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Expulsión de los españoles de Tenochtitlan

Muerte del tlatoani Moctezuma Xocoyotzin y el tlacochcálcatl (jefe de armas) de


Tlatelolco, Itzquauhtzin, Códice Florentino.
Artículo principal: Noche Triste
De regreso en la ciudad y tras un enfrentamiento en Iztapalapa, Cortés pudo
reunirse con sus compañeros en el palacio de Axayácatl desde el que se defendían de
constantes ataques. De acuerdo a Díaz del Castillo, Cortés había llegado con más de
mil trescientos soldados, noventa y siete caballos, ochenta ballesteros, ochenta
escopeteros, artillería y más de dos mil tlaxcaltecas. Pedro de Alvarado había
mantenido cautivo a Moctezuma, junto con algunos de sus hijos y varios
sacerdotes.153

Después de estos sucesos ocurrió la muerte de Moctezuma Xocoyotzin. Fernando de


Alva Ixtlilxóchitl afirma que fueron los españoles quienes asesinaron a Moctezuma
por heridas de espada,154 cosa que niegan los cronistas españoles. Díaz del
Castillo dice que Moctezuma subió a uno de los muros del palacio para que hablara
con su gente y los tranquilizara; sin embargo, la multitud enardecida comenzó a
arrojar piedras, una de las cuales hirió a Moctezuma de gravedad durante su
discurso. Moctezuma fue llevado al interior pero falleció tres días después a causa
de la herida.155 Su cuerpo y el de Itzcuauhtzin, señor de Tlatelolco, fueron
llevados fuera del palacio por dos sirvientes del tlatoani y arrojados a la
acequia.156 La convivencia entre Cortés y Moctezuma había creado un vínculo de
amistad y el tlatoani, antes de morir, pidió a Cortés que favoreciese a su hijo, de
nombre Chimalpopoca.157 Al morir Moctezuma, Cortés y los capitanes que lo habían
arraigado entristecieron.158

El palacio quedó cercado, sin agua, ni alimentos, y el Tlahtocan (concejo) eligió


como nuevo tlatoani a un hermano de Moctezuma, Cuitláhuac. En esas circunstancias,
Cortés se vio forzado a abandonar la ciudad. Organizó el escape ordenando cargar la
mayor cantidad de oro posible. Para impedir la huida de los españoles, los mexicas
habían desmontado los puentes de los canales en la ciudad, Cortés utilizó las vigas
del palacio de Axaycácatl para improvisar puentes portátiles.

..«Todo lo cogieron, de todo se adueñaron, todo lo arrebataron como suyo, todo se


apropiaron como si fuera su suerte. Y después que le fueron quitando a todo el oro,
cuando se lo hubieron quitado, todo lo demás lo juntaron, lo acumularon en la
medianía del patio, a medio patio; todo era pluma fina»..
Historia general de las cosas de la Nueva España.159

Cuitláhuac.
El 30 de junio de 1520 durante la noche, Cortés salió de Tenochtitlan. Ochenta
tamemes tlaxcaltecas fueron previstos para transportar el oro y las joyas. Adelante
marcharon Gonzalo de Sandoval, Antonio de Quiñones, Francisco de Acevedo, Francisco
Lugo, Diego de Ordás, Andrés de Tapia, doscientos peones, veinte jinetes y
cuatrocientos tlaxcaltecas. En el centro transportando el tesoro, Hernán Cortés,
Alonso de Ávila, Cristóbal de Olid, Bernardino Vázquez de Tapia, la artillería,
Malintzin y otras mujeres indígenas, Chimalpopoca con sus hermanas, los prisioneros
mexicas y el grueso de las fuerzas españolas y aliadas. En la retaguardia Pedro de
Alvarado, Juan Velázquez de León, la caballería y la mayor parte de los soldados de
Narváez.151

Solo consiguieron salir los primeros ya que, descubiertos y dada la voz de alarma,
fueron acosados desde canoas, muriendo unos ochocientos españoles y gran número de
aliados, además de perder cuarenta caballos, cañones, arcabuces, espadas, arcos y
saetas de hierro, así como la mayor parte del oro. Entre las bajas se encontraron
el capitán Juan Velázquez de León, quién había sido fiel a Cortés a pesar de ser
pariente de Diego Velázquez de Cuéllar, Francisco de Morla, Francisco de
Saucedo,160 Cacama, dos hijas de Moctezuma y Chimalpopoca. El propio Cortés fue
herido en una mano. Los supervivientes escaparon por la ruta de Tlacopan, episodio
en el que el cronista López de Gómara describió el salto de Pedro de Alvarado en el
puente de Toltacacalopan, mismo que fue desmentido por Díaz del Castillo. Todos los
cronistas coinciden con el llanto de Cortés en la Noche Triste:

.. «Cortés a esto se paró, y aun se sentó, y no a descansar, sino a hacer duelo


sobre los muertos y que vivos quedaban, y pensar y decir el baque la fortuna le
daba con perder tantos amigos, tanto tesoro, tanto mando, tan grande ciudad y
reino; y no solamente lloraba la desventura presente, más temía la venidera, por
estar todos heridos, por no saber adónde ir, y por no tener cierta la guardia y
amistad en Tlaxcala; y ¿quién no llorara viendo la muerte y estrago de aquellos que
con tanto triunfo, pompa y regocijo entrado habían?
Historia general de las Indias, Francisco López de Gómara.
Batalla de Otumba
Artículo principal: Batalla de Otumba

Ruta de escape de los españoles hacia Tlaxcala tras la Noche Triste.


