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67 ie HISTORIA CENERAL DE LAS CIVILIZACIONES publicada MAURICE VOLUMEN IV LOS SIGLOS XVLY XVII EL PROGRESO DE LA CIVILIZACION EUROPEA Y LA DECADENCIA DE ORIENTE (1492-1715) ROLAND MOUSNIER Profesor dela Universidad de Estrasburgo EDICIONES DESTINO BARCELONA WANES. ‘Vows IV. — LOS SIGLOS XVI Y XVII JUAN RECLA Catoavatica de ta Unverstdad de Valencia satucid este volumen ya completado lo capltuos relatos a Bspata ‘Tao de a editon ext Les XVI ot XVIesicles. Lee progr de a eisilisatin européenne ot le déclin de U Orient (1402-1715) Publicado en Franca por rests Universitaires de France, Paris Primera ellicién espaiola: noviembre 1959 Segunda edicién: enero 1964 ‘Tercera edicién: diciembre 1967 MPRESO EN ESPASA PRINTED IN SPAIN N.° DE REGISTRO, 594-56 erdst10 LECAL, x. 36384, — 1967 © EDICIONES DESTINO. — Barcelons, 1964 INTRODUCCION 1 alguien desde Sirlo hubiera contemplado, a fines del siglo xv, 1a superficie de la Tierra se hubiera sorprendido por la dispersién y el aislamiento de Jae agrupaciones humanas. Muchas civilizaciones ignoraban eu existencia reciproca, Las sociedades americanas y Ia mayor parte de Ias civilizaciones del Pacifico cran desconocidas en el Mundo Antiguo. Por lo que se refiere a éste, Jas noticias que Europa tenia de Asia y de Africa, y viceversa, eran vagas y fragmentarias, Las distintas civilizaciones vivian en compartimicntos estancos, jignordndoce entre si 0, a lo sumo, mantenian contactos muy superficiales. Sélo Europa, dotada de un espiritu y de métodos y conocimientos verdaderamente ‘universales, emprendié In unién de los miembros dispersos de Ja gran familia humana. Durante los siglos xvr y xvi, Europa aparece dominada por una vitalidad extraordinaria, una fuerza prodigiosa de expansién y de creacién, que se mani- fiesta tanto en ol hallazgo de nuevas formas cuanto en Ja plasmacién real de intentos anteriores. Iniciada por un inmenso esfuerzo en Ja Edad Media y ace- Jerada en Ja sogunda mitad del siglo xv, hasta tal punto que los historiadores yacilan en In consideracién de esta centuria. dentro de los tiempos medievales © de los modernos, la evolucién se precipita a fines del Cuatrocientos. Enton- es comienza una nueva época en Ja Historia de Ia bumanidad, a pesar de Ta Jarga supervivencia de multiples legados medievales. Esta nueva época aparece informada por el desenvolvimiento, en propor- ‘ciones desconocidas hasta entonces, de Io que constituye la nota particular de : el individualismo. Mis o menos conscientemente, la tendencia de Eu. ropa y Ia aspiracién de los europeos consiste en realizar en cada hombre el jdeal de la humanidad: el hombre en la plenitud de la azn, poderio, goce, Delleza y bonded, que confie su expansién a sus propias fuerzas y que #e Pre- ocupe menos de aleanzar los fines absolutos que de estudiar la naturaleza, al objeto de aduefiarse de ella por la ciencia y Ia téenica. Como el doctor Fausto, cl hombre del Renacimiento persigue el poder en los tecretos del mundo, a fin de aleanzar el bienestar por medio de la aceién. El europeo se va alcjando de lo que habia sido, con toda probabilidad, el ideal de 1a Edad Media: 1a muerte en el mundo para vivir en Dios. Los hombres de Europa quieren bastarre a sf mmiemos y gozar de la tierra y de todo lo que hay en ella: tienden a alejarse de 8 INTRODUCCION INTRODUCCION 8 Ilo constituye Ja caxacteristica dominante. , informado por el gusto de Ia Antigiiedad. Pero simple imitacién, La pasién por el mundo antiguo nace en el instinto pujante de una nueva vida que se aduefia de los hom- bres, de Ja cual encuentran rasgos entre los elisicos que les ayudan a liberarse de In Eid Media, El Renacimiento es vordaderamente del individuo, impelido Por una fuerza interior a gozar de la vida en todas sus formas; a erecer y ma- nifestar su pujanza en todos los ambitos; a ser artista, sabio, jefe de empresa, caudillo militar 0 gobernante; superior a todos y en todo; ereador y vencedor; vivir intensamente y a eobrevivir por la gloria, después de haber logrado poderio, riqueza y fama, Este hombre tiene verdadera sed de bienes terrenales. Estimulado por el comercio maritimo y colonial, la afluencia de metales preciosos de las minas enropeas y americanas y el alza de precios que es su resultante —acelerada en iglo xvt y Jenta en la primera mitad de la centuria siguiente, para detener- se hacia 1640-1650 — el capitaliemo exece rapidamente, favorecido, también, por ¢l desenvolyimiento del Estado y del individuo. Es un eapitalismo de tipo co- mercial, Los hombres de negocios son, al mismo tiempo, banqueros y fundado- res de nuevas industrias fuera del marco de las eiudades dominadas por las viejas corporaciones gremiales de maestros y artesanos. Aparecen las holkas, los banqueros se especializan y se crean bancas estatales, Surgen grandes com) ‘iias comerciales en forma de sociedades por acciones. El eapitalismo indust aparece ya en Inglaterra en Ja primera mitad del siglo xvu, al compis de una Primera revolucién en la industria, preeursora de Ia gran revolucién industrial del Sctecientos. Respondiendo a nuevas necesidades econdmica se muultiplican en las técnicas maritima, industrial y agricola. Una fiebre cres+ dora Jo avasalla todo, El individuo fuerte, enérgico, inteligente, préctico y poco escrupuloso, triunfa en la empresa capitalista. Seguro de si mismo, reclama la libertad individual respecto de las corporaciones, municipalidades, sefiorios y ncias; libertad frente a concepeiones morales y religiosas vineuladas a una ‘economia de tipo dominical; libertad en todo, Aparece un espfritu nuevo que exalta el valor de Ia razén, el grado de pre- cisién y el habito del céleulo, inepirado a menudo por sentimientos ardientes, aunque de apariencia fria y positiva. Es el tiempo de los grandes descubrimien- tos; del mundo y del hombre. “La Antigiiedad, In imprenta, América, el Orien- te, el verdadero sistema del mundo, estas fulgurantes Iuces convergen sus yos...” (Michelet). Inffuidos por el pensamiento de sus antecesores y con auxilio de los recursos a su alcance, los hombres oponen Ia observacién por la xazén—como Copérnico—a las afirmaciones de libros y maestros. Aunque sea uno cont todos, perfeccionan ¢l método ¢ impulsan prodigiosamente Ia ciencia. Los me- jor dotados, como Descartes, deducen las: consecuencias de recientes