1. ¿En qué medida se ha resuelto la incompatibilidad teórica entre la
determinación de las tasas de interés y la tasa de cambio con las decisiones que viene tomando la Junta del Banco de la República?
Según el mandato constitucional, el Banco de la República debe “velar por
mantener el poder adquisitivo de la moneda, en coordinación con la política económica general”. Para cumplir con este mandato, la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) adoptó como estrategia un esquema flexible de inflación objetivo, en el cual las acciones de política monetaria (PM) buscan conducir la inflación a una meta puntual y alcanzar el nivel máximo sostenible del producto y del empleo. Por esta razón, la Junta Directiva del Banco de la República incrementó la tasa de interés de política llevándola a 3,0%. La autoridad monetaria reiteró su compromiso con la meta de inflación de 3% anual, para lo cual sigue tomando las decisiones requeridas a fin de asegurar la convergencia de la inflación hacia dicha meta. La Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) decidió iniciar un proceso de normalización de la política monetaria a partir de la reunión de septiembre de 2021. Esta decisión es compatible con el dinamismo de una economía que se ha recuperado rápidamente y no requiere el mismo grado de estímulo monetario que el Banco suministró a lo largo de la crisis ocasionada por el COVID. Además, estas decisiones obedecen a la evolución esperada de las variables externas que continuaría favoreciendo la recuperación de la economía colombiana, aunque en un entorno de elevada incertidumbre debido a la propagación de nuevas variantes del virus, de riesgo por la persistencia de las disrupciones en las cadenas globales de suministro y de condiciones financieras que se tornan menos favorables. Por otro lado, el PIB continúa con una dinámica de crecimiento importante, según se deduce de indicadores líderes como consumo de energía, movilidad, transacciones bancarias, y transporte aéreo y terrestre. Los indicadores de confianza industrial, comercial y del consumidor también se mantienen en niveles favorables. La actividad económica ha seguido impulsada por la demanda interna y, en particular, por el consumo privado y público. Las condiciones financieras continúan favorables y contribuyen a la recuperación de la actividad económica. El mayor crecimiento de la ocupación, frente al observado en la participación laboral, ha permitido que las tasas de desempleo continúen disminuyendo. Sin embargo, aún persisten comportamientos heterogéneos entre ciudades y grupos poblacionales. Además, algunos riesgos que se ven este año son la persistencia de los efectos sociales provocados por la crisis sanitaria y económica, un menor espacio fiscal, aumentos en las presiones inflacionarias y desequilibrios financieros.
2. ¿Qué se puede decir respecto a la independencia del Banco de la
República? La Constitución De 1991 definió al Banco de la República como la Banca Central de Colombia “organizado como persona jurídica de derecho público, con autonomía administrativa, patrimonial y técnica, sujeto a un régimen legal propio” según el artículo 371 de la Carta Política. Un ministro de hacienda presente y dirigiendo la junta del banco central, como es el caso colombiano, es muy natural. En común siempre la Junta Directiva del Banco de la República actúa de manera autónoma, hecho que no se afectó porque los nuevos miembros fueran nombrados por uno u otro Jefe de Estado. La razón es, como ya se ha visto, este sector siempre ha mantenido su total autonomía sin influencia alguna de los intereses del Gobierno Nacional y ni siquiera la participación del Ministro de Hacienda ha tenido efecto alguno en ello. esta figura facilita la intervención del gobierno en momentos en que le sea atractivo monetizar su déficit fiscal o proveer un estímulo inflacionario al empleo. incluyendo, tal esquema confunde las funciones fiscales con las monetarias: el ministro asume la responsabilidad por los resultados inflacionarios y el banco, en parte, por los resultados fiscales , cómo también por los resultados cambiarios, de tal modo que puede destruir públicamente al banco cuando este no le juegue a financiar sus faltantes, tenga que hacer una política monetaria dura, se rehúse a aflojar la política monetaria para elevar el empleo de corto plazo o no complazca a los grupos de interés exportadores con devaluaciones excesivas financiadas con emisión primaria.