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Noticias Uruguayas 24 Mayo 2011
Noticias Uruguayas 24 Mayo 2011
Detalles de un operativo
Carlos Tomás Macedra logró mantenerse en el anonimato durante 35 años. Ex
conscriptos que declararon en la causa de Campo de Mayo lo identificaron como
el asesino de Florencia Villagra y el secuestrador de Gustavo Cabezas, y fue
detenido. El relato desde adentro.
Por Victoria Ginzberg
Pagina 12
Los soldados que hicieron el Servicio Militar en 1976 con José Luis Aguas.
El 10 de mayo de 1976, Gustavo Alejandro Cabezas y Florencia María Villagra estaban
repartiendo panfletos en una plaza de Martínez cuando fueron abordados por un grupo de la
Sección Segunda de la Compañía Demostración de la Escuela de Comunicaciones de Campo
de Mayo a cargo del teniente primero Carlos Tomás Macedra. A Gustavo lo subieron a un auto
y se lo llevaron. Florencia logró desprenderse del soldado que la sujetaba y empezó a correr.
Recibió un disparo en la espalda y murió. El relato del hecho figura en la declaración de José
Luis Aguas, que en ese momento era un conscripto. Aguas vio y sintió cómo ella se apagaba.
La agonía duró un minuto. Hasta que dejó de respirar. Al rato llegó la policía. Un agente se
acercó, se agachó al lado del cuerpo e intentó sacarle el reloj y una cadenita. Aguas le mostró
la pistola. “Si la tocás, te mato”, lo amenazó.
Macedra está preso. Fue arrestado hace diez días. Había logrado pasar desapercibido durante
35 años. Su nombre no figuraba en la lista de represores denunciados por los organismos de
derechos humanos. No fue reconocido por los sobrevivientes, pero ahora fue mencionado por
los conscriptos que están declarando en la causa en la que se investigan los crímenes
cometidos en Campo de Mayo. Estos nuevos testigos permitieron acceder a datos y
responsables hasta ahora ocultos y, en este caso, reconstruir en detalle el operativo en el que
se secuestró a Gustavo Cabezas y se asesinó a Florencia María Villagra.
Los dos jóvenes fueron interceptados el 10 de mayo de 1976 por un grupo de uniformados en
la plaza de Martínez. Eso lo narró el mismo día del hecho José Carballo, que estaba con los
chicos mientras repartían o pegaban unos volantes alrededor de la plaza. Carballo, que
desapareció el 3 de junio de ese año, logró evadir la patrulla del Ejército y fue a la casa de
Thelma Jara de Cabezas –la mamá de Gustavo– a avisar que se habían llevado a sus
compañeros.
Aguas relató ante el tribunal que abordaron a Gustavo y Florencia porque mientras patrullaban
por la zona su jefe los identificó como “sospechosos”. “El chico era joven, no tendría 18 años,
de pelo medio largo, de tez blanca. Y la chica de la misma edad, muy bonita de cara, tenía una
campera de jean tipo Lee. Macedra los separa y comienza a interrogar. Estaban muy nerviosos
y lo que decían no coincidía”, narró Aguas.
–Estos hijos de punta algo traen, fijate debajo de los autos si hay panfletos o algo que hayan
tirado por ahí –le dijo Macedra a Aguas.
El conscripto vio pegatinas en algunas fachadas que hablaban de una reunión universitaria o
política. Cuando miró debajo de los autos, vio una bolsa pequeña, pero intentó disimular.
Debajo del camión había otra que Macedra también vio, así que no la dejó pasar. El jefe le dijo
que la levantara y volviera a la plaza.
Gustavo y Florencia estaban rodeados por soldados. Macedra sacó su 45, le pegó al joven en
la cabeza y le dijo: “Hijo de puta, vas a cantar todo lo que sabés”. Los conscriptos se
sorprendieron, se quedaron “pasmados” (en palabras de Aguas). El chico sangraba. Lo
subieron a la camioneta boca abajo. Florencia logró zafarse de la persona que la estaba
sujetando y salió corriendo. Avanzó treinta o cuarenta metros, hasta que Macedra sacó su
pistola y gritó: “Parate o te mato”. Tiró dos disparos hacia arriba. El tercero fue hacia el centro
de la espalda de la chica, que cayó al piso. Dos soldados, que venían corriendo desde la
camioneta, se quedaron paralizados a unos quince metros de Florencia. Aguas se acercó al
cuerpo. Florencia jadeaba. El charco de sangre era grande.
