Está en la página 1de 3

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Teología
Introducción al Antiguo Testamento e Historia de Israel
Nombre: Carlos Eduardo Blanco Llanos
Tema: Los sacrificios

Definición: Básicamente se trata de un ofrecimiento a Dios, de una animal que será


inmolado, su sentido es mucho más amplio, pues hay que considerar una intención de
unirse a la divinidad, la cual se efectúa mediante la víctima que representa al oferente.
La víctima es el sustituto del oferente que, por la imposición de las manos (en algunas
culturas), le ha transferido a la vez su pecado y su principio vital. El principio vital está
en la sangre. Por la inmolación, los pecados se quitan y se libera el principio vital. Los
diferentes ritos de la sangre, unción del altar, efusión al pie del altar, aspersiones, ponen
el principio vital de la víctima, es decir del oferente cuyo sustituto es, en contacto con la
divinidad y establecen o restablecen el vínculo entre Dios y su fiel. Ha de quedar claro
que el rito de la imposición de las manos no significaba el traspaso de la vida o de las
faltas del oferente a la víctima, sino que expresaba solamente que la víctima era propia
del oferente y era presentada en su nombre.
Descripción: Wellhausen, quien describe tres periodos de la historia del sacrificio
israelita, a saber:
El primer periodo se extendía hasta la reforma de Josías en 621 a.C, no había mucha
preocupación por los ritos, interesaba menos saber cómo se ofrecía un sacrificio que
saber a quién se ofrecía, solo se conocían dos clases de sacrificios, los de holocausto y
el de comunión (el más frecuente).
El segundo periodo, comprendido con la reforma de Josías, el ritual de sacrificios no
pareció haber cambiado, excepto algo que dará un importante avance, el cual sería que
todos los sacrificios debían ofrecerse en el templo de Jerusalén, esto llevó a la unidad
del santuario y unificación del ritual.
Después de la cautividad se da una preocupación marcada por el ritual, en Ezequiel
podemos vislumbrar esto cuando insiste en la idea de expiación, introduciendo los
sacrificios por el pecado y el de reparación.
Dichas tendencias pasan por varias etapas, desembocando en la redacción final del
código sacerdotal, en el que se hallan todos los textos relativos al culto sacrificial.

Efecto social: La religión no es únicamente una expresión de un sentimiento de


dependencia a Dios, es también una aspiración a la unión con Dios y muchas culturas
por medio del sacrificio y sus diferentes manera de expresión querían tener esa unión
plena con su ser supremo, por ello veremos cómo se dio ello en Mesopotamia, Arabia y
los Cananeos.
 El sacrifico mesopotámico: Se utilizaba la designación nequ “libación” de agua,
vino, de cerveza que acompaña al sacrificio, es ante todo una comida ofrecida a
una divinidad. El altar es la mesa del dios, con toda clase de comida y bebida, en
algunas descripciones se habla de doce, treinta y seis panes, en relación con el
sistema sexagesimal de numeración de los mesopotámicos. El sacerdote es el
organizador del festín, junto a la mesa se coloca un pebetero en que humean
maderas olorosas y aromas, con la intención de regocijar a los dioses y atraerlos.
La sangre desempeña un papel completamente secundario, es incluso dudoso
que intervenga en los ritos. Existe un oficiante llamado portaespada, quien
degüella el animal. El rey sacerdote reciben su parte del alimento pero, el
oferente no, el holocausto y el sacrifico de comunión, no existen en
Mesopotamia. No había tampoco sacrifico expiatorios, lo que más se le
aproximaba es lo que se llamaba sacrificio de sustitución.

