 42 semanas
niños postérmino.

2.-Definición de lactancia materna


La lactancia materna es el proceso por el que la madre alimenta a su hijo recién
nacido a través de sus senos, que segregan leche inmediatamente después del parto,
que debería ser el principal alimento del bebé al menos hasta los dos años. La
lactancia materna es la forma óptima de alimentar a los bebés, ofreciéndoles los
nutrientes que necesitan en el equilibrio adecuado, así como ofreciendo protección
contra las enfermedades .Los primeros meses de vida (la etapa de lactante) son una
etapa en la que tienen lugar muchos cambios rápidos (antropométricos, de
composición corporal, de maduración de órganos y sistemas...), que suponen una
demanda exigente desde el punto de vista nutricional, en el aspecto cuantitativo y
sobre todo cualitativo.

-Lactancia materna exclusiva (LME)


La lactancia materna exclusiva (LME) es un tipo de alimentación que consiste en que
el bebé solo reciba leche materna y ningún otro alimento sólido o líquido a excepción
de soluciones rehidratantes, vitaminas, minerales o medicamentos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF (UNICEF, 2015) recomiendan
que la lactancia exclusiva se mantenga durante los primeros seis meses de vida. Se
sugiere que esta inicie en la primera hora de vida después del parto, que sea a libre
demanda y se evite el uso de fórmulas infantiles.
A partir de los seis meses, cuando se inicia con la alimentación complementaria, se
recomienda que la lactancia continúe hasta los 2 años junto con otros alimentos
nutritivos.

3.-Composición de la leche materna


La leche materna incluye todos los nutrientes que un recién nacido requiere hasta los
seis meses de edad, por lo que será su único alimento. La Organización Mundial de la
Salud (OMS) recoge en su libro La alimentación del lactante y del niño pequeño los
componentes principales de la leche materna, que son:
Grasas: En cada 100 mililitros de leche hay 3,5 gramos de grasa, aunque la cantidad
que recibe el lactante varía a lo largo de la toma. La grasa se concentra especialmente
al final de la toma, por lo que la leche presenta una textura más cremosa que al inicio.
Las grasas de la leche materna son importantes para el desarrollo neurológico del
niño.
Carbohidratos: El principal es la lactosa, cuya presencia es más alta que en otro tipo
de leches y sirve como fuente de energía. Otros hidratos de carbono presentes en la
leche materna son los oligosacáridos, importantes para combatir infecciones.
Proteínas: La leche materna contiene una menor concentración de proteínas que la
leche normal, lo cual la hace más adecuada para los lactantes. Algunas de estas
proteínas son la caseína o la alfa-lactoalbúmina. La beta-lactoglobulina, una proteína
presente en la leche de vaca y que puede provocar intolerancia a la lactosa, no está
presente en la leche materna.
Vitaminas y minerales: La leche materna ofrece la cantidad adecuada de la mayoría
de las vitaminas, a excepción de la vitamina D. Para corregir esa carencia, se debe
exponer al bebé a la luz del sol para que la genere de manera endógena, o si no,
mediante suplementos vitamínicos.
Factores anti-infecciosos: Entre ellos se encuentran las inmunoglobulinas, los
glóbulos blancos, las proteínas del suero o los oligosacáridos.
Factores bioactivos: Algunos de ellos son la lipasa, que ayuda a la digestión de la
grasa en el intestino delgado; o el factor epidérmico de crecimiento, que estimula la
maduración de las células de la mucosa del intestino para mejorar la absorción y
digestión de los nutrientes.

