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Las disfunciones sexuales en la mujer son una serie de síndromes en los que los procesos eróticos de la

respuesta sexual resultan no deseables, recurrentes o persistentes; afectan la respuesta sexual de la mujer, le
impiden disfrutar las relaciones sexuales y la experiencia autoerótica, interfieren con sus relaciones personales
y afectan negativamente su calidad de vida.

Clasificación de las disfunciones sexuales en la mujer

Las disfunciones sexuales femeninas se clasifican de acuerdo con los modelos de la respuesta sexual humana
propuestos en el decenio de 1970, por Helen Kaplan, psiquiatra y sexóloga y por Rosemary Basson, sexóloga. A
partir de estas dos autoras entendemos que el erotismo de la mujer se conforma de experiencias subjetivas y
por toda una cascada de eventos psicofisiológicos indispensables para que se integre la experiencia erótica
como satisfactoria.

Helen Kaplan propuso una formulación multidimensional de la respuesta sexual con un modelo trifásico
conformado por: deseo, excitación y orgasmo, en donde cada una de estas fases es relativamente
independiente una de otra.

Erotismo: experiencia placentera con autoerotismo o encuentro sexual, expresado a través de la respuesta
sexual humana

DIFICULTADES CON EL ORGASMO


El orgasmo femenino es la focalización de sensaciones en el área clitorídea y pélvica de los estímulos sexuales
del encuentro sexual, se progresa a una sensación de oleada de calor que invade específicamente el área
pélvica y, luego, se extiende a todo el organismo. Por último, se describe la sensación de latido pélvico que
corresponde a la experiencia subjetiva de las contracciones de los músculos pubocoxígeos del piso pélvico
durante el orgasmo y se traduce en una experiencia placentera.

Definición: La dificultad para el orgasmo se entiende como la ausencia, disminución en la intensidad de la


sensación o retraso para llegar al orgasmo a pesar de tener un estímulo erótico adecuado y con una fase de
excitación adecuada.

En el orgasmo juegan un papel importante los siguientes sistemas:

o el hormonal (las hormonas serían las mensajeras del estímulo),


o el nervioso (la activación del simpático permite la contracción del útero y de la vagina),
o el vascular (la circulación fomenta la irrigación de la zona en el momento del clímax),
o el muscular (la musculatura del suelo pélvico sustenta el orgasmo) y
o el sexual (los órganos sexuales participan lógicamente en todo el proceso).

Cualquier desbalance que afecte a uno de estos sistemas o bien de forma general al organismo, puede originar
un TOF

Entre las causas orgánicas, se señalan enfermedades como hipotiroidismo, diabetes, deficiencia de estrógenos,
paraplejias, esclerosis múltiple, hernia discal, tumores o lesiones medulares, así como insuficiencia cardiaca y
anomalías anatómicas de la vagina, del útero o de las estructuras de soporte de la pelvis, además de la
vaginitis recurrente grave. Por otra parte, tienen relevancia el consumo de drogas y fármacos, como
antipsicóticos, antidepresivos, sedantes y antihipertensivos.

La hiperprolactinemia se asocia con los trastornos del deseo; sin embargo, se ha planteado que pueden inhibir
la cascada de eventos que condicionan la respuesta sexual Por tanto, pudiera afectarse la fase orgásmica.
También hay que tener en cuenta que la disfunción sexual es el trastorno más reportado por mujeres con
patología de suelo pélvico, ya que cuatro de cada cinco de ellas reportan anorgasmia
MDS III (B38) Disfunción Orgásmica Tipo I y B48 Disfunción Orgásmica Tipo II

Disfunción Orgásmica Tipo I • Concepto: Ausencia de todas las fases del ciclo sexual en la mujer durante el ejercicio
de la función sexual.

MDS III • Etiopatogenia


Cuando es de curso primario existen antecedentes como: la práctica ortodoxa de una religión, haber tenido
una educación estricta, mitos y errores de conceptos (escasa o nula educación sexual), tendencias feministas
relacionadas con la creencia de que el orgasmo es una forma de entrega o sumisión al otro sexo, haber sido
víctima de abuso sexual infantil y poseer rasgos obsesivos compulsivos, entre otros.
Cuando es de curso secundario deben considerarse los siguientes antecedentes:
a) Trastornos neurológicos: Esclerosis múltiple, tumores y traumas de la médula espinal que afecten el centro
nervioso S2-S4, neuropatía diabética, esclerosis lateral amiotrófica, daños a los nervios motores que produzcan
debilidad de los músculos del piso pélvico.
b) Trastornos vasculares: Hipertensión arterial, arteriosclerosis, aneurisma abdominal y obstrucción
trombótica, enfermedades vasculares derivadas del tabaquismo y alcoholismo.
c) Trastornos hormonales: Enfermedad de Addison, síndrome de Cushing, hipo e hipertiroidismo, deficiencia
de estrógenos, diabetes mellitus.
d) Complicaciones Post Quirúrgicas: Histerectomía parcial o total, reconstrucción o plastia vaginal,
episiorrafia, fístulas urogenitales y/o rectovaginales y adherencias clitoridianas.
e) Efectos colaterales durante la utilización de los siguientes fármacos: Tamoxifeno, fenotiazidas y
butiferonas, clordiacepóxido, diazepam, y clonazepam, antidepresivos tipo ISRS (inhibidores de la recaptación
de serotonina), antihipertensivos como espirinolactona, antialérgicos y antihistaminicos.
f) Antedecedentes traumáticos: físicos (parto complicado), violación, entre otros.