descubrie mientos y establecen sistemas para explicar el Universo, que dan paso a fer ‘eundas hipétesis de una invest incesante. [Las realizaciones técnicas de los hombres del siglo xx, gigantescas hasta tal pinto que amenasan con aplastar a Ia humanidad, hacen aparceer a la Europa de Jos siglos xvi y xvm como dotada de una téenica débil. Pero ello significa ‘olvidar que esa Europa toma una gran ventaja a las demés civilizaciones, y, al ismo tiempo, omitir un gran despliegue de invenciones artesanas, industriales, ‘militares, néuticas, econdmicas, financieras y politicas, que multiplicaron Ia potencia del hombre ¢ hicicron de aquellas centurias una gran época de pro- Su riqueza, su es pirita atrevido, cxeador y practico, amante del orden, regularidad y economia, ‘u instruccién y actitud en el manejo de las téenieas del organizador y en Ja eoordinacién de esfucrzos de todos los productores, le convierten en un adyer- sario formidable para el noble, el soldado, el timido artesano y el ignorante Ia- brador. El alza de precios le favorece en detrimento de Ias restantes clases ‘sociales. Los grandes burgueses adquicren sefiorios, ingresan en Ias funciones piiblieas, en los consejos reales, y sostienen encarnizada competencia con la no- Bleza de sangre. Pero su ideal consiste en adoptar el género de vida de Ja aris- tocracia, el escalar el grado nobiliario y en fundiree con él, al mismo tiempo que lo modifican pauilatinamente. La insuficiente conciencia de clase hizo de Ja urgucsia un elemento evolutivo, en general, En los Paises Bajos ¢ Inglaterra por su mayor importaneia econdmica y numérica, fue un factor revolucionario. ~ El desenvolvimiento de Ia burguesia aparece vinculado con el de las mo- ee incfa sa acrcra|enval wsbisc'y best omery EliEiade\fapicl factor] que en mayor escala contribuyé al desenvolvimiento del capitalismo comer- ial, Incluso con enterioridad al siglo xvi, el Estado cedié la explotacién de | ‘sus bienes —salinas, minas, ete.—a sociedades de comerciantes. Burgueses y monarquias absolutas tienen intereses comunes. Sélo los comerciantes. pudi yon proporcionar al tesoro piblico las sumas indispensables para el pago de ‘tropas y funcionarios, asi como para sufragar las contimuas guerras. En conse- ‘euencia, el Estado adopts In politica cconémica mercantilista. Un reino es tna unidad econémiea que tiene que atesorar los metales preciosos por medio de tuna bslanza favorable de cambios, mediante Ia adopcién de medidas favora- bles a los comerciantes. Sélo Ja monarquia absoluta puede Iiberar a los bus de las miiltiples trahas de los regimenes medievales, y asc- in frente a la nobleza por medio de 1a concesién de un rango social y numerosos privilegios, La monarqu{a absoluta acabé adoptando for- 10 INTRODUCCION omo la Francia de Luis XIV. En una sociedad estamental, re- partida en érdencs — nobleza, elero, tercer Estado — y en corporaciones — Uni- yersidades, monasterios, asociaciones gremiales, ete. —con su estatuto juridico peculiar, sus derechos, privilegios, jurisdiccién y representantes propios, la ‘monarquia absoluta puede, en nombre del superior interés del pais, liberar al individuo de la opresién de los grupos intermediarios y euerpos privilegiados, La monarquia absoluta recluta en todas las clases sociales, eobre todo en 1a bur- ‘guesia, los hombres de recia personalidad y les brinda una categoria social. Por ello es un agente del individualismo, En algunos Estados, como Inglaterra y los Paises Bajos, 1a evolucién es bastante rapida, 1a burguesia bastante poderosa y la aristocracia bastante vinew- ada a ella en intereses y costumbres para que Ja monarquia absoluta no pue- da consolidaree, Después de sangrientas revoluciones, epilogadas por gobiernos dictatoriales, se instauran como formas duraderas una monarquia templada en Gran Bretaiia y una federacién de Repiblicas oligarquicas en Holanda. El individualismo se afirma con el despliegue de las naciones. La idea del Sacro Impetio, de la Republica eristiona jerarquizada, acaba por perder su fuerza y es substituida por la concepeidn de un conjunto de Estados soberanos, iguales en Derecho, con la nocién del equilibrio europeo, Estos Estados Iuchan entre ai en busca de la hegemonia y reemplazan Ia idea del Imperio universal por la del imperialismo espaol, austriaco y francés. La téenica militar se per- fecciona incesantemente, pero #u costo cada vex mayor subordina el Estado al desenvolvimiento de Ia burguesia, la politica mercantilista y Ins empresas co- Toniales, fuente, a su vez, de nuevas guerras. Alianzas y coaliciones impiden a cualquier Estado engrandecerse de modo excesivo y amenazar la seguridad y existencia de sus vecinos. Los siglos xv1 y xvit estén presididos por reformas religiosas: Reforma pro- testante y catélica, el primero, y Renacimiento catélico y jansenismo, el se- gundo. Bajo aspectos distintos, dichas reformas constituyen una reaccién con- tra Ja oleada de libertinaje que rehtisa a Dios y se entrega a toda clase de pla- ceres mundanos. Ellas son, ante todo, el fruto de tn amor més sensible hacia Dios, y ponen de manifiesto Ia necesidad de una religién individual, mas per- sonal, que sienta a Dios cerca del corazén y vincule la vida humana en el ém- ito de la divinidad. Mientras los reformadores protestantes rechazan el hu- manismo, Ios reformadores catélicos busean la integracién del mismo en él seno del cristianismo. Los Estados europeos sc combaten en todos Jos mares, Gracias a sus pro- geesos, Europa se ha destacado netamente sobre las restantes partes del mundo desde fines de la Edad Media, Con las energias individuales en plena tonsién y disponiendo de todos los progresos téenicos conocidos, el europeo es irresisti- INTRODUCCION u Plo. En el primer impulso, Europa entra en contacto con el resto de la Tierra y la conquista para Ja civilizacién. Toda Europa recibe un vigororo estimulan- te, Las riquezas que proporeiona el gran comercio maritimo contribuyen a su transformacién social y politica, mientras 1a comparacién con otros hombres y otras sociedades excita la reflexién moral, religiosa y filoséfica. Por otra parte, Jas necesidades de la gran navegacién condicionan el impulso dado a Ia as tronomia, ‘A partir de este momento, In Historia de Europa se desenvuelve en fun- ‘in de Ia de los paises ultramarinos, En América, el Nuevo Mundo que Colén descubre, los