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Me dediqué a buscar el entendimiento y a investigar con sabiduría todo lo

que se hacía debajo del cielo. Pronto descubrí que Dios le había dado una
existencia trágica al género humano. (Eclesiastés 1:13 NTV)

Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que disfrutar de


la comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo. Luego me di
cuenta de que esos placeres provienen de la mano de Dios. (Eclesiastés
2:24 NTV)

Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quienes son de su agrado; pero


si un pecador se enriquece, Dios le quita las riquezas y se las da a quienes
lo agradan. Eso tampoco tiene sentido, es como perseguir el viento.
(Eclesiastés 2:26 NTV)

He visto la carga que Dios puso sobre nuestros hombros. (Eclesiastés 3:10
NTV)

Sin embargo, Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Él


sembró la eternidad en el corazón humano, pero aun así el ser humano no
puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el
principio hasta el fin. (Eclesiastés 3:11 NTV)

Además, la gente debería comer, beber y aprovechar el fruto de su trabajo,


porque son regalos de Dios. (Eclesiastés 3:13 NTV)

También sé que todo lo que Dios hace es definitivo. No se le puede agregar


ni quitar nada. El propósito de Dios es que el ser humano le tema.
(Eclesiastés 3:14 NTV)

Los sucesos del presente ya ocurrieron en el pasado, y lo que sucederá en


el futuro ya ocurrió antes, porque Dios hace que las mismas cosas se
repitan una y otra vez. (Eclesiastés 3:15 NTV)

Me dije: «A su debido tiempo, Dios juzgará a todos, tanto a los malos como
a los buenos, por cada cosa que hayan hecho». (Eclesiastés 3:17 NTV)

También reflexioné acerca de la condición humana, sobre cómo Dios les


hace ver a los seres humanos que son como los animales. (Eclesiastés
3:18 NTV)

* Cuando entres en la casa de Dios, abre los oídos y cierra la boca. El que
presenta ofrendas a Dios sin pensar hace mal. (Eclesiastés 5:1 NTV)

* No hagas promesas a la ligera y no te apresures a presentar tus asuntos


delante de Dios. Después de todo, Dios está en el cielo, y tú estás aquí en
la tierra. Por lo tanto, que sean pocas tus palabras. (Eclesiastés 5:2 NTV)

Cuando le hagas una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, porque a


Dios no le agradan los necios. Cumple todas las promesas que le hagas.
(Eclesiastés 5:4 NTV)

No dejes que tu boca te haga pecar, y no te defiendas ante el mensajero


del templo al decir que la promesa que hiciste fue un error. Esa actitud
enojaría a Dios y quizá destruya todo lo que has logrado. (Eclesiastés 5:6
NTV)

Hablar no cuesta nada, es como soñar despierto y tantas otras actividades


inútiles. Tú, en cambio, teme a Dios. (Eclesiastés 5:7 NTV)

Aun así, he notado al menos una cosa positiva. Es bueno que la gente
coma, beba y disfrute del trabajo que hace bajo el sol durante el corto
tiempo de vida que Dios le concedió, y que acepte su destino. (Eclesiastés
5:18 NTV)

También es algo bueno recibir riquezas de parte de Dios y la buena salud


para disfrutarlas. Disfrutar del trabajo y aceptar lo que depara la vida son
verdaderos regalos de Dios. (Eclesiastés 5:19 NTV)

A esas personas Dios las mantiene tan ocupadas en disfrutar de la vida que
no pasan tiempo rumiando el pasado. (Eclesiastés 5:20 NTV)

Dios les da a algunos mucha riqueza, honor y todo lo que pudieran desear,
pero luego no les da la oportunidad de disfrutar de esas cosas. Se mueren,
y algún otro —un extraño— termina disfrutando de toda esa abundancia.
Eso no tiene sentido, es una tragedia terrible. (Eclesiastés 6:2 NTV)

Todo ha sido decidido. Ya se sabía desde hace tiempo lo que cada persona
habría de ser. Así que no sirve de nada discutir con Dios acerca de tu
destino. (Eclesiastés 6:10 NTV)