El soldado le dijo a Macedra que estaba viva y que había que llamar a una ambulancia. “No,
dejá, yo sé dónde le pegué”, fue la respuesta. Aguas se quedó a su lado mientras agonizaba e
impidió que un policía rapiñara el cadáver. No vio qué pasó con Gustavo. Un compañero le dijo
que lo habían subido a un patrullero.
Cuando llegaron al cuartel, los conscriptos comentaron entre ellos lo que había pasado. Los
que se habían quedado dijeron que lo habían escuchado por radio. Que lo habían informado
como un enfrentamiento. Los que acababan de llegar aseguraron que no había sido así. Era de
madrugada y se fueron a dormir. A las seis de la tarde, Macedra juntó a todo el grupo. “Quiero
que sepan que matar a una persona no es nada grato, yo también estoy mal por el hecho
sucedido, pero gracias a las declaraciones del detenido hemos encontrado esta bandera y en
un domicilio un polígono de tiro”, les dijo y desplegó una bandera del ERP. (Gustavo y
Florencia militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios, UES, vinculada con Montoneros).
Los soldados se mantuvieron en silencio. Macedra agregó: “Ustedes vieron que me tuve que
defender, pues me disparó con el treinta y ocho que llevaba en su cartera”. Y se fue. Los
conscriptos coincidieron en que lo que decía Macedra no era cierto, pero que era la versión que
debían dar para no tener problemas si alguien preguntaba. Muchos estaban nerviosos y no
querían salir a patrullar nunca más.
Al coronel Agosto
www.kaosenlared.net/noticia/uruguay-al-coronel-agosto
Si no fuera porque atrás de este sujeto, está toda la podredumbre –militar y civil-
de los que temen que sin Ley de Impunidad vayan todos en cana, daría para
agradecerle tanta sinceridad auto condenatoria y tener la esperanza de que a partir
de estos sinceramientos, empezaran a confesar todo lo que no han confesado hasta
hoy: QUIÉNES ASESINARON A QUIÉNES, QUIÉNES SABEN CÓMO FUERON
DESAPARECIDOS LOS DESAPARECIDOS, DÓNDE ESTÁN O DÓNDE ESTÁN SUS
RESTOS PARA QUE RECIBAN LA SEPULTURA DE SUS DEUDOS, QUÉ FUE DE TODOS
LOS NIÑOS SECUESTRADOS, QUIÉNES LOS SECUESTRARON Y CÓMO LOS
TRAFICARON…
Nos evitaríamos, así, mucho dolor aún y se evitarían a sí mismos, los criminales, tal
vez, al menos el callado desprecio de hasta sus propias familias, que andan por el
mundo ocultando o disfrazando sus indeseados parentescos con alcahuetes y
vulgares mercenarios del poder que hoy hasta se dan el lujo de querer
contrabandearnos “testimonios literarios”.
Pero, no será así. Seguirán ocultando para ocultarse y para hacer lo único que
saben hacer: tratar de meter pavura; utilizar la impunidad para intentar seguir
haciendo daño y amedrentando impunemente; querer hacernos creer que son
inexpugnables y que siempre caerán parados por llevar un fierro en la cintura que
no está fabricado para disparar solamente sobre luchadores sociales. Seguirán
ejercitando neciamente y subestimándonos, el terrorismo de Estado aún estando
privilegiadamente jubilados y viviendo en cómodas suites de barrios residenciales
llenas de rejas culpables, como lo hace el mismo Luis Agosto (hoy devenido en
militante de Lacalle, Larrañaga y Pedro Bordaberry; docente esporádico
de jóvenes cadetes; escribiente cibernético del falangismo fascista internacional
vinculado a extraños “movimientos de recuperación nacionalista”, e, incluso, al
parecer, representante de una multinacional localizada en Centroamérica, que
gestiona con la IMM la explotación privada de la basura montevideana para producir
energía “barata”).
