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Ciencias de la vida

Bases químicas de la vida

Bases químicas de la vida

BASES QUÍMICAS DE LA VIDA


CUATRO FAMILIAS DE MOLÉCULAS BIOLÓGICAS (CARBOHIDRATOS, LÍPIDOS,
PROTEÍNAS Y ÁCIDOS NUCLÉICOS).
ELEMENTOS BIOGENESICOS (C, H, O, N, S, P) Estructura de la materia viva. Toda la
materia viva está compuesta de elementos primarios como (C,H,O,N,S,P) que son
imprescindibles para formar las principales moléculas biológicas como son los glúcidos,
lípidos, proteínas y ácidos nucleídos.
BIOELEMENTOS SECUNDARIOS: como Ca, Na, Cl, K, Mg, Fe entre otros. ELEMENTOS
BIOGENESICOS
PRIMARIOS: son básicos para la vida y ayudan a la formación de glúcidos, lípidos,
proteínas y ácidos nucleídos y estos son: Carbono, hidrogeno, oxigeno, nitrógeno, azufre y
fosforo.
El grafito se lo encuentra libre en la naturaleza en 2 formas a demás forma parte del
compuesto inorgánico CO2, C6H12O6 en un 20%.
Hidrogeno: es un gas incoloro inodoro e insípido es mas que el aire en un 10%. Oxigeno: gas
impar que sirve para la mayoría de los seres vivos por que ayuda a su respiración se encuentra
en el aire un 65%
Nitrógeno: componente esencial de los ácidos nucleídos por participar en el contenido del
ADN forma el 3% de las sustancias fundamentales en la materia viva.
Azufre: se encuentra en forma natural en regiones volcánicas 0.02%.
Fosforo: desempeña un papel esencial en la transferencia de energía como lo es en el
metabolismo la formación muscular en un 0.01%.
SECUNDARIOS: son aquellos cuya concentración entre las células un 0.05% llamados
micro elementos y se dividen en indispensable variable i oligoelemento. INDISPENSABLES:
estos no pueden faltar en la vida celular, tenemos eL
Na necesario para la contracción muscular el
K para la conducción nerviosa
Cl para mantener el balance de agua en la sangre incluido intersticiales
Ca coagulación de la sangre y perpetuidad de la membrana.
OLIGOELEMENTOS: Se presentan en cantidad muy pequeña pero cumplen funciones
esenciales en los seres vivos siendo los principales oligoelementos:
Calcio: Este oligoelemento lo encontramos en productos lácteos como la lache, quesos,
yogurt, etc. Su aportación al organismo es balancear el sistema nervioso, constituir los huesos,
los dientes y llevar un óptimo nivel de coagulación de la sangre.
Cobalto: Lo podemos encontrar en algunos vegetales como el rábano, las cebollas, la coliflor
y las setas; también lo encontramos en carnes y crustáceos. Sus propiedades previenen la
osteoartritis y es un excelente anti-anémico.
Cobre: Las fuentes donde podemos encontrar este metal son en los moluscos, vísceras,
frijoles, cereales, frutos y carne de pollo. Forma parte de los tejidos corporales como el
hígado, cerebro, riñones y corazón; y su función es prevenir infecciones de las vías
respiratorias, reumatismos y aceleración de la síntesis de la queratina.
Flúor: Lo encontramos en el agua y el té. Una de sus principales funciones es prevenir la
caries dental.
Fósforo: Este oligoelemento lo podemos encontrar en el pescado, cereales y carne. Constituye
huesos y dientes, proporciona reacciones energéticas y lleva una parte fundamental en la
formación de proteínas.
Hierro: Lo encontramos en el hígado, ostras, moluscos, carnes rojas, pollo, pescado y cerveza;
los cereales y los frijoles son buenas fuentes vegetales. Su función es ser componente de la
hemoglobina, alrededor de un 75% de la sangre.
Manganeso: Este oligoelemento lo podemos localizar en cereales, almendras, legumbres,
frutas secas, pescados y soya Es parte importante en la constitución de ciertas enzimas, su
deficiencia produce pérdida de peso, dermatitis y náuseas; se cree que participa en funciones
sexuales y reproductoras. En el organismo se encuentra principalmente en el hígado, huesos,
páncreas e hipófisis.
Magnesio: Se localiza en el chocolate, almendras, búlgaros, cacahuates, pan entero, carnes y
soya. Su función es disminuir el deseo de los azúcares y el drenaje del agua, además actúa en
la irritabilidad, cansancio, calambres, palpitaciones y preserva la tonicidad de la piel.
Potasio: Lo podemos encontrar en las frutas frescas y secas, legumbres y en los cereales. Su
función es favorecer los intercambios celulares e intracelulares. Selenio: Este elemento se
ubica en los cereales completos, la levadura de cerveza, ajo, cebolla, germen de trigo y carnes.
La función que desempeña en el organismo es la de neutralizar los radicales libres
(envejecimiento), retrasa los procesos de la miopía y preserva la tonicidad de la piel.
Sodio: Lo encontramos principalmente en la sal y en otros alimentos como el queso y el pan.
Su labor es la de hidratar correctamente el organismo y actuar en la excitabilidad de los
músculos.
Yodo: Las principales fuentes donde se localiza este oligoelemento es en los productos de mar
como los mariscos. Este elemento es indispensable al ser constituyente de las hormonas
tiroideas.
Zinc: Lo encontramos en las carnes rojas, pescado, pollo, productos lácteos, frijoles, granos y
nueces. Su función dentro del organismo es la de acelerar la cicatrización de las heridas,
favorecer en el crecimiento del feto en mujeres embarazadas, participar en la formación del
colágeno y de la elastina de la dermis, favorecer el tránsito intestinal y participar en el buen
funcionamiento de la próstata y de los ovarios.

Moléculas orgánicas:
Las moléculas orgánicas se pueden definir como moléculas que contienen carbono y que se
encuentran en los seres vivos. Una sola célula bacteriana contiene alrededor de cinco mil clases
diferentes de moléculas y una célula vegetal o animal tiene aproximadamente el doble. Estas miles
de moléculas, sin embargo, están compuestas de relativamente pocos elementos (CHNOPS). De
modo similar, relativamente pocos tipos de moléculas desempeñan los principales papeles en los
sistemas vivos. Como notamos con anterioridad, el agua constituye entre el 50 y el 95% de un
sistema vivo, y los iones pequeños tales como K+, Na+ y Ca2+ dan cuenta de no más del 1%. Casi todo
el resto, hablando en términos químicos, está compuesto de moléculas orgánicas. En los organismos
se encuentran cuatro tipos diferentes de moléculas orgánicas en gran cantidad. Estos cuatro tipos
son los carbohidratos (compuestos de azúcares), lípidos (moléculas no polares, muchas de las cuales
contienen ácidos grasos), proteínas (compuestas de aminoácidos) y nucleótidos (moléculas
complejas que desempeñan papeles centrales en los intercambios energéticos y que también pueden
combinarse para formar moléculas muy grandes, conocidas como ácidos nucleicos). Todas estas
moléculas: carbohidratos, lípidos, proteínas y nucleótidos contienen carbono, hidrógeno y oxígeno.
Además, las proteínas contienen nitrógeno y azufre, y los nucleótidos, así como algunos lípidos,
contienen nitrógeno y fósforo.

EL PAPEL CENTRAL DEL CARBONO

El esqueleto de carbono Un átomo de carbono tiene seis protones, seis electrones, dos electrones en
su primer nivel de energía y cuatro en el segundo. Así, el carbono puede formar cuatro enlaces
covalentes con cuatro átomos diferentes como máximo. El metano (CH4), que es un gas natural, es
un ejemplo aun más importante, en términos del papel biológico del carbono, sus átomos pueden
formar enlaces entre sí. El etano, por ejemplo, contiene dos carbonos; el propano, tres; el butano,
cuatro; y así sucesivamente, formando cadenas largas . En general, una molécula orgánica deriva su
configuración final de la disposición de sus átomos de carbono, que constituyen el esqueleto o
columna de la molécula. La configuración de la molécula, a su vez, determina muchas de sus
propiedades y su función dentro de los sistemas vivo. Los compuestos formados sólo por carbono e
hidrógeno se conocen como hidrocarburos. Estructuralmente, son el tipo más simple de moléculas
orgánicas. Aunque la mayor parte de los hidrocarburos derivan de los restos de organismos que
murieron hace millones de años, son relativamente de poca importancia en los organismos vivos. Sin
embargo, son de gran importancia económica; los combustibles líquidos de los cuales dependemos,
gasolina, diesel y petróleo para calefacción, están todos compuestos de hidrocarburos.