europeos encuentran sociedades en un grado de cfvilizacién muy inferior al suyo, todavia en las edades de la piedra pulimentada y del cobre. Fundan en América diversas comunidades — espaiiola, portuguesa, francesa, in- glest—, simples dependencias de las metrépolis respectivas, y, segiin las cir- eunstancias, aniquilan o rechazan a los indigenas o bien erean civilizaciones mmixtas de predominio europeo, como hicieron los espatioles en Méjico y el Peri, y los franceses en Canada. Por lo que se refiere al continente africano, los europeos se conforman con ‘una exploracién litoral. La zona Norte del mismo participa todavia de la pux janza musulmana. El interior, en cambio, difieilmente penctrable y hoxtil, in- Yeresa a Jos europeos por los esclavos, el marfil y las arenas auriferas, que pueden obtener en los establecimientos costeros del continente negro, en la ruta ecedmica hacia Ia Indi ‘Asia atrae a Jos europeos por su prestigio misterioso y su fabuloso renom- Ire de riquezas. Dehen contentarse, sin embargo, con establecer factorias co- merciales y emprender una evangelisgeién que obtiene algunos resultados gra- cias a Ja superioridad que Ia cultura europea proporciona a los misioneros. Pero no se emprende Ia conquista sistematica, Europa dispersa sus esfuerzos ppor los distintos mares y sus lineas de comunicacién con Asia son largas y di ficiles de asegurar. Los curopeos se encuentran divididos y obstaculizan reci- procamente su expansidn, Ello explica que les impresionen los hormigueros Thumanos asidticos, y que sus Estados les deslumbren y les parezcan mas pujan- tes de lo que son en realidad. La decadencia de Asia es relativa: ha sido amp] mente rebasada por Europa, pero ello no quiere decir que el continente ama- illo retroceda. Desde el punto de vista politico, es evidente que en Persia, 2 fines del siglo xvu, In dinastia sofévida esti a punto de ser abatida, y que la dinastfa mongol en la India se encuentra en decadencia. Pero ambas monar- quias han conocido una época de gran esplendor, con Abbas el Grande (1586- 1628) y Mohamed Akbar (1555-1605), respectivamente; y en Ia segunda mitad del siglo xvn, después de la caida de los Ming, la China de Ja dinastia manchit se encuentra de niievo en una fase de pujanza. ANTRODUCCION El continente asidtico progtesa muchisimo menos que Europa. Fl indivi- duo experimenta la opresién de Ia naturaleza, de I tema de pensamiento que sélo se preocupa de lo absoluto y menosprecia el estudio del mundo exterior, en su constante huida ante Io fenoménico. Ello no ‘quiere decir, sin embargo, que en Asia no exista el progreso. Ciertos hombres formnlaron concepciones que constituyen un primer pato hacia 1a liberacién del individuo, como los sikhs de 1a India —segdn los cuales el amor de manifestado por las buenas obras, libra de las eastas y de sus observanci y el chino Wang-Yang-Ming— quien afirma que todo hombre, rico 0 pobre, Jotrado o analfabeto, inteligente o no, tiene en si mismo, en su intuicién, la fuente de la moralidad y de Ia perfeceién, Ia posibilidad de juzgar por si mix ‘mo el valor de los actos a realizar, y se encuentra asi liberado de los ritos fa- miliares, de la tirania de los autores antiguos y de las preseripciones de 1a cos. ‘tumbre. Estas manifestaciones, por limitadas que sean, atestiguan Ia unidad del génoro humano por encima de Ins diferencias secundarias debidas a In raza, al elima y,al peso de la Historia, y anuncian, quizé, un verdadero despertar. ‘Sin embargo, el porvenir inmediato, en los siglos xvm_y xix, fue de un} progresivo desenvolvimiento de Europa, segiin Jas Iineas de una ereciente do- minacién de ésta sobre el resto del mundo. castan sociales y de un sie} PRIMERA PARTE LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACION EUROPEA Lisro Primero EL SIGLO XVI (1492-1598) BL RENACIMIENTO 1 fondo si esto ora posible. De ello deriva, quiza, el estado de tension interior fe Ios que perdieron la paz de las cosas oternas, Ttalia fue la patria del humanismo, de donde irradis Focos del humanism 449 Byropa. La edad heroiea de los grandes eruditos escubridoves de textos acaba en In peninsula de los Apeninos a fines del si- gio xv, pero Talia eontinuara siendo el centro del humanisme, En aquel 20. Bono, low hombres de Tetras conocian la easi totalidad de testos griogos y saree que an Hegado « nuestros dias. Prosiguié ln labor evitiea de depurs: Mom comentario y teaduccidn. Los humanistas se agruparon alrededor de los fupresores, El mis importante fue Aldo Manuefo, en Venecia, quien monope- Tad as ediciones gricgas durante mucho tiempo. Con él trabajgron Erasmo, Tumis Linacrio, Juan Lascaris y Jerénimo Aleandro, Manucio fynd6 la “Aca: Homie Aldina”, cuyas constituefones estaban redactadas en griogo, Después del ierclano eabe destacar los nombres de Josse Bade, quien en Lyon (1492) y en « Paris (1498-1519), edits casi todos los textos Tatinos; Enrique Estiemne, en Paris; Thierry Macrtons, en Lovaina; Antén Koberger, en Nuremberg; Froben, ‘en Basilea, etc.{Los cenéculos estin en relacién entre si y con Jos salones de los crrores 7 de los grandes burgueses, Asi se constituye en Europa una gran rept Iilcs de las Tetras, euyo centro fue, cn su-tiempo, la Venecia de Aldo Manncio. Tuts hizo sentir su influencia, ademas, por sus profesores y eruditos, a me- ade requcridos por otros paiies y, sobre todo, por sus Universidades, frecuct- Tides par gentilhombres, profesores, poctas, médicos y juristas, Entre cllag xan dentacer las de Bolenia, Pisa, Pavia, Ferrara y Padua, verdaderos lares de [r calture curoped| En Francia, Guillermo Budé renové el estudio del Derecho Glisico con sus anctaciones a la Pandectas (1508), y con au tratado De axe {G515) sabre los sitemas monetarios, desperts el interés por Je clvilinacién ante el seinado de Enrique 1 y hasta la noche de San Bartolomé (isi1972), Francia sobresale en el Derecho con Gujas, fundador de la ex hela histSvica, y en ediciones de textos con Turnéhe. En Alemania, en medio de una pléyade de humanistas valiosos, Reuchlin renové los estudios hebraieos $l helendés Erasmo de Rotterdam fue, hasta si muerte en 1586, ef rey de Jos humanistas. El principal foco del humanismo espefiol—en cuya difusidn se distinguié mucho Valeneia por sus contactos con In corte italiana de Alfonso V el Mag: 2,—Fiesta dada por Enrique IT y Catalina de Médicis. aanciey