Está en la página 1de 7

URBANISMO SOCIAL

Esta investigación busca ampliar y entender un poco más el concepto propuesto, de acuerdo

con una infinidad de criterios ya establecidos y un punto personal crítico, entendiendo algunos de

de elementos que hacen parte de este, para así concretar un análisis de las múltiples variables de

la ciudad multifuncional, social, diversa, accesible, densa y compleja, donde la población, las

instituciones, las calles, los espacios, el barrio y la comunidad son vitales en la cultura urbana y

en la creación de un entorno de calidad de vida y bienestar.

De acuerdo con la urbanista estadounidense Jane Jacobs (1961), “Mantener la seguridad de

la ciudad es tarea fundamental de las calles y las aceras de una ciudad” (pág. 55); porque, la

ciudad tiene múltiples factores y cambios constantes, que deben responder de una manera

eficiente a cada una de las problemáticas y/o necesidades que se presentan cotidianamente, para

así, entrar a establecer una estrategia que relacione el medio urbano y seguridad pública como

una consecuencia de diferentes situaciones socioculturales, económicas o políticas.

Después de esto, la sensación de seguridad es tan fundamental para que una persona goce y

aproveche la ciudad, a diferencia de un área urbana que falle en proveerla, puesto que esta fallará

en generar vida y diversidad en sus calles.

Además, no solo se debe pensar en una sensación física, sino en un factor importante y

determinante como los sentidos de las personas, por ejemplo, no podemos intervenir en una

ciudad, si primero no conocemos las necesidades de esta, no analizamos el desarrollo de la vida y

no tenemos una visión hacia el futuro, que quizás puede contribuir o limitar el acceso a un

urbanismo social.
Como lo hace notar el urbanista danés Jan Gehl (2014),

Tener en cuenta los sentidos de las personas es crucial si se pretende que caminen, se

sienten, hablen y se escuchen dentro de los edificios, de los barrios y de la ciudad. La

batalla por la calidad se da en la escala pequeña (pág. 118).

Entonces, desde este punto de vista es vital y necesario trabajar con la vida, después con el

espacio y finalmente con los edificios, para así establecer una vitalidad y tranquilidad humana,

que dentro de esa agitada vida que propone una ciudad se convierte en un objetivo valioso y

deseable. Si se empieza a tomar en cuenta a los ciclistas, peatones y sus actividades diarias, es

decir, observar, escuchar, caminar y hablar se podrá cumplir con el lugar seguro y saludable que

una ciudad necesita.

De forma similar, las ciudades deben organizarse a partir de un espacio de unión, de

relación social, de encuentro y conexión, en donde las personas puedan convivir y experimentar

de una manera tangible e intangible sus sentidos y experiencias, ¿entonces, que espacio cumple

un rol multifuncional y de unión en la ciudad?

El urbanista español Jordi Borja (2001) señala que “el espacio público es la ciudad, es la

calle” (pág. 62). De igual importancia, el espacio público es un elemento que por derecho

pertenece a todos los ciudadanos y del cual todos pueden disfrutar, que forma y da sentido a la

vida colectiva y que nace por las necesidades de cada lugar o sector, en donde la población se

encuentra (simbiosis), se identifica (simbólico, cultural, historia) y se manifiesta (cívico);

concluyendo así a formar un espacio de relación y interacción, un espacio público equitativo.


Para diseñar el espacio público es necesario tener en cuenta la dimensión humana, ya que

en una pequeña escala es en donde las personas disfrutan o sufren por la calidad y es a esta escala

donde se fortalece al espacio público como un sitio de encuentro para la gente. Como dice el

antropólogo español Manuel Delgado (2011), “el espacio público pasa a concebirse como la

realización de un valor ideológico, lugar en el que se materializan diversas categorías abstractas

como democracia, ciudadanía, convivencia, civismo y otros valores políticos” (pág. 20).