La ruta que tomaron hacia Tlaxcala fue a través de Tlalnepantla, Atizapán,
Teocalhueycan, Cuautitlán, Tepotzotlán, Xóloc, Zacamolco. El 7 de julio los
conquistadores fueron ferozmente atacados en la batalla de Otumba, sin embargo
triunfaron al matar al cihuacoatl o principal capitán de los mexicas, pues muerto
este, los perseguidores se dispersaron y huyeron. Los españoles pasaron la noche en
Apan. Debido a que el mayor número de bajas correspondía a los indios aliados,
Hernán Cortés pensó que la alianza con los tlaxcaltecas había terminado tras la
derrota, pero de forma contraria a sus predicciones fue recibido con benevolencia
por el senado de Tlaxcala, a pesar de la oposición de Xicohténcatl. Las fuerzas
españolas comenzaron a reorganizarse, aunque tardaron más de un año para regresar a
tomar la plaza de Tenochtitlan.161

Mientras tanto en la ciudad se desató una epidemia de viruela, enfermedad


desconocida en América y a consecuencia de la cual mucha gente murió en un lapso
corto. Como daño colateral se presentó una hambruna, en razón del desquiciamiento
de los sistemas de abastecimiento. Cuitláhuac mandó reconstruir el templo mayor,
reorganizó el ejército y lo envió al valle de Tepeaca. Intentó realizar alianza con
los purépechas, pero el cazonci Zuanga después de considerar la oferta, se negó a
aceptarla. También fueron enviados emisarios con intenciones de sellar la paz con
los tlaxcaltecas, pero éstos se negaron rotundamente. En noviembre de ese mismo
año, Cuitláhuac murió de viruela al igual que el tlatoani de Tlacopan
Totoquihuatzin.162 Considerando que Cacama había muerto durante los hechos
ocurridos el 30 de junio, la Triple Alianza tuvo nuevos sucesores, Coanácoch en
Tetzcuco, Tetlepanquetzaltzin en Tlacopan y Cuauhtémoc (Águila que desciende),
sobrino de Moctezuma Xocoyotzin, en Tenochtitlan.161

Cuauhtémoc había participado en el episodio de la noche triste como tlacochcálcatl


(jefe de armas) y se había pronunciado en contra de la actitud pasiva de Moctezuma.
Debido a que su madre era Tiacapantzin, heredera al trono de Tlatelolco, pudo
reunir el apoyo de toda la ciudad. Cuando fue elegido nuevo tlatoani continuó con
los trabajos de reconstrucción y fortificación la ciudad, pues suponía el regreso
de los españoles, envió embajadores a todos los pueblos solicitando aliados por
medio de la disminución o eliminación de tributos. Buscó por segunda ocasión la
alianza con el nuevo cazonci purépecha Tangáxoan Tzíntzicha, cuyo padre Zuanga
también había muerto por la viruela; la negativa del heredero fue más violenta, los
emisarios de Cuauhtémoc fueron asesinados en Tzintzuntzan.163

Reagrupamiento de los españoles y abastecimiento de Cortés


Los sobrevivientes españoles pasaron tres días en Hueyotlipan donde fueron
auxiliados por los tlaxcaltecas. Poco después Cortés y Maxixcatzin se reunieron en
Tlaxcala para refrendar su alianza. Durante veinte días los conquistadores
descansaron, atendieron a los heridos y se reorganizaron.
Poco antes a la última incursión a Tenochtitlan habían sido atacadas dos comitivas
españolas. El primer ataque causó poco más de veinte bajas, algunos hombres de
Narváez habían sido arrestados por las fuerzas de Cortés y eran conducidos al valle
de México. Los prisioneros nunca llegaron a su destino pues fueron sorprendidos por
guerreros mexicas en Quecholac. El segundo ataque causó cuarenta y cinco bajas
españolas y doscientas bajas tlaxcaltecas cuando una excursión al mando de Juan de
Alcántara fue aniquilada en Calpulalpan.164

Cortés decidió entonces emprender una campaña militar para castigar a la región, no
solo para recuperar el honor y el ánimo de sus hombres, sino también para cortar la
vía de suministros que recibía la ciudad de Tenochtitlan desde la costa oriental.
Con base en el discurso de Moctezuma, el caudillo español consideró que todos los
mexicas y tributarios eran oficialmente vasallos de Carlos I y que cualquier acción
adversa, por tal motivo, debía ser considerada como acto de rebeldía. La lectura
del requerimiento fue un procedimiento habitual para justificar legalmente los
actos punitivos de la nueva campaña.165

Los tlaxcaltecas aportaron dos mil guerreros al mando de Tianquizlatoatzin, quien


guio a Cortés a las zonas de Zacatepec, Acatzingo y Tepeaca. El teuctli local se
rindió el 4 de septiembre de 1520. Los prisioneros fueron esclavizados y se les
marcó con hierro candente en la mejilla una «G» de «guerra».166 Muchos guerreros
tepeacas fueron sacrificados por los tlaxcaltecas sin ninguna reclamación por parte
de Cortés, quien toleró en repetidas ocasiones las acciones que sus aliados
llevaban a cabo a pesar de que estas eran las mismas que tanto criticó de sus
enemigos.165

