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META 13. META 4.4.

COMPETENCIAS PARA EL TRABAJO


Presentado por
Victor Keneet Esqueda Llamas

Módulo 1. Análisis de la práctica profesional


Práctica docente y nuevo modelo educativo 2018
Mtro. Sergio Alejandro Arredondo Cortés
Atequiza, Jal. Agosto de 2018

De acuerdo con el informe de seguimiento de la educación en el mundo; “La


educación al servicio de los pueblos y el planeta: Creación de futuros sostenibles
para todos” (UNESCO, 2017). Se pretende para 2030 aumentar el número de
jóvenes y adultos con competencias necesarias para acceder a un trabajo decente
e iniciar en el emprendimiento. Es por ello que se hace necesario el desarrollo de
competencias cognitivas y no cognitivas, aunque estas últimas están relacionadas
con las primeras, debido a que se necesita un proceso cognitivo para llevarlas a
cabo.

En cuanto a las competencias cognitivas, estas comprenden los conocimientos


elementales de lectura, escritura y aritmética. Y se hacen esenciales para obtener
un trabajo decente, el cual pueda proveer las necesidades diarias y la formación
continua en busca del perfeccionamiento. De acuerdo al contexto y estructura del
mercado en el que se quiera laborar, se hace necesario anexar otras
competencias cognitivas, las cuales tienen que ver con el saber utilizar una
computadora, que pueden ayudar a mejorar las oportunidades de empleo.

Cuanto más alto es el nivel que se tiene de competencias básicas, mayores son
las oportunidades de conseguir un empleo digno, según el análisis realizado para
este informe, la probabilidad de obtener un trabajo decente se dúplica para
aquellas personas que no solo descifran códigos de escritura, sino que además
interpretan la información obtenida en textos complejos. Para efectos de dicho
análisis, se considera que un trabajo es decente si reúne tres criterios:

 Ofrece una jornada laboral adecuada.


 Proporciona contrato escrito.
 Garantiza las prestaciones sociales.

Dentro de las competencias cognitivas podemos encontrar las competencias en


TIC y las competencias básicas digitales, necesarias para la vida diaria y para el
trabajo. Ya que los cambios demográficos y el creciente acceso a la educación
implican el uso de las TIC, el cual seguirá aumentando durante los próximos 15
años. Por lo que se hace necesario que los sistemas educativos contribuyan a la
adquisición de competencias en TIC, debido a que se corre el riesgo de que un
considerable porcentaje de la población sea excluida de la sociedad y de las
ofertas laborales que se presenten. Medir y definir las TIC resulta difícil, ya que la
tecnología y las competencias necesarias para utilizarlas cambian
constantemente. Siendo así que lo que es importante hoy podría no serlo tanto
mañana.

La ventaja de hacer un estudio acerca de las competencias en TIC es que es fácil


de interpretar y recopilar, debido a que solo refleja el predominio de determinadas
actividades relacionadas con la informática pero no del nivel de competencia con
que se realizan. Para medir estas competencias se hace necesario registrar como
es que se utiliza la tecnología de forma crítica y creativa para gestionar y crear
información, resolver problemas y comunicar, dicho de otro modo; no es lo mismo
saber utilizar power point, que utilizarlo de manera creativa y con el máximo
provecho para presentar algo.

Según un estudio internacional sobre competencias informáticas e informacionales


(ICILS) que se realizó en alumnos de 8° curso de 21 sistemas de enseñanza en
2013, en República Checa el 85% de los estudiantes superaban el nivel 1 de
aptitud en competencias informáticas e informacionales, mientras que en Turquía
el 9% y en Tailandia el 13%. Dicho nivel comprendía un buen dominio de las
computadoras (como herramienta, utilizando comandos convencionales para
realizar tareas de comunicación, tales como añadir contenidos sencillos a
productos informativos y realizar documentos electrónicos).

La gran diferencia de alfabetización digital entre países ricos y países pobres


puede ser un reflejo del nivel de acceso a las computadoras en el hogar y en la
escuela.