Isómeros y actividad biológica


Ciertos compuestos tienen la misma fórmula química pero sus átomos se disponen de manera
diferente. Estos compuestos se denominan isómeros. Los isómeros estructurales son compuestos
que tienen la misma fórmula molecular pero difieren en cómo se unen los átomos entre sí. Por
ejemplo, la acetona tiene la misma fórmula general que el propionaldehído (C3H6O). La diferencia
entre ambos compuestos es que, en el primer caso, el grupo funcional que caracteriza a la molécula
es una cetona, y en el segundo, un aldehído. Si bien tienen el mismo tipo y cantidad de átomos, los
isómeros estructurales difieren en sus propiedades químicas.

Carbohidratos
Los carbohidratos son las moléculas fundamentales de almacenamiento de energía en la
mayoría de los seres vivos. Además, forman parte de diversas estructuras de las células
vivas; las paredes de las células vegetales jóvenes, por ejemplo, contienen
aproximadamente un 40% de celulosa, que es el compuesto orgánico más común en la
biosfera. Los carbohidratos, también llamados glúcidos, pueden ser moléculas pequeñas,
conocidas como azúcares, o moléculas más grandes y complejas. Hay tres tipos principales
de carbohidratos, clasificados de acuerdo con el número de moléculas de azúcar que
contienen. Los monosacáridos (―azúcares simples‖) como la ribosa, la glucosa y la
fructosa, contienen sólo una molécula de azúcar. Los disacáridos consisten en dos
moléculas de azúcar simples unidas covalentemente. Ejemplos familiares son la sacarosa
(azúcar de caña), la maltosa (azúcar de malta) y la lactosa (azúcar de la leche). Los
polisacáridos como la celulosa y el almidón, contienen muchas moléculas de azúcar simples
unidas entre sí. En general, las moléculas grandes, como los polisacáridos, que están
constituidas de subunidades idénticas o similares, se conocen como polímeros (―muchas
partes‖) y las subunidades son llamadas monómeros. Los monosacáridos: energía lista para
los sistemas vivos Los monosacáridos son compuestos orgánicos constituidos por carbono,
hidrógeno y oxígeno. Han sido descritos con la fórmula (CH2O)n, donde n puede ser tan
pequeño como tres, como en el caso del C3H6O3, o llegar a ocho, como en C8H16O8 .
Estas proporciones originaron el término carbohidrato (―hidrato de carbono‖) para los
azúcares simples y las moléculas más grandes formadas por subunidades de azúcares. los
monosacáridos se caracterizan por la presencia de grupos hidroxilo y un grupo aldehído o
cetona. Estos grupos funcionales constituyen azúcares altamente solubles en agua –y en
soluciones acuosas–, y en moléculas que contienen más de cinco átomos de carbono,
llevan a una reacción interna que cambia dramáticamente la conformación de la molécula.
Cuando estos monosacáridos están en solución, el grupo aldehído o cetona tiene una
tendencia a reaccionar con uno de los grupos hidroxilo, produciendo una estructura en
anillo. En la glucosa, por ejemplo, el grupo aldehído del primer átomo de carbono reacciona
con el grupo hidroxilo del quinto átomo de carbono. Al igual que los hidrocarburos, los
monosacáridos pueden quemarse, u oxidarse, y así producir dióxido de carbono y agua:
La fuente principal de energía para los humanos y otros vertebrados es el monosacárido
glucosa, que es la forma en que el azúcar se transporta generalmente en el cuerpo animal.
Un paciente que recibe alimentación endovenosa en un hospital obtiene glucosa disuelta en
una solución salina cuya composición iónica se asemeja a la de los fluidos corporales. La
glucosa disuelta es llevada por el torrente sanguíneo a las células del cuerpo en que ocurren
las reacciones que liberan energía. Disacáridos: formas de transporte Aunque la glucosa es
el azúcar común de transporte de los vertebrados, a menudo los azúcares son transportados
en otros organismos como disacáridos. La sacarosa, comúnmente llamada azúcar de caña,
es la forma común en la cual el azúcar se transporta en las plantas, desde las células
fotosintéticas (principalmente en las hojas), donde se la produce, a otras partes del cuerpo
vegetal. La sacarosa está compuesta por los monosacáridos glucosa y fructosa. El azúcar
es transportada a través de la sangre de muchos insectos en forma de otro disacárido, la
trehalosa, que consiste en dos unidades de glucosa enlazadas. Otro disacárido común es la
lactosa, azúcar que existe sólo en la leche. La lactosa está constituida por glucosa
combinada con otro monosacárido, la galactosa. En la síntesis de una molécula de
disacárido a partir de dos moléculas de monosacárido, se elimina una molécula de agua en
el proceso de formación del nuevo enlace entre los dos monosacáridos. Este tipo de
reacción química, que ocurre durante la síntesis de la mayoría de los polímeros orgánicos a
partir de sus subunidades, se conoce como condensación. Así, solamente los monómeros
libres de los carbohidratos tienen en realidad la relación CH2O, porque dos átomos de
hidrógeno y un átomo de oxígeno son eliminados cada vez que se forma un enlace durante
la síntesis. Cuando un disacárido se escinde en sus unidades de monosacárido, lo cual
ocurre cuando se lo usa como fuente de energía, la molécula de agua vuelve a añadirse.
Esta escisión se conoce como hidrólisis, de hidro que significa ―agua‖ y lisis que significa
―separar‖. La hidrólisis es una reacción que libera energía. La hidrólisis de la sacarosa, por
ejemplo, libera 5,5 kilocalorías por mol. De modo inverso, la formación de sacarosa a partir
de glucosa y fructosa requiere un ingreso de energía de 5,5 kilocalorías por mol de
sacarosa.
Polisacáridos de almacenamiento Los polisacáridos están constituidos por monosacáridos
unidos en cadenas largas. Algunos de ellos son formas de almacenamiento del azúcar. El
almidón, por ejemplo, es la principal reserva alimenticia de la mayoría de las plantas. Una
papa contiene almidón producido a partir del azúcar formado en las hojas verdes de la
planta; el azúcar se transporta a las estructuras subterráneas y se acumula allí, en una
forma adecuada para el almacenamiento de invierno, después de lo cual se utilizará para el
crecimiento nuevo durante la primavera. El almidón tiene dos formas: la amilosa y la
amilopectina, ambas formadas por unidades de glucosa acopladas. El glucógeno es la
principal forma de almacenamiento del azúcar en la mayoría de los animales. El glucógeno
tiene una estructura muy semejante a la de la amilopectina, salvo que es mucho más
ramificado. En los vertebrados, el glucógeno se almacena principalmente en el hígado y el
tejido muscular. Si hay un exceso de glucosa en el torrente sanguíneo, el hígado forma
glucógeno. Cuando la concentración de glucosa en la sangre cae, la hormona glucagón,
producida por el páncreas, se descarga en el torrente sanguíneo; el glucagón estimula al
hígado para hidrolizar el glucógeno a glucosa, la cual entra en la sangre.
La formación de polisacáridos a partir de monosacáridos requiere energía. Sin embargo,
cuando la célula necesita energía, estos polisacáridos pueden ser hidrolizados, liberando
monosacáridos que a su vez pueden oxidarse, suministrando energía para el trabajo celular.
Polisacáridos estructurales Una función principal de las moléculas en los sistemas vivos es
formar los componentes estructurales de las células y de los tejidos. La principal molécula
estructural de las plantas es la celulosa. De hecho, la mitad de todo el carbono orgánico de
la biosfera está contenido en la celulosa. La madera es aproximadamente 50% de celulosa y
el algodón es celulosa casi pura. Las moléculas de celulosa forman la parte fibrosa de la
pared de las células vegetales. Las fibras de celulosa, incluidas en una matriz de
polisacáridos de otros tipos, forman una envoltura externa alrededor de la célula vegetal.
Cuando la célula es joven, esta envoltura es flexible y se estira a medida que la célula crece,
pero se hace cada vez más gruesa y más rígida a medida que la célula madura. En algunos
tejidos vegetales, tales como los tejidos que forman el leño y la corteza, las células
finalmente mueren, dejando solamente sus paredes externas rígidas. La celulosa es un
polímero compuesto de monómeros de glucosa, así como lo son el almidón y el glucógeno.
Éstos pueden ser utilizados fácilmente como combustible por casi todos los tipos de
sistemas vivos, pero sólo unos pocos microorganismos (ciertas bacterias, protozoarios y
hongos) pueden hidrolizar celulosa. Las vacas y otros rumiantes, las termitas y las
cucarachas pueden utilizar a la celulosa como fuente de energía sólo gracias a los
microorganismos que habitan en sus aparatos digestivos. Para comprender las diferencias
entre los polisacáridos estructurales –como la celulosa– y los polisacáridos de
almacenamiento de energía –como el almidón o el glucógeno– debemos considerar
nuevamente la molécula de glucosa. Se recordará que esta molécula es básicamente una
cadena de seis átomos de carbono y que cuando está en solución, tal como ocurre en la
célula, adopta una forma en anillo. El anillo puede estar cerrado de dos maneras distintas,
adoptando la forma alfa o la forma beta. Ambas formas están en equilibrio; un cierto número
de moléculas cambian de una forma a la otra constantemente, usando como paso
intermedio la estructura de cadena abierta. El almidón y el glucógeno están constituidos
completamente por unidades alfa. La celulosa, sin embargo, consiste íntegramente en
unidades beta. Esta ligera diferencia ejerce un profundo efecto sobre la estructura
tridimensional de las moléculas, que se alinean en paralelo, formando microfibrillas
cristalinas de celulosa. Como resultado, la celulosa es impermeable a las enzimas que
degradan tan exitosamente a los polisacáridos de almacenamiento. La quitina, que es un
componente principal de los exoesqueletos de los artrópodos, como los insectos y
crustáceos, y también de las paredes celulares de muchos hongos, es un polisacárido
modificado, resistente y duro. Al menos 900 mil especies diferentes de organismos pueden
sintetizar quitina, y se ha calculado que los individuos que pertenecen a una sola especie de
cangrejo producen varios millones de toneladas de quitina por año

