Está en la página 1de 11

MATEMOCIÓN

Los números capicúas, aquellos números tales que sus cifras leídas de izquierda a
derecha y de derecha a izquierda son las mismas, llaman profundamente nuestra
atención, hasta el punto que solemos buscarlos, e incluso coleccionarlos, en las
matrículas de los coches, los décimos de lotería, los billetes de medios de
transporte, los billetes de la moneda de cualquier país o cualquier otro lugar en el
que aparezcan números de cuatro, o más dígitos. De la misma forma, cuando una
fecha lleva asociada una expresión numérica capicúa nos parece una fecha curiosa y
solemos prestarle atención, comentarlo e incluso darle cierta relevancia a la misma.
Por este motivo, no he podido evitar empezar esta entrada del Cuaderno de
Cultura Científica mencionando que ayer fue 22 de febrero de 2022, es decir,
22/02/2022, luego una fecha capicúa puesto que el número asociado a la misma,
22.022.022, es un número capicúa. Además, en esta fecha el número 22 tiene
especial relevancia, ya que aparece tres veces el número 22, separado cada uno de
los otros por un 0 (sobre el número 22 véase la entrada El misterioso número 22).

¿Qué pasa con el día de hoy, el 23/02/2022? Obviamente no es un número capicúa.


Sin embargo, podemos obtener fácilmente un número capicúa a partir del mismo,
con el simple proceso de sumarle el número simétrico, 23.022.022 + 22.022.032 =
45.044.054. Este es el algoritmo “invierte el orden y suma” del que hemos hablado
en la entrada El secreto de los números que no querían ser simétricos (véase
también el libro La gran familia de los números, Libros de la Catarata, 2021).
Pero, sigamos con el número asociado al día de hoy, 23.022.022 y pensemos qué
propiedades numéricas tiene. Para empezar, este número se puede escribir como
producto de tres números primos distintos, 23.022.022 = 2 x 79 x 145.709, es lo
que se conoce en matemáticas con el nombre de “número esfénico”. Por lo tanto,
tiene 8 divisores (incluyendo el 1 y él mismo: 1, 2, 79, 158, 145.709, 291.418,
11.511.011 y 23.022.022) y la suma de sus divisores propios es 11.948.378, que es
una cantidad menor que nuestro número 23.022.022, luego este es un número
deficiente (véase la entrada Los números enamorados o el libro La gran familia de
los números). Además, es un “número aritmético” ya que, si se realiza la media
aritmética de los divisores del número 23.022.022 el resultado es un número
natural, en concreto, la media de los divisores de este número

es 4.371.300.

Trivialmente, no es un número primo, ya que es par, pero tampoco es un número


“potencialmente primo”, ya que no se puede obtener un número primo sin más que
cambiar uno de sus dígitos (por ejemplo, el número 144 es “potencialmente primo”
ya que si cambiamos su último dígito obtenemos un número primo, 149).

Más aún, 23.022.022 es un número trapezoidal, ya que puede expresarse como


suma de dos, o más, números consecutivos, mayores que 1. Así, nuestro número
puede expresarse como suma de los números consecutivos desde 72.697 hasta
73.012. Y se dice que 2 elevado a 23.022.022 es un número apocalíptico ya que
incluye el número de la bestia, 666, entre sus dígitos.

Finalmente, el número que se corresponde con el día de hoy, 23.022.022, es un


“número congruente”. Y este es el concepto que analizaremos brevemente en esta
entrada.
El concepto de número congruente está relacionado con el teorema de Pitágoras.
Por lo tanto, como es nuestra costumbre, empecemos recordando este resultado
geométrico: “dado un triángulo rectángulo, entonces el cuadrado de la hipotenusa
es igual a la suma de los cuadrados de los catetos” (la famosa expresión a2 + b2 = c2,
si a y b son los catetos y c la hipotenusa). De hecho, el teorema dice algo más,
también es cierto el recíproco, es decir, que “dado un triángulo para el cual el
cuadrado de uno de sus lados es igual a la suma de los cuadrados de los otros dos,
entonces el triángulo es rectángulo”.

Por lo tanto, un número se llama congruente si es igual al área de un triángulo


rectángulo cuyos lados, hipotenusa y catetos, son números racionales (recordemos
que un número es racional si es el cociente a / b de dos números enteros a y b,
como 0,5 = 1 / 2 ó 1,4 = 7 / 5). Por ejemplo, el triángulo egipcio, es decir, el
triángulo rectángulo de lados (3, 4, 5), tiene área igual a 6, por lo tanto, el número 6
es un número congruente. Como puede verse en la siguiente imagen, los números
5, 6 y 7 son números congruentes (de hecho, los primeros).