El caudillo español fundó la villa de Segura de la Frontera y desde el nuevo


emplazamiento dirigió ataques a las localidades de Quecholac, Huaquechula, Itzocan,
Tecamachalco, Zapotitlán, Izúcar y Chiautla.167 Varios pueblos de la zona, entre
ellos Huejotzingo y Cuetlaxtlan, prefirieron no oponer resistencia y aceptaron la
alianza con las fuerzas españolas, pero otros como Tecamachalco y Acaptelahuacan
fueron casi exterminados. El 30 de octubre, en Segura de la Frontera, Cortés
redactó la segunda carta de relación, en la cual describió los últimos
acontecimientos sin dar gran importancia al revés de Tenochtitlan. Alonso de
Mendoza y Diego de Ordás fueron los responsables de llevar la misiva, pero zarparon
con destino a la península ibérica hasta marzo de 1521:

«...y por no dar cuenta de todas las particularidades que nos acaecieron en esta
guerra, que sería prolijidad, no diré sino que, después de hechos los
requerimientos para que viniesen a obedecer los mandamientos que de parte de
vuestra majestad se les hacían acerca de la paz, no los quisieron cumplir y les
hicimos la guerra y pelearon muchas veces con nosotros y con la ayuda de Dios y de
la real ventura de vuestra alteza siempre les desbaratamos y matamos muchos, sin
que en toda la dicha guerra me matasen ni hiriesen ni un español..en obra de veinte
días hube pacíficas muchas villas y poblaciones a ella sujetas y los señores y
principales de ellas han venido a ofrecerse y dar por vasallos de vuestra
majestad...»
Segunda carta de relación. Hernán Cortés.168
El jefe de carpinteros, Martín López, fue enviado por Cortés a Tlaxcala. Su misión
era cortar y preparar madera para construir trece bergantines, los cuales serían
utilizados en el asalto anfibio a Tenochtitlan. Cuando López llegó a Tlaxcala, se
enteró que Maxixcatzin había muerto víctima de la viruela pero pudo obtener sin
problema la ayuda de Xicohténcatl Huehue.165

Alonso de Ávila y Francisco Álvarez Chico viajaron a Santo Domingo en busca de


caballos, ballestas, pólvora, arcabuces y cañones. Por otra parte, Francisco de
Solís viajó a Jamaica en una misión similar. Los gastos fueron financiados con el
poco oro rescatado de Tenochtitlan y del almacenado previamente en Tlaxcala.169
En esos días llegaron diferentes embarcaciones: una de ellas procedente de Cuba
comandada por Pedro Barba, quien llevaba una carta de Velázquez dirigida a Narváez.
El capitán de la nave y la tripulación decidieron unirse a Cortés. Lo mismo sucedió
con una embarcación capitaneada por Rodrigo Morejón. Desde Castilla, Juan de Burgos
llegó al mando de una embarcación que hizo escala en las islas Canarias;
paralelamente, desde Sevilla llegó Juan de Salamanca, quien hizo escala en Santo
Domingo.169

En la zona del río Pánuco una expedición dirigida por Diego de Camargo bajo órdenes
del gobernador de Jamaica, Francisco de Garay, había sido derrotada por los nativos
huastecos. Para colmo, durante el escape una de las embarcaciones naufragó. Los
sesenta sobrevivientes y Camargo se unieron a Cortés. El gobernador de Jamaica
envió embarcaciones de apoyo, cincuenta hombres al mando de Miguel Díez de Aux y
cuarenta hombres al mando de Francisco Ramírez «el Viejo». Estos capitanes, al
evaluar la situación, también decidieron unirse a las fuerzas de Cortés.165

Con el objetivo de controlar la totalidad de la ruta hacia la costa oriental,


Gonzalo de Sandoval fue designado para efectuar una nueva campaña en Zautla y
Xalacingo. Con tan solo ocho bajas españolas, los pueblos fueron sometidos y al
igual que en Tepeaca, los prisioneros fueron esclavizados y herrados.165

Avance hacia Tenochtitlan por el oriente

Lago de Texcoco, al sur el lago de Xochimilco y sureste lago de Chalco con la «isla
de Cuitláhuac» (Tláhuac).
Debido a que los tesoros fueron utilizados para conseguir los aprovisionamientos y
se respetó además el quinto del rey, no hubo reparto de oro para los soldados.
Algunos se inconformaron, entre ellos se encontraba Andrés de Duero, lo cual
provocó el rompimiento de la larga amistad con Cortés. Este decidió dejar partir a
los inconformes de regreso a Cuba para evitar posibles sublevaciones y redactó
ordenanzas militares y civiles para controlar a los que se quedaron.170

Las fuerzas españolas comenzaron el avance hacia Texmelucan acompañadas por un gran
contingente de tlaxcaltecas, quienes sumaron diez mil hombres bajo el mando de
Chichimecatecle. El objetivo de Cortés fue realizar un bloqueo a la ciudad de
Tenochtitlan. Los pueblos de Huexotla, Coatlinchan, Chalco, Amecameca, Tlalmanalco,
Ozumba, y Mixquic, decidieron apoyar a los españoles proveyéndoles también de
alimentos.

Cuando las fuerzas españolas llegaron a Tetzcuco, el tlatoani Coanácoch huyó hacia
Tenochtitlan para reunirse con Cuauhtémoc. La población también evacuó la ciudad,
yéndose en parte a Tenochtitlán en miles de barcas sin que Cortés pudiera evitarlo.
Los tlaxcaltecas por su parte incendiaron el palacio de Nezahualpilli, en el cual
se encontraban los códices texcocanos.171 Ixtlilxóchitl, enemigo y hermano del
tlatoani, se convirtió en aliado incondicional de los españoles, fue designado
señor de la ciudad, y sobre la base de esto Cortés logró que parte de la población
volviera. Allí recibió delegados de varias localidades de la región comunicando su
apoyo a los españoles.

Casco de bronce de soldado español.