LÍPIDOS: GRASAS FOSFOLÍPIDOS, GLUCOLÍPIDOS Y


ESTEROIDES Son moléculas hidrofóbicas que, como los carbohidratos, almacenan
energía y son importantes componentes estructurales. Incluyen las grasas y los aceites, los
fosfolípidos, los glucolípidos, las ceras, y el colesterol y otros esteroides.

Son un conjunto de moléculas orgánicas (la mayoría biomoléculas) compuestas


principalmente por carbono e hidrógeno y en menor medida oxígeno, aunque también
pueden contener fósforo, azufre y nitrógeno. Tienen como característica principal el ser
hidrófobas (insolubles en agua) y solubles en disolventes orgánicos como la bencina, el
benceno y el cloroformo. En el uso coloquial, a los lípidos se les llama incorrectamente
grasas, ya que las grasas son sólo un tipo de lípidos procedentes de animales. Los lípidos
cumplen funciones diversas en los organismos vivientes, entre ellas la de reserva energética
(como los triglicéridos), la estructural (como los fosfolípidos de las bicapas) y la reguladora
(como las hormonas esteroides). SATURADA: reino animal grasa cerdo son sólidos.
INSATURADA: líquidos aceites de oliva reino vegetal.

Fosfolípidos y glucolípidos
Los lípidos, especialmente los fosfolípidos y los glucolípidos, también desempeñan papeles
estructurales extremadamente importantes. Al igual que las grasas, tanto los fosfolípidos
como los glucolípidos están compuestos de cadenas de ácidos grasos unidas a un
esqueleto de glicerol. En los fosfolípidos, no obstante, el tercer carbono de la molécula de
glicerol no está ocupado por un ácido graso, sino por un grupo fosfato, al que está unido
habitualmente otro grupo polar. Los grupos fosfato están cargados negativamente. Como
resultado, el extremo fosfato de la molécula es hidrofílico, mientras que las porciones de
ácido graso son hidrofóbicas. esta disposición de las moléculas de fosfolípido, con sus
cabezas hidrofílicas expuestas y sus colas hidrofóbicas agrupadas, forma la base estructural
de las membranas celulares. En los glucolípidos (―lípidos con azúcar‖), el tercer carbono
de la molécula de glicerol no está ocupado por un grupo fosfato, sino por una cadena de
carbohidrato corta. Dependiendo del glucolípido particular, esta cadena puede contener, en
cualquier lugar, entre uno y quince monómeros de monosacárido. Al igual que la cabeza de
fosfato de un fosfolípido, la cabeza de carbohidrato de un glucolípido es hidrofílica, y las
colas de ácidos grasos son, por supuesto, hidrofóbicas. En solución acuosa, los glucolípidos
se comportan del mismo modo que los fosfolípidos Ceras Las ceras también son una forma
de lípido. Son producidas, por ejemplo, por las abejas para construir sus panales. También
forman cubiertas protectoras, lubricantes e impermeabilizantes sobre la piel, el pelaje y las
plumas y sobre los exoesqueletos de algunos animales. En las plantas terrestres se
encuentran sobre las hojas y los frutos. Las ceras protegen las superficies donde se
depositan de la pérdida de agua y aíslan del frío a los tejidos internos. Colesterol y otros
esteroides El colesterol pertenece a un grupo importante de compuestos conocidos como
esteroides. Aunque los esteroides no se asemejan estructuralmente a los otros lípidos, se
los agrupa con ellos porque son insolubles en agua. Al igual que el colesterol, todos los
esteroides tienen cuatro anillos de carbono unidos y varios de ellos tienen una cola.
Además, muchos poseen el grupo funcional –OH, que los identifica como alcoholes.

El colesterol
se encuentra en las membranas celulares (excepto en las células bacterianas);
aproximadamente el 25% (en peso seco) de la membrana de un glóbulo rojo es colesterol.
Su presencia da rigidez a las membranas y evita su congelamiento a muy bajas
temperaturas. También es un componente principal de la vaina de mielina, la membrana
lipídica que envuelve a las fibras nerviosas de conducción rápida, acelerando el impulso
nervioso. El colesterol es sintetizado en el hígado a partir de ácidos grasos saturados y
también se obtiene de la dieta, principalmente de la carne, el queso y las yemas de huevo.
Las altas concentraciones de colesterol en la sangre están asociadas con la aterosclerosis,
enfermedad en la cual el colesterol se encuentra en depósitos grasos en el interior de los
vasos sanguíneos afectados. Las hormonas sexuales y las hormonas de la corteza adrenal
(la porción más externa de las glándulas suprarrenales, que se encuentran por encima de
los riñones) también son esteroides. Estas hormonas se forman a partir del colesterol en los
ovarios, los testículos, la corteza suprarrenal y otras glándulas que las producen. Las
prostaglandinas representan un grupo de lípidos derivados de los ácidos grasos y tienen
acciones hormonales.

AMINOÁCIDOS Y PROTEÍNAS Las proteínas figuran entre las moléculas orgánicas más
abundantes; en la mayoría de los sistemas vivos constituyen hasta el 50% o más del peso
seco. Solamente en las plantas, con su alto contenido en celulosa, las proteínas representan
algo menos de la mitad del peso seco. Hay muchas moléculas de proteína diferentes:
enzimas, hormonas, proteínas de almacenamiento, como las que se encuentran en los
huevos de las aves y de los reptiles y en las semillas; proteínas de transporte como la
hemoglobina; proteínas contráctiles, del tipo de las que se encuentran en el músculo;
inmunoglobulinas (anticuerpos); proteínas de membrana y muchos tipos diferentes de
proteínas estructurales . Su diversidad funcional es abrumadora. En estructura, sin embargo,
todas siguen el mismo esquema simple: todas son polímeros de aminoácidos, dispuestos en
una secuencia lineal. Son moléculas muy grandes compuestas de cadenas largas de
aminoácidos, conocidas como cadenas polipeptídicas. A partir de sólo veinte aminoácidos
diferentes usados para hacer proteínas se puede sintetizar una inmensa variedad de
diferentes tipos de moléculas proteínicas, cada una de las cuales cumple una función
altamente específica en los sistemas vivos.

