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GARCÍA MORENTE, Manuel. Lecciones preliminares de filosofía

Technical Report · March 2020

DOI: 10.13140/RG.2.2.21553.12647

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María Luisa Pro Velasco

Universidad Católica de Ávila/ Universidad Pontificia de Salamanca
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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA MARÍA LUISA PRO VELASCO

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA
GARCÍA MORENTE, M.: Lecciones preliminares de filosofía. Prólogo de Julián Marías
Madrid, Ediciones Encuentro S. A., 2019, (399 páginas)

La obra ante la que nos encontramos, Leccio-

nes preliminares de filosofía, no es sólo una mera recopi-
lación de problemas filosóficos importantes, desti-
nada a estudiantes o principiantes en filosofía, como
pudiera hacer creer su título, sino que es mucho
más. Este trabajo lo forman veinticinco lecciones
que impartió el profesor García Morente en la Uni-
versidad de Tucumán, en Argentina. Versan princi-
palmente sobre la historia de la filosofía desde sus
orígenes y, además, en los capítulos finales, Morente
dedica algunas páginas a la ontología, a la metafísica
de la vida – de corte claramente orteguiana –, y a
hacer una introducción a la axiología. La presente
publicación de Ediciones Encuentros es la versión
más reciente de esta obra, que se ha venido editan-
do en numerosas ocasiones, desde que en 1938 vie-
se por primera vez la luz.
Cabe destacar la genealogía de esta obra, pues las reflexiones de Morente en ella
fueron realizadas en el punto de inflexión más importante quizá de toda su vida: su retorno
al cristianismo. Es sabido que el pensador jienense hubo de exiliarse a Francia en 1937,
poco después del fallecimiento de su yerno, tras haber recibido un aviso y recomendación
para ello, pues su propia vida corría peligro. En París se encontraba solo, lejos de sus hijas y
nietos, viviendo gracias a los favores de algunos amigos. Así pasaba sus días, meditando en
la capital francesa. Es entonces cuando acontece el hecho que dio un giro a su vida: su
conversión o retorno a la fe cristiana, que había perdido a los nueve años, también en
Francia. Poco a poco, consiguió que sus hijas y nietos se reunieran con él, y por fin pudo
aceptar la cátedra que le habían ofrecido en la Universidad de Tucumán (Argentina). Las
casi cuatrocientas páginas que componen esta obra expresan la basta sabiduría del pensador
español, proyectada en el curso que impartió allí en el año 1937. En el “Prólogo”, Julián
Marías pone de relieve que éste bien pudo ser el libro filosófico más importante de García
Morente, pues se escribió en “la fase crucial en que se produjo un giro decisivo” (p. 7), tal
como hemos advertido ya, pues a partir de entonces sus escritos empezaron también a estar
más influidos por el pensamiento de Santo Tomás de Aquino.
La primera lección, “El conjunto de la filosofía”, pone de manifiesto un hecho sin-
gular y novedoso, pues en ella afirma el autor que, la filosofía necesita ser vivida o, de lo
contrario, su definición carecerá de sentido para nosotros. La segunda, “El método de la
filosofía”, comienza advirtiendo dos disposiciones de ánimo requeridas para llevar a cabo la