fue 1a Universidad do Alcala de Henares, fundada en 1508 por el aarenal Gisneros: En Alcala se congregaron los mejores humanistas espafioles F imuchos extranjeros, y produjeron obras de tan alto nivel cientfien cosve 1 Bittle Poliglota, edicién monumental de 14 Biblia en hebreo, griego, caldeo F latin, con, graméticas y voeabularios (1517) \Desde sue comicnzos, ol hus: Tate ‘eopafiel se caracteriz6 por un sentido trascendentalista y teocéntrico, 4 LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACION BUROPEA EL RENACIMIENTO 2 hhaciendo compatibles Ins nuevas inquictudes culturales con la pureza de Ta ortodoxia catdlica, EI humanismo del Renacimiento parece ser una especie del gran género del humanismo eterno. Como mistico de Ja nobleea humana, el humanista exalta 1a grandeza del hombie y reclama del mismo un esfuerzo constante para realizar la mis alta perfeceién de las relaciones humanas! Acepta Ia naturaleza y el mundo como ‘buenos, se encuentra a gusto en ellos, experimenta el placer de vivir y tiene una confianza inquebrantable en el progreso indefinido de la obra humana, del pensamiento, del individuo y de la sociedad. EI humsnismo del Renacimiento se earacteriza por los rasgos descritos, Bs evidente, ademas, que Tos humanistas de dicha época poreyeron Ia inguictud de Ia helleza, jamés ausente en ningin humanismo, pero especialmente intensa ‘en aguéllos. Los humanistas del Renacimiento buscaron una forma superior de elleza en Jos textos antiguos: exactitud de Ia observacién, asunto plasmado en plena vida, puesto de relieve por un earieter dominante, jerarquia de ideas, encadenamiento natural, eliminacién de detalles initilos, propiedad y rigor de términos, riqueza de imagenes, exactitud y continuidad de metéforas, mi- mero y armonia, perfeceién continua, Cicerén fue deificado, No todos fueron ceapaces de imitar a los antiguos, pero los saborearon profundamente. Los que no fueron atraidos por Ia forma literaria, como Leonardo de Vinci, satisfacie- yon su curiosidad en las artes plisticas. El humanismo del Renacimiento fue, desde luego, una estétic El gusto estético les impulsa a querer realizar entre ellos el ideal del hom- bre, Ia idea platénica del hombre; pero les muove también el apetito de los placeres terrenales, Si hay que renunciar a encontrar paganos en Ios humanis- tas del Renacimiento, salvo ciertos individuos como Buenaventura des Periers (Cymbalum mundi, 1537), es preciso confesar que hay algo del paganismo en todos, Impulsados por el nominalismo y el pirronismo, abandonan la dialéctica de Ia filosofia escolistien y Ins interminables eadenas de silogismos, por medio de las euales el hombre medieval ereia encontrar el orden del Universo y ak ceanzar Io abtoluto, Los humanistas, vidos de gozar de 1a vida tanto como de su formacién, abandonaron los problemas insolubles por yna ciencia de Jo hu: ‘ano, Quisieron encontrar en los antiguos, el modelo de Hombre, ser general, impersonal, universal, el mismo en todas partes y en cualquier época; ideas eternas, simples, que cada uno pudiese encontrar en si mismo y comprender jidamente—Dios, el alma, el bien—y sutiles descripoiones de sentimien tos © ideas que permitiesen la previsién y la accién. Para Ta vida cotidiana, el humanismo fue una técnica, En el humanista del Renacimiento, sobre todo en Italia, domina a menudo Algunos aspectos del Ihumanismo ‘el orgullo, In afirmacién del yo, Ia expansin del individuo que arde en deseo de vivir todas las vidas imaginables y se cree rey del Universo y semidiés. Cada hombre debe convertirse en “nico”. La satisfaccién consiste en la pujanza, en ‘el sentimiento de si mismo que proporciona Ia accidn, en el ensanchamiento del propio yo vinculado a la fama. El hombre debe ser, pues, “universal”. EL fiumanista tiene que ser un retérico, pocta, artista, fildsofo, politico, atleta, amante y sabio, El humanista ha de cultivarse como una rosa y entrenarse como un caballo de carreras, dijo Walter Raleigh, El mundo ec ofrece a su curiosidad y a su concupiscencia, La moral del humanista es su grandeza, Libre, atraviesa la vida como un aristéerata radiante, buscando su bienestar en Ia be- El individualismo del Renacimiento es tun individualismo furioso, que en Italia da origen a la virni, 1a voluntad de poderio, Todas las acciones poseen un eardcter de grandeza y entrafian Ia ad- in. Los que no pueden distinguirse por ol bien Io hacen por el mal. Torenzino de Médicis, afrentado por haber mutilado estatuas antiguas en Roma, medita una accién que bore esta infamia y asesina al duque de Florencia, Alejandro, eu pariente y soberano (1587). ‘Los humanistas, en fin, son profundamente religiosos y todos poseen el guito de lo oculto, del hermetismo, de las religiones que se apoyan en Jos mis- terios. Por lo general, son cristianos, al menos oficialmente; sin embargo, adop- ea ra ade onl cla jana, de otro. ‘La Bscucla de Padua prolongé el ayerroiemo medieval, Trabajando sobre textos depurados de alteraciones ¢ interpolaciones de los copistas, interprets a Aristételes como los drabes, sobre todo, Averrocs, y no como Santo Tomés, Su principal filéeofo fue Pomponazzi (1462-1526), quien comenzé sus ensefianzas en 1496 y publics en 1516 su Tratado det alma y en 1520 su Tratado del des- tino| Para Averroes, habia una sola alma pensante, comin a todos los hombres, de si inmortal, pero que no conferia Ia inmortalidad personal a cada individuo, Para Alejandro de Afrodisias, cada individuo porefa un alma distinta y sopa- rada, aunque necesariamente mortal por ser un mero reflejo de las potencias corporales. Segin Pomponazzi, el problema es insoluble. El filésofo paduano explica el mundo por un encadenamiento necesario de eausas y efectos. Todo jometido a un rigoroso determinismo. En eonseeueneia, niega Ia libertad, condicién de la responsabilidad humana y de las sanciones de Ja vida futuras y Ia Providencia, Ia accién constante de Dios en el mundo, Pomponarzi in- troduce la nocién de la moral sin obligacién ni sancién: son irracionales las ideas de recompensa y de castigo; In virtud tiene por si misma su propia re- compensa, Separa completamente Ia fe y la razén: el Pomponazzi filésofo no cree en Ia inmortalidad del alma, y el Pomponazai cristiano, siyyEm realix 6 LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACION EUROPEA dad, a oree, sobre todo, en un Dios inmanente, confundido con el mundo, gran ser viviente, con el cual todas las partes y/todas las criaturas estin en una misteriosa comunidn. Su éxito fue inmenso.