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LA AMPLIFICACIÓN

EN LOS PROCESOS DE INFORMACIÓN


(1962)
INTRODUCCIÓN
LA METAESTABILIDAD DEL RECEPTOR
ES LA CONDICIÓN DE EFICACIA
DE LA INFORMACIÓN INCIDENTE 1

Ser o no ser información no depende solamente de los caracteres internos


de una estructura; la información no es una cosa, sino la operación de
una cosa que llega a un sistema y que produce ali{ una transformación.
La información no puede definirse más allá de este acto de incidencia
transformadora y de la operación de recepción. No es el emisor el que
hace que una estructura sea información, puesto que una estructura
puede comportarse como información por relación a un receptor dado
sin haber sido compuesto por un emisor individualizado y organizado;
algunos impulsos provenientes de un fenómeno de azar pueden activar
un receptor determinado tan bien como si provinieran de un emisor (cf.
la señal perturbadora, el ruido, la interferencia, el QRM 2). A cambio,
las señales emitidas por un emisor no desembocan en nada distinto a

1 Texto de la conferencia dada en 1962 en el Coloquio de Royaumont sobre


EL Concepto de información en la ciencia contempordnea, cuyo organizador era
Gilbert Simondon. En las actas había publicado solamente un resumen del mismo.
2 Código de radio que significa "¿Está siendo interferido?"

13 9
lA amplificación m los procesos de información

la degradación de su energía portadora si no encuentran uno o varios


receptores en los cuales juegan un rol eficaz, determinando cambios de
estado que no hubieran podido producirse sin la incidencia de las señales:
la realidad local, el receptor, es modificada en su devenir por la realidad
incidente, y esta modificación de la realidad local por la realidad incidente
es la función de información. Es virtualmente receptor toda realidad que
no posee enteramente por sí misma la determinación del curso de su
devenir. Esta condición es realizada si el receptor no es completamente
un sistema, es decir si por una parte, posee un nivel de organización
elevado, con aislamientos internos y una distribución no aleatoria de
sus elementos que le permitan encerrar una energía potencial capaz de
operar transformaciones futuras, y si, por otra parte, el cambio de estado
posible por la actuación de la energía potencial no depende de factores
internos, locales; el receptor es una reaUdad que es autónoma desde el
punto de vista energético, ya que posee energía potencial (energía de
estado) capaz de asegurar transformaciones, de alimentarlas; pero el
receptor solo es efectivamente un receptor si es heterónomo desde el
punto de vista de la causa que desencadena las transformaciones, siendo
esta causa desencadenante un aporte de energía incidente, eventualmen­
te tan débil como se la quiera. Por esta razón (autonomía energética y
heteronomía del desencadenamiento de las transformaciones por cam­
bio de estado), un receptor es un cuasi-sistema, un sistema de entrada.
En efecto, el concepto físico de los sistemas acoplados -aplicado a un
receptor y a un emisor supuestos- no permite dar cuenta con precisión
de la función de información: la débil energía incidente de la sefial no
entra directamente en tratos con la energía potencial del receptor; no se
añade a ella, no se sustrae de ella, no se recobra en el trabajo producido
a la salida del receptor que se acaba por un efector; actúa como "causa
ocasional", y puede iniciar el cambio de estado del receptor mediante una
modificación de la estructura de los aislamientos internos del receptor,
sin afiadir nada a su energía potencial. Tal es el caso de un triodo cuyo
impulso hace pasar la grilla de comando desde una tensión fuertemente
negativa (cut-o.ffi a una tensión nula por relación al cátodo; este cambio
por impulso incidente equivale a un cambio de estructura del triado por
supresión de la grilla de comando; el triado se vuelve aquí comparable
l·p
a un dliodlo q ue l osee el mismo ánodo y el mismo cátodo. Tal cambio

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Introducción

il • estructura no implica intercambio reversible de energía entre los


de
,lus sistemas, aun cuando estén débilmente acoplados: la incidencia de
d
i11formación no es un acoplamiento.
El receptor de información es una realidad que posee un zona mixta
de interacción entre las estructuras o energías locales y los aportes de
r11crgía incidente; esta zona mixta de interacción, si está en relación con
la existencia de estados metaestables, confiere a la información incidente
su eficacia, es decir la capacidad de iniciar en el receptor transformaciones
que no se habrían producido alü espontáneamente por la acción de los
mcros factores locales.
La irreversibilidad de la relación entre la realidad incidente y la realidad
local descansa sobre la metaestabilidad inicial del estado del receptor antes
de la recepción de información. Esta metaestabilidad garantiza la autono-
mía energética del devenir del receptor. Si el receptor estuviera en estado
estable en el momento en que recibe la realidad incidente, no podría ser
modificado sin acoplamiento reversible con otro sistema: la entrada del
receptor sería también una salida efectora. Es la metaestabilidad inicial del
estado del receptor la que mantiene la distinción funcional entre la entra­
da y la salida; antes de ser organológicamente distintas, entrada y salida
son los términos extremos de una transformación no reversible, siendo
1a entrada la operación de información por incidencia en una realidad
en estado metaestable, siendo la salida el efecto producido al término de
la transformación de la energía potencial de dicho estado metaestable
desencadenada por la incidencia de información.