Después de ocho días fortificando su recinto en Texcoco, y sin recibir ataques,
Cortés avanzó hacia el sur sobre Iztapalapa con 15 jinetes, 200 infantes y 5000
aliados indios, incluyendo un número indeterminado de texcocanos a las órdenes de
Ixtlilxóchitl.172 Esto implicaba situarse casi sobre las veredas de acceso a
Tenochtitlán. Tomó Itzapalapa, pero gran parte de los defensores pudieron ser
evacuados en barcas. Por la noche los mexicas abrieron obras de contención
provocando que la ciudad se inunde, por lo que Cortés debió evacuar la plaza esa
misma noche, perdiendo las provisiones que había tomado. Al día siguiente los
mexicas envían un ejército por tierra, y tropas que atacan desde balsas y se
retiran cuando los españoles intentan cargar. Sin poder evitar el hostigamiento de
las barcas, sin atreverse a atacar al ejército de tierra, que era muy numeroso, y
sin alimentos, Cortés opta por replegarse a Texcoco. Pese a su temor de que haber
sido rechazado evitara que continuaran pasando al bando español nuevas ciudades,
recibe luego delegados de Otumba y otras poblaciones que le comunican su apoyo.

Al no tener comunicación directa con la costa, Cortés envía a Gonzalo de Sandoval


con tropas para escoltar a parte de las fuerzas tlaxcaltecas a sus tierras, con la
ropa obtenida por estas como botín, llegar a Veracruz para enviar correspondencia
de Cortés y expulsar a su regreso a la guarnición mexica de Chalco, desde donde la
población ofrecía pasar al bando español. Por su parte, Cuauhtémoc había ordenado
cortar las líneas de suministro españolas en Chalco y Huexotla, pues el maíz de la
zona era de vital importancia. Tras alcanzar Veracruz, Sandoval derrotó a los
mexicas en Chalco y regresó a Texcoco.173

El 15 de febrero de 1521 Cortés consideró que la construcción de los bergantines


debía terminarse cerca del lago. Un gran número de tamemes y aliados tlaxcaltecas
transportaron las tablas desde Tlaxcala hasta las orillas del lago de Texcoco y se
excavaron zanjas para poner las embarcaciones en el agua.

Campañas militares al norte y occidente de Tenochtitlan

Guerreros aztecas, Códice Mendoza.


Una vez dispuestos los barcos, Cortés realizó una nueva salida para alcanzar los
accesos a Tenochtitlán desde el oeste, dando vuelta a la laguna por el lado norte.
Llevaba 25 jinetes y 300 infantes, más los aliados tlaxcaltecas. Una fuerza mayor
que la empleada en la salida hacia Iztacpalapan. A pocos kilómetros de camino
encontraron y desbarataron un ejército mexica, en el que fue el único combate
campal de la salida. A continuación atacaron Xaltocan y alcanzaron a entrar en la
ciudad, pero al caer el día se retiraron de ella y acamparon a una legua. En los
días siguientes pasaron por Huatullan, que encontraron abandonada, y luego por
Tenayuca, Cuautitlán y Azcapotzalco sin encontrar resistencia. Finalmente atacaron
Tlacopan, ciudad principal de los tepanecas, donde se concentró la resistencia
mexica, ya que esta ciudad era cabecera de los accesos a Tenochititlán desde el
oeste. Tetlepanquetzaltzin y sus hombres fueron obligados a replegarse a
Tenochtitlán y al día siguiente los españoles quemaron Tlacopán, en venganza por
quienes habían muerto allí en la "Noche Triste". Durante seis días los españoles
mantuvieron ocupada la ciudad, librando escaramuzas diarias con tropas que venían
de Tenochtitlán y avanzando sobre el inicio de la calzada que cruzaba la laguna.
Los mexicas los instaban a intentar cruzarla, pero Cortés no quería repetir la
situación de quedar encerrados dentro de Tenochtitlán y se limitó a hostilizar las
cabeceras de la calzada, pidiendo parlamentar con enviados de Cuauhtémoc, esperado
obtener una rendición. Los mexicas se negaban a parlamentar, y en una ocasión en
que los amenazó con que morirían de hambre en el sitio, desde la torre de defensa
de la calzada le tiraron un pan de maíz, diciéndole que si quería ya tenían acopio
de sobra para ellos. Viendo que no lograba parlamentar, y no podía sostenerse en
Tlacopán, porque las ciudades y campos de la zona habían sido evacuados, Cortés
desandó el camino y regresó a la base española en Texcoco. Viendo su retirada, un
ejército mexica los siguió, pero la caballería lo emboscó y puso en fuga en
Acolman.172

Las victorias conseguidas por los españoles y el fortalecimiento de la alianza con


los tlaxcaltecas ya eran noticia en todo el Imperio mexica. Tributarios y enemigos
fueron aumentando, lenta pero inexorablemente, las fuerzas de Cortés. Poblaciones
enteras de las comarcas vecinas enviaron embajadores de paz para rendir tributo a
la corona española y aliarse en el ataque a Tenochtitlan. La inercia avasalladora
de la irrupción se había generado.174
Los nuevos aliados no solo incrementaron la fortaleza bélica del conquistador a lo
largo de esa etapa, sino que además cumplieron la tarea estratégica de espionaje e
información al alto mando acerca de las concentraciones y movimientos de las
fuerzas enemigas. Viendo sus derrotas en los combates directos con los españoles
frente a Tenochtitlán, Cuauhtémoc contraatacó con tropas enviadas a Chalco y
Tlalmanalco, en el sur del sistema de lagos, para asegurar la posesión de la zona,
con lo que obstaculizaban las comunicaciones y vías de suministro de los sitiadores
con Tlaxacala. Cortés envió a Sandoval que atacó a las guarniciones mexicas en
Huastepec y Acapichtlan tomando los dos pueblos. Tras retirarse Sandoval a Texcoco,
los mexicas hicieron aún otro intento de reocupar Chalco. El ejército enviado allí
marchó tan rápido que llegó antes de que Sandoval pudiera regresar con tropas
españolas, pero en Chalco fue rechazado por un ejército local y Sandoval al llegar
encontró ya la situación resuelta en favor de sus aliados. Con esto el camino más
directo de Tlaxcala a la base española en Texcoco quedó definitivamente abierto, y
los españoles dominaron tanto el este como el sur de la región de lagos.172

