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p
ensamiento» dice mi diccionario (sufi san como loritos, confunden el cosmos con la
ciente, para el caso: el American He estructura de su aldea, y creen que el embarazo
ritage), tiene dos sentidos primarios: incapacita a los varones») ha ido haciéndose cada
(1) «acto o proceso de pensar; cogita- vez más difícil de obviar.
ción», y (2) «producto del pensar; idea; noción». La formulación originaria del tema del «pensa
En aclaración de lo primero, «proceso» vendría a miento primitivo» -esto es, que mientras que no
implicar, tal como solemos decir, una serie de sotros, los civilizados, por así decir, actuamos
fenómenos psicológicos, como «atención», «ex analíticamente, relacionamos las cosas de manera
pectativa», «intención», e incluso «esperanza», lógica, y las verificamos de modo sistemático,
dejando bien claro que todos ellos pueden apli como puede verse por nuestras matemáticas,
carse a cualquier tipo de «acto mental», que vaya nuestra física, nuestra medicina, y nuestro dere
desde la memoria al sueño, y desde la imaginación cho, los salvajes se pierden en una especie de
al cálculo. En cuanto a lo segundo, «producto» batiburrillo de imágenes concretas, participacio
vendría a englobar, a grandes rasgos y sin dema nes místicas, y pasiones inmediatas, como puede
siadas distinciones, prácticamente la cultura en su verse por sus mitos, sus ritos, su magia, y su arte
conjunto: «la actividad o producción intelectual de ha venido a quedar, por supuesto, cada vez más
una determinada época o clase social». El pensa desautorizada, según han ido conociéndose otros
miento es lo que ocurre en nuestras cabezas. Y modos de pensar (y ha ido descubriéndose, tam
pensamiento es, en especial, lo que sale de ellas, bién, cuán poco virginal es la razón); por más que
una vez lo condensamos. esta forma de ver las cosas se conserve aún en
Otros significados contrapuestos del mismo ciertos tipos de psicología evolutiva, ciertas escue
término, por supuesto, no resultan en sí mismos las de historia comparativa, y ciertos círculos di
sorprendentes, al menos en el lenguaje corriente; plomáticos. El error, como de modo bien diferente
la polisemia, como dicen los lingüistas, es la: con se ocuparon en demostrar a lo largo de sus vidas
dición natural de las palabras. Y traigo a colación tanto Boas como Malinowski, está en intentar in
este ejemplo porque nos lleva al meollo mismo del terpretar los datos culturales como si se tratara de
problema de la unidad y la diversidad, tal como expresiones individuales, en vez de instituciones
viene apareciendo en las ciencias sociales desde, sociales. Cualquiera que pueda ser la conexión
por lo menos, los años veinte o treinta. El movi entre el pensamiento como proceso y el pensa
miento general de estas ciencias durante dicho miento como producto, el modelo «Rodin» -el
período ha ido en el sentido de un progreso conti pensador solitario que sopesa hechos o da vueltas
nuado hacia la radical unificación del pensamiento a sus fantasías- resulta inadecuado para clarifi
humano, desde el punto de vista de nuestro primer carla. Los mitos no son sueños, y la belleza racio
sentido, el «psicológico», como un acontecimiento nal de las demostraciones matemáticas en modo
interno, al tiempo que un no menos sostenido alguno es garantía de la salud mental del·matemá
progreso se producía hacia una visión radical tico.
mente pluralista, en el segundo de nuestros senti La segunda formulación del tema, el «relati
dos, el «cultural». Nos vemos pues forzados, vismo cognitivo», consistió, posteriormente, en
tanto si trabajamos en laboratorios, como si lo una serie de intentos, más o menos desesperados,
hacemos en clínicas, arrabales, bancos de datos, o de sortear esta falacia de la cultura-como-ejecuto
aldeas africanas, a indagar lo que realmente pen ria-del-pensamiento, y el provincianismo del «no
samos sobre el pensamiento. sotros-lógicos, ellos-confusos» que la acompa
En mi propia y particular esquina de las ciencias ñaba. Cada producto cultural concreto (formas
humanas, la antropología, este tema ha venido gramaticales amerindias, variaciones estacionales
siendo tratado en todo momento con especial ten de las pautas de asentamiento ártico, técnicas de
sión. Malinowski, Boas, y Lévi-Bruhl, en la fase adivinación africanas) empezó a relacionarse con
formativa de la disciplina, Whorf, Mauss, y procesos mentales específicos (percepción senso
Evans-Pritchard, tras ellos, Horton, Douglas y rial, captación del tiempo, atribución causal). El
Lévi-Strauss en la actualidad, han sido del todo ·valor veritativo de las hipótesis específicas propues
incapaces de desentenderse de él. Formulado, tas -que los hopi ven el mundo natural como
primeramente, como el problema del «pensa compuesto de acontecimientos más que de obje
miento primitivo», más tarde, como el del «relati- tos; que los esquimales experimentan el tiem�o
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Los Cuadernos de Antropología
como cíclico, y no como serial; que los azande tas, ansiosos como todos estaban por deshacerse
conciben las cadenas causales en términos mecá de nociones tales como las del pensamiento primi
nicos, aunque explican su intersección en térmi tivo o el racismo cultural. Si bien el contenido de
nos morales- puede resultar problemático. Con tal identidad quedó limitado a las formas más ge
todo, dichos estudios sirvieron al menos para es nerales de la capacidad mental general, esto es,
tablecer la distinción entre los vehículos que sir poco más que a la capacidad de aprender, sentir,
ven a la gente para pensar, y los actos de percep abstraer, y establecer analogías. Al ir entrando en
ción, imaginación, memoria, o lo que sea, que de juego contextos más circunstanciados, incompati
hecho ponen en juego cuando piensan. bles entre sí y difíciles de integrar como conjun
Donde menos exitosa resultó esta distinción, tos, la evasividad puesta en juego -todo es general
una vez hecha, fue a la hora de evitar el particula en términos generales, pero particular en términos
rismo de «cada pueblo tiene la psicología que se concretos- iba enrareciéndose progresivamente.
