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D.

5 de Cuaresma / C 14 abril 2019

ORIENTACIONES

* EMPIEZA EL TRIDUO

¡Destaquémoslo! Hemos recorrido juntos el camino de la Cuaresma, sinodalmente, en Iglesia, para llegar,
ahora, hasta aquí, hasta la celebración del Triduo. Hemos acompañado a Jesús a lo largo de todo el
Evangelio, para encontramos con él, ahora, aquí, en su último momento, la despedida. Hemos mantenido la
fe contra toda evidencia para estar ahora, aquí, y reavivar nuestra esperanza. Hemos intentado amar como Él
amó para encontramos ahora y aquí, sentados con Él en la mesa del Amor, para aguantar como María con
todo el amor al pie de la cruz, para acompañar a las mujeres la mañana de Pascua y oír el anuncio gozoso
que el Amor triunfa por obra y gracia de Dios . Todo ello constituye el corazón, el núcleo esencial de
nuestra fe.

* ES LA PASCUA, EL PASO DEL SEÑOR

La primera lectura, del Éxodo, define la Pascua: es el Paso del Señor. Dios pasa por la vida de los israelitas
que crean comunidad alrededor del cordero pascual, inmaculado, ofrecido como víctima. Dios hace que los
israelitas fieles pasen de la esclavitud a la libertad. Dios pasa por el país de Egipto, sobre el que recae el
mismo castigo con el que habían sometido a los israelitas. Para que este paso sea posible en vosotros, venid
al banque- te con la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano: es el signo de vuestra
elección libre, de vuestra fe, la que os ha llevado a creer que Dios hará que sea posible aquello que, para
vosotros, no lo es. Dios quiere la libertad de la persona humana; porque si no fuera así, no seríais a su
imagen y semejanza, tal como os ha creado. Celebradlo como un día memorable, como una fiesta para
siempre.

* LA TRADICIÓN QUE HE RECIBIDO

Lo dice san Pablo a los Corintios en la segunda lectura. Les ha transmitido que, en el contexto de la cena
pascual -la noche en que iban a entregarlo-, Jesús tomó el pan y tomó el cáliz. Y con sus palabras grabadas
en la tradición de la Iglesia, establecía su memorial. Así, «cada vez que coméis de este pan y bebéis de este
cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva». El cristiano es aquel que, revestido de la fe -
bautismal-, se sienta con los hermanos en la mesa de la Eucaristía y se alimenta del Amor que Dios le sigue
dando por medio del ministerio apostólico. Es la tradición que hemos recibido y que la Iglesia transmite por
los siglos de los siglos.

* OS HE DADO EJEMPLO PARA QUE LO HAGÁIS

Porque en el evangelio, la liturgia de hoy no nos invita a escuchar el relato de la cena, sino que, desde el
texto de Juan, nos introduce en el signo del lavatorio de los pies que Jesús realiza a sus discípulos. Juan ya
ha hecho la reflexión eucarística en el capítulo 6, en el sermón del pan de vida.
Ahora, en la cena, Jesús realiza este signo absolutamente sorprendente, porque implica una carga de amor
que resume el amor que ha vivido toda su vida: ¡siempre ha lavado los pies! En su vida, todo Él ha sido
Eucaristía, donación de amor total a los demás. Al fin y al cabo, lo que tenemos resumido en la cena de
Jesús: en ella nos alimentamos para poder vivir amando como él, siendo también nosotros Eucaristía, como
Él.
«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? [ ...] Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con
vosotros, vosotros también lo hagáis».

* LA CELEBRACIÓN DE HOY
Con sumo cuidado, tenemos que poder mostrar que hoyes el día de la Eucaristía, el día de la Caridad, el día
del ministerio ordenado que nace al servicio de esta Iglesia que no sería en absoluto, si no naciera del
Bautismo y se alimentara de la Eucaristía que ha recibido de su Señor. La reserva solemne debe recordarnos
que, sin la Eucaristía, nuestra fe carecería de sentido. Que allí tenemos el Cuerpo y la Sangre del Señor
Jesús, alimento de vida eterna, para ser comido. Para que, con este alimento, podamos caminar por la vida,
amando como Él hizo.
¡Y el altar queda despojado, porque mañana la cruz será el altar!

