Está en la página 1de 4

PRESE

ICO
lar
NCIA
PARROQUI
20
DE
AL SANTA
FORMACIÓN INTEGRAL HUMANA Y RELIGIOSA
JORNADA DE AMBIENTACIÓN
4 de noviembre de 2020

DIOS
3er. Día Estudiantes de 5to. y 6to. de la Secundaria.

20
ANA
1er. Momento

8:00 A.M.

9:30 A.M.
Misa en Acción de Gracias por el inicio del Año Escolar 2020 – 2021.

Receso

-
2do. Momento

10:00 A.M. Retroalimentación del día anterior.


- ¿Qué hicimos ayer?
- ¿Cómo lo hicimos?
- ¿Qué aprendimos?

20
- ¿Qué recuerdan que se dijo hoy en la Misa?

Dinámica opcional de las propuestas o las que propongan los estudiantes.

10:30 A.M. Tema: Resumen Carta Encíclica Fratelli Tutti, Papa Francisco.

21
«Fratelli Tutti», escribía san Francisco de Asís para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y
proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio. De esos consejos quiero destacar uno donde
invita a un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio. Allí declara feliz a
quien ame al otro «tanto a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él». Con
estas pocas y sencillas palabras expresó lo esencial de una fraternidad abierta, que permite
reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del
universo donde haya nacido o donde habite.

Este santo del amor fraterno, de la sencillez y de la alegría, que me inspiró a escribir la encíclica
Laudato si’, vuelve a motivarme para dedicar esta nueva encíclica a la fraternidad y a la amistad
social. Porque san Francisco, que se sentía hermano del sol, del mar y del viento, se sabía todavía
más unido a los que eran de su propia carne. Sembró paz por todas partes y caminó cerca de los
pobres, de los abandonados, de los enfermos, de los descartados, de los últimos.
Él no hacía la guerra dialéctica imponiendo doctrinas, sino que comunicaba el amor de Dios. Había
entendido que «Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios» (1 Jn 4,16). De
ese modo fue un padre fecundo que despertó el sueño de una sociedad fraterna, porque «sólo el
hombre que acepta acercarse a otros seres en su movimiento propio, no para retenerlos en el suyo,
sino para ayudarles a ser más ellos mismos, se hace realmente padre».

Dios «ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad, y
los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos». Entrego esta encíclica social como un
humilde aporte a la reflexión para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a
otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no
se quede en las palabras, sino que abra al diálogo con todas las personas de buena voluntad.

El Covid-19 dejó al descubierto nuestras falsas seguridades. Más allá de las diversas respuestas que
dieron los distintos países, se evidenció la incapacidad de actuar conjuntamente. A pesar de estar
hiperconectados, existía una fragmentación que hacía más difícil resolver los problemas que nos
afectan a todos. Si alguien cree que sólo se trataba de hacer funcionar mejor lo que ya hacíamos, o
que el único mensaje es que debemos mejorar los sistemas y las reglas ya existentes, está negando
la realidad.

Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana,
podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad. Entre todos: «He ahí un
hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la
vida aisladamente. […] Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos
ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! […] Solos se corre el
riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos». Soñemos
como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta
misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada
uno con su propia voz, todos hermanos.

Video para compartir con los estudiantes y hacer la reflexión:

https://www.youtube.com/watch?v=zK6EsogCKMM

1. Las sombras de un mundo cerrado.


Estamos cada vez más divididos, más solos. Se descarta a los que no son útiles, los que no
sirven. Muchos pierden derechos y sufren nuevas formas de esclavitud. ¿Dónde queda la
dignidad humana?

2. Un extraño en el camino.
El buen samaritano nos muestra que hay caminos de esperanza. El herido tirado en el
camino es ignorado por muchos… Solo uno se detuvo, le regaló cercanía. En el mundo de
hoy, con tantas heridas abiertas, ¿pasamos de largo?, ¿somos el buen samaritano? Hemos de
elegir.
3. Pensar y gestar un mundo abierto.
Llegar a las periferias donde viven los “exiliados ocultos”. Pensar en la dignidad de cada
persona. Cuidar unos de otros. Entregarnos sinceramente a los demás. Podemos hacer
muchas cosas para evitar el mayor peligro: no amar.

4. Un corazón abierto al mundo entero.


El ser humano no tiene fronteras. Frente a los límites podemos acoger, proteger, promover e
integrar a las personas diferentes que llegan. Abramos lo local a lo universal,
enriqueciéndonos con otras culturas.

5. La mejor política.
¿Puede existir la fraternidad universal a la paz social sin una buena política? Que sea de
suma voluntad de individuos y avance hacia la justicia para todos. Una política que lleve la
dignidad humana al centro y tenga la caridad social como eje, que afronte los problemas del
mundo de hoy y renueve las estructuras y organizaciones sociales. Que abra a todos y
globalice los derechos más básicos.

6. Diálogo y amistad social.


El diálogo ha de ser la base de la política. Un diálogo que respeta el punto de vista del otro
y también buscar la amistad social en el encuentro con los más desfavorecidos. Así
podemos hacer más: curar las heridas del desencuentro y restablecer la paz.

7. Caminos de reencuentro.
La verdadera reconciliación se alcanza de manera proactiva, “en” el conflicto, superándolo a
través del diálogo. Así llegaremos realmente al perdón y lograremos la reconciliación.

8. Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo.


El diálogo entre religiones hace presente a Dios en nuestras sociedades. La violencia no
encuentra fundamento en las convicciones religiosas, sino en sus deformaciones. Entre las
religiones es posible establecer amistad, paz, armonía, compartir valores: un camino de paz.
El punto de partida debe ser la mirada de Dios, porque Dios no mira con los ojos, Dios mira
con el corazón.

REFLEXIONA Y COMPARTE CON TUS COMPAÑEROS (AS) LAS SIGUIENTES


PREGUNTAS.

1. ¿Cuáles son los principales males sociales que afectan al bienestar en nuestro mundo?
2. ¿Qué consecuencias podemos observar de la falta de fraternidad entre las personas?
3. ¿Cuáles acciones de convivencia social propone el Papa Francisco en esta carta encíclica?
4. ¿Cuáles acciones yo desarrollaría para mantener la convivencia fraterna entre mi familia,
escuela y comunidad?
Para cerrar esta reflexión hacemos esta oración:

Señor y Padre de la humanidad, que creaste a todos los seres humanos con la misma dignidad,
infunde en nuestros corazones un espíritu fraternal. Inspíranos un sueño de reencuentro, de diálogo,
de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sanas y un mundo más digno, sin hambre, sin pobreza, sin
violencia, sin guerras.
Que nuestro corazón se abra a todos los pueblos y naciones de la tierra, para reconocer el bien y la
belleza que sembraste en cada uno, para estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes, de
esperanzas compartidas. Amén.

11:00 A.M. Evaluación del día y la jornada.


a. ¿Qué hicimos en el día de hoy?
b. ¿Qué fue lo que más te ayudó en el día de hoy?
c. ¿Qué fue lo que menos te gustó? ¿Por qué?
d. ¿Qué se podría mejorar del día de hoy?
e. ¿Qué tema recuerdas más de la jornada de ambientación?
f. ¿Qué temas sugerirías para el futuro en esta jornada?

11:30 P.M. Cierre con las informaciones de lugar.

También podría gustarte