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Caravaggismo

El caravaggismo o caravagismo es una corriente


pictórica dentro del barroco, que designa el estilo de
los artistas que se inspiraron en la obra de Caravaggio.
Estos pintores también son conocidos como
tenebristas, por su uso de la técnica del claroscuro. En
otras ocasiones, se hace referencia a su naturalismo o
realismo. Los pintores caravaggistas reproducen la
figura con gran realismo, representándola
generalmente contra un fondo monocromo e
iluminados por una luz violenta.

Se originó en Roma a principios del siglo XVII,


desarrollándose, aproximadamente, entre 1590 y 1650. Judit decapitando a Holofernes, de Caravaggio,
Los principales pintores caravaggistas fueron 1598-1599. Galería Nacional de Arte Antiguo,
Bartolomeo Manfredi, Orazio Gentileschi y Artemisia Palacio Barberini, Roma.
Gentileschi, Gerrit van Honthorst, Hendrick ter
Brugghen, Giovanni Serodine, Battistello Caracciolo y
José de Ribera. Otros pintores vinculados al maestro son Mario Minniti, Giovanni Baglione, Orazio
Borgianni, Carlo Saraceni, Domenico Fetti, Adam Elsheimer.

Índice
Historia
Italia
España
Países Bajos
Francia
Estilo
Galería
Referencias
Bibliografía

Historia

Italia

El caravaggismo surge como reacción al manierismo, estilo que se consideraba artificial, demasiado
exquisito e intelectual. Caravaggio propone tomar como modelo la realidad, las personas que encontraba en
la calle.
La instalación de las pinturas de Caravaggio sobre san Mateo en la
Capilla Contarelli tuvo un impacto inmediato entre los jóvenes
artistas que, provenientes de otras partes de Italia, se encontraban
trabajando en Roma, y el caravaggismo se convirtió
inmediatamente en la tendencia a seguir por todos los pintores
jóvenes.

Los primeros caravaggistas fueron Giovanni Baglione (aunque su


fase caravaggista duró poco) y el toscano Orazio Gentileschi. En la
siguiente generación estuvieron el veneciano Carlo Saraceni, el
mantuano Bartolomeo Manfredi y el romano Orazio Borgianni.
Gentileschi, a pesar de ser considerablemente más viejo, fue el
único de estos artistas que vivió más allá de 1620, y acabó como
pintor cortesano del rey Carlos I en Inglaterra. Su hija, Artemisia
Gentileschi estaba también muy cercana a Caravaggio, y fue la más
Judith decapitando a Holofernes, de dotada de entre los pintores que se adscribieron a este movimiento,
Artemisia Gentileschi, h. 1620, que cultivó en su vertiente más violenta. En aquella época, sin
Galería de los Uffizi, Florencia. embargo, tanto en Roma como en Italia en general, no fue
Caravaggio, sino Annibale Carracci y su mezcla de elementos del
Alto Renacimiento y el realismo lombardo, quien al final acabó
triunfando en el pleno barroco.

El veneciano Domenico Fetti se enmarca en esta corriente, si bien su realismo es más bien pintoresco y
sensual, con colores luminosos.

También los artistas extranjeros que vivieron y trabajaron en Roma durante aquellos años cultivaron el
estilo. Directamente relacionado con este movimiento naturalista está el destacado pintor alemán Adam
Elsheimer, si bien a diferencia de los otros caravaggistas, Elsheimer se dedicó al paisaje y a los efectos
atmosféricos en él. En Roma también se formaron los franceses Valentin de Boulogne y al Simon Vouet de
su primera época. Finalmente, los holandeses Gerard van Honthorst y Hendrick ter Brugghen.