Como se indica en el libro History of the Theory of Numbers (volumen II), del


matemático estadounidense Leonard Eugene Dickson (1874-1954), la historia de
los números congruentes se inicia con el matemático griego Diofanto (siglo III).
Aunque su estudio fue el tema central de dos manuscritos árabes del siglo X, en los
que ya aparecen mencionados los números 5 y 6 como números congruentes. El
matemático italiano Leonardo de Pisa (aprox. 1170-1240), conocido como
Fibonacci, descubrió que el 7 también es un número congruente y afirmó, aunque
sin demostrarlo, que el número 1 no es un número congruente, luego ningún
número cuadrado lo es (ya que si m2 fuese un número congruente con triángulo
rectángulo asociado (a, b, c), entonces 1 sería un número congruente con triángulo
rectángulo asociado (a / m, b / m, c / m)). El matemático francés Pierre de Permat
(1601-1665) fue el primero en demostrar que el número 1 no es un número
congruente –y, por lo tanto, tampoco todos los números cuadrados-, ni tampoco
los números 2 y 3.

Teorema (Fermat, 1640): El número 1 no es un número congruente.


La demostración de este resultado se realiza mediante la técnica del descenso
infinito de Fermat. La idea es la siguiente. Para empezar, supongamos que existe
un triángulo rectángulo, de lados racionales, cuya área sea igual a 1. Entonces
renombrando los lados del triángulo rectángulo como a / d, b / d y c / d,
con a, b, c y d números enteros, se tiene una 4-tupla de números enteros (a, b, c, d)
tales que

A continuación, si tenemos una 4-tupla de números enteros (a, b, c, d) tales que


satisfacen las ecuaciones (1), entonces puede demostrarse que a y b son coprimos
(es decir, a no tienen divisores comunes, salvo el 1).

Entonces, el método del descenso infinito de Fermat consiste en demostrar que si


tenemos una 4-tupla de números enteros (a, b, c, d) tales que satisfacen (1)
y a y b son coprimos, puede construirse otra 4-tupla de números enteros
(a’, b’, c’, d’) tales que satisfacen (1) y a’ y b’ son coprimos, con 0 c’ c (es decir, que el
nuevo número c’ es más pequeño que c). Si seguimos realizando este proceso
llegamos a una contradicción, puesto que es imposible realizar este proceso de
forma infinita, ya que c es un número positivo (finito). Por lo tanto, no existe un
triángulo rectángulo de lados racionales y área igual a 1.

Para quienes estén interesados en leer la demostración completa, y no solo este


bosquejo, pueden consultar, por ejemplo, el artículo The Congruent Number
Problem, del matemático Keith Conrad.
Caricatura de
Pierre de Fermat, realizada por Gerardo Basabe de Viñaspre, para la exposición de
la Real Sociedad Matemática Española, El rostro humano de las
matemáticas (2008)
La sucesión de números congruentes está recogida en la Enciclopedia On-line de
Sucesiones de Números Enteros (OEIS) como la sucesión A003273, cuyos
primeros elementos son:

5, 6, 7, 13, 14, 15, 20, 21, 22, 23, 24, 28, 29, 30, 31, 34, 37, 38, 39, 41, 45, 46, 47, 52,
53, 54, 55, 56, 60, 61, 62, 63, 65, 69, 70, 71, 77, 78, 79, 80, 84, 85, 86, 87, 88, 92,
93, 94, 95, 96, 101, 102, 103, 109, 110, 111, 112, 116, 117, 118, 119, 120, …
Por otra parte, volviendo al concepto de número congruente, podemos observar
que la condición de que un número N sea congruente es equivalente a que exista un
número racional u tal que u2 – N y u2 + N son también cuadrados, que es como
consideraron originalmente el problema Diofanto, los matemáticos árabes o
Fibonacci. La justificación es sencilla. Si tenemos que N es un número congruente,
entonces existen números racionales (a, b, c) tales que a2 + b2 = c2 y N = ab / 2,
luego u = c / 2, ya que:

De forma análoga el recíproco. Es decir, estamos diciendo que la condición de


que N sea un número congruente es equivalente a que existan números
racionales u, p y q tales que