“En 1513, Leén X conden6 las pro- posiciones: “EL alma razonable es mortal, Sélo hay un alma para toda Ta hu: Inanidad:/ Esta opinién es yerdadera, al menos filoséficamente.” Pero el ra- cionalisnlo paduano se propagé por tada Europa,\De él salieron Montaigne, Jos libertinos del siglo xvi, los filétofos del xvitt y el Iaicismo moderno. La mayor parte de los humanistas se vincularon al humanismo eristiano, tan antiguo como el eristianismo. Los Padres de la Iglesia integraron el huma- nismo de Ia Antigiedad en el seno del cristianismo.\En el transcurso de la Edad Media, San Bernardo y Santo Tomds fueron verdaderos humanistas, Pero enamorados de los clisicos y viviendo en Ia intimidad de Ovidio, Suetonio, Tacito y Tito Livio, y de los poetas, y convencidos de la excelencia del hom- hire, imagen de Dios, los humanistas de Ia Edad Media colocaron el huma- niismo al servicio del cristianismo, y tuvieron por ideal Ja humildad, la vida rotirada, la pobreza, 1a compasién, Ja ternura, ¥ se consideraron en este mundo ‘como en elexilio, gFue éste el ideal de Ios humani anos? Parece eve dente que entre ellos fue el humanismo, euya esencia consiste en la compren- sidn y absoreién de todas las formas de Ia vida, quien integr6 ciertas formas de cristianismo, en Ia medida en que Ia teologia admitia lo esencial del racions- Jismo elésico y donde la espiritualidad cristiana se acomodaba.a Ia aspiracién eterna del hombre hacia lo absolute, Parece que ellos pusicron el cristianismo fl servicio del humanismo, El monje San Bernardo fue, ademés, humanista; en cambio, el humanista Erasmo colg6 los hi Los humanistas afirmaron la unidad de la cultura humana, In armonia profunda entre Ta revelacién cristiana y Ja tradicién antigua, Se hicieron de la Antigiiedad una leyenda postica. En los origenes de la humanidad, antes de Moiséa y Abraham y en tiempo del primer faradn, vivié Mereurio Trismegisto, a quien situamos hoy en los siglos 1 0 mt de nuestra era. Trismegisto fue el primer tedlogo, seguido de Orfeo, Pitigoras y el “divino” Platén. La eueesién del género humano liga a Dios con los hombres, La Antigiedad contiene las yerdadee de la revelacién primitiva y anuncia los tiempos cristianos. Marsilio Ficino (fallecido en 1499) y Ia Academia platonica de Florencia remicitaron a Platén. Los teres y objetos que nos rodean no son mis que la re- produceién imperfecta de modelos invisibles, las esencias o ideas, de|una belleza perfecta, que estin en Dios, suprema perfeccién y suprema bellezal La belleza de Dios es conferida a los seres al irradiar a través de éstos. Nuestras alm: poseyeron, en otros tiempos, la visidn directa de la belleza de las ideas y de Ta belleza divina, Ahora, son prisioneras del cuerpo. Pero, en contacto con ‘1 mundo sensible y con las cosas bellas. yuelven a encontrar las ideas y la tos. EL RENAGIMIENTO Mt nies enriquecidos, a Ia vez, por el negocio, la industria y Ia banca al calor Meoberanos de tendencias absolutistas, capaces de imponer una sociedad en sna expansién econdmica, de absorber el dinero por las contribuciones y Tempréstitos, y de mantener a los cortesanos; y alrededor de los grandes natarios civiles y eclesidsticos de dichos soberanos, EI Renacimiento fue ito de Tas cortes, las academias, jos condculos y los salones. Italia dio el trono a Europa. El Renacimiento se difundi6, primero, en las es cuidades comerciales: en Florencia, de donde partié el movimiento el siglo x1v, junto a los Médieis y otras numerosas familias de banqueros readeres, sus émulos, quienes fundaron academias y reuniones particula- jen Venecia, ciudad de aristécratas dedicados al negocio. Inmediatamente, Renacimiento triunf6 en la corte pontifieia, donde los papas fueron verda- mecenas, como Loin X (1513-1521), quien, a juicio de ciertos autores, el Renacimiento—“el siglo de Leon X”—; y en las mansiones du- Jos Sforza en Milan, los Este en Ferrara, los Gonzaga on Mantua, cuya se conyierte en escuela de gentilhombres, los Montefeltro en Urbino, Por nes politicas, cuestin de prestigio, necesidad de ganar partidarios, deseo vvigilar adversarios eventuales y rcheldes, los principes se esforzaron para oporcionar todos los atractivos a Ia vida cortesana, ‘En las cortes italianas se claboré el ideal de la vida en sociedad, ‘que encuentra su expresién en El cortésano, del conde Baltasar iglione, escrito de 1514 a 1518, publieado en 1528 y traducido en seguida todos los idiomas europeos. Castiglione deseribe Ia corte de Urbino, el mag- fifico palacio con sus habitaciones espléndidamente decoradas con vasos de plata, tapicerias de oro y seda, estatuas y arafias antiguas en méxmol y bronce, jinturas de Picro della Francesca y de Giovanni Santi, el padre de Rafael; libros latinos, griegos y hebreos procedentes de toda Europa y encuadernados, Por respeto a su contenido, con ornamentos de oro y plata. Esta corte es ga Tante; su objetivo es el placer. Se pasa el tiempo en fiestas, danzas, justas, tor- ueos y conversaciones, Después de In cena y de las danzas, ee juega a toda clase de acertijoss Iuego prosigue la yelada con entretenimientos intimos, a la vez "graves y placenteros, cada eaballero al lado de una dama. Y Castiglione des- tribe las earacteristicas del caballero y de la dama perfectos: Bl exballero Quiero que nuestro cortesano esté mis que medionamente insteuido en on pare Hieular, en las que se denominan bellas lets; que sepa no sélo Ja lengua Jatina sino tam: bin la griega, por multitud y variedad de eseritos divinos que hay en esta ltima....que esté Yersado en Tos poctss y paralelamente en Tes orndores © historiadores, y, adem, diestro en fecribie en prota y voreo, principalmente en muestra lengua valgar, pues ademis de Ta sate 2-1.G.0.