Las moléculas de proteínas contienen frecuentemente varias centenas de aminoácidos. Así,


el número de diferentes secuencias de aminoácidos y, por lo tanto, la posible variedad de
moléculas de proteínas es enorme, casi tan enorme como el número de diferentes oraciones
que pueden escribirse con nuestro alfabeto de 28 letras. Sin embargo, los organismos tienen
sólo una fracción muy pequeña de las proteínas que son teóricamente posibles. La bacteria
unicelular Escherichia coli, por ejemplo, contiene simultáneamente entre 600 y 800 clases
diferentes de proteínas, y la célula de un vegetal o de un animal tiene varias veces esa
cantidad. En un organismo complejo hay, cuando menos, varios miles de proteínas
diferentes, cada una con una función especial y cada una específicamente adecuada para
esa función por su naturaleza química única. Aminoácidos: las unidades estructurales de las
proteínas Cada aminoácido tiene la misma estructura fundamental: un átomo de carbono
central unido a un grupo amino (–NH2), a un grupo carboxilo (–COOH) y a un átomo de
hidrógeno. En cada aminoácido también hay otro átomo o grupo de átomos (designado
como ―R‖) unido al carbono central. En teoría es posible la existencia de una gran variedad
de aminoácidos distintos, pero solamente veinte tipos diferentes se utilizan para construir las
proteínas y siempre los mismos veinte, ya se trate de una célula bacteriana, de una célula
vegetal o de una célula de nuestro propio organismo. Las únicas diferencias entre estos
veinte aminoácidos radican en sus grupos laterales (R). En ocho de las moléculas, el grupo
lateral está formado por cadenas cortas o por anillos de carbono e hidrógeno; como
podemos imaginar, dichos grupos son no polares y por lo tanto son hidrofóbicos. Los grupos
laterales de siete de los aminoácidos restantes tienen cadenas laterales que son ácidos
débiles o bases débiles; dependiendo del grupo lateral en particular y del pH de la solución,
pueden estar negativa o positivamente cargados. En otro ejemplo de una reacción de
condensación, la ―cabeza‖ amino de un aminoácido se puede unir a la ―cola‖ carboxilo de
otro, por la eliminación de una molécula de agua. La unión covalente que se forma se
conoce como enlace peptídico y la molécula que surge de la unión de muchos aminoácidos
se llama polipéptido. La secuencia de aminoácidos en la cadena polipeptídica determina el
carácter biológico de la molécula proteica; aun una pequeña variación en la secuencia
puede alterar o destruir la manera de funcionar de la proteína. Para ensamblar los
aminoácidos en proteínas, una célula no sólo debe tener una cantidad bastante grande de
aminoácidos, sino también suficiente cantidad de cada tipo.

Funciones biológicas de las proteínas


Proteínas estructurales Colágeno, seda, cubiertas virales, microtúbulos Proteínas
reguladoras Insulina, ACTH, hormona de crecimiento Proteínas contráctiles Actina, miosina
Proteínas de transporte Hemoglobina, mioglobina Proteínas de almacenamiento Clara de
huevo, proteína de las semillas Proteínas de defensa en la Anticuerpos, complemento
sangre de los vertebrados. Proteínas de membrana Receptores, proteínas de transporte de
membrana, antígenos Toxinas Toxina botulínica, toxina de la difteria. Enzimas Sacarasa,
pepsina.

Proteínas fibrosas En general, las proteínas fibrosas tienen una secuencia repetida de
aminoácidos y, por lo tanto, una estructura redundante, regular. Un ejemplo es el colágeno,
que constituye aproximadamente un tercio de toda la proteína de los vertebrados. La
molécula básica de colágeno está compuesta de tres polipéptidos muy largos (alrededor de
mil aminoácidos por cadena). Estos tres polipéptidos, constituidos por grupos repetidos de
aminoácidos, se mantienen unidos por puentes de hidrógeno que enlazan a los aminoácidos
de diferentes cadenas formando una espiral cerrada. Las moléculas pueden enroscarse tan
cerradamente porque cada tres aminoácidos se encuentra una glicina, que es el más
pequeño de todos. Las moléculas de colágeno se empaquetan y forman fibrillas , que a su
vez se asocian en fibras de mayor tamaño. El colágeno constituye en realidad una familia de
proteínas. Diferentes tipos de moléculas de colágeno contienen polipéptidos con secuencias
ligeramente diferentes de aminoácidos. Las estructuras más grandes, formadas a partir de
los diferentes tipos de moléculas, desempeñan una variedad de funciones en el cuerpo.
Consideremos una vaca: los tendones, que unen el músculo al hueso, están constituidos de
fibras de colágeno en haces paralelos; así dispuestos son muy fuertes, pero no se estiran.
En contraste, el cuero de la vaca está constituido por fibrillas de colágeno dispuestas en una
malla entrelazada que se deposita en láminas. Incluso sus córneas (las cubiertas
transparentes de los globos oculares) están compuestas de colágeno. Cuando el colágeno
se hierve en agua, los polímeros se dispersan en cadenas más cortas, que conocemos
como gelatina. Otras proteínas fibrosas incluyen a la queratina, la seda y la elastina, esta
última presente en el tejido elástico de los ligamentos. Proteínas globulares Como vimos,
algunas proteínas estructurales son globulares. Por ejemplo, los microtúbulos, que
funcionan de diversas maneras dentro de la célula, están constituidos por proteínas
globulares. Estas proteínas se asocian para formar tubos largos y huecos, tan largos que su
longitud total pocas veces puede observarse en un solo corte microscópico. Los
microtúbulos desempeñan un papel crítico en la división celular. También participan en el
esqueleto interno, que da rigidez a ciertas partes del cuerpo celular, y además parecen
funcionar a modo de andamios durante el trabajo de construcción celular. Por ejemplo, la
formación de una nueva pared celular en una planta puede predecirse por la aparición en
esa zona de un gran número de microtúbulos; cuando la pared de una célula vegetal se está
formando o creciendo, y en el exterior de la membrana celular se están depositando fibrillas
de celulosa, dentro de la célula pueden detectarse microtúbulos, alineados en la misma
dirección que las fibrillas exteriores.

Los nucleótidos
Son moléculas complejas formadas por un grupo fosfato, un azúcar de cinco carbonos y una
base nitrogenada. Son los bloques estructurales de los ácidos desoxirribonucleico (DNA) y
ribonucleico (RNA), que transmiten y traducen la información genética. Los nucleótidos
también desempeñan papeles centrales en los intercambios de energía que acompañan a
las reacciones químicas dentro de los sistemas vivos. El principal portador de energía en la
mayoría de las reacciones químicas que ocurren dentro de las células es un nucleótido que
lleva tres fosfatos, el ATP.