Campañas militares al sur de Tenochtitlan


En respuesta a las gestiones de Francisco Álvarez Chico y Alonso de Ávila, en
febrero de 1521 una nueva embarcación, procedente de Santo Domingo, ancló frente a
la Villa Rica de la Vera Cruz. En ella, se transportaba armamento, pólvora, sesenta
caballos y doscientos hombres. Entre estos, se encontraban el tesorero Julián de
Alderete, el fraile Pedro Melgarejo de Urrea y el licenciado Alonso Pérez, quienes
habrían de incorporarse a las campañas militares.172

Estando en Tetzcuco, durante los últimos días de marzo de ese año, Gonzalo de
Sandoval reunió doscientos soldados españoles, veinte jinetes y un gran contingente
de aliados chalcas y tlaxcaltecas. Partió en dirección a Cuauhnáhuac (Cuernavaca)
para confrontar a un ejército mexica que se encontraba defendiendo esa posición. El
lugar era importante para Tenochtitlan, debido a que era la ruta de comunicación
hacia Xochicalco. Sandoval y sus hombres descansaron en Tlalmanalco, y al continuar
su avance tuvieron enfrentamientos en Huaxtépec (Oaxtepec) y Chimalhuacán. Un
segundo ejército mexica había reforzado la zona y se había posicionado en
Yecapixtla. Sandoval decidió regresar a Texcoco.175

Cortés aumentó el contingente con texcocanos y huejotzingas; Olid, Tapia y Pedro de


Alvarado relevaron a Sandoval. El siguiente encuentro fue en el peñón de
Tlayacapan. Los capitanes Pedro de Ircio, Andrés de Monjaraz, Rodríguez de
Villafuerte y Francisco Verdugo encabezaron el asalto. Ahí, los mexicas repelieron
el primer intento, pero días más tarde fueron derrotados cuando las fuerzas
españolas los rodearon y los dejaron sin agua.176

Conquistadores españoles y sus aliados tlaxcaltecas, en Metztitlan, Lienzo de


Tlaxcala.
El avance de los conquistadores continuó hacia Yautepec. El segundo ejército mexica
que se encontraba en la localidad huyó a Juchitepec, donde fue alcanzado y
sometido. El 13 de abril, desde Tetzcuco, Cortés partió con refuerzos, incursionó
por Tepoztlán y Cuauhtlan (Cuautla). Una vez dominadas las localidades, se reunió
con la primera expedición para realizar el ataque final y definitivo a
Cuauhnáhuac.177

La siguiente etapa de la campaña se desarrolló en Xochimilco. El tlatoani local


Yaomahuitzin ofreció resistencia, casi a punto de ser vencido engañó a los
españoles fingiendo tener intenciones de pactar pero solo con el objetivo de ganar
tiempo y recibir ayuda desde Tenochtitlan. Cuauhtémoc envió un ataque combinado por
tierra y por la laguna. Debido al factor sorpresa, mexicas y xochimilcas lograron
una victoria temporal. Cortés casi fue hecho prisionero al caer de su caballo.
Cristóbal de Olea pudo salvarlo a cambio de ser herido y de que un par de soldados
españoles fueron capturados y más tarde, sacrificados.178 La batalla se prolongó
durante tres días más y finalmente, los hombres de Cuauhtémoc se replegaron a
Tenochtitlan.

Tras haber roto la barrera defensiva, los conquistadores avanzaron a Coyoacán donde
el teuctli Coapopocatizin prefirió huir y la localidad fue tomada por las fuerzas
de Cortés. Desde este lugar, las fuerzas de ataque se dividieron con los objetivos
de tomar Churubusco, controlar la retaguardia en Tláhuac y Mixquic, y rodear el
lago por occidente hasta Tlacopan. De esta forma, se cerró totalmente el cerco a
Tenochtitlan.172

Algunas fuerzas mexicas atacaron en escaramuzas aisladas, logrando capturar a


algunos soldados más. Cortés subió a la cúspide de un teocalli para mostrar al
tesorero Julián de Alderete, la ciudad de Tenochtitlan que se encontraba a trece
kilómetros de distancia. El licenciado Alonso Pérez, notó cierta melancolía en la
expresión del conquistador y le dijo:
«Mira Nerón de Tarpeya
a Roma cómo se ardía,
gritos dan niños y viejos
y él de nada se dolía»
El caudillo español respondió:
«que ya veía cuántas veces había enviado a México a rogarles paz, y la tristeza no
la tenía por una sola causa, sino en pensar en los grandes trabajos en que habíamos
de ver hasta tornarla a señorear, y que con la ayuda de Dios presto lo pondríamos
por la obra».
En repetidas ocasiones Cortés había pedido a los mexicas la rendición y ellos
siempre se negaron. Era la víspera del ataque final.179

Sitio de Tenochtitlan

Xicohténcatl Axayacatzin, guerrero tlaxcalteca.


