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Teotihuacán

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Para otros usos de este término, véase Teotihuacán (desambiguación).
Ciudad prehispánica de Teotihuacán 🇲🇽
UNESCO logo.svg Welterbe.svg
Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
Teotihuacán, México, 2013-10-13, DD 07.JPG
Vista de la calzada de los muertos desde la pirámide del Sol
Localización
País Flag of Mexico.svg México
Coordenadas 19°41′33″N 98°50′38″O
Datos generales
Tipo Cultural
Criterios II, III, IV, V
Identificación 414
Región América Latina y el Caribe
Inscripción 1987 (XI sesión)
[editar datos en Wikidata]
Teotihuacán o Teotihuacan (en náhuatl: Teotiwahkan ‘‘lugar donde los hombres se
convierten en dioses’;1 ‘ciudad de los dioses’’),2 también Teohuacan (en náhuatl:
Teowahkan ‘‘ciudad del sol’’),3 es el nombre que se da a la que fue una de las
mayores ciudades multiétnicas de Mesoamérica. El nombre propio es de origen náhuatl
y fue usado por los mexicas para identificar a esta ciudad construida por una
civilización anterior a ellos y que ya se encontraba en ruinas cuando los mexicas
la vieron por primera vez. Los restos de la ciudad se encuentran al noreste del
valle de México, en los municipios de Teotihuacán y San Martín de las Pirámides
(Estado de México), aproximadamente a 78 kilómetros de distancia del centro de la
Ciudad de México. La zona de monumentos arqueológicos fue declarada Patrimonio de
la Humanidad por la Unesco en 1987.

Los orígenes de Teotihuacán son todavía objeto de investigación entre los


especialistas. Alrededor del inicio de la era cristiana, Teotihuacán era una aldea
que cobraba importancia como centro de culto en la cuenca del Anáhuac. Las primeras
construcciones de envergadura proceden de esa época, como muestran las excavaciones
en la Pirámide de la Luna. El apogeo de la ciudad tuvo lugar durante el Periodo
Clásico (ss. III-VII d. C.). En esa etapa, la ciudad fue un importante nodo
comercial y político que llegó a tener una superficie de casi 21 km², con una
población de 100 000 a 200 000 habitantes. La influencia de Teotihuacán se dejó
sentir por todos los rumbos de Mesoamérica, como muestran los descubrimientos en
ciudades como Tikal y Monte Albán, entre otros sitios que tuvieron una importante
relación con los teotihuacanos. El declive de la ciudad ocurrió en el siglo VII, en
un contexto marcado por inestabilidad política, rebeliones internas y cambios
climatológicos que causaron un colapso en el Norte de Mesoamérica. La mayor parte
de la población de la ciudad se dispersó por diversas localidades en la cuenca de
México.

Se desconoce cuál era la identidad étnica de los primeros habitantes de


Teotihuacán. Entre los candidatos se encuentran los totonacos, los nahuas y los
pueblos de idioma otomangue, particularmente los otomíes. Las hipótesis más
recientes apuntan a que Teotihuacán fue una urbe cosmopolita en cuyo florecimiento
se vieron involucrados grupos de diverso origen étnico, como muestran los
descubrimientos en el barrio zapoteco de la ciudad y la presencia de objetos
provenientes de otras regiones de Mesoamérica, sobre todo de la región del Golfo y
del área maya.

Teotihuacán ha sido motivo de interés para las sociedades posteriores al declive de


la cultura teotihuacana en Mesoamérica. Sus ruinas han sido exploradas desde la
época prehispánica, entre otros, por los toltecas y los mexicas. El descubrimiento
de objetos teotihuacanos en los yacimientos arqueológicos de Tula y el Templo Mayor
de México-Tenochtitlan así lo confirma. En la mitología nahua posclásica, la ciudad
aparece como el escenario de mitos fundamentales como la leyenda de los Soles de
los mexicas.

