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Ideas clave 4
2.1. Introducción y objetivos 4
2.2. Fijando metas 5
2.3. Evaluación y retroalimentación 8
2.4. Coaching 11
2.5. Toma de decisiones 15
2.6. Persuadir 20
2.7. Motivar a otros 24
2.8. Referencias bibliográficas 28
A fondo 30
Test 32
Esquema
De esto se deduce que ser un líder efectivo, no es una tarea fácil. Para desarrollar
nuestro liderazgo debemos desarrollar actitudes y habilidades que nos permitan
manejar una gama amplia de circunstancias de tal modo que adaptemos nuestra
forma de aproximarnos a cada una.
En esta unidad vamos a aprender pautas y lineamientos para hacer precisamente eso.
Presentaremos los bloques que forman la habilidad del liderazgo.
Conocer cómo fijar metas para sí mismos y para otros y cómo planear para
alcanzarlas.
Conocer cómo evaluar y retroalimentar a otros.
Entender de qué manera podemos ser mejores coaches de nuestros seguidores.
Conocer cómo hacer más efectivo nuestro proceso de toma de decisiones.
Conocer cómo ser mejores comunicadores y persuadir a las personas que trabajan
con nosotros.
Conocer como motivar a las personas para conseguir resultados.
Todas estas son habilidades que nos harán mejores y más efectivos líderes, y
constituyen las piezas con las que armemos nuestra capacidad de liderazgo.
El líder efectivo comienza fijando una gran meta con una visión sobre un futuro
posible, aunque retador y difícil de alcanzar. Es lo que Jim Collins denominó BHAG o
«big hairy audacious goal» (meta grande, peluda y audaz) en su libro Build to Last
(1994). Esta es una manera potente de lograr el compromiso y el entusiasmo de
nuestros seguidores. Un BHAG debe ser claro y llevar a la acción. No se necesita
grandes explicaciones porque se puede expresar de manera corta y clara. Piensa en
la misión de llegar a la Luna de la NASA en los 60, o en el mandato de Jack Welch para
General Electric de ser el número uno o dos de cada industria en la que participaban
y tener la agilidad de una empresa pequeña.
De corto y largo plazo. Algunas metas podrán ser mensuales o trimestrales. Otras
metas pueden ser de más largo plazo, pero todas alineadas con la visión.
Establecimiento de metas
Para hacer concretos los objetivos que conducen a la gran meta hay que establecer
estas metas más pequeñas. Una buena manera para hacer esto es mediante
reuniones con el grupo para generar un mapa de cómo se ve el futuro cuando se
realice el objetivo. Una visión clara del futuro es de ayuda para clarificar cuáles son
las metas que llevarán hasta ahí.
Los OKR son grupos de objetivos retadores, donde a cada objetivo le corresponde
uno o más resultados clave, y obedecen a la misma lógica: El objetivo es el «qué» se
quiere lograr y mientras que es resultado clave es el «cómo».
Los OKR son hoy usados por muchas organizaciones de nivel mundial como Google,
Microsoft, Adobe y otras. Las metas deben ser SMART para poder ser accionables:
Dando retroalimentación
2.4. Coaching
La mentalidad de crecimiento
Evaluaciones universales
Muchas veces las personas hacen evaluaciones universales sobre ellos mismos sobre
la base de un rasgo. Por ejemplo, cuando alguien dice «no soy bueno para los
números», niega ninguna posibilidad de poder realizar cualquier tarea numérica: si
alguien no es bueno para los números, no podrá serlo nunca, pues la evaluación se
hace sobre toda la persona.
Esta creencia se puede debatir reemplazando a evaluación por una menos universal:
«hasta ahora me entrené poco para trabajar con números, pero puedo empezar
aprendiendo a realizar esta tarea» o «generalmente no me siento cómodo
trabajando con números, pero voy a intentar con esto y pediré ayuda». De este
modo, se combate la inmovilización que general una autoevaluación negativa dirigida
al ser de la persona.