—1V LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACION EUROPEA EL RENACIMIENTO 9 No estaré satisfecho de nuesteo eabsllero st no os miisico y si, ademis de Ta capacidad y era paritara en el lib, no sabe tocar diverse instrumentos, Pass ademés de NY del sosiego que In tistea proporciona a cada uno, sirve a menudo para t las damas, euyos corarones tiemnos y delicados son ficilmente penetrados por Ia (9 de_gran importancia ton lon eaballos difieles y de eorrer lanzas ¥ justa, que sea en esto wno de Ie Jos italianos, Para los torneos, loa pasos de armas, las carreras con obstéculos, que él Jos bucnos entre los mejores franceses... Para jugar a los bastones, correr toros, Lanzar Y laneas, que sea excelente entre Ine espasoles. Conviene todavia que sepa saltar y corte Ouro ejerciclo noble es el juego de pelota y no extimo en demérite saber hacer el caracoleo + caballo. El caballero debe contenerse y ser duefio de si mismo. Su semblante tiene que ser tranquilo, sosegado como el de un espafiol. Debe evitar las groserias, 1as Palabras crudas, Jos conceptos quo puedan enrojecer a las dam: cortés y Heno de condescendencia y urbanidad para todos, Quo cepa d ses agradables y contar historias alegres, pero con decencia. La mejor regla de conducta que se Ie puede dar es que sepa gobernar sus acciones en vista de complacer a Ia dama perfecta. Como no hay corte en el mund por grande que #24, que pueda tener ornanien- edema {ptaplendor 9 alegia sin ns mujeres, y como no hay caballero que pued® tener gracia, placer 0 atrevimiento, nk hacer obra brillante de caballero sin Ie fesuentaién, mor y el favor delae damian nso nett del eabllero sxin muy fmpefoto «i lat danas ‘pac dare un paste de esta raca, por la cual ells adorman y convirten en Digo que jive en le corte debe, ante todo, poseor una eiertaafabilidad amable, ‘por Ia cual sepa entretener a toda clase de personas con conversuciones agradables, honestas “I tiempo, lugar 3 calidad de la persona con quien habla. Debe tener un porte I> y modesto, una honestidad que penta slempre mesura en wis aeciones, aunque com tuna cleita vivacidad do Ia eual se mucstre alejada de toda pesadez; y, con todo, abo reunis una eierta dosis de bondad que Is haga estimar no menos prudente, pidica y dulce ‘que amable, juiciosa y fina... La dama debe conocer Jas letras, Ia misica, Ia pintura, danzar bien y con: versar agradablemente. Es preciso no scr extraiio a ninguna de las artes agradables, 0 cer a los demée; pero no es conveniente poser aquéllas con virtuosismo y como un especialista, Es necesario, ademés, disimular el estudio y el esfuerzo ‘que cuesta dominarlas, La profesion del caballero es el ejercicio de las armas, Esta coneepeidn se impuso en Europa, Sin que fuera des- conocida antes de las guerras de Italia, se propagé desde ‘el momento en que esta peninsula se convirtié en campo stalla europeo, por os caballeros que alli combatieron y por los embajar fen cuyo séquito se encontraban, como secretarios, humanistas, poctas, y médicos, En Espafia, los Reyes Catdlicos, Fernando ¢ Isabel, estu- el latin, Juana la Loca improvisé discursos en esta lengua ante los em- \dores de los Paises Bajos. La sabiduria de Catalina de Aragén, espora de rique VIII de Inglaterra, fue apreciada por el gran humanista curopeo Joos franceses, que penetraron en Italia en 1494 con Carlos VIII, en 1498 sais XII y en 1515 con Francisco I, fueron seducidos por la vida cortesa- y conquistados por esta maravilla: la mujer italiana, En Milan, Franciseo I stuvo animados coloquios con Baltasar Castiglione y le exhorts a terminar obra. Los franecses reclutaron jardineros italianos para imitar aquellos jer ‘que les parceian un paraieo terrestres y arquitectos, escultores, perfumistas, y humanistas. Franciseo I pidié a Isabel de Este una mufieca de cera tida a la moda de Mantua para inspirar a las damas de la corte de Francia. ‘quizo hacer de su corte una émula de las italianas, mientras se convertia en niro de las Ictras francesas. En ninguna parte era la conversacién tan sabia que presidian el rey y la reina, Su hijo Enrique Hl, menos re \do, aunque deseaba parecerlo, les imité, La familia real, los cortesanos y funcionarios siguicron el ejemplo y se convirtieron en mundanos mecen: hhermana de Francisco I, Margarita de Navarra, su nuera, Catalina de Mé- su amante, Diana de Poitiers, su condestable, Montmorency, el cardenal de Bellay, el cardenal de Tournon, hicieron construir palacios lenos de bras de arte y protegieron a los sabios. En las provincias, los gentilhombres e regresaban de Italia, los obispos, los funcionarios reales y los burgueses rriquocidos, favorecieron Ia instalacién de imprentas, que editaron las obras eas y Ta nueva literatura italiana, y aglutinaron pequefios circulos de ami- de las letras, En todas partes aparecieron cenéculos y salones: en Toulouse, 1530 y 1540, alrededor del obispo de Ricux, Juan de Pins, antiguo emb: en Montpellier, ccrea del prelado Guillermo Pellicier, quien ia desempefiado funciones diplomatieas en la Republica del Adri co; en Lyon, enerucijada europea, freeuentada por mereadercs florentinos y _genoveses, en Ias casas de los aficionados y en las libreriae, alrededor de Mau- ‘rice Seéve, con mujeres como Louise Labé y Fernette du Guillet. El més far ‘moso saldn parisién durante la época de Francisco I y de Enrique II fue el de Ia fina y reductora Antonieta de Luynes, poetisa en. griego y latin y esposa del gentilhombre Juan de Morel, quien habia estudiado en Italia, Con la ayuda 20 LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACION EUROPEA de doncellas que levaban nombres remanos— Camila, Lucrecia, Diana —for- madas en el culto de las bellas letras, ella dirigid pasatiempos, diseusiones, de- lamaciones posticas y audiciones musicales, Antonieta de Luynes sostuvo a Roneard y a sus amigos. Los letrados y sabios extranjeros sentian avides por participar en tales reuniones. En Inglaterra, Enrique VIII (1509-1547) fue un buen latinista, tedlogo, musica y compositor. Sus hijos, los fnturos soberanos de Inglaterra, Eduardo, Maria ¢ Isabel, dominaban, ademas de ou lengua vernicula, latin y francés, los dos primeros, y griego e italiano, Ia altima. Las fiestas, en particular mitol6- iicas, torneos, mascaradas, desfiles, entradas en cindades, ete, estaban a Te Srden del dia, El rey instituyé cétedras en Cambridge para la enseiiansa del ticgo y del hebreo, Los cortesanos imitaron al monarea y lot burgueses a Tos fortesanos. El eanciller Wolsey, arzobispo de York y cardenal (15141515), vi ia, como los prelados italianos, en un palacio euajado de vasos de oro y plata, statuas y tapices, En cierta ocasién el rey le sorprendié en la mesa eon doce comensales disfrazados de pastores, con ropaje de oro y satém carmesi, y pre- cedido por portadores de antorchas; Jas danzas duraron todo el dia. El