Controlado el oriente, nororiente y sur, Cortés no dudo en reafirmar las posiciones
en Tlacopan (Tacuba), Azcapotzalco, Tenayuca y Cuautitlán. El objetivo de aislar la
ciudad se había logrado y ahora faltaba coordinar un ataque simultáneo a la ciudad
desde todos los accesos, al igual que el asalto apoyado en los bergantines que
había venido construyendo.

Poco antes de iniciar el sitio de la ciudad, Antonio de Villafaña, aún fiel a Diego
Velázquez de Cuéllar, elaboró un plan para asesinar a Cortés y a los capitanes
Sandoval, Alvarado y Tapia. Pronto Villafaña fue descubierto y sentenciado a la
horca, por lo que el hecho no tuvo mayor repercusión.180

Tras el incidente, Cortés comenzó a reagrupar fuerzas; los bergantines estaban


listos en Texcoco; solicitó hombres de Chalco, Tlalmanalco; envió mensajeros a
Xicohténcatl Huehue y pidió refuerzos de Tlaxcala, Cholula y Huejotzingo. Entre los
capitanes tlaxcaltecas viajaba Xīcohténcatl Āxāyacatzin (el hijo), quién nunca
había querido ser aliado de Cortés.

Pedro de Alvarado fue asignado al frente de Tlacopan. Cristóbal de Olid con el


apoyo de Andrés de Tapia, Francisco Verdugo y Francisco Lugo por Coyoacán. Gonzalo
de Sandoval, apoyado por Luis Marín y Pedro de Ircio, por Iztapalapa. Hernán Cortés
quedó al mando de los bergantines desde Texcoco.181

Antes de iniciar el ataque se supo que Xicohténcatl no se encontraba en su


posición, probablemente por estar coordinando sus fuerzas o realizando tareas de
acopio. Cortés aprovechó la ocasión para acusarlo de traición y lo sentenció a
morir en la horca el 12 de mayo de 1521.182

Cortés siempre desconfió del capitán tlaxcalteca, quién había opuesto fuerte
resistencia en las guerras confrontadas antes de ser aliados y con esta acción
preventiva quiso eliminar la posibilidad de que sus más fuertes aliados se
volvieran en su contra.183
Fuerzas iniciales para sitiar a Tenochtitlan:
Tlacopan - Pedro de Alvarado
30 caballos, 18 ballesteros y escopeteros, 150 peones de espada y rodela, 25,000
tlaxcaltecas.
Coyoacán - Cristóbal de Olid
36 caballos, 18 ballesteros y escopeteros, 160 peones de espada y rodela, 20,000
tlaxcaltecas.
Iztapalapa - Gonzalo de Sandoval
24 caballos, 4 escopeteros, 13 ballesteros, 150 peones de espada y rodela, 30,000
aliados de Huejotzingo, Cholula y Chalco.
Asalto anfibio Lago de Texcoco - Hernán Cortés
13 bergantines, 325 hombres, cada bergantín con 25 españoles y una fusta,
incluyendo capitán, veedor, 6 ballesteros y escopeteros.
Tercera carta de relación, Hernán Cortés.184
Se dio la orden de cortar los suministros de agua dulce que llegaban a México-
Tenochtitlan desde Chapultepec, los mexicas trataron de impedirlo en un férreo
combate que perdieron. Comenzaron las batallas, por las aguas del lago de Texcoco,
por las calzadas y los puentes en una forma coordinada. Sandoval cubrió también el
área de Tepeyac. Al principio las bajas por ambos bandos eran semejantes, tanto
atacantes como defensores tenían organizadas sus acciones. La estrategia de los
conquistadores era destruir los puentes y albarradas de comunicación a la isla de
México-Tenochtitlan y con los bergantines provocar incendios en las poblaciones, de
tal suerte que no hubiera forma de abastecer comida y agua a los sitiados. La
estrategia de los mexicas fue reconstruir y defender el paso de los puentes y
albarradas, de vez en cuando enviaron escuadrones para contraatacar a los cuarteles
de los conquistadores. Contrario a las costumbres de los mexicas, quienes
usualmente no combatían durante la noche, las confrontaciones se llevaron a cabo a
toda hora.183

Díaz del Castillo relató en su crónica que «cada día existían tantos combates (no
siempre victorias) que si los hubiera relatado todos parecería un libro de Amadís o
de Caballerías. Fueron noventa y tres días de sitio...» La falta de agua y alimento
surtió efecto...«digo que en tres días con sus noches, en todas tres calzadas,
llenas de hombres y mujeres y criaturas, no dejaron de salir y tan flacos y
amarillos y sucios y hediondos, que era lástima de verlos...».185

Por otra parte López de Gómara relató en su crónica que al final del sitio «los
mexicas solo se alimentaban de raíces, bebían agua salobre de la laguna, dormían
entre los muertos y estaban en perpetua hedentina, jamás quisieron la paz».186

Caída de Tenochtitlan
Artículo principal: Caída de México-Tenochtitlan

Tlatelolco, mural de David Alfaro Siqueiros.


