En este documental podemos observar el nacimiento de uno de los monstruos que
están acabando con el medio ambiente, el consumismo. La obsolescencia programada surgió con uno de los productos de los más esenciales para las infraestructuras modernas. Las bombillas que se producían a finales del siglo XIX y principios del siglo XX eran productos diseñados con calidad y para alcanzar la duración máxima posible. Esto era conveniente para la sociedad y para el medio ambiente, ya que solo se consumía por lo necesario, pero un empresario dueño de una fábrica de bombillas se dió cuenta de que para poder vender más debía hacer su producto menos duradero, para que las personas se vieran en la necesidad de comprar más seguido. Por lo tanto dió aviso al cuerpo de trabajo que lanzaría una campaña publicitaria en la que se aseguraría que las bombillas tenían un ¨tiempo de vida¨ de 1000 horas. El problema era que las bombillas de aquel tiempo duraban 2500 horas, por lo que esta decisión obligó a todas las empresas a diseñar y producir mercancía mucho más frágil de lo que era. Esta problemática se llevó a corte después de un tiempo y fue ahí donde surgió el término obsolescencia programada. Esta tendencia por las industrias de hacer productos poco duraderos para vender en mayor cantidad en menos tiempo, se adoptó durante el resto del siglo y evolucionó hasta ser parte de lo que hoy en día es la idea general del mercadeo. La afección de estas decisiones está destruyendo el medio ambiente, por el exceso de producción se genera un mayor uso de energías fósiles y también de basura. El consumidor no tiene idea de lo que sucede con sus productos una vez que los desecha, ya que no existe una cultura de reciclaje fija a nuestras vidas. Los residuos de nuestras compras terminan en los lugares más recónditos del planeta, afectando la salud de la vida silvestre, la fertilidad del suelo, la pureza del aire y simplemente contaminando de manera visual. Hoy en día sera casi imposible erradicar esta costumbre de la sociedad, para acostumbrarnos a consumir solo lo necesario y no lo que nos gusta por capricho. El activismo visto por muchas personas ha sido la manera en que se ha dado a conocer esta idea a muchas personas que han creado conciencia y dejado de adoptar estas costumbres tan dañinas para el medio ambiente y que a fin de cuentas son solo un círculo vicioso.