otro Canciller de Enrique VIII, el abogado Tomis Moro, enamorado del gricgo, Jatin, francés y de la miisica, versificador en inglés y amigo de Jos humanistas Erasmo y Budé, acogia en su Jas personas devotas de los clisieos, juris- tas, hombres de Fstado © incluso al mismo rey. Alli se reunian en une especie de Academia, en 1a que se estudiaba la Antologia griega—que se tradujo en ‘yersos latinos —o se discutia de filosofia y de religi ‘En Alemania, el mismo ejemplo fue dado por el emperador Maximiliano y teguido por los grandes banqueros del Sur del pais, como los Fugger, y por Prineipes, como Alberto de Brandeburgo, arzobispo de Maguncia, quien "6 convertirse en él Médicis de los germanos. ‘Sin embargo, en los paises del Norte, menos artistas, el ideal italiano se deforma, El lujo degenera en Inglaterra en una recargada suntuosidad de ju bones de satén, de mantos de eebellina, de zapatos de terciopelo con brocados de oro y plats, y de cintas y encajes. Los talles adquieren rigides con tants pedrerfa, y los hombres aparecen mas adormados que las mujeres. Los grandes Tofores no se deamayan con la lectura do Virgilio y Ins damas bien engelana- das hablan como el vulgo; los hombres se comportan como marineros que Tx corren, y las mujeres poseen las maneras de las mujerzuelas, En Alemania, Je suciedad fue elevada a In altura de una institucién, Maximiliano Sforza, edutado alli, escandalizaba a los italianos porque ya habia perdido la cos tumbre de mudarse Ja ropa interior. El afan de saber que impera en Jas cortes se hace extensivo a todas las cla- 4 ees sociales, Un Tomis Platter, eampesino de Valais, eriado eft Alsacia y cor EL RENACIMIENTO sro en Basilea, devorado por una fiebre de curiosidad, lucha en silencio con etos Jo que él sabe mejor que todos: Ta lengua hebrea. El Renacimiento es un ‘que arrcbata a toda la sociedad, EI Renacimiento aparece vinculado a la existencia de un tipo humano informado por una pujante vida fisica, euyos sen- ‘tidos eatin en plena tensién. Ello se manifiesta mucho més Jos soldados y artistas que entre los magistrados y comerciantes, y mucho , repentinos, radicales, movibles, contradictorios y desconcertantes. Ex ordinariamente prontos en irritarse, injuriarse y desenvainar Ja eapada, un después se abrazan, adulan y elogian, para agrediree de nuevo, De- de un ideal que traicionan a su vez, heroicos con extrafias debilidades, ildes con repentinas explosiones de soberbia, oran como nifios y mueren Ja sonrisa en los labios. El papa Alejandro VI (1492-1503) se entera del 1 se turba, golpea su pecho y confiesa sus crimencs ante los grdenales. César Borgia ssesina al favorito del papa junto al manto de éte y ngre del infeliz salpica el rostro del pontifice. El'cardenal Hipélito de Este, fjo de Hércules I, duque de Ferrara, hace sacar los ojos.a sw hermano Julio una dama de Ia corte los habia encontrado hermoso i italiana? Sin embargo, en el otro extremo de Europa, en Ia himeda In- erra, los cortesanos de Enrique VIII el Sanguinario, educados en Oxford y ores de sonetos segiin el modelo petrarquista, desenvainan la espada pr cualquier bagatela y la sangre corre en Palacio, La reina Isabel trata a etazos a sus doncellas de honor y escupe en el traje de un cortesano. Re ende a su favorito Essex y éste Ie vuelve Ja espalda, la reina Io abofetea y jalin pone la mano en su espada, Los asesinatos son simples “hagatelas ‘combates de os0s y toros, y las ejecuciones donde el condenado es decap' do, un “alogre pasatiempo “ana bendicién de Dios”. Ello se explica porque estos hombres poreen una vida intensa, miisculos , stencia es dura: casas inhdspitas y friae, asientos inedmodos, jes a pie y a caballo; y todo en contrastes: el dia y la noche, con insufi- iluminacién; el verano y el invierno, cuyos rigores atenian mal Jas ho- jeras en grandes chimeneas, cuando el viento pasa a través de las rendij , y Ia tinta se hiela en Ios tinteros. La vi peligros, puce en todos Joe paices Ia fuerza publica es rara;,los eaminos, chos y tortuososs y Ios bosques, abundantes y espesos. Ello obliga a estar esinato de su hij matanzas y los rios de san- aparece rodeada 22 LOS PROGRESOS DE LA CIVILIZACION EUROPEA siempre dispuesto a la defensa o tomarse la justicia por propia mano, y a ser apto para las iniciativas vigorosas y resoluciones repenti ‘Pero esta vida, que desenvuclye todos los sentidos, dota especialmente a Jos hombres para las artes, Los hay visuales para quienes Jas forman colores. das, constituyen el lenguaje natural del espiritus los hay olfativos euyos escritos éxhalan perfumes; los hay auditivos cuyas poesias so Ienan del rumor. dol leaje, murmullos, gritos y cantos. Esta universalidad distingue @ los renacen- tistas del enropeo del siglo xx, que es, ante todo, un visual. Forzando las dife- encias, Lucion Febyre ha escrito que Jos franceses del Renacimicnto, oyentes, obre todo, “no tenian ojos”. Con ello se relegan al olvido multitud de textos. ‘De hecho, Jos franceses también estaban como obsesionados “por los colores ‘yivos, dibujos netos ¢ imagenes grandes y vigorosas, que se encuentran en el genio de los antiguos” (Faguet). Cunlquier conjunto de poemas ofrece una jhultitud de bellas imagenes visuales. En el hombre del Renacimionto vibran todos los sentidos y es capaz de ardiente pasién por todas las formas de Ta helleza. I. EL HUMANISMO El Renacimiento tavo la apariencia de un retorno a Ja Antigtiedad. Asi, en sentido amplio, los humanistas fueron aquellos que adoptando el ideal del Renacimiento, se apasionaron por las letras y las artes clisicas, En sentido es tricto, los humanistas fueron profesionales de las letras, genetalmente salidos de la burguesia, eclesidsticos, profesores de Universidad, médicos, funcionarios, fa veces publicistas al servicio de una empresa editorial, que expresan 1a ten- dencia de Ia sociedad y le proporcionan su utillaje intelectual. Pensionados y protegidos por los principes, actuaron a menudo como propagandistas de éstos, {Los humanistas fueron los apéatoles de la Antigiiedad y pretendieron re- vivirla, Se esforzaron por resucitar el mundo antiguo como ernditos ¢ historia- Yores, y, al mismo tiempo, por comprenderlo en si mismo, eaborear su belleza hhelénica y penetrar en sus razoncs de vivir, Pero, para ellos, Ia Antigiiedad fue también un medio. Estos hombres querian una vida distinta de la de Ja