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Filosofía
Introducción
¿Para qué nos educamos? Es la pregunta principal del ensayo y, a mi modo de entender, no
hay interés de responderla en nuestra época. ¿Por qué no se responde? Se pueden dar
diversas razones, puede depender de no saber qué es tal concepto o cómo se entienda tal
cosa. Pero no responder a dicha pregunta, obedece a otro motivo que a la falta de
conocimientos, y es a la indiferencia hacia dicha pregunta. Pues de cierto modo cuando
escuchamos la pregunta, la respuesta obvia e inmediata es: para vivir mejor. Nos educamos
para vivir mejor.
Que nos eduquemos para vivir mejor no es tema para la reflexión que nos atañe, pues
conlleva a responder cuestiones que requieren más espacio y profundidad, como: qué es
vivir mejor; cómo la educación nos hace vivir mejor; solo hay un estilo de vida que es el
mejor o hay muchos y por igual la educación, solo hay una o muchas; etc. El tema de esta
reflexión es sobre la educación cómo afecta la vida del hombre, y si ésta la afecta para bien
o para mal.
Resultará raro preguntar si la educación es buena, pues en nuestra época se tiene el dogma
de que sí afecta, y si afecta es para bien y si en ella hay algo malo es porque no se tiene con
calidad y cantidad, y no porque ella tenga algo malo—esto es uno de los motivos por los que
hay indiferencia a responder la pregunta con la que se inició el ensayo—. Pero a todo esto,
con el auxilio de Platón, encontré una luz para cuestionar ese dogma. Esta luz provino del
diálogo Protágoras, específicamente del diálogo que tiene Sócrates con Hipócrates, pues
aquí el filósofo ateniense lo interroga sobre su interés por educarse con Protágoras. En
estos pasajes es que nace la duda a si la educación siempre es buena para el hombre.
El ensayo se divide en dos apartados. En el primero se interpreta el diálogo entre Sócrates e
Hipócrates, en específico el pasaje 313a y 313d. El segundo apartado es una comparación
entre dos personajes del diálogo —amigo e Hipócrates—, pues cada uno tiene un interés
diferente al acercarse a Sócrates y a Protágoras. Este último apartado es para resaltar la
tarea que tiene el lector al acercarse a un diálogo, pues como se verá, creo que en Platón —
antes del diálogo entre Sócrates y Protágoras — hay una invitación a pensar porqué lo
leemos y si ésta nos educa.
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educador, o solo haber escuchado quién es famoso, ah, y tener el capital para pagarle, o
tener buenos amigos que te ayuden, como en el caso de Hipócrates.
Pero también hay otra razón por la que el joven personaje puede ir con el sofista sin
conocer quién es, y es que Sócrates hace una distinción entre educarte para ser un
profesional o solo con “vistas a tu educación, como conviene a un particular y aun hombre
libre”. Interpreto que esta distinción da luz sobre el punto de que la educación es algo
bueno, no importando qué, o sea, que cualquier cosa que aprendamos nos hará mejores;
que Hipócrates aprenda algo con Protágoras, le será útil, como su aprendizaje de las clases
de gimnasia, aun cuando en ninguna de las dos sea un profesional. Si lo pensamos es algo
que todavía creemos, ejemplo claro es cuando buscamos trabajo, pues entre más
especializaciones tenga más fácil conseguiré empleo.
Del párrafo anterior hay dos conclusiones que no se contraponen, sino que se
complementan, pues qué mejor que ir con alguien famoso por su sabiduría y, aparte, haber
sido educado en varias artes y ciencias. Entonces la respuesta a la segunda razón, se vuelve
sencilla, pues de quién me volveré por recibir tal educación, será a causa de la calidad y
cantidad de educación que reciba.
Hasta esta parte todo marcha bien, hemos visto algunos motivos por los que se considera
que la educación es buena, también por qué no hay modo en el que ésta nos afecte,
mientras sea de calidad y cantidad. Por lo que parece que la pregunta que dio pie a la
reflexión queda obsoleta, o no dio la luz al modo como quería, pues que la educación
perjudique o fortalezca al hombre, depende de la calidad y cantidad que reciba de ella. Pero
antes de aceptar que mi futuro será andar de posgrado en posgrado, interpreto algunos
pasajes posteriores.
Platón en los párrafos 313a y 313d da, lo que a mi parecer es, una crítica a la educación, o al
menos, a como la hemos entendido hasta ahora. Sócrates después de disertar sobre lo que
enseña Protágoras y darse cuenta que no pueden decir con precisión qué enseña, le
pregunta al otro personaje del dialogo: “¿Sabes a qué clase de peligros vas a exponer tu
alma?”. Al lanzar tal pregunta, podemos responder, pero ¿qué peligroso para el alma?