Actualmente, los restos de Teotihuacán constituyen la zona de monumentos


arqueológicos con mayor afluencia de turistas en México, por encima de Chichén
Itzá, El Tajín y Monte Albán. Las excavaciones arqueológicas en Teotihuacán
continúan hasta nuestros días, y han dado como resultado un paulatino incremento en
la calidad y cantidad del conocimiento que se tiene sobre esta.

Índice
1 Toponimia
2 Entorno geográfico
3 Identidad étnica y lingüística de los teotihuacanos
4 Historia
4.1 Cronología
4.2 El valle de México el periodo Clásico Prehispánico
4.3 Primeros asentamientos en la región de Teotihuacán (antes del 300 a. C.)
4.4 Inicios de la ciudad
4.5 Florecimiento
4.5.1 Año 378: "Conquista" de Tikal
4.5.2 Año 426: "Conquista" de Copán y Quiriguá
4.6 Decadencia
4.7 Migraciones teotihuacanas después del colapso
5 Urbanismo
6 Arquitectura
6.1 Los grandes basamentos
6.2 Pirámide del Sol
6.3 Basamento piramidal de la Luna
6.4 La Ciudadela y la pirámide de la Serpiente Emplumada
6.5 Palacio de Quetzalpapálotl
6.6 La Vivienda
7 Artes
7.1 Pintura mural
8 La leyenda
8.1 Avenidas principales
9 Deidades
10 Exploraciones arqueológicas en Teotihuacán
11 Controversia por espectáculos en Teotihuacán
12 Información turística
13 Véase también
14 Nuevos descubrimientos fuente de nuevas teorías
15 Galería de imágenes
16 Notas
16.1 Bibliografía
17 Enlaces externos
Toponimia

Glifo Tollan, representado en la Tira de la Peregrinación.

Glifo Puh, representado en los muros de Tepantitla.


Teotihuacán es un topónimo de origen náhuatl que le fue dado a la ciudad varios
siglos después de su ocaso por los pueblos nahuatlacas. Los mexicas empleaban ese
nombre para referirse a las ruinas de la antigua ciudad, la cual tenía cerca de
1000 años de abandono cuando la encontraron, y de ellos fue recogido en fuentes
históricas y en el uso del idioma español durante la época colonial.4 Las fuentes
mexicas son el origen de muchos malentendidos sobre Teotihuacán, pues ellos
conocieron la ciudad cuando ya había sido abandonada. Para ellos, Teotihuacán era
una ciudad de un pasado en el que también floreció Tula, por lo que pensaban que
sus habitantes fueron toltecas.5

Se han propuesto varias hipótesis sobre el significado del topónimo. Hay que
recordar que el náhuatl es una lengua aglutinante que permite expresar ideas
complejas en un solo vocablo mediante la adición de afijos a una raíz. Una de las
interpretaciones más conocidas es la que traduce Teotihuacán como lugar donde
nacieron los dioses o equivalentemente Lugar donde fueron hechos los dioses.4 Esta
interpretación está relacionada con la Leyenda de los Soles, un conocido mito
cosmogónico mesoamericano ―y particularmente nahua― que ubica en esta ciudad la
creación del Quinto Sol mediante el sacrificio de todos los dioses de la era
anterior.

En el Diccionario del náhuatl en el español de México, C. Montemayor dice que


proviene de los vocablos teōtl (dios), -ti (ligadura eufónica), -huah (posesivo) y
-cān (locativo que indica el sitio donde se realiza una acción), de modo que lo
traduce como Lugar de los que tienen dioses.6

Lo cierto es que se desconoce el nombre que la ciudad recibió de sus habitantes en


la época de su florecimiento. Algunos textos descubiertos en el área maya suelen
relacionar el glifo puh (tule) con personajes de filiación teotihuacana
representados en estelas de ciudades mayas tan importantes como Tikal, Uaxactún y
Bonampak. Puh posee en los idiomas mayenses el mismo significado que tiene el
vocablo Tollan (AFI: [toːɬːan]), que designaba a la ciudad fabulosa de la mitología
mesoamericana. Tollan era arquetipo de la civilización mesoamericana y origen de la
legitimidad de los linajes dominantes en numerosos estados en toda la región. Los
mayistas tienen posiciones diversas sobre la identidad de Puh, algunos de ellos
sostienen que ese lugar mencionado en diversos textos mayas es Teotihuacán.7 Esta
hipótesis podría ser reforzada por el descubrimiento de varias representaciones del
glifo puh en la pintura mural del conjunto residencial teotihuacano de Tepantitla.8