merece», que generalmente suele acompañarla. Si La reacción de aquéllos (etnógrafos, sociólogos
las formas verbales, los modos de acampada, o los del conocimiento, historiadores de la ciencia, de
rituales con envenenamiento de pollos producen votos del lenguaje ordinario) cuyas condiciones de
en cierto modo formas concretas de funciona trabajo en plein air hacían difícil que pudieran
miento mental, resulta altamente difícil explicar de ignorar que, por bien que funcionen los computa
qué modo los individuos encerrados en una de dores, se evidencie la gramática, y eros se des
terminada cultura consiguen penetrar el pensa vele, el pensamiento, tal como «en estado natu
miento de los individuos encerrados en otra. Dado ral» lo encontramos, se muestra como algo vario
que el trabajo de los relativistas cognitivos se fun pinto, ha llevado a trasladar el problema desde el
daba precisamente en el postulado de que tal pe enmarañado ámbito de las mentalidades al supues
netración era posible, e incluso podía llegar a pro tamente más dúctil del significado. Para los es
fundizarse, la solución dada resultaba no poco tructuralistas, Lévi-Strauss cum suis, el aspecto
incómoda. Los tensores hopi (palabras que deno «producto» del pensamiento se convierte en una
tan intensidad, tendencia, duración o potencia, multiplicidad de códigos arbitrarios, en verdad di
concebidos como fenómenos autónomos) provo versos, cada uno de ellos con sus particulares
can razonamientos tan abstractos, decía Whorf, jaguares, tatuajes y carnes asadas, que sin em
que superan casi nuestro poder de comprensión. bargo, una vez adecuadamente descifrados, entre
«Nos sentimos», suspiraba por su lado Pritchard, gan como texto básico las invariantes psicológicas
al abordar los poemas vacunos y los sacrificios de del lado procesual. La distinción entre un mito
pepinos del Alto Nilo, «como espectadores de una
representación de sombras chinescas, que con
templan sobre una pantalla proyecciones faltas de
sustancia... lo que el ojo ve y el oído escucha no
es lo mismo que la mente percibe».
La situación empezó a complicarse debido a
que, como ya antes mencioné, al mismo tiempo
que esta radical pluralización del lado «produc
tivo» del pensamiento tenía lugar, no sólo en an
tropología, sino también en ciertos sectores de la
historia, la literatura, la filosofía y la sociología,
empezaban a tomar fuerza toda una serie de pode
rosos enfoques uniformadores, especialmente en
el campo de la psicología, y la lingüística, y de
otras originalidades del momento, como la teoría
de los juegos y la informática. Tales enfoques han
tenido efectos dispares. Lo único que liga entre sí
a Freud, Piaget, Von Neumann, y Chomsky (por
no mencionar a Jung y a Skinner) es la convicción
de que la mecánica del pensamiento humano per
manece invariable por encima del tiempo, el espa
cio, la cultura y las circunstancias, y todos por
igual saben en qué consiste. Con todo, el movi
miento general de convergencia hacia concepcio
nes universalistas de -por usar la palabra más
neutral que se me ocurre- la ideación, ha venido a
provocar efectos no menos pluralizadores. La
identidad fundamental del funcionamiento mental
del horno sapiens,- la llamada «unidad psíquica de
la humanidad», ha seguido siendo un artículo de fe
básico hasta para los más reacios de los relativis-
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Los Cuadernos de Antropología
brasileño y una fuga de Bach se establece sobre la equivalente al problema de cómo un cristiano en
base de contrastes perceptuales, oposiciones ló tiende a un musulmán, un europeo a un asiático, y
gicas, y relaciones de transformación. Para los un antropólogo a un aborigen, o viceversa. Todos
neo-durkheimianos, como Mary Douglas, aunque somos ahora nativos, y todo el mundo que no sea
la persuasión se expande hasta abarcar la ortodo nosotros mismos resulta ser exótico. Lo que en
xia en antropología social, historia social y psico otro tiempo parecía ser cuestión de averiguar si
logía social, el lado productivo y el procesual vie los salvajes podían distinguir los hechos de las
nen a conectarse de nuevo por medio de un nuevo fantasías, parece ser ahora cuestión de averiguar
y mejorado tipo de determinismo sociológico, en cómo los otros, del otro lado del mar o del fondo
el que los sistemas de significación se convierten del pasillo, organizan su mundo de significados.
en una especie de término medio entre las estruc Es por aquí, pues -sobre cómo debe entenderse
turas sociales, que son variables, y los mecanis la expuesta diversidad del pensamiento moderno
mos psicológicos, que no lo son. Las leyes alimen por donde quiero proseguir un poco más. Y no
tarias hebreas, incansablemente dedicadas a pros porque sea mi intención llegar a una comprensión
cribir comidas, representan los límites de la con cabal. Lo que estaría por encima de mi personal
ciencia obsesiva de una comunidad hermética competencia, y de la de cualquiera. Es ésta una
constantemente sometida a la amenaza de absor tarea que, como la poética y la paleontología, re
ción. Para los teóricos de la acción simbólica (un quiere el estudio en equipo de una serie- de estu
grupo pequeño pero tozudo, al que, con algunas diosos, incursos en lo que Kuhn, que no deja de
reservas presto mi adhesión), el pensamiento tiene acuñar nuevos términos para uso y abuso de lec
que ver con la manipulación intencional de formas tores rápidos, llamaría una «matriz disciplinar».