Seguirán, seguros de que nadie los secuestrará para sacarles mediante torturas, la
verdad, nada más que la verdad. Seguros de la “seguridad” cobarde de quienes hoy
confían en su “guerra psicopolítica” como ayer confiaron en su guerra sin enemigos
armados contra el indefenso movimiento popular que no olvida, que no perdona y
que pronto ha ido aprendiendo a no desmoralizarse frente a sus amenazas ni
dejarse enredar y dividir con baladronadas injuriosas de los que con ley impune o
sin ella, siempre sabrán del desprecio popular como principal acto de justicia de un
pueblo podrido de “miliqueadas”, que jamás les dará la espalda, les creerá una
palabra, ni se arredrará frente a sus matoneadas, sean del tipo que sean y tengan
el padrinazgo que tengan.
Bien dicen que para muestra basta un botón. Que hagan cuentas los defensores de
la Ley de Impunidad, los que sabotearon la rosada en octubre del ´10, los que no
levantarán la mano para anular este adefesio “jurídico” y los que reciben un salario
para ejercer el oficio con el que se juramentan bajo el precepto de que “todos
somos iguales ante la ley”, sin ejercerlo…
Y que se pongan la mano en el corazón sobre todo las trabajadoras y los
trabajadores que siguen sufriendo las consecuencias de una dictadura al servicio de
opresores cuya “democracia” de hoy sigue produciendo cantegriles, asentamientos
tugurizados, miseria, drogadicción y delincuencia para los más jóvenes, como único
horizonte de una vida amputada por impunes de guante blanco que manejan como
títeres a los impunes de uniforme y que, todos ellos, son protegidos por esta Ley de
Impunidad que ya debió ser definitivamente ANULADA y no simplemente
DEROGADA
Que recuerden y no perdonen, las humildes y laboriosas familias orientales
sojuzgadas y secuestradas durante doce años del lado de afuera de los campos de
concentración de los Bordaberry y de la embajada de los EE.UU.
¡Que todos los AGOSTO y todos los GABAZZO, SEAN REPUDIADOS EN EL CLAMOR
POPULAR DE ANULACIÓN TOTAL E INMEDIATA DE LA LEY DE IMPUNIDAD!!!.
Gabriel Carbajales
http://elmuertoquehabla.blogspot.com/2011/05/al-coronel-agosto.html
El presidente José Mujica resolverá este lunes qué pasos dará a partir del escenario político
que se instaló una vez que fracasara el proyecto de ley interpretativo de la ley de Caducidad.
No se descarta proceder mediante actos administrativos al desarchivo de todas las causas
penales archivadas en su momento por los Gobiernos anteriores mientras se encamina otra
solución.
Según publicó el diario La República, el mandatario se reunirá con sus asesores para ver cómo
se procederá en este sentido.
Lo que resta conocer es si los 88 casos de desaparecidos se archivas en un solo acto o por el
contrario se procede caso a caso.
En el entorno del mandatario se estima que Mujica quiere que el tema deje de ocupar los
primeros espacios de la agenda informativa y política y que el Gobierno ponga energías en la
construcción de políticas sociales y productivas.
Los militares están dispuestos a dar más información sobre el destino de los
desaparecidos pero a cambio buscarán garantizar que no irán a prisión por
ofrecerla.
Cabe recordar que el presidente del Centro Militar propuso crear la figura del “testigo
colaborador”.
Según publica Últimas Noticias, el fracaso del proyecto interpretativo en el Parlamento motiva a
concentrar los esfuerzos en buscar otros datos.
-Reporteros sin Fronteras: ¿Cómo ha pasado estos últimos cuatro meses desde la
amenaza que recibió, tras la publicación en la revista “Caras & Caretas” de su artículo
“La ofensiva de los indagables”?
Nosotros, los periodistas que investigamos sobre temas vinculados a los delitos de lesa
humanidad cometidos bajo la dictadura solemos ser amenazados. Yo siempre bromeaba con
algunos colegas diciendo, “si no te amenazaron es que la nota era mala, si no tenías una
llamada, una protesta, era porque la nota era mala”. Lo que pasó ahora fue distinto, trasciende
el juego normal de ese periodista que sabe que está sometido a la crítica o a algo más, a un
insulto o a algún tipo de presión. Esta vez se publicaron mis datos personales y familiares. Al
publicar un plano de mi casa, se está convocando a sicarios. Eso es lo que ocurre en Juárez o
en Colombia, no acá. Yo se lo comuniqué a mi gremio y a la Asociación de la Prensa Uruguaya
quienes lo denunciaron publicamente y la solidaridad recibida fue increíble. Reporteros sin
Fronteras fueron los primeros en hacer una declaración pública. Desde Reporteros sin
Fronteras hasta la Sociedad Interamericana de Prensa, pasando por todo el escenario
internacional, surgieron expresiones de solidaridad. Una carta personal fue enviada al
presidente Mujica por parte de Amnistía Internacional, todos los gremios y todos los colegas.