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l. LA AMPLIFICACIÓN TRANSDUCTIVA

El modo más elemental de la operación de información que pone en ac­


ción la metaesrabilidad del receptor es la amplificación transductiva. Se la
encuentra en particular en las soluciones sobresaturadas o en los líquidos en
estado de sobrefusión. Cuando se introduce un germen cristalino micros­
cópico en tal solución, la cristalización se produce amplificándose a partir
del punto en el que fue introducido el germen. Con al gu nas precauciones,
se puede obtener de este modo un monocristal de talla considerable, que
en ocasiones pesa varios kilogramos, a partir de un germen constituido
de algu nas moléculas solamente. La solución en estado metaestable cons­
tituye aquí un receptor; la introducción de un germen es una incidencia
de información, una entrada, la cual desencadena un cambio de estado
(aqu.í un cambio de fase) y hace pasar el receptor del estado metaestable al
estado estable. La incidencia de información puede ser realizada por otra
parte en este caso por un proceso aleatorio (introducción de un polvo,
perturbación provocada en un punto de la solución); el germen cristali­
no puede no estar constituido por la especie química que constituye la

113
la amplificación en ÚJs procesos de infonnadón

solución metaescable, sino solamente por una especie que cristaliza en el


mismo sistema (sincristalización; ver también la forma de cristalización
del azufre -de marrón, líquido, a amarillo, sólido-).
Semejante proceso de amplificación es indefinido: cada capa del cristal
ya constituido sirve de señal para la solución sobresaturada inmediata­
mente vecina, y la lleva a cristalizarse: la información se transmite poco a
poco, en el límite en vía de progresión del cristal que se "alimenta" en su
"agua madre": la función entrada y la función salida se propagan, reclu­
tando progresivamente toda la energía potencial de la solución primitiva,
hasta la estabilidad final. Se puede llamar transducción a esta transferencia
progresiva, alimentada en energía por el cambio de estado local en el
lugar mismo en que se produce la transformación. Semejante proceso,
captado aquí en un caso elemental, es distinto de la transmisión de una
información bajo forma de propagación de una alteración mecánica o de
una perturbación electromagnética; en la transmisión, el campo atravesado
no es receptor, no releva energéticamente la incidencia de información, y
no cambia de régimen de equilibrio.
La propagación del influjo nervioso es de tipo transductivo; en estado
de reposo existe una polarización que la estimulación destruye localmente;
esta destrucción local desencadena la despolarización de la zona inmedia­
tamente vecina, y esta a su vez, habiendo cambiado de estado (por pasaje
de lo metaestable a lo estable), activa la zona siguiente. Tal proceso fue
realizado bajo forma de modelo macroscópico electroquímico por Lillie.
Notemos que el lugar de incidencia basta para determinar funcionalmente
la entrada y la dirección de la propagación de la onda de cambio de estado.
A pesar de lo que se ha creído por mucho tiempo, un cilindroeje conduce
en los dos sentidos, pero, si es estimulado en su extremidad periférica, la
onda de cambio de estado solo puede recorrerlo en un único sentido; los
términos extremos de la propagación transductiva son entonces entrada
y salida, sin implicar necesariamente un privilegio organológico. Sucede
igual con el modelo de Lillie, con tal de que se suprima el efecto del cambio
de estado transmitido no transductivamente (por conducción eléctrica
en el metal, lo cual cambia la polarización por relación al medio sobre
toda la longitud, en cuanto que el ataque del metal ha comenzado por
un punto). Existe así amplificación de la operación inicial de incidencia
despolarizante por iteración indefinida a lo largo del receptor.

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1. La amplificación transductiva

Los modelos tecnológicos que emplean un proceso transductivo su­


ponen
tJ1;¡ ·n la posibilidad de una reacción en cadena que se propague poco a
1111 ; según la estructura inicial más o menos limitante, la propagación
poco
toma
111ma una velocidad de transferencia aditiva o multiplicativa, según el
111odelo de la línea, de la superficie, del volumen, siendo la entrada so­
mo
l ,mente un punto; la propagación transductiva de la combustión en un
la
co rdón Bickford es una transferencia aditiva, así como la propagación de
l I oinda explosiva en un cilindro que contiene una mezcla estruendosa; en
la
cam unbio, la propagación de un incendio boscoso a partir de un foco es una
tran
1 r.1nsferencia multiplicativa según el modelo de la superficie; finalmente, la
ppropagación de la reacción química en un volumen de explosivo a partir
de
d" un punto central de encendido es una transferencia multiplicativa
scgún el modelo del volumen. El fenómeno sigue siendo informacional
a11m si la unión de elemento a elemento se hace por intermedio de una
Lransmisión, pero con la condición de que dicha transmisión solo sea la
expresión del cambio de estado del elemento anterior. Así, un fuego bos­
c·oso se propaga transductivamente aun si cada árbol incendiado emite
e·n torno suyo piñas y chispas que van a comunicar el fuego a los árboles
vecinos: es preciso que el árbol incendiado haya cambiado de estado, o
sea que haya entrado en combustión con el aire circundante, para emitir
de ese modo elementos que transportan el fuego más lejos; y es preciso
que esos elementos transmitidos sean recibidos por otros árboles en es­
tado mecaestable (secos, ventilados) para que la operación transductiva
continúe; las transmisiones intermediarias entre elementos transductivos
que cambian de estado autorizan solamente una mayor distancia entre
elementos; también pueden, si almacenan energía, causar un aplazamiento
en la propagación, mientras que conservan el esquema fundamental de la
amplificación transductiva.