Aunque se identificó originalmente a esta Tollan legendaria con Tollan-


Xicocotitlan, la capital de los toltecas, algunos investigadores han preferido
separar el mito de la historia, principalmente porque no solo esta ciudad sino
otras de igual relevancia en Mesoamérica fueron llamadas de la misma forma.9 Sin
embargo, la distinción entre las ciudades históricas y la ciudad mitológica no es
aplicada de manera monolítica. Haciendo un análisis de las fuentes históricas, los
hallazgos arqueológicos en el centro de México y en el área maya ―como el referido
caso del glifo puh en las Tierras Bajas―, Enrique Florescano hace una asociación
del mito con la ciudad de Teotihuacán, de modo que la llama Tollan-Teotihuacán y
atribuye a la llamada ciudad de los dioses la identidad de la Tula mitológica.10
Esta misma postura había sido sostenida por Laurette Séjourné en el congreso de
arqueólogos donde se estableció que la Tollan mitológica fue Tollan-Xicocotitlan,11
y es compartida por Stuart,12 Uriarte,13 y Duverger.14 René Millon, uno de los más
reconocidos especialistas en el tema de Teotihuacán, opina que efectivamente
Teotihuacán es la legendaria Tollan, pero no acepta que este haya sido su nombre.15

Teotihuacán, además de designar a la ciudad histórica y al conjunto de monumentos


arqueológicos que están abiertos a la visita del público, también es el nombre de
un municipio mexiquense (San Juan Teotihuacán) y de su cabecera (Teotihuacán de
Arista).

Entorno geográfico

Vista de la vegetación actual en el valle de Teotihuacán, compuesta por cactáceas,


agaves y especies no nativas como el pirul.

Detalle de una Opuntia que crece en la zona arqueológica de Teotihuacán. Parte


importante de la economía actual de la región teotihuacana consiste en el cultivo
de este género de plantas para la comercialización de su fruto.
Teotihuacán fue fundada en una posición poco común en su época con respecto al
patrón de asentamiento propio de la cuenca de México durante el Preclásico Medio.
La mayoría de los asentamientos de mayor envergadura en la región se localizaban en
la ribera del sistema lacustre del Anáhuac o muy cerca de ella. Cuicuilco y Copilco
en el sur; Ticomán, El Arbolillo, Zacatenco, y Tlatilco en el norte; y Tlapacoya en
el oriente son ejemplo de ello. En contraste, Teotihuacán se levantó a quince
kilómetros de la costa del lago de Texcoco, sobre el río San Juan en el valle que
ha tomado el nombre de la ciudad. Duverger afirma que la ubicación de Teotihuacán
corresponde no solo a una frontera ecológica, sino a la frontera entre la
civilización agrícola mesoamericana y el mundo cultural de los pueblos
aridoamericanos nómadas.16

El valle de Teotihuacán forma parte de la cuenca de México. Se ubica en el noreste


de ese gran vaso lacustre de más de 14 000 km² de superficie, dentro de los límites
que actualmente corresponden al estado de México. Su altitud va de los 2240 msnm a
los 3200 en la cúspide del cerro Gordo. En la zona de monumentos arqueológicos la
altitud es de 2300 msnm. El valle está limitado al norte por los cerros Gordo,
Malinalco y Colorado; al sur por la sierra de Patlachique, con elevaciones
superiores a 2600 msnm; y hacia el oriente termina en las inmediaciones de Otumba y
los cerros aledaños. Al suroeste del valle se localiza el cerro Chiconautla, cerca
de la antigua desembocadura del río San Juan. El cerro Tonala, al poniente, marca
la separación entre el valle de Teotihuacán y la llanura aluvial donde se
encuentran Tecámac y Zumpango.