La última ofensiva externa de las fuerzas leales a los mexicas provenía de los
malinalcas, matlatzincas y cohuixcas. Cortés envió fuerzas a cargo de Andrés de
Tapia y Gonzalo de Sandoval para detener su avance.187

Los conquistadores españoles pensaron que los mexicas estaban totalmente


debilitados y realizaron una incursión general a la ciudad. En una escaramuza
Cortés fue capturado, pero fue valientemente rescatado por Cristóbal de Guzmán,
quien por salvar la vida de Cortés cayó prisionero en manos de los mexicas. En
franca retirada, algunos otros españoles fueron hechos prisioneros.188

De acuerdo con las costumbres de guerra de los mexicas, los prisioneros fueron
sacrificados a sus dioses en lo alto de sus templos. Impotentes, sus conmilitones
pudieron observar los hechos a lo lejos, reconociéndolos por la blancura de su
piel. Sin embargo el hecho dio ánimo a Pedro de Alvarado, quien, en su afán de
venganza, se colocó a la vanguardia para el asalto final.
«Digamos ahora lo que los mexicanos hacían de noche en sus grandes y altos cués, y
es que tañían el maldito tambor, que digo otra vez que era el maldito sonido y más
triste que se podía inventar, y sonaba en lejanas tierras, y tañían otros peores
instrumentos y cosas diabólicas, y tenían grandes lumbres y daban grandísimos
gritos y silbos; y en aquel instante estaban sacrificando a nuestros compañeros de
los que habían tomado a Cortés, que supimos que diez días arreo acabaron de
sacrificar a todos nuestros soldados y al postrero dejaron a Cristóbal de
Guzmán...».
Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Díaz del Castillo.189

Los prisioneros españoles y tlaxcaltecas fueron sacrificados de acuerdo a los


rituales religiosos, Códice Florentino.
Al final del sitio, que duró tres meses, Pedro de Alvarado tomó la plaza de
Tlatelolco. Los tenochcas que aún quedaban confrontaron las últimas batallas y fue
entonces cuando los conquistadores pudieron observar, horrorizados, que los mexicas
no solo habían sacrificado a los prisioneros: además de extirparles el corazón,
habían arrancado la piel de los españoles caídos para adornar sus templos u
ofrendarla a su dios Xipe Tótec.

En la refriega murieron algunos de los últimos señores y jefes mexicas. Los


capitanes más destacados en la defensa del sitio por parte de los tlatelolcas
fueron Coyohuehuetzin y Temilotzin, y por parte de los tenochcas Tlacutzin y
Motelchiuhtzin. Cuauhtémoc se reunió en Tolmayecan con sus capitanes, intendentes y
principales para deliberar la inminente rendición.190

El 13 de agosto de 1521, correspondiente al día "1 coatl" del año "3 calli"191 del
mes Xocotlhuetzi,192 Cuauhtémoc salió de Tenochtitlan en una canoa, probablemente
con la intención de negociar la rendición, pero fue avistado y capturado por el
capitán García Holguín, mientras la ciudad caía en manos de los españoles y de sus
aliados.193 Cuando Cuauhtémoc estuvo en presencia de Cortés, señaló el puñal que el
conquistador llevaba al cinto y le pidió que lo matara, pues no habiendo sido capaz
de defender su ciudad y a sus vasallos, prefería morir a manos del invasor. Este
hecho fue descrito por el propio Hernán Cortés en su tercera carta de relación a
Carlos I de España:
«llegóse a mi y díjome en su lengua que ya él había hecho todo lo que de su parte
era obligado para defenderse a sí y a los suyos hasta venir a aquel estado, que
ahora hiciese de él lo que yo quisiese; y puso la mano en un puñal que yo tenía,
diciéndome que le diese de puñaladas y le matase...»
Tercera carta de relación, Hernán Cortés.194
De acuerdo a las estimaciones de Hernán Cortés, los conquistadores españoles, junto
con sus aliados tlaxcaltecas, texcocanos, huejotzincas, chalcas, cholultecas y
demás coaligados mataron a más de cuarenta mil mexicas durante las últimas
jornadas. López de Gómara describió en su obra que «el cerco duró tres meses, tuvo
en él doscientos mil hombres, novecientos españoles, ochenta caballos, diecisiete
tiros de artillería, trece bergantines y seis mil barcas. Murieron cincuenta
españoles y seis caballos y no muchos indios. Murieron de los enemigos cien mil,
sin contar los que mató el hambre y la pestilencia».195

Para celebrar el acontecimiento, los castellanos se reunieron en el palacio del


señor de Coyoacán Coapopocatizin, pues en Tenochtitlan el hedor era insoportable.
Organizaron un banquete con vino, carne de cerdo, carne de pavo y tortillas de maíz
en abundancia. Al día siguiente celebraron misa y se cantó un tedeum.196

Los texcocanos en la conquista


Tetzcoco (Texcoco) era una ciudad importante, la segunda del Valle de México,197
con el antecedente de una alianza con Tenochtitlan y Tacuba [90 años previo a la
irrupción de los españoles]. A partir de la muerte de Nezahualcóyotl (1472) y
posteriormente del sucesor Nezahualpilli (1515), su poderío disminuyó en tanto que
el de los mexicas aumentaba.198

Cacamatzin (sobrino de Motecuhzoma Xocóyotl) asumió el cargo de nuevo tlatoani,


había sido parte del grupo que recibió a Hernán Cortés en la Calzada de Iztapalapa
(8 de noviembre de 1519) junto a los señores de Coyoacán, Iztapalapa y Tacuba.
Según Bernal Díaz del Castillo, los españoles asumieron que Motecuhzoma era el
emperador.198

No existe suficiente información para saber qué sucedía al interior de la casa real
de Texcoco durante la invasión de los españoles, aunque están:

-Las obras históricas de Fernando de Alva Ixtlilxóchilt, el Compendio histórico del


Reino de Texcoco y la Historia de la nación chichimeca que narran la irrupción
española desde la perspectiva de la “familia real texcocana”.198

-La Relación de Tezcoco de Juan Bautista Pomar.