Este modelo se aplica a los procesos psicosociales; en cierto sentido,


permite definirlos, puesto que los fenómenos psicosociales son psíquicos
en el sentido de que tienen una entrada que es una incidencia de tipo psí­
quico, individual; pero son sociales ya que se propagan por amplificación
transductiva, lo que los hace pasar de la dimensión individual de entrada
a la dimensión colectiva de salida. En efecto, los fenómenos puramente
psíquicos son aquellos que se producen en el individuo sin modificar su

145
La amplificación en los procesos de información

estado de equilibrio, sin activar en él una transformación que se traduzca


en una actitud percibida corno nueva y significativa por otro individuo. Es
información la incidencia que, en un grupo dado, conlleva un cambio de
equilibrio en cierto número de individuos, que, por el resultado mismo de
su cambio, desencadenan el cambio de otros individuos potencializados
de manera análoga. La condición primera es la existencia en un número
bastante grande de individuos de una metaestabilidad inicial que prede­
termine selectivamente la categoría de incidencias que pueden jugar un
rol eficaz de activación. Los estados censos -temor, inquietud, espera de
un cambio-y muy generalmente el equivalente psíquico de los regímenes
físicos de metaestabilidad, a saber el estado de afienación sentido colecti­
vamente, son la condición de posibilidad de los fenómenos psicosociales,
ya que alimentan en energía la trasnducción amplificante mediante la cual
se opera el pasaje de la incidencia del germen cristalino microscópico al
cambio de estado macrofísico del conjunto de la solución sobresaturada o
sobrefundida. En el caso del fenómeno psicosocial, el acto de incidencia
constituye la entrada por el hecho mismo de que la amplificación trans­
ductiva es efectivamente activada, y no por un privilegio institucional;
el rumor puede ser más eficaz que el comunicado, aun si el comunicado
saca provecho de importantes medios de transmisión como la difusión
hertziana o la prensa de gran tirada.
Un carácter esencial de la propagación transductiva es la existencia de
un umbral de activación y de un carácter cuántico de funcionamiento,
que procede por todo o nada, y que implica, tras cada cambio de estado,
un período refractario (o tiempo de recuperación) durante el cual ningu­
na incidencia de información es eficaz. Este recovery time, muy variable
según los campos, es la característica más importante a conocer para la
predicción de los cambios en los procesos psicosociales; permite definir
una verdadera constante de tiempo de cada efecto psicosocial, constante de
tiempo que gobierna y condiciona todos los procesos más complejos que
implican propagaciones transductivas: autorregulación, adaptación, ajuste
de nivel, oscilaciones. El tiempo de recuperación, para la fibra nerviosa, es
del orden de la milésima de segundo; en los fenómenos psicosociales (acti­
tudes étnicas, sentimientos nacionales), puede alcanzar semanas o incluso
afio s • S in embargo, los fenómenos psicosociales son generalmente más
rápido s qu e los fenómenos sociales ya que no requieren, para existir, una

146
1. La amplificación transductiva

m
111odificación de las condiciones de base (producción, desarrollo industrial,
1 oblación, tipo de educación), sino solamente una puesta en juego de
po
rese
1 sctvas energéticas ya potencializadas, inmediatamente disponibles; en

e 1 c·ampo psicosocial, "todo es posible", cuando el estado de las tensiones


pe nnite una propagación transductiva; pero las tensiones son selectivas;
no toda incidencia es para ellas una información eficaz, determinante;
a demás, la incidencia informacional debe presentarse en el momento
J11sto, ptiesto que la activación de las tensiones no está indefinidamente
disponible: la eficacia de la información requiere de las condiciones de
r�tructura (de contenido) y de las condiciones de oportunidad de la in­
es
c·idencia. "Todo es posible" en el dominio psicosocial, pero no cualquier
c·osa, en cualquier momento y de cualquier manera. Además, no todo
ess psicosocial: la realidad psicosocial, precisamente porque se alimenta
dle energías acumuladas, las utiliza y las destruye; es un intermediario
necesario entre lo individual y lo social, pero dicho proceso de pasaje, de
cambio de nivel, de pasaje de lo microscópico a lo macroscópico es incluso
momentáneo por naturaleza. No tiene continuidad si no se traduce en un
eefecto institucional en el nivel de las estructuras sociales. Los fenómenos
psicosociales son esencialmente informacionales. No están hechos de
actitudes, sino de cambios de actitudes; una actitud, como fenómeno
psicosocial, es una relación interindividual en curso de cambio.

117
2. LA AMPLIFICACIÓN MODULADORA

El esquema de la amplificación moduladora se obtiene al domesticar la


propagación transductiva, es decir controlándola y alimentándola en
puesto fijo para hacerla producir y trabajar en condiciones regulares. En
In transducción, el fenómeno de vaivén, de pasaje de la meraestabilidad
,a la estabilidad cambia perpetuamente de soporte al avanzar; en la mo-
dlulación, el lugar de pasaje del estado metaestable de la energía al estado
estable es fijo: una fuente de energía potencial (power supply) está en espera
y puede actuar por intermedio de un efector sobre una carga; la energía
ya no está contenida en estado difuso en la metaestabilidad del estado
Inicial del receptor, sino envuelta por un dispositivo de alimentación que
forma un cuasi-sistema con el efector que actúa sobre la carga; finalmente,
interviniendo como incidencia en el hiato de ese cuasi-sistema (preferi-:
mos este término al de Bertalanffy: sistema abierto), entre afirnentacíón
y salida de efector sobre la carga, existe la entrada. La entrada actúa como
un aislamiento variable que se interpone entre la fue nte de energía Y la
c arga; este aislamiento no añade energía al cuasi-sistema, ni la quita; pero
gobierna, controla el régimen del cambio de estado de la energía poten-
149
La amplificación m los procesos de iiiformación