culturales, y las actividades externas, como la En verdad, es hacia la constitución de tal matriz,
venta a domicilio o el cultivo de la tierra, son tan mediante el esbozo de lo que considero deben ser
buenos ejemplos de esto como las actividades in sus líneas maestras, hacia donde mis observacio
ternas que tienen que ver con los deseos o los nes se orientan. Hacer una llamada, como a punto
arrepentimientos. Pero, cualquiera que pueda ser estoy de hacer, en favor de una etnografía del
el enfoque (y aún hay otros), lo que en otro pensamiento, es tomar postura sobre lo que es el
tiempo se consideró como algo que afectaba a la pensamiento, mediante una toma de postura sobre
comparatividad de los procesos psicológicos entre cómo debe pensarse al respecto.
pueblos distintos es hoy considerado, dado lo mu Llamar al estudio del pensar, tal como tiene
cho que en estos días hay que rechazar, como algo lugar en los foros y ágoras de la vida moderna,
que afecta a la conmensurabilidad de las estructu «etnografía» puede parecer un intento de arrimar
ras conceptuales entre distintas comunidades de el ascua a mi propia matriz interdisciplinar, la
discurso. Cambio de formulación, éste, que ha antropología. Pero no es ésta en modo alguno mi
conducido a muchos investigadores a lo que su intención. Sobre todo sabiendo como todo el
pongo que habría que denominar una epistemolo mundo sabe al respecto más de lo que los antropó
gía práctica: Víctor Turner, E. Leach, Mircea logos sabemos, ofuscados como aún estamos por
Eliade, o Melford Schapiro, por ejemplo, sin pasar las peleas de gallos y los osos hormigueros. Mi
por el relativismo, y otros, como Th. Kuhn, Mi intención es simplemente subrayar una cierta in
chel Foucault, Nelson Goodman, o yo mismo, por clinación que le es propia: a saber, que existe (o,
ejemplo, introduciéndonos en él de manera más al menos, debería existir) una iniciativa histórica,
compleja. sociológica, comparatista, interpretativa, y en
La idea de que el pensamiento es espectacular cierto modo cógela-como-puedas, cuya meta es la
mente múltiple como producto y excepcional de volver oscuras cuestiones inteligibles, envol
mente singular como proceso, ha venido pues a viéndolas en un contexto informacional. Lo que
convertirse en una paradoja cada vez más fuerte conecta entre sí a Víctor Turner, en sus devaneos
mente alentadora en el campo de las ciencias so con el simbolismo del color en los ritos de paso, a
ciales, que conduce a una teorización en las más Ph. Aries, que lo mismo habla de las imágenes de
diversas direcciones, algunas de ellas razonables, la muerte que de las imágenes pedagógicas de la
por más que la naturaleza de semejante paradoja infancia, y a Gerarld Holton, en su husmear temas
haya venido a ser considerada cada vez más como a partir de las manchas de aceite, es la creencia en
algo relacionado con problemas de traducción, y que la ideación, sutil o de otro tipo, es un artificio
con la forma como el significado de cada concreto cultural. Como las clases o el poder, es algo a lo
sistema de expresión se expresa en otro distinto que hay que caracterizar mediante la construcción
-hermenéutica cultural, pues, más que mecánica de sus expresiones sobre la base de las actividades
conceptual. Bajo esta perspectiva puede resultar que las sustentan.
no más abordable de lo que lo fue con anteriori Hay toda una serie de implicaciones que se des
dad; si bien esto al menos ha servido para volver a prenden de modo bastante directo de la idea de
meter la guerra en casa, dado que el problema de que el pensamiento (cualquiera: tanto el de Lord
cómo un copernicano entiende a un tolemáico, un Russell como el del Baron Corvo; el de Einstein o
francés de la Quinta República a uno ancien ré el de un esquimal al acecho) debe ser entendido
gime, o un poeta a un pintor, puede verse como «etnográficamente», esto es, describiendo el
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Los Cuadernos de Antropología
mundo en el que adquiere sentido. Pero hay tam larmente, deberían intentar llevar sombrero mexi
bién toda una serie de miedos, poderosos, avasa cano, como decía Stevens. Es cuestión de conce
lladores, y hasta la fecha extraordinariamente difí bir la cognición, la emoción, la motivación, la
ciles de aplacar, que estimula de manera más di imaginación, la memoria... lo que sea, como asun
fusa. Lo que para unos, herederos de la tradición tos, directa e inherentemente, sociales.
del hecho social y sus impulsos pluralizadores, Cómo llevar a cabo ésto, cómo analizar el uso
parece como la introducción de más provechosos simbólico como una acción social y establecer con
modos de pensar sobre el pensamiento, parece a ello una psicología de lo externo, constituye, por
otros, a los herederos de la tradición de los acon supuesto, un asunto tremendamente difícil por el
tecimientos internos y sus tendencias unificado que todo el mundo, desde Kenneth Burke, J. L.
ras, como una voladura de los fundamentos de la Austin y Roland Barthes a Gregory Batesob, Jür
razón. gen Habermas, y Erving Goffman, en cierto modo
La más obvia de las implicaciones directas es la ha pasado. Pero, lo que sí es claro, si algo hay
de que, dado que en esta perspectiva el pensar claro, es que hacerlo implica un intento de atrave
consiste en traficar con las formas simbólicas dis sar la paradoja de lo plural/uniforme, producto
ponibles en una u otra sociedad (lenguaje, arte, proceso, contemplando a la comunidad como una
mitos, teorías, ritos, tecnología, derecho, y todo · tienda en la que los pensamientos se construyen y
ese conglomerado de máximas, recetas, prejui se deconstruyen, liistorizan el terreno que captu-
cios, e historias plausibles que suelen denomi ran y se rinden, alcanzando con ello a cuestiones
narse sentido común), el análisis de tales formas y tan centrales como las formas de representación
dichas comunidades es ingrediente indispensable, de la autoridad, el establecimiento de límites, la
y no ancilar, para su interpretación. La sociología retórica de la persuasión, las expresiones de com
del conocimiento, por hacer mención de un rubro, promiso, y el registro de discrepancias.
