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Saludo espiritual.
Que la paz de Nuestro Padre Celestial sea con mis amados hermanos. Con sumisión y
obediencia, primeramente, a las Altas Órdenes de Nuestro Padre y después para servir a mi
hermana humanidad. Da de su saludo espiritual, este humilde siervo, su hermano Juan Tirado.
El pueblo responde:
—Bienvenido seas bendito hermano.
Heme aquí en lucha constante, exhortando a mi hermana humanidad a que se fraternice uno
con el otro, para que se acaben del Planeta Tierra las guerras, las codicias y las múltiples
enfermedades, que tienes humanidad bendita y que no te has desprendido de ello. Por eso, en
este bendito día te digo infinitamente agradezco a Mi Padre y a vosotros, que habéis pedido y
que sigues pidiendo la salud, pero la salud debe de ser no por medio del dolor, sino por medio
de la buena Voluntad. Voluntad, que en corta porción los unos llevas y los otros, escasos en
grande manera vas. Pero este humilde siervo te dice:
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Busca más la servicialidad, día con día no solamente en un alba, porque Mi Padre no está por
instantes con vosotros. Mi Padre está eternamente, perseverante en tu Mente, en tu corazón,
para que vuelvas nuevamente a buscar, como el ave pérdida, vuelvas a buscar el nido y
fructifiques en el Nombre de Mi Padre con tu buena Voluntad y tu entendimiento entregado al
bien de los demás.
De tus cosas materiales que buscas, tienes horas para trabajar en ello, para el pan que te
llevas a tus labios, ¿pero cuántas horas y cuántos días trabajas, para que tu Espíritu se haga
mayor en Luz? Piénsalo, analízate a ti mismo. Deja y tira tus egoísmos, tu orgullo, que quieres
a cada momento resplandecer como un diamante, como un zafiro, cuando todavía mucho
piensas para derramar esa servicialidad. En este instante te digo, ¿por qué esas voces tan
desnutridas? ¿Por qué esas voces tan bajas? Cuando te disgustas como cuerpo humano, no
utilizas ese tono. Entonces, sobresale la voz, ¿por qué tan poco le brindas a Mi Padre, que es
para tu propio bien en las cosas espirituales? ¿A quién le temes? ¿Qué es lo que te estorba
hermanos y hermanas mías?
Con un vaso de agua, cuando sean las doce del día, bendigas a los cuatro puntos
cardinales y bendigas tu hogar y también a tu cuerpo; para que no se llene
de lacras, para que no se vuelva sombra.
¡Y así mantendrás la paz!
¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!
Da las gracias y por la noche des-energetiza tu hogar de todo lo que se introduce día con día,
bendiciendo a los cuatro puntos cardinales, bendiciendo a tu propio cuerpo, porque tú
representas también a los cuatro puntos cardinales. Tu cabeza es lo que tú dices el norte; tus
plantas de tus pies es el sur; tu bendita mano en donde recibes es el oriente; y en el bendito
poniente, para lo que tú pones y das en bien de tu hermana humanidad.
Que se escuche tu voz, cuando ese Ser Espiritual viene, quienes ya destrabaron sus
maxilares para poder dar el saludo espiritual; es la pereza que no ha querido captar el nombre
que recientemente y en el cuerpo pasado o en muchos cuerpos estuvo ese Espíritu, que hoy
viene como un Protector de vosotros, como un Protector individual.
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— ¿Por qué te digo así?
— Porque en verdad, muchos de los Seres Espirituales que venimos como Protectores,
solamente somos de la primera partícula vecina a tu mundo terrenal, del Primer Plano.
Los más avanzados del Segundo Plano.
— ¿Y cuántos de los humanos se adjudican así mismos Protectores de Seres, que llevaron
una historia y la juzgan decorosa?
— Cuando la humildad está enfrente de vosotros, ni siquiera piensas de qué o en qué vivió,
el Ser que viene a tu entendimiento, entonces búscalo en tu Mente y allí está el
nombramiento. Debes buscarlo como buscar en verdad una perla, como buscar una
cascada de agua bendita.