El drenaje principal del valle se realiza hacia el vaso del lago de Texcoco a
través de los ríos San Juan, San Lorenzo y Huixulco. Estos ríos son estacionales,
crecen en época de precipitaciones y durante el resto del año sus corrientes
desaparecen de la superficie para emerger en la siguiente estación lluviosa.17 Los
ríos del valle de Teotihuacán desembocaban en la época prehispánica cerca de
Cuanalán. Debido a la desecación de los lagos del Anáhuac ―proceso iniciado en el
siglo XVII y que continúa hasta el siglo XXI18―, el San Juan ha sido canalizado
hacia el desagüe general del valle de México.

Los suelos del valle de Teotihuacán pertenecen principalmente a cuatro tipos. El


feozem corresponde al 40 % de la superficie, Le siguen en importancia los tipos
vertisol (16 %), cambisol (13.5 %) y leptosol (13 %).17 Se han realizado
investigaciones con el propósito de observar cuál ha sido el impacto de la
actividad humana sobre los suelos de Teotihuacán. Rivera Uria et al. advierten que
en algunos sitios como el cerro San Lucas la composición de la superficie ha
cambiado dramáticamente.19 En este caso encontraron que antes del establecimiento
de las primeras comunidades del Preclásico el suelo dominante en ese lugar era el
luvisol, que actualmente ha desaparecido. Otras secciones del valle fueron
afectadas con propósitos constructivos. El volumen inmenso de materiales empleados
para el relleno de la pirámide de la Luna procede de la superficie de zonas
cercanas al edificio ―donde se han encontrado depresiones artificiales― y alcanza 2
millones de m³.20

La vegetación del valle de Teotihuacán ha cambiado poco respecto a la época


prehispánica, aunque es evidente que el paisaje actual es resultado de una
combinación de factores naturales y antropogénicos. La diferencia principal
consistiría en la extensión de los ecosistemas vegetales ―pues la superficie
dedicada a la agricultura ha crecido a costa de ellos― y en la desaparición de las
especies del género Pinus en el paisaje del valle.21 En la actualidad la región
presenta seis tipos principales de vegetación. Cuenta con pequeños reductos de
bosque de encinos, ubicados en el cerro Gordo; este tipo de vegetación
probablemente cubrió las zonas que actualmente son ocupadas por matorrales de
encino (Quercus microphyla) que constituyen un segundo tipo de vegetación. El
matorral de xerófitas es el tipo de vegetación más representativo en la actualidad,
y comprende especies como Opuntia streptacantha, Zaluzania augusta y Mimosa
biuncifera. A estos tipos de vegetación se suman los pastizales, la vegetación
hidrófila estacional, asociada con la temporada de lluvia.17

Las condiciones del valle favorecieron la concentración demográfica por ser


benéficas para el estilo de vida mesoamericano basado en la agricultura. Los
patrones de asentamiento indican que durante el Preclásico (c. 2500 a. C.-200 d.
C.) las primeras aldeas se establecieron en las laderas de los cerros que, como se
dijo arriba, contaban con suelos aluviales propios para el cultivo, pero a partir
del Clásico (c. 200-700 d. C.) ocurrió un aumento de la población en el fondo del
valle.22 Sin embargo, por estar localizado en la zona de transición entre el
ambiente lacustre del Anáhuac y el más seco de los valles de Tulancingo y del
Mezquital, estaba expuesto a algunas fluctuaciones climatológicas. La iluviación de
la arcilla encontrada en el tepetate del cerro San Lucas da cuenta de una
disminución de la humedad ambiental que coincide con el aumento de la población,23
aunque el apogeo de Teotihuacán parece estar relacionado con un ambiente
relativamente más húmedo y templado que el actual.24

