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CAPÍTULO 2.

La responsabilidad social de la empresa


(RSE)
Fernández García, R. (2018). La responsabilidad social corporativa como modelo
de gestión empresarial.

RS, RSE, RSC, SU DIFERENCIA


Si bien los conceptos responsabilidad social (RS), responsabilidad social de la
empresa (RSE), y responsabilidad social corporativa (RSC) parecen sinónimos, y así
se tomarán en este texto, aunque verdaderamente, no lo son. Veamos sus
diferencias:

▪ La responsabilidad social se entiende como el compromiso que tienen todos los


ciudadanos, las instituciones, públicas y privadas, y las organizaciones socia- les,
en general, para contribuir al aumento del bienestar de la sociedad local y
global. Se diferencia de la responsabilidad legal o política en que no se valoran
las decisiones a través de una autoridad o tribunal que dependa de un
gobierno.

▪ La responsabilidad social de la empresa o empresarial (RSE) se entiende como


una filosofía y una actitud que adopta la empresa hacia los negocios y que se
refleja en mantener una visión a largo plazo que incorpora de forma voluntaria
en su gestión de las preocupaciones y expectativas de sus distintos grupos de
interés (stakeholders) así como la gestión medioambiental. Una empresa social-
mente responsable busca el punto óptimo en cada momento entre la
rentabilidad económica, la mejora del bienestar social de su comunidad y la
preservación del medio ambiente.

▪ La Responsabilidad Social Corporativa (RSC), amplia el ámbito de la


responsabilidad social de la empresa para incorporar a las agencias
gubernamentales y a otras organizaciones no gubernamentales, que tengan
interés en mostrar cómo realizan su trabajo.

En la figura 2.1 se diferencia la RSC de otro tipo de actuaciones. El factor diferencial


se encuentra en la respuesta que comporta a los propios intereses empresariales y
el necesario equilibrio con todos los grupos de interés de la organización
«stakeholders».
Veamos sus conceptos:

▪ La caridad es una actitud personal que implica comprender a los demás,


especialmente en relación al sufrimiento ajeno. Una persona o empresa es
caritativa si interiormente siente el impulso de ayudar al que sufre y dicho
impulso se traduce en alguna acción concreta (una limosna, por ejemplo).
▪ El término filantropía designa, en general, el amor por el género humano y a
todo lo que a la humanidad respecta, expresada en la ayuda desinteresada a
los demás. Se diferencia de la caridad que esta alivia los problemas sociales,
mientras que la filantropía intenta resolver esos problemas definitivamente (la
diferencia entre dar un pescado a un hombre hambriento y enseñarle a
pescar).
▪ La economía social la conforma un conjunto de agentes que se organizan en
forma de asociaciones, fundaciones, mutualidades, cooperativas y las
empresas familiares, en las prevalece el trabajo por sobre el capital. En general,
las empresas pertenecientes a la economía social tienen la finalidad de
solucionar cuestiones sociales que ni las empresas públicas ni las privadas son
capaces de resolver de forma satisfactoria.
▪ La economía convencional se basa en que las personas actúan sobre la base
del interés propio, lo que significa que toman sus decisiones económicas, en
base a su mayor beneficio personal. Su principal objetivo es maximizar el valor
de las empresas en las que invierte, sin tener en cuenta el posible impacto que
pueda estar generando en beneficio de la sociedad.
▪ El negocio puro busca maximizar la rentabilidad a corto plazo.
▪ El marketing con causa consiste en contribuir en causas sociales, sin descuidar
la rentabilidad de la empresa generando beneficios tanto para la empresa (en
ocasiones a través de la publicidad) como para la sociedad.
▪ La economía especulativa consiste en la compra o venta de bienes con vistas
a su posterior reventa o recompra, cuando el motivo de tal acción es la
expectativa de un cambio en los precios y no la ganancia derivada de su uso
o transformación. Por tanto, no conlleva ninguna clase de compromiso con la
gestión de los bienes en los que se invierte.
▪ La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es una forma de dirigir las empresas
basado en la gestión de los impactos que su actividad genera sobre sus clientes,
empleados, accionistas, comunidades locales, medioambiente y sobre la
sociedad en general.