cial, a cada instante, o bien por elección entre dos valores (todo o nada,
régimen pleno o régimen nulo, cierre o apertura del circuito que reúne la
fuente de energía y la carga), o bien por elección entre una infinidad de
valores comprendidos entre un máximo y un mínimo, entre la saturación
y el coree. En este caso, salvo si se apela, como en el tiratrón, a un proceso
transductivo auxiliar (la ionización en cascada), la irreversibilidad del
vector causal, orientado desde la entrada hacia la salida, subsiste, pero el
período refractario desaparece, puesto que la fuente de energía es ahora
exterior al lugar donde se efectúa el pasaje de la energía potencial a un
trabajo: esta permanente disponibilidad de energía potencial, indepen­
diente del trabajo ya efectuado o efectuándose, equivale a la conservación
de una metaestabilidad permanente. El modulador está perpetuamente
decidiendo según la incidencia de información; esta incidencia de infor­
mación gobierna instante por instante el régimen de transformación de
la energía potencial en trabajo.
El modulador es amplificador sin iteración o proceso de multiplicación
ya que pone en juego una relación entre términos extremos de una serie
energética incidente y de una serie local, realizando en un espacio privile­
giado una equivalencia entre dichos términos extremos. Si tomamos, por
ejemplo, el caso de un triodo con cátodo caliente, el espacio privilegiado
de equivalencia es aquel que está comprendido entre el cátodo y la grilla
de comando. Funcionalmente, este espacio pertenece al circuito de gran
energía que reúne los polos opuestos de la fuente de corriente anódica a
través del efector de salida (resistencia, motor, primario de un transfor­
mador) en serie con el espacio comprendido entre cátodo y ánodo en el
interior del triodo. La diferencia de potencial entre los polos de la fuente de
alimentación anódica crea, a través de la carga del efector, una diferencia de
potencial entre cátodo y ánodo. Actuando sola, esta diferencia de potencial,
cuando el cátodo está caliente, crea una corriente en el interior del triodo,
que es la corriente de saturación, si la diferencia de potencial es suficiente.
Pero el término extremo inicial de la transferencia bajo la influencia de
ese campo eléctrico entre cátodo y ánodo de los electrones emitidos por
el cátodo inte1ftere entre cátodo y grilla con el término extremo final de la
incklencia, es decir la diferencia de potencial por relación al cátodo que
crea s bre la grilla de comando el aporte de las señales de información; la
grilla, en es tee
· spacio privilegiado y sobredeterminado, crea ella también un

150
2. La amplificaci6n moduladora

c·ampo eléctrico, así como el ánodo; y su mayor proximidad por relación


ni cátodo confiere a la incidencia un rol depalanca por relación al régimen
dle la corriente anódica considerada como estando bajo la dependencia
compuesta y antagonista de la tensión de ánodo y de la tensión de grilla,
ambas por relación al cátodo. Si en efecto se supone que la tensión de
ánodo no es suficiente en el origen para alcanzar la saturación, el caudal
electrónico queda bajo la dependencia de la tensión de ánodo, con una
relación definida tensión/corriente; ahora bien, cuanto más se aproxima
la grilla al cátodo, habida cuenta de la distancia entre cátodo y ánodo,
más basta con una débil variación de la grilla para provocar la misma
modificación de intensidad anódica que una variación determinada de la
tensión de ánodo; allí reside el efecto de palanca ejercido por las variaciones
de tensión de grilla sobre el caudal anódico cuyo origen energético sigue
siendo no obstante la fuente de alimentación anódica. Una variación de
tensión de grilla muy pequeña tiene el mismo efecto que una variación
mucho más considerable de la tensión de ánodo, ya que la tensión de ánodo
forma parte del cuasi-sistema, mientras que la tensión de grilla es aquello
que interviene en el hiato de ese cuasi-sistema, a título de incidencia; el
modulador es un dispositivo que permite la irreversibilidad, no gracias
al pasaje de la metaestabilidad a la estabilidad del receptor, sino porque
una diferenciación funcional y organológica permite al término extremo
de una serie incidente, ser equivalente, en un espacio privilegiado muy
pequeño, al término inicial de una serie local, eventualmente mucho más
potente que la serie incidente.
La creación de esta equivalencia en el espacio privilegiado de inter­
ferencia funcional resulta de la puesta en presencia de un término final
débil y de un término inicial potente; la equivalencia es posible porque
el término inicial de la serie local está todavía muy cerca de su punto de
origen, por tanto ha podido suministrar muy poco trabajo, ha adquirido
muy poca energía cinética: la caída de potencial del que se beneficiaron
los electrones salidos del cátodo es muy débil en el nivel de la grilla de
comando; cuanto más débil es esta transformación de la energía poten­
cial local en energía cinética y en energía actual (adición) en el espacio
privilegiado, más elevada es la eficacia de la incidencia; por eso se emplea
en los tubos de cátodo caliente una polarización negativa de la grilla. En
cuanto a la energía de señales incidentes que llegan a modificar el potencial