Se debe hacer acción, porque esa es la verdadera oración. Primeramente, dar gracias a
Mi Padre y enseguida, suplicar a Mi Padre Celestial por el bien de tu hermana
humanidad que es la mía, pero se debe de hacer de corazón,
no sólo con los labios. Porque la más grande de las oraciones,
ni siquiera se menciona en palabra, se habla quedo.
Y es la mejor oración que puedes enviar a Mi Padre
para la humanidad entera.
Por ello estás aquí, bajo este techo. Llámale como quieras, menos casa de oración, porque
no lo has hecho nunca. Has pensado, pero no lo has sentido. Y no olvidéis que primero está el
sentir y después el saber.
Dime hermandad bendita, ¿ya limaste asperezas contra vosotros mismos? ¿Has limado
asperezas con tus consanguíneos? Yo te pregunto. ¿Qué has hecho de cada uno de ellos?
¿Cuántas veces vienes aquí y en el momento que estás aquí, dices que estás en fraternidad?
¿A dónde está tu fraternidad, cuando Yo he dejado dicho? Ni siquiera te has identificado como
humanos que sois en cuerpo. ¿A dónde está tu ofrenda que le haces a la humanidad bendita?
Sí entre vosotros hay roce, sí entre vosotros hay discordia. Es verdad pensamiento que me
dices: no podemos pensar igual. No te pido que pienses idénticamente igual, sin un ápice, una
pisca siquiera de esa Luz que llevas internamente.
Lucha porque trabajes mucho más en el que no te cae bien. ¿Qué haces por ganarte esa
fraternidad? Ni siquiera te das unos a los otros, el nombre material que lleva tu cuerpo, tu carne
humana. ¿Cómo es posible, que hasta este tiempo en que este techo pequeño, ha servido de
refugio a mucha humanidad, a dónde está la fraternidad? Pones un horario para trabajar, pues
sé puntual con lo que dices, ¿por qué cuál es el ejemplo que brindas?
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El hombre o la mujer que se viste de galas y presume ante la humanidad, ¿a dónde está la
esencia? Yo te vengo a suplicar que entregues la esencia. El barro algún día ahí se queda: es
tu cuerpo. Porque muchos de vosotros me puedes decir:
Heme aquí que vuelvo para decir una vez con respecto al bálsamo de Mi Padre, el que vas a
utilizar, utilízalo con cautela en tus hogares. ¡Ah, humanidad bendita, desconoces la grandeza
del bálsamo bendito de ungir! Y yo te digo:
¡Ora y vela, eres heraldo de MI Padre! ¡Eres heraldo de este mundo, pues divulga el bien!
¿Cuántas horas ocupas en tu vida con tus aparatos materiales? Únicamente para el diálogo
muchas veces, en el desencarnar, en el equivocar o el enviar pensamientos que no tienen
valores para ti como Espíritu. Aprovecha el tiempo, el tiempo cada día lo sentirás más de prisa.
Los elementos se desbordarán en muchas partes.
Vengo a decirte que ya no utilices palabras obscenas, por ningún motivo para nada, ni
para nadie. Que ya no seas el juez, que no vivas bajo el juez de los demás y que no
enjuicies a nadie. Ora y vela, porque si tú haces el bien,
no serás tocado con el mal.
¿Cuántos de los que vosotros como humanos entre sí se conocieron, ya no están en cuerpo
contigo? Busca la respuesta. Y si tú te has salvaguardado en el cuerpo que ahora tienes es
porque un ápice, porque una chispa de Luz has derramado haya de vez en cuando, con tu
hermana humanidad que es la mía. Por ello, Yo te pregunto:
— ¿Quieres caer en cama para que puedas reconocer que todos sois hermanos y pedirle
únicamente a Dios para tu salud?
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El pueblo responde:
Entonces, fraternízate unos con otros. Siente el Átomo Divino del Cielo que es la Luz, la Vida,
la Esencia para que os envuelva. Miren el reflejo que hoy da este cuerpo por necio. ¡Cuánto
dejé advertido! Pero tanto los que conviven con ella como su morada de ella, necia. Yo dije que
descansará el cuerpo un tiempo, para que no se derramará en ella tan fuertemente el llamado
de la purificación. Y sí es verdad, está sufriendo, pero en el Nombre de Mi Padre. Hasta este
momento en que vosotros la veis así, te has unificado un poco en orar; pero más sería orar en
acción, que únicamente en palabra.