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investigación filosófica: la admiración y el rigor. Por otra parte, también destaca distintos
métodos que han sido utilizados a lo largo de la historia del pensamiento. La tercera lec-
ción, “La intuición como método discursivo e intuitivo”, distingue entre intuición sensible,
espiritual, intelectual, emotiva y volitiva, y señala los principales exponentes de cada una de
ellas.
En cuarto lugar, nos encontramos con la lección “Ingreso en la ontología”, o teoría
del ser en general, donde se muestran distintas respuestas ante la pregunta, ¿quién existe? Y
es en esta lección donde comienza Morente propiamente a abordar la historia del pensa-
miento filosófico, aludiendo a los griegos más importantes al respecto. En una quinta lec-
ción, “La metafísica de Parménides”, se detiene a explicar el pensamiento del eléata, desta-
cando que, el ser es, y el no ser no es – lo que los lógicos actuales llaman el “principio de
identidad”–, destaca las cualidades del ser y distingue por primera vez en la historia de la
filosofía entre el mundo sensible y el mundo inteligible. La sexta lección, “El realismo de
las ideas de Platón”, lo centra en los puntos clave del pensamiento de dicho autor. “El rea-
lismo aristotélico”, versa sobre su discípulo, y comienza con una oposición y superación de
su maestro. Por su parte, “La metafísica realista”, insiste en el tema de las categorías como
estructura del ser en general, la estructura de la substancia y la de su realización. Por otro
lado, la lección novena, “Origen del idealismo”, contrapone a la visión aristotélica la visión
idealista, que surge como un nuevo modo de plantearse los problemas filosóficos. De ahí
que en la décima trate “El sistema de Descartes”. Asimismo, en la siguiente lección “Fe-
nomenología del conocimiento”, Morente comience haciendo especial hincapié en la pri-
macía de la teoría del conocimiento sobre la metafísica.
A continuación, se abre otro gran capítulo filosófico que lleva por nombre “El em-
pirismo inglés”, que trata sobre la reducción del pensamiento a la vivencia, cuyos máximos
representantes fueron: Locke, Berkeley y Hume. En “El racionalismo”, destaca especial-
mente Leibniz, con la distinción entre las verdades de hecho y verdades de razón. En la
lección XIV, “La metafísica del racionalismo”, se ocupa Morente de otros puntos centrales
en el pensamiento de este autor, tales como el cálculo infinitesimal, las mónadas y el opti-
mismo. En cambio, en la lección XV, “El problema del idealismo trascendental”, se acerca
la filosofía de Kant, a quien están dedicadas un número mayor de lecciones de este curso,
de la quince a la veinte, ambas incluidas: “Estética trascendental I y II”, “Analítica trascen-
dental”, “Dialéctica trascendental” y, “Fundamentos morales de la metafísica”. Por lo que
el término “trascendental” se refiere, cabe traer a colación a modo de anécdota, la explica-
ción que da Morente sobre dicho término. Así, dice el jienense, que, en España, los prime-
ros en usarla fueron pensadores republicanos entre los años 1870 y 1880. Al escucharlos
unos y otros, el vulgo, que no entendía qué quería decir esta palabra – cuyo significado
originario es lo que existe en sí y por sí, independientemente de mí –, la usó como sinóni-
mo de importante. Y así es como sigue utilizándose la mayor parte de las ocasiones en la
actualidad.
En la lección XXI, Morente continúa con su extenso recorrido por la historia de la
filosofía con “El idealismo después de Kant”, refiriéndose especialmente a los románticos e
idealistas alemanes: Fichte, Schelling y Hegel quienes, cada uno a su modo y manera, parten
de lo absoluto y tomaron como método la intuición intelectual. Pero las posiciones de estos

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filósofos fueron contraargumentadas por el positivismo que, a su vez, encontró una fuerte
oposición, especialmente en Alemania y en Francia. Por último, en las lecciones XXII a
XXV, Morente da un giro, dejando algo más de lado la historia, y centrándose, primera-
mente, en la teoría del ser en general, en la XXII, “Entrada en la ontología”, atiende a la
distinción entre cosas reales, objetos ideales y valores. En la XXIII, “De lo real y lo ideal”,
trata de superar el punto de vista tanto del realismo como del idealismo, por resultar parcia-
les y limitados, y siguiendo a autores de la talla de Husserl y de Heidegger trata de escudri-
ñar las distintas capas de profundidad que constituyen la realidad. Por otra parte, la lección
XXIV, “Ontología de los valores”, pone de manifiesto las peculiaridades de los mismos: no
son, sino que valen, son objetivos, no demostrables sino mostrables, poseen polaridad, una
jerarquía y es posible clasificarlos.
Por último, su lección XXV está dedicada al estudio de lo que Heidegger llamaría
“la existencia del ente humano”, y lleva por título “Ontología de la vida”. En ella se centra
en la necesidad de una lógica nueva, así como de nuevos conceptos destinados a categori-
zar la vida, y sus posibles contradicciones. En palabras de García Morente, estamos en dis-
posición de “exigir, pedir, demandar con ansia y con esfuerzo una lógica vital o existencial,
una razón vital o existencial” (p. 386). Y destaca algunas cuestiones esenciales y problemas
existenciales tales como la angustia, la nada, la muerte y Dios.
En definitiva, es un libro fundamental y básico tanto para el novel filósofo, como
para el avezado pensador, que no se cansen nunca de seguir tratando los problemas de
siempre. Ambos podrán disfrutar de la claridad expositiva propia de Morente, conjugada
con la profundidad, riqueza y, en ocasiones hasta con el humor, con que son tratados los
temas clave que componen esta extensa obra, fruto de las conferencias y charlas impartidas
en Argentina, poco antes de su regreso a España.
Dra. María Luisa Pro Velasco
Universidad Católica de Ávila y Universidad Pontificia de Salamanca

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