demasiado kantiano para mi gusto, con frecuencia Es aquí donde lo imaginario toca con lo político,
mencionado aquí, no consiste en emparejar varie o peor, donde la incomodidad de aquéllos para
dades de conciencia con tipos de organización so quienes el intelecto (o el sello) resulta ser algo
cial, para después establecer flechas causales que aparte, la gruta secreta de Ryle, la esencia crista
vayan de los segundos a las primeras -los raciona lina de Rorty, aumenta de manera seria -una in
listas que se adornan con birretes cuadrados, se comodidad que se expresa de maneras múltiples
sientan en sillas cuadradas, y piensan cuadricu- no siempre concordantes: como miedo al particu
larismo, como temor al subjetivismo, como miedo
ante el idealismo, y por supuesto, suma y cifra de
todo ello, como esa especie de Grande Peur inte
lectualista, que es el miedo al relativismo. Si el
intelecto es algo tan alejado del mundo, lo que hay
que garantizar ¿es su generalidad, su objetividad,
su eficacia o su verdad?
Este miedo al particularismo, que (supongo que
ahora está claro) yo considero como una especie
de neurosis académica, resulta especialmente no
toria en mi propio campo, la antropología, donde a
aquéllos que prestamos atención a los casos con
cretos, siempre particularizados, se nos dice que
estamos con ello minando la posibilidad de acce
der a conocimientos generales, y que deberíamos
más bien emplearnos en algo más propiamente
científico, como la sexología comparada o la ener
gética cultural; pero también se manifiesta con
cierta fuerza en el campo de la historia, cuyo
terror de que, por dedicarse a conocer cada cosa
en particular no llegue a conocerse nada en con
creto, describió en cierta ocasión uno de sus pro
fesionales. La acusación de subjetivismo, que
ciertos sociólogos o historiadores atraen sobre sí,
tal vez con mayor frecuencia que el resto de noso
tros, consiste en que si se interpretan las teorías o
las ideologías por entero sobre la base de los hori
zontes conceptuales de quienes las detentan, se
cierran los cauces por los que puede llegar a juz
garse acerca de su coherencia o su respectivo
grupo de progreso. En cuanto al idealismo, lo que
generalmente suele entenderse por tal cosa no es
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Los Cuadernos de Antropología
la adhesión a determinada doctrina filosófica cla sin duda una especie de cambio de marea en el
ramente identificable -esse es percipi, o lo que pensamiento de ambos. Pero, antes de proseguir
sea-, sino simplemente el hecho de que al prestar por esta vía, que implicaría demasiados detalles
no demasiada atención a las manifestaciones su técnicos y podría además ser prematura, quiero
perficiales, a los símbolos y cosas por el estilo, las hacer un poco más visible el enfoque etnográfico,
realidades profundas, las neuronas y demás, pue delineando lo que ocurre cuando se aborda el
dan quedar obscurecidas por apariencias acceso tema general que aquí se discute; la vida a la vez
rias. Todos estos pecados, más las acusaciones prísmica y uniforme del intelecto. Mi tesis de que
globales de laxitud moral y confusión lógica (Hi el aspecto plural del asunto, el que atrae a los
tler suele ser traído a colación a este respecto), zorros del trabajo de campo, tiene tanto que de
que el relativismo evoca. La idea de que el pen cirnos como el lado uniformista, el que atrae a los
samiento está donde se lo encuentra, y de que se lo lebreles .de ia teoría, claramente exige, si no una
encuentra en todo tipo de formas culturales y di demostración, al menos algo más situado del lado
mensiones sociales, y de que es con tales formas y de la enunciación de presupuestos metodológicos
tamaños con lo que hay que trabajar, se considera y procedimientos de investigación.
en cierto modo como una protesta contra la impo El primero de tales supuestos, y el más impor
sibilidad de decir nada al respecto, como no sea el tante, tiene que ver con el hecho de que las diver
a cada uno lo suyo, de Roma, por encima de los sas disciplinas (o matrices disciplinares), humanís
Pirineos, y no en el Sur. ticas, científico-naturales y científico-sociales por
igual, que constituyen el desperdigado discurso
Pero es mucho más lo que hay que decir. Mu del academicismo moderno, son algo más que me
cho más, como ya dije, acerca de la traducción, ros marchamos intelectuales: son modos de estar
sobre cómo se desplazan los significados, o per en el mundo, por emplear la fórmula heidegge
manecen inmóviles, relativamente intactos de uno riana, o formas de vida, por usar la witgenstei
a otro discurso; sobre la intersubjetividad, y cómo niana, o variedades de la experiencia noética, por
los distintos individuos llegan a concebir, o no adoptar la jamesiana. Del mismo modo que los
llegan, cosas relativamente similares de manera papúas o los amazónicos habitan el mundo que se
similar; sobre los cambios que sufren los marcos imaginan, otro tanto hacen los físicos teóricos o
mentales (revoluciones y todo éso), cómo se des los historiadores que estudian el Mediterráneo en
lindan las provincias intelectuales ( «hoy en día la época de Felipe II -o, al menos, éso es lo que el
disponemos de denominaciones parcelares»),
cómo se mantienen las normas de pensamiento,
los modelos mentales adquiridos, la división men
tal del trabajo. La etnografía del pensamiento,
como cualquier otro tipo de etnografía -o culto, o
matrimonio, o gobierno, o intercambio- es un in
tento de evitar exaltar la diversidad, para com
prenderla de manera más seria como un objeto de
descripción analítica y reflexión interpretativa. Y,
en cuanto tal, no supone la más mínima amenaza
ni para la integridad de nuestra fibra moral, ni
para que ningún lingüista, psicólogo, neurólogo,
primatólogo, o artificiero de la inteligencia artifi
cial consiga descubrir las constantes del procesa
miento de efectos, percepciones, aprendizaje, o
información en general. Para lo único que consti
tuye una amenaza es para el prejuicio, según el
cual los poderes prístinos (por tomar un término
de Theodore Schwartz) que todos tenemos en co
mún revelan mucho mejor nuestro modo de pen
sar que las visiones y versiones (por tomar uno de
Nelson Goodman) que, aquí y ahora, socialmente
construimos.
