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Tema 12 El Tercero Procesal
Tema 12 El Tercero Procesal
El estudio de estos supuestos se debe hacer, respecto a los artículos del 56 al 58 del
cpcym y de los artículos 547 a 552 del mismo código, donde se regulan las tercerías.
La intervención voluntaria
La comprensión de la llamada intervención voluntaria en el proceso civil pasa, primero,
por decir que esta intervención supone la decisión de un tercer de participar en un
proceso de conocimiento, aunque puede hacerlo con muy diversos contenidos. Lo común
a todas las intervenciones es que el tercero ha de tener un interés propio y cierto, pero el
contenido de la intervención dependerá de la naturaleza de ese interés.
a) La intervención principal
Se denomina intervención principal a la injerencia de un tercero en un proceso pendiente
entre otras personas pretendiendo, total o parcialmente, la cosa o el derecho litigioso.
Estamos, por tanto, ante los terceros que son titulares de una relación jurídica material
que es incompatible con la deducida en el proceso por las partes, y su interés radica
precisamente en la incompatibilidad.
Como el articulo 551 del cpcym dice que las tercerías pueden interponerse en cualquier
proceso, hay que admitir que cabe la intervención principal en el proceso civil de
declaración. Conforme aparece regulado en el código, hay que admitir que:
b) La intervención litisconsorcial
La tercería de dominio
Presupuesto del embargo, sea éste ejecutivo o preventivo, es que el bien a embargar sea
propiedad del deudor ejecutado; esto aparece implícito en la propia responsabilidad
patrimonial del deudor, pues éste responde con sus bienes, no con los bienes ajenos. A
pesar de ello puede ocurrir que se realice, en cualquier proceso de ejecución o en
cualquier actividad procesal preventiva o precautoria, un embargo que recaiga sobre un
bien que sea de un tercero, y a éste para “sacar” su bien de la ejecución o de esa actividad
tiene el remedio procesal de la tercería de dominio.
La tercería de preferencia
La afección de los bienes al proceso de ejecución, que constituye básicamente el efecto
del embargo, confiere al ejecutante la facultad de percibir el producto de la enajenación
forzosa, en principio con independencia respecto de cualquier otro acreedor del
ejecutado. Esta facultad puede verse modificada como consecuencia del ejercicio por otro
acreedor de la tercería de preferencia o de mejor derecho; en ésta el tercero pretende ser
reintegrado en su crédito contra el ejecutado con preferencia al acreedor ejecutante, con
cargo a los bienes embargados y rematados.