Por lo tanto, para conseguir construir un espacio público colectivo y que genere identidad,

es determinante un principio como la razón, este como un primer paso que establecería un medio

para estudiar el éxito o el fracaso del entorno y del urbanismo, un espacio urbano que permita una

buena orientación espacial favorecerá la vitalidad del espacio público y brindara así un valor

ideológico determinante.

Es decir, estos espacios son los lugares donde las personas pueden satisfacer sus

necesidades básicas y, a la vez, encontrar bienes públicos esenciales y de rutina. Delgado define,

“Un espacio teórico básicamente se ha convertido por arte de magia en un estado sensible, lo que

antes era una simple calle es ahora un escenario potencialmente inagotable para la comunicación

y el intercambio de relaciones públicas” (2011, pág. 7). De ese modo, el espacio público

contribuye a generar más seguridad, diversidad y vida, a diferencia de los espacios privados, que

desperdician este potencial de lograr mejores entornos urbanos. Además, lo que se debe plasmar

es un ámbito accesible, de libertad formal y de igualdad de derechos, todo ello en una esfera de la

que todos pueden apropiarse, pero que no puede convertirse como propiedad unitaria.
Y más aún, cuando las ciudades cuentan con un escenario tan importante como lo son los

ejes hídricos, y que estos no son aprovechados, dejándolos en un abandono total sin manejo y

cuidado ambiental, es por esto por lo que la arquitecta venezolana Maritza Rangel Mora (2007)

ratifica que,

Los ejes ambientales, presentes internamente o en las inmediaciones de muchos de nuestros

centros poblados, según sus características, pueden llegar a ser estructurantes y

fundamentales de la ciudad que los aloja; se trata de ver el ambiente como un potencial,

como algo que está allí para ser empoderado por los grupos sociales y modelado por ellos

para los mejores fines conjuntos (págs. 1-2)

Después de esto, en la ciudad se debería plantear estrategias para crear corredores hídricos,

como parques lineales, malecones, proyectos que conlleven una relación con las fuentes hídricas,

además, que los tramos viales perpendiculares o angulares logren actuar como conectores entre

ejes mayores y menores uniendo así la ciudad, con las interfases y nuevas naturalezas para el

disfrute de las personas. De este modo, los ejes lineales urbanos configurarían una red de

espacios públicos dentro de la ciudad, y para esto es necesario conocer la calidad de los ejes

existentes, los ejes conectores complementarios y las necesidades y oportunidades de conexiones

sociales a favorecer, buscando un equilibrio entre los espacios públicos y la ciudad.


REFERENTES PROYECTUALES.

PROPUESTA DE ESPACIO PÚBLICO EN EJES HÍDRICOS.

Proyecto de renovación urbana de espacios verdes, río, parque. En Seúl, Corea del Sur.

Después de la guerra de Corea (1950-1953), Seúl capital de Corea del Sur, comenzó a

crecer de manera exorbitante, por lo que el río Cheong Gye Cheon, terminó convirtiéndose en

una alcantarilla, lo que llevó a su canalización. Con el pasar de los años, los valores de

crecimiento de la ciudad se trasformaron y el factor ecológico y sostenible tomaron gran valor en

el planeamiento urbano de Seúl.

Figura 1 Mapa del área metropolitana de Seúl

Fuente: Urban Networks (2015).


Subtema, enfoque- 2 páginas y media o más,

Antecedentes
-Proyectos conceptuales

-Descripción general

-Que es lo interesante- que es lo que tiene, innovador, creativo, aspectos formales,


compositivos, funcionales, urbanos,

-Por qué es importante para mi proyecto.

Referente internacional-nacional- regional o local


Imágenes, planos, generalmente legibles

Bibliografía
Borja, J. (2001). El espacio público, ciudad y ciudadanía. Barcelona: Ed. Electa.

Delgado, M. (2011). El espacio público como ideología. Barcelona: Catarata.

Gehl, J. (2014). Ciudades para la gente. Buenos Aires: Infinito.

Jacobs. (1961). Muerte y vida de las grandes ciudades. New york: Random House .

Mora, M. R. (2007). Espacio público y colectivo social. Mexico: Nova Scientia.

También podría gustarte