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El aspecto que uno de estos modos de indaga
ción desvela sobre lo que los demás hacen pre
senta, por supuesto, no pocos problemas de tra
ducción; los cuales, en la medida en que puedan
ser negociados y puedan establecerse conexiones
entre sus respectivas comunidades, provocarán
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Los Cuadernos de Antropología
antropólogo se imagina. Sólo cuando empezamos talmente implicados; gente que, según la maravi
a darnos cuenta de ésto, a ver que disponerse a llosa frase de Albert Schutz, «van creciendo jun
de construir la ingeniería de Yeats, o a sumirse en tos». Como tales, difieren de los datós que se
los agujeros negros, o a medir los efectos de la consiguen en las encuestas, las votaciones, o los
escolarización en los logros económicos no es sólo censos, que proporcionan hechos referidos a cla
asumir una tarea técnica, sino un marco cultural ses de individuos sin más relación entre sí: todas
que define una gran parte de la propia vida, la las mujeres graduadas en económicas durante la
etnografía del pensamiento moderno empieza a década de los 60; o el número total de artículos
parecer un proyecto imperativo. Los papeles que sobre Henry James publicados bianualmente
creemos cumplir resultan ser intelectos que des desde la II Guerra Mundial. El interés central que
cubrimos tener. la antropología otorga a las comunidades natura
El desarrollo de métodos de investigación orien les, grupos de gente mutuamente implicados de
tados a explicar tales mentalidades representativas muy variados modos, hace posible convertir a lo
y hacerlas inteligibles para aquéllos a los que pa que a primera vista parece un material heterogé
recen extrañas o malas (así como, igualmente, neo en una red de comprensiones sociales mutua
para aquéllos que las detentan, y a quienes pare mente reforzadas. Y, puesto que los intelectuales
cen meramente inevitables) apenas, por supuesto, modernos no resultan más solitarios que los bos
carece de antecedentes que le sirvan de guía. La quimanos, otro tanto sería posible hacer con ellos.
reducción de la perplejidad ante las formas de ver De hecho, cuando venimos a dar a la sustancia
las cosas que nos resultan poco familiares ha de las cosas, una vez despojadas de encubrimien
constituido casi una especialidad de al menos una tos tales como la «literatura», la «sociología», o la
corriente de mi propia disciplina; la que trata de «física», las más concretas y efectivas comunida
hacer de los tewa, los turcos, o los trukeses algo des académicas resultan no ser mucho más gran
menos que meros enigmas rellenos de acertijos. des que la m�yor parte de las aldeas campesinas y
Pero otros también lo han intentado: los historia dotadas de un crecimiento similar. Incluso disci
dores, especialmente los preocupados por algo plinas enteras pueden caber dentro de esta misma
más que descubrir cómo llegamos a ser un poco pauta: aún resulta, al parecer, cierto que casi to
más listos de lo que solíamos; los críticos litera dos los matemáticos creativos (esos hombres a los
rios, especialmente los que han leído algo más que que un esteta del Quattrocento describió como
sólo Twain y Melville en su lengua original; y gentes que aquietan su entendimiento con demos
ultimamente los filósofos, a quienes se les ha ocu traciones) se conocen entre sí, y la interacción, o
rrido que si la gramática resulta glosar el mundo por mejor decir, la solidaridad durkheimiana, exis
para los ingleses (o, en la otra página, para los tente entre ellos dejaría corta a la de un zulú.
alemanes), tendrá que hacerlo también, sólo que Hasta cierto punto, otro tanto puede decirse de
de otra forma, para los chinos. Ccm todo, hasta el los plasmocitólogos, de los psicolingüistas, de los
momento, y a pesar de cuanto hayamos podido estudiosos del Renacimiento, y toda la serie de los
aprender sobre cómo ponerse a la altura de la que, adaptando una vieja expresión de Boyle, po
experiencia de otros y trasmitir al menos la parte dríamos llamar «colegios invisibles». De todas es
de ella cuyas inclinaciones son bien diferentes, no tas unidades, o aldeas intelectuales, si se quiere,
ha sido posible establecer una conexión intersub pueden recogerse datos convergentes, ya que las
jetiva entre historiadores y sociólogos, psiquiatras relaciones entre sus habitantes son indefectible
y juristas, o, por intentar vender una herida, entre mente de carácter no meramente intelectual, sino
entomólogos y etnógrafos. políticas, morales, y ampliamente personales (en
En cualquier caso, y por centrarme solamente los días que corren, incluso, cada vez más, marita
en mi campo, hay toda una serie de temas metodo les) también. Los laboratorios e institutos de in
lógicos que podría describir como relevantes para vestigación, los principales departamentos univer
una compre·nsión etnográfica del pensamiento sitarios, las capillas artísticas y literarias, las fac
moderno. Pero me contendré y haré referencia, de ciones intelectuales, son todos ellos grupos que se
manera breve, a sólo tres de ellos: el uso de Io,I ajustan perfectamente a estas pautas: comunida
datos convergentes; la explicación de las clasifica des de individuos que mantienen entre sí lazos
ciones lingüísticas; y el examen de los ciclos vi múltiples, y en las que lo que se descubre sobre A
tales. resulta revelador para comprender a B, porque,
Por datos convergentes, quiero entender las conociéndose como se conocen desde hace tiempo
descripciones, mediciones, y observaciones que y muy bien, cada uno interviene como personaje
se quieran, por diversas que sean, e incluso misce en las biografías de los otros.