EL ADN
Son biopolímeros, de elevado peso molecular, formados por otras subunidades estructurales
o monómeros, denominados nucleótidos. El descubrimiento de los ácidos nucleicos se debe
a Meischer (1869), el cual trabajando con leucocitos y espermatozoides de salmón, obtuvo
una sustancia rica en carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y un porcentaje elevado de
fósforo. A esta sustancia se le llamó en un principio nucleina, por encontrarse en el núcleo.
Años más tarde, se fragmentó esta nucleina, y se separó un componente proteico y un
grupo prostético, este último, por ser ácido, se le llamó ácido nucleico. En los años 30,
Kossel comprobó que tenían una estructura bastante compleja. En 1953, James Watson y
Francis Crick, descubrieron la estructura tridimensional de uno de estos ácidos,
concretamente del ácido desoxirribonucleico (ADN). la información con la que se fabrican las
moléculas necesarias para el mantenimiento de las funciones celulares está guardada en
una molécula de ácido nucleico llamada ácido desoxirribonucleico (ADN). En este apartado
describiremos su estructura y explicaremos cómo se almacena dentro del núcleo celular. En
la década de los cincuenta, el campo de la biología fue convulsionado por el desarrollo del
modelo de la estructura del ADN. James Watson y Francis Crick en 1953 demostraron que
consiste en una doble hélice formada por dos cadenas. El ADN es un ácido nucleico
formado por nucleótidos. Cada nucleótido consta de tres elementos: a. un azúcar:
desoxirribosa en este caso (en el caso de ARN o ácido ribonucleico, el azúcar que lo forma
es una ribosa), b. un grupo fosfato y c. una base nitrogenada Si la molécula tiene sólo el
azúcar unido a la base nitrogenada entonces se denomina nucleósido.
Las bases nitrogenadas que constituyen parte del ADN son: adenina (A), guanina (G),
citosina (C) y timina (T). Estas forman puentes de hidrógeno entre ellas, respetando una
estricta complementariedad: A sólo se aparea con T (y viceversa) mediante dos puentes de
hidrógeno, y G sólo con C (y viceversa) mediante 3 puentes de hidrógeno. Los extremos de
cada una de las hebras del ADN son denominados 5’-P (fosfato) y 3’–OH (hidroxilo) en la
desoxirribosa. Las dos cadenas se alinean en forma paralela, pero en direcciones inversas
(una en sentido 5’ → 3’ y la complementaria en el sentido inverso), pues la interacción entre
las dos cadenas está determinada por los puentes de hidrógeno entre sus bases
nitrogenadas. Se dice, entonces, que las cadenas son antiparalelas.

EL ARN
El Ácido Ribonucleico está constituido por la unión de nucleótidos formados por una
pentosa, la Ribosa, unas bases nitrogenadas, que son Adenina, Guanina, Citosina y Uracilo.
No aparece la Timina. Los nucleótidos se unen formando una cadena con una ordenación
en la que el primer nucleótido tiene libre el carbono 5’ de la pentosa. El último nucleótido
tiene libre el carbono 3’. Por ello, se dice que la ordenación de la secuencia de nucleótidos
va desde 5’ a 3’ (5’ ® 3’). En la célula aparecen cuatro tipos de ARN, con distintas funciones,
que son el ARN mensajero, el ARN ribosómico, el ARN transferente y el ARN heteronuclear.
ARN mensajero (ARNm) ARN lineal, que contiene la información, copiada del ADN, para
sintetizar una proteína. Se forma en el núcleo celular, a partir de una secuencia de ADN.
Sale del núcleo y se asocia a ribosomas, donde se construye la proteína. A cada tres
nucleótidos (codon) corresponde un aminoácido distinto. Así, la secuencia de aminoácidos
de la proteína está configurada a partir de la secuencia de los nucleótidos del ARNm. ARN
ribosómico (ARNr) El ARN ribosómico, o ribosomal, unido a proteínas de carácter básico,
forma los ribosomas. Los ribosomas son las estructuras celulares donde se ensamblan
aminoácidos para formar proteínas, a partir de la información que transmite el ARN
mensajero. Hay dos tipos de ribosomas, el que se encuentra en células procariotas y en el
interior de mitocondrias y cloroplastos, y el que se encuentra en el hialoplasma o en el
retículo endoplásmico de células eucariotas. ARN transferente (ARNt) El ARN transferente o
soluble es un ARN no lineal. En él se pueden observar tramos de doble hélice intracatenaria,
es decir, entre las bases que son complementarias, dentro de la misma cadena. Esta
estructura se estabiliza mediante puentes de Hidrógeno. Además de los nucleótidos de
Adenina, Guanina, Citosina y Uracilo, el ARN transferente presenta otros nucleótidos con
bases modificadas. Estos nucleótidos no pueden emparejarse, y su existencia genera
puntos de apertura en la hélice, produciendo bucles. En el ARNt se distinguen tres tramos
(brazos). En uno de ellos, aparece una secuencia de tres nucleótidos, denominada
anticodon. Esta secuencia es complementaria con una secuencia del ARNm, el codon. En el
brazo opuesto (2 en la figura), en el extremo 3' de la cadena, se une un aminoácido
específico predeterminado por la secuencia de anticodon. La función del ARNt consiste en
llevar un aminoácido específico al ribosoma. En él se une a la secuencia complementaria del
ARNm, mediante el anticodon. A la vez, transfiere el aminoácido correspondiente a la
secuencia de aminoácidos que está formándose en el ribosoma.
ARN heteronuclear (ARNhn) El ARN heteronuclear, o heterogéneo nuclear, agrupa a todos
los tipos de ARN que acaban de ser transcritos (pre-ARN). Son moléculas de diversos
tamaños. Este ARN se encuentra en el núcleo de las células eucariotas. En células
procariotas no aparece. Su función consiste en ser el precursor de los distintos tipos de
ARN. Comparación entre el ARN y el ADN ARN ADN Pentosa Ribosa Desoxirribosa Purinas
Adenina y Guanina Adenina y Guanina Pirimidinas Citosina y Uracilo Citosina y Timina

 EL AGUA
Para poder entender las funciones del agua, su composición y el ciclo, primero debemos
definir qué es el agua: se trata de una sustancia cuyas moléculas están compuestas por un
átomo de oxígeno y dos de hidrógeno. Es un líquido inodoro –no tiene olor–, insípido –no
tiene sabor– e incoloro –sin color–.
El agua se está presente en diferentes estados, por lo que la encontraremos en los distintos
elementos naturales que están distribuidos por todo el planeta. En su estado líquido fluye
por ríos, arroyos y océanos. En su aspecto sólido se encuentra en los polos, o cuando los
lagos y ríos se congelan y se convierten en hielo. Por último, el agua en forma gaseosa es el
vapor y lo encontramos en la atmósfera.
El 70% de la superficie terrestre está cubierta de agua líquida y, de ella, alrededor del 96%
corresponde al agua salada que compone los océanos. Cerca del 69% del restante 30% es
el agua congelada de los polos. Solo entre un 1% y un 4% corresponde al vapor de agua
presente en la atmósfera.

Tipos de agua
Si bien su definición es aplicable a cualquier forma en la que se pueda presentar, conviene
aclarar que existen varios tipos de agua en función de sus características químicas, físicas o
biológicas:

 Potable: aquella destinada para el consumo humano.


 Dulce: se encuentra en la superficie terrestre de manera natural, así como en
ecosistemas subterráneos.
 Salada: posee una concentración de sales minerales disueltas de cerca del 35%. Se
encuentra en océanos y mares.
 Salobre: tiene más sales disueltas que la dulce, pero menos que la salada.
 Dura: aquella que contiene un alto nivel de minerales disueltos.
 Blanda: en ella se encuentra disuelta una mínima cantidad de sales.
 Destilada: cuando ha sido purificada o limpiada mediante destilación.
 Residuales: cualquier tipo de agua cuya calidad está afectada negativamente por la
influencia del ser humano.
 Negras: contaminadas con heces u orina.
 Grises: también conocida como agua usada, es aquella que proviene del uso
doméstico.
 Cruda o bruta: no ha recibido ningún tratamiento y suele encontrarse en fuentes y
reservas naturales.
Composición del agua
En 1782, Henry Cavendish descubrió que la molécula de agua estaba formada por dos
elementos: un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno (H2O). Estos elementos están unidos
mediante enlaces covalentes. Hasta entonces se pensaba que era un solo elemento.
La molécula de agua tiene una estructura no lineal. La distribución de los átomos y el alto
valor de electronegatividad del oxígeno genera la formación de un dipolo que determina la
polaridad del agua. Esta característica hace que el agua tenga una buena conductividad
eléctrica.
El agua es el solvente universal, dado que la gran mayoría de las sustancias se pueden
disolver en ella. Posee una cualidad adhesiva enorme, que es el motivo por el que puede
mojar objetos y cuerpos, gracias a la polaridad de sus moléculas. Y, además, es un
excelente conductor de la electricidad y del calor.