4.-Periodos de lactancia del Neonatal


Como recomienda la OMS, la lactancia materna puede extenderse hasta que el niño
cumpla los dos años o incluso durante más tiempo si así lo desea la madre.
De cero a tres días de nacido:(primera leche de la madre)
Se llama calostro a la leche materna que se producen durante los dos o tres primeros
días tras el parto. Esta leche contiene una mayor cantidad de proteínas y minerales.
En adelante, la leche va reduciendo su porcentaje de proteínas y aumenta el
contenido en grasas y lactosa.
En este periodo no hay que establecer un horario para amamantar, sino que el bebé
tiene que ser alimentado cuando lo necesite. Generalmente se dan entre 10 y 12
tomas diarias que duran entre 10 y 20 minutos.
El calostro es la primera leche que baja luego del parto hasta el día séptimo. Se
produce en pequeños volúmenes por ejemplo el primer día, la madre produce entre 10
a 35 mililitros y va aumentando gradualmente, hasta 150 ml al tercer día. Contiene
más anticuerpos que la leche madura, que se produce a partir del día 15º después del
parto, por esto ayuda a prevenir infecciones bacterianas, que son peligrosas para los
recién nacidos. Se le conoce como la primera vacuna, tiene un efecto laxante
(purgante), que ayuda a limpiar las primeras deposiciones oscuras y evita la ictericia.
El calostro es rico en vitamina A y factores de defensa, que ayudan a reducir la
gravedad de cualquier infección. De manera que es muy importante que los bebés
reciban calostro, que está disponible en el pecho materno, en el momento del
nacimiento.

De cero a 4 semanas (periodo neonatal)


Durante este periodo la leche materna debe ser el único alimento del bebé, excepto si
necesita algún tipo de suplemento vitamínico. No es necesario que el bebé tome agua
u otro tipo de líquidos: según la OMS la propia leche materna contiene un 88 por
ciento de agua, por lo que es suficiente para saciar al lactante. La leche materna
tendrá variaciones durante este periodo en cuanto a su composición y cantidad,
adaptándose a las necesidades del recién nacido.

5.-Conservación de la leche
La leche de la madre puede extraerse de las mamas y conservarse, de forma que el
bebé pueda alimentarse si la madre no puede estar presente en el momento en que lo
pida. Además, cuando se produce más leche de la que el bebé necesita, es
recomendable extraerla para evitar problemas como la ingurgitación o la mastitis.
Según el Comité de Lactancia de la AEPED (Asociación Española de Pediatría), el
calostro puede conservarse a temperatura ambiente durante 12 horas. La leche
madura se mantiene en buen estado más tiempo, y dependiendo de la temperatura
durará más o menos:
Más de 30º: cuatro horas.
Entre 25 y 30º: de cuatro a seis horas.
Entre 19 y 22º: 10 horas.
A 15º: un día.
Refrigerada, entre 0 y 4º: ocho días.
Congelada: si es un congelador dentro de la nevera, dos semanas. Si es un
congelador de nevera, pero separado, tres o cuatro meses. En congeladores
comerciales, se puede conservar hasta seis meses.
Se recomienda conservar la leche en recipientes de cristal bien limpios (no es
necesario esterilizarlos) y no de plástico, ya que el plástico puede trasmitir sustancias
con efectos adversos como los ftalatos o el bisfenol A.
En el caso de que se congele la leche, es recomendable llevar a cabo su
descongelación sumergiendo el recipiente en otro con agua caliente. Una vez
descongelada, no se debe volver a congelar.
La leche puede adquirir un olor rancio en algunas ocasiones, algo que se puede evitar
escaldando la leche y enfriándola rápidamente después. No obstante, la leche rancia
no es perjudicial para el bebé, aunque generalmente suelen rechazarla por su olor o
sabor