Edad Media, vida que presentian y afloraba en clos: La Antigiiedad habia te- nido rasgos de la misma, Los humanistas Tos intufan y forjaron ou ideal del aos de sus confusas tendencias, Pero fueron hombres de su tiempo, Conocie- fon mucho mejor a la Antigiedad que sus predecesores pero vieron en ésta, tobre todo, Jo que correspondia a sus deseos. Es cvidente, sin embargo, que ellos tuvieron eoneiencia del sentido de la Historia y de los earacteres peculiares del mundo antiguo como de una realidad dictinta de la del mundo moderno, fomo de una realidad perdida, cuyos rasgos querian hacer revivir, sin s EL RENACIMIENTO a1 cas divina, y se remontan por el pensaiiento hacia el Creador, en espera e que la muerte Jas libereEl amor ¢s asi noble y Teytimo, perfection hume- condiein indispensable del amor de Dios: el hombre vuelve a encontrar belleza del Creador amando a las bellas eriaturas/ El pocta y cl artista, he- os de la belleza, son los mensajeros de Dios, los portadores de orculos euya mepiracién os efecto de una influencia especial de la divinidad. Casi todos Tos as y los humanistas eristianos fueron platénicos. Los humanistas eristianos vieron en la restauracién de Ias buenas letras proparacisn providencial para la restauracidn do una vida que considera- ban como cristiana,| EL francés Lefévre d’Etaples, editor e intérprete de Aris- eles sewin el expivitu do Santo Tomés deade 1492 0 1507 y luego inicia pon el estudio de Platén, so consagré desde 1509 a editar as Escrituras,en 1512 is Epistolas de San Pablo, y en 1530 acabé publicando Ia Biblia en francés. El slandés Erasmo, monje rrant, ete un verdadero imperiointelestual por hos ya crrepondencia Gon todos Jos humanists, eyes y papas Creo trina, el erasmiomo modernist, expuesa en Tos Adagion (500), cox ntarios de proverbios latinos; los Cologuios (1516), diilogos sobre Ia vide fas; el Manual del caballero eristano (1503), las ed nto (1516), San Agustin, San Juan CrisSstomo, ete, Se ld propard el camino el eitannno, del que formulas Mes fundamen x unidad de Dis, inmoraldad del ‘sla, digaidad del hombre, Iibertad gal dum bumano entre el bien y el mal Ya. Antghedad formula wnmana fundada en In conciencia y-la vaséni/*(San Séeraten, rogad por 3tr0s!” Pero Cristo es el fin de todo el progreso humano, El objetivo es la bin dsets on Dios por mediacdn de Csisto, une identided de laa eon hu I slik interiors preciso evitar el formalinno, no content mel culto, Ios itos y los sacramentos, sino purifcar el espiritu de manchas Ne ineet assfeent eal a cates lect ae on Grit, Hato hima no son reformaores, pues acepten, en eu a randes lineas del dogma catélico y de In Iglesia, y desean Heer el. verdadero Bi de I Bibi, eae dst Ie eddies ea eee sqacian a la remivceciOn del medio hebreo Estén persuadides de. que el mre no es ivomeablmente mal sno que puede elvan al tits 0 ay al heroismo por sus propias fuerzas, pues el alma razon: ce Biialunfesyo|del! has, divina. Son. hmnanister’ erangsticos, ph ane es extor donde ol autor ahora max “on espirituy en verdad San Juan y San los euales quieren dar a conocer a todos, De hecho, sin embargo, operan B estos textos unin mutilacin mental, y a6lo aceptan lo que ests de acuerdo 8 sus tond>ncias miltiples de humanistas del Renacimiento. 105 PROGRESOS DB LA CIVILIZACION BUROPEA de intencién, pero vacilan, sin poseer todavia un sentido suficiente de 1a form: La fase del apogeo cs la del paganismo profundo, en la que el objetivo supre- ‘mo consiste en gozar de la vida. La preocupacin artistica, el valor estilistico, predominan sobre todo, Tmpera la tendencia hacia la biisqueda incesante de Tn perfeecién continua, Los elementos clisicos ve {unden con los nacionales en un todo armoni En la fase do declive del Renacimiento cosechan sus fratos los dos principios fundamentales: el individualismo y el derecho de la Iibre enouesta, on los que la renovacién del genio nacional predomina sobre el espiritu antiguo. Ttalia aloanza el apogeo entre 1500 y 1540, y latina de todas, el apogeo del Renacimiento cons ‘este modo, la literatura italiana ejerce una especie de realeza y hace sentir se cafluensia sobre Ia de los demés paises, a los que proporciona géneros poe teas, como la octava (strambotti) y el soneto, modelos draméticos, concepeién tMietice © inepiracién, Triumfa primero en Espaia y luego Ia influencia de cubes, paises mediterrincos remonta hacia el Norte, En Francia, las lenguat espaiiola ¢ italiana son tanto mejor cor ideradas cuanto se encuentran mie cerca del franeés que en nuestros dias, Las traducciones son muy numerosas. Después de un perfodo de preparacién, que corresponde a la époea de Marot y de los dos primexos libros de Rabelais, Francia alcanza el apogeo durante ¢! reinado de Enrique IL, con la escuela de 1550, Ronsard y la Pléyade, La lite: ratura inglesa florece, a su vez, por jmitacién de los italianos, conocidos sobre Todo por traducsiones francesas (la francomania reiné en Inglaterma como le Jomania en Francia), franceses y espafioles. El Renacimiento inglés conocié: fu apogeo después de 1575, durante el reinado de Isabel Tudor. En todos Jos itados, el esplendor literario coincide con el de sus fuerzas politicas y 3.—Una biblioteca en el siglo XVI. econémicas Estas Titeraturas son en Tengua vulgar. El ciceronianismo imperante hacia al latin incapaz de expresar un tropel de ideas y eentimiontos que Cicerén no habia conocido, Por otra parte, el escritor tenia que complacer a los corts nos. A ello hay que afiadir Ja influencia del sentir jiento nacional, Sin embargo, para la expresion Iiteraria hacia falta una lengua suficientemente fijada y rics En cada pais triunfé un dialecto que, ‘encontrandose en disposicién de ad- quitir In necesaria preeminencia, fue codificado y enriquesido por gramitioes Sipuenos tratadistas, quienes hicieron de él una lengua literaria, Bn Italia Tue el florentino, peve a las confusas discusiones inspiradas por el patriotisme: Jocal; en Espaiia, el castellano, codificado por ‘Nebrija (1492); en Francia, el francés, lengua de la corte, Ia cancilleria y el Parlamento, “ilustrado” por la Pléyade; en- Inglaterra, el dialecto de Londres, perfeccionado por Spencer, Shakespeare y la Biblia ingleaa; en Alemania, la lengua de Ja caneilleria del para esta nacién, Ia més raye su periodo clisico. De

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