Teniendo en cuenta que u, p y q son racionales, luego cocientes de números


enteros, se puede probar fácilmente que la condición de que un número N sea
congruente es equivalente a que existan números enteros a, b, x, y tales que
Caricatura de
Leonardo de Pisa, Fibonacci, realizada por Enrique Morente, para la exposición de
la Real Sociedad Matemática Española, El rostro humano de las
matemáticas (2008)
Obtener ejemplos de números congruentes no es difícil, basta con tener una terna o
triple pitagórico, es decir, una terna de tres números enteros (a, b, c) que satisfacen
la ecuación del teorema de Pitágoras a2 + b2 = c2, siendo uno de los
números a o b par, ya que en ese caso el número N = ab / 2 es un número
congruente.
Por ejemplo, si consideramos la fórmula de Euclides para generar ternas
pitagóricas, es decir, dados dos números enteros n y m tales que m > n > 0,
entonces

es una terna pitagórica y b siempre es par. En conclusión, a partir de este método


se obtienen ejemplos de números congruentes.

Así, en la siguiente tabla podemos observar algunos ejemplos de ternas pitagóricas


generadas con la fórmula de Euclides y el número congruente obtenido.

Existen otros métodos de generar ternas pitagóricas, aunque esto solo nos da
algunos números congruentes, que además están generados mediante los lados
enteros –no racionales en general- de un triángulo rectángulo.

Sin embargo, la cuestión importante, y más compleja, es conocer, dado un número


entero cualquiera, si es, o no, un número congruente. Este es el conocido como
el problema del número congruente. Este es uno de los problemas de la teoría de
números que aún continúa abierto.

El problema de si un número N es congruente está relacionado con las soluciones


de la ecuación y2 = x3 – N2 x (que es un ejemplo de lo que se conoce como “curva
elíptica”, aunque de eso no hablaremos hoy). De hecho, estudiando esta ecuación,
el matemático estadounidense Jerrold B. Tunnell (1950) obtuvo una resolución
parcial del problema del número congruente.

Teorema de Tunnell: Sea N un número entero, libre de cuadrados (si es


múltiplo de un número cuadrado sabemos que no es congruente, por el teorema
de Fermat), y sean los conjuntos

donde el símbolo # indica la cantidad de elementos del conjunto, es decir,


soluciones enteras de la correspondiente ecuación diofántica de cada conjunto.
Entonces, si N es un número congruente impar, entonces f(N) = 2 g(N), y si N es
un número congruente par, entonces h(N) = 2 k(N).
Además, si se verifica la conjetura de Birch y Swinnerton-Dyer (que es uno de los 7
problemas del milenio del Instituto Clay de Matemáticas, aunque en esta entrada
no hablaremos de este tema) para la curva elíptica y2 = x3 – N2 x, se verificaría el
recíproco, es decir, las igualdades anteriores son suficientes para afirmar que N es
congruente.

En particular, si la conjetura de Birch y Swinnerton-Dyer fuese cierta, se tendría


que todos los números N congruentes con 5, 6 o 7, módulo 8 (véase la entrada Un
código detector de errores: la letra del DNI), serían números congruentes. En
particular, los primeros números N congruentes con 5, 6 o 7, módulo 8, son: 5, 6, 7,
13, 14, 15, 21, 22, 23, 29, 30, 31, 37, 38, 39, 45, 46, 47, 53, 54, 55, … que, como
podemos observar en la lista anterior, son números congruentes.

Una cuestión curiosa es la distribución de los números congruentes dentro de los


números naturales. Si consideramos los 2.500 números naturales, representados
en espiral, como en la espiral de Ulam (véase la entrada El poema de los números
primos), y pintamos de rojo los cuadrados que se corresponden con números
congruentes y de un color claro los que no lo son, la imagen que nos queda es la
siguiente:
Espiral con los números congruentes, y no congruentes, hasta 2.500. Imagen de la
página Numbers Aplenty
Para terminar, el número correspondiente al día de hoy, 23.022.022, se escribe en
el sistema de numeración binario como:

1010111110100100111000110.

Bibliografía

1.- R. Ibáñez, La gran familia de los números, Libros de la Catarata, 2021.


2.- Página web: Numbers Aplenty.

3.- Keith Conrad, The Congruent Number Problem

4.- Wikipedia: congruent number

Sobre el autor: Raúl Ibáñez es profesor del Departamento de Matemáticas de la


UPV/EHU y colaborador de la Cátedra de Cultura Científica

También podría gustarte