 JOAN TORRA

NOTAS EXEGÉTICAS

1 Lectura: Éxodo 12,1-8.11-14


Prescripciones sobre la cena pascual.

La celebración pascual tiene tal vez sus orígenes enfrentamiento llega con la muerte de los
en la ofrenda de las primeras crías para asegurarse primogénitos de Egipto, mientras que los
la fertilidad de todo el ganado. El Señor reconoce primogénitos de Israel viven. La Pascua es el
a Israel como su «primogénito» (Ex 4,22). Por eso memorial, la experiencia de este Dios. El
Israel consagra las primeras crías de los ganados y sacrificio de Isaac (Gn 22) será interpretado en
los primogénitos (Ex 13,11-15) Y los rescata, tal clave pascual, porque el primogénito de la
como el Señor los rescató pasando por Egipto y promesa será siempre rescatado con la ofrenda de
«saltándose» (de aquí viene el nombre de un carnero.
«Pascua») las casas de los israelitas, marcadas con Algunas celebraciones de la Pascua (la primera en
la sangre del cordero. Efectivamente, el ritual de Canaán, ya llegados a la tierra prometida: Jos
la Pascua se insiere entre el anuncio (c. 11) y la 5,10-12; la de los tiempos del rey Ezequías
realización (12,19-41) de la décima plaga. El durante el sitio asirio de Jerusalén: 2Cr 30; la de
Señor incomparable (7,17; 9,14) Y presente en los tiempos del rey Josías, cuando Babilonia
medio del pueblo (8,18-19.22) se enfrenta al empieza a dominar: 2Re 23,21-23) sobrepasan el
faraón, quien, con el corazón endurecido, ámbito familiar y se convierten en celebraciones
esclaviza a Israel (por el contrario, el Salmo nacionales. Todas estas Pascuas conllevan la
afirma: «Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu renovación de la alianza.
esclava; rompiste mis cadenas»). El clímax del

2 Lectura: 1 Corintios 11,23-26


Cada vez que coméis del pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor.

Los capítulos 11-14 están dedicados a las bien de la mayoría, para que se salven) sirve para
respuestas que Pablo da a cuestiones planteadas la comunidad litúrgica. De hecho, el apóstol es el
por la comunidad, en particular, sobre las garante de una tradición que procede de Jesús, el
celebraciones litúrgicas. Se parte de la anécdota Señor. La tradición se actualiza imitando el
de las costumbres a propósito de la indumentaria ejemplo, tal como se pide en 11,1: "Sed imitado-
durante las celebraciones (11,1-16) para pasar al res míos como yo lo soy de Cristo». Dicho en
tema fundamental: la naturaleza de la comunidad términos litúrgicos, la tradición es el «memorial».
litúrgica. La comunidad es el cuerpo de Cristo con El apóstol no se limita a «recordar» las palabras
muchos miembros conjuntados por el don del del Señor, en la noche en que fue entregado «<mi
amor (12,12.25-27). Por eso, cuando la cuerpo, por vosotros», «la nueva alianza sellada
comunidad no se ama con hechos, «eso no es con mi sangre»). Más bien persigue el objetivo
comer la Cena del Señor», aunque formalmente se que (también son palabras de Jesús) la comunidad
reúna para ello (11,17-23, especialmente v. 20). El de Corinto «haga esto en memoria» del Señor, es
criterio del comportamiento descrito en 10,32-33 decir, que imite el ejemplo de Jesús en su entrega.
(no dar motivo de escándalo a nadie; buscar el Entonces, la comunidad podrá anunciar «la
muerte del Señor», anuncio que se corresponde exactamente con el del evangelio (cf. 15,1-5).

3 Lectura: Juan 13,1-15


Los amó hasta el extremo.