151
La amplificación m las procesos tÚ infonnación

de la grilla, es la última etapa de una serie a veces larga de transformacio­


nes y de transmisiones que también aportan energía; esta energía ya no
está bajo la forma potencial; la modificación del potencial de grilla es su
última etapa: la serie incidente, antes de acabarse, controla a través de su
último término la serie local naciente, que a su vez podrá controlar como
portadora de información, en otro estrato de modulación amplificadora,
una nueva serie energética.
Esta estructura puede llamarse estructura de relevo, por analogía con la
relación de términos extremos finales e iniciales que existe entre la carrera
de un primer individuo, que llega agotado al final de su camino, y la del
segundo que, habiendo esperado, parte solo tras el arribo del primero, con
toda la reserva energética que le permitirá cumplir el suyo: la llegada del
individuo incidente controla la partida del individuo siguiente, y podría
asimismo controlar la partida de un numeroso equipo. Se podría decir que
el receptor es másjove'! en su devenir que la información incidente; la infor­
mación es el último término de una serie; la modulación amplificadora en
un relevo es también un intercambio entre ciclos de existencia; la realidad
incidente es más vieja que la realidad ÍIJcal. En este sentido, mediante el aporte
de energía potencial, el relevo realiza una regeneración. La amplificación
moduladora es un recomienzo, el pasaje a una nueva etapa.
Los modelos tecnológicos de amplificación moduladora son nume­
rosos; un triado con cátodo caliente, un transistor, son amplificadores­
moduladores, en los montajes en los que una sefial incidente de débil
energía controla una energía local más considerable. Se pueden realizar
montajes moduladores no amplificadores cuando se trata solamente
de controlar cierta clase de energía por medio de otra que actúa como
portadora de información; así, la modulación anódica de un emisor de
ondas hertzianas no es amplificadora; aquí, la energía aportada por la
corriente de baja frecuencia se afiade parcialmente a la que proporciona
la fuente de alimentación anódica del estrato modulado por el ánodo;
los moduladores con diodo no son amplificadores; tampoco se puede,
propiamente hablando, considerarlos como relevos ( ver Stevens y Tucker,
Modulators and Frecuency Changers). Incluso sería posible modular una
energía haciendo variar la adaptación de impedancia de la carga, lo cual
correspondería a modular por control de rendimiento; estos sistemas no
son amplificadores ya que no utilizan el término extremo final de la serie

152
2. La amplificación moduladora

de transformaciones incidentes para controlar en su nacimiento al término


e·xcremo inicial de una nueva serie local.
El esquema de la amplificación moduladora puede ser transpuesto en el
do 1 minio biológico y también en el dominio social; permite dar cuenta de
los funcionamientos en los cuales se estabiliza un proceso, a pesar de las
variaciones aleatorias de la carga, a través de una información que exprese
el nivel del efecto sobre la carga y que controle el régimen del modulador
e·n función de dicho nivel (nota 1, p. 160-161). La aucorregulación es
1por otra parte solo un caso particular del funcionamiento de la ampli­
fficación moduladora. Ese caso es interesante ya que produce efectos de
estabilización en el devenir, a pesar de las fluctuaciones del nivel de carga;
es
es·seos efectos de homeostasis se vuelven a encontrar en los organismos, sea
e·n los organismos vivientes como en los cuerpos sociales. Allí también
interviene en cada caso una constante de tiempo característica del campo;
la aurorregulación solo puede tener lugar si el retorno de información de
la salida a la entrada es corto por relación a la duración media de una
perturbación aleatoria de la carga que se trata de corregir; cuanto más
aumenta el desfase entre la perturbación y el retorno de información,
más hace falca reducir el coeficiente de amplificación del modulador para
evitar
e entrar en un régimen de inestabilidad. La teoría de los servomeca­
nismos, con los estudios de estabilidad (criterio de Nyquist) podría sin
eluda aplicarse a todos los funcionamientos homeostáticos, sean biológicos
o sociales. Pero es importante notar que la propiedad fundamental de la
a mplificación moduladora no reside en la autorregulación posible: reside
en el hecho de que la regulación, autónoma o heterónoma, solo puede
efectuarse por una reducción del régimen que vuelve eficaz la información.
Esta reducción del régimen es realizada, en los montajes técnicos, por
la polarización del modulador que, en ausencia de toda sefial, reduce su
régimen a una fracción de su pleno régimen de saturación. Tal es el efecto
dle la tensión negativa que se impone a la grilla de comando de un triado,
en ausencia de toda señal; en estas condiciones, una señal, de amplitud
pequeña por relación a esta tensión continua previa de polarización, es
e·ficaz, sea positiva o negativa; el montaje amplificador-modulador solo es
c orrecto y fiel si es polarizado; la magnitud de la polarización debe exceder
la de la señal incidente, y ser al menos igual a sus valores extremos, sino
e·l modulador recorta la sefial por cut-offo saturación.

153
La amplificación m las procesos tÚ infonnación

\J1
Un grupo
·1 NO ·i:11, y también un organismo, poseen una unidad funcio-
11 social

11nal1 ya
1,1 que
¡111• los diferentes subconjuntos que los constituyen admiten una
p olürlz a cíón común, que varía para todos al mismo tiempo cuando sufre
reajustes. La unidad del grupo social descansa sobre la homogeneidad de
las normas de la acción; ahora bien, las normas no son, en la gran gene­
ralidad de los casos, señales, contenidos que desencadenan por sí mismos
una acción determinada en un momento determinado, a la manera de un
programa; sino que las normas son una escala de valores que constituyen
la polarización previa de cada miembro del grupo y que lo vuelven capaz
de apreciar una información determinada, un esquema de conducta,
como una magnitud positiva o negativa por relación a esta polarización
inicial. En este sentido, una moral se distingue de una religión por el
hecho de que una religión implica un código, un contenido de sefiales
de acción, un programa de acción ritualizado, mientras que una moral
es una polarización sin programa, que suministra una escala de valores
en cada circunstancia, pero sin despliegue programado, sin ritualización.
Por su propia naturaleza, que es programa, la escala de valores religiosa
es rígida, fija, mientras que la de los valores morales es variable, y puede
modificarse en función del régimen medio de los acontecimientos.
Toda polarización, así como roda sefi.al de información recibida por
un amplificador-modulador, resulta de un acontecimiento o de una serie
de acontecimientos pasados, parcialmente arcaicos en el momento en que
opera el modulador. Esta estructura es un control del régimen actual de
la acción de la energía potencial sobre una carga en función de su pasado;
y este control se vuelve posible por una ralenrización de la acción de la
energía potencial, por una división de la potencia utilizable, gracias a la
polarización que actúa como inhibidor previo; la incidencia de un ele­
mento del pasado (información) en la acción presente del cuasi-sistema
necesita, para ser eficaz, una ralentización de la utilización de la energía
y una disminución del nivel de actividad total. El óptimo de estabilidad
homeoscática está lejos del máximo de las posibilidades de funcionamiento
del modulador, y por consiguiente lejos también de emplear a pleno
rendimiento la energía potencial de la fuente, a causa de las condiciones
de polarización. En el dominio social, religiones y morales operan una
limitación de la actividad en régimen permanente.

