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Introducción

LOS CUATRO ACUERDOS

El conocimiento tolteca surge de la misma unidad esencial de la verdad de la que parten todas las
tradiciones esotéricas sagradas del mundo. Aunque no es una religión, respeta a todos los
maestros espirituales que han enseñado en la tierra, y si bien abraza el espíritu, resulta más
preciso describirlo como una manera de vivir que se distingue por su fácil acceso a la felicidad y el
amor.

El doctor Miguel Ruiz nos propone en este libro un sencillo procedimiento para eliminar todas
aquellas creencias heredadas que nos limitan y substituirlas por otras que responden a nuestra
realidad interior y nos conducen a la libertad.

Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como «mujeres y
hombres de conocimiento». Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una
raza, pero, de hecho, eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y
conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados
Cuarto acuerdo: Haz siempre lo mejor

Haz siempre lo máximo que puedas, indica el último de los cuatro acuerdos, escritos por Don
Miguel Ruiz.

“Bajo cualquier circunstancia, haz siempre lo máximo que puedas, ni más ni menos. Pero piensa
que eso va a variar de un momento a otro. Todas las cosas están vivas y cambian continuamente.
De modo que, en ocasiones, lo máximo que podrás hacer tendrá una gran calidad, y en otras no
será tan bueno.”

En cambio, hacer menos de lo que podemos, nos genera frustración, sentimiento de culpa, juicio…
Y nos coloca en el papel de víctima. La única forma de sentirnos bien con nosotros mismos es
dando al máximo. Con frecuencia, cuando no lo hacemos, es porque la tarea no nos agrada. Es
habitual que no nos guste nuestro trabajo. Lo que convierte su desarrollo en un mero trámite para
obtener unos ingresos a fin de mes, con los que cubrir nuestros pagos.
TERCER ACUERDO: NO ADIVINES NI SUPONGAS

Otra fuente de malestar interior, emocionalidad extrema, destrucción de tu autoestima y valor, y


deterioro de tu poder personal es vivir haciendo suposiciones. ¿Cuántas veces has pasado días,
meses o años elucubrando cuestiones que nada tenían que ver con la realidad de las cosas?

Todo esto sucede porque supones más de lo que te permitís vivir las experiencias para confirmarte
tu percepción formada y sustentada. Suponer algo, en términos de tener un pálpito o corazonada,
no es el problema: el asunto es cuando creés que eso que suponés es verdadero, incluso sin
haberlo chequeado ni observado en perspectiva, ni cotejada información alguna. Cuando suponés
algo partís de una base incorrecta, porque de antemano asumís que tenés la verdad absoluta
sobre algo. Es más: dejás de distinguir qué es una presunción, hasta el punto de darlo por hecho
como que algo es real… sin siquiera haberlo comprobado o experimentado.

CÓMO INCOPRORAR ESTE ACUERDO

 Hacé más preguntas, sé paciente, reflexioná, conectá mejor con las demás personas.
 Evitá suponer aplicando la escucha activa y la comunicación asertiva.
 Relevá los hechos, enfriá tus emociones durante al menos tres días antes de actuar
compulsivamente.
SEGUNDO ACUERDO: NO TOMES NADA COMO PERSONAL

La mayoría de las personas asumen que cada cosa que pasa está diseñada para ellos: a favor o en
contra. En las cuestiones a favor no hay mayor problema: todo encaja. El asunto empieza cuando
la gente siente que todo lo que les pasa, sucede, los hechos del mundo y de su entorno, son “en su
contra .

¿Te imaginás entonces lo que sucede? Efectivamente: aparentemente el mundo empieza a


disparar munición gruesa sobre dicha persona. Sin embargo, es el ego el que produce enojo,
frustración, y un gran desgaste emocional al intentar luchar contra las opiniones y situaciones del
mundo que pueden envenenar tu vida.

Todo parte de que el ego quiere darte aires de mayor importancia; por lo que, si te mostrás
excesivamente focalizado en la opinión de los demás, creás inconscientemente una cierta
dependencia a la aprobación (o no) del otro. De esta forma estarás atrapado en esa emoción que
vos mismo generaste. El sentirte el centro del mundo se llama de muchas formas: egocentrismo,
egoísmo, arrogancia. Son matices de la misma expresión cuando hacés y pensás que toda gira a tu
alrededor.

PRIMER ACUERDO: SÉ IMPECABLE CON TUS PALABRAS

Las palabras crean estados de consciencia; y éstos, determinan tus pensamientos, que, a su vez, se
manifiestan en los resultados. Más allá de tu idioma, cultura y experiencias, es el lenguaje que
utilizás lo que conforma tu manera de representarte el mundo. Tus ideas, anhelos, metas,
propósitos; tus relaciones, vínculos y dones. Todo se manifiesta a través de la palabra.
Como sabés, pueden construir enormes sueños y beneficios para la Humanidad; o destruir con su
carga de miedo, rencor, frustración, enojo y opiniones mal intencionadas. Esto significa que las
palabras no son inocentes y están cargadas de significado.

La palabra “impecabilidad significa que no hagas cosas que vayan en contra tuya. Ser impecable es
asumir tu responsabilidad personal; cumplir todos y cada uno de los compromisos asumidos
(empezando los que asumís con vos mismo, y luego con los demás); y, a la vez, canalizar el don de
la palabra en forma constructiva y positiva.
CONCLUSION
Conclusión de los cuatro acuerdos No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es
porque así tú lo exiges si observas tu vida encontraras muchas excusas para sufrir, pero ninguna
razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad, la única razón por la que eres feliz es porque tú
decides ser feliz. La felicidad es una elección como también loes el sufrimiento

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