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El concepto de tercero procesal

De forma negativo se puede definir que un tercero no es parte en el proceso, porque no


esta en el proceso ni es titular de derechos y cargas propias de la existencia del proceso.

Los terceros pueden encontrarse respecto de un proceso determinado en alguna de estas


situaciones:

1. Terceros absolutamente indiferentes a la relación jurídico material deducida en el


proceso por las partes, de tal forma que la sentencia que se dicte en el mismo sea
cual fuere su contenido, no les afectará ni jurídicamente ni de hecho.
2. Terceros a los que el contenido de la sentencia pronunciada por el juez entre las
partes puede ocasionarles un perjuicio, no jurídico, pero si de hecho.
3. Terceros titulares de una relación jurídica material que tiene algún elemento de
unión con la relación deducida en el proceso por las partes, de tal forma que
aquélla es dependiente de ésta.
4. Terceros titulares de una relación jurídica material idéntica a la deducida por las
partes en el proceso, de forma que la sentencia que se dicte en la relación
deducida en el proceso puede ser al mismo tiempo decisión sobre la relación
jurídica de que es titular el tercero.
5. Por ultimo, cabe referirse a los terceros titulares de una relación jurídica material
incompatible con la deducida en el proceso por las partes.

El estudio de estos supuestos se debe hacer, respecto a los artículos del 56 al 58 del
cpcym y de los artículos 547 a 552 del mismo código, donde se regulan las tercerías.

La intervención en el proceso de declaración


La intervención de terceros en el proceso de declaración o conocimiento ha venido
estudiándose por la doctrina como un fenómeno que responde a un fundamento único,
aunque luego se ha procedido a distinguir varias figuras, pero últimamente se ha
destacado que esta consideración única no era admisible. Es cierto que la intervención
supone siempre la injerencia de alguien que, hasta entonces era tercero, en un proceso ya
en marcha entre otras personas para convertirse en parte en él, pero a partir de esta
noción general y previa hay que empezar a efectuar distinciones.

La intervención voluntaria
La comprensión de la llamada intervención voluntaria en el proceso civil pasa, primero,
por decir que esta intervención supone la decisión de un tercer de participar en un
proceso de conocimiento, aunque puede hacerlo con muy diversos contenidos. Lo común
a todas las intervenciones es que el tercero ha de tener un interés propio y cierto, pero el
contenido de la intervención dependerá de la naturaleza de ese interés.

a) La intervención principal
Se denomina intervención principal a la injerencia de un tercero en un proceso pendiente
entre otras personas pretendiendo, total o parcialmente, la cosa o el derecho litigioso.
Estamos, por tanto, ante los terceros que son titulares de una relación jurídica material
que es incompatible con la deducida en el proceso por las partes, y su interés radica
precisamente en la incompatibilidad.

Como el articulo 551 del cpcym dice que las tercerías pueden interponerse en cualquier
proceso, hay que admitir que cabe la intervención principal en el proceso civil de
declaración. Conforme aparece regulado en el código, hay que admitir que:

1. Los terceros que afirmen un derecho de dominio o de preferencia pueden


intervenir en el proceso de declaración.
2. Esa intervención se hará por escrito o verbalmente, según la naturaleza del
proceso, ante el mismo juez que conoce del asunto principal, y en los términos
prevenidos para entablar una demanda (art. 547).
3. La intervención tiene que producirse antes de la vista del proceso o antes de que
quede pendiente de sentencia, salvo las facultades del juez para mejor fallar (art.
550).
4. Admitida la intervención por el juez, se concederá al tercero un plazo de diez días
para la prueba, plazo que será común para todas las partes.
5. La llamada tercería se resolverá juntamente con el asunto principal en la sentencia
(art. 551).

b) La intervención litisconsorcial

Existen terceros que pueden afirmar su cotitularidad de la relación jurídica material


deducido en el proceso por las partes iniciales. Cuando un tercero hubiera podido figurar
desde el comienzo en el proceso como parte, y si no sucedió así fue porque su presencia
no era imprescindible, estamos ante la posición habilitante del tercero para intervenir
litisconsorcialmente. El tercero al intervenir tratará de defender derechos propios no
ajenos, pero no ejercitara una pretensión distinta de la ya ejercitada por el demandante,
esto es, no introducirá un nuevo objeto procesal.

c) La intervención adhesiva simple


La pluralidad de partes puede producirse también con base en una legitimación que no
consiste en afirmar la titularidad de otra relación jurídica material que es dependiente de
la primera, de modo que la decisión que en el proceso se adopté será hecho constitutivo,
modificativo o extintivo de la segunda relación. Es el supuesto de la llamada intervención
adhesiva simple que presupone la eficacia refleja de la cosa juzgada.
Los supuestos de intervención provocada
En los casos vistos hasta aquí la intervención depende de una decisión que debe tomar el
te3rcero sin incitación o llamamiento alguno. Existen otros, que se denominan de
intervención provocada, coactiva, forzosa u obligada en los que la iniciativa para la
intervención proviene de una de las partes que esta en el proceso o por orden de juez.

a) La intervención por orden de juez


En la legislación guatemalteca no aparece regulada como tal mas que el litisconsorcio
necesario de forma directa.
b) La intervención a instancia de parte
a. Llamada por causa común: no existe una aplicación practica de lo que se
pueda considerar una causa común en la legislación guatemalteca.
b. Llamada en garantía: Mediante esta llamada, una parte (normalmente el
demandado) provoca la intervención en el procerso de una persona hasta
entonces tercero, que debe garantizar al llamante de los resultados de este.
c. Nominatio auctoris: en este caso el demandado es un poseedor inmediato
y es demandado por quien afirma ser dueño, pero este a su vez afirma
poseer en nombre de alguien mas.
d. Llamada al tercero pretendiente: en este caso el demandado esta
consciente de que esta obligado a un pago, pero desconoce quien es el
pretendiente.

La intervención en el proceso de ejecución: las tercerías


Las verdaderas tercerías en el proceso de ejecución son siempre excluyentes, y la practica
centenaria, admitida en el cpcym guatemalteco, ha consagrado que pueden ser de dos
tipos: de dominio o de preferencia.

La tercería de dominio
Presupuesto del embargo, sea éste ejecutivo o preventivo, es que el bien a embargar sea
propiedad del deudor ejecutado; esto aparece implícito en la propia responsabilidad
patrimonial del deudor, pues éste responde con sus bienes, no con los bienes ajenos. A
pesar de ello puede ocurrir que se realice, en cualquier proceso de ejecución o en
cualquier actividad procesal preventiva o precautoria, un embargo que recaiga sobre un
bien que sea de un tercero, y a éste para “sacar” su bien de la ejecución o de esa actividad
tiene el remedio procesal de la tercería de dominio.

La tercería de preferencia
La afección de los bienes al proceso de ejecución, que constituye básicamente el efecto
del embargo, confiere al ejecutante la facultad de percibir el producto de la enajenación
forzosa, en principio con independencia respecto de cualquier otro acreedor del
ejecutado. Esta facultad puede verse modificada como consecuencia del ejercicio por otro
acreedor de la tercería de preferencia o de mejor derecho; en ésta el tercero pretende ser
reintegrado en su crédito contra el ejecutado con preferencia al acreedor ejecutante, con
cargo a los bienes embargados y rematados.

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