La breve estancia de Caravaggio en Nápoles produjo una notable escuela de caravaggistas napolitanos,
incluyendo entre ellos a Battistello Caracciolo y Carlo Sellitto. Nápoles en aquella época rivalizaba con
Roma en cuanto a foco de atracción de artistas, en torno a la corte de los virreyes españoles. Allí pasó la
etapa final de su vida Artemisia Gentileschi. Otros caravaggistas napolitanos fueron Andrea Vaccaro,
Bernardo Cavallino y Massimo Stanzione. Se considera que el movimiento caravaggista acabó allí con la
terrible plaga del año 1656. No obstante, la tendencia se mantuvo en pintores posteriores como Mattia Preti,
Salvator Rosa o Luca Giordano. Al modo particular en que se entendió el caravaggismo en Nápoles se le
llama tenebrismo, e influyó particularmente en España.

España

Las estrechas relaciones en la época entre España e Italia motivaron que España fuera el primer país que
siguió esta corriente pictórica después de aquel donde se inició. En torno al año 1600 trabajó en la
península ibérica Orazio Borgianni.

En Nápoles, territorio entonces español, trabajó José de Ribera como pintor de los virreyes. Está
considerado el pintor tenebrista por excelencia, llegando en ocasiones a una gran dureza.

Autores que fueron ya tenebristas en sus composiciones fueron Bartolomé González, Juan van der Hamen,
Juan Bautista Maíno y Luis Tristán. El murciano Pedro Orrente incorporó la iluminación y las formas
caravaggistas, como puede verse en su San Sebastián de la catedral de Valencia.
El caravaggismo fue el estilo dominante en la pintura española
hasta aproximadamente 1635, debiendo mencionarse la obra
de Francisco Ribalta, su hijo Juan y Juan Sánchez Cotán, con
sus bodegones de iluminación muy contrastada. Es posible que
Ribalta padre conociera la obra de Caravaggio en un viaje a
Italia en torno a 1616; lo cierto es que las obras de su última
etapa son plenamente tenebristas, con marcados contrastes de
luz y sombra y utilización de modelos del natural, nada
idealizados. Su hijo Juan trabajó en la misma línea.

Jerónimo Jacinto Espinosa siguió cultivando el naturalismo


tenebrista cuando ya en España triunfaba el barroco pleno.

Puede verse la influencia del estilo en las obras de Velázquez o


Zurbarán de aquella época.1 2​ ​ Velázquez presumiblemente
vio la obra de Caravaggio en sus varios viajes a Italia.

San Andrés Apóstol, de José de Ribera,


Países Bajos h. 1630, Óleo sobre tela, 123 × 95 cm,
Museo del Prado, Madrid.
Un grupo de artistas católicos de Utrecht, los "caravaggistas de
Utrecht",3 ​ viajaron a Roma como estudiantes en los primeros
años del siglo XVII y quedaron profundamente influidos por
la obra de Caravaggio, tal como lo describe Bellori. Son
precisamente estos pintores del norte quienes acogieron con
mayor interés algunas novedades de esta tendencia, como el
realismo y la representación de escenas callejeras o de taberna,
tendencia que cultivaron en particular los llamados
bambochantes.

A su regreso a las tierras del Norte, difundieron esta tendencia


en cuadros de gran formato, experimentando un florecimiento
breve en el tiempo pero de gran influencia durante los años
1620 con pintores como Hendrick ter Brugghen, Gerrit van
Honthorst (llamado Gerardo de la Noche), Dirck van
Baburen, Crijn Hendricksz Volmarijn,4 ​ y Andries Both. Los
tres primeros son considerados los creadores de la escuela de
Utrecht. A diferencia de los caravaggistas italianos, en los que
la luz tenía un origen incierto, los pintores de la escuela de
Muchacho con pífano, Hendrick Jansz
Utrecht presentaban un foco de luz artificial perfectamente Terbrugghen, 1623, óleo sobre lienzo, 67,6
identificado y concretado en la pintura, generalmente una vela. × 55 cm, Museo István-Dobó, Eger.

Estos pintores fueron posteriormente imitados, con la


realización de cuadros a escala más pequeña, originando la
pintura de género doméstico, típicamente holandesa. En la siguiente generación los efectos de Caravaggio,
aunque atenuados, se dejan sentir en la obra de Rubens (quien compró una de sus pinturas para los
Gonzaga de Mantua, pintó una copia de El entierro de Cristo y tiene obras de juventud de estilo
caravaggista), Vermeer y Rembrandt.

