Está en la página 1de 3

Despenalización del Aborto

Cuando se habla sobre la despenalización del aborto se debe comenzar por el principio,
¿cuándo comenzó un verdadero cambio en nuestro país sobre la despenalización del
aborto?
El primer cambio en Colombia se dio en el año 2006, cuando la Corte Constitucional
despenalizó en aborto en tres situaciones calamitosas para la mujer, estos vendrían siendo:
malformación del feto, peligro para su salud de la madre o cuando es resultado del acceso
carnal violento. Aun así, constantemente las mujeres encuentran dificultades para acceder
al procedimiento, en entidades prestadoras de servicios de salud que alegan objeciones de
conciencia o credos religiosos para no prestar el servicio.
Ahora, ha regresado el tema a la Corte Constitucional, en una demanda que sostiene que la
norma del Código Penal que penaliza el aborto va contra la Constitución Nacional, que
consagra los derechos de las personas a la vida, la libertad, la salud, entre otros. Este
enunciado ha provocado numerosas discusiones al especificar que el aborto es la privación
de el derecho de la vida a un ser humano. (un ser vivo).
Diciéndolo desde un punto de vista donde no se esta ni a favor ni en contra:
” Se aboga por la despenalización; no porque se esté de acuerdo con el aborto, ello depende
de la conciencia de cada cual; sino porque se estima que el tratamiento del problema debe
afrontarse en forma diferente; desde la salud pública, la educación, la prevención del
embarazo, los programas de control de la natalidad, la divulgación y suministro de métodos
anticonceptivos a la población. La mujer que tiene que enfrentar una situación de esta
naturaleza, tiene ya bastante con los traumas que genera una decisión de aborto, para tener
que arriesgar, además, su salud y verse en riesgo de terminar en la cárcel”.

Ahora, al para hablar más a fondo acerca del aborto se deben hay dos puntos de vista
importantes, en un punto de vista a favor del aborto:
El aborto es legal en Colombia en casos de violación, incesto o inseminación artificial sin
consentimiento, malformaciones fetales graves incompatibles con la vida y para proteger la
vida o la salud. Sin embargo, aun cuando se reconoce el derecho legal al aborto, muchas
mujeres y niñas enfrentan múltiples barreras para ejercer su derecho a acceder a este
servicio.

Estas barreras se deben en buena medida a la criminalización del aborto negándose acceso
seguro, oportuno y digno a un servicio de salud esencial. De hecho, algunas mujeres son
perseguidas penalmente incluso cuando buscan obtener abortos legales, como lo ha
documentado Women’s Link Worldwide en Colombia.
Human Rights Watch ha publicado ocho informes que analizan cómo la criminalización del
aborto en América Latina y el Caribe viola derechos humanos reconocidos
internacionalmente.
En primer lugar, las leyes que penalizan el aborto obligan a las personas a recurrir a
procedimientos inseguros para poner fin a un embarazo no deseado, poniendo en riesgo su
salud y su vida. Aunque en Colombia no se recopilan datos de forma consistente al
respecto, la última información difundida por el Ministerio de Salud en 2014, indica que
cada año en el país 70 mujeres mueren y 132.000 sufren complicaciones debido a abortos
inseguros.
En segundo lugar, la criminalización perjudica mayormente a las personas en situación de
pobreza y vulnerabilidad. En Colombia, la Fiscalía General de la Nación ha reconocido que
cerca del 34% de las mujeres y niñas investigadas penalmente por aborto se desempeñaban
como trabajadoras del hogar. El Instituto Guttmacher informó que la tasa más alta de
mujeres que sufren complicaciones por abortos inseguro existe en el Pacífico, una región
con altos índices de pobreza.
En tercer lugar, la criminalización disuade a las mujeres no solo de solicitar un aborto sino
además de intentar obtener atención post aborto o asistencia por complicaciones obstétricas.
De hecho, la Fiscalía informó este año que el 73 % de las investigaciones sobre abortos que
se impulsaron entre 1998 y 2019 fueron iniciadas por personal hospitalario, en violación del
secreto profesional. A su vez, la criminalización puede provocar que los profesionales
sanitarios no brinden atención de emergencia por temor a una persecución penal o
estigmatización si se percibe que son cómplices en abortos.
En conclusión:
La tipificación del aborto no reduce la cantidad de abortos. Simplemente impide que las
mujeres y niñas puedan acceder a la atención esencial de la salud y pone sus vidas y su
salud en riesgo.
Ahora, hablando desde un punto de vista en contra del aborto
En primer lugar, a través de los ministerios de Salud, Educación y Justicia, el Gobierno le
pidió a la Corte no avalar la demanda. El Ministerio de Justicia dice que, aunque desde el
punto de vista civil el no nacido no es considerado persona, cree que, si la Corte quisiera
legalizar el aborto, tendría que explicar por qué sí se penaliza el maltrato animal. También
cree que este debate se debe dar en el Congreso, no en la Corte. Y el Ministerio de Salud,
aunque reconoce las barreras para el aborto legal, y confirmó que tanto la OMS como
órganos internacionales han recomendado la despenalización, cree que en el caso ya hay
cosa juzgada desde el 2006, con las tres causales.
En segundo lugar, en cientos de formatos e intervenciones simultáneas, varias de ellas
repetidas y en las que únicamente el remitente cambia la firma, varios ciudadanos le
pidieron a la Corte que no acepte la despenalización. En sus solicitudes se lee, por ejemplo,
que aceptar el aborto haría relativo el derecho “a la vida”, otras equiparan esta práctica con
el “genocidio” o ponen sobre la mesa argumentaciones de tipo religioso.

En tercer lugar, La Bancada Provida del Congreso, constituida por varios senadores como
María del Rosario Guerra, le dijo a la Corte que no puede invadir sus funciones pues el
Legislativo tiene la “competencia exclusiva” de regular todo lo relacionado con “el derecho
a la vida”. Agregó que presentó un proyecto de ley para que se modifique el Código Civil,
con el fin de que la ley diga que la vida empieza en la fecundación. Y la también
autodenominada Bancada Provida del Concejo de Bogotá pidió dejar esta deliberación en
manos del Legislativo, porque “es un hecho que la sociedad colombiana sigue rechazando
el aborto”.

También podría gustarte