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Mito de er

Es la historia de un hombre que murió en el campo de batalla y nueve días después volvió a
vivir y comenzó a explicar lo que le sucedió en el más allá. Fue un hombre que murió
durante una batalla y junto con las almas de los otros combatientes, fue conducido a un
lugar que tenía cuatro puertas; Dos dentro y fuera del cielo, y dos dentro y fuera de la tierra.
Había jueces que decidían qué camino debería seguir cada alma dependiendo de la vida
que habían llevado en la Tierra. A las personas justas se las llevaron al cielo, mientras que
las personas injustas fueron llevadas a la tierra. Las almas que salieron del cielo eran
personas puras y hablaban de un lugar que las llenó de sentimientos increíbles. Las demás
estaban sucias y como castigo de los actos injustos que cometieron mientras estaban en la
tierra debían volver. Se le dijo a Er que no lo juzgaran y que debería permanecer allí para
ver todo el proceso e informar a la humanidad. Siete días después a las almas se les dio un
número de lotería y a cada una de ellas se les pidió que escogieran cuál sería su próxima
vida. Luego de esto, las almas fueron llevadas al olvido y se les dijo que bebieran para que
olvidaran sus vidas anteriores. Esa noche, cuando cada alma se durmió, fueron enviadas a
cuerpos nuevos para que comenzaran sus nuevas vidas. El alma de Er no pasó por este
proceso y recordó todo lo que había sucedido. Cuando despertó, regresó a su cuerpo
antiguo que no se había descompuesto, pero se encontró en su funeraria que sus
compañeros soldados habían comenzado. Lo salvaron de las llamas y él logró contar su
experiencia en el más allá.

En mi opinión, este mito habla de la importancia de la filosofía, y de saber vivir una vida
buena y plena para que cuando mueras estés completo y tu alma pueda descansar
tranquila, sabiendo que has tenido una vida completa. Habla de que el hecho de si vamos a
ir al cielo depende de nosotros y es una decisión voluntaria que se puede conseguir con la
filosofía, que deben ser juzgados nuestros buenos actos al morir igual que los malos, y que
la única manera de no tener un alma impura es vivir en ignorancia. De que si tuviéramos la
garantía de que si hacemos algo vamos a ir al cielo haríamos todo lo posible, en vez de
hacer algo de manera genuina.

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