Francia
En Roma trabajaron los franceses Valentin de Boulogne y
Simon Vouet. Como ellos, muchos otros artistas acudían a la
ciudad eterna a estudiar, conociendo así de primera mano el
naturalismo que allí se practicaba. A su regreso a Francia,
estos artistas tuvieron éxito, sobre todo en provincias y entre la
clientela eclesiástica y burguesa. El más famoso de los
caravaggistas franceses fue Georges de La Tour, que trabajó
en el Ducado de Lorena, por entonces independiente de
Francia; fue introductor del estilo Jean Le Clerc.

La nómina de los tenebristas franceses se incrementa con los Cristo enseña a Nicodemo (Christus
nombres de Lubin Baugin, el flamenco Ludovicus Finsonius o onderwijst Nicodemus), óleo sobre lienzo
Finson (en Provenza), Guy François (en Puy), Jacques Linard, de Crijn Hendricksz Volmarijn. La obra,
Louise Moillon, Sébastien Stoskopff, Richard Tassel (en inspirada en el Evangelio de Juan en el
Borgoña), Nicolas Tournier (en Toulouse) y Claude Vignon. que Nicodemo busca a Jesús «en la
noche» (Juan 3:1-2 (https://www.biblegate
Con esta tendencia pictórica tuvieron relación los hermanos Le way.com/passage/?search=Juan+3%3A1-
Nain (Antonio, Luis y Mateo), siguiendo la línea más bien de 2&version=DHH)), identifica los focos de
los llamados bambochantes. luz en las velas ubicadas sobre la mesa.

Estilo
Los caravaggistas pintaron cuadros de gran tamaño, al óleo,
sobre lienzo.

Trataron preferentemente temas religiosos, en particular los


más violentos y dramáticos, como la historia de Judith y
Holofernes, o los martirios de santos. No obstante, adoptaron
una iconografía realista, tomando del natural los modelos de
sus santos y vírgenes. Se añadían pocos elementos en la
composición, aparte del personaje central, pero estos
elementos (como vasijas o cestos) eran de un gran realismo.

Esta tendencia caló entre el público, que de esta manera se


veía mejor representada en las obras, lo que incitaba a la
piedad; por ello se convirtió en el primer estilo pictórico de la
Contrarreforma. El riesgo, sin embargo, estaba en caer en la Magdalena penitente, llamada Magdalena
vulgaridad excesiva, haciendo que se perdiera en parte el Fabius, Georges de La Tour, 1628-1645,
respeto a esas imágenes santas, lo que hizo que, por ejemplo, Óleo sobre tela, 113 × 93 cm, col. Fabius,
algunas de las obras de Caravaggio fueran rechazadas por sus París.
clientes.

Además de esto, fueron frecuentes los cuadros de género, representando escenas de la vida cotidiana, como
las tabernas o las partidas de cartas. Esta tendencia derivó hacia unas obras en las que prevalecía lo
pintoresco, llamadas bambochadas, siendo conocidos los pintores que las hacían con el término de
bambochantes, palabra derivada del italiano Bamboccio ("monigote"), apodo del holandés Pieter van
Laer.5 ​ Estos pintores representaban escenas callejeras protagonizadas por personajes populares como
gitanos o mendigos. Aunque usaban la técnica tenebrista, lo cierto es que hay una cierta preocupación por
el paisaje, ausente en la mayor parte de las obras de esta tendencia.

Con menor frecuencia, se cultivaron temas mitológicos y bodegones.


Las composiciones son sencillas: las figuras, representadas de tamaño natural, de medio cuerpo o cuerpo
entero, sobre un fondo oscuro. El rasgo más característico de esta escuela es el uso del claroscuro: no
trabajaban el fondo, que quedaba en penumbra, y concentraban toda su atención, con una luz muy intensa,
en las figuras que ocupan el primer plano. Este contraste dramático fue cultivado sobre todo por napolitanos
y españoles, a los que con mayor frecuencia se denomina tenebristas.

