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Cuando Samuel creció, Dios le encargó que escogiera al nuevo rey de Israel. Para ello, Samuel, guiado por Dios, se
dirigió al pueblo de Belén. Pero Samuel estaba preocupado porque no veía a nadie con la apariencia de un rey. Entonces
Dios le dijo: “No mires su apariencia ni su gran estatura. La mirada de Dios no es como la mirada del hombre, pues el
hombre mira las apariencias, pero Yahvé mira el corazón.”
¿Por qué crees que Samuel no sabía a quién escoger como nuevo rey?
¿Crees que las apariencias son tan importantes como lo que hay en el corazón de las personas? Explica con
un ejemplo.