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Los derechos humanos.

Para que un estado pueda ser reconocido Estado de Derecho, es necesario que éste
reconozca y garantice los Derechos Humanos y las libertades. Nuestra cultura
jurídico-política, no puede renunciar a que esta realidad sea efectiva.

Bobbio, dice que a algunos les basta con estudiar la historia de los derechos
humanos y buscar los instrumentos más adecuados para evitar su violación, sin
importar demasiado la cuestión de su fundamentación filosófica, ya que ésta, está
resuelta desde que existe un consenso general acerca de su validez, como lo está en
la declaración universal de los derechos humanos de 1948.

Los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes. Engloban


derechos y obligaciones inherentes a todos los seres humanos que nadie, ni el más
poderoso de los Gobiernos, tiene autoridad para negarlos. No hacen distinción de
sexo, nacionalidad, lugar de residencia, origen nacional o étnico, color, religión,
lengua, edad, partido político o condición social, cultural o económica.

Según Peces Barbas, los procedentes históricos del reconocimiento de los derechos
humanos podemos hallarlos en la Edad Antigua, concretamente en el Código de
Hammurabi y en el Deuteronomio, pues en ellos se expresa una preocupación por la
persona individual, pero es en el periodo medieval donde aparecen importantes
documentos en los que el monarca reconoce algunos limites a su poder omnímodo.

También aparte, hay que hacer una distinción entre derechos humanos y derechos
fundamentales. Los derechos fundamentales son una creación histórica moderna,
pues los primeros reconocimientos por el Derecho positivo surgen a partir del Siglo
XVIII. Sin embargo, los derechos humanos, entendidos como exigencias de dignidad,
libertad e igualdad, se remontan a muchos siglos atrás.

La idea de que los derechos humanos derivan del Derecho natural hace que se
identifique su fundamentación como algo distinto y superior al Derecho positivo, pues
refleja el orden de la naturaleza y, por lo tanto, es ajeno al devenir de la historia.

1. Aristóteles dice que hay una justicia natural y, sin embargo, toda justicia es
variable.
2. Ballesteros dice que el derecho natural ha no de ser un ordenamiento jurídico
distinto y separado del derecho positivo, sino que ha de ser la raíz del único orden
jurídico.
3.La carta de la ONU, de 1945 se limitó a señalar la exigencia de una promoción
internacional de los derecho y libertades fundamentales sin un desarrollo normativo,
pero aun así se considera un paso esencial en el reconocimiento internacional de los
derechos humanos.

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