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Constitución liberal de 1879, se

incorpora el derecho de asociación,


que en un amplio sentido genérico
reconocía el de hacerlo con
finalidades políticas y formalizaba
limitaciones a las organizaciones
religiosas.
El reconocimiento expreso se dio en
la constitución de 1945, que inaugura
el ciclo del Constitucionalismo social y
que fue producto de la revolución
cívico-militar que derroco al dictador
Jorge Ubico en 1944.

En la Constitución 1956 se mantuvo


el reconocimiento constitucional y
recoge Expresamente la prohibición
contra los partidos de orientación
marxista.
Con la Constitución de 1985
desaparece la proscripción a los
partidos políticos con ideologías de
izquierda y se da la apertura a la
diversidad ideológica.

En la actualidad se conceptúa a los


partidos políticos como: un grupo de
ciudadanos organizados
permanentemente que se asocian en
torno a una ideología, intereses y un
programa de acción con el propósito
de alcanzar y mantener el poder
político. Se trata de obtener el poder
por los medios legales, especialmente
mediante elecciones, aunque también
existen partidos que, en determinadas
circunstancias, usan medios
revolucionarios o fuera de las leyes.
Desde nuestra perspectiva, los
partidos políticos deben ser uno de
los principales mecanismos a través
de Ios cuales se hace viable la
democracia representativa.

Constituyen vehículos por medio de


los cuales la voluntad, intereses y
necesidades de la población son
transformados en planes de trabajo a
desarrollarse en el ejercicio del poder
público.

El fracaso al que se ha encaminado la


democracia guatemalteca deriva, en
parte, de la ausencia de verdaderos
ciudadanos y de la inexistencia de
auténticos partidos políticos que sean
capaces de recolectar la voluntad
popular y transformarla en acciones
de poder público.
En Guatemala, las agrupaciones que
gozan de la calidad formal de partidos
políticos carecen, en su generalidad,
de continuidad, orientación ideológica
definida, de auténticos planes de
Gobierno, y de cuadros idóneos para
ejecutarlos, en caso de asumir el
poder, por ello, sus representantes, al
asumir cargos de poder, lejos de
fortalecer el sistema democrático y
ejecutar el plan de Gobierno ofrecido,
ejecutan agendas particulares que
defienden intereses sectarios, en
detrimento del bien común público.

La rigidez constitucional. García


Laguardia señala que la rigidez
construccional es consecuencia del
principio de supremacía
constitucional: un dificultado
procedimiento de reforma
constitucional contribuye a su
defensa, a su estabilidad.

La constitución guatemalteca
es considerada, en cuanto a su
posibilidad de reforma, de carácter
mixto: en el sentido que una parte de
ella puede ser reformada por el
legislativo ordinario; otra de sus
partes ofrece dificultad para su
reforma porque tiene que ser
realizada por una Asamblea Nacional
constituyente, y además contiene
normas pétreas. (La parte pétrea o no
reformable está contenida en
el articulo 281 del texto
constitucional y explícitamente
determina que los artículos 140, 141,
165 inciso g), 186 y 187) Un pueblo
siempre tiene el derecho de revisar,
reformar y cambiar su Constitución.
No puede una generación sujetar a
sus leyes a las generaciones
futuras.

Las garantías constitucionales se


integran con los medios jurídicos,
predominantemente de carácter
procesal, que están dirigidos a la
reintegración del orden constitucional
cuando el mismo ha sido desconocido
o violado por los propios órganos del
poder.

Las garantías constitucionales que


contempla la constitución
Política de la República de
Guatemala son: la exhibición
personal, el amparo y
la inconstitucionalidad de las leyes.
263, 265, 266 y 267.
.

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