Yo te digo, bajo este techo sencillo te cubres de la intemperie de los tiempos; pero recuerda
que donde quiera que vayas no pierdas el tiempo en diálogos efímeros, en palabras que no
tengan esencia. Este humilde siervo te dice:
Cada alba dominical y cada día primero que tú así lo has concebido, Mi Padre está
eternamente con vosotros. Falta quien quiera prestar su entendimiento para que la Luz, para
que un rayo de Luz se apacenté en el cerebro y se transmita a través de los labios humanos.
No te vengo a pedir santidad, porque Santo Uno Solo, Vuestro Padre Celestial; pero si te vengo
a pedir fraternidad o por la rebeldía de vuestro corazón y vuestros pensamientos:
El Pueblo responde:
— No bendito hermano.
— Piénsalo bien tú, piénsalo bien vosotros. Pensadlo todos por igual.
El que más tiene en conocimiento debe dar su tiempo, su fraternidad. El que más riqueza
tenga, Yo te pregunto muchas veces, dices:
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Porque sí la palabra que brota de tu boca es sincera y de tu corazón; ten la seguridad que,
aunque dieras el último suspiro en dando gracias a Mi Padre y hablando a la humanidad,
sería factible en grandeza para ti. Si dieras materialmente un pan de cada día, dalo con
Amor; no lo des de mala Voluntad, porque eso no vale nada. Si tú vinieras y tomarás el
banquillo y a través de tu entendimiento se hablará hermosamente; pero si tu conducta fuera
de este lugar, es todo lo contrario; todavía vociferas palabras obscenas, estás muy lejos de
decir que eres un servidor de Dios. No mezcles tu materialismo con la obra de Cristo que es
limpia y pura. ¡Hay de aquellos que pongan el precio! ¡Hay de aquellos, que se hagan
charlatanes en su vida, porque en grande manera la Ley les llamará antes, mucho más antes
de lo que os corresponda!
Orad y velad. Y cuida tu cuerpo cada uno de vosotros. Muchos de vosotros dicen: yo me
alimento de la Luz. No te equivoques humanidad bendita. La Luz es para tu Espíritu, para
que crezca, pero a través de tus obras desinteresadas.
Ya no busques los hisopos, para que digas que, con ello alivias a tu hermana humanidad;
eso déjalo. Vendrá el momento en que los que sean verdaderos espiritualistas, curarán con
el pensamiento, pero sin presunción alguna. Nunca digas yo puedo, yo tengo poder. Eres
hijo de Dios, pero, ¿cuánto bien has hecho? Haz un momento de hincapié en tu vida, todos
y cada uno. Haz un instante en verdad, de análisis en tu historia. No te pido de tus cuerpos
atrasados, no; de tu cuerpo presente; desde la niñez bendita que empezaste a tener el uso
del razonamiento.
¿Cuántos errores has ido dejando en la Tierra? ¿A cuántas aves has herido como
varones? ¿A cuántos varones dices tú que has engañado, como mujeres humanas? He
ahí la reflexión en cada uno. Arrepiéntete humanidad amada, con las aguas del
arrepentimiento, con las aguas del conocimiento, unifícalas, pero nunca sientas un ápice de
orgullo, jamás en tu vida. Nunca sientas que tú eres mayor que los demás, porque te dice
Mi Espíritu:
He allí que ni dando en verdad, la vida de un cuerpo amando a Dios a gritos abiertos,
ni siquiera por ello, se piense que se encontró un tercero o cuarto escalón.
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Engalana a tu Escuela con tus obras de bien. ¿Cuántas criaturas en verdad, en cinco
décadas y media han salido de este lugar? ¿Y míralas a dónde están ahora? Unas ya
partieron por su necedad, por su orgullo, otras se fueron del mundo, porque más les intereso
el trabajo de su mundo, que el trabajo para su Espíritu. ¿Cuántas criaturas fincaron en falsos
terrenos, dicen una Escuela? Y lo dicen con algarabía. ¿A dónde están todos esos sitios,
ahora derrumbados? Y no me digas que, en verdad, no te lo vine anunciando desde hace
cinco décadas y más. Siempre te he dicho orar y velad, para que este pequeño lugar no
caiga. A tenido sus pruebas es verdad, pero si tú caminas, si tú entregas la verdad, la verdad
te defiende, la verdad te hace libre.