Acepta el modo en que Dios hace las cosas, porque, ¿quién puede
enderezar lo que él torció? (Eclesiastés 7:13 NTV)

Disfruta de la prosperidad mientras puedas, pero cuando lleguen los


tiempos difíciles, reconoce que ambas cosas provienen de Dios. Recuerda
que nada es seguro en esta vida. (Eclesiastés 7:14 NTV)

Presta atención a estas instrucciones, porque todo el que teme a Dios


evitará caer en ambos extremos.* (Eclesiastés 7:18 NTV)

Descubrí que una mujer seductora* es una trampa más amarga que la
muerte. Su pasión es una red, y sus manos suaves son cadenas. Los que
agradan a Dios escaparán de ella, pero los pecadores caerán en su trampa.
(Eclesiastés 7:26 NTV)

Sin embargo, sí encontré lo siguiente: Dios creó al ser humano para que
sea virtuoso, pero cada uno decidió seguir su propio camino descendente».
(Eclesiastés 7:29 NTV)

Obedece al rey porque lo juraste ante Dios. (Eclesiastés 8:2 NTV)

Sin embargo, aunque una persona peque cien veces y siga gozando de
muchos años de vida, yo sé que les irá mejor a los que temen a Dios.
(Eclesiastés 8:12 NTV)

Los malvados no prosperarán, porque no temen a Dios. Sus días nunca se


prolongarán, como lo hacen las sombras del anochecer. (Eclesiastés 8:13
NTV)

Entonces sugiero que se diviertan, ya que en este mundo no hay nada


mejor para la gente que comer, beber y disfrutar de la vida. De ese modo,
tendrán algo de felicidad junto con todo el arduo trabajo que Dios les da
bajo el sol. (Eclesiastés 8:15 NTV)

Me di cuenta de que nadie puede descubrir todo lo que Dios está haciendo
bajo el sol. Ni siquiera los más sabios lo descubren todo, no importa lo que
digan. (Eclesiastés 8:17 NTV)

También me dediqué a investigar lo siguiente: si bien Dios tiene en sus


manos las acciones de los sabios y de los justos, nadie sabe si Dios les
mostrará su favor. (Eclesiastés 9:1 NTV)

A la larga, a todos les espera el mismo destino, sean justos o malvados,


buenos o malos,* religiosos o no religiosos, estén o no ceremonialmente
puros. Las personas buenas reciben el mismo trato que los pecadores, y
las personas que hacen promesas a Dios reciben el mismo trato que los
que no las hacen. (Eclesiastés 9:2 NTV)

Así que, ¡adelante! Come tus alimentos con alegría y bebe tu vino con un
corazón contento, ¡porque Dios lo aprueba! (Eclesiastés 9:7 NTV)

Vive feliz junto a la mujer que amas, todos los insignificantes días de vida
que Dios te haya dado bajo el sol. La esposa que Dios te da es la
recompensa por todo tu esfuerzo terrenal. (Eclesiastés 9:9 NTV)

Así como no puedes entender el rumbo que toma el viento ni el misterio de


cómo crece un bebecito en el vientre de su madre,* tampoco puedes
entender cómo actúa Dios, quien hace todas las cosas. (Eclesiastés 11:5
NTV)

Gente joven:* ¡la juventud es hermosa! Disfruten de cada momento de ella.


Hagan todo lo que quieran hacer, ¡no se pierdan nada! Pero recuerden que
tendrán que rendirle cuentas a Dios de cada cosa que hagan. (Eclesiastés
11:9 NTV)

Pues ese día el polvo volverá a la tierra, y el espíritu regresará a Dios, que
fue quien lo dio. (Eclesiastés 12:7 NTV)

Aquí culmina el relato. Mi conclusión final es la siguiente: teme a Dios y


obedece sus mandatos, porque ese es el deber que tenemos todos.
(Eclesiastés 12:13 NTV)

Dios nos juzgará por cada cosa que hagamos, incluso lo que hayamos
hecho en secreto, sea bueno o sea malo. (Eclesiastés 12:14 NTV)

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