6.-Horario para amamantar


En la primera hora de nacido, el bebé debe colocarse al pecho de la madre. Cuando
los bebés sanos son colocados piel con piel con sus madres inmediatamente después
del nacimiento, sobre el abdomen y pecho materno, demuestran capacidades
notables: están alertas y estimulados por el contacto con sus madres, pueden
arrastrarse hacia el pecho, huelen y lamen el pezón de su madre, y finalmente, inician
la succión y se alimentan.
El contacto temprano piel a piel, facilita que bacterias de menor peligro que se
encuentran en la piel de la madre, sean las que primero entren en contacto con la piel
del bebé. Estas bacterias protegen al bebé de otras bacterias más peligrosas, que
pueden estar presentes en el hospital y en el personal de salud.
Este primer contacto de la mano o cabeza del bebé sobre el pecho, estimula la
secreción de la oxitocina, hormona que facilita el flujo de la leche, exaltando las
sensaciones de afecto y amor.
La alimentación con leche materna debe iniciarse inmediatamente al nacer, si no hay
algún impedimento médico, cada bebé va marcando su frecuencia de alimentación de
acuerdo a su necesidad. Se debe amamantar cuando el bebe lo pida, y durante el
tiempo que lo requiera, es lo que se llama alimentación a libre demanda. Recuerda
que los signos tempranos de hambre son: movimientos rápidos de los ojos, chupeteo,
se lleva la mano a la boca, abre su boca en búsqueda del pecho, se pone inquieto y
los signos tardíos son que se agita, llora y se pone colorado.
No es necesario establecer un horario para las mamadas. En los primeros 6 meses
debe ser a libre demanda, es decir tanto de día como de noche, cada vez que el bebé
o la mamá lo necesiten, porque el bebé tiene hambre o la madre siente sus senos
llenos o gotean, o bien porque ambos desean el contacto físico y amoroso. Los
patrones de alimentación, sueño y despertares del bebé, obedecen a las necesidades
básicas y naturales de cualquier mamífero. Cada bebé es único y diferente, con el
tiempo, unos antes y otros después, se van adaptando a los patrones de su nuevo
ambiente.

7.-Importancia de la leche materna

La leche materna es el alimento ideal para tu bebé. Contiene todos los elementos
nutritivos que necesita para su crecimiento y desarrollo, así como las sustancias que lo
protegen contra infecciones y alergias. La cantidad y calidad de la leche materna es
suficiente, por lo que no es necesario que le des otros alimentos como agua, té o
jugos, antes de los seis meses. Los bebés amamantados tienen menos probabilidades
de desarrollar obesidad tanto en la infancia como en la época adulta.

El contacto inmediato piel con piel ayuda a regular la temperatura corporal de los
recién nacidos y los expone a bacterias beneficiosas que se encuentran en la piel de
las madres. Estas bacterias buenas protegen a los bebés de enfermedades
infecciosas y les ayudan a fortalecer sus sistemas inmunológicos.
El contacto piel con piel que empieza inmediatamente después del nacimiento y dura
hasta que el bebé termina de amamantar por primera vez tiene muchos otros
beneficios. Se ha demostrado que aumenta las probabilidades de que los bebés sigan
amamantando, amplía la duración de la lactancia materna y también mejora las tasas
de lactancia materna exclusiva.

Se ha visto que la lactancia materna disminuye: el número y la gravedad de


enfermedades infecciosas, algunas alteraciones metabólicas y el síndrome de muerte
súbita del lactante, entre otras. También, presenta ventajas para la salud de la madre.

Tanto la AEPED como la OMS abogan por la lactancia materna en lugar de la artificial,
con base en diferentes estudios científicos que demuestran las ventajas que tiene la
leche materna en la salud del bebé. Los nutrientes aportados por la leche materna son
mejor absorbidos por los niños, aportan mejor las propiedades contra infecciones, o
incluso, proporcionan efectos analgésicos.

La supervivencia del bebé también parece estar muy relacionada con el tipo de leche
que los bebés toman durante sus primeros meses: según la OMS, los bebés que no
reciben leche materna durante sus primeros meses de vida tienen entre seis y 10
veces más probabilidades de morir que los que sí la toman. Los niños alimentados de
manera única por lactancia artificial también presentan mayor riesgo de contraer
enfermedades o trastornos como la diabetes, la celiaquía, la colitis ulcerosa o la
enfermedad de Crohn.

La madre también se beneficia de amamantar a su bebé en lugar de alimentarle con


leche artificial: ofrecer leche materna reduce las posibilidades de una hemorragia
postparto o de cáncer de mama o de ovario.

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