Funciones para el ser humano

Otro aspecto que define qué es el agua se encuentra en las diferentes funciones que ejerce.
Todas ellas son vitales para la salud del planeta y de los diferentes ecosistemas que lo
componen, sean acuáticos o no. Pero también aporta numerosos beneficios para la salud
del ser humano:

 Transporta nutrientes hasta las células para la producción de energía y es el medio


en el que se disuelven los líquidos corporales.
 Facilita la eliminación de toxinas y el exceso de nutrientes por la orina.
 Una buena hidratación preserva la elasticidad, suavidad y tono de la piel.
 Regula la temperatura corporal.
 Mantiene hidratado el cerebro.
 Ayuda a la normalización de la tensión arterial.
 Produce las reacciones de hidrólisis en la digestión.
 Funciona como sostén, lubricante y amortiguador en las articulaciones.
Ciclo del agua

El ciclo del agua o el ciclo hidrológico es uno de los procesos bioquímicos más importantes.
El agua sufre una serie de transformaciones y desplazamientos en los que va pasando por
sus tres estados: líquido, sólido y gaseoso.
Este ciclo se compone de varias etapas, que se desarrollan de forma sucesiva y simultánea,
y se repiten y compenetran con otras:

 Evaporación. El sol calienta los océanos y del resto de superficies acuáticas. Se


produce la evaporación y el aire se carga de humedad. En esta misma fase del ciclo
hidrológico estarían incluidas la transpiración y sudoración de los seres vivos y la
sublimación que se produce en la superficie de los glaciares.
 Condensación. Cuando las moléculas de agua reducen su movilidad y se unen sobre
partículas sólidas suspendidas en el aire, se produce la condensación al enfriarse el
agua. Así se forman las nubes.
 Precipitación. Según se enfrían y condensan las gotas, crecen de tamaño y acaban
cayendo debido a su peso, produciéndose las lluvias.
 Derretimiento y aguas escurridas. El agua que cae sobre tierra firme regresa a
los ecosistemas acuáticos en forma de aguas filtradas hacia las superficies
subterráneas, por medio del escurrimiento por acción de la gravedad y la topografía,
o a través del derretimiento de los hielos en las estaciones cálidas

Propiedades del agua.

Proveniente del latín aqua, es el término que se usa para referirse al agua en estado
líquida (entre 0°C y 100°C). Al encontrarse por debajo de los 100°, el agua se mantiene
intacta. Por esta razón existen los océanos, mares, ríos, lagos o lagunas dispersos
sobre la Tierra.
Características físicas y químicas
El agua es inodora, incolora, e insípida, es decir, no tiene un olor propio, no tiene color ni
sabor.4 Su importancia reside en que casi la totalidad de los procesos químicos que
suceden en la naturaleza, no solo en organismos vivos sino también en la superficie no
organizada de la tierra, así como los que se llevan a cabo en laboratorios y en la industria,
tienen lugar entre sustancias disueltas en agua.5
La molécula de agua adopta una geometría no lineal, con los dos átomos de hidrógeno
formando un ángulo de 104,45 grados entre sí.8 Esta configuración, junto con la
mayor electronegatividad del átomo de oxígeno le confieren polaridad a la molécula,
cuyo momento dipolar eléctrico es de 6,2x10-30 C m.9 Este carácter dipolar de la molécula
de agua da lugar a la formación de hasta cuatro enlaces de hidrógeno con moléculas
circundantes.10
Los enlaces por puentes de hidrógeno son enlaces por fuerzas de van der Waals de gran
magnitud, aunque son unas 20 veces más débiles que los enlaces covalentes; son
responsables de la dilatación del agua al solidificarse, es decir, su disminución
de densidad cuando se congela. En estado sólido, las moléculas de agua se ordenan
formando tetraedros, situándose en el centro de cada tetraedro un átomo de oxígeno y en
los vértices dos átomos de hidrógeno de la misma molécula y otros dos átomos de
hidrógeno de otras moléculas que se enlazan electrostáticamente por puentes de hidrógeno
con el átomo de oxígeno. La estructura cristalina resultante es muy abierta y poco
compacta, menos densa que en estado líquido. El agua tiene una densidad máxima de
1 g/cm³ cuando está a una temperatura de 4 °C,11 característica especialmente importante
en la naturaleza que hace posible el mantenimiento de la vida en medios acuáticos
sometidos a condiciones exteriores de bajas temperaturas.
La dilatación del agua al solidificarse también tiene efectos de importancia en los
procesos geológicos de erosión. Al introducirse agua en grietas del suelo y congelarse
posteriormente, se originan tensiones que rompen las rocas.
Disolvente
El agua es descrita muchas veces como el solvente universal, porque disuelve muchos de
los compuestos sólidos, acuosos y gaseosos conocidos. Sin embargo, no lo es (aunque es
tal vez lo más cercano), porque no disuelve a todos los compuestos y, de hacerlo, no sería
posible construir ningún recipiente para contenerla.
El agua es un disolvente polar, más polar, por ejemplo, que el etanol. Como tal, disuelve
bien sustancias iónicas y polares, como la sal de mesa (cloruro de sodio). No disuelve, de
manera apreciable, sustancias fuertemente apolares, como el azufre en la mayoría de
sus formas alotrópicas, además, es inmiscible con disolventes apolares, como el hexano.
Esta cualidad es de gran importancia para la vida.
Esta selectividad en la disolución de distintas clases de sustancias se debe a su capacidad
para formar puentes de hidrógeno con otras sustancias que pueden presentar grupos
polares, o con carga iónica, como: alcoholes, azúcares con grupos R-
OH, aminoácidos y proteínas con grupos que presentan cargas parciales + y − dentro de la
molécula, lo que da lugar a disoluciones moleculares. También, las moléculas de agua
pueden disolver sustancias salinas que se disocian formando disoluciones iónicas.
En las disoluciones iónicas, los iones de las sales orientan, debido al campo eléctrico que
crean a su alrededor, a los dipolos del agua, quedando "atrapados" y recubiertos de
moléculas de agua en forma de iones hidratados o solvatados.
Algunas sustancias, sin embargo, no se mezclan bien con el agua, incluyendo aceites y
otras sustancias hidrofóbicas. Membranas celulares, compuestas de lípidos y proteínas,
aprovechan esta propiedad para controlar las interacciones entre sus contenidos químicos y
los externos, lo que se facilita, en parte, por la tensión superficial del agua.
La capacidad disolvente es responsable de:

 Las funciones metabólicas.
 Los sistemas de transporte de sustancias en los organismos.
Sin embargo, la disolución de sustancias en el agua es la causa de la contaminación
de la misma: si se arrojan materiales sensibles al agua como plástico o madera, en
años (que podrían ser más de 100) se desintegran y pasan a circular libre y
peligrosamente por el agua. Esto es principalmente malo para los animales
acuáticos. Los más peligrosos contaminantes son:

 Arrojo de basura al agua (bolsas, botellas, maderas, restos de comida,


sustancias líquidas ácidas, etc), que con el tiempo se desintegra.
 Derrames petroleros: grandes accidentes sobre una plataforma petrolera que
derraman petróleo y toxinas en el mar/océano.
 Degradación de los naufragios: El rescate de pecios es importante, ya que con
el tiempo, los aviones y barcos sumergidos en el agua se degradan y contaminan
el agua. Una idea muy buena para rescatar pecios sería destruyéndolos y
llevarlos a la superficie de a pedazos (para que no sean tan pesados), pero es
inaceptable dejarlos en el fondo.
 Proceso de sustancias químicas: el arrojo de sustancias químicas muy complejas
al agua. La única forma que existe para separar estas sustancias es con
métodos científicos como la destilación.
Polaridad
Las moléculas de agua son muy polares, puesto que hay una gran diferencia
de electronegatividad entre el hidrógeno y el oxígeno. Los átomos de oxígeno son mucho
más electronegativos (atraen más a los electrones) que los de hidrógeno, lo que dota a los
dos enlaces de una fuerte polaridad eléctrica, con un exceso de carga negativa del lado del
oxígeno, y de carga positiva del lado del hidrógeno. Los dos enlaces no están opuestos, sino
que forman un ángulo de 104,45° debido a la hibridación del átomo de oxígeno así que, en
conjunto, los tres átomos forman una molécula angular, cargado negativamente en el vértice
del ángulo, donde se ubica el oxígeno y, positivamente, en los extremos de la molécula,
donde se encuentran los hidrógenos. Este hecho tiene una importante consecuencia, y es
que las moléculas de agua se atraen fuertemente, adhiriéndose por donde son opuestas las
cargas. En la práctica, un átomo de hidrógeno sirve como puente entre el átomo de oxígeno
al que está unido covalentemente y el oxígeno de otra molécula. La estructura anterior se
denomina enlace de hidrógeno o puente de hidrógeno.
El hecho de que las moléculas de agua se adhieran electrostáticamente, a su vez modifica
muchas propiedades importantes de la sustancia que llamamos agua, como la viscosidad
dinámica, que es muy grande, o los puntos (temperaturas) de fusión y ebullición o
los calores de fusión y vaporización, que se asemejan a los de sustancias de mayor masa
molecular.
Cohesión
La cohesión es la propiedad por la que las moléculas de agua se atraen entre sí. Debido a
esta interacción se forman cuerpos de agua por adhesión de moléculas de agua, las gotas.
Los puentes de hidrógeno mantienen las moléculas de agua fuertemente unidas, formando
una estructura compacta que la convierte en un líquido casi incompresible. Al no poder
comprimirse puede funcionar en algunos animales como un esqueleto hidrostático, como
ocurre en algunos gusanos perforadores capaces de agujerear la roca mediante
la presión generada por sus líquidos internos. Estos puentes se pueden romper fácilmente
con la llegada de otra molécula con un polo negativo o positivo dependiendo de la molécula,
o, con el calor.
La fuerza de cohesión permite que el agua se mantenga líquida a temperaturas no
extremas.
Adhesión
El agua, por su gran potencial de polaridad, cuenta con la propiedad de la adhesión, es
decir, el agua generalmente es atraída y se mantiene adherida a otras superficies.
Tensión superficial[editar]
El efecto que produce al caer una gota de agua en la superficie del líquido.
Por su misma propiedad de cohesión, el agua tiene una gran atracción entre las moléculas
de su superficie, creando tensión superficial. La superficie del líquido se comporta como una
película capaz de alargarse y al mismo tiempo ofrecer cierta resistencia al intentar romperla;
esta propiedad contribuye a que algunos objetos muy ligeros floten en la superficie del agua
aun siendo más densos que esta. A presión constante, el índice de tensión superficial del
agua disminuye al aumentar su temperatura.12
Debido a su elevada tensión superficial, algunos insectos pueden estar sobre ella sin
sumergirse e, incluso, hay animales que corren sobre ella, como el basilisco. También es la
causa de que se vea muy afectada por fenómenos de capilaridad.
Las gotas de agua son estables también debido a su alta tensión superficial. Esto se puede
ver cuando pequeñas cantidades de agua se ponen en superficies no solubles, como
el vidrio, donde el agua se agrupa en forma de gotas.
Acción capilar
El agua cuenta con la propiedad de la capilaridad, que es la propiedad de ascenso, o
descenso, de un líquido dentro de un tubo capilar. Esto se debe a sus propiedades de
adhesión y cohesión.
Cuando se introduce un capilar en un recipiente con agua, esta asciende espontáneamente
por el capilar como si trepase "agarrándose" por las paredes, hasta alcanzar un nivel
superior al del recipiente, donde la presión que ejerce la columna de agua se equilibra con la
presión capilar. A este fenómeno se debe, en parte, la ascensión de la savia bruta, desde
las raíces hasta las hojas, a través de los vasos leñosos.
Calor específico
Esta propiedad también se encuentra en relación directa con la capacidad del agua para
formar puentes de hidrógeno intermoleculares. El agua puede absorber grandes cantidades
de calor que es utilizado para romper los puentes de hidrógeno, por lo que la temperatura
se eleva muy lentamente. El calor específico del agua se define como la cantidad de
energía necesaria para elevar la temperatura, en un grado Celsius, a un gramo de agua en
condiciones estándar y es de 1 cal/°C•g, que es igual a 4,1840 J/K•g.
Esta propiedad es fundamental para los seres vivos (y la Biosfera en general) ya que gracias
a esto, el agua reduce los cambios bruscos de temperatura, siendo un regulador térmico
muy bueno. Un ejemplo de esto son las temperaturas tan suaves que hay en las zonas
costeras, que son consecuencias de estas propiedad. También ayuda a regular la
temperatura de los animales y las células permitiendo que el citoplasma acuoso sirva de
protección ante los cambios de temperatura. Así se mantiene la temperatura constante.
La capacidad calorífica del agua es mayor que la de otros líquidos.
Para evaporar el agua se necesita mucha energía. Primero hay que romper los puentes y
posteriormente dotar a las moléculas de agua de la suficiente energía cinética para pasar de
la fase líquida a la gaseosa. Para evaporar un gramo de agua se precisan 540 calorías, a
una temperatura de 100 °C.
Temperatura de fusión y evaporación
Presenta un punto de ebullición de 100 °C (373,15 K) a presión de 1 atmósfera (se
considera como estándar para la presión de una atmósfera la presión promedio existente al
nivel del mar). El calor latente de evaporación del agua a 100 °C es 540 cal/g
Tiene un punto de fusión de 0 °C (273,15 K) a presión de 1 atm, sin embargo, nuevos
estudios por parte de un equipo de químicos de la Universidad de Utah (EE. UU.), han
demostrado que el agua no se fusiona completamente a 0 °C sino que es a -13 °C que
el hielo se solidifica por completo.13 El calor latente de fusión del hielo a 0 °C es 80 cal/g (o
335 J/g). Tiene un estado de sobreenfriado líquido a −25 °C.
La temperatura crítica del agua, es decir, aquella a partir de la cual no puede estar en
estado líquido independientemente de la presión a la que esté sometida, es de 374 °C y se
corresponde con una presión de 217,5 atmósferas.
Densidad
La densidad del agua líquida es muy estable y varía poco con los cambios de temperatura y
presión.
A la presión normal (1 atmósfera), el agua líquida tiene una mínima densidad a los 100 °C,
donde tiene 0,958 kg/L. Mientras baja la temperatura, aumenta la densidad (por ejemplo, a
90 °C tiene 0,965 kg/L) y ese aumento es constante hasta llegar a los 4,0 °C, donde alcanza
su máxima densidad: 1 kg/L.
Cristalización
A partir de ese punto, al bajar la temperatura, la densidad comienza a disminuir, aunque
muy lentamente, hasta que a los 0 °C disminuye hasta 0,9999 kg/L. Cuando pasa al estado
sólido (a 0 °C), ocurre una brusca disminución de la densidad pasando de 0,9999 kg/L a
0,917 kg/L.
La cristalización es el proceso por el que el agua pasa de su estado líquido al sólido cuando
la temperatura disminuye de forma continua convirtiéndolo en hielo.
Otras propiedades

 pH neutro, en presencia de CO2 se vuelve ligeramente ácido.


 Con ciertas sales forma hidratos.
 Reacciona con los óxidos de metales formando bases.
 Es catalizador en muchas reacciones químicas.
 Presenta un equilibrio de autoionización, en el cual hay iones H3O+ y OH−.