SUS RESPONSABILIDADES
Si bien el contenido de cada definición varía según las distintas propuestas
podríamos convenir que tiene que cumplir con tres responsabilidades previas:
▪ Responsabilidad económica, es decir generar beneficios y ser rentable. Es la
base sobre la que se cimentan el resto de las responsabilidades. Constituye la
base de su existencia. Sin ella no tiene sentido la producción y generación de
pro- ductos o servicios.
▪ Responsabilidad ética, es decir ser justo, la obligación de hacer lo que está bien
y es justo, el evitar el daño. No sirven atajos ilegales ni faltos de ética. Conllevan
el cumplimiento de expectativas sociales no contempladas en la legislación
aplicable. Entre otros tenemos:
o Responsabilidad legal, es decir debe de cumplir la legislación que le
aplique. En otras palabras, una clara exigencia de cumplir la legalidad
con rigor. En caso contrario la empresa no es sostenible.
o Aspectos relativos a los Derechos Humanos: prácticas de inversión y
abastecimiento, no discriminación, libertad de asociación, explotación
infantil y trabajos forzados, buenas condiciones de seguridad y salud
laboral, derechos de los indígenas.
o Aspectos relativos a los Derechos Laborales: empleo, relación
empresa/trabajadores, seguridad y salud en el trabajo, formación,
igualdad de oportunidades y de género, etc.
o Aspectos relativos a los Derechos Sociales: Relaciones con la
comunidad, Corrupción, Política Pública, Competencia desleal,
Cumplimiento de normativa.
▪ Responsabilidad medioambiental: Impactos de sus operaciones, productos y
servicios, su consumo de materia prima, consumo de energía y agua; impacto
sobre la biodiversidad, emisiones, vertidos, residuos, transportes.
Como se ha indicado, la RSC es un modelo de gestión empresarial que la empresa
adopta de manera voluntaria en que:

o Incluye en el centro de su visión estratégica, además de sus objetivos


comerciales o competitivos la gestión de sus aspectos sociales e impactos
medioambientales.
o Estructura sus políticas en función de las necesidades y demandas concretas
de su entorno más próximo o lo que es lo mismo, sus grupos de interés.
o Cobra una especial relevancia la gestión excelente de los activos
intangibles como el capital intelectual, la reputación o la transparencia.

INSTRUMENTOS DE GESTIÓN
Entre las herramientas o instrumentos de RSC que permiten implementar prácticas
socialmente responsables, podemos mencionar.
▪ Un conjunto de valores y Principios Éticos. La empresa se debe de dotar de un
conjunto de principios básicos (ideales y creencias) usados en la toma de
decisiones y en la definición de sus objetivos estratégicos. Hablamos, por tanto,
de un «enfoque de los negocios basado en los valores». Estos valores se reflejan
en la Misión y Visión de la empresa, así como en sus:
o Códigos de ética: enunciados de valores y principios de conducta que
norman las relaciones de los integrantes de la empresa y hacia el exterior
de ella.
o Códigos de conducta: es un documento que describe los derechos
básicos y estándares mínimos (respeto a los Derechos Humanos y a los
Derechos Laborales, entre otros), que una empresa declara
comprometerse a respetar en sus relaciones con sus trabajadores, la
comunidad y el medio ambiente.
▪ La adopción de un sistema de gestión de RSC que le va a permitir a la empresa
tener una visión clara del impacto de sus actividades en los ámbitos social y
medioambiental para la mejora continua de sus procesos. Entre ellas tenemos
la Norma Guía ISO 26000 de gestión de la RSC.
▪ La comunicación de su desempeño económico, social y medioambiental de
sus actividades, a sus partes interesadas (stakeholders). Un elemento clave es
la comparabilidad de estas comunicaciones ya que permitirá una evaluación
comparativa real y creíble. Esto se consigue:
o Emitiendo un informe de responsabilidad social o informe preparado y
publicado por la empresa donde se muestra a las partes interesadas y la
sociedad en su conjunto el desempeño económico, social y
medioambiental de sus actividades. Para ello se precisan de un modelo
que permita comparar una compañía con otra con equidad.
o Usando etiquetas certificadas por terceros. En este caso es una ter- cera
parte la que certifica la responsabilidad social. Señalar que las etiquetas
deben responder a criterios objetivos, transparentes, no discriminatorios.
▪ A través de la inversión socialmente responsable (ISR). Los clientes no son los
únicos que miran «con lupa» el comportamiento de las compañías; tam- bién lo
hacen los inversores. Estos les están pidiendo a las empresas que les indiquen
cual es el impacto de su actividad en la sociedad y que lo mejoren. En efecto,
las agencias de calificación observando las ventajas competitivas y del éxito
empresarial de las empresas socialmente responsables, están estableciendo
criterios e indicadores de sostenibilidad como factores generadores de las ven-
tajas competitivas. Si una firma no es responsable, tiene muchos números de
serle más difícil obtener financiación.