 El sacrificio entre los antiguos árabes: Hay fuentes variadas: supervivencias de


prácticas paganas en el islam, las alusiones al Corán y las informaciones
contenidas en los raros escritos anteriores al islam. Las ofrendas de harina, las
libaciones de leche eran conocidas, pero raras. Regularmente se ofrecía lo mejor
del botín y las primicias de la cosecha, estas tribus nómadas no conocían las
ofrendas de incienso y aromas, pero sacrificaban animales. La víctima no se
quemaba nunca, ni todo ni en partes, el sacrificio se realizaba en un altar de
piedra hecho con la forma de la divinidad, al degollar el animal la sangre corría
hasta el foso cavado al pie de la estela. Las víctimas eran animales domésticos:
ovejas, bueyes, camellos. Los sacrificios humanos no se ven mencionar
explícitamente sino por autores cristianos, cuyo testimonio no es posible
verificar.

 El sacrificio cananeo: Hay tres fuentes que nos hablan de ello: las alusiones de la
Biblia contra el culto de los baales y las artartès, las inscripciones fenicias de la
metrópoli y de sus colonias, finalmente los textos de Ras Samra. El rito cananeo
es el que se supone observa Jehù en el episodio del templo de Baal, donde
aparecen zehab y olah. Sacrificios y ofrendas de perfumes resumen para el
redacto deuteronomista el culto en los lugares altos. La terminología cananea se
debe buscar en las inscripciones fenicias y púnicas. Allí se encontraban las
tarifas sacrificiales de Cartago y de Marsella. Estas tarifas fijaban para cada
clase de sacrificio el arancel en dinero, la parte del sacerdote y la del oferente.
La tarifa de Marsella distingue tres clases de sacrificios: el kalil (una pequeña
parte de la carne corresponde al sacerdote y el resto al oferente), el sevaat (el
pecho y el muslo pertenecen al sacerdote el resto al oferente), el selem kalil (no
se indica ninguna repartición, excepto cuando es un ave para recabar los
auspicios, en ese caso todo es para el oferente).

Dimensión bíblica del Antiguo Testamento:


Sobre el holocausto podemos decir que las víctimas son como en el Levítico, animales
domésticos, ganado mayor o menor. La característica es la misma, todo se quema sobre
el altar. Fuera de los sacrificios excepcionales de Gedeòn y de Manoah, se tiene los
detalles de ritual que no interesaban a los autores de los libros históricos. Al parecer, a
diferencia del Levítico, antiguamente se inmolaba la víctima sobre el altar mismo
(sacrificio de Abraham y el episodio de la guerra contra los filisteos).
El sacrificio de comunión está mencionado en los textos antiguos aún con más
frecuencia que el holocausto, es llamado zebah (inmolación) en los libros históricos.
Otra palabra utilizada es lamim, la cual contiene la idea de un tributo ofrecido a Dios
para mantener o reestablecer las buenas relaciones entre èl y su fiel. Lo característico de
este sacrificio es que era gozoso pues, el sacerdote y el oferente comían su parte,
excepto la sangre que se derramaba y las grasas que se quemaban sobre el altar.
Aportes para la comprensión del Nuevo Testamento:
En el recorrido por el sentido del sacrificio en el Antiguo Testamento, podemos
encontrar varios aportes importantes para la comprensión de este tema en el Nuevo
Testamento, recae en entender que el sacrificio también es oración en acción, una
acción simbólica que hace realidad los sentimientos interiores del creyente y la
respuesta que Dios le da. Por el sacrificio es aceptado el don hecho a Dios, es
establecida la unión con Dios y borrada la falta del fiel. Ejemplo claro es la persona de
Jesús, quien nos redime del pecado son su sacrificio cruento, no basado en eficacias
mágicas, y no solo es un don, ni un medio de unión, sino que va más allá, ya que es
motivado por varias causas y responde a diversos imperativos de una conciencia
coherente, como la de Jesús.
Ciertamente con Jesús se establece la Nueva Alianza, la definitiva, su sacrificio nos
redimió a todos y nos une con Dios a una nueva vida, como respuesta a esa expresión
sublime de amor. De aquí que se entienda como lo anunciaban los profetas que Yahveh
ya no quería sacrificios ni holocaustos, sino amor, un amor como nos lo enseñó Jesús, a
Dios y al prójimo.

Bibliografía:

DEVAUX, R. Instituciones del Antiguo Testamento. Barcelona: Herder, 1985

También podría gustarte