En materia de las competencias no cognitivas, estas se distinguen de las


cognitivas en que guardan menos relación con los procesos cognitivos puros. El
disponer de competencias no cognitivas es necesario, más no suficiente para
obtener un empleo decente. El análisis hecho por la UNESCO contempla 3
competencias no cognitivas, las cuales han demostrado tener un efecto positivo en
los resultados relacionados con el empleo. Aunque para las mediciones
transculturales, cabe resaltar que habrá competencias no cognitivas que sean más
valoradas en una cultura que en otra. Además, el buen desempeño de la
competencia depende del contexto laboral en el que se encuentre. Por ejemplo;
tener una actitud humanitaria es sumamente importante en un puesto dentro de la
profesión médica, mientras que en los trabajos de ventas no será tan
indispensable, ya que en esos trabajos se considera una ventaja tener una
conducta más directa y tenaz.

Dentro de estas 3 competencias no cognitivas se encuentran; la perseverancia (la


cual implica mostrar determinación para dominar una competencia o dominar
alguna tarea), el autocontrol (La capacidad de modificar sus propias reacciones
frente a normas como los ideales, los valores, la moralidad y las expectativas de la
sociedad para respaldar objetivos a largo plazo) y las competencias sociales (Las
cuales comprenden la capacidad de entablar relaciones con los demás)

Existe además una combinación entre las competencias cognitivas y no cognitivas


para el trabajo, dos ejemplos de ellas son la educación financiera y las
competencias empresariales. De acuerdo a los líderes del grupo de los 20, la
educación financiera es la combinación de concienciación, conocimientos,
habilidades, actitudes y comportamientos necesarios para tomar decisiones
financieras informadas en busca de un bienestar financiero individual. Es por ello
que se hace necesaria una educación financiera, que esta forme parte del plan de
estudios propuesto, en el que se integre material didáctico adecuado y los
conocimientos que posea el docente. Ya que en general, las evaluaciones
demuestran que los programas educativos mejoran la educación financiera. Por
otro lado, existen también las competencias empresariales, las cuales también
requieren de una combinación de competencias. Es entonces que además de la
actitud y la creatividad al momento de emprender alguna actividad económica se
hace necesario el trabajo en equipo y el conocimiento de riesgo con sentido de
responsabilidad.

Para poder hablar de competencias empresariales, resulta útil agruparlas en 3


categorías:

 Las competencias técnicas (especificas del sector en que se ejerce la


actividad).
 Las competencias de gestión (abarcan la planificación, las finanzas, la
contabilidad, la comercialización y el control de calidad).
 Las competencias personales (incluyen el autocontrol y la disciplina, la
creatividad el liderazgo y la capacidad de gestión del riesgo)

Para adquirir competencias empresariales y que estas resulten eficaces, se deben


integrar temas específicos y ejercicios pertinentes a los planes de estudios y
evaluarlos como un resultado educativo.

Inevitablemente no existe un enfoque sencillo para medir un conjunto tan diverso


de competencias cognitivas y no cognitivas para el trabajo, para obtener un
empleo decente y para desarrollar un espíritu emprendedor. Es por ello que se
tienen que tener en cuenta 3 puntos importantes; En primer lugar, es importante
poseer competencias diferentes y tener diferentes combinaciones de ellas para
acceder a diferentes trabajos formales e informales, en países ricos y pobres. En
segundo lugar, una vez teniendo identificadas esas competencias, sería
importante poder comparar qué competencias son más importantes para cada
sector laboral y por qué. Partiendo de donde se adquieren ¿En los sistemas de
enseñanza o en otra parte? Y En tercer lugar, las mediciones de esas
competencias ¿Son válidas? Partiendo de que casi siempre se realiza la misma
perspectiva de investigación: en países de altos ingresos y sin comparaciones de
contexto entre ellos. No obstante, se están elaborando enfoques innovadores para
medir competencias complejas como lo son la comunicación y la colaboración, por
lo que se hace necesario prestarles atención de cara a orientar las mediciones en
materia de educación.

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