COMO HACER SOSTENIBLE UNA ORGANIZACIÓN


La realidad es que una empresa con un buen cartel social es más competitiva,
vende más. Además, una buena imagen y reputación corporativa permite su
diferenciación frente a la competencia y le otorga un valor cada vez más tangible.
Veamos cómo podemos hacer sostenible una organización.
1. Definir quién es la sociedad y lo que significa «sostenibilidad» para ella. La
sostenibilidad empresarial debe de encajar con la estructura, cultura, misión y
valores de la empresa. Ha de poderse explicar y justificar fácilmente.
2. En base al punto anterior, estudiar cómo esta impacta, positiva y
negativamente con su sociedad.
3. Alinear la estructura de su gobierno corporativo. La sostenibilidad debe de estar,
entre otros, en la estructura de gobierno y dirección, en la remuneración, en las
decisiones de inversión o en los riesgos o en los incentivos.
4. Asegurar el compromiso de toda la organización, empezando, por la Alta
Dirección. Pero no olvidemos que, al final, son los empleados, los directivos y sus
proveedores los que harán sostenible o no su empresa.
5. Debe de definir cómo gestionar estos impactos en función de su capacidad.
Para ello debe de fijar unos objetivos y controlar los resultados. Hay que saber
qué conseguimos y cuánto nos cuesta en tiempo, dinero, esfuerzo… para, en
comparación con otros objetivos decidir su viabilidad.
6. Conectar con los clientes y los grupos de interés. Debemos comunicar lo que se
quiere hacer, pero también escucharlos dado que ellos son los que sufren las
consecuencias. Tenemos que saber ganárnoslos para triunfar.
7. Aunar fuerzas con ONG’s, políticos y empresas de su sector. Porque la
sostenibilidad es, a menudo, un tema de acción colectiva, en el que todos
debemos colaborar.

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA EN EL ÁMBITO


INTERNACIONAL Y CULTURAL
En la actualidad existen dos corrientes que lideran el desarrollo de la
responsabilidad social corporativa, la vertiente europea y la norteamericana.

▪ La vertiente europea se caracteriza por un desarrollo y promoción del tema


liderado por los gobiernos y los consumidores, con una visión más
«humanista». Entre las organizaciones que lideran este desarrollo destaca
CSR Europe, una red creada en 1995 por 48 empresas bajo el nombre de
European Business Network for Social Cohesión. Su misión es ayudar a las
compañías a lograr un crecimiento sostenido a través de la incorporación
de la responsabilidad social corporativa en la estrategia de negocios.

▪ La vertiente estadounidense se caracteriza por una visión más pragmática:


hacer bien, hace bien al negocio. Entre las organizaciones empresariales
norteamericanas que lideran este desarrollo destaca Business for Social
Responsibility (BSR), que agrupa a empresas de todos los tamaños y sectores.
Las empresas estadounidenses van por delante, cada vez están más
comprometidas con esta causa.

Como principales diferencias frente a la versión europea podemos señalar que en


Estados Unidos:

▪ Los programas de RSC han nacido y están muy vinculados a la filantropía. En


cierta medida esto era de esperar dado que el Estado, apenas cubre
servicios sociales mínimos, de ahí que organizaciones privadas como el
Ejército de Salvación y otras organizaciones hayan sido muy activas para
cubrir este hueco. Es curioso lo arraigada que es en la sociedad
estadounidense el compro- miso de directivos norteamericanos en activo,
en la cima de su carrera e incluso en su jubilación, en colaborar en
actividades de responsabilidad social con su comunidad, como obligación
moral y colofón profesional.