Identidad étnica y lingüística de los teotihuacanos


A ciencia cierta no se sabe cuál es la identidad del pueblo que fundó Teotihuacán.
La ciudad había sido abandonada mucho tiempo antes del arribo de los españoles a
Mesoamérica, de modo que las escasas referencias a la ciudad que se conservaron en
las fuentes históricas producidas en los años posteriores a la Conquista de México
no hablan propiamente sobre los habitantes de Teotihuacán, sino de la
representación que de ellos tenían quienes vivieron en el Anáhuac después del
colapso teotihuacano. Los informantes nahuas de Bernardino de Sahagún pensaban que
Teotihuacán fue el sitio donde los dioses se reunieron para dar origen a Nahui
Ollin, el Quinto Sol de acuerdo con la religión mexica, el que alumbra la era
contemporánea.

Cuando aún era de noche,


cuando aún no había día,
cuando aún no había luz,
se reunieron,
se convocaron los dioses
allá en Teotihuacán.
Dijeron,
hablaron entre sí:
― «¡Venid acá, oh, dioses!
«¿Quién tomará sobre sí,
«quién se hará cargo
«de que haya día,
«de que haya luz?»
Primeros memoriales, de Bernardino de Sahagún
De acuerdo con las fuentes coloniales, los nahuas pensaban que Teotihuacán fue
construida por los quinametzin, una raza de gigantes que pobló el mundo durante la
era anterior y cuyos sobrevivientes se encontraban ocultos. Los templos, las
pirámides de la ciudad eran imaginados como las tumbas de los señores que fundaron
la ciudad, un lugar sagrado donde al morir y ser enterrados, los hombres se
convertirían en dioses.

Y lo llamaron Teotihuacán,
porque era el lugar donde se enterraban los señores.
Pues según decían:
«Cuando morimos,
«no en verdad morimos,
«porque vivimos, resucitamos,
«seguimos viviendo, despertamos.
«Esto nos hace felices»
[...]
Decían: «se hizo allí dios»,
quiere decir que allí se murió.
Primeros memoriales, de Bernardino de Sahagún.
Pero para los informantes de Sahagún, la identidad de los fundadores de Teotihuacán
era desconocida. Hay varias hipótesis sobre la identidad étnica y lingüística de
los fundadores de Teotihuacán. La larga presencia de los otomíes en el valle de
México ha llevado a plantear que ellos fueron los fundadores de la ciudad. Para
algunos autores es muy probable que el componente otomiano en la ciudad fuera muy
importante,25 sin embargo, sólo algunos consideran que la clase dominante de
Teotihuacán fue otomiana. En opinión de Wright Carr, tanto la élite como el
componente demográfico más importante de Teotihuacán debió ser proto otomí-mazahua,
en un territorio que estuvo rodeado por otros pueblos de idioma otomangue y
totonaco. De acuerdo con algunos análisis glotocronológicos, la separación de los
idiomas otomí y mazahua ocurrió precisamente en el período de apogeo de
Teotihuacán.26

Correlacionando la evidencia lingüística y la arqueológica, Kaufman propone que el


idioma hablado por los teotihuacanos pudo ser el mazahua, el otomí, el totonaco, el
tepehua, el popoloca, el mixteco o el chocholteco. Acepta la probabilidad de que
también se haya hablado nahua en la ciudad, pero desde su punto de vista, la
cultura de Coyotlatelco que se asocia con el ocaso teotihuacano es la primera cuyos
portadores debieron indudablemente ser hablantes de náhuatl en Mesoamérica.27

Los totonacos son otros candidatos a ocupar el sitio como fundadores de


Teotihuacán. De hecho, los cronistas de la época colonial recogieron testimonios
donde este pueblo afirmaba haber construido la ciudad. Lyle Campbell sugiere que,
de acuerdo con esa evidencia etnohistórica y la gran cantidad de préstamos
lingüísticos que el totonaco parece haber proporcionado a los demás idiomas
mesoamericanos ―particularmente a los idiomas mayenses y al náhuatl que se habla en
la sierra madre Oriental―, es muy probable que los fundadores de Teotihuacán hayan
hablado un idioma totonacano.28

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