¿Cómo quieres vivir? ¿A dónde está la visita a mis hermanos que se encuentran
prohibidos de su libertad? ¿A dónde están aquellas Almas llorando en verdad a través de
los presidios? ¿A dónde está la presencia de vosotros en cada momento, siquiera para tus
propios consanguíneos? Antes bien los desechas. Lucha porque cada uno de vosotros, si
eres padre de familia o madre de familia. No te puso la Ley de Mi Padre un fruto de tu vientre
o un momento de tu propio pensamiento como varones, para procrear una criatura. No te
dio equivocadamente Mi Padre la Ley. El ejemplo ha sido vuestro, pero aparte del ejemplo;
lo más difícil es que por Ley estás donde te tiene que tocar. No busques lugares exclusivos.
— ¿Cuántos de vosotros dices, en este lugar la gente es mala, me voy a cambiar de aquí?
Te vas a otro lugar y te surgen las dificultades.
— ¿Por qué?
— Porque tú las llevas dentro de ti.
No te juzgues los unos a los otros. Si a la vida no la puedes controlar tú, cuando
dices —yo hago con mi vida lo que me dé mi gana—, pues no es verdad, porque tú estás
vigilado del Infinito. ¿Y dónde has de ir que no te vea la mirada del Padre? ¿A quién vas a
engañar, cuando en verdad piensas engañar a los demás? El engaño es individual para sí
mismo. Por ello, te vuelvo a decir, humanidad amada. ¿Cuántos de ustedes también me
desprecian y hasta me ven mal a la materia por la que hoy les hablo? Porque dicen que es
reclamona, otras con palabras obscenas. Es mala para ustedes, porque no quieren respetar
la Ley de Mi Padre, porque no quieren hacerse nobles, humildes y sencillos.
Ve ahí a los que cobran, esa cobranza que hacen por entregar el Bálsamo Divino; cuando
se vayan del mundo, que lejos estarán del Primer Plano de Luz, irán todavía a las Cámaras
de la Purificación, allí donde se encuentran las sombras. ¡Qué no seas ninguno de vosotros,
te dice mi humilde Espíritu! También Mi Espíritu está luchando, para poder, que Mi Padre
Santísimo permita otro tiempo más a la materia. Más he aquí las consecuencias del descuido
que tuvo en tanto tiempo; no quieras padecer lo mismo tú, humanidad bendita. ¡Es mi
súplica!
Valora a tu Escuela, que en los momentos en que se encuentre un Ser Espiritual, le brindes
el respeto. No hagas borucas dentro de este lugar, cuando están trabajando mis Hermanos
Espirituales. Ya han devaluado mucho en diferentes sitios de la Tierra, la Obra de Mi Padre.
Otros, han mezclado corrientes diversas en el Espiritualismo.
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El espiritualista, debe ser uno en el conocimiento, en el sentimiento y en la práctica; esto
es lo que te vengo a decir. Si algo no os conviene o no te ha parecido, tienes corazón y
tienes voz y tienes labios para expresarlo. Yo te escucho, porque Yo como tu Hermano
Espiritual, aunque muchos de los que no están aquí, me han maldecido es a los que cuando
han dejado sus cuerpos, me apresuro a tenderles la mano. Por ello, detengo un momento la
voz y te digo y te pregunto:
¿Qué es lo que no conviene, amados hermanos y hermanas mías? ¿Se apagó tu voz,
hermano? Bien, esto quiere decir, que algunos, muy pocos, es de su agrado, y otros en
nada. Pero vuelvo y digo un día: nos encontraremos sin cuerpo humano, como está Mi
Espíritu.
Padre Celestial, en tu Nombre les hablé, en tu Nombre les entregué y en ese Nombre si es
tu Voluntad y de ellos, queden preparados.
Dando infinitas gracias por este instante, su Hermano Espiritual, dejándoles la paz y la
tranquilidad. ¿Por qué para que quieres Mi Nombre?
Directora:
Hmna. Lina Baca Carmona.
Dirección:
Callejón de Esmeralda No. 103
Barrio Cruz de los Ciegos
C.P. 42036.
Pachuca de Soto, Hidalgo.