láneas, tanto en lo que hace referencia al tipo y el El segundo tema metodológico que parece
grado de precisión o generalidad, como las que se transferible de la etnografía general a la etnografía
refieren a hechos no normalizados, recogidos de del pensamiento, el que tiene que ver con las
forma casual y heteróclitamente retratados, y que categorías lingüísticas, no es por supuesto especí
a pesar de todo se clarifican mutuamente por la fico de la antropología; todo el mundo, como suele
simple razón de que los individuos a los que des decirse, se halla «inmerso» en el lenguaje en estos
criben, miden u observan, se hallan mutua y vi- días. Si bien el interés antropológico, ya desde la
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Los Cuadernos de Antropología
época fundacional en que se discutía sobre el Hasta las más amplias y grandiosas clasificacio
«mana», el «tabú», el «potlach», el «lobola», etc., nes, aquéllas que contienen fuertes elementos tí
se centra en un aspecto muy especial. Tiende a picos de «definición persuasiva», incluyendo la
concentrarse en los términos clave que, cuando su misma tan traída y llevada división entre «Cien
significado se desvela, parecen iluminar todo un cias» y «Humanidades», se hallan maduras para
modo de actuar en el mundo. este tipo .de examen. En nuestra propia gran sub
Puesto que me hallo pre-programado para inte área intermedia, la «Tercera Cultura» que Snow
resarme por este tipo de cuestiones, los vocabula dejó olvidada, tanto si se quiere llamarla Ciencias
rios en los que las diversas disciplinas se hablan a Humanas, Sociales, Conductuales, o de la Vida
sí mismas de sí mismas lógicamente me fascinan (aunque sea negándole el calificativo de «Cien
como modos de conseguir acceder a los tipos de cia»), nos revela no poco sobre lo que todo este
mentalidades que en ellas obran. Ya se trata de intento es, o al menos debería ser, o quizás habría
esforzadamente que evitar que fuera. De igual
matemáticos, discurseando, como tantos degusta
manera, las distinciones establecidas entre cien
dores henológicos, sobre las diferencias, extrema
d:'lmente reales para ellos en apariencia, pero invi cias «duras/blandas», «puras/aplicadas», y «ma
duras/inmaduras», o la distinción dentro del
sibles para cualquier otro, entre demostraciones
«profundas», «elegantes», «bellas», «poderosas» campo de las humanidades «artes creativas/estu
y «sutiles»; o de los físicos, cuando invocan tér dios críticos», están marcadas por idénticos su
minos de alabanza o descalificación tales como brayados, merecedores de una reflexión, en vez
«tacto» o «deslavazado»; o los críticos literarios, de los ocasionales exabruptos contra los tecnócra
cuando hacen referencia a la presencia relativa al tas del pensamiento o los mandarines de New
menos para los profanos, de una misteriosa pro Haven que habitualmente suelen propinárseles.
piedad, denominada «actualización»; los términos Hay toda una serie de modos de ver las cosas
con los que los devotos de la investigación aca que pueden demostrarse útiles a la hora de pensar
démica representan sus metas, juicios, justifica sobre el pensamiento. Me limitaré a mencionar
ciones, etc., adoptan, en mi opinión, un largo des dos.
vío, una vez adecuadamente comprendidos, para El primero es la peculiar pauta profesional que
llegar a captar lo que la investigación como tal se marca a las disciplinas académicas: a saber, el
propone. modo como suele comenzarse por el meollo
mismo de la cuestión, para acabar terminando en
los márgenes. La introducción en la comunidad
académica tiene lugar en las proximidades de la
cúspide o cerca del centro. Sin embargo, la mayor
pai;te de la gente no llega a establecerse ni cerca
de la cúspide, ni siquiera del medio, sino en una
región más próxima a la base, e incluso fuera del
todo -cualquiera que sea la imagen que quiere
emplearse al respecto. Más concretamente, la in
mensa mayor parte de los doctorados en mi profe
sión, por ejemplo, han sido premiados por siete u
o_c,ho universidades; pero sólo una mínima propor
c10n de ellos, encuentra trabajo en esas mismas
universidades. Hay también, por supuesto, docto
res que han recibido premios de otras institucio
nes, y tal vez incluso (aunque las figuras más
recientes no soportan mucho tal idea) el fenómeno
se ha ampliado en los últimos años. Con todo aún
s�gue siendo cierto que la mayor parte de la �ente
sigue una pauta profesional según la cual se man
tienen durante varios años en el meollo mismo de
la cosa, y luego, en diverso grado y a distintas
velocidades, se ven, según la jerga de la profesión
«�esplazados hacia abajo» -o, al menos, éso per
ciben ellos. El fenómeno en otras disciplinas re
sulta aún más marcado. Los departamentos de
Física _de todo el país están llenos de gente que
«estuvieron en el MIT (o en el Cal Tech*) durante
algún tiempo»; e igualmente, el haber estudiado ambición mucho más modesta, en el sentido de
Historia de Inglaterra en Princeton y enseñarla que los investigadores, artistas, científicos, profe
luego en el Estado de Louisiana puede marcar de sionales, y (¿podemos esperarlo?) administrado
manera especial una vida. res, cuyas radicales diferencias están, no sólo en
El segundo, y estrechamente relacionado, sus opiniones, ni siquiera en sus pasiones, sino en
asunto que quiero mencionar en relación con esto los fundamentos mismos de sus respectivas expe
son los distintos ciclos de maduración -o al menos riencias, puedan empezar a encontrar algo cir
eso se supone- que tienen lugar en los diversos cunstanciado que decirse entre sí. La famosa res
campos académicos. Las matemáticas, por su puesta que Harold Nicholson parece haber dado a
puesto, son un caso extremo, al menos tal como una dama en una calle de Londres, en 1915, sobre
aparece en la imaginería popular:_ la _gente d� esta por qué él, joven como era, no estaba en el frente
profesión suele florecer a los diec10cho anos Y defendiendo a la civilización -«Señora ¡ Yo soy la
agotarse a los veinticinco. La Historia, donde gene civilización!»- no resulta ya posible ni siquiera en
ralmente se considera que los tipos de cincuenta los niveles más altos. Todo lo que podemos espe
años están más maduros y en mejores condiciones rar -y sería uno de los más raros fenómenos, un
para abordar obras de gran aliento, es evidente milagro útil- es poder ingeniar modos de acceso
mente el extremo opuesto. Un visitante del Insti que establezcan puentes entre las diversas vidas
tute for Advanced Study, donde pueden obser vocacionales.