-El Fragmento 2 del Códice Ramírez acerca de los príncipes texcocanos.

Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (1568-1648) era descendiente del último señor de


Texcoco, su bisabuela Ana Cortés procedía de la casa real Acolhua, hija de Hernando
Ixtlilxóxhitl, a su vez hijo de Nezahualpilli. Es considerado el “cronista
original” de los texcocanos, estudió en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco,
fungió como intérprete del Juzgado de indios, falleció a la edad de 80 años.
Interpretó las antiguas pinturas y posteriormente desarrolló las crónicas.199

Respecto a la Entrada de los españoles en Texcuco (escrita en 1608), Fernando de


Alva narra que tras la muerte de Cacamatzin durante la batalla de la Noche triste
(Noche victoriosa),200 el 31 de diciembre de 1520 Coanacochtzin era el nuevo
tlatoani. La razón de su designación es desconocida pues, cuando Cuitláhuac
preguntó a los texcocanos a quién le correspondía el derecho al reino, Yoyontzin
(hijo menor de Nezahualpilli) fue la opción evidente, sin embargo, eligieron a otro
de sus hijos; Coanacochtzin.198

El tlatoani de Texcoco estaba a favor Tenochtitlan a donde se trasladó, lo cual


aprovecharon los príncipes Tecocoltzin, Yoyontzin e Ixtlilxóchitl quienes buscaban
ser aliados de Cortés. Ante el vacío de poder en la ciudad texcocana Tecocoltzin
asumió el cargo, a su muerte prematura le sucedió Ahuaxpictzatzin quien reinó unos
días hasta que se nombró a Ixtlilxóchitl y fue bautizado con el nombre de Hernando
Ixtlilxóchitl, “el único jefe de los conquistadores que se igualaba con Hernán
Cortés” de manera que la caída de Tenochtitlan fue “hazaña de Cortés e
Ixtlilxóchitl”.198

Después del ataque a Chalco (5 de abril de 1521), los españoles iniciaron el


trayecto hacia Texcoco para terminar los 12 bergantines que utilizarían en la
batalla por Tenochtitlan, a su paso enfrentaron a los mexicas y sus aliados quienes
realizaban ataques “combinados entre la infantería y la marina”, sobrevivieron
debido a la ayuda de los indígenas que les mostraron los pozos para beber agua,
llegaron a Texcoco heridos y agotados.201

En Texcoco, los españoles ensamblaron y armaron los 12 bergantines que fueron


tallados en Tlaxcala. Si bien los cañones eran una novedosa arma de guerra, los
texcocanos tenían amplio conocimiento del sistema de agua, es decir; ventaja para
el ataque a Tenochtitlan. Las crónicas refieren que Cortés “destruyó partes de los
acueductos de Coyoacán y Chapultepec” con la intención de impedir el flujo de agua
potable a México, una interpretación que corresponde a la versión de Cortés y no al
saber de los pobladores originarios.202
Para realizar la botadura de los bergantines participaron ocho mil indígenas
quienes durante 50 días “prepararon la zanja”. Cortés “¿lo habría podido hacer sin
la ayuda nativa? Y sin los bergantines ¿habría podido obtener el desenlace que
todos conocemos?”.201

La mayor parte del ejército que atacó Tenochtitlan estaba conformada por
texcocanos, tlaxcaltecas y chalcas, por ello algunos historiadores mencionan que
fue “una guerra entre indígenas, entre pueblos enemigos de Mesoamérica”.203

Los texcocanos acostumbrados a formar alianzas y mantener el poder, a vivir con un


sistema de leyes, y donde el tlatoani “cesaba las guerras en caso de hambrunas”,204
eran aliados de los mexicas. A causa de la llegada de los españoles y sus
diferencias al interior de la casa real optaron por romper la Triple Alianza y
unirse a los europeos para continuar como “una ciudad poderosa”.205 Por ende, la
traición correspondía al tipo de relaciones de poder entre los mesoamericanos.206

La postura de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl implica considerar a su antepasado


“ganador-victorioso junto con Cortés frente a los verdaderos vencidos-mexicas”.207

En cuanto a la Relación de Tezcoco de Pomar, es una crónica incompleta debido a las


páginas rotas e ilustraciones extraviadas, referida como “una de las más amputadas
del archivo colonial latinoamericano”.208 Juan Bautista Pomar destacó el carácter
de los señores de Texcoco previo a la irrupción de los españoles, especialmente de
Nezahualpiltzintli y Nezahualcóyotl a quienes describió como “tlatoque rectos,
valerosos, pacíficos, injustamente olvidados”, y a Texcoco un lugar con leyes,
pacífico a pesar de las guerras con los demás pueblos, en donde los originarios «no
temían a la muerte sino hacer algo “infame o afrentoso”», una sociedad ‘justa’
hasta la llegada de los españoles y la destrucción de la memoria que efectuaron al
quemar pinturas, entre otras pérdidas.204

“La interpretación” de la irrupción española “devino en una sociedad no del todo


justa, muy distinta a la sociedad texcocana ya extinta”.

(…)

“Pomar se manifiesta en contra del maltrato…”204

Aunque texcocanos y tlaxcaltecas vencieron a los mexicas, con el tiempo su


situación ante los españoles fue similar al resto de indígenas.209 Los europeos
destruyeron los templos y palacios de la casa real de Texcoco, así como la
amoxcalli (biblioteca) que incluía datos de la época mexica, algunos poemas de los
tlatoanis lograron perdurar.210

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