Destilación
 Agua destilada
Para obtener agua químicamente pura es necesario realizar diversos procesos físicos de
purificación ya que el agua es capaz de disolver una gran cantidad de sustancias químicas,
incluyendo gases.
Se llama aguadestilada al agua que ha sido evaporada y posteriormente condensada. Al
realizar este proceso se eliminan casi la totalidad de sustancias disueltas
y microorganismos que suele contener el agua y el resultado es prácticamente
la sustancia química pura H2O.
El agua pura no conduce la electricidad, pues está libre de sales y minerales.
La coexistencia de las fases sólidas, líquidas y gaseosas pero, sobre todo, la presencia
permanente de agua líquida, es vital para comprender el origen y la evolución de la vida en
la Tierra tal como es. Sin embargo, si la posición de la Tierra en el Sistema Solar fuera más
cercana o más alejada del Sol, la existencia de las condiciones que permiten a las formas
del agua estar presentes simultáneamente serían menos probables.
La masa de la Tierra permite mantener la atmósfera. El vapor de agua y el dióxido de
carbono en la atmósfera causan el efecto invernadero, lo que ayuda a mantener
relativamente constante la temperatura superficial. Si el planeta tuviera menos masa, una
atmósfera más delgada causaría temperaturas extremas no permitiendo la acumulación de
agua excepto en los casquetes polares (como en Marte). De acuerdo con el modelo nébula
solar de la formación del Sistema Solar, la masa de la Tierra se debe en gran parte a su
distancia al Sol.
La distancia entre el Sol y la Tierra y la combinación de radiación solar recibida y el efecto
invernadero en la atmósfera aseguran que su superficie no sea demasiado fría o caliente
para el agua líquida. Si la Tierra estuviera más alejada del Sol, el agua líquida se congelaría.
Si estuviera más cercana, su temperatura superficial elevada limitaría la formación de las
capas polares o forzaría al agua a existir solo como vapor. En el primer caso, la baja
reflectibilidad de los océanos causaría la absorción de más energía solar. En el último caso,
la Tierra sería inhabitable (al menos por lasformas de vida conocidas) y tendría condiciones
semejantes a las del planeta Venus.
Las teorías Gaia proponen que la vida se mantiene adecuada a las condiciones por sí
misma al afectar el ambiente de la Tierra.
Estado sólido
Hielo
Al estar el agua en estado sólido, todas las moléculas se encuentran unidas mediante
un enlace de hidrógeno, que es un enlace intermolecular y forma una estructura parecida a
un panal de abejas, lo que explica que el agua sea menos densa en estado sólido que en
el estado líquido. La energía cinética de las moléculas es muy baja, es decir que las
moléculas están casi inmóviles.
El agua glacial sometida a extremas temperaturas y presiones criogénicas adquiere una alta
capacidad de sublimación, al pasar de sólida a vapor por la acción energética de los
elementos que la integran —oxígeno e hidrógeno— y del calor atrapado durante su proceso
de congelación-expansión. Es decir, por su situación de confinamiento a grandes
profundidades se deshiela parcialmente, lo cual genera vapor a una temperatura
ligeramente superior del helado entorno, suficiente para socavar y formar cavernas en el
interior de los densos glaciales. Estas grutas, que además contienen agua proveniente de
sistemas subglaciales, involucran a las tres fases actuales del agua, donde al interactuar en
un congelado ambiente subterráneo y sin la acción del viento se transforman en el cuarto
estado del agua: plasma semilíquido o gelatinoso.

Agua cambiando de estado sólido a líquido.


Estado líquido
Cuando el agua está en estado líquido, al estar a mayor temperatura, aumenta la energía
cinética de las moléculas, por lo tanto el movimiento de las moléculas es mayor produciendo
rotura en los enlaces de hidrógeno quedando algunas moléculas sueltas y la mayoría
unidas. Es un estado de la agregación de la materia en forma de fluido altamente
incompresible.
Estado gaseoso
Vapor de agua
Cuando el agua es gaseosa, la energía cinética es tal que se rompen todos los enlaces de
hidrógeno quedando todas las moléculas libres. El vapor de agua es tan invisible como el
aire; el vapor que se observa sobre el agua en ebullición o en el aliento emitido en aire muy
frío, está formado por gotas microscópicas de agua líquida en suspensión; lo mismo que las
nubes.

CARACTERÍSTICAS DE LOS SERES VIVOS


La biología es la ciencia que se ocupa del estudio de los seres vivos. Pero ¿Qué
son los seres vivos? Para definir que es un ser vivo se debe tener en cuenta que
todos ellos poseen una serie de características en común y que les son propias.
Estas características son:
 Organización específica: La teoría celular establece que todos los organismos
están formados por células.
 Metabolismo: representa la suma de todas las reacciones químicas esenciales
para la nutrición, el crecimiento y la reparación de las células, así como para la
conversión de la energía en formas utilizables. En el momento que estas reacciones
se suspenden se dice que el organismo está muerto.
 Homeostasis: son los mecanismos que permiten al organismo mantener un estado
de equilibrio a través de la regulación y control de las reacciones metabólicas. En
este sentido el organismo vivo puede regular su medio interno en respuesta a
estímulos externos y/o internos.
 Crecimiento: se define como el incremento de la cantidad de materia viva en el
organismo. Por lo tanto, el crecimiento, aunque a veces imperceptible, es un
aumento en la masa celular, como resultado del incremento de tamaño de las
células individuales, del incremento en el número de células o de ambos.
 Movimiento: El movimiento puede ser obvio como en el caso de los animales
(locomoción) o menos evidente, como por ejemplo el flujo sanguíneo en animales o
el flujo de agua y productos fotosintéticos en las plantas.
 Irritabilidad: los seres vivos reaccionan a los estímulos, que son cambios físicos y
químicos en su ambiente externo o interno. En los animales esta característica es
más obvia que en las plantas, pero todos los organismos tienen la capacidad de
reaccionar a los estímulos. Los estímulos pueden ser de distinto tipo, cambio de
color, dirección e intensidad de la luz, temperatura, composición química del suelo.
 Reproducción: “toda la vida proviene exclusivamente de los seres vivos
preexistentes”. Los sistemas vivos son capaces de producir otros sistemas similares
a ellos, dotados de esa misma capacidad. La reproducción conlleva un sistema de 2
transmisión de la información: la herencia. Sin esta capacidad, no podrían persistir
en el tiempo, generación tras generación. Existen dos mecanismos de reproducción,
asexual y sexual. Esta última involucra a más de un individuo y por lo tanto es la
fuente de la variación genética sobre la cual actúan los procesos vitales de la
evolución y la adaptación.
 Adaptación: son los rasgos que incrementan la capacidad de sobrevivir en un
ambiente determinado. Dichas adaptaciones pueden ser estructurales, fisiológicas o
de conducta, o una combinación de ellas. La adaptación trae cambios en la especie
más que en el individuo en particular. Por ello la mayor parte de las adaptaciones se
dan durante períodos prolongados de tiempo y en ellas intervienen varias
generaciones. Las adaptaciones son consecuencia de la evolución.
ORGANIZACIÓN DE LA VIDA
La primera característica que define a un ser vivo es su organización específica: la
célula. Sin embargo, dentro de cada célula o de cada organismo pueden identificarse
algunos otros niveles. Por otra parte, cada célula o cada organismo, puede presentar
interacciones con otras células u otros organismos, respectivamente. En estos
casos, es posible detectar jerarquías de complejidad cada vez mayores (Figura 1).
Los niveles de organización comienzan desde el nivel químico, el cual es el más
simple. Este nivel abarca las partículas básicas de toda la materia, los átomos, y sus
combinaciones, las moléculas. Un átomo es la unidad más pequeña de un elemento
químico que aún conserva las propiedades características de dicho elemento. Los
átomos se combinan por medios químicos, y dan lugar a moléculas. A nivel celular,
las moléculas se asocian entre sí para formar estructuras más complejas y
especializadas a las que se denomina orgánulos. Los orgánulos están incluidos
dentro de una estructura denominada célula (unidad básica de la vida). En los
organismos pluricelulares, las células se agrupan para formar tejidos (conjunto de
células similares con una función común). Los tejidos a su vez están organizados de
forma tal en estructuras funcionales llamadas órganos. Cada tipo de funciones
biológicas es realizado por un conjunto coordinado de tejidos y órganos, llamado
aparato o sistema orgánico. El conjunto de sistemas orgánicos integra el organismo
pluricelular. Los organismos interactúan entre sí y originan los niveles de
organización ecológica. Todos los miembros de la misma especie que habitan dentro
de un área geográfica forman 3 una población. El ambiente que esa población ocupa
es su hábitat. Las poblaciones de organismos que viven en una región determinada
y que interactúan entre sí constituyen una comunidad. Una comunidad junto con el
medio abiótico, se denomina ecosistema. Un ecosistema autosuficiente contiene tres
tipos de organismos: productores, consumidores y descomponedores. Los
productores son organismos autótrofos que producen su propio alimento (ej.
plantas). Los consumidores, son organismos heterótrofos que se alimentan de otros
organismos para satisfacer sus propias necesidades (ej. animales). Los
descomponedores obtienen sus nutrientes y energía de desechos orgánicos y de
organismos muertos liberando sus nutrientes (ej. Bacterias y hongos). El último
sistema de organización es el conjunto de todos los ecosistemas del planeta, la
biosfera. Fi

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