154
3. LA AMPLIFICACIÓN ORGANIZANTE

Un régimen común de transducción y de modulación puede establecerse


cuando las decisiones sucesivas de la transducción, en lugar de activarse
solamente una a la otra en una perpetua instantaneidad, se ordenan en
serie por medio de una autorregulación: el reclutamiento es así orientado
hacia un fin en lugar de ser indefinido; cada decisión sucesiva toma en
cuenta el efecto de las decisiones precedentes: el dominio de la trans­
ducción interviene como carga sobre la cual se efectúa un trabajo en la
secuencia de las decisiones sucesivas: hay como una previsión del trabajo
a cumplir desde el comienzo de la transducción. La serie transductiva de
decisiones es modulada por una información tomada sobre el conjunto
del campo, el cual interviene así como una totalidad en el recorrido que
lo recubre y lo transforma.
Un ejemplo de amplificación organizante es suministrado por la ma­
nera en la que es recibida e integrada la información visual en régimen
de percepción binocular. Las recepciones periféricas entregan imágenes
dispares sobre las retinas. Esta disparidad está constituida, por un lado,
por la dualidad de los puntos de vista que conducen a proyecciones re-

155
La amplificacMn en los procesos de información

tinianas no superponibles para un objeto único, y, por otra parte, por la


diferencia de recubrimiento de los planos sucesivos. Consideradas como
datos, las recepciones retinianas son incompatibles y no pueden dar a
luz ninguna consonancia, aun por empobrecimiento abstractivo puesto
que no son superponibles, incluso de manera parcial. Ahora bien, son
los datos mismos de esta incompatibilidad en el nivel retiniano los que
sirven de motor organizante, de principio de seriación en un sistema de
compatibilidad de orden más elevado, donde todos los datos son remo­
delados y se reordenan según el relieve y la estructuración sucesiva de
los planos. En la imagen realmente percibida, todos los elementos que
existen sobre una u otra de las retinas se encuentran presentes: no hay
resto, no hay detalle eliminado. La tensión de incompatibilidad entre las
dos imágenes retinianas se vuelve seriación, organización compatibilizante
y totalizante, principio dimensional de orden más elevado. Semejante
operación es una resolución de problema. Aquí, la información no es una
estructura dada, sino un desencuadre de estructuras, entre estructuras
próximas, una cuasi-identidad que sin embargo excluye la superposición
y la identificación. La información interviene como exigencia, problema
planteado, sistema de compatibilidad a inventar por pasaje a una axio­
mática dimensional más elevada; es esta exigencia la que, aquí, lleva el
control; no es una estructura que se deja relevar por una energía reciente,
como en el modulador polarizado.
La organización se vuelve posible por correlación de procesos trans­
ductivos y de procesos moduladores; el proceso transductivo tiene como
efecto esencial permitir el cambio de orden de magnitud de una modifi­
cación, por pasaje de lo elemental a lo colectivo (lo que hemos llamado
el fenómeno psicosocial de amplificación por reclutamiento, por medio
de la propagación progresiva de las transiciones en un medio metaes­
table); el proceso transductivo crea la homogeneidad final de todo el
campo recorrido y realiza la ontogénesis de una macroestructura a partir
de una microestructura-germen y de una energía de estado macrofísica;
la modulación se ejerce según la vía complementaria e inversa: algunas
estructuras macrofísicas transportadas por una energía débil gobiernan el
devenir de una población perpetuamente nueva de elementos microfísicos
determinados muy cerca del origen de su recorrido libre como la población
de los electrones salidos del cátodo caliente del tubo al vacío, y sometida

156
3. La amplificación organizante

a la vez a la acción del campo anódico (que continuará ejerciéndose de


forma cada vez más eficaz en la continuidad del desplazamiento) y del
campo debido a la grilla, consecuencia última de acontecimientos que
llegan al término de su realización. Este control de la realidad naciente
por la realidad antigua define el modo social del proceso informacional:
el modelo triódico es el análogo funcional de una estructura social. Aho­
ra bien, existe posibilidad de organización cuando hay compatibilidad
entre estos dos procesos, según un modo de síntesis real. La posibilidad
aparece cuando el control es ejercido no por una sola estructura, sino
por un grupo, dicho de otro modo por un nudo de tensión entre dos o
varias estructuras. La adquisición de forma es sucesiva, hecha de etapas
encadenadas, pero esas etapas son simultáneamente significativas desde el
punto de vista de la organización; responden a un problema modulador
único, dado por entero, y en tanto que etapas de una acción organizada,
pueden estar sometidas a una transducción reversible; es en la totalidad
de su encadenamiento que una acción posee su significación, según una
forma de complejidad que implica memoria y previsión.
Se debe notar que existen condiciones comunes a la conciencia y a la
vida: el viviente está en relación con su medio, y, según la hipótesis de
Lamarck, una invención evolutiva se realiza por incorporación al organis­
mo, bajo forma de funciones nuevas, de secuencias de acontecimientos
que estaban antiguamente bajo la dependencia del medio; el problema
vital es resuelto por ampliación del organismo que absorbe y estabiliza
operaciones anteriormente exteriores y aleatorias; aquí, el problema plan­
teado no está hecho solamente de términos interiores al viviente, sino
de términos interiores y de términos exteriores en relación compleja de
correlación y de incompatibilidad parcial. Del mismo modo, la conciencia
no está echa solamente de contenidos que la remiten a sí misma; se apoya
sobre la correlación entre términos autógenos y términos alógenos; es esta
relación la que es base problemática. La resolución del problema no es un
simple arreglo de términos autógenos, sino una ampliación del campo
de la conciencia gracias a la nueva organización descubierta, que vuelve
compatible en un sistema dimensional más vasto los viejos elementos de
interioridad y de exterioridad. La organización no es una obra autárquica
ni para el organismo ni para la conciencia. Una analogía funcional tan
profunda debe conducir a no separar vida y conciencia como dos órde-