Las pacientes con este trastorno, bien sea de curso primario o secundario, pueden desarrollar una discordia de
pareja como consecuencia de su situación clínica.

MDS III (B48) Disfunción Orgásmica Tipo II


Para FLASSES (Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología), WAMS (ASOCIACION MUNDIAL DE
SEXOLOGIA MÉDICA) y AISM (ACADEMIA INTERNACIONAL DE SEXOLOGIA MÉDICA), es la imposibilidad de
alcanzar el orgasmo en la mujer, luego de un periodo operativo de activación de la función sexual.
Popularmente la paciente refiere “no puedo acabar”, “me concentro y no acabo”.

• Etiopatogenia
En estas pacientes se deben buscar factores psico-sociales como la práctica ortodoxa de una religión,
educación estricta y restrictiva, presencia de mitos y errores de conceptos sobre la sexualidad, tendencias
feministas sobre la entrega o sumisión al otro sexo a través del orgasmo, historia de abuso sexual infantil y
rasgos obsesivos compulsivos, entre otros.
Cuando es de curso secundario toman importancia los antecedentes de tipo médico como:
a) Trastornos neurológicos: Esclerosis múltiple, tumores y traumas de la médula espinal que afecten el centro
nervioso S2-S4, neuropatía diabética, esclerosis lateral amiotrófica, daños a los nervios motores que produzcan
debilidad de los músculos del piso pélvico.
b) Trastornos vasculares: Hipertensión arterial, arteriosclerosis, aneurisma abdominal y obstrucción
trombótica, enfermedades vasculares derivadas del tabaquismo y alcoholismo.
c) Trastornos hormonales: Enfermedad de Addison, síndrome de Cushing, hipo e hipertiroidismo, deficiencia
de estrógenos, diabetes mellitus.
d) Complicaciones Post Quirúrgicas: Histerectomía parcial o total, reconstrucción o plastia vaginal,
episiorrafia, fístulas urogenitales y/o rectovaginales y adherencias clitoridianas.
e) Efectos colaterales durante la utilización de los siguientes fármacos: Tamoxifeno, fenotiazidas y
butiferonas, clordiacepóxido, diazepam, y clonazepam, antidepresivos tipo ISRS (inhibidores de la recaptación
de serotonina), antihipertensivos como espirinolactona, antialérgicos y antihistaminicos.
f) Antecedentes traumáticos: físicos (parto complicado), violación, entre otros.

Las pacientes con este trastorno, bien sea de curso primario o secundario, pueden desarrollar una discordia de
pareja como consecuencia de su situación clínica.

Evaluación diagnóstica

Como en todas las disfunciones, es indispensable contar con una historia clínica y sexológica completa con la
exploración física y de estudios de laboratorio que permitan descartar las causas y factores de riesgo.

Factores de riesgo asociados con problemas del orgasmo femenino:

o Hipoestrogenismo
o Hiperprolactinemia
o Hipoandrogenismo
o Antidepresivos
o Antipsicóticos
o Diabetes mellitus
o Hipertensión arterial
o Enfermedades crónicas degenerativas
o Factores personales y relaciones de pareja
o Pobre conocimiento de sensaciones eróticas
o Educación restrictiva y negativa con respecto a la sexualidad
o Antecedentes de maltrato y abuso sexual
o Estímulos eróticos no eficientes - mala comunicación erótica con la pareja

Tratamiento

Las técnicas más eficientes para resolver los problemas del orgasmo femenino son: la combinación de la
terapia cognitivo-conductual con la terapia sexual, sin dejar de lado la psicoeducación con el objetivo de
proporcionar a la paciente la información necesaria con respecto a la sexualidad para cambiar los paradigmas
que hasta el momento del diagnóstico había tenido y que, seguramente, afectaban su vida erótica. En la
terapia sexual es indispensable la inclusión de la pareja.7,9

Los objetivos del tratamiento son:

1. Acercarse al cuerpo sin temor

2. Reconocer las sensaciones placenteras

3. Reconocer las sensaciones eróticas placenteras

4. Integrar las sensaciones eróticas al encuentro sexual

5. Incentivar la comunicación erótica eficiente y eficaz

6. En caso necesario, previa valoración clínica, terapia hormonal


Tratamiento farmacológico

Sería una línea terapéutica a nivel especializado. En el ámbito internacional, para el TOF no se dispone de
ningún fármaco que haya demostrado ser claramente eficaz y cuya indicación exclusiva sea para la disfunción
orgásmica (23). Actualmente, con muy poca eficacia se están utilizando prostaglandinas, bupropión o
apomorfina (60).

