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Crítica del cuento Evocación Mortífera

Luego de leer el relato “Evocación Mortífera” se evidencian varios aspectos que, desde mi

punto de vista, lo convierten en un buen cuento. En primer lugar, su estructura es de

resaltar porque rompe con la manera en que comúnmente se escriben los cuentos; es

decir, aquella narración en orden cronológico. En este cuento, por el contrario, el orden

en que se narran los acontecimientos, aunque parezca lineal en gran parte de la historia,

no se presentan como tal, sino que hay un retroceso en el tiempo, teniendo como punto

de partida los recuerdos de David Lauder (personaje principal). Asimismo, es de destacar

como recurso narrativo la forma original en cómo el autor da a conocer la historia, ya que

la presenta a través de un recuerdo, es decir, los acontecimientos no ocurren en un

tiempo real, sino que se originan o se materializan a partir de las evocaciones del

personaje principal.

En segundo lugar, el argumento del cuento es destacable si se tiene en cuenta lo dicho en

el texto de Julio Espinosa Guerra respecto en la que el autor afirma que: “la historia oficial

es un maquillaje y sólo al rascar sobre él sabemos qué hay debajo. Escribir es rascar,

entonces, hasta llegar a la médula de esas historias particulares. Y luego, contarlas” (p.2)

En ese sentido, David Lauder, perteneciente a una de las familias más notables e

importantes del pueblo es sólo un maquillaje, ya que esta categorización no representa

realmente al personaje principal, ya que tiene intereses y comportamientos que no

corresponden o se escapan de los de su familia. Por ende, el creador de este cuento, quizá
tuvo en cuenta lo dicho por Espinosa, llegando a esa historia particular: el enamoramiento

del distinguido y de alta alcurnia, David Lauder, por su una criada Juana Ríos.

Por otro lado, el argumento de la historia es cambiante y no predecible. Inicia con David

Lauder sentado en el borde de su cama junto con la descripción de su procedencia; sigue

la descripción de la amada y las aventuras amorosas que tuvo con ella; finaliza con su

trágica muerte.

En el texto de teoría, Espinosa afirma que: “toda historia comienza con algo que sucede. Y

que seguirá sucediendo a lo largo de la novela o el cuento. Si nada sucede, si nada se

altera, no hay historia literaria”. En ese sentido la historia del cuento de amor de David y

Juana Ríos inicia a partir del sueño, pero el cuento como tal inicia con David Lauder

sentado el borde de la cama de su cuarto y finaliza ahí, ya que es en ese mismo lugar

donde ocurre su muerte. En suma, todo es cambiante, ya que los acontecimientos del

argumento se dan a partir del recuerdo, es decir, en la evocación del personaje nace la

historia.

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