Allí se vio claramente el rol de las redes sociales. Yo informé a la gente vinculada a las
investigaciones y a otros observadores de los hechos sobre el grupo ‘Libertad y Concordia’. De
ahí, la información surgió y las consecuencias fueron impresionantes a nivel local e
internacional. A nivel local, todo el mundo se enteró y recibí cientos de llamadas, mil quinientos
amigos de Facebook, que de una u otra manera se sumaron aportando su punto de vista. Por
otro lado, el movimiento ‘Tortura Nunca Más’ me entregó la Medalla Chico Mendes a la
Resistencia a principios de abril y la Casa América de Catalunya me acaba de otorgar el premio
Libertad de Expresión 2011. La solidaridad, los premios, implican todo un colchón en torno a
una persona que fue amenazada. Entonces, a mi parecer, esa solidaridad es extraordinaria
porque da tranquilidad. Podrá pasarme algo, pero no es gratis.
-¿Las últimas amenazas han afectado las investigaciones que venía realizando?
Un periodista no puede estar expuesto. Cuando un periodista está expuesto deja de ser
periodista y para ser protagonista. Las últimas semanas, luego de quedarnos un poco quietos,
de dejar de escribir durante un tiempo, evitando radios, evitando periódicos, pudimos volver a
salir y continuar nuestro trabajo: hacer una tapa, editar un artículo, seguir una investigación. Lo
último fue ir viendo cómo ese grupo, ‘Libertad y Concordia’, que apoya a los militares que
cometieron crímenes de lesa humanidad, está aliado con organizaciones internacionales de
ultraderecha -como Uno América- para quienes los “terroristas” pasaron a ser defensores de
los derechos humanos, como lo dijeron recientemente militares uruguayos vinculados a
violaciones de derechos humanos. Por lo tanto, hay un escenario muy difícil para los
periodistas y activistas de derechos humanos, confrontados a sectores de ultraderecha con
capacidad de acción y, cuando digo capacidad de acción, me refiero a grupos nazis o facistas,
que realizan en la actualidad pintadas y mañana pueden realizar atentados. Estamos
cambiando de escenario debido al tambaleo de la impunidad cuando en Uruguay se comienza
a discutir sobre la anulación de la Ley de Caducidad.
-En este orden de ideas, el video con amenzas de militares a jueces y fiscales que le
llegó al presidente José Mujica, ¿sería parte de esa estrategia?
Yo creo que lo que ha ocurrido con ese video, como con el foro de apoyo al grupo ‘Libertad y
Concordia’ y con las cartas de los ex-militares a los comandantes, lleva todo a una misma
lógica, es una “ofensiva psico-política” -como ellos mismos la denominan- que busca dos
objetivos: por un lado, colocarse en los medios de comunicación para decir lo suyo, y, por otro
lado, generar miedo a la población sobre la posibilidad de que los militares o los torturadores
vuelvan y reciban el apoyo de las fuerzas armadas y los oficiales que hoy están en actividad.
Creo que con las notas que realizamos tras la amenaza recibida pero también sobre las
conexiones internacionales de esos sectores ultraderechistas, fascistas o nazis, lo que se ha
logrado, además del cierre del grupo de Facebook pro ‘Libertad y Concordia’, es que las
fuerzas armadas no se sumen a estos grupos.