La prostaglandina E1 (alprostadil) se ha usado, en forma de supositorio vaginal o gel local, para estimular el
fluido de sangre a los genitales femeninos. El objetivo de la terapia local es una transferencia consistente, a
través de las capas vaginales hasta alcanzar niveles terapéuticos. Se considera que aumentaría el fluido de
sangre capilarmente dentro del tejido clitorídeo y vaginal, estimulando las terminaciones nerviosas para
aumentar la sensibilidad y facilitar la lubricación vaginal, lo que permite una satisfacción sexual mayor y más
posibilidades de alcanzar un orgasmo. Bartlik ha practicado en mujeres con trastornos de excitación el
supositorio uretral de alprostadil (500 mg). Todas las mujeres notaron una mayor congestión vaginal, una
cálida sensación de «hormigueo» y un aumento de las sensaciones placenteras durante las relaciones sexuales
(87).

El bupropión es un antidepresivo no convencional con acciones principalmente de recaptación de dopamina y,


en segundo lugar, de recaptación de noradrenalina, pero sin ningún efecto sobre la recaptación de serotonina
ni sobre la actividad de los receptores de serotonina. La dosis adecuada para mujeres tratadas por una
disfunción sexual, una depresión o por ambas es de 225 a 300 mg/d. Los efectos colaterales problemáticos
debidos al bupropión son nerviosismo, insomnio, pequeños temblores y, en raras ocasiones, convulsiones. Sus
acciones se sienten a los 10-14 días de comenzar su ingesta (87). Se señala el empleo del bupropión para
mejorar todas las fases de la respuesta sexual y facilitar la aparición del orgasmo (23).

Apomorfina (agonista de la recepción directa de dopamina). Una forma oral (sublingual) se ha ensayado
clínicamente para el tratamiento de trastornos eréctiles, ya que estimula de modo directo el óxido nítrico (87).
Podría ser eficaz para facilitar el orgasmo femenino por tener un efecto de vasodilatación genital local y una
acción central en áreas cerebrales que inducen la respuesta sexual. No se han encontrado investigaciones
sobre efectos de la apomorfina oral en mujeres (87). Se ha considerado la utilización de 3 mg de apomorfina
(23).

También se ha reportado el empleo de mirtazapina (antidepresivo oral) y yohimbina, pero varios estudios
doble ciego han puesto de manifiesto que no mejoran la respuesta orgásmica inhibida previamente por
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.

Además, los compuestos dietéticos, como el ArginMax (ginkgo biloba y damiana), se han planteado como los
más usados en el tratamiento del TOF, pero es dudoso que la respuesta sea mayor que con placebo (23).

El ginkgo biloba, antigua medicina china derivada del árbol ginkgo, revierte la disfunción sexual provocada por
antidepresivos. El mecanismo de acción puede relacionarse con: a) incremento del fluido vascular a los
genitales a través de la estimulación colinérgica y de la inhibición del factor activador de la plaqueta, de modo
similar al mecanismo por el cual se incrementa la sangre al cerebro; b) incremento de la prostaglandina, que a
su vez mejora la función erectiva y la vasodilatación; c) cambios sobre los receptores de serotonina y
norepinefrina. Puede también desempeñar un papel en la producción de óxido nítrico (87).

El ginseng es otro antiguo remedio herbario chino del cual, desde hace cientos de años, se ha dicho que tiene
efectos positivos en la sexualidad. Puede funcionar aumentando la eficacia de las propias hormonas sexuales.
Sin embargo, de la misma manera puede reforzar el crecimiento de cualquier tumor sensible hormonalmente
que, en potencia, estuviera presente, de modo que debe usarse con precaución. También el ma huang es otro
remedio herbario que se presupone que tiene efectos sexuales positivos, porque estimula el sistema nervioso
simpático periférico (87).

Al producir congestión vaginal, el sildenafil debe permitir que la excitación aumente y se alcance con más
facilidad el orgasmo.Se ha encontrado el empleo de los inhibidores de la fosfodiesterasa 5, pero con diferentes
resultados (23,87).

Cuando la testosterona está baja, un número significativo de mujeres sufre una disminución en su
funcionamiento sexual, por lo que se ve afectado su deseo, su excitación y su orgasmo. Si los especialistas de
Ginecología y Endocrinología consideran que las mujeres valoradas necesitan de un suplemento de
testosterona, puede indicarse la metiltestosterona oral o una combinación de estrógeno oral esterificado y
metiltestosterona: por ejemplo, metiltestosterona oral (0.25 a 1.0 mg/d), una crema tópica de
metiltestosterona (0.25 a 1.0 mg/d) y una crema tópica de propionato de testosterona (0.25 mg/d). Las cremas
pueden aplicarse en la vulva o en la piel del muslo interno o en la muñeca.

Si una mujer toma más testosterona de la necesaria, su deseo sexual no aumentará, sino que es más probable
que se sienta irritable, señal para reducir la dosis. La testosterona suplementaria utilizada dentro del rango
fisiológico no produce efectos colaterales virilizantes; solo los produce una dosis excesiva a largo plazo (87).

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