El género literario del «discurso de despedida» el mundo. Jesús es el Maestro y el Señor (13,20)
(quien se está muriendo reúne a los hijos, los sobre todo cuando «lava los pies» (el amor de
bendice y les lega su testamento de vida) hace de Jesús llega hasta enfrentarse al diablo que «ya
hilo conductor de la larga escena de la última cena había suscitado en el corazón de Judas la
en el evangelio de Juan (cc. 13-17) Jesús intención de entregarlo»). Se exige a los
introduce su «discurso de despedida» con un discípulos, purificados (cf. 15,3, por la Palabra;
gesto. Pero la acogida y la hospitalidad (lavando también en el discurso del Pan de Vida: 6,52-58),
los pies del huésped que llega) se convierte en que tomen parte en la entrega-amor de Jesús
signo de purificación y, como tal, signo de (última cena en los sinópticos: memorial de su
«pertenecer a Jesús». Así, el gesto también toma cuerpo y de la nueva alianza). Se corresponde
un fuerte componente cristológico. Jesús realiza con: «os he dado ejemplo para que lo que yo he
un gesto de acogida, pero son los discípulos hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis»,
quienes deben acogerle a él (réplica de Jesús a y tiene su réplica en: «que os améis unos a otros;
Pedro). Jesús lava los pies porque ha llegado «su como yo os he amado, amaos también unos a
hora», porque ahora el Hijo es glorificado y Dios otros» (13,34-35). Incluso en medio de las
es glorificado en él (13,31-32), porque demuestra traiciones (13,21).
hasta qué extremo ama a los suyos que estaban en
 JOAN RAMON MARÍN

Proyecto de Homilía

• (¡No tirar la toalla!)

Hay un elemento en la escena del lavatorio de los pies que puede pasarnos desapercibido y que es bien
significativo: la toalla con la que se ciñe Jesús. Constatamos la fácil tentación de «tirarla», de
arrojarla, del irrevocable desaliento, cuando nos asaltan los problemas y las incertidumbres. Al papa
Francisco le duele «encontrar a jóvenes que parecen haberse jubilado antes de tiempo. Ver a jóvenes
que tiraron la toalla antes de empezar el partido. Que están entregados sin haber comenzado a jugar».
El Maestro nos invita, sin embargo, a ceñirnos la toalla para servir, a descubrir dónde está la primera
línea próxima de ayuda y dedicación a los que nos rodean. Cada uno, en su Iglesia doméstica, de
manera familiar y personal puede concretar gestos que dinamicen la propia entrega, también en el
ámbito parroquial o comunitario. ¡Ciñámonos la toalla blanca del Jueves Santo!
El arrodillarse, el doblar la rodilla para servir, no es nada poético. Resulta duro doblegar nuestras razones o
voluntad, priorizar el bien del otro por encima de nuestros deseos personales. Al hacer este gesto,
Jesús ya sabe adónde va. Es su testamento vital. Sirve a los que van a abandonarlo, precisamente a sus
discípulos más queridos, que le negarán o traicionarán. Se trata de una lección de vida brutal.

• (¿Todo va a ir bien?)

Los cristianos caemos en una esperanza fácil. Solemos decir «no te preocupes, que todo va a ir bien». Son
naturales estas palmadas de ánimo, pero no siempre las cosas acaban bien según nuestros criterios o lo
que el común de las personas entiende por éxito. Se trata de un mesianismo ingenuo, como el que
presidía el Domingo de Ramos. En cambio, miles de inmigrantes salen de sus países, atravesando los
más variados riesgos. No todos cuentan con igual fortuna. No a todos les va igual de bien. Hemos de
vincular las palabras de ánimo al Cristo que se arrodilla ante los que le van a abandonar. Cuando
transitamos la experiencia del fracaso, de sentirnos solos, de que nos abandonan, de organizar cosas a
las que no viene nadie, de sentirnos los últimos de la fila, sintamos que nuestra esperanza es ser
semejantes al Maestro. Lo mismo sucede con la Iglesia o con la imagen de los sacerdotes en la
actualidad, que no siempre logran transmitir el mensaje central del amor del Evangelio, primando más
los escándalos que el idioma universal del testimonio. En la garantía de Aquel que se arrodilló ante
sus discípulos para servirles, sí hay un final feliz, que puede apreciarse aquí o no en este mundo, pero
que será realidad en el banquete de fiesta de su Reino.
«Haced esto en memoria mía» significa que, cuando vengan las complicaciones y se nos tuerzan los planes,
nos acordemos de que a Él lo abandonaron. Cuando suframos en carne propia esos signos de
abandono, pegados al Señor podremos sentir que no todo está tan mal porque seremos semejantes a
Él. La toalla del Jueves Santo es memoria de lo que estamos llamados a ser: el servicio radical de estar
arrodillados ante lo que el mundo desprecia.