Control externo
Cuando las personas atribuyen las causas de la situación solo a factores externos,
sienten que no tienen posibilidad de cambiar las cosas cuando las situaciones están
fuera de su control. En lugar de eso, el líder ayuda a la persona a pensar cómo puede
cambiar lo que hace para superar las restricciones del medio externo.
Por ejemplo, si la persona dice «no había manera en que pudiera haber sacado
adelante ese proyecto», se puede guiar a la persona para que reflexione qué se podía
haber hecho de modo diferente.
Para mantener estas conversaciones con sus liderados es importante elegir los temas
y momentos adecuados. Los temas más adecuados son aquellos en que la persona
enfrenta situaciones complejas y nuevas. Hay que buscar un momento tranquilo en
que tanto el líder como la persona puedan tener una conversación tranquila, fuera
del ajetreo diario y evaluar la receptividad de la persona al coaching. Si la persona se
muestra defensiva, es posible que no sea el mejor momento. Si el líder no tiene una
disposición tranquila y orientada a la atención y la escucha, es posible que no sea el
mejor momento.
Las preguntas deben ser en general abiertas, lo que significa que no son preguntas
que se puedan contestar con un «sí» o un «no», y deben dar pie a reflexionar. Las
personas no necesitan, en este contexto, que el líder les dé una solución, sino que les
ayude a reflexionar, entender y llegar a conclusiones. Algunos ejemplos de preguntas
abiertas:
En el estilo de liderazgo laissez faire, el líder puede dejar en manos del grupo algunas
de las decisiones, pero también podrá recibir alternativas de decisión del grupo para
su elección. Esto puede ocurrir sobre todo en los grupos con pericia técnica distinta
a la del líder.
Los problemas de tipo caótico son los que imponen el mayor desafío. Son situaciones
de alta turbulencia y cambio, donde no identificamos cuál es la información que nos
falta. Son problemas críticos que generan alta tensión en el grupo. Es estos casos,
Snowden y Boone recomiendan tomar acción, evaluar sus resultados y ajustar la
acción de acuerdo con estos. Es importante reestablecer la percepción de orden en
cuanto sea posible. En estos casos, la presencia del líder es muy importante pues los
seguidores estarán buscando su guía.
Tabla 1. Tipos de contexto del modelo contextual. Fuente: Snowden y Boone (2007).
Recomendar. Las personas que recomiendan son los que tienen la «R». Sobre la base
de su información y la que reciben de los informantes (la «I») recomiendan los
posibles cursos de acción. Estos consultan a los actores e intentan lograr su
compromiso con la recomendación.
Acordar. Este grupo negocia (la «A») con los que recomiendan y, de no llegar a
acuerdos, le piden a quien tiene la «D» (quien decida) que dirima. Estos tienen veto
sobre la recomendación.
Poner en práctica. Este es el grupo que tiene la «P» y son los que llevarán la
implementación a la práctica. Este grupo vela por que la decisión se implemente de
modo eficaz.
Informar. Los que tienen la «I» son los que proveen información a los que
recomiendan (la «R»). Ellos aportan información sobre la viabilidad de las propuestas.
Los procesos de toma de decisiones pueden ser ricos y variados, pero deben
terminar con el compromiso de todos para seguir el rumbo tomado:
«diversidad en el consejo, unidad en el comando» Ciro II, el Grande.
Para persuadir a otros hay que cultivar la credibilidad, generar confianza, comprender
a la persona a la que se intenta persuadir y saber apelar la racionalidad y
emocionalidad del otro.
Cuando una persona es percibida como creíble, hay una mayor probabilidad de que
escuchen sus propuestas. Aunque las primeras impresiones cuenten, la credibilidad
se va construyendo a lo largo de las interacciones que tienen las personas. No hace
falta mostrarse como una persona sin fallas o errores para ser percibido como creíble;
más bien es importante reconocer los propios errores y falencias, lo que hará que
otros nos vean como honestos. Si demuestra respeto por las demás personas,
tomando en cuenta sus necesidades e intereses, los demás lo verán como digno de
confianza.