157
La amp/ifi(ar:Mn m ÚJs procesos de infonnación

nes e:x:traños entre sí. Es probable que en un cierto nivel de integración,


algunos problemas vitales solo puedan ser resueltos por las modalidades
conscientes; en este sentido, la conciencia sería función de vida ya que
sería fuente de amplificación organizante; en sentido inverso, nada per­
mite decir que algunos aspectos elementales de vida no estén dotados de
conciencia. Pero una hipótesis semejante, que conduciría a considerar
la organización como la forma más compleja de amplificación, la cual
incorpora a la vez un proceso transductivo y un proceso modulador, y
que !os correlaciona funcionalmente, conduciría también a considerar la
resolución de los problemas vitales y psíquicos (por tanto la evolución y
la in"\"enci6n), como suponiendo, a título de base, la posibilidad anterior
de aspectos sociales y psicosociales. Esta afirmación puede parecer para­
dojaL pero no lo es realmente, si se realiza una extensión de la noción de
relaciones sociales: al gu nas moléculas, algunas células elementales pueden
estar unas por relación a otras en una relación de tipo social, que implica
control, modulación, reducción de actividad; el fenómeno psicosocial es
entonces solamente la propagación transductiva de una perturbación, la
cual, habiendo realizado un cambio de equilibrio en el nivel elemental,
resuena en el nivel colectivo por reclutamiento de todos los elementos.
Tal vei las grandes etapas filogenéticas tengan por condición fenómenos
sociales y psicosociales; ya, la noción de sociedad, primero definida para
el ho10bre, se extiende a las especies animales; pero puede ser generalizada
de manera más completa, y englobar relaciones entre vegetales e incluso
entre moléculas; asimismo, la relación de tipo psicosocial, definida pri­
mero en las relaciones interindividuales humanas, es susceptible de recibir
una generalización. Desde entonces, se podría considerar que existe una
relación dialéctica entre la relación psicosocial, la relación social pura, y la
relación de organización, la cual aparece como síntesis de las dos primeras:
transducción, modulación, organización serían los tres niveles del proceso
infonnacional de amplificación, por reclutamiento positivo, limitación,
y descubrimiento de un sistema de compatibilidad (nota 2, p. 161-162).

15 8
CONCLUSIÓN

S bien los tres modos posibles de amplificación son característicos de


Si
rr ·s tipos de vínculos en relación dialéctica, uno puede preguntarse ante
tre
� do si la relación dialéctica no es siempre el progreso en tres etapas de
to
u1111 proceso de amplificación inicialmente transductivo, luego modulador,
finalmente organizador, debiéndose esta sucesión a la modificación del
dlo minio que realiza el ejercicio de un tipo determinado de amplificación.
En efecto, la amplificación transductiva es esencialmenre positiva;
no11 supone aislamiento ni límite; es el modelo de la operación positiva,
c¡ue se alimenta de sí misma y se propaga mediante el resultado instan-
t1ú11eo de su propio ejercicio: se afirma puesto que causa perpetuamente
su 11 capacidad de avanzar; es autoposición, y no es autolimitada. A la
inversa, la modulación supone aislamiento entre sus órganos funda­
mmentales: fuente de energía, entrada, salida del modulador; no es una
propagación autocondicionada, sino una operación de puesto fijo que
s·olo es posible por una inhibición de la actividad espontánea posible:
se·e inscribe negativamente en la actualización de una energía potencial,
y disminuye el rendimiento de la transformación posible. En lugar de
159
La amplificació11 m los procesos de i11fonnació11

ser, como la transducción, movimiento hacia la zona rica en energía


potencial a partir del dominio ya estructurado, lleva a cabo un some­
timiento de una serie naciente del devenir al acto final de una serie
anterior; determina lo nuevo según la estructura de lo viejo (acción de
relevo), lo condiciona. Mientras que la transducción está orientada hacia
el porvenir, la modulación es una victoria de lo viejo sobre lo nuevo, un
reciclaje de la vieja estructura. La modulación es el acto crítico, reductor
en el sentido propio del término; es el modelo del control, de la auto­
ridad en el campo social, así como de la operación destinada a evitar
la variación fortuita, a detectar el error. La organización corresponde a
la estabilidad del presente completo, dilatado en momento, etapa que
condensa y mantiene una cierta dimensión del pasado y una cierta du­
ración de porvenir: corresponde a un espesor de tiempo, y de tiempo
presente, mientras que la transducción es un impulso instantáneo hacia
el porvenir, y la modulación una iteración fija del pasado bajo las espe­
cies de la conservación. El orden de esta sucesión es necesario, puesto
que la modulación solo puede llegar en un dominio donde ya existen
estructuras; la transducción es precisamente capaz de crear estructuras
a partir de un medio homogéneo metaestable.
Por último, si la característica misma del psiquismo es la capacidad de
organización, los actos de organización deben estar precedidos de ope­
raciones transductivas y moduladoras que los preparan dialécticamente.
Son esencialmente cransductivas algun as actividades instintivas en cadena
y algunos procesos de tipo asociativo. Por el contrario, las actividades de
abstracción y de generalización, controladas por el razonamiento formal,
que aplican esquemas adquiridos a contenidos nuevos, son modulado­
ras. Finalmente, los actos de invención organizadora tienen a la vez la
fecundidad de los procesos asociativos y la capacidad forrnalizante de la
modulación.

Nota 1
Un modo de amplificación existe elementalmente en la estructura de
c onAic to: cuando varios esbozos de estructuración son lanzados juntos
en un medio metaestable, cada una de ellos comienza a inducir un
ca mbio que 11e ga hasta los límites del campo disponible e incluso puede

160
Conclrisión

rec11 ·iclar en provecho de su propia estructura, incorporar al campo de su


¡ topia transducción el terreno que ya había sido estructurado por otros
pr
gé• rmenes; en este caso todo el conflicto constituido por los diferentes
d nminios diversamente estructurados deviene un campo de expansión
, �Lructural para el germen que aporta la estructura que agota de lama­
est
•ra más completa las posibilidades de cambio de estado de la realidad
nnera
mrnctaestable;
e algunas débiles estructuraciones previas (que no agotan las
posibilidades energéticas) contienen un desafío para algunas estructura-
c1 Iones fuertes. En particular, antiguas estructuras sociales de modulación,
111antenidas por una estructura autoritaria que solo emplea una parte de
lal I energía disponible y obtiene un débil rendimiento, ofrecen un terreno
d' expansión a una estructuración transductiva intensa, que emplea más
de
profundamente las reservas de energía y desemboca en un resultado
111ás estable. El juego, donde cada jugador aporta la contribución de su
a•puesta personal, es un modelo simple de amplificación transductiva:
la apuesta está en estado metaestable durante la partida; la guerra es de
Igual especie, en especial cuando se vuelve un vasto conflicto: el vencedor
e·ncuentra un vasto campo de expansión a estructurar, si las metaesta­
bilidades que están contenidas allí no son refractarias a los gérmenes
e�·structurales que aporta; en el juego, siendo la apuesta en dinero, es
s'Íempre homogénea a las posibilidades estructurales del ganador; en el
confücto, el vencedor no siempre puede estructurar transductivamente
e·l dominio que ha conquistado; en ese caso, se contenta con modularlo
autoritariamente imponiéndole las estructuras que ya ha utilizado en
s·u derecho y sus instituciones; pero desemboca entonces en una inhibi­
c·ión, en un rendimiento débil, y las energías no empleadas constituyen
una metaestabilidad residual que permite a movimientos psicosociales
co· nstituirse e interrumpir la modulación asimiladora y autoritaria. El
ac1 ceso a la independencia de los pueblos colonizados presenta este pasaje
de la modulación a la transducción.

Nota2
Asimilando un grupo social a un modulador, se puede explicar parcial­
mente por motivaciones sociales las elecciones sucesivas de las direcciones
dle búsqueda para las invenciones organizadoras: en cada época y en cada

161
La amplificación en los procesos de información

civilización, es el tipo más pregnante de escasez sentida por el modulador


social el que motiva la búsqueda desinteresada. La Antigüedad greco-latina
de las civilizaciones occidentales manifiesta esencialmente una escasez de
informaciones incidentes; ha elaborado filosofías del saber, de la sabiduría,
representaciones del mundo, metafísicas. Por el contrario, tras el Renaci­
miento, la puesta en marcha de las ciencias exactas colma la falta de saber;
pero entre la información y la acción eficaz sobre la carga que es el mundo
a transformar existe un amplio hiato: la escasez es la de una acción eficaz,
tan segura y ordenada como el saber científico; así nace la búsqueda de
una metodología técnica y humana de acción eficaz; el objeto mismo es
analizado como el resultado de una acción constructiva que procede por
etapas transductivas ordenadas y que operan una transferencia de fuerza,
de causalidad, de apoyo o de evidencia; es una larga cadena, resultado de
una operación y futuro instrumento de operación posible. La deducción
es un modo controlado de transducción sobre símbolos, mientras que
los métodos analógicos, paradigmáticos, de la Antigüedad son de tipo
modulador. Finalmente, a partir del siglo XIX, el desarrollo de las téc­
nicas de realización trajo el fin de la escasez metodológica de realización
operatoria: es entonces la energía potencial lo que hizo falta para estos
amplios conjuntos que poseen saber y método operatorio; la búsqueda de
power supply en las dimensiones de las sociedades del siglo XIX condujo
el pensamiento filosófico al descubrimiento de las realidades motrices,
motivaciones humanas del socialismo, fuentes naturales de los fisiócratas,
explotación de la naturaleza por los hombres en sociedad del marxismo.
La filosofía del siglo XIX es bajo sus diferentes formas una filosofía de la
energía potencial; es la etapa última de una evolución dialéctica. Con la
noción de organización, la nuestra comienza un nuevo ciclo, donde se
manifiesta, como en la Antigüedad, una búsqueda primordial de saber,
de información que se pueda poner a la entrada del modulador social o
psicosocial (colectivo) 1•

1
Ver La individuation a la lumiere des notions de forme et d'information,
rcnoble, Millon, 2005 (Ed. cast.: La individuación a la luz de las nociones de
forma y dt información, Cactus, Bs.As., 2015).

162

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