• (Signos desconcertantes)

La toalla es signo visible de discipulado. Son llamativos los ejemplos de personas cuya forma de actuar
interpela a los demás: ¿Cómo hace estas cosas? ¿Cómo esta persona con sus dones sirve y escucha a
ese otro que es un auténtico pesado? Lo ilógico desconcierta y provoca pensar en qué se sostienen
determinadas maneras de actuar. Lo normal sería «tirar la toalla», no ceñírsela. Cuando miramos al
Señor y vivimos la fraternidad desde una mirada comprensiva cambia todo. Mirar al otro que es
diferente, que no me cae del todo bien. Cuando somos capaces de perdonarnos y amarnos, se opera un
milagro para el mundo entero. Es un signo sobrenatural del Jueves Santo.
En el contexto del servicio, del amor fraterno y del día del sacerdocio, pensamos en discípulos actuales del
Señor que nos interpelan. Antoni Vadell, obispo auxiliar de Barcelona, afrontó el trance de la
enfermedad unido al Maestro. Es una situación para que el mundo se te venga abajo, sin embargo, él
optó por «no tirar la toalla», consciente de que «todo iría bien», porque su confianza estuvo puesta en
Aquel que no rehusó a su final. De ahí que el joven obispo confesara el 26 de noviembre en Radio
Estel: «Yo, en estos momentos, quiero vivir esta experiencia muy cerca de la Cruz del Señor. Sabemos
que la Cruz siempre es una puerta hacia la Resurrección, hacia la Vida».

 FERNANDO CORDERO MORALES

HOJA PARA LA CELEBRACIÓN

__________ Ritos iniciales

Hoy la entrada debería ser muy solemne, con la procesión de los ministros, y
con un canto largo y centrado en la cruz de Jesucristo, en su camino de la
muerte a la vida.

Nosotros hemos de gloriamos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, vida
y resurrección, por él hemos sido salvados y liberados. Que su gracia, su amor, su paz estén con todos
vosotros.

Hoy entramos en la celebración de los días santos de la muerte y resurrección del Señor: el Triduo Pascual.
Después de toda la preparación de la Cuaresma, esta tarde estamos aquí, como los apóstoles, dispuestos a
acompañar a Jesús en este momento intenso, en esta cena de despedida. Él nos deja en el pan y el vino de la
Eucaristía el signo y la presencia de su entrega por nosotros. Abramos nuestro corazón a su amor, para
revivir con él los días centrales de nuestra fe.

Acto penitencial: En silencio, reconozcamos que él es nuestro Señor, que nos ha liberado del pecado, y
pidámosle que tenga misericordia de nosotros. (Silencio)

- Tú, pan vivo bajado del cielo. SEÑOR, TEN PIEDAD.


- Tú, alimento de vida eterna. CRISTO, TEN PIEDAD.
- Tú, camino, verdad y vida. SEÑOR, TEN PIEDAD.

Gloria cantado

Colecta. Oremos (pausa).


Oh, Dios, al celebrar la Cena santísima en la que tu Unigénito, cuando iba a entregarse a la muerte, confió
a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno y el banquete de su amor, te pedimos alcanzar, de tan gran
misterio, la plenitud de caridad y de vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.

***
__________ Liturgia de la Palabra

1ª lectura (Éxodo 12,1-8.11-14): La cena de Jesús con los discípulos evoca la cena de la Pascua de los
judíos, la celebración que cada año recordaba la liberación de Egipto. Escuchemos en esta lectura, del libro
del Éxodo, cómo era esa cena pascual.

2ª lectura (1 Corintios 11,23-26): La cena de Jesús es el signo de la nueva Pascua que nos libera.
Escuchemos ahora esta tradición como nos la narra Pablo.