Para persuadir a otros es importante que uno entienda su posición con respecto al
tema de persuasión. Sobre todo, si hay personas dentro de la organización que
pueden aprobar o rechazar una propuesta, es importante entender cuál es su
perspectiva e intereses. Sirve evaluar, quiénes son contrarios, quiénes no tienen
interés, y quiénes ya están alineados con la idea o propuesta. La conversación con
cada uno debe ser diferente.
El psicólogo Robert Cialdini (1984) propuso seis principios para ayudar a persuadir a
las personas. Cuando las personas toman decisiones no toman en cuenta toda la
información, y utilizan atajos para pensar y decidir. Cialdini identificó estos seis
principios que las personas usan como guía para decidir y que pueden ser usados
para ser persuadidas. Los detallamos a continuación:
Reciprocidad. Las personas se mostrarán más dispuestas a hacer algo por uno si uno
ha hecho algo por ellas antes. Mantener una actitud de generosidad con las
personas del grupo es una buena política para que luego ellas accedan a hacer algo
por uno.
Escasez. Cuando las personas perciben que algo será escaso, tenderán a saltar a la
oportunidad de obtenerlo. Si uno está proponiendo una acción u oportunidad
donde el tiempo es un factor importante, se puede resaltar este hecho para
desencadenar esta tendencia. Centrarse en lo único de la oportunidad y cómo se
podrían perder los beneficios si no se actúa, facilitará que los demás accedan a la
idea.
Consistencia. Las personas prefieren ser consistentes con sus conductas anteriores.
Esto significa que, si alguien ha hecho algo parecido en el pasado, o tiene opiniones
previas congruentes, será más fácil que adopten o apoyen la idea. Si se desea
persuadir a una persona que se comprometa con una acción muy grande, será
difícil hacerlo.
Simpatía. Crear relaciones positivas con los demás es de gran ayuda para lograr el
acuerdo de otros. Buscar áreas de coincidencia con las otras personas como,
hobbies, gustos o intereses contribuye a generar simpatía. Demostrar interés
genuino y auténtico por los demás también crea más agrado y facilita la
persuasión. La palabra «genuino» es clave, pues la gente podrá ver cuando se usa
elogios sin sustancia o el interés no es verdadero.
Motivación es el deseo por lograr una meta. Esta determina la dirección de las
acciones de la persona, su nivel de esfuerzo y su persistencia. Si una persona está
muy motivada para lograr algo, dirigirá conscientemente mucho esfuerzo y empeño,
y persistirá cuando enfrente dificultades.
El líder es el que reúne a un grupo humano para conseguir un resultado. Por esto una
función primordial del líder es la de contribuir a la motivación de su equipo. En esta
sección, veremos cómo el líder puede crear las condiciones para que sus seguidores
estén motivados.
¿Cuál es tu teoría?
En su libro de 1960, The human side of enterprise, Douglas McGregor propone que
los supervisores pueden tener una de dos teorías acerca de la gente que trabaja para
ellos. La «teoría X», como el la llama, dice que a las personas no les gusta el trabajo
y deben ser dirigidas y coaccionadas. La otra teoría, la «teoría Y» dice que a las
personas les gusta naturalmente el trabajo y disfrutan de aprender y asumir retos. Si
eres un líder, ¿cuál teoría se ajusta mejor a tu manera de ver a las personas? La
actitud que uno asuma ante los demás será producto de estas creencias.
Animado por esta pregunta, Frederick Herzberg (2004) investigó qué factores son los
que contribuyen efectivamente a la motivación de las personas en el trabajo.
Herzberg descubrió que había dos tipos de factores. Un grupo de factores no
contribuyen realmente a la motivación para hacer un buen trabajo, pero eran
necesarios para que la persona estuviera satisfecha en la organización. A estos los
llamó factores de higiene. El otro grupo de factores sí producían motivación. A estos
los llamó factores de motivación.
¿Cuáles son los factores que hacían que las personas no se sintieran insatisfechas?
