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Grasas saturadas, se encuentra en las carnes, incluyendo las procesadas como las

hamburguesas, las salchichas, la mantequilla y el aceite de coco.

, que se encuentra en las paltas, el aceite de oliva y varios tipos de nueces.

Grasas insaturadas que se encuentra en pescados aceitosos, aceites de vegetales y semillas.

Trans grasas, que se encuentran en galletitas, tortas y margarinas.

La mantequilla siempre se ha considerado como una de esas grasas que se debe evitar, por
perjudicial para la salud por contener mucha grasa saturada. La realidad es que no perjudica
tanto como se imaginaba. Un estudio reciente la Universidad de Tufts en Boston revisaron un
total de nueve estudios en los que ya se había examinado la relación entre el consumo y las
enfermedades cardiovasculares, la diabetes. Se llegó a la conclusión que no hay un vínculo
significativo entre un consumo de mantequilla y un impacto negativo en la salud.

Son muchos los científicos que defienden esta teoría en un mundo en el que las grasas son el
enemigo número 1 a batir. Algunos expertos piensan que la reducción drástica de la cantidad
de grasa (incluyendo las grasas de origen saturado) puede hacer más mal que bien.

Evidentemente los aceites vegetales, el aceite de oliva , y las grasas de los frutos secos o de
pescados, como el salmón, son más saludables que la mantequilla, eso nadie lo discute.

Esta gran confusión se originó debido a que se cree que las grasas saturadas son malas y no se
deben consumir. La recomendación que da la Organización Mundial de la Salud es que sólo se
debería consumir 10% o menos de calorías provenientes de grasas saturadas. Lo que significa
que sí puede ser parte de la dieta pero integrarla de forma moderada.

Lo que realmente pone en juego la salud es eliminar estas grasas completamente de la dieta.
Lo que se puede realizar sino se desea consumirla es reemplazarlas con carbohidratos o
proteínas, así no hay riesgo de ataques cardíacos.

Con respecto al estudio, los expertos aseguran que hace falta profundizar más en esta cuestión
con más investigaciones que nos permitan entender por qué ocurre esto.

Se cree que la razón podría ser que las grasas presentes en los lácteos también tienen grasas
monoinsaturadas, que mejoran el nivel de azúcar en sangre y la sensibilidad a la insulina.

Con esto, la conclusión a la que podemos llegar es que prácticamente cualquier alimento,
siempre tomado con moderación, se puede consumir sin ningún problema. La clave está en
apostar por una dieta sana y equilibrada.

Uno de los mayores consejos por parte de los nutricionistas es comerla con cierta discreción.
Una tostada para desayunar con un poco de mantequilla es totalmente valida.

La real mantequilla es procedente de leche cruda de vaca alimentada con pasto. A diferencia
de la margarina que es una creación artificial de las últimas décadas a base de aceites
vegetales de dudosa calidad que han pasado varios procesos para obtener una textura sólida y
darle un color más amarillo.
Esta sí contiene las grasas trans, que son raramente dañina para el organismo. Se ha
demostrado que si pueden elevar el riego de sufrir enfermedades coronarias. Debido a este
tipo de confusiones se debe reconocer cada una de ellas y no entrar en confusión al momento
de comprarla.

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