Hoy no se dice la profesión de fe. Después de la homilía (si la situación


sanitaria del momento lo permite) tiene lugar el lavatorio de los pies que se
puede introducir con la monición que ofrecemos a continuación.

Lavatorio: Hemos escuchado en el evangelio cómo Jesús, aquella tarde de la Última Cena, hizo ese gesto
sorprendente y significativo: se puso a lavar los pies a sus discípulos. Un signo de su amor y de su entrega.
Al repetir ahora aquel gesto el que preside la celebración, recordamos que eso es lo que tenemos que hacer
cada día también nosotros si de verdad queremos seguir el camino de Jesús.

***

ORACIÓN UNIVERSAL
Antes de compartir la mesa de Jesús, oremos ahora al Padre del cielo para que su amor llegue a todos.
Oremos diciendo: ESCÚCHANOS, PADRE.

1. Por la Iglesia, por todos los cristianos. Que, en toda circunstancia, sepamos expresar y transmitir con
nuestra vida el amor y la entrega de Jesús. OREMOS:
2. Por los pastores de la Iglesia. Que con su ministerio de servicio hagan expresiva la presencia del
Señor en medio de la comunidad. OREMOS:
3. Por los pobres y necesitados, por los refugiados y los inmigrantes, por los cristianos que son
perseguidos. Que experimenten la fortaleza de Dios que los acompaña. OREMOS:
4. Por nosotros, reunidos esta tarde alrededor de la mesa de Jesús. Que la Eucaristía que él nos dejó
renueve constantemente nuestras vidas. OREMOS:

Escucha, Padre, la oración confiada que te dirigimos como discípulos de Jesús, tu Hijo, que vive y
reina contigo por los siglos de los siglos.

***
__________ Liturgia de la Eucaristía

Hoy la procesión de las ofrendas debe ser expresiva, y además del pan y el
vino debería presentarse también nuestra ofrenda para los pobres.
Oración sobre las ofrendas PÁG. 264 MISAL
Prefacio propio PÁG. 264 MISAL
Plegaria eucarística con las partes propias del jueves Santo y
cantando las aclamaciones.

Padrenuestro:
Antes de participar de la mesa del Señor, y como él mismo nos enseñó, nos dirigimos al Padre del cielo
diciendo.

Poscomunión: Oremos (pausa).


Dios todopoderoso, alimentados en el tiempo por la Cena de tu Hijo, concédenos, de la misma manera,
merecer ser saciados en el banquete eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
__________ Rito de Conclusión

Antes de la reserva:
Acabamos nuestra celebración con un gesto de reconocimiento solemne de Jesús presente en la Eucaristía.
La reserva del Cuerpo de Cristo para la comunión de mañana nos da ocasión de hacer este acto de fe y de
adoración. Si nos es posible, hagamos también esta noche un rato de oración ante el Santísimo Sacramento.
Mañana nos volveremos a reunir a las __ para celebrar la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo, en
espera de la gran celebración de la resurrección la noche de Pascua.

SUGERENCIAS PARA LOS CANTOS

Entrada: *Nosotros hemos de gloriarnos, MD 342(942) / CLN 163; Antes de ser llevado a la muerte, MD
185(785) / CLN 0 32.
Responsorial: *El cáliz que bendecimos, MD 133(733) / CLN D 36
Antes del evangelio: *Os doy un mandato nuevo, MD 350(950) / CLN 64,152 (sin estrofas).
Lavatorio de los pies: *Donde hay verdadero amor, MD 191 (791); Ubi caritas, CLN 151; Donde hay
caridad y amor, MD 179(779) / CLN 0 26.
Presentación de las ofrendas: Os doy un mandato nuevo, MD 70(670) ,350(950) / CLN 164, 152 (con
estrofas).
Comunión: *Acerquémonos todos al altar, MD 170(770) / CLN 0 24; La cena del Señor, MD 176(776) /
CLN 0 18; Comiendo del mismo pan, MD 180(780) CLN 0 27.
Traslado de la reserva: *Que la lengua humana, MD 164(764) / CLN 0 15, 0 33; Pange lingua, CLN 02.

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