En realidad todo va por la misma línea. Lo lamentable es que los medios de comunicación
apoyen los intereses de los militares que violaron los derechos humanos cuando esos medios
son a veces muy cercanos a los sectores más progresistas. El diario La República está hoy en
esa campaña para hacer que Mariana Zaffaroni visite al torturador Jorge “Pajarito” Silveira, un
coronel que ha cometido violaciones de derechos humanos e incluso violado físicamente a sus
prisioneros. Lo que me parece terrible es que la búsqueda de Mariana sea utilizada
mediáticamente y que favorezca la campaña psico-política de los violadores de derechos
humanos. Creo que Mariana es inteligente y que la forma en que respondió fue muy inteligente,
al decir que si se concreta esa entrevista será mano a mano y sin prensa y que va a escuchar a
Silveira y a quien le pueda dar un dato sobre su hermano. Creo que hay que seguir creyendo
en la posibilidad de buscar la verdad. Yo me he entrevistado con militares responsables de
torturas y violaciones de derechos humanos y son ellos los que me han dado la mayoría de los
datos de muchas de las investigaciones exitosas que he tenido como periodista. Lo de Mariana
me hace tener prevenciones en cuanto al uso mediático. Yo siempre digo que cuando los
derechos humanos se politizan, se deslegitiman porque los derechos humanos no son
negociables. La política es el arte de lo posible, de la negociación. Uno no puede negociar
media picana, media tortura o algo por el estilo.
-¿Cuál debería ser la actitud de los medios ante esta búsqueda de protagonismo de los
militares, incluso en los informativos centrales?
La libertad de prensa y la libertad de empresa se confunden siempre y los medios van a pautar
en relación a sus mejores ventas, sus raitings y cosas por el estilo. Es peligroso. Es bueno que
el tema se difunda, pero es responsabilidad de los periodistas y de los editores cómo se
difunde, y es una responsabilidad política de las empresas de los medios de comunicación el
aceptar o no ser manipulados en una campaña política o psico-política de los violadores de los
derechos humanos.
Yo creo que se está buscando intencionalmente una politización del tema. La Ley de
Caducidad debe ser anulada, la historia lo exige. Esta ley no tiene fundamento y ya no se
aplica; lo único que está haciendo es mantener bajo una piedra determinados casos, en
particular de desapariciones forzadas y una serie de casos de tortura. La opción es entonces
anular la ley como lo han exigido la Corte Interamericana de derechos humanos y la Corte
Suprema de Justicia de Uruguay que en tres fallos la ha declarado inconstitucional. ¿Cuál es la
razón entonces para mantenerla? Solamente algunos intereses o acuerdos politicos. Hoy se
está denunciado la existencia de acuerdos políticos entre el MLN-Tupamaros y los Tenientes
de Artigas, que es la logia principal de la dictadura en los años noventa, porque en un acuerdo
entre ex-combatientes todo se termina en silencio. Se habla de reuniones entre Wilson Ferreira
Aldunate (Partido Nacional), hoy muerto -por lo que es imposible desmentirlo-, con el General
Medina -uno de los militares vinculados a la dictadura- y otros militares, para llegar a la Ley de
Caducidad. Si alguien tiene algo que tapar, yo lo lamento. La única forma de salir de este juego
de pactos o acuerdos es enfrentando la verdad. ¿Qué pasó? ¿Dónde están los desaparecidos?
¿Cuál es la verdad? ¿Cuál es la justicia que se puede aplicar? ¿Qué es lo que se puede saber
de la historia? Lo único que importa acá es la verdad y la verdad es lo que vamos a buscar los
periodistas que investigamos los temas ligados a los derechos humanos.
Yo creo que el Estado tiene la obligación que hacer que se apliquen las leyes y que resurja la
verdad histórica sobre esto. La anulación de la Ley es una cosa que va a ocurrir. Han pasado
treinta, cuarenta años desde los hechos. Llevamos muchos años tratando de sacarnos de
encima una ley de impunidad y si hay que esperar se seguirá esperando y se seguirá buscando
la verdad.
Abdala, que cerró el primer congreso de su grupo, la Corriente de Acción Renovadora, sostuvo
que Uruguay vive una situación de “emergencia ciudadana” en materia de seguridad y se
impone tomar medidas excepcionales.
En este sentido dijo coincidir con varias de las propuestas presentadas por Jorge Saravia al
directorio nacionalista, y que fue recibida con poco calor, en cuanto a contar con la presencia
de las FFAA en varios puntos de Montevideo.
Los militares pueden y deben dar una mano, no sustituyendo a la policía pero sí colaborado,
expresó el legislador.