En los cuadros italianos y españoles, la luz es de origen indeterminado; en cambio, en pintores como
Georges de La Tour o la escuela de Utrecht, proviene de una fuente concreta que aparece en el cuadro.
Esta introducción en el cuadro de una fuente de iluminación visible se le llama luminismo.

Los colores predominantes son los rojos, ocres y negros. Se aplicaba directamente, sin boceto preparatorio
ni dibujo previo, lo que en italiano se llama alla prima.

Galería


La vocación de San La conversión de El tocador de laúd, San Jerónimo y el


Mateo, Caravaggio, San Pablo, Hendrick Jansz Ángel del Juicio,
h. 1599-1600, Caravaggio, 1601, Terbrugghen, 1624, José de Ribera,
iglesia de San Luis capilla Cerasi, National Gallery de 1626, Museo de
de los Franceses iglesia de Santa Londres. Capodimonte,
(Roma), Roma. María del Popolo, Nápoles
Roma.

Referencias
1. Angulo, Diego (2007). Estudios completos sobre Velázquez. Centro de Estudios Europa
Hispánica. ISBN 978-84-934643-9-4.
2. Sánchez Quevedo, Isabel (2000). Zurbarán. Akal. ISBN 84-460-0930-7.
3. Antonio Martínez Ripoll. «Los caravaggistas de Utrecht» (https://web.archive.org/web/20140
503030501/http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/4736.htm). Archivado desde el
original (http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/4736.htm) el 3 de mayo de 2014.
4. Rijksbureau voor Kunsthistorische Documentatie (Instituto Neerlandés de Historia del Arte)
(ed.). «Volmarijn, Crijn Hendricksz» (http://www.rkd.nl/rkddb/dispatcher.aspx?action=search
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e=ChoiceArtists&search=priref=81710) y la última (https://web.archive.org/web/2/http://www.rkd.nl/rkdd
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5. R.G.E. Museo del Prado. «Laer, Pieter Boddingh van. Il Bamboccio» (http://www.museodelpr
ado.es/enciclopedia/enciclopedia-on-line/voz/laer-pieter-boddingh-van-il-bamboccio/).
Caravaggio y caravaggismo en el Museo Thyssen-Bornemisza (https://web.archive.org/web/
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Proceso creativo y técnica pictórica en el ámbito caravaggista (https://web.archive.org/web/2
0120626212431/http://www.educathyssen.org/fileadmin/plantilla/recursos/Secuencias/A%2
0fondo/proceso-caravaggismo.pdf), Museo Thyssen-Bornemisza, Luis Nieto Fernández
(2009).
Los partidarios de Caravaggio (http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/4634.htm) (enlace
roto disponible en Internet Archive; véase el historial (https://web.archive.org/web/*/http://www.artehisto
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oria.jcyl.es/v2/contextos/4634.htm) y la última (https://web.archive.org/web/2/http://www.artehistoria.jcy
l.es/v2/contextos/4634.htm))., Antonio Martínez Ripoll.
La difusión del lenguaje Caravaggisco (http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/4635.ht
m) (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial (https://web.archive.org/web/*/http://w
ww.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/4635.htm), la primera versión (https://web.archive.org/web/1/http://
www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/4635.htm) y la última (https://web.archive.org/web/2/http://www.ar
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Pacciarotti, Giuseppe, La pintura Barroca en Italia, Istmo, Madrid, 2000. ISBN 84-7090-376-
4.

Bibliografía
Carrassat, P.F.R. y Marcadé, I., Movimientos de la pintura, Spes Editorial, S.L., 2004. ISBN
84-8332-596-9.
Maneyre-Dagen, N., Leer la pintura, Spes Editorial, S.L., 2005. ISBN 84-8332-598-5.
Pérez Sánchez, A.E., en Historia del Arte, Anaya, Madrid, 1986. ISBN 84-207-1408-9.

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Esta página se editó por última vez el 17 ene 2022 a las 15:50.

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