Todos son factores relacionados con las políticas de recursos humanos de una
organización: Supervisión, relación con el supervisor, condiciones de trabajo, salario,
relación con los pares, estatus, seguridad. ¿Cuáles son los factores que creaban
motivación por el trabajo? Factores ligados al trabajo mismo como logro,
reconocimiento, responsabilidad y crecimiento. ¿Entonces por qué tantos líderes y
organizaciones utilizan los factores de higiene para motivar? De acuerdo con
Herzberg, estos funcionan como motivadores, en el mejor de los casos, por un tiempo
muy corto.
«Si quieres gente motivada a hacer un buen trabajo, dales un buen trabajo
para hacer» Frederick Herzberg.
Pink propone tres factores que, además, generan satisfacción personal con el trabajo
y los llama: autonomía, maestría, y propósito. Para trabajos mecánicos, las
condiciones y el dinero parecen ser motivadores, pero para trabajos que requieren
de habilidades cognitivas, siquiera rudimentarias, estos factores son necesarios. Los
describimos a continuación:
Autonomía: es el deseo de las personas por dirigir su propio trabajo. Si solo se quiere
que las personas sigan órdenes, el control y las recompensas bastan; pero si se
quiere que las personas se comprometan con el trabajo y pongan sus recursos a
disposición de los objetivos trazados, es mejor que ellos determinen cómo hacer
su trabajo. La autonomía puede estar en lo que hace, en cómo lo hace, cuándo o
con quién.
Para motivar a las personas se necesita crear un ambiente en que estas puedan
desarrollarse y prosperar en las tareas. Dar a las personas autonomía, oportunidad
para tener retos y aprender, en el contexto más grande de una visión trascendente,
es darnos la oportunidad de obtener lo mejor de la gente en beneficio de las metas
planteadas.
Bain & Company (2011). RAPID®: Bain’s tool to clarify decision accountability [en
línea]. http://www.bain.com/publications/articles/RAPID-tool-to-clarify-decision-
accountability.aspx
Herzberg, F. (2003). Una vez más: ¿cómo motiva a sus empleados? Harvard Business
Review, 81(1).
Kohn, A. (1993). Why incentive plans cannot work [en línea]. Harvard Business
Review.
Snowden, D. y Boone, M. (2007). A leader’s framework for decision making [en línea].
Harvard Business Review.
En este vídeo, Ana Gisbert explica, con detalle y útiles ejemplos, cómo dar
retroalimentación constructiva.
¿Quién tiene la D?
Rogers, P. y Blenko, M. (2006). ¿Quién tiene la D?: Cómo las claras funciones de decisión
mejoran el rendimiento de la organización. Harvard Business Review, 84(1), 34-44.
https://path.mba/quien-tiene-la-d-como-las-claras-funciones-de-decision-mejoran-el-
rendimiento-de-la-organizacion/
Este artículo explica e ilustra con detalle el Modelo RAPID para la toma de decisiones.
TEDx Talks. (12 de abril de 2017). El Noble Arte de la Persuasión que Influencia a las
Personas. [Vídeo]. Youtube. https://youtu.be/pFLpr4giHBM
En este vídeo, Javier Luxor explica la persuasión e ilustra con ejemplos los seis
principios de Robert Cialdini.
En este artículo se resume el artículo de Frederick Herzberg, Una vez más ¿cómo
motiva a sus empleados?, aparecido en HBR América Latina en el 2004.
2. ¿Cuál de estas expresiones son ciertas con respecto a la gestión por objetivos?
A. Es un sistema que pone todas las decisiones en manos del líder.
B. El líder debe hacer seguimiento de todas las tareas diarias de sus liderados.
C. Genera responsabilidad individual.
D. Ninguna de las anteriores.
7. Relaciona cada tipo de contexto para la toma de decisiones con las características
del problema que hay que resolver.
10. ¿Cuáles son los tres factores que hacen que las personas estén motivadas para
trabajar según Daniel Pink?
A. Autonomía, propósito y recompensa.
B. Autonomía, maestría y propósito.
C. Recompensa, reconocimiento y propósito.
D. Autonomía, reconocimiento y propósito.