▪ Los códigos de ética, a diferencia de la Europa continental, se gestionan


desde las áreas jurídicas. De alguna manera, el mundo anglosajón rechaza
la expresión «Responsabilidad» porque la equiparan a la «Responsabilidad
legal», con las connotaciones que para ellos tienen. Un tema interesante a
comentar es el debate relativo a la filantropía en función de la cultura local.
▪ Así, en el modelo cultural latino, la familia actúa como un círculo de
protección y ayuda mutua, de ahí que no se prodigue la filantropía como el
mundo anglo- sajón. Asumimos que son nuestros hijos quienes deben
heredar el fruto de nuestros esfuerzos. Podríamos decir que familia actúa
como una «ONG» y este círculo de protección impide la existencia de la
cultura de la donación.

▪ En el modelo cultural estadounidense, muchos jóvenes finalizan sus estudios


universitarios gracias, a las ayudas que han recibido de instituciones
filantrópicas o incluso de las propias universidades, por lo que en su vida
profesional adulta procuran ser recíprocos con quien les han apoyado. Lo
mismo sucede cuando mueren, donan.

El término responsabilidad social corporativa, en ocasiones, genera


confusión
El término responsabilidad social corporativa, no dice nada en concreto, sino que
funciona como discurso legitimador en un debate en el que cada actor tiene sus
propias agendas. De ahí que dependiendo de lo que se entienda por RSC se
desprenden posturas, planteamientos y políticas distintas.

Podemos distinguir tres tipos de principios en la Responsabilidad social


corporativa:

▪ Los principios generales son aquellos que se refieren al cumplimiento de las


convenciones y declaraciones internacionalmente reconocidas: el respeto de
la Ley y el escuchar y responder a las partes interesadas.
▪ Los principios fundamentales se refieren sólo a los resultados en los que la
organización es responsable (impacto medioambiental, derechos humanos,
prácticas laborales, prácticas de negocio justas...).
▪ Los principios operativos se refieren a la naturaleza y calidad de los procesos,
al proceso de implantación de los principios fundamentales, incluyendo por
tanto la rendición de cuentas, la integración de los temas de responsabilidad
social en sus sistemas de gestión y procesos de toma de decisiones, etc.

En función del grado de cumplimiento e integración de estos principios en la


política empresarial se puede decir que el nivel alcanzado por la empresa es:

▪ Responsabilidad básica cuando cumple los principios generales. Es decir, son


responsables porque cumplen la legislación vigente.
▪ Responsabilidad táctica cuando cumple con los principios fundamentales. Son
empresas que realizan prácticas responsables a las que no están obligadas
por Ley como por ejemplo adoptar un límite de emisiones inferior al permitido
por Ley o mejoras sociales para su personal y sus familias, etc.
▪ Responsabilidad estratégica cuando cumple con los principios operativos. Son
la que integran la responsabilidad social en toda su cadena de valor y por
tanto está presente en cada una de las actividades que realiza la compañía.

En base a ello, se podría decir que coexisten tres aproximaciones a la RSC a partir
del tipo de respuesta empresarial:
▪ La RSC, respuesta a demandas y a presiones sociales. Ve la RSC como una
demanda más del mercado. La RSC se acaba reduciendo, desde esta
perspectiva a una respuesta de carácter casi meramente reactivo como
resultado de un análisis de los riesgos a los que está sometida la
organización empresarial. Y uno de los frentes que tiene que atender la
empresa es el de la reputación.
▪ La RSC, complemento de la gestión. En segundo lugar, se puede ver la RSC
como un área de gestión más, un departamento más, que complementa
otras dimensiones de la acción empresarial sin que ello suponga modificar
de forma sustancial el núcleo de la gestión. Haya o no haya RSC, la gestión
empresarial no se modifica en lo esencial. Un ejemplo podría ser la
filantropía, que ponen el acento en la contribución de la empresa a una
serie de causas sociales.
▪ La RSC, integrada en la gestión empresarial. Por último, puede considerarse
la RSC como una forma de entender, globalmente, el modelo de empresa,
una visión estratégica de un nuevo modelo empresarial. Una visión, una
manera de pensar, que ha de sostenerse a través de las operaciones de
negocio y en el seno de la estrategia de la compañía. Ha de empapar
toda la empresa, en el desarrollo del negocio, en el marketing, en los
recursos humanos, finanzas, etc. Una integración así es la que permitiría
que la RSC desplegase todo su potencial.

Bibliografía

Fernández García, R. (2018). La responsabilidad social corporativa como modelo


de gestión empresarial. Las Rozas (Madrid), Wolters Kluwer España. Recuperado
de https://elibro.net/es/ereader/bibliotecaugb/107179?page=35-42

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