“Creo que ha llegado el momento de recurrir a todos los recursos humanos y materiales del
Estado para respaldar al instituto policial en su acción. Esto incluye sin dudas la presencia de
las FFAA en distintos puntos de Montevideo: en las zonas rojas, en zonas donde muchas veces
se hace difícil a la Policía poder ingresar para cumplir su función, pero yo diría a lo largo y
ancho de Montevideo porque creo que estamos asistiendo a una emergencia. Eso nos
demanda medidas excepcionales que ojalá sean transitorias pero que tenemos que
desmitificarlas. Creo que los militares pueden y deben dar una mano en esto, no sustituyendo a
la Policía, que quede claro, sino respaldándola en su acción con una actitud disuasiva y que
genere una situación distinta a la situación de angustia que vivimos hoy en Uruguay y
especialmente en Montevideo”.
El legislador, que dijo no embarcar a todo su partido con su opinión, pero sostuvo que comparte
gran parte de las propuestas de Saravia.
Agregó que hay que actuar sin miramientos en quien es creó la iniciativa sino que se trata de
comenzar a actuar.
“Esto no admite distinciones ideológicas o diferencias de derechas y de izquierdas sino que nos
demanda a todos a actuar con celeridad. Las medidas que en el pasado se han tomado creo
que han fracasado y creo que el Gobierno se ha quedado sin ideas, si es que alguna vez las
tuvo. En esta materia ha ensayado distintas fórmulas como los megaoperativos pero queda
claro que los ciudadanos no hemos advertido un cambio significativo en esta situación que
tanto nos aflige. Creo que hay que ser audaces, dentro de la legalidad, por supuesto, pero
recurriendo a todas las alternativas que tenemos la mano, porque es necesaria la presencia
física del Estado en todos los rincones de la capital”.
La visión del Gobierno. El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, dijo a Espectador al día que la
propuesta que las FFAA estén en la calle no está a consideración del Gobierno.
Bonomi explicó que primero van aplicar lo que se aprobó en el presupuesto nacional.
“Para nada lo comparto. Nosotros recién estamos poniendo en práctica lo que está resuelto en
el presupuesto y hasta que no funcione eso no cabe otra cosa. La cooperación de hecho ya
existe, las FFAA están participando por medio de los helicópteros de la Fuerza Aérea que se
han usado en los operativos de saturación, participa en cárceles... Esa es su colaboración, pero
hasta ahora estamos poniendo en práctica lo previsto en el presupuesto”.
Agregó que hay un plan aprobado que hay que poner en práctica por lo que no corresponde
agregar nuevas cosas, aunque dijo que la cooperación es viable en base a planes de trabajo
establecidos.
“Tenemos un plan que fue aprobado en el presupuesto y ahora hay que ponerlo en práctica.
Veremos cómo funciona. La cooperación ya se da con las FFAA y con otros ministerios, pero
esa cooperación surge del plan de trabajo que establecimos y no de una modificación de ese
plan”, concluyó.
“Que cada generación cargue con su mochila”, dijo en un pasaje de su discurso el presidente
uruguayo. “Yo he cargado un arma en mi cinto”, apuntó, para luego reclamar la primacía del
legado artiguista. “Necesitamos un país convivible, un país que tenga el coraje de poner por
adelante el ‘nosotros’”, dijo Mujica.
Mujica llamó a la sociedad a superar los odios que sólo "sirven para la barbarie". “No podemos
trasladarle a las nuevas generaciones de militares, las frustraciones de la nuestra” dijo en el
momento más encendido de su discurso.
Y reiteró que se debe “cultivar una tolerancia superior entre nosotros, entender que el
artiguismo es una manera de pararse frente a la vida”.
En el acto se hicieron presentes varios líderes de la oposición, quienes destacaron que más
allá de las diferencias políticas que hay entre gobierno y oposición, se puede dar una
convivencia pacífica democrática.
Por su parte, el comandante en jefe del Ejército, Jorge Rosales, rindió homenaje a su
institución por sus dos siglos de vida y reconoció los dotes de estadista del primer comandante
en jefe, José Gervasio Artigas.
Consultado por El Espectador, el ministro de Defensa Luis Rosadilla adhirió al discurso del
primer mandatario. Dijo que hacía suyas las palabras de Mujica.