varse prácticamente todo tipo de ciclos en cacofó IV
nica operatividad a la vez, parece haber pregun
tado en cierta ocasión a un matemático y a un La cuestión de a dónde ha ido a parar lo «gene
historiador, a la hora del té, cómo iban las cosas ral», cuando hablamos de «educación general», y
por aquel lugar. «Bueno, ya ve», dijo el historia cómo podríamos ayudar a resucitar tal cosa para
dor señalando con la mano a los jóvenes imberbes evitar criar una raza de bárbaros altamente prepa
que había en derredor, «esto sigue siendo un par rados, los «especialistas» de Weber, «privados de
vulario de matemáticos». «Y un asilo de historia espíritu, sensualistas sin corazón», es algo que
dores», replicó el matemático. obsesiona a cuantos pretenden pensar seriamente
Evidentemente, los hechos son bastante más sobre la vida intelectual de nuestros días. Pero, la
complejos y exigen conceptos más sutiles para mayor parte de los debates que en torno a este
determinar su verdadera naturaleza. No tengo probléma surgen me parece a mí que están conde
propuestas sustanciales que hacer a este respecto, nados a una cierta esterilidad, a una interminable
ni tampoco en los otros que he planteado de forma oscilación entre posturas igualmente defendibles,
tan superficial. Mi punto de vista es que las no aunque de tipo más bien académico, dado que
ciones «nativas» sobre la maduración (y posmadu toman como punto de partida la idea de lo que hay
ración) que tiene lugar en los diversos campos, que restaurar (o no hay que restaurar) es una
junto con las ansiedades y expectativas que pro especie de humanismo difuso, un humanismo «er
vocan, configuran en gran medida lo que cualquier visado», como en algún lado ha dicho Max Black,
entidad dada pueda ser, «mentalmente», desde que «tenga que ver con nuestros apremiantes pro
dentro. Otorgan un tono distintivo tanto a los ci blemas, y no con los de los atenienses ociosos o
clos vitales, como a las estructuras de edad, y los cortesanos del Renacimiento». Por atractivo
facetan un tipo de esperanzas, miedos, deseos, y que tal programa pueda resultar (y yo, personal
decepciones que impregnan todo el conjunto, y mente, no lo encuentro tanto) está abocado a un
que deben ser indagados del mismo modo que se callejón sin salida.
ha hecho con los indios pueblo y con los pigmeos El sello de marca de nuestra moderna concien
de Andamán, y aún no se ha intentado con los cia, como obsesivamente he venido repitiendo, es
químicos y los filósofos. su enorme multiplicidad. Para nuestra propia
Como digo, cabría la posibilidad de ir por ahí, época, y en adelante, la imagen de una perspec
aconsejando a los p-ensadores cómo empezar a tiva general, de una Weltanschaung, surgida de
entender lo que se traen entre manos. - Pero, los estudios humanísticos (o, para el caso, de los
puesto que estamos aquí ocupados en un tema a la estudios científicos), y orientada a configurar la
vez más certeramente específico y más amplia dirección de la cultura, es una pura quimera. No
mente general, el de la unidad y la diversidad de la sólo falta por completo la base clasista que puede
vida del espíritu, es preciso llegar a esbozar algu dar forma a tan unitario «humanismo», base que
nas implicaciones sobre el pensar acerca del pen ha desaparecido junto con las cómodas bañeras de
samiento, en cuanto actividad animada, organi antaño y los coches de punto, sino que, más im
zada y orientada de manera diversa. portante aún, también han desaparecido los viejos
Concretamente, la ya muy feneciente esperanza acuerdos que fundaban la autoridad académica, la
de que pueda existir de nuevo (si es que alguna autoridad de los libros, y las viejas maneras. De
vez la hubo) una alta cultura integrada, anclada en llevarse a efecto la etnografía del pensamiento que
las clases educadas y orientada a establecer una aquí proyecto, estoy seguro que sus indagaciones
norma intelectual general para la sociedad como no harían más que confirmar esta impresión.
un todo, tiene que ser abandonada en favor de una Ahondaría, incluso, la sensadón que tenemos de
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Los Cuadernos de Antropología
una radical variedad de los modos de pensar, de él lo veía, al menos, la crisis acertaba mejor con el
bido a que ampliaría nuestra percepción de seme meollo de la cosa que la simple metodología:
jante variedad más allá de los ámbitos temáticos, El asunto de las demostraciones permaneció
metodológicos, y técnicos de la tradición acadé abierto durante algo más de un año -lo que no
mica, y similares, para remitirnos al marco más es nada inhabitual cuando los economistas, los
general de nuestra experiencia moral. La concep biólogos, o incluso los físicos, discuten algo; el
ción de un «nuevo humanismo», fundado en la conflicto atrajo la atención precisamente por
forja de una ideología general «la mejor que pueda que tales cosas resultan casi del todo inhabitua
pensarse y enunciarse», destinada a plasmarse en les en matemáticas. De todos modos el equipo
el ciclo de estudios, aparecería no ya como mera japonés descubrió un error en su demostración
mente implausible, sino además utópica. Y posi en julio del 74.
blemente, también, preocupante. El problema, como se puede ver, no está en
Pero, en la medida en que una más afinada que las demostraciones· fueran demasiado lar
percepción de cuán profundamente llegan a pene gas o complicadas -la nuestra, por ejemplo,
trar en nuestras vidas la especificidad de nuestra ocupaba veinte páginas. Sino, más bien, debido
vocación, y en qué pequeña medida tal vocación a que la teoría homotópica es un campo abs
no es tanto un trabajo que elegimos como todo un tracto carente de interés, lo que hizo que sólo
mundo que habitamos, en la medida en que éso un investigador se tomara el trabajo de verifi
pueda llegar a disolver las esperanzas de una car por separado ambas demostraciones. En
nueva forma de culture générale de l' esprit, no parte debido a esta razón, yo mismo he sufrido
por éso tenemos que resignarnos a la anarquía, al una «crisis matemática». Precisamente porque
desánimo, .o al más profundo solipsismo. El pro no puede haber «quizás» en matemáticas, y
blema de la integración de la vida cultural se con porque las matemáticas se han ido separando
vierte en algo que tiene qué ver con la posibilidad de forma tan imparable de la realidad, he llegado
de que la gente llegue a habitar mundos diferentes, a la conclusión de que no puedo permitirme más
que tengan genuino y recíproco impacto mutuo. victorias de este tipo. El próximo otoño me ma
Es cierto que, en la medida en que exista una tricularé en una facultad de medicina.
conciencia general, ésta se funda en la interacción La otra cita está tomada de un breve artículo
de una desordenada multitud de visiones no del que apareció, de manera totalmente independiente
todo conmensurables, por lo que la vitalidad de del anterior, una semana más tarde aproximada
semejante modo de conciencia depende de la po mente, y titulado «La labor de los físicos: despejar
sibilidad de crear las condiciones para que tal inte el universo», firmado por un profesor del Fermi
racción llegue a tener lugar. Y, por ello, el primer Institute de la Universidad de Chicago. Dicho ar
paso consiste sin duda alguna en aceptar la pro tículo estaba provocado por el hecho de que los
fundidad de tales diferencias; el segundo en com estudiantes, y el resto de la gente, consideramos a
prender lo que tales diferencias puedan ser; y el los físicos «agudos, tajantes y secos». Los físicos
tercero en constituir una especie de vocabulario no son así, dice el firmante, con cierta aspereza, y
que permita su formulación pública -uno en el que tampoco la vida es así. Prosigue, dando algunos
econometristas, epigrafistas, citólogos, e iconolo ejemplos de tal cosa en lo que a la física concierne
gistas puedan emplear por igual para dar cuenta -la hormiga normal sobre el globo normal en ex
unos a otros de lo que hacen. pansión, etc.- y concluye:
Para demostrar que este problema, el de la pro En física ocurre igual que en la vida: no hay
funda disimilitud de los intelectos profesionales perfección. Nada hay perfectamente acabado.
configurados, no es lo que tengo en rríi cabeza, Siempre hay algo mejor, y aún mejor, y todo
como estratagema de un antropólogo empeñado depende del interés que uno se tome por ello.
en llevar adelante su trabajo, citaré, a modo de ¿Está realmente curvado el universo? La cosa
conclusión, dos tribunas de opinión del New York no es tan tajante ni tan simple. Las teorías van
Times, aparecidas hace un par de años. La pri y vienen. Ninguna de ellas es totalmente cierta
mera es una carta, escrita por un joven, y al pare o totalmente falsa. Las teorías tienen una espe
cer brillante, profesor adjunto de matemáticas del cie de ubicación sociológica que cambia al apa
Rutgers, en respuesta al editorial del Times refe recer nuevas informaciones.
rido a un trabajo suyo, que el periódico, con su «¿Es correcta la teoría de Einstein?». Puede
habitual estilo de moderado apocalipsis, había titu hacerse una encuesta y comprobarlo. Einstein
lado «Las matemáticas en crisis». La «crisis», tal parece estar actualmente «en lo cierto». ¿Pero
como el Times la entendía, consistía en que dos quién sabe si es verdad? Creo que hay la idea
equipos de investigación independientes, uno de que la física tiene una primordialidad, una
americano, y otro japonés, habían producido dos certeza y una verdad, que yo no veo en ella
demostraciones mutuamente contradictorias, tan en absoluto. Para mí la física es la actividad
complicadas y largas que no había posibilidad de que realizo durante el tiempo que va del desa
reconciliarlas. Esto no era correcto, según el autor yuno a la cena. Nada tiene ésto que ver con la
de la carta, que debía saberlo bien, puesto que era Verdad. Tal vez la Verdad queda «fuera». Uno
miembro de uno de los equipos, decía. Tal como piensa más bien